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enero 2016.

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evangelio y vida
marzo ~ abril • 2016
¡Ha resucitado!

¡ Aleluya!
2a y 3a forrros e+v 01~02 16_Maquetación 1 21/12/15 14:33 Página 1

Plegarias a Nuestra Señora del Viacrucis


Porque tenemos el corazón en soledad y el amor resfriado
María Madre, ama y ruega por nosotros.
Porque se nos ha muerto tu hijo en nuestra fe apocada, Un regalo para 365 días
acógenos, Señora, y ruega por nosotros.
¿Cómo puedo hacer para suscribirme a
Porque tenemos la garganta reseca de palabras falsificadas
y de razones arrojadizas como cuchillos, Evangelio y Vida, o para regalar algunas
Madre de misericordia, ruega en subscripciones a las personas amigas?
lugar nuestro y pide a Jesús
por nosotros.
Porque tenemos los ojos
manchados de imágenes
Llame ) a:
Catalina Ramos Rodríguez (Caty)
feas y violentas, al número del D.F.: 01 (55) 5512 6220
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos. RevistaEyV@hotmail.com
Porque tenemos perezosos
los pies, torcidas las manos,
aterida de temor el alma,
Reina de la fortaleza, aliéntanos
o escriba ? a: Marcelino Cárdenas
Evangelio y Vida
y ruega por nosotros. Calle del 57 Nº 30, Col. Centro
Señora del Camino y Señora de pie junto a la cruz de Deleg. Cuauhtémoc
Jesús
acuérdate de que somos tus hijos, los más pequeños y 06010 México, D.F.
débiles.
Señora de la Luz que resucita,
ayúdanos a levantarnos con tu Hijo,
y ahora y siempre, ruega por nosotros. Amén.
v id a
“Antes de que cante el gallo…”

Comentarios a los evangelios de


marzo (por Erick F. Martínez Benavides, cm)
abril (por Honorio López Alfonso, cm)
io y
2016

e va n g l
México D.F.

e
evangelio y vida
Cuadernos bimestrales


con reflexiones sobre el evangelio de cada día

Dirección: Honorio López Alfonso, cm


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14000 Tlalpan, D .F.
Diseño: Miguel Ángel Díaz Lagunas
Administrador: Marcelino Cárdenas, cm
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2
Orden de búsqueda y captura
“Dieron la orden de apresarlo” (Jn 11, 57.)
Eres peligroso, Señor; si te dejamos que sigas,
puedes convencernos y atraernos y cambiarnos.
Por eso hemos reunido el Consejo. Es preciso
actuar a tiempo para evitar mayores males. Lo
preside nuestra prudencia interesada y farisaica
y los mejores abogados de nuestras excusas y
justificaciones.
Si te dejamos libre, ¿qué va a ser de nosotros?
¿Qué va a ser de nuestros ídolos, del poder de los
sumos sacerdotes
y de los políticos?
¿Qué va a ser de
los bienes que no
compartimos o de
nuestra diaria
neutralidad? Si te
dejamos, puedes
cambiarnos. Y,
si nos cambias,
tendremos per-
secuciones. Si
no aceptamos la
agenda de la ONU,
los programas de
la Unión Europea o los intereses de los
Bancos mundiales, ¿qué va a ser de nosotros?
3
De nuevo nos tratarán como mendigos del
tercer mundo o como “enfermos mentales”. Así
lo hacían, aún en los años 70s, los verdugos
soviéticos con quienes no comulgaban con el
moderno y “científico” comunismo oficial. Y
los bombardeaban con fármacos y los ataban
con camisas de fuerza. Compréndenos,
Señor, eres peligroso.
“Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron
entonces el Consejo y se preguntaban: ¿Qué
haremos? Este hombre realiza muchas señales, si
lo dejamos que siga, todos se van a entusiasmar
con él, y vendrán los romanos…” (Jn 11, 47-48). Si
contigo rechazamos el sistema y sus injustos
repartos y su abandono de los pobres, ¿qué
va a ser de nosotros? Si no comulgamos la
ideología de género, la agenda del homose-
xualismo impuesto, el proabortismo de los
partidos políticos, la perversión de los niños
y jóvenes en las escuelas, nos tendrán como
a “enfermos mentales”. A ellos les interesa
que no haya vocaciones misioneras, que
nadie se entusiasme contigo. Además, si te
dejamos que sigas, ¿qué va a ser de nuestro
catolicismo acomplejado y de nuestras
sensatas rutinas?
Por eso, Señor, decretamos apresarte en
algunas viejas oraciones, en la asistencia a
algún bautismo o una primera (¿única?)
4
comunión o en el funeral de la abuela, tan
antigua la pobre. Además aún admiramos a
quienes comulgan la miseria de los pobres y
las lágrimas de las víctimas. A veces, hasta
les damos una limosna barata. Admiramos tu
Iglesia como hospital o como Caritas, pero
que se calle el evangelio y no lo esparza entre
los pobres, sería como darles explosivas
semillas radioactivas.
Somos, Señor, gentes de buena voluntad y de
sentimientos pacíficos y tolerantes. No somos
fanáticos. Comprende que tus radicalismos
nos asusten, “vendrían los romanos”, o las
huestes de los políticos y funcionarios y, si a
tu Nacimiento no le llamamos Fiestas de
invierno o a tu Pascua no le llamamos Fiesta
de primavera, nos tendrían
por fanáticos. Ya sabes, somos
gente del siglo XXI, no de
pasadas épocas. Sabemos
–escasamente, pues los medios
occidentales lo callan– de los
muchos mártires de hoy. Pero
lo resolvemos diciéndonos
que son problemas inter-
religiosos; así rebajamos su incómodo reto y
nuestro escándalo.
Somos, Señor, los sumos sacerdotes y los
fariseos del pontificado del New York Times
5
o de Hollywood y sus alevines nacionales. Y
vamos respirando, con el smog, la nueva
conciencia implantada. Comprende que nos
estorbas, que pones en peligro nuestros
intereses y costumbres, nuestra permisividad
y nuestra manera de entender a Dios (cuando
de él nos acordamos). Comprende por eso,
Señor, que hayamos decretado tu búsqueda
y captura, tu proceso y tu muerte. Comprende
que te hayamos excluido de nuestras opciones
y de nuestra vida diaria.
Sin embargo, tu rostro, tu entregada sangre,
tu provocadora libertad, a días aún nos interroga
y nos conmueve. ¡Sigues siendo peligroso!
Todavía hay, en esa efigie tuya de la que
estamos tatuados, como la voz de muchas
aguas. No hemos logrado rasparnos del todo
tu imagen ni tu insistente llamada.
¿Aún podremos, contigo, acoger ese
abismo de luz tan combatido por nuestras
elegidas tinieblas? Eres peligroso, Señor,
como lo es la luz para las tinieblas. Sigues
siendo el amor arrodillado que espera nuestro
consentimiento. ¿Hasta cuándo te forzaré a
que me sigas esperando?

Honorio López Alfonso, cm

6
Sólo el perdonado puede perdonar
Dn 3, 25.34-43 | Sal 24 | Mt 18, 21-35.
Todos hemos escuchado aquello de que “nadie da
lo que no tiene”, pero en nuestra experiencia de Dios,
nadie tiene algo si a su vez no lo ha recibido.
El libro del profeta Daniel nos cuenta la experiencia
dolorosa que vive el pueblo judío; su tierra ha sido
destruida y sus habitantes deportados y hechos
prisioneros, no hay líder que les
infunda ánimos, ni príncipe, ni jefe,

m artes Q 2016
ni profeta, y los medios tradicionales
para recurrir a Dios también han
sido anulados, ni sacrificio, ni
ofrenda, ni incienso y ni siquiera
un lugar para ofrecer algo a Dios
y pedir su misericordia. Sólo queda
una cosa por hacer y un lugar al
cual recurrir: un corazón adolorido,
arrepentido y dispuesto a hacerse responsable de lo
que haya que corregir en su propia historia de vida,
para permitir a Dios reconstruir la nación, persona
por persona. He aquí la experiencia auténtica de la
cuaresma.
Esta experiencia de reconstrucción persona por
persona, es la que Jesús está haciendo con sus
discípulos, ayudándoles a observar y hacerse
responsables de su propia historia, para poder dar
el paso hacia una responsabilidad social de perdón
y reconciliación.
¿Me siento capaz de transmitir, a quien me ha
Q

ofendido, el perdón y sanación que a su vez de

1 Q mar z o
Dios he recibido?
¿Qué gana Dios con esta alianza?
Dt 4, 1.5-9 | Sal 147 | Mt 5, 17-19.
El objetivo principal de la
Ley y los profetas es garantizar
la vida, preservar al débil
frente al fuerte, y mantener la
alianza que Dios ha hecho con
su pueblo.
El libro del Deuteronomio presenta a Moisés
transmitiendo mandatos y preceptos para vivir y
poder tomar posesión de la tierra prometida, pero
también invita a que la vivencia de estos se
convierta en un testimonio de sabiduría y
prudencia ante los pueblos vecinos: ¿qué Dios es
2 Q marzo Q miércoles Q 2016

tan cercano, tan justo y tan atento con su pueblo?


¿Qué gana Dios con esta alianza?
En el evangelio de Mateo, por su parte, Jesús
invita a no quedarnos con lo superficial de los
mandamientos, sino poder descubrir en cada uno
de ellos el amor y misericordia que mueve a Dios
para llamarnos a vivir en la verdad, la belleza, la
justicia y la bondad, no por compromiso u
obligación, sino por la convicción de que al Dios
verdaderamente le interesa que tengamos una
vida feliz y plena.
¿Cuál es tu actitud frente a los mandamientos,
los ves como prohibiciones o como sugerencias
para mejorar la vida?
8
3 Q marzo Q jueves Q 2016
Jer 7, 23-28 | Sal 95 | Lc 11, 14-23.
¿Si Dios es fiel , por qué yo no?
Una sola cosa pide Dios para mantener su
alianza: escuchen mi voz y caminen la senda
que yo les mostraré, entonces, serán mi pueblo
y les irá bien.
El profeta Jeremías recuerda que ha sido la
obstinación y falta de sensatez la que ha
puesto al pueblo en una situación tan
complicada y comprometida consigo mismo,
con los pueblos vecinos y especialmente con
Dios. No saber reconocer la presencia del
Señor en las personas y acontecimientos que
nos van sucediendo nos vuelve desagradecidos
e infieles a la alianza con Dios.
El evangelio señala también la cerrazón que
a veces vivimos y que nos impide descubrir la
presencia de Dios, valorar a las personas y los
acontecimientos en su justa dimensión, y que
incluso nos hace desacreditar tanto a los
mensajeros como al mismo mensaje que Dios
nos ofrece para la reconciliación y conversión.
¿Sé reconocer las señales de la presencia y el
trabajo de Dios en mi vida y en el mundo, o me
obstino en pedirle
sólo las que a mí
me gusten y me
convengan?
Del amor a la confianza
Os 14, 2-10 | Sal 80 | Mc 12, 28-34.

S
iempre que tengamos la oportunidad, hagamos
un alto en nuestra vida para revisar si el momento
actual que pasamos favorece nuestra amistad
con Dios y con nuestro prójimo o si por el contrario
nos aleja y hace desconfiar de Él.
El profeta Oseas nos recuerda la invitación
constante de parte de Dios a la conversión, al
arrepentimiento de nuestras maldades y la
consecuente oferta de restaurar nuestra alegría y
esperanza. Dios confía en nuestra capacidad para
reflexionar las cosas que vamos viviendo y parece
esperar de nosotros una actitud de prudencia y
sabiduría para salir renovados y fortalecidos de
cada experiencia, especialmente de las que implican
algún sufrimiento o toma de decisiones.
Por su parte, el evangelio nos permite considerar
cómo, por encima de cualquier mandamiento,
sacrificio u ofrenda, está el amor a Dios y al prójimo.
No cumplimos para quedar bien con nadie, sino
porque hemos sido amados y perdonados, y en
consecuencia, a ejemplo de Jesús, ahora deseamos
amar más y mejor.
¿De qué manera buscas conjugar el amor a Dios
y el amor al prójimo en tu vida?

4 Q marzo Q viernes Q 2016


Misericordia y no sacrificios
Os 6, 1-6 | Sal 50 | Lc 18, 9-14.
Todo tiempo es tiempo de
misericordia, de manera especial
la reflexionamos en la cuaresma
para poder hacerla efectiva en
nuestras vidas, y con nuestras
vidas, y aún más especialmente
la consideramos en este Jubileo
Extraordinario, convocado por
el Papa Francisco para aprender
a ser misericordiosos como el
Padre.
Así como el profeta Oseas y
5

Q marzo Q sábado Q 2016


el evangelista Lucas, verdaderos
maestros de la misericordia
de Dios, el Papa Francisco nos dice en su Bula El
rostro de la misericordia: “Siempre tenemos necesidad
de contemplar el misterio de la misericordia. Es
fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es
condición para nuestra salvación. Misericordia: es la
palabra que revela el misterio de la Santísima
Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo
con el cual Dios viene a nuestro encuentro.
Misericordia: es la ley fundamental que habita en el
corazón de cada persona cuando mira con ojos
sinceros al hermano que encuentra en el camino de
la vida. Misericordia: es la vía que une a Dios y el
hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser
amados no obstante el límite de nuestro pecado.”
¿He comprendido que Dios prefiere misericordia y
no sacrificios, conocimiento de Dios, más que
holocaustos, y que mi mayor acto de misericordia es
la reconciliación con mi prójimo?
11
6 Q marzo Q domingo Q 2016
Jos 5, 9a. 10-12 | Sal 33 | 2 Cor 5, 17-21 | Lc 15, 1-3. 11-32.
No cambies
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado,
deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme
que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico
que yo era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con
ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo
por mucho que lo intentará.
Lo peor era que mi mejor amigo
tampoco dejaba de recordarme lo
neurótico que yo estaba. Y también
insistía en la necesidad de que yo
cambiará. Y también con él estaba
de acuerdo, y no podía sentirme
ofendido con él. De manera que me
sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: –No cambies.
Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que
cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y
no puedo dejar de quererte.
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música:
No cambies. No cambies… Te quiero… Entonces, me
tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla! Cambie.
En cuaresma hablamos de cambiar, de convertirnos,
y a veces, lo que más nos ayuda a cambiar no es forzarnos
a nosotros mismos, rechazar lo que somos, sino sabernos
amados por Dios, así como el padre amoroso que
espera misericordiosamente al hijo pródigo.
¿Estoy dispuesto a dejarme amar y perdonar por
Dios? 12
7 Q marzo Q lunes Q 2016
Is 65, 17-21 | Sal 29 | Jn 4, 43-54.
Cielo nuevo y tierra nueva
La revisión de vida a que nos invita la cuaresma
lleva como promesa un cielo nuevo y una tierra
nueva, el perdón de nuestras faltas y la trans-
formación de nuestros duelos en alegrías.
El profeta Isaías nos mueve a desear una
época de reconstrucción y de paz, posible
porque Dios no olvida ni abandona a su pueblo,
pero realizable sólo si las personas concretas
somos capaces de trabajar con Dios por la
justicia y la igualdad para todos.
En el evangelio, Jesús sana a la distancia al
hijo de un funcionario real y crítica la actitud de
sus paisanos que solo creen si ven signos y
prodigios. En ocasiones tampoco nosotros
sabemos reconocer las abundantes señales que
el mundo nos ofrece de la presencia y del trabajo
que Dios continuamente realiza para mejorar
nuestras vidas. Qué necesario se hace pedir
siempre la ayuda del Espíritu Santo para saber
estar atentos a las personas y los acontecimientos
que Dios nos ofrece para crecer y madurar en la
vivencia de la fe que se traduce en vivir el amor
y en actitud de servicio.
¿De qué manera le estás pidiendo a Dios que
haga crecer y madurar tu vida de fe?
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8 Q marzo Q martes Q 2016
Ez 47, 1-9. 12 | Sal 45 | Jn 5, 1-16.
No tengo a nadie que vea por mí
L a Palabra de Dios nos muestra que Dios no
quiere vernos postrados, ni por la enfermedad
ni por la cerrazón de nuestros juicios.
El profeta Ezequiel nos describe un templo
construido misteriosamente y en el cual todo
está dispuesto de tal manera que sea expresión
completa de la presencia de Dios que da vida,
sana y renueva a todo ser viviente y de todo a
todo.
El evangelio, por su parte, nos presenta a Jesús
en Jerusalén en una piscina de aguas curativas, y
a distintos tipos de enfermos esperando su turno
para ser sanados, pero mirando tan sólo por sí
mismos. Hay un personaje que lleva 38 años en
el lugar indicado, viendo a tantos ser curados,
pero sin nadie que sea capaz de acercarse a él y
lo meta en las aguas curativas. ¡Qué falta de
misericordia! Jesús lo sana y cuando algunos
judíos se enteran de esta curación, por haber
sido realizada en sábado, quisieran anularla. ¡Qué
falta de misericordia! Algunos necesitan la salud
del cuerpo, pero otros requieren la salud de sus
pensamientos y sentimientos.
¿Qué tipo de sanación es la que estás
necesitando tú y cómo estás tratando de
obtenerla?
14
9 Q marzo Q miércoles Q 2016
Is 49, 8–15 | Sal 144 | Jn 5, 17-30.
Yo no me olvidaré de ti
La presencia de Dios en la vida de su pueblo es
como la de una madre que quiere ver a su hijo
crecer y madurar, que no le ahorra esfuerzos, pero
se mantiene al tanto de sus avances.
El profeta Isaías usa una imagen muy gráfica
para describir la búsqueda que Dios mantiene para
lograr que su pueblo se convierta y se salve:
aunque una madre pudiera olvidarse del fruto de
sus entrañas, Yo no me olvidaré de ti. Y Jesús, en
el evangelio, manifiesta que su acción salvadora y
evangelizadora, continua y constante, inclusive en
sábado, tiene el mismo origen: el Hijo sólo hace lo
que le ve hacer al Padre, y así como el Padre
resucita y da la vida, así también el Hijo da la vida
a quien él quiere dársela.
Hace unos años, cuando el Concilio Vaticano II
tenía su apertura, el Papa san Juan XXIII evocaba
el mismo criterio para los trabajos
que se emprendían: “En nuestro
tiempo, la Esposa de Cristo
prefiere usar la medicina de la
misericordia y no empuñar las
armas de la severidad... La Iglesia
católica, al elevar por medio de este
Concilio Ecuménico la antorcha
de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable
de todos, benigna, paciente, llena de misericordia
y de bondad para con los hijos separados de ella.”
Dar a conocer este amor de Dios es la misión de
todo cristiano.
¿Te sientes llamado a la misión de la Caridad?
¿De qué manera?
15
10 Q marzo Q jueves Q 2016
Ex 32, 7-14 | Sal 105 | Jn 5, 31-47.
Amar a Dios aún en la duda
Muy a menudo las cosas no salen como uno las
estaba esperando y, aun cuando hemos puesto nuestras
esperanzas en Dios, Él pareciera tardar demasiado en
responder, o mejor dicho, nos cuesta tanto comprender
el modo de proceder de Dios.
El libro del Éxodo nos relata uno de los momentos
más complicados de la liberación del pueblo judío.
Mientras Moisés había subido al monte para establecer
la alianza con Dios, el pueblo siente que Moisés tarda
mucho y que quizá hasta los ha abandonado, por lo que
le piden a Aarón hacer un becerro de oro y poder así
contemplar al Dios que los ha salvado. Dios ofrece
entonces a Moisés, destruir al pueblo que ha resultado
tan infiel e insensato, y hacer de él un nuevo y gran
pueblo. Moisés rechaza la oferta, defiende la alianza de
Dios con su pueblo y mantiene adelante la liberación.
En el evangelio, Jesús explica a los judíos cómo tanto
Juan el bautista como Moisés dan
testimonio de que Él es el Salvador
esperado, y cómo las obras que
realiza dan testimonio directo y lo
acreditan como enviado del Padre.
Sin embargo, los judíos, más
preocupados por quedar bien
unos con otros, no consiguen
reconocer lo que viene de Dios.
Y tú, ¿de qué manera respondes en tiempos de crisis
o cuando Dios no da una respuesta tan clara y tan
pronta como la esperas?
16
11 Q marzo Q viernes Q 2016
Sab 2, 1.12-22 | Sal 33 | Jn 7, 1-2.10. 25-30.

Fieles al Evangelio
Transmitir la esperanza en
Dios que sostiene para siempre
nuestras vidas, especialmente a
quienes están desanimados o pasan
por momentos de enfermedad o
muerte, no es sencillo.
El libro de la sabiduría nos
presenta cómo las fuerzas del
mal, manifestadas en los malvados, quieren ahogar la
fuerza de Dios, encarnada en la vida de los justos.
Quien quiere aprovechar así la vida, como un
momento fugaz, olvida que el fin de nuestra existencia
es la eternidad.
La burla que sufren los justos recuerda a Jesús que
pasó su vida haciendo el bien, especialmente a los más
rechazados por la sociedad, y a cambio tuvo que
comenzar a enseñar y actuar como a escondidas
porque los judíos trataban de matarlo. Sin embargo,
Jesús va preparando todo para cuando llegue su hora,
es decir, para cuando tenga que dar el máximo
testimonio de su confianza en el amor del Padre, que
lo ha enviado como rescate para todo el que lo sepa
reconocer y aceptar como su salvador, y esté dispuesto
a vivir como Él.
¿Cómo afrontas las burlas y críticas por tratar de
vivir conforme al evangelio?
17
12 Q marzo Q sábado Q 2016
Jer 11, 18-20 | Sal 7 | Jn 7, 40-53.
¿Deseas a Dios con esa intensidad?
Un día, un discípulo fue al encuentro de su maestro y
le dijo: –Maestro, quiero encontrar a Dios.
El maestro miró al muchacho, sonriéndole, pero no le
dijo nada.
El joven discípulo volvió al día siguiente a hacerle la
misma petición, y así cada día. Pero el sabio maestro no
decía nada, pues conocía muy bien al muchacho.
Un día que hacía mucho calor, le dijo al muchacho que
lo acompañará hasta el río a tomar un baño. El discípulo
lo acompañó y, llegados, ambos se metieron a nadar. En
un momento dado, el maestro agarró al muchacho por la
cabeza y se la metió bajo el agua un buen rato, hasta que
el muchacho comenzó a forcejear para sacarla a flote. El
maestro lo soltó y después de un rato le preguntó:
–¿Qué es lo que más deseabas cuando estabas debajo
del agua?
–¡Aire! –respondió el discípulo.
–¿Deseas a Dios con la misma intensidad? –Prosiguió
el maestro–. Si lo deseas así, no te quepa duda de que lo
encontrarás. Pero si no tienes ese deseo, esa sed de Dios,
por más que luches con tu
inteligencia, con tus labios y con
todas tus fuerzas, no lo podrás
encontrar. Mientras no se despierte
en ti esa sed, no vales más que un
ateo. Incluso a veces el ateo es
sincero, y tú no lo eres.
A veces, en nuestra vida de fe, deseamos encontrar a Dios
y poder exclamar que Jesús es nuestro Señor y Salvador,
pero, ¿estás dispuesto a asumir su estilo de vida?
18
13 Q marzo Q domingo Q 2016
Is 43, 16-21 | Sal 125 | Fil 3, 8-14 | Jn 8, 1-11.
El triple filtro
El joven discípulo de un sabio filósofo se lo encontró un
día y le dijo: –Maestro, ¿sabes lo que un amigo tuyo estuvo
diciendo de ti?
–¡Espera! –Lo interrumpió el filósofo– ¿ya hiciste pasar
por el triple filtro lo que vas a contarme?
–¿El triple filtro? –preguntó extrañado el discípulo.
–Sí –dijo el maestro–. El primer filtro es la verdad. ¿Estás
absolutamente seguro de que lo que quieres contarme es
cierto?
–No –dijo el discípulo–. En
a ti de los

QQQQQQQQQQQQQ
El que te h ab la realidad lo oí comentar a
hab la a unos vecinos.
defectos de otros, les –Al menos lo habrás hecho
s de los de fect os tu yos. pasar
los otro por el segundo filtro,
que es la bondad. ¿Es bueno
para mí lo que me vas a contar?
–No. En realidad no, más bien al contrario…
–El último filtro es la necesidad. ¿Es realmente necesario
hacerme saber lo que tanto te inquieta?
–A decir verdad, no –respondió el discípulo.
–Entonces –concluyó el sabio con una sonrisa– si lo
que quieres decirme no es verdadero, ni bueno, ni necesario,
¿para qué quiero saberlo?
Sólo si dejamos de criticarnos y juzgarnos entre
nosotros, si deja de importarnos quién es bueno y quién
no, si maduramos en el amor y dejamos de lanzar
piedras que condenan al que se equivoca, empezará el
nuevo mundo que Dios quiere.
¿Qué tipos de noticias son las que comunicas y
qué te mueve a hacerlo?
19
14 Q marzo Q lunes Q 2016
Dn 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62 | Sal 22 | Jn 8, 1-11.
El monje y la mujer
De camino hacia su monasterio, dos monjes budistas
se encontraron con una bellísima mujer a la orilla de un
río. Al igual que ellos, quería ella
cruzar el río, pero éste bajaba
demasiado crecido. De modo que
uno de los monjes se la echo a la
espalda y la paso a la otra orilla.
El otro monje estaba totalmente
escandalizado y por espacio de dos
horas estuvo censurando su
negligencia en la observancia de
la Santa Regla. ¿Había olvidado
que era un monje? ¿Cómo se había
atrevido a tocar a una mujer y a transportarla al otro lado
del río? ¿Qué diría la gente? ¿No había desacreditado
la santa religión?
El acusado escucho pacientemente el interminable
sermón. Y al final estalló:
–Hermano, yo he dejado a aquella mujer al otro lado
del río. ¡Eres tú quien la lleva ahora!
Cuando las personas religiosas no dejan de darle
vuelta a los pecados de los demás, uno sospecha que
esa insistencia les proporciona más placer del que el
pecado proporciona al pecador.
¿Dónde están los que te acusaban? ¿Quiénes son
a los que tú acusas?
20
Santa Luisa de Marillac (1591-1660)
Nm 21, 4-9 | Sal 101 | Jn 8, 21-30.
Luisa de Marillac vive de 1591 a
1660, en Paris, Francia. Su vida es un
itinerario litúrgico: de Cuaresma
hacia el Misterio Pascual, pasando por
Pentecostés y luego a continuar la
Misión y la Caridad del evangelizador
de los pobres.
La Cuaresma de Luisa abarca su
infancia y adolescencia, no se conoce
a su mamá, y su papá, Luis de Marillac,
un noble, hace lo más que la condición del nacimiento de
la niña le permite. Es formada en un colegio dominico,
luego pasa a un pensionado más modesto; se siente atraída
hacia las capuchinas, por poca salud no es admitida; la
casan a los 21, tiene un hijo y su matrimonio dura tan solo
12 años. 15
La Pascua de Luisa es la crisis que vive cuando su esposo

Q marzo Q martes Q 2016


cae enfermo, se hace muy irritable, todos los proyectos se
vienen abajo y Luisa se culpa por no haber sido religiosa.
En 1623, Luisa vive una luz especial de Pentecostés que
le anuncia una misión y vocación preparada para ella y una
pequeña comunidad que se consagrará al servicio de los
pobres. Dos años después, el esposo muere tranquilamente.
Formada en lo mejor de la espiritualidad de su tiempo,
conoce a Vicente de Paúl, con el que primero batallará
hasta hacerse afines, y con quien después establecerá una
influencia recíproca en el desarrollo de la espiritualidad y
el carisma de la Misión y la Caridad, que les llevará a
consolidar a las Damas de la Caridad, y posteriormente, a
fundar a las Hijas de la Caridad.
En 1934 es canonizada por Pío XI y Juan XXIII la proclama
en 1960 patrona de los trabajadores sociales.
Para conocer más de Santa Luisa y de las Hijas de la
Caridad visita: www.hijasdelacaridadmexico.org
21
Cada cual según su comportamiento
Dn 3, 14-20.49-50.91-92.95 | Dn 3, 52.53.54.55.56 | Jn 8, 31-42.
Dice el refrán que de tal
palo tal astilla. Y es verdad
que los hijos aprenden lo que
suelen ver hacer a sus papás.
Sin embargo, conforme los
hijos van creciendo van
adquiriendo criterios propios
y con ellos adquieren también una responsabilidad
personal.
Si eres padre de familia o tienes la responsabilidad
de educar a algún pequeño, ocúpate en mostrarle
que a cada cual la vida misma le va pagando según
su comportamiento. Trata de inculcarle que Dios
16 Q marzo Q miércoles Q 2016

no nos castiga, pero que cada acto traerá sus


consecuencias y lo que ahora hacemos, bueno o
malo, a cualquier persona, el día de mañana, de
alguna manera, se nos devolverá y con creces.
Y en la educación que vayas transmitiendo a tus
hijos no olvides tener presente que el mayor bien
que puedes brindarle es la amistad con Dios. Si tú
te acercas a Dios, participas de la oración, de los
sacramentos, del servicio y caridad al prójimo, del
estudio y vivencia de la Biblia, de hacer comunidad
asistiendo a la Iglesia, tu hijo no tendrá a Dios por
un extraño al que es mejor no dirigirlela palabra.
¿Tu trato con Dios tiene –como principio
fundamental– el amor o el miedo?
22
17 Q marzo Q jueves Q 2016
Gn 17, 3-9 | Sal 104 | Jn 8, 51-59.
Que todos se salven
El tiempo de cuaresma nos invita a convencernos
de que Dios nunca olvida sus promesas, pero
también es la oportunidad para examinar las
promesas que hemos hecho nosotros a Dios.
El libro del Génesis nos cuenta cómo, al principio,
Abrán solo creía en lo que veía como posible. Pero
Dios le cambia el nombre (Abrahán, padre de
muchos pueblos), y así mantiene y refuerza la
promesa. Por parte del pueblo, deberán reconocer
siempre al Señor como Dios y circuncidar a todos
los niños como signo de la Alianza. En la Biblia
“Alianza” y “contrato” son cosas distintas. El
contrato es sobre cosas y temporal, la Alianza pide
fidelidad y relación personal por siempre.
En el evangelio, Jesús, está buscando renovar la
Alianza con una nueva vinculación hacia su
persona: el que es fiel a mis palabras no morirá para
siempre. Esta es una invitación a mirar alrededor, a
las necesidades de los que han ido saliendo al paso
en el anuncio del evangelio.
Y tú y yo nos preguntamos:
¿Qué quiere Dios que haga
como respuesta a su promesa
de cuidarme toda la vida?
18 Q marzo Q viernes Q 2016
Jer 20, 10-13 | Sal 19 | Jn 10, 31-42.
Lo que nadie querría hacer

A veces lo que menos nos gusta forma parte de


nuestra misión en la vida, y estamos tentados
a renunciar o a pasar como quien no lo ve.
Pidamos la fuerza del Espíritu Santo para lograr
cumplir esas tareas difíciles y dolorosas.
El profeta Jeremías comparte uno de los momentos
más complicados de su misión: ha tenido que
pronunciar palabras de advertencia, palabras
molestas, palabras de exilio y destrucción de la
ciudad que tanto ama, consecuencia de sus pecados.
Decir lo que nadie quiere oír le ha valido el rechazo
y el asedio; y, ver a sus amigos convertirse en
enemigos, le hará comenzar a preguntarse si Dios
aún continúa con él.
El evangelio nos pone, también, ante un Jesús que
denunciando la hipocresía y la doble intención de
algunos de los dirigentes de los judíos, está a punto
de ser apedreado. ¿Por cuál de las muchas obras
buenas que he hecho me quieren apedrear?,
pregunta Jesús, insistiendo en que le crean no sólo
por las palabras, sino por las obras que realiza, pues ellas
son las que dan testimonio de que verdaderamente
es y actúa como Hijo de Dios.
¿A quién recurres cuando necesitas clarificar
decisiones dolorosas en el cumplimiento de tu
misión de vida?
24
San José, el hombre justo
2Sm 7, 4-5.12-14.16 | Sal 88 | Rm 4, 13.16-18.22 | Mt 1, 16.18-21.24.

-J esús, mira este yugo, está bien hecho, pero podría


estar mejor.
–Lo he probado, papá, y no creo que se vaya a salir en
ningún caso. Pero si quieres que lo retoque…
–Eso me parece bien, hijo, pero no se trata sólo de este
yugo. Yo sé que te esmeras todo lo que puedes, pero
deberíamos acostumbrarnos a hacerlo todo al detalle.
–Y a ti, papá, ¿te parece tan importante hacerlo todo al
detalle cuando hay tanta injusticia y tanta gente que pasa
hambre?
–Es verdad, hijo, el mundo no está bien. Pero no se arregla
nada con ser un descuidado y hacer las cosas a medias.
–Pero, papá, ¿no sueles hablarme tú mismo de lo mal
que está el mundo? Dios no quiere un mundo como éste.
Y esta situación no se arregla esmerándose en los pequeños
detalles. Tiene que venir pronto el Reinado de Dios.
–Desde luego, hijo. Eso me dices tú siempre, y yo cada
día lo deseo más. Pero no creo que ese Reinado sustituya
nuestro esfuerzo ni nos ahorre el cuidado de los detalles,
porque los detalles son amor…
–O sea que, ¿hay que hacer las cosas bien, bien, bien?
–Sí, hijo, hay que hacer las cosas al detalle, y a la vez
pensar en transformar toda la sociedad, Dios lo hará, pero
con nuestro trabajo, hijo, con nuestro trabajo colaboramos.
José tuvo que haber sido un buen padre, tanto que
Jesús escogió esa imagen para hablar de Dios. ¿Pides
a Dios Padre para que tu papá biológico se parezca
cada vez más a Él?
19 Q marzo Q sábado Q 2016
La mirada de Jesús
Is 50, 4-7 | Sal 21 | Flp 2 ,6-11 | Lc 22, 14-23. 56.
Yo tuve una relación
bastante buena con el
Señor. Le daba gracias, le
pedía cosas, para mí y
para otros, le ofrecía mi
vida, en fin, conversaba
amenamente con Él…
Pero siempre tuve la
incómoda sensación de que Él deseaba que le mirará
a los ojos… cosa que yo no hacía. Yo le hablaba, pero
desviaba mi mirada cuando sentía que Él me estaba
mirando.
Yo miraba siempre a otra parte. Y sabía por qué:
tenía miedo. Pensaba que en sus ojos iba a encontrar
una mirada de reproche por algún pecado del que no
20 Q marzo Q domingo Q 2016

me hubiera arrepentido. Pensaba que en sus ojos iba


a descubrir una exigencia; que había algo que Él
deseaba de mí.
Al fin, un día, reuní el suficiente valor y miré. No
había en sus ojos reproche ni exigencia. Sus ojos se
limitaban a decir: “Te quiero”. Me quedé mirando
fijamente durante largo tiempo. Y allí seguía el mismo
mensaje: “Te quiero”.
Y, al igual que Pedro, salí y lloré.
La pasión de Jesús resume muy bien el drama
humano. En los personajes que aparecen en ella
encontramos reflejados nuestros pecados y cobardías:
traición, mentira, burlas, negación, interés, falsedad,
vengarnos con inocentes, egoísmo…
Sin embargo, ¿entendemos, también en ella, el gran
amor de Dios, reflejado en la frase de Jesús: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen”?
26
21 Q marzo Q lunes Q 2016
Is 42, 1-7 | Sal 26 | Jn 12, 1-11.

Los dos lobos


U n viejo cacique de una tribu estaba teniendo una
charla con sus nietos acerca de la vida.
Les dijo:
–¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí…!
¡Es entre dos lobos!
Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor,
rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento,
orgullo, inferioridad, mentiras, egolatría, competencia
y superioridad.
El otro lobo es bondad, alegría, paz, amor, esperanza,
verdad, serenidad, humildad, dulzura, generosidad,
amistad, empatía, benevolencia, compasión y fe.
Y esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes
y dentro de todos los hombres de la tierra.
Lo pensaron durante un minuto y uno de los niños
preguntó:
–¿Y cuál de los lobos crees que ganará, abuelo?
El sabio cacique respondió simplemente:
–El que tú alimentes.
Estos días santos que desembocan en la celebración
del Misterio Pascual nos van presentando diversos
personajes que convivieron con Jesús con diferentes
resultados, salvación o condenación, según supieron
ir alimentando a sus lobos internos.
¿Cuál de tus “lobos” estás alimentando?
27
22 Q marzo Q martes Q 2016
Is 49, 1-6 | Sal 70 | Jn 13, 21-33.36-38.
La historia del salmón
¿Has visto alguna vez a los salmones saltando río
arriba? El salmón nace en el río y permanece en agua
dulce mientras es pequeño. Al llegar a su juventud, baja
hasta el mar, donde vive y llega a su madurez. Cuando se
acerca la época de la reproducción, emprende el camino
de vuelta, volviendo exactamente al lugar donde nació.
Es un viaje muy duro. Centenares de kilómetros, llenos de
dificultades, de rápidos y cascadas. Tiene que liberarse de
las plantas acuáticas que lo pueden retener o de los s osos
voraces. ¡Y si sólo fuera eso!
Lo peor es que el salmón se encuentra en el río a muchos
compañeros que se dejan arrastrar por la corriente y que
le dicen: “Ven con nosotros. En el mar se está muy bien.
¿Para qué quieres ir allá arriba?” Y otros le gritan: “¡No subas
más arriba: hay peces que te atacan!” Y es verdad. El salmón
puede ver en su camino algunos salmones heridos por las
mordeduras de otros depredadores acuáticos.
Parece que los salmones no comen nada, una vez que
han comenzado su ascensión río arriba. Sólo el instinto les
da fuerzas para luchar contra corriente. No todos llegan
a la meta: muchos mueren exhaustos durante su titánico
viaje. Pero al llegar al lugar de su nacimiento, las hembras
ponen los huevos y los machos los fertilizan. Ya pueden,
agotados, morir: ellos sí han sido fecundos, entregando
su vida para dar vida a otros.
Jesús le dice a Pedro, demasiado confiado en sus fuerzas:
“Hoy me negarás tres veces”.
¿Estás aprendiendo a confiar
más en Dios que en tus
propias fuerzas, para superar
tu propia debilidad?
28
La moneda falsa
Is 50, 4-9 | Sal 68 | Mt 26, 11-25.
Había un viejo hombre que
se ganaba la vida vendiendo
toda clase de baratijas en el
mercado. Algunos de sus
compradores, sabiendo que tenía la vista muy débil,
le pagaban con monedas falsas. El anciano se daba
cuenta, pero no decía nada. Otros a veces afirmaban
haberle pagado, cuando en realidad no lo habían
hecho, y él aceptaba su palabra.
Cuando le llegó la hora de morir, alzo sus ojos al
cielo y dijo: “Oh, Dios, he aceptado de la gente muchas
monedas falsas, pero ni una vez he juzgado a ninguna
de esas personas en mi corazón, sino que daba por
supuesto que no sabían lo que hacían. Yo también soy
una moneda falsa y un pecador. No me juzgues, por
favor.”
Y se oyó una voz que decía: “¿Cómo es posible
juzgar a alguien que en toda su vida no ha juzgado a
los demás?”
Muchos pueden actuar amorosamente, pero es
rara la persona que piensa amorosamente. Tanto
Isaías como Jesús, han confiado en Dios y saben
que no quedarán confundidos; aun cuando serán
entregados, saben que no serán abandonados.
¿Cómo te has preparado y te preparas para vivir
el paso de Dios por tu vida?

23 Q marzo Q miércoles Q 2016


24 Q marzo Q jueves santo Q 2016
Ex 12, 1-8.11-14 | Sal 115 | 1Cor 11, 23-26 | Jn 13, 1-15.
La piedra de sopa
Un extraño, bien vestido, pedía a una mujer algo de comer.
–Lo siento, dijo ella, no tengo nada en casa. –No se preocupe,
dijo el extraño, tengo una piedra de sopa; si me permitiera
echarla en una olla de agua hirviendo, yo haría la más exqui-
sita sopa del mundo. Una olla muy grande.
A la mujer le dio curiosidad, puso una gran olla al fuego y
fue a contar el secreto de la piedra de sopa a sus vecinas.
Cuando el agua comenzó a hervir, todo el vecindario había
ido a ver la receta de la piedra de sopa. El extraño echo la piedra
en el agua, luego probó con
verdadero deleite: –¡Deliciosa!
Lo único que necesita es unas
cuantas papas.
–¡Yo tengo papas!, gritó
una mujer. Y en breve estaba
de regreso con varias papas
peladas para echar a la olla.
El extraño volvió a probar la sopa. –¡Excelente!, dijo. Y añadió,
Si tuviéramos algo de carne, quedaría apetitoso…
Otra ama de casa salió corriendo por un pedazo de carne
que el extraño, introdujo en la olla. Volvió a probar, y dijo:
¡Sabroso! Si tuviera verduras, sería perfecto…
Una de las vecinas fue corriendo a su casa y volvió con
cebollas y zanahorias. Después de agregarlas a la olla, el extraño
probó nuevamente el guiso y solicitó: –¡La sal! –Aquí la tiene,
dijo la dueña de la casa. A continuación, el extraño ordenó:
–¡Platos para todos! La gente se apresuró a ir a sus casas en
busca de platos y regresaron, incluso, con algo de pan y fruta.
Todos se sentaron a disfrutar raciones abundantes de la
increíble sopa y se sentían extrañamente felices, mientras
compartían, por primera vez, aquella “sopa de piedra”.
¿La última cena es para mí compartir y servir?
30
25 Q marzo Q viernes santo Q 2016
Is 52, 13-53, 12 | Sal 30 | Heb 4, 14-16; 5,7-9 | Jn 18, 1-19, 42.
Dalo todo a quién quieres
Hace muchos años, cuando trabajaba
como voluntario en un Hospital, conocí
a una niña que sufría una extraña
enfermedad. Su única oportunidad de
recuperarse aparentemente era una
transfusión de sangre de su hermano de
cinco años, quien había sobrevivido
milagrosamente a la misma enfermedad
y había desarrollado los anticuerpos
necesarios para combatirla.
El doctor le explicó la situación al niño, y le preguntó si
estaría dispuesto a dar su sangre a su hermanita. Lo vi
dudar sólo por un momento antes de dar un gran suspiro
y decir: “Sí, lo haré, doctor, si esto la salva.”
Durante la transfusión, él estaba estirado en una cama
junto a la de su hermana, y sonreía nervioso mientras
nosotros lo asistíamos y veíamos volver el color a las
mejillas de la niña.
En un determinado momento la cara del niño se puso
pálida y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le
pregunto con voz temblorosa: “Doctor, ¿a qué hora
empezaré a morirme?”
Y es que siendo sólo un niño, no había comprendido
bien: él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana.
Y entonces, él moriría. Y aun así, estuvo dispuesto a
hacerlo.
Dios nos entregó a su propio Hijo por amor. Y Jesús
dio su vida por nosotros. “Nadie tiene más amor que
aquel que da la vida por aquellos que ama”. ¿Eres capaz
de superar tus miedos y compartir tu vida por amor?
31
26 Q marzo Q sábado santo Q 2016
Gn 1, 1-2,2 | Gn 22, 1-18 | Ex 14, 15-15,1 | Is 54, 5-14 | Is 55, 1-11 |
Bar 3, 9-15.32-4,4 | Ez 36, 16-17a.18-28 | Rm 6, 3-11 | Lc 24, 1-12.
¡Ya ganamos!
Imaginemos que somos parte de un equipo de futbol. No
somos muy buenos, pero, conseguimos llegar a la final de un
torneo oficial. Lo malo, en la final nos toca jugar contra el
equipo más fuerte y sabemos, ciertamente, que no podremos
ganar. De todos modos, entrenamos duro.
El día del partido, nos presentamos con anticipación y
dispuestos a todo. Faltando 10 minutos para el juego, el otro
equipo no llega, el árbitro avisa que si no llega a tiempo,
firmará el acta y se retirará. Seremos campeones. Entonces,
rogamos para que no lleguen… A la hora en punto, sólo
llegan dos jugadores, el árbitro firma el acta que nos hace
campeones, y se va.
Mientras estamos festejando, llega el resto del equipo
contrario y nos dice: –Ya que hemos venido, echemos un
partido. Nosotros con precaución les decimos: –Bueno, sí,
pero nosotros ya ganamos el torneo.
–Sí, por supuesto –nos responden–, ustedes ya ganaron.
Como no lo creemos del todo, insistimos: –Pero, nosotros
ya ganamos, y somos campeones. –Sí, tranquilos, nos
aseguran, no ven que ya el acta está firmada y el árbitro ya
hasta se fue.
Comenzamos el partido, tranquilamente, sin presión
alguna de recibir cualquier goleada, total, ¡ya ganamos! Así que
nos dedicamos a disfrutar del mejor juego de nuestra vida.
Esto es Pascua: con Jesús, ¡ya ganamos! No tenemos que
ganar el cielo, él ya firmó el acta que nos hizo campeones.
¿Disfrutas del juego de la vida, con ganas y sin miedo,
y colabora para que otros también lo disfruten?
32
27 Q marzo Q domingo de Pascua Q 2016
Hch 10, 34a. 37-43 | Sal 117 | Col 3, 1-4 | Jn 20, 1-9.
¡Ahora vas a ganar!
Hace algunos años, en las olimpiadas para personas con
capacidades especiales de Seattle, nueve participantes se
alinearon para la salida de la carrera de los cien metros lisos.
A la señal, todos partieron, no exactamente disparados,
pero con deseos de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y
ganar el premio. Todos, excepto un muchacho, que tropezó,
cayó al suelo y comenzó a llorar fuertemente.
Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso
y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se
detuvieron y regresaron… ¡Todos!
Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló
a su lado, le dio un beso y le dijo: –Listo, ahora vas a ganar.
Lo levantaron y todos, los nueve competidores entrelazaron
los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.
El estadio entero se puso de pie y no había un sólo par de
ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos y las personas
que estaban allí aquél día, repiten esa historia hasta el día de
hoy.
Al morir Jesús, parecía que había
fracasado, y habían ganado los
sumos sacerdotes que lo mataron…
pero no, Jesús ganó, y la Pascua es
la señal. Cuando María Magdalena
les avisó a Pedro y al discípulo
amado, que no estaba el cuerpo de Jesús, los dos
corrieron al sepulcro. El discípulo amado corría más
rápido y llegó antes, pero luego, espero a Pedro para
entrar.
¿Estás convencido de que el verdadero sentido de
la vida es que todos ganemos juntos y no cada uno de
manera individual?
33
Donde todo comenzó
Hch 2, 14.22-33 | Sal 15 | Mt 28, 8-15.
La celebración litúrgica de la Cuaresma y del
Misterio Pascual nos encamina ahora hacia
Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo, con la cual
comprenderemos en su justa dimensión todo lo
que hemos vivido hasta aquí.
En la cincuentena Pascual
estaremos escuchando el libro
de los Hechos de los Apóstoles,
continuidad y realización de la
historia de la salvación. El
proyecto del Reino de Dios
vivirá ahora una nueva etapa: el
Espíritu de Jesucristo y de Dios
Padre, actuará ahora en los discípulos de Jesús, y
en los que irán creyendo en Él por la evangelización
de ellos.
El evangelio nos presenta el proceso de
reencuentro que Jesús necesita suscitar con sus
discípulos después de la Pascua. El Hijo del
hombre, en efecto, ha ido a Jerusalén, ha sido
entregado en manos de los principales de los
judíos y ha sido asesinado, pero ahora ha sido
vuelto a poner en pie por el Espíritu del Padre. Y
sigue vigente la misión para la que ha venido
preparando a sus discípulos. Tendrán todos que
volver a Galilea, donde todo comenzó.
¿Consideras que ya viviste tu experiencia de
encuentro con Jesucristo? ¿Cómo fue?

28 Q marzo Q lunes Q 2016


29 Q marzo Q martes Q 2016
Hch 2, 36-41 | Sal 32 | Jn 20, 11-18.
Nadie pronuncia mi nombre como Tú
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos
presenta una de las primeras consecuencias de la
acción del Espíritu Santo: Pedro y los discípulos,
que apenas un momento antes de recibir al
Espíritu, se encontraban escondidos por miedo a
los judíos, han salido del salón en que se
encontraban y comunican, con toda convicción
y valentía, a unas tres mil personas: “aquel al que
ustedes han crucificado, ha sido constituido
Mesías y Señor, por la acción de Dios.” ¡Y no sólo
les conmueven el corazón, sino que además
consiguen su conversión, su bautismo y que se
agreguen al grupo de los seguidores de Cristo!
El evangelio nos presenta a uno
de los personajes principales a quien
Jesús le devolvió el sentido de su
vida con su acción evangelizadora:
María Magdalena. Sólo Él supo
ver en ella lo que ni ella misma
era capaz de reconocer, y perdiendo
a Jesús, lo ha perdido todo, por
eso llora desconsolada junto al
sepulcro. Una sola cosa basta para que ella lo
reconozca: su nombre, “María”, pero dicho con
la familiaridad con que nadie más sería capaz de
pronunciarlo.
¿Qué significa para ti el que Jesús quiera
pronunciar tu nombre, y reconocer en ti lo
que nadie más es capaz de valorar?
35
30 Q marzo Q miércoles Q 2016
Hch 3, 1-10 | Sal 104 | Lc 24, 13-35.

En el nombre de Jesucristo
En el evangelio de Lucas leemos el relato de dos
discípulos, que tras la muerte de Jesús, regresan
desilusionados a su aldea, pues las cosas no han
salido como ellos lo esperaban, ni en el tiempo que lo
deseaban. Sin embargo, Jesús les sale al encuentro,
a pesar de que ellos no lo reconocen, y por el camino
les va explicando las Escrituras y cómo logran su
cumplimiento en el Misterio Pascual de Cristo. Ya
en su destino, Jesús parte el pan. Entonces ellos le
reconocen y vuelven inmediatamente a Jerusalén
para anunciar lo ocurrido.
Vivir la Pascua de Jesús, nos enseñan los Hechos
de los Apóstoles, es sentir, pensar y actuar como
Jesús lo haría si estuviera en nuestra situación.
Pedro y Juan, que presenciaron infinidad de señales
curativas y evangelizadoras de Jesús, sanan a un
paralítico invocando el nombre de Jesucristo y
actuando como Él actuaba, con la confianza de
que el Espíritu del maestros está ahora con ellos.
¿Descubres la presencia de Dios en los momentos
difíciles de tu vida? Ve a misa y después, en la comida,
comparte con los tuyos lo que la reflexión del relato
del Camino de Emaús te ha sugerido.
36
La lección del fuego Hch 3, 11-26 | Sal 8 | Lc 24, 35-48.
Un hombre que regularmente asistía a las reuniones de sus
amigos, sin ningún aviso dejó de participar en las actividades
del grupo.
Después de algunas semanas, uno del
grupo decidió visitarlo. Era una noche
muy fría, y el amigo lo encontró en la
casa, solo, sentado frente a la chimenea
donde ardía un fuego brillante y
acogedor. Adivinando la razón de su visita, después de darle
la bienvenida, el anfitrión lo condujo a una silla cerca de la
chimenea. Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo
contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos
de leña que ardían.
Al cabo de unos minutos, el visitante se levantó y
cuidadosamente con un palo seleccionó una de las brasas que
se habían formado, la más incandescente de todas, y la
empujó hacia un lado, fuera del fuego. Sin decir nada.
Al poco rato la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta
que sólo fue un pequeño brillo y luego su fuego se apagó. En
poco tiempo lo que antes era una fiesta de color y luz, ahora
no pasaba de ser un frío y muerto pedazo de carbón.
Ninguna palabra fue dicha entre los dos. Antes de irse, el
amigo empujo de nuevo la brasa hacia el fuego. se volvió
inmediatamente a encender, alimentada por el calor y la luz
de los carbones ardientes en torno a él.
Cuando el visitante llegó a la puerta para irse, su anfitrión
le dijo: –Gracias por tu visita y por el bello sermón. Regresaré
al grupo de amigos que tanto bien me hace.
Infórmate en tu parroquia o en tu comunidad
sobre dónde y cómo profundizar tu fe en Jesucristo.
31 Q marzo Q jueves Q 2016
“Anunciaban en la persona
de Jesús la resurrección de
los muertos”
Hch 4, 1-12 | Sal 117, 1-27 | Jn 21, 1-14.
Los jerarcas del pueblo –sacerdotes,
jefes de la guardia y saduceos– estaban Juleon Schins
indignados ante este anuncio. ¿Y cuándo no, mis amigos?
Así sigue sucediendo. La resurrección de Jesús es el hecho
mayor de la historia, pero también el más revolucionario,
y la razón de la esperanza. Los manipuladores de las
ganancias de este mundo no pueden llevarse bien con la

v i e rnes * 2016
Resurrección. Caerían en contradicción. Algunos de los
ateos actuales se les parecen, pero “ganan un dinerillo
bastante interesante por escribir tonterías acerca de un
dios que (según ellos) no existe” (La afirmación se la
debo a Juleon Schins, biofísico, doctor en física molecular
y, profesor de nanotecnología en la Universidad de
Delf –Holanda).
Siete de los amigos de Jesús, dirigidos por Pedro, se van
a pescar. Pero –aquella noche– no pescaron nada. Y eran
los técnicos en pesca. Amanecía ya, y un desconocido les
dice: “Echen la red a la derecha”. Lo hicieron así y no
podían con las redes de tanos pescados capturados. El
discípulo amado le dice a Pedro: “¡Es el Señor!”
Jesús les preparó el desayuno. No les echó en cara el
haberlo dejado solo en la pasión, bien escondidos en su
miedo. Él los reconcilia con ternura y sin reproches. El
Resucitado –para ellos, para ti y para mí– sigue siendo el
que nos busca, nos ayuda, nos perdona y nos sigue dando
de su pan y de su vida.

1 * abr i l *
2 * abril * sábado * 2016
Hch 4, 13-21 | Sal 117, 1-21 | Mc 16, 9-15.
“Se apareció primero a María Magdalena”
Pedro y Juan habían curado a un hombre tullido. Y, en los
jefes judíos, aparecieron el miedo y sus hijas, las amenazas.
Los muertos no curan a nadie. Si Jesús fue muerto,
crucificado y enterrado, ¿cómo puede seguir dando vida?
Los jefes se alarmaron. Pedro les dice: “Ha sido curado por
el nombre de Jesucristo, a quien ustedes crucificaron y a
quien Dios resucitó de entre los muertos”. Todos conocían
al tullido, no podían negar su curación. Pero los jefes,
amenazándolos, les prohibieron seguir hablando de Jesús.
¡Qué tolerantes!
Hoy, a muchos católicos, (¿soy de esos?) no es preciso
amenazarlos ni prohibirles hablar de Jesús. No lo necesitan.
Ni se les ocurre hacerlo. Se suman sumisos a la autocensura
de los medios de comunicación, que sólo saben hablar del
cristianismo si encuentran algún escándalo. Hace ya algún
tiempo (27, julio, 2013) nos decía el Papa Francisco:
“Estamos llamados por Dios –con nombre y apellido– cada
uno de nosotros, llamados a anunciar el Evangelio y a
promover con alegría la cultura del encuentro”. ¡Como
María Magdalena!
Recuerdo a aquel africano, de la
tribu de los pel, a quien sus familiares
le quitaron todo por hacerse cristiano.
Decía: Ahora soy libre, y voy por
todas partes anunciando a mi Señor,
y si paso una semana sin hacerlo, me
parece que mi lengua está reseca y
me sabe a paja mojada. ¿Estaría loco
o enamorado?
40
“Les mostró las manos y el costado”
Hch 5, 12-16 | Sal 117, 2-27 | Jn 20, 19-31.
El Jesús resucitado no es lo
mismo que antes, pero es el mismo.
Ahora ya no está sometido a las
tinajas del tiempo y del espacio. Y
se presenta a sus discípulos sin
pedirle permiso a las puertas, ni a
los muros que nosotros levantamos.
Les da la paz, la misión y el Espíritu
para perdonar los pecados. Pero
aquel atardecer, Tomás no estaba con sus compañeros,
no hacía comunidad con ellos. Y era el primer domingo
de la historia.
3

* abril * domingo (2° de Pascua) * 2016


Cuando los otros le contaron su encuentro con Jesús,
sólo le faltó llamarles botarates. Y se puso a inventar
condicionales: “si no veo en sus manos…, si no meto
mi dedo… si no introduzco mi mano en su costado…
no creeré”. (Parece mi maestro en ingeniarse excusas).
Si mis hijos no me dieran tanto trabajo, si estuviera
menos cansado, si cambiaran de párroco, si hoy no
tuviera que arreglar el calefactor… iría a misa con la
comunidad).
Jesús, el amoroso y paciente Jesús, se presentó de
nuevo el domingo siguiente, cuando ya estaba Tomás.
“Acerca aquí tu mano y mete tus dedos y mira mis
manos… y mi costado…”.
Y, con Tomás, también yo quiero confesarlo: “¡Señor
mío y Dios mío!”. Quiero conocerlo y amarlo y responder
a su pregunta de siempre: ¿Quién soy Yo para tu vida
de cada día? ¿Quién soy Yo para sus actitudes, tus
relaciones y motivos?
4 * abril * lunes (Anunciación) * 2016
Is 7, 10-14; 8,10 | Sal 39, 7-11 | Hb 10, 4-18 | Lc 1, 26-38.
“Y el ángel, dejándola, se fue”
Si los ángeles no te acompañan sensiblemente, no te
preocupes. A excepción de este misterioso momento de
la Anunciación, así le sucedió a la Virgen
María durante toda su vida. Como tú y yo,
vivió su fe sin agarraderos especiales. A
diferencia de nuestro modo de vivirla, ella
lo hizo desde el total consentimiento y
entrega. De su mano, podremos intentarlo.
“Dios es el Amor arrodillado que espera
eternamente el consentimiento de nuestro amor”. Ella
le dijo “Sí”, y se fue a servir a quien la necesitaba.
¿Nosotros?
Juan XXIII decía “cada uno de nosotros tiene que ser
como la Virgen María: Jesucristo, en el corazón; la cabeza,
en la eternidad; las manos, una en la Eucaristía y otra en
los pobres; y los pies, pisando la tierra, pero sobre la tierra,
para no enfangarnos en ella”. Y el Papa Francisco nos dice
que María es “la mujer del sí a la vida; la ´Virgen de la
prontitud´ en el servicio a los demás; la contemplativa en
las cosas cotidianas; la madre de los pobres, y su alegría; y
la madre de los apóstoles y evangelizadores”.
En los días gozosos de la navidad y en los trágicos de
la cruz de su hijo, allí estaba ella, perseverante y fiel.
Hoy, madre nuestra, ruega para que nos parezcamos
a ti. A ti te lo pedimos, pues como decía Dante, uno de
tus devotos, “quien desea una gracia y no recurre a ti
quiere que su deseo vuele sin alas”.
42
“Se han aliado Herodes y Pilato con las naciones
contra… Jesús”, “concede a tus siervos proclamar tu
palabra con valentía…” Hch 4, 32-37 | Sal 92, 1-5 | Jn 3, 5-15.

A
sí nos recuerda la primera lectura de hoy. Y Jesús
le dice a Nicodemo en el evangelio: “Tienen que
nacer de nuevo (y de lo alto)… el Hijo del Hombre será
levantado para que todo el que crea en él tenga vida”.
Los bien pagados funcionarios de la ONU o de este y
el otro país o unión de países, promoverán el pensamiento
único y la sumisión general a sus agendas anticristianas.
Mi familia o tus vecinos desatenderán la fe y su Buena
Noticia. O serán seguidores clandestinos o acomplejados
como Nicodemo. Es posible y acaso no infrecuente.
Pero, frente a ellos y también por ellos, como por ti y
por mí, está Jesús y nos asegura que hemos de nacer de
nuevo y creer en él para tener la vida. Y, en consecuencia,
“proclamar la palabra con valentía”. Al mismo tiempo,
«quien quiera influir en el mundo actual, tiene que
amarlo: ¿Cómo puede alguien comprender y consolar
a los demás si nunca ha sido destrozado por la tristeza?”
(Jutta Burggraf).
Sé, Señor Jesús, y tú sabes qué difícil es nuestro
tiempo y sus circunstancias. Nunca ha sido fácil vivir
confiados y coherentes. Pero lo que tú nos pides es para
bien nuestro. Y, si te acogemos, nos irás dando la gracia
para hacerlo vida diaria. Quiero fijarme más en ti que
en las dificultades. Sé que las agendas contrarias también
nos dan la ocasión para ser misericordiosos, pedir por
los demás y no dejar que nada ni nadie nos saque de tu
Camino. No queremos salvarnos sin los demás, ¡sálvanos
con todos!
5 * abril * martes * 2016
Tanto amó Dios al mundo
que entregó a su Hijo
Hch 5, 17-26 | Sal 33, 2-9 | Jn 3, 16-21.
¿Hay algún resumen mejor de la
Buena Noticia que es Jesús? “Tanto
amó Dios al mundo, tanto lo ama,
que le dio a su Hijo único… Y este
Hijo se entregó del todo, sin límite,
sin pasarnos recibo, sin condiciones.
“¡Tanto amó Dios al mundo…”, y lo leo o lo escucho y
sigo, como si lo hubiera entendido. ¡Tanto me puede
enfermar la costumbre!
Me imagino los ojos de Nicodemo al oír a Jesús. Él
había ido a verlo con precauciones. ¿Era de verdad el
Mesías o era un nuevo maestro, aunque con más
autoridad? Nicodemo acepta que Jesús viene de parte
de Dios por las obras que hace, pero ¿es posible dar un
6 * abril * miércoles * 2016

paso más? Nicodemo busca, va al encuentro de Jesús,


le pregunta, lo escucha. Hay que nacer de nuevo, no
basta la inteligencia y la simpatía. Más aún, es preciso
creer en el Hijo, “el que cree en él no será juzgado”, le
dice Jesús. Y creer en él significa dejar que se
conmocione la propia vida. Significa ir dejando espacio
en uno a esa Noticia inimaginable: Tanto amó Dios al
mundo que le entregó a su Hijo.
San Pablo lo experimentó y supo decirlo:”Vivo en la fe
en el Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo
por mí” (Gál 2, 20). Y la primera Carta de san Juan (4,
16) confiesa: “Nosotros hemos llegado a conocer y
hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros”.
Danos, Señor Jesús, que también nosotros –hoy– los
experimentemos y vivamos. Amén.
44
7 * abril * jueves * 2016
Hch 5, 27-33 | Sal 33, 2-20 | Jn 3, 31-36.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna
A Pedro y compañía, sus autoridades les prohibieron
hablar de Jesús, pero no les hicieron caso. Los azotaron
por hablar de Jesús, y lo siguieron haciendo. Los
encarcelaron por hacerlo, y ahora, ante el senado
judío, les dice Pedro: “Hay que obedecer a Dios antes que
a los hombres”.
¿Y si es el Presidente o la Corte Suprema? ¿Si es el
partido y sus altísimas jerarquías? ¿Si es la Academia
y sus sabios pontífices? O, dejando al margen estos
pormenores, ¿también hemos de obedecer a Dios
antes que a la costumbre, la propia cultura o los
propios ritos? ¿Antes que al “qué-dirán-los-demás”
o los propios y contaminados juicios? ¡Antes que
lo que diga el General del Ejército? «Monseñor
Romero fue asesinado por decir en una homilía que
una ley inmoral no hay que cumplirla».
Aquél Jesús, “a quien ustedes mataron”
–les dice Pedro– ha resucitado. El
evangelio añade: “El que acepta su
testimonio certifica que Dios es veraz… El
que cree en el Hijo tiene vida eterna”.
Esa vida que no puede dar ni el
presidente, ni la tremenda Corte, ni el
partido, ni la academia, ni tú y yo
juntamente con ellos. “El que resiste al
Hijo, no verá la vida…”. ¿Quieres la vida? ¿La vida
verdadera, sin miedo y sin sombras? ¡Sí, la quiero! Y
quiero obedecer al más amoroso y libre, al Dios
mostrado en Jesús.
45
“Recojan los trozos sobrantes para que
nada se pierda” Hch 5, 34-42 | Sal 26, 1-14 | Jn 6, 1-15.
Debería ponerme de rodillas para recibir el amor
que me dan, y acogerlo bien para que nada se pierda.
“Cinco panes de cebada y dos pescados” tenía el
joven del evangelio. Pero, ¿qué es eso para la gran
multitud que rodeaba a Jesús?
Al este de China, en una aldea de la provincia de
Shandong, vive el granjero Du Yuanfa. Tiene ya 84
años. Se casó, a sus 28, con la joven veinteañera
Zhu Yuai. Pero ésta, cinco meses después, se quedó
paralizada, las cosas se le caían de las manos y había
que alimentarla en la boca. La llevó de hospital en hospital,
pero todo fue inútil. Varios de sus
amigos le aconsejaban: Déjala y
comienza una nueva vida. Pero, él
–Du Yuanfa– le dijo a su jovencísima
esposa: “No te preocupes, te cuidaré
siempre”. Lleva haciéndolo así 56
años con sus días y sus noches,
sus inviernos y sus veranos.
Cinco panes de cebada y dos
pescado. Eso era todo. El amor de un hombre fiel,
¿qué más tenía este pobre granjero? Pero, los
vecinos de la zona se fueron enterando y –unos hoy
y otros mañana–, les han ido ayudando con comida,
admiración y medicinas. El amor de Du Yuanfa los ha
contagiado.
La generosidad que tú pones es como un buen
per fume que, al destaparse, “llena la casa de
fragancia”, y a todos nos desafía y nos aroma. Sigue
poniéndola. Todos te necesitamos, a ti y a tu amor de
cada día… Tus cinco panes y tus dos pescados.
8 * abril * viernes * 2016
9 * abril * sábado * 2016
Hch 6, 1-7 | Sal 32, 1-19 | Jn 6, 16-21.
“Yo soy, ¡no tengan miedo!”
Los próximos seis días seguiremos
leyendo fragmentos del capítulo 6 del
evangelio de san Juan. Hoy nos toca la
tempestad en el mar de Galilea…
¿O más bien la tempestad en el mar
de tu existencia? Aquí, donde la barca
es tu vida; el timón, tu libertad, y las olas asaltantes, estas
contradicciones y dolores emocionales, físicos, oscuros, cuya
solución no se adivina. ¿Dónde estoy? ¿Dónde, tú, mi Dios,
que parece que te has escondido de mi pobre rostro? Leo el
salmo y me dice: “El Señor sana a los quebrantados de
corazón y venda sus heridas”. ¿Es eso, Señor, lo que me
pides? ¿Un corazón lleno de humildad y de arrepentimiento,
capaz de ver su miseria para acoger tu misericordia?
Hay otra tempestad como un agujero negro que todo lo
quiere succionar y tragar. Está en el mundo que nos rodea,
tan mal repartido y tan premiador de individualismos
egoístas y aislados. No quiero aumentar esa tempestad. No
debo hacerlo.
Y la otra tempestad, ésta de la barca de la Iglesia,
salpicada a cada rato de rutina o de escándalos o de
cristianos inconscientes, desorganizados o neutrales. El Papa
Francisco, decía en su viaje a la República Centroafricana:
“hemos experimentado que el Señor está con nosotros en la
barca, es él quien la guía y a él hemos renovado el
compromiso de seguirle. Él es nuestra esperanza, nuestra
paz, el rostro de la divina Misericordia”. ¡Renovamos
nuestro compromiso!
47
10 * abril * domingo (3° de Pascua) * 2016
Hch 4: 1-12 | Sal 117, 1-4.22-25-27a | Jn 21: 1-14,27 | Apc 5, 11-14 | Jn 21: 1-19.
“Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero”
(Puedes releer el comentario del pasado día 1 de

T
abril. Hoy nos fijamos en los últimos versículos).
ú sabes, Señor, que te quiero”... Sabes que
“ quiero quererte, y te lo pido. Cuando me fijo
en ti, todo cobra un nuevo sentido. Hasta los
sufrimientos y los propios pecados. Es como si viniera
la primavera vistiendo de flores el campo. Tu cruz y
tu amor resucitado saben a libertad, a esperanza. Ya
no hay muros, ni hados, ni fatalidades, y Dios no es
una ecuación, ni el resultado de nuestras deducciones.
Tú lo llamabas Abba –Padre– y te jugaste la vida
confiándosela. “El Hijo de Dios ha venido ya y nos
ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero”
* * * * * * * * * *

(1 Jn 5, 20). Tú, que eres de amor sin orillas y Dios


hecho hombre, nos mostraste al Dios que es Amor
sin condiciones.
Pedro te había negado tres veces, ¿cuántas lo he
hecho yo? Hoy le preguntas: Pedro, ¿me amas? Y,
como él, quiero decirte: Tú sabes, Señor, que te
quiero. Mi amor es como yo, pobre, pequeño,
distraído, escasamente fiel, pero me encanta que
mis amigas y amigos te amen. Que todos te amen.
Eres el que no merecemos. Y mirándote a ti, estoy
lleno de confianza. Tú eres mi abogado y mi mérito,
mi Dios, mi libertad, mi hoy y mi mañana y –aunque
escaso de mi parte– mi amor a los demás y mi
horizonte.
Con palabras robadas, también yo te digo: Oh,
buen Jesús, óyeme; dentro de tus llagas, escóndeme,
y no permitas que me aparte de ti.
48
“Y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús”
Hch 6, 8-15 | Sal 118, 23-30 | Jn 6, 22-29.
Beatrice Fazi no encontró a Jesús en Cafarnaún. Lo
encontró en la calle romana Via del Corso. Beatrice tenía
entonces 28 años, una vida rota, un aborto provocado,
fama como artista, caminaba cansada. Es actualmente
una figura muy popular en Italia,
intérprete de Melina en “Medico
in familia”.
“Me encontré de pronto ante una
iglesia abierta que parecía invitarme
a entrar. No sé por qué accedí a lo que
me pareció una llamada inexcusable.
Simplemente estaba cansada y tenía
gana de sentarme. La atmósfera que Beatrice Fazi
se respiraba era de gran quietud. En verdad se percibía
que algo poderosamente sagrado estaba sucediendo en
aquel momento. Comencé a llorar. Sin motivo… Me supe
“dulcemente acogida, amada, protegida, esperada.
Como si todo el Amor que siempre había buscado
estuviese allí para mí, justo para mí, para atenderme,
para consolarme, para decirme: «Descansa. Detente. Si
supieras cuánto tiempo hace que te aguardaba... Era Yo
quien siempre te buscaba. Qué hermosa eres, y ni siquiera
lo sabes. No tengas miedo, Yo estoy aquí. Y te amo”.
Y, a partir de entonces, y apoyada por su madre y
por el sacerdote Don Fabio, comenzó a cambiar
radicalmente su vida: “Comprendí cuánta discreción y
delicadeza había empleado Dios para cortejarme
pacientemente, sin cansarse jamás de mis rechazos”. Y
con ella, también encontró a Jesucristo Pierpaolo, el
abogado ateo que era su pareja, hoy su esposo. ¿En qué
Cafarnaún te has hallado o te espera el Señor Jesús?

11 * abril * lunes * 2016


12 * abril * martes * 2016
Hch 7, 51-8, 1 | Sal 30, 3, 21 | Jn 6, 30-35.
“Es mi Padre el que les da el pan verdadero”
Jesús multiplicó los panes para los muchos que se habían
reunido con él. Ellos sólo vieron su hambre saciada, no
lo que significaba el gesto
de Jesús. Al día siguiente
averiguan y lo encuentran
en Cafarnaún. Jesús les dice
que “busquen el alimento
que permanece para la vida
eterna”. Ellos le piden signos.
Moisés dio el maná a nuestros padres, ¿tú que signos
haces para que creamos en ti?
Jesús comienza a hablarles en un hondo y largo
discurso lleno desafíos. Él es pan verdadero, el pan que
les da el Padre, el que sacia las hambres profundas.
Después hablará de la fe en él, como lo quiere el Padre,
para que “tengan vida”. Al final, ante el escándalo de
los presentes adelantará el misterio de la Eucaristía: “El
que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”.
Nos convendría leer el texto seguido, despacio, y
dejándonos cuestionar. Tengo hambre y sed de más, de
más amor, de más dicha, de más claridad. ¿A dónde he
ido para calmarlas? ¿A dónde voy? ¿Con qué me
distraigo? ¿Me interesa –como a Jesús– la multitud que
busca y también tiene hambre de Dios? ¿Me he
contentado con darles cosas y servicios, sin darles al
que es el pan verdadero? Los pobres tienen el derecho
a Jesucristo. No se lo robes.
50
13 * abril * miércoles * 2016
Hch 8, 1-8 | Sal 65, 1-7 | Jn 6, 35-40.

S e desató la persecución, (primera lectura). “Los que


se dispersaron a causa de ella “fueron anunciando
por todas partes la Buena Noticia de la Palabra”.
No iban llorando por lo que habían perdido, iban
compartiendo con alegría a aquel Jesús que los había
hallado a ellos. El francés René Leduc, de padre
desconocido, “educado” por un gánster, él mismo
violento y metido en robos, nos dice hoy –ya sanado
y sacerdote–: “A un cristiano que dé testimonio puede
que lo crucifiquen, pero uno que no testifica ya está como
muerto. Que nadie se desanime de evangelizar”.
Frente a su ofrecimiento a evangelizar, a proclamar
a Jesucristo, otro francés, Manuel Macrón, importante
socialista, les decía a los jóvenes a fines del pasado
noviembre: “Quiero que entre los jóvenes franceses haya
una ambición máxima, que deseen convertirse en
multimillonarios”. Es todo lo que tiene que ofrecer a
los jóvenes el laicista mundo occidental. Eso, más
individualismo, familias rotas, violencia, brechas
crecientes entre ricos y pobres, altos niveles de
ansiedad, ofertas adictivas y degradantes, democracias
corruptas y sin valores.
Jesús les dice en Cafarnaún a sus oyentes: “Esta es
la voluntad del Padre, que el que crea al Hijo, tenga vida
eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. Esa vida eterna
que comienza ahora y aquí como semilla creciente. De
esta vida necesito ser “millonario”;
los otros millones son de los
pobres, de tantas y tantos que
necesitan comida, medicina,
quién los escuche y ayude, y
quién les comparta la Buena
Noticia de Jesús.
“Quien come de este pan vivirá para siempre”
Hch 8, 26-40 | Sal 65, 8-20 | Jn 6, 44-51.

E l etíope, funcionario de Candace, regresaba a su


país, leyendo al profeta Isaías, pero no lo
comprendía. (Así no lo dice la primera lectura).
“¿Cómo podría entenderlo, si nadie me lo explica?”, le dijo
a Felipe. “¿De quién dice esto el profeta?” Y, a partir del
texto (Is 53, 7-8), Felipe “se puso a anunciarle la Buena
nueva de Jesús”. Necesito que me ayuden a entender.
Escuchaba una conversación, una homilía, unos
comentarios, me dijo. Hablaban de Dios, pero no supe
de qué Dios hablaban. Alguien confesó “yo me
considero una persona normal”. ¿Normal en referencia
a los demás o en referencia a Jesucristo? Y así siguieron
mencionando a Dios, sin que yo pudiera saber si era el
“Dios” según Hegel o según Mahoma. Concluyó mi
amigo: una muy alta porción de los cristianos han
jubilado a Jesucristo, o sólo lo usan como ejemplo o
como maestro de algunas cosas. Cuando hablan de
Dios, ¡escucha con atención!, y verás, –no importa qué
títulos tengan– cómo Jesucristo parece un dibujo
borroso. Pero él nos dice también en este evangelio: “El
que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre”, por eso
“nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar” (Mt 11, 27) . “A Dios nadie lo ha visto
jamás, el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él
nos lo ha contado”.
No pocos ateos niegan a Dios. Pero si les preguntas
qué Dios es el que niegan, verás que también tú niegas
esa caricatura que de él hacemos al perdernos al
Jesucristo que nos lo muestra. ¡Podemos cambiar!
14 * abril * jueves * 2016
15 * abril * viernes * 2016
Hch 9, 1-20 | Sal 116, 1-2 | Jn 6, 52-59.
“El que come mi carne… tiene vida eterna”
Desde el versículo 25 de este capítulo 6 de san Juan,
cuatro intervenciones de la multitud dan pie a las
respuestas de Jesús. Ahora, estamos ante la quinta
intervención: “¿Cómo puede este darnos a comer su
carne?”. Jesús responde, y sus palabras “carne” y
“sangre” subrayan que es su vida encarnada la que
constituye el alimento que da la vida. La carne y la
sangre “del cordero de Dios”, entregadas en la cruz y
que se nos dan en la Eucaristía.
Los antiguos habían sido alimentados con la Ley y
el maná, ahora Jesús provocativamente los incita a
“comer su carne” y “beber su sangre”. “El Verbo se
hizo carne” nos había dicho este evangelio en su
prólogo. Hasta aquí, Jesús hablaba de comer (usaba el
educado verbo phage), ahora los provoca usando otro
verbo más rudo: (trogon) masticar. No se trata de
símbolos sentimentales, (nadie mastica símbolos) sino
de aceptar a Jesús y alimentarse de él.
“El que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí”… Y muchos
lo abandonaron.
Se llama Joe Eszterhas. Famoso de
Hollywood. Drogadicto, bebedor
incontrolado, millonario por sus
películas, guionista del thriller erótico Joe Eszterhas
“Instinto básico”, es hoy un hombre nuevo. “¡Dios,
ayúdame!”, clamó en un momento de total oscuridad
e impotencia. Después comenzó a ir a misa cada
semana y a buscar al Señor. Hoy confiesa: “la
Eucaristía, la presencia del cuerpo y sangre de Cristo
inundaron mi mente y es una experiencia sobrecogedora”.
¿Es sólo olvido o costumbre en nuestra vida?
53
16 * abril * sábado * 2016
Hch 9, 31-42 | Sal 115, 12-17 | Jn 6, 60-69.
“¿También ustedes quieren marcharse?”
No era fácil aceptar las palabras de Jesús: “Mi carne
es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”.
Tampoco hoy. Aceptarlas –creyéndolas y viviéndolas– es
aceptar a Jesús –todo entero y no a la carta– como “Señor
mío y Dios mío”. De hecho “muchos de sus discípulos
se volvieron atrás y ya no andaban con él”.
Entonces, Jesús pregunta a los Doce:
“¿También ustedes quieren marcharse?”.
¿También tú? Cuando la apostasía parece
generalizada y confesarse cristiano no da
rentas, cuando los medios y las películas
ridiculizan los valores cristianos…
¿también tú quieres dejarme? Cuando en
este grupo o comunidad hay problemas,
cuando por servir o evangelizar te critican,
cuando te tienta romper tu familia, cuando
es más cómodo abandonar la misa… ¿también tú
quieres dejarme?
Mira a Jesucristo, mira el horizonte donde tantos
cristianos están dando la vida por él, mira cuántos pobres
te necesitan... ¿también tú quieres dejarme? Hay algo más
de mil cien religiosas luchando en ochenta países para
salvar a mujeres y niñas de la trata de la prostitución. No lo
hacen las llamadas feministas. Lo hacen estas entregadas
católicas. Ellas aman. No te sumes a quienes sólo ven
dificultades en la Iglesia. ¿También tú quieres dejarme?
Al regresar de Africa, decía el Papa Francisco: “He
podido constatar que, allí donde hay necesidades, casi
siempre hay una presencia de la Iglesia dispuesta a curar
las heridas de los más necesitados, en los que reconoce el
cuerpo llagado y crucificado del Señor Jesús”… Y tú,
¿quieres dejarme?
54
17 * abril * domingo (4° de Pascua) * 2016
Hch 13, 14.43-52 | Sal 99, 2-5 | Apc 7, 9.14-17 | Jn 10, 27-30.
“Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás”
Los tiempos han cambiado. En una economía rural,
las ovejas eran ovejas. Hoy, para no pocos, son sólo
dibujos. Nunca han visto un pastor cuidando de su
rebaño, ni a ovejas reales pastando o yendo a beber
agua, o asustadas por la presencia del lobo. En cualquier
caso, no es necesaria mucha imaginación para entender
la comparación de Jesús: Yo soy el Buen Pastor. (Otros
libros bíblicos han hablado de los pastores del pueblo
y de sus descuidos, –ejemplo: Ez 13).
¿De qué trata el evangelio de hoy? De la relación
de Jesús con sus ovejas (seguidores) y de su relación
con el Padre? Jesús conoce a sus ovejas, da la vida por
ellas, ellas escuchan su voz y lo siguen, les da vida eterna
y no perecerán jamás. Y hoy que celebramos la jornada
de oración por las vocaciones, le decimos con el Papa
Francisco: “Concédenos comunidades cristianas
vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida
fraterna y que despierten entre los
jóvenes el deseo de consagrarse a
Ti y a la evangelización”.
¿Y la relación de Jesús con el
Padre? El Padre me las ha dado, y
nadie puede arrebatarlas de su
mano, pues Yo y el Padre somos uno.
Es esta unidad con el Padre la que escandaliza y no
aceptan “los judíos”, por eso querían apedrearlo.
Jesús, la puerta de la misericordia, ha vivido su vida
pendiente del Padre y del pobre.
(Perdón: la Ed. Alfaguara publicó en 2004 la hermosa
novela del uruguayo Tomás de Mattos, titulada La Puerta
de la Misericordia sobre Jesús de Nazaret. Si puedes, no
dejes de leerla). 55
18 * abril * lunes * 2016
Hch 11, 1-18 | Sal 41, 2-3; 42, 2-3 | Jn 10, 1-10.
”Las llama a cada una por su nombre“
Como ayer era domingo, nos tocó leer prácticamente el
final de la parábola del Buen Pastor. Hoy la comenzamos.
Jesús “va delante de las ovejas, ellas lo siguen, porque conocen
su voz”. Hay también falsos imitadores y usurpadores. Se
presentan como buenos pastores, pero son asaltantes.
Si realmente conocemos la persona y la voz de Jesús, no
nos dejaremos engañar. En caso contrario, cualquier
político o mercader nos parecerá el mesías esperado.
Pero no es sólo culpa de ellos, también lo es de nuestro
analfabetismo cristiano y de una fe enana o apagada.
Svetlana Alexiévich, la reciente Premio Nobel de
literatura, nos dice al hablar del fundador de la Cheka
de los crímenes: “las cartas de Félix Dzherzhinski son muy
interesantes, porque al leerlas se comprende que la revolución
de 1917 no la hicieron los bandidos, como algunos hemos
imaginado. Dzherzhinski era uno de esos
románticos que aspiraban a purificar la
humanidad. Tomaron el poder y, para
mantenerlo y realizar su revolución,
comenzaron a derramar sangre y se
transformaron en horrendos verdugos”. Y
Svetlana Alexiévich una y otra vez muchos creyeron o creen
que eran los buenos pastores esperados. Si no nos
fijamos en el único Buen Pastor, de nuevo seremos
engañados por los que, a fin de cuentas, “sólo vienen a
robar, matar y destruir”.
Danos, Señor, conocerte, amarte, escuchar tu voz, seguirte
y atraer a quienes no saben de ti.
56
19 * abril * martes * 2016
Hch 11, 19-26 | Sal 86, 1-7 | Jn 10, 22-30.
“Tú, siendo hombre, te haces Dios”
Era invierno. Los judíos celebraban la fiesta de la
Dedicación. Jesús estaba entre ellos. Esta fiesta
conmemoraba la restauración
del Templo tras la victoria de
los Macabeos. El rey Antioco IV
quería que los judíos de olvidaran
de Dios y fueran como los
demás. La clase alta le prestó su
colaboración, y muchos judíos
se avergonzaban de serlo. Pero los
fieles, salieron victoriosos. Ahora, los que lo rodean,
le preguntan: “Si eres el Cristo, dínoslo abiertamente”.
Jesús ya se lo había dicho, pero, ¿cuántas veces
oímos sin escuchar ni prestarle atención?
“Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio
de mí”. Pero, ya sabes Jesús, si alguien nos habla y no
da testimonio con las obras, no le creemos; y si nos habla
y da testimonio, lo tergiversamos o lo aplaudimos,
pero no lo imitamos. O nos fijamos en alguien que no
dé testimonio para excusarnos y autojustificarnos.
Siempre tenemos razones para ser vulgares o
rutinarios. ¿Hasta cuándo?
Crean en las obras que hago “para que puedan conocer y
comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Pero
ellos quisieron de nuevo apresarlo por blasfemo. Si la
verdad de Jesús nos parece blasfemia, ¿no es porque la
blasfemia nos parece como la verdad?
57
“El que cree en mí… cree en quien me ha enviado”
Hch 12, 24- 13,5 | Sal 66, 2-8 | Jn 12, 44-50.
Hay un conflicto inevitable. Jesús lo dice así:
“muchos creyeron, pero no lo confesaban porque
preferían la gloria que dan los hombres antes
que la gloria de Dios,”. Vivir en la luz o en las
tinieblas, en la verdad o en la fama, en lo que dice
Jesucristo o en el qué–dirán–los–demás. “¿Quién
es el mentiroso sino quien niega que Jesús es el
Cristo? Ése es el Anticristo, quien niega al Padre
y al Hijo” (I Jn 2, 22-23).
Hay muchas formas de hacerlo. Una de ellas,
de no pocos quilates, consiste en ir creando las
condiciones para una conciencia implantada por
medio de leyes, propagandas, movimientos y por
medio de un clima psicológico que haga
aceptable esa conciencia implantada. Y todo, en
nombre del humanismo, por supuesto. De un
humanismo mutilado que pone en el trono las
falsas libertades y condena, de momento, las
consecuencias peores.
“Yo, la Luz –grita Jesús– he venido al mundo
para que el mundo crea en mí y no siga en las
tinieblas”
Decía S. Bernardo que el que elige ser su
propio director espiritual se hace discípulo de un
necio. Y lo mismo pasa con quien elige al mundo
como guía. Tú y y yo tenemos un maestro y
Salvador único. Él está antes que nadie. Cuándo
tienes que elegir, ¿le preguntas a él el primero?
¿Lo escuchas?
20 * abril * miércoles * 2016
21 * abril * jueves * 2016
Hch 13, 13-25 | Sal 88, 2-27 | Jn 13, 16-20.

E ntre tú y el Padre celestial, Jesús está en el centro. Por


eso nos dice: “quien acoja al que yo envíe, me acoge a mí
y quien me acoja a mí, acoge a aquel que me ha enviado”.
¿Cuántos mensajeros nos envía con su ejemplo y su palabra,
cuántos pobres nos suplican acogida desde sus heridas,
cuántas personas solas llaman con su realidad a tu puerta?
El pasado 1 de noviembre nos decía
el Papa Francisco: “Solo si conocemos
a Jesús en su verdad, seremos capaces
de ver la verdad de nuestra condición
humana, y podremos llevar nuestra
contribución a la plena humanización
de la sociedad. Custodiar y anunciar la
recta fe en Jesucristo es el corazón de
nuestra identidad cristiana, porque al
reconocer el misterio del Hijo de Dios
hecho hombre, podemos entrar en el misterio de Dios y en el
misterio del hombre”. No debo separar lo que Jesús ha
unido: el prójimo, él, y el Padre.
Hoy celebramos también la fiesta de san Anselmo de
Canterbury, quien tuvo una vida agitada y hermosa. Él sabía
educar en la fe cristiana, con oración, dulzura y razones. A
un que se dolía por sus pocos frutos le decía san Anselmo:
“Si plantas un árbol en tu huerto y lo cercas por todos lados, de
suerte que no pueda extender sus ramas, tendrás al cabo de un
tiempo un árbol inútil de ramas torcidas. Pues así es como tratas
a tus hijos… con amenazas y golpes y privándoles del privilegio
de la libertad”. No puedo anunciar al que es la puerta de la
misericordia desde el malhumor, la insensibilidad o el mirar
para otro lado. La gratitud y la alegría son buenas mensajeras.
San Anselmo decía: “Allí donde están los verdaderos goces celestiales,
allí deben estar siempre los deseos de nuestro corazón”.
59
A
22 * abril * viernes * 2016
Hch 13, 26-33 | Sal 2, 6-11 | Jn 14, 1-6.
somados al evangelio, escuchamos hoy la
ternura salvadora de Jesús: “Volveré y los
tomaré conmigo para que donde esté yo estén
también ustedes”. Desde la ventana del libro de los
Hechos oímos a Pablo deciros: “Tengan presente que
por medio de Éste se les anuncia el perdón de los
pecados y la total justificación”.
No nos abandona, no nos deja tirados en el sepulcro
de la historia; es –para todos– el camino, la verdad y la
vida. Y él nos ha dicho: Tú, sígueme. Y, en medio de las
más duras condiciones, no pocos hacen como él para
tomar consigo a sus hermanos y liberarlos de la muerte.
En Africa Central, el sacerdote
católico Bernard Kinvi (32 años) ha
salvado a más de mil quinientos
musulmanos amenazados de muerte
por los grupos anti-balaka. No hace
mucho tiempo, los musulmanes
(balakas) mataban a los cristianos.
Pero el P. Kinvi no se deja enredar en
P. Bernard Kinvi la vieja visión de amigos-enemigos,
sino en esa otra evangélica que sólo mira a quien lo
necesita, sea del grupo que sea. La organización
internacional Human Rights Watch lo ha premiado por su
valor. Pero él no lo hizo por recibir premios humanos, sino
por parecerse a este Jesús que nos perdona y quiere que
perdonemos y salvemos con él, ahora y por siempre. ¡Que
el valor del P. Kinvi nos contagie!
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23 * abril * sábado * 2016
Hch 13, 44-52 | Sal 97, 1-4 | Jn 14, 7-14.
“Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre”
Ya nos la había dicho el prólogo de evangelio: La gracia
y la verdad nos han llegado por Jesucristo, él es el que nos
ha revelado al Padre (Jn 1, 17-18). El Dios verdadero, el
misericordioso, no es un poema que nosotros inventamos,
ni la conclusión de un razonamiento filosófico. Los profetas
lo fueron anunciando entre sombras. Jesucristo nos lo ha
mostrado con su vida, muerte y resurrección. Sus hechos,
sus palabras, sus milagros, sus encuentros son revelación
de ese único Dios verdadero, el que
nos crea, nos llama, nos ama y nos
espera. Si lees un pasaje del evangelio,
estás leyendo revelación de Jesús
sobre el Padre. De él se ocupa desde el
principio (Lc 2, 49) y así lo hará
durante toda su vida. Por eso hoy le
dice a Felipe: “El que me ha visto a mí,
ha visto al Padre”. Blas Pascal
Por Cristo te llamas cristiana o cristiano. No creemos,
en primer lugar, en dogmas, verdades, mandamientos o
cultos; creemos en alguien: en la persona de Jesucristo.
Y por él y desde él creemos en el Padre que nos revela
tan extremosamente amoroso que se nos entrega en la
entrega de su Hijo único. Por Jesucristo creemos en su
mandamiento nuevo y en la Iglesia que nos dio y en los
sacramentos con los que nos cuida. La vida cristiana es
relación con Jesucristo; él, por su Espíritu, nos lleva al
Padre. Con Jesucristo caminamos, a él lo seguimos.
Como lo decía Pascal: “Sin Jesucristo no sabemos quién
es Dios, ni quién es el hombre, ni qué es la vida, ni la
muerte”. Si quieres luz, él el abismo de la Luz.
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24 * abril * domingo (5° de Pascua) * 2016
Hch 14, 21-27 | Sal 144, 8-13 | Apc 21, 1-5 | Jn 13, 31-35.
“Les doy un mandamiento nuevo: que se
amen unos a otros como yo los he amado”
Si en el catecismo de tu parroquia o diócesis aparecen
los diez mandamientos y no aparece el Mandamiento
Nuevo, reclámalo. Si en un grupo normal de cristianos
preguntas por el Mandamiento de Jesús, te suelen responder
con los diez mandamientos, pero tú no preguntabas por los
diez mandamientos. Saberlo no es garantía de que lo
intentemos vivir, pero ignorarlo es un obstáculo más para
vivirlo. ¿No deberíamos recordarlo cada día, tras la señal de
la cruz, al levantarnos?
En este quinto domingo de Pascua celebramos
especialmente el Jubileo de la Misericordia de los
Adolescentes. ¡Cuánta ayuda necesitan! Al comienzo del
pasado Sínodo, decía el Papa Francisco: “El amor
duradero, fiel, recto, estable,
fértil es cada vez más objeto de
burla y considerado como algo
anticuado. Parecería que las
sociedades más avanzadas son
precisamente las que tienen el
porcentaje más bajo de natalidad
y el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y
de contaminación ambiental y social”.Y en este medio viven
los adolescentes. ¡Cuánta ayuda necesitan para que puedan
saborear, desde temprano, que tenemos un Padre materno
que nos ama sin condiciones, nos compaña y nos espera!
Jesucristo es la puerta de su misericordia.
¿Puedes tú ayudarlos? ¿Puedes, con paciente alegría,
iluminar la vida de alguno de ellos? En esto podrás mostrar
tu manera de vivir el mandamiento nuevo.
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25 * abril * lunes * 2016
1 Pe 5, 5-14 | Sal 88, 2-17 | Mc 16, 15-20.
“Los discípulos salieron a predicar por todas
partes con la ayuda del Señor”
Uno de estos discípulos fue Marcos (hoy celebramos
su fiesta). Y lo hizo como evangelizador con Bernabé y
con Pablo. Después, en Roma, fue algo así como secretario
de san Pedro. Es el creador del género “evangelio” y el
autor del segundo de los textos evangélicos. Un evangelio
breve, con pocos discursos y muchos hechos. Marcos
conoció la vida cristiana desde muy joven. En casa de su
madre, de nombre María, se reunía una de las primeras
comunidades cristianas de Jerusalén (Hch 12, 12-16).
¿Aún hay católicos (jóvenes o mayores) que se mueren
sin haber leído entero el evangelio según san Marcos?
Sería una carencia voluntaria. Y, si por casualidad, te
sucede esto, hoy es muy buen día para ponerle remedio,
sin esperar a mañana.
También tú y yo, como Marcos,
podemos escribir con nuestra vida
un evangelio sobre el seguimiento de
Jesús. Para nuestro bien y para el
bien de los demás. ¿Lo intentamos?
¡Y anunciarlo! El gran cantante
Andrea Boceli nos decía hace Andrea Bocelli
poco:“Considero que es un gran privilegio, y también un
deber preciso para cada uno de nosotros, ser testigos, activos
y alegres, del mensaje cristiano, y divulgarlo tanto como sea
posible mediante el ejemplo y ofreciendo la posibilidad de
compartirlo”.
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26 * abril * martes * 2016
Hch 14, 19-28 | Sal 144, 10-21 | Jn 14, 27-31.
“No se turbe su corazón ni se acobarde”
Un día sólo pudo llegar a tiempo a la tercera clase sobre
“ateísmo científico”. Venía de bautizarse. Andrey Kuraev
–nacido en 1963– había ido a una alejada iglesia, pues no
quería provocar las represalias del Partido comunista
soviético contra su padre. Andrey les ocultó el hecho a los
suyos, pero al fin le hallaron un libro de oraciones y le
preguntaron qué significaba. Andrey les
confesó la verdad de su conversión y
bautismo. Primero hubo discusiones y
regaños, pero a los dos días, su padre
le dijo: “¿Sabes?, a fin de cuentas estoy
contento de que te hayas bautizado…
Ahora tienes en tus manos la llave de
Andrey Kuraev toda la cultura europea”. Pero no sólo
tenía esa llave, tenía otra mucho más importante, pues
“quien cree en el Hijo tiene la vida eterna”. Hoy, Andrey
Kuraev, filósofo y celoso misionero, es uno de los
repartidores del pan de Jesucristo más conocidos en la
Rusia que entonces le negaba a Jesucristo.
Las dificultades pueden ser muchas, como en el caso
de Abdrey Kuraev, pero Jesús nos dice: ¡No se acobarden!
Él se despide de los suyos. Estará físicamente ausente, pero está
vivo y real con nosotros desde el Padre. Y nos acompaña
además con su comunidad. Esta comunidad que nos da
su pan, su evangelio, sus mártires y su esperanza.
“De dos maneras –decía san Agustín– ataca el mundo
a los seguidores de Cristo: los halaga para seducirlos o los
atemoriza para doblegarlos”. No queremos que ni los
halagos ni los miedos sean nuestros guías. Sólo lo es el mejor:
Jesucristo, el que –para bien– ha vencido al mundo.
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27 * abril * miércoles * 2016
Hch 15, 1-6 | Sal 121, 1-5 | Jn 15, 1-8.
“El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto”
La rama, unida al árbol, tiene vida y da frutos. La
separada del árbol se muere. Y Jesús es el árbol y
nosotros sus ramas. Este es el secreto de los santos y de
los grandes cristianos. Así de sencillo y no hay otros
atajos. ¿De dónde sacaron su amor y sus obras
Francisco de Asís, Teresa de Jesús, Vicente de Paúl, o
esta humilde mujer que ha sacado a sus hijos adelante,
no sólo como ciudadanos, sino como conscientes y
alegres cristianos? Las personas y las obras que están
unidas a Jesucristo perviven; las que no, languidecen
o se vuelven propiedades o tarimas del ego.
Milagros Martín tenía una vida profesional exitosa
como arquitecta. Pero necesitaba más. Pasó años y años
buscando la luz en las tinieblas, en “la nueva era”, el
reiki, la macrobiótica, en el “Curso de Milagros”, en un
coaching grupal, en la disciplina oriental del feng
shui… “. Yo siempre huía de la cruz.
Ha sido por lo que el demonio me ha
atrapado siempre, porque no me
atrevía afrontar la cruz. Y ahora Él me
dice: “No importa el dolor, atraviésalo
conmigo. Estoy ahí contigo más que
nunca”. “Yo, me di cuenta que al
Señor no se le encuentra fuera de la Milagros Martín
Iglesia y que esto es, a veces, un hospital de pecadores”.
“Dónde ahora está mi felicidad? En la Eucaristía diaria.
En la unión con Cristo. “Cuántas veces negué su
presencia y, hoy en día, es mi sostén, es mi fuerza, es
una gracia enorme, para mí, ahora, la Eucaristía. Cristo
nos levanta, Cristo está realmente presente en la
Eucaristía”. La rama unida al árbol tiene vida, paz,
amor, obras… “¡Cuán tarde te amé!”
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28 * abril * jueves * 2016
Hch 15, 7-21 | Sal 95, 1-10 | Jn 15, 9-11.
“Permanezcan en mi amor”
Los discípulos siguen escuchando la honda
despedida de Jesús. Ya les ha hablado de los
sarmientos que permanecen unidos a la vid. Él es la
vid, el árbol. Las ramas separadas se secan. Pero él
no está sólo, y tú no estás sólo. El te ama, él ha
permanecido en el amor del Padre y te ama con ese
mismo amor.
El verbo permanecer sale unas nueve veces en
estos versículos. “Como el Padre me amó, yo
también los he amado a ustedes, permanezcan en
mi amor”. Así, al vivir en su mandamiento, darán
mucho fruto. Ella, Sandra, era su novia, lo amaba de
verdad. Pero, por un accidente, se quedó parapléjico.
Eres joven, le dijo la madre de su novio, nosotros lo
cuidaremos. Pero Sandra le expresó suplicante: no
me enamoré de su salud, sino de él, y lucharé con
él el tiempo que sea necesario. Y tras varios años,
él se fue recuperando. El amor, cuando lo es, pide
la fiel permanencia.
Jesús no nos pide un romanticismo
de unos días o unas horas. Su amor
es fiel, es permanente, ningún
accidente lo apaga. Que él nos
sostenga para que nuestro
pequeño amor crezca en afecto,
en ser vicios y en frutos. Es el
amor feliz y contagioso.

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29 * abril * viernes * 2016
Hch 15, 22-31 | Sal 56, 8-12 | Jn 15, 12-17.

T ras el lavatorio de los pies y el anuncio de la


traición de Judas, Jesús les dio su Mandamiento
Nuevo (13, 34). Ahora nos lo repite dos veces:
en 15, 12 y en 15, 17.
“Nadie tiene más amor que quien da la vida por
sus amigos”. Jesús la dio por ti y por mí, y en su
Mandamiento nos pide que nos amemos como él nos
ha amado. Y nos ha elegido para que vayamos y
demos fruto. ¿Lo defraudaremos?
Podemos decir –y con verdad– que no podemos,
que esto nos es imposible. Pero la historia nos lleva
la contraria. Débiles niños, frágiles jóvenes, sencillas
y atareadas mujeres, hombres de variada condición,
sabios e iletrados… fueron capaces. No necesitamos
leyendas, mira la historia. Vivieron y murieron en el
amor supremo. ¿Cómo lo lograron? No por sus
fuerzas, sino pidiendo y acogiendo la fuerza de
Jesucristo, ensayando su carne a la gracia de éste que
nos dijo: “Sin mí nada pueden”.
La primera lectura nos dice: “Les enviamos a hombres
que han entregado su vida a la causa de nuestro Señor
Jesucristo”. Es frecuente que terminemos pareciéndonos
a aquello en lo que nos fijamos. Si te fijas en los
vulgares, peligras hacerte vulgar; si te fijas en
Jesucristo y en sus mejores seguidores, encontrarás
gracia y motivos para parecerte a ellos. ¡A esta alegría
estamos retados!
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“Si a mí me han perseguido, también los perseguirán
a ustedes” Hch 16,1-10 | Sal 99, 2-5 | Jn 15, 18-21.
El breve fragmento evangélico de hoy está construido
a partir de dos frases condicionales, una en imperativo
y otra más iniciada con un “si” condicional.
(Entre paréntesis, aquí la palabra “mundo” se refiere a
las personas que rechazan conscientemente a Jesucristo).
“Si el mundo los odia, a mí me ha odiado antes;
si fueran del mundo, el mundo los amaría… Si a
mí me han perseguido, también los perseguirán
a ustedes… Acuérdense de la palabra que les he
dicho: El siervo no es más que su Señor…”.
Es decir ¡Jesús! que si somos tus
seguidores, la persecución está en
el programa. Y, de una u otra
forma, se hará presente. A veces
incluso en la misma familia. La
persecución nace y vive del odio.
Hay formas de contrarrestarla,
pero sólo hay una manera de no
Peter Kamai sumarse a ella: amando. Si odias
a los que te odian, terminarás en el campo de los
“odiadores”.
¿Cuántos mártires contó este año pasado
Nigeria, por ejemplo? “Occidente ha callado antes
y sigue callando”, aún después de lo sucedido en
París, nos recuerda Peter Kamai. “Las iglesias –en
Nigeria– están cada día más llenas y la gente
participa aunque sea arriesgando su vida”. Peter
Kamai dirige un seminario con 400 seminaristas
“felices de entregar su vida a Cristo… la Iglesia se
construye sobre la sangre de los mártires”. Desde
la comodidad, el descuido de la fe o los pequeños
pleitos, ¿podremos entenderlo?
30 * abril * sábado * 2016
2a y 3a forrros e+v 01~02 16_Maquetación 1 21/12/15 14:33 Página 1

Plegarias a Nuestra Señora del Viacrucis


Porque tenemos el corazón en soledad y el amor resfriado
María Madre, ama y ruega por nosotros.
Porque se nos ha muerto tu hijo en nuestra fe apocada, Un regalo para 365 días
acógenos, Señora, y ruega por nosotros.
¿Cómo puedo hacer para suscribirme a
Porque tenemos la garganta reseca de palabras falsificadas
y de razones arrojadizas como cuchillos, Evangelio y Vida, o para regalar algunas
Madre de misericordia, ruega en subscripciones a las personas amigas?
lugar nuestro y pide a Jesús
por nosotros.
Porque tenemos los ojos
manchados de imágenes
Llame ) a:
Catalina Ramos Rodríguez (Caty)
feas y violentas, al número del D.F.: 01 (55) 5512 6220
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos. RevistaEyV@hotmail.com
Porque tenemos perezosos
los pies, torcidas las manos,
aterida de temor el alma,
Reina de la fortaleza, aliéntanos
o escriba ? a: Marcelino Cárdenas
Evangelio y Vida
y ruega por nosotros. Calle del 57 Nº 30, Col. Centro
Señora del Camino y Señora de pie junto a la cruz de Deleg. Cuauhtémoc
Jesús
acuérdate de que somos tus hijos, los más pequeños y 06010 México, D.F.
débiles.
Señora de la Luz que resucita,
ayúdanos a levantarnos con tu Hijo,
y ahora y siempre, ruega por nosotros. Amén.
enero 2016.docx_Maquetación 1 21/12/15 14:49 Página 1

evangelio y vida
marzo ~ abril • 2016
¡Ha resucitado!

¡ Aleluya!

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