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Existe un poema Zul, pueblo del frica del sur que durante largo tiempo
ofreci feroz resistencia a los invasores europeos, en el que se muestra la
pugna amorosa con una exactitud si se quiere brillante, debido a que, adems,
mezcla reflexiones profundas y cotidianas:
El cuerpo muere, el alma sigue joven
El alimento servido desgasta la vasija
Ningn leo conserva su corteza cuando envejece
Ningn amante est tranquilo
Mientras llora su rival.
Con respecto la muerte hay un esplndido poema Kuba, pueblo del Congo
Central, conocidos tambin con del nombre de bakuba, es muy apreciado por
su arte, que sintetiza de alguna manera esa concepcin de los pueblos
africanos sobre la vida y la muerte:
No hay aguja sin punta penetrante
No hay navaja sin hoja afilada
La muerte llega a nosotros de muchas formas.
Con nuestros pies andamos por la tierra del chivo
Con nuestras manos tocamos el cielo de Dios
Algn da futuro, en el calor del medioda,
ser llevado en hombros
a travs del pueblo de los muertos
Cuando muera, no me entierren bajo los rboles del bosque,
le temo a sus espinas.
Cuando muera, no me entierren bajo los rboles del bosque,
le temo al agua que gotea.
Otro gnero, si se le puede denominar as, a los que son muy afectos los
pueblos africanos es el proverbio. Constituyen pequeas joyas de sabidura
atvica transmitida oralmente. Potica del vivir. Son muletillas utilizadas en la
vida diarias y nacen como producto de la experiencia, siendo los ancianos los
principales transmisores de proverbios. Vayan algunos como ejemplo: