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El Espíritu Santo en ti.

Jóvenes R+, Iglesia Vida Eterna, Asambleas de Dios, San Rafael de Heredia.
17 de abril de 2010. Reunión de Jóvenes.

Introducción:
Dios se manifiesta en tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es fácil identificarse
con el Padre, la mayoría de nuestras oraciones se dirigen a Él. También con su Hijo, Jesucristo y su
maravillosa obra redentora para nosotros, sin embargo cuando nos enfocamos en el Espíritu Santo
puede que resulte difícil comprender quién es y su papel en nuestra vidas. A algunos le cuesta
comprender que Él también es Dios, persona y que more en nosotros. Hoy aprenderemos un poco
de esta maravillosa persona y su presencia en nosotros.

1. Hola, te presento al Espíritu Santo.


“Hola, mi nombre es Carlos Ríos, soy pastor de jóvenes y quisiera presentarte a un amigo, se llama
Espíritu Santo, Él es increíble, sé que serán buenos amigos.”
El Espíritu Santo es una persona, una persona muy especial. Posee varias características que debes
conocer:
a. Es Dios: El Espíritu es Dios, y ha estado presente desde el principio (Génesis 1:1-2). El
mismo estuvo en los hombres capacitados por Dios en el Antiguo Testamento, para
fines específicos, como la profecía (2 Pedro 1:21). Él es Dios y conoce la profundidad
de sí mismo (1 Corintios 2:10-11).
b. Tiene sentimientos: La Biblia constantemente nos habla de sentimientos en la figura
de Dios, por ejemplo, se complacía con su Hijo Jesucristo (Mateo 3:17). Al ser el
Espíritu Santo Dios, también posee sentimientos, no como los humanos, sin embargo
los posee (Efesios 4:30).
c. Tiene voluntad: La voluntad del Espíritu es la voluntad de Dios. Él toma decisiones y se
hacen patentes en la Biblia. Sus acciones denotan voluntad. Él elige, habla, revela,
reparte y transforma. (Hechos 8:29, 39; 13:2-4, 1 Corintios 12:11)

2. El Espíritu Santo tiene casa: ¡Eres tú!


El Espíritu Santo ha decidido vivir en una casa especial, en ti. Sin embargo Él no entra a la fuerza, el
desea que abras tu vida y le permitas morar en ella. La Biblia nos habla de ello veamos:
a. El Espíritu Santo empieza a vivir en ti: El Espíritu fue enviado por Cristo (Juan 15:26),
sin embargo, el no va a morar en nosotros si no le dejamos entrar. ¿Cómo le dejamos
entrar? La clave es muy simple, aceptando por fe a Cristo como Señor y
arrepintiéndose de los pecados cometidos (Hechos 2:38). Si ya lo has hecho, Él vive en
ti.
b. Cuando el Espíritu Santo vive en ti cambia tu vida: En ocasiones cuando alguien
compra una casa, piensa en las remodelaciones y reparaciones que es necesario hacer,
además de una mejora estética de la edificación. En el momento que el Espíritu llega a
nosotros sabe que hay mucho por remodelar y reparar, empieza a cambiar el estado
de tu vida. Sin embargo, todo ello dependerá si dejas que lo haga o no. Para dejar que
Él trabaje en nosotros debemos procurar andar en su guía (Romanos 8:1), ocupándose
de las cosas del Espíritu (Romanos 8:5) para así hacer morir las cosas de nuestra
naturaleza pecaminosa (Romanos 8:13). La idea del Espíritu es modelar a Cristo en
nosotros (Efesios 2:20-22; 3:14-19).

3. Vive la aventura de tu vida con el Espíritu Santo.


Todos tenemos sueños, propósitos en la vida y un sinfín de cosas que anhelamos hacer, sin
embargo la verdadera aventura de la vida y lo mejor que podemos lograr está en Dios, a través del
Espíritu Santo. Nuestra aventura con el Espíritu Santo se puede ver en:
a. Ser transformados: Comparte de su plan perfecto, Dios dictaminó hacernos nuevas
criaturas (2 Corintios 5:17), regenerarnos, transformarnos (Romanos 8:28). Esto lo
pretende a través de la obra del Espíritu en nuestra vida. La influencia del Espíritu es
tal que todo lo que somos es transformado hecho nuevo. Y como nueva creación,
nuestras obras son nuevas y el fruto es otro y abundante, pues en otro tiempo nuestra
obras en pecaminosas perdidas, mas ahora son influenciadas por el Espíritu (Gálatas
5:19-25)
b. Recibir poder para testificar a otros: algunos desean tener poder, un poder que va
ligado a lo material y a la influencia sobre otras personas, ser admirados y famosos. Sin
embargo el poder que recibimos de Dios es mucho más importante que éste poder
material, además es muy diferente. Es el mismo poder que residió en Cristo en su
caminar con los discípulos, el poder de guiar a otros a Dios. (Hechos 1:8)
c. Recibir regalos sobrenaturales de Dios: Dios nos da como regalo (Don) al Espíritu
Santo. Los regalos son dados por gracia (Romanos 12:6, Efesios 4:7), la cual es una
actitud de Dios que le lleva a darle al hombre cosas que no se merece, por puro afecto
de Dios mismo. Dichos regalos tienen un fin, glorificar a Cristo y edificar al Cuerpo de
Cristo (Efesios 4:11-13). Existen muchos, sin embargo su fin nunca será engrandecer a
quien se les ha asignado sino a Cristo. El Espíritu desea usarnos sobrenaturalmente
para glorificar a Cristo y edificar a otros.

Pensamiento final:
Como personas necesitamos al Espíritu Santo. Necesitamos conocerle, que viva en
nosotros y que dirija el curso de nuestra vida. Quizá ya le hemos conocido y habita en nosotros, sin
embargo, ¿le hemos dado la libertad de que moldee nuestra vida como la de Cristo? ¿Hemos
dejado que él nos use para bendecir a otros? Y ¿Hemos disfrutado de una vida sobrenatural con
Él?
En este día meditemos en esto y dejemos que Él haga su trabajo, crucifiquemos nuestra
vida junto con Cristo y muramos a nuestra vieja naturaleza, para ser nuevos en el Espíritu Santo.
Toma un tiempo para orar.

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