Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Los agrotóxicos son una espada de doble filo, fueron una gran solución contra
el hambre y las enfermedades de la humanidad y salvaron millones de vidas.
Pero su toxicidad está en continuo contacto con nosotros, con nuestros
alimentos y nuestros recursos naturales. Con el uso intensivo de los
agrotóxicos la agricultura se encarriló por un camino inicialmente fácil, pues era
sencillo y traía aumentos de productividad. Pero a largo plazo, este camino,
como ahora ya se vislumbra, es un camino muy peligroso para la vida en la
superficie terrestre.
1
la salud y prevención, control de tipos de agrotóxicos, como así también la
revisión de los instrumentos que se utilizan para fumigar, tarea que debería ser
llevar adelante por la A.P.T.M. (Asociación de Plantadores de Tabaco de
Misiones), en colaboración con el Estado y Salud Pública.
Aunque los agrotóxicos han sido diseñados para ofrecer una alta especificidad
de acción, su uso genera innumerables efectos indeseados como la generación
de organismos resistentes, la persistencia ambiental de residuos tóxicos y la
contaminación de recursos hídricos con degradación de la flora y fauna. Al
aparecer resistencia en la especie a combatir se requiere el incremento de las
cantidades necesarias de agrotóxico o la sustitución por agentes más tóxicos
para lograr controles efectivos. La permanencia de los agrotóxicos en el medio
favorece la incorporación a las cadenas tróficas, la acumulación en los tejidos
grasos humanos y animales y la biomagnificación.
2
El impacto ambiental provocado por los agrotóxicos en el medio es
sumamente grave, en el aire por ejemplo, la combinación de humedad y calor
en la atmósfera- componentes constantes del clima misionero-, crean un
ambiente propicio para el desarrollo y proliferación de enfermedades
respiratorias, agravadas por la incorporación de partículas nocivas (dióxido de
azufre, sulfatos etc.) producto de la aplicación de agrotóxicos en el cultivo de
tabaco; todo este aire enrarecido es el que respiran los trabajadores rurales y
sus familias.
Figura 2. Tabaco