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CAPITULO II.

ANTECEDENTES HISTORICOS Y ORIGINARIOS DE LAS


BASES PARA LA LEY FEDERAL DE RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO.

Es de conocimiento general, que la creación de algo nuevo


nace de la problemática consistente en determinado caso, así como una
investigación en dicho campo; puesto que para la elaboración ya sea de una
ley, cosa o proyecto, se tiene que tener un precedente conocimiento sobre lo
que se pretenda realizar y el fin con el que este quiera cumplir.

Hasta hace cincuenta años aproximadamente este tema de


Responsabilidad Patrimonial del Estado no tenía cauce jurídico por el que
proceder, puesto que ya no sólo el estado Legislador sino también la
responsabilidad del estado como ente institucional prácticamente no
existían, ya que el Estado o más concretamente si se quiere, la
Administración era inmune a las reclamaciones que se le pudieran plantear
por parte de los administrados por daños o lesiones que por parte de la
misma se pudieran ocasionar como consecuencia de sus actuaciones.

La Responsabilidad del Estado es una figura de reciente


creación, debido a que en un principio, no era reconocida por los Estados,
quienes generalmente se conducían de una manera arbitraria e
irresponsable en donde ningún gobernado podía hacer algo.

De esta manera, en el presente capitulo hare mención de las


bases que dieron origen a la actual ley y las problemáticas que grandes
doctrinarios y estudiosos del derecho notaron en diversas sociedades de
nuestra humanidad asi como en distintas épocas.

También se hará mención de una manera sistematizada y


cronológica, sobre los ordenamientos jurídicos fundamentales de naturaleza
administrativa, que constituyeron los antecedentes históricos del
reconocimiento de la Responsabilidad Patrimonial del Estado de México.
A. Antecedentes de las Bases para la creación de la Ley Federal de
Responsabilidad Patrimonial del Estado

Para poder resolver los problemas actuales suscitados en nuestra


sociedad resulta necesario estudiar los mismos tiempo atrás, es decir que
para que los legisladores resolvieran la falta de responsabilidad por parte del
Estado, les fue necesario indagar en la historia que darían origen a la
creación de la mencionada ley.

1. Defensa de la Propiedad
El sistema liberalista nos ofrece a favor de la defensa de la
propiedad diversos argumentos. En primer lugar, porque es una de las
mejores formas para garantizar el respeto a los derechos humanos. El
derecho a la propiedad está incluido entre los derechos del individuo frente
al Estado y, además, contribuye a garantizar que las mayorías no aplastarán
a las minorías.

El precepto de la defensa de la propiedad como defensa de los


derechos elementales aparece en las cartas mismas de fundación del orden
político moderno. Por ejemplo, en la Declaración de Derechos de Virginia, en
el Artículo 1º se establece: “Todos los hombres […] tienen ciertos derechos
inherentes […] a saber […] los medios de adquirir y poseer la propiedad”.(*)

De la misma manera encontramos como antecedente de la


defensa a la propiedad a Francia.

“En Francia, encontramos que en el Articulo 17 de la Declaración


de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, del 26 de Agosto de 1789, se
afirma: “{...} propiedad es un derecho de carácter individual {…} y tiene como
carácter de inviolable y sagrado”. En el documento del mismo nombre, pero
del 24 de junio de 1793, se dice: “El derecho de Propiedad es el que tiene
todo ciudadano para gozar, disponer, de acuerdo con su criterio, de sus
bienes, del fruto de su trabajo y de su capacidad”.(1)
De esta manera nos podemos dar cuenta que desde la
antigüedad los gobernantes y varios países se han preocupado por
establecer el derecho de la propiedad así como asegurar su cumplimiento
para que todos los ciudadanos puedan sentirse seguros en cuanto a sus
pertenencias.

También es importante señalar lo que citado en una de las


declaraciones universales mas importantes.

“En el Artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos del


Hombre, del 10 de diciembre de 1948, se afirma: Toda persona, tanto sola
como en colectividad, tiene derecho a la propiedad”(2)

Por lo anterior podemos percatarnos que desde los principios y


orígenes de las regulaciones o declaraciones de las sociedades, se estipulo
el derecho a la propiedad, por la gran problemática de la violación a la
misma.

A su vez, en Inglaterra del siglo XVII John Locke escribió su Carta


sobre la Tolerancia de 1689. Ahí dejó plasmada su preocupación por evitar
que se repitiera la guerra civil y destacó la relevancia de la tolerancia y del
respeto a los derechos de las minorías. Un año más tarde escribió sus
Tratados sobre el Gobierno Civil, en donde afirmaba que la finalidad máxima
y principial de los hombres que se unen en comunidades, sometiéndose a un
gobierno, es la salvaguarda de su propiedad.

“Por propiedad debe entenderse —escribe Locke— la propiedad


que los hombres tienen sobre sus personas y sobre sus bienes [...]. Los
límites del derecho natural exigen de los hombres que siendo todos iguales e
independientes, ninguno debe dañar al otro en su vida, salud, libertad o
posesiones”. (*)
De esta manera es como observamos que el importante tratadista
relacionaba los derechos humanos con el derecho a la propiedad,
considerándola inmersa en estos.

A su vez tomando en cuenta la postura de un doctrinario


importante mexicano, nos señala; “que las minorías gocen plenamente de
sus derechos y que rijan el Estado de Derecho, son factores que contribuyen
a la estabilidad. La gente no teme ser despojada de sus propiedades y los
inversionistas se ven atraídos a un lugar en donde la Ley los protege de las
posibles arbitrariedades del gobierno.”(3)

Podemos notar en el precedente párrafo la idea del autor al


señalarnos que cuando la población se encuentra respaldada por una ley
que proteja sus bienes se desenvuelve y progresa de una manera más
factible y superiormente notable a la que no lo tiene.

Otro antecedente importante que debe ser considerado para el


estudio de la historia sobre la defensa personal es la declaración
estadounidense.

“En el Artículo 8º de la Declaración de Pennsylvania, el derecho


de propiedad se garantiza por las condiciones que se exigen para la
expropiación: necesidad pública, decisión de la autoridad competente, y una
compensación adecuada que, en algunas Declaraciones, se dice ha de
proceder a la toma de posesiones.”(4)

Esto nos dice que diversas sociedades y declaraciones de las


mismas se han establecido de una manera de proteger a los individuos en
cuanto a las pertenencias de las sociedades pero con diferencias como
puntos condicionales o excepciones puestas por el estado para su
prevención.
De igual manera existe otra declaración en el país de Estados
Unidos de América considerado antecedente importante de la defensa por
los tratadistas.

“En el artículo 17º de la Declaración de Vermont se afirma: siendo


la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de
ella a no ser cuando la necesidad publica, legalmente constatada, lo exija
evidentemente, y bajo la condición de una justa y previa indemnización.”(5)

El pasado parrado es en el cual el autor nos proporciona otro


ejemplo de una declaración estadounidense en donde la protección que se
proporcionaba a la ciudadanía para asegurar su patrimonio con excepciones
de cuando el mismo estado por situaciones mayores las requiriera y en
casos así se indemnizaría al particular.

2. La Propiedad
Cuando nos referimos o hablamos de la propiedad, de manera
automática solemos pensar en objetos físicos. Pero como veremos a
continuación esta palabra tiene un sentido más general. La gran mayoría de
la multiplicidad de ideas modernas relacionadas con los derechos humanos
tiene sus raíces en esta extensión de la definición de propiedad.

a) Propiedad en Sentido Amplio


Según grandes autores del siglo XVII Y XVIII la propiedad
adquirió un sentido más amplio en esta época, que incluye todo lo que uno
puede reclamar como propio, comenzando por la vida y la libertad. Fue
precisamente en esta época en la que la concepción moderna del YO tuvo
lugar.
“Iván Illich, lo mismo que algunos otros historiadores del
cuerpo, han reconocido el cambio en el lenguaje, durante el siglo XIX, en
expresiones como “my self”, “my own body”, en las que vemos que el
concepto de propiedad comienza a fusionarse con el concepto mismo del
hombre.”(*)
Analizando lo anterior podemos entender que para estos
autores, de la manera anterior es como los derechos de propiedad terminan
siendo también los derechos de los hombres.

Otra posición importante de un doctrinario estadounidense que


vale la pena mencionar, es la de James Madison, que reforzando la cita
anterior refiere:

“La propiedad es todo aquello a lo que el hombre puede


conferirle un valor y al cual tiene un derecho; el hombre tiene la propiedad de
sus opiniones y la libertad de comunicarlas libremente. Detenta, en sentido
peculiar, la propiedad sobre sus opiniones religiosas, y sobre el ejercicio y la
práctica que dictan. Tiene la propiedad, muy apreciada por él, de la
seguridad y la libertad de su persona. Tiene igual propiedad de la libre
utilización de sus facultades y de la libre elección de los objetos sobre las
que los emplea.”(6)

Como podemos notar, el anterior autor señala que la


propiedad está compuesto por todo lo que un individuo pueda aportar o
apropiar, es decir no solo físico y externo, si no también interior y
proyectado.

b) Propiedad Antigua y Propiedad Moderna


Asi como encontramos una gran cantidad de conceptos y
puntos de vista opuesto con respecto a la propiedad, también existen
grandes autores, políticos, hisotoriadores, pensadores y juristas que dividen
la propiedad en antigua y moderna.

El polito e historiador francés Alexis de Tocqueville distinguía


las sociedades tradicionales de las modernas por el lugar de los objetos en
las relaciones sociales. En el mundo moderno sucede lo inverso. Lo que
definía a la elite en las sociedades aristocráticas era el nacimiento, mientras
que en las liberales se le considera de acuerdo con la cantidad de dinero
que se posee.(*)
El mismo Tocqueville consideraba que la idea de la fortuna
material era distinta en las sociedades tradicionales que en las modernas.
En las primeras, los bienes inmuebles, especialmente la tierra, constituían la
riqueza por antonomasia; mientras que en las liberales, el dinero ocupa el
lugar central.

“En cuanto los ciudadanos empezaron a poseer la tierra de


otra manera distinta a la posesión feudal, y la riqueza mobiliaria, al ser
conocida, pudo a su vez crear influencia y dar el poder, no se hizo ningún
perfeccionamiento en el comercio y la industria sin crear otros tantos nuevos
elementos de igualdad entre los hombres. A partir de ese momento, todos
los procedimientos que se descubren, todas las necesidades que acaban de
nacer, todos los deseos que solicitan satisfacción, son progresos hacia la
nivelación universal. La afición al lujo, el amor a la guerra, el imperio de la
moda, las pasiones más superficiales del corazón humano, igual que las
más profundas, parecen trabajar de concierto en empobrecer a los ricos y en
enriquecer a los pobres.”(7)

La cita antes referida de Tocqueville, hace mención al gran


impacto que fue generado al momento de que la sociedad, empezó a
observar la riqueza, la propiedad y las tierras, con ojos mas extensos que
solo la supervivencia, naciendo ambiciones y banalidades en los seres
humanos.

Otra observación importante referida por el autor Jorge


Marquez es la que a la letra señala:

“Con la monetización de las relaciones sociales, el dinero


adquirió un nuevo papel; fe ambicionado y necesitado como nunca antes.
Pero todo ello, no solo trajo la novedad de la movilidad social por vía de la
competencia y mediante el consumo, también trajo sentimientos contra la
propiedad privada.”(8)
Por lo anterior podemos entender que a raíz de que la
sociedad empleo la monetización es decir, iniciar el curso de la moneda o
billetes como tal, inicio una manera más factible o notable de la desigualdad
de propiedad en los individuos, generando así sentimientos de envidia
perjudiciales para la misma sociedad.

3. Compensación Monetaria
Definitivamente tenemos que tomar en cuenta que la aparición de
la moneda no tanto en si la misma, sino simbólicamente el valor que
representa, fue mayor al que tenían pensando los creadores de la misma,
logrando dominar en muchas ocasiones los pensamientos de la sociedad.

“Los historiadores de la economía no vacilan en considerar el


papel central del dinero en la formación del orden liberal. Por supuesto que
el metálico es muy antiguo, pero el hecho de que ocupe el corazón de las
relaciones humanas es un fenómeno esencialmente moderno. En los delitos
y las penas presenciamos la relevancia que las sociedades democráticas
dan al dinero.”(9)

Con lo antes citado por el autor nos menciona las ideas


propuestas por diversos historiadores económicos en los que mencionan
como factor básico al dinero en cuanto a la socialización y relaciones
humanas, dando de alguna manera la idea inmersa que las personas
prestan de manera exagerada a tal objeto.

Otra importante y relevante postura y partida de estudio, es la del


historiador Holandes que menciona la conversión en el ámbito de
delincuencia dado apartir del surgimiento de la moneda.

“Robert Darnton afirma que, mientras que en las pequeñas aldeas


del siglo XVII dominaban los ataques contra las personas, en las urbes
modernas —Londres y Ámsterdam, por ejemplo—, los principales ilícitos son
en contra de la propiedad; ¡los delincuentes también se civilizan! Se pasa del
“crimen pasional” a la “criminalidad comercial”; de los asesinatos y las
venganzas a los robos y los fraudes.”(10)

Con lo anterior podemos notar, la importancia inclusive en las


acciones mas aberrantes del ser humano como la delincuencia, y el gran
impacto que el dinero causo convirtiendo ilícitos personales en delitos de
carácter monetario.

Debido a los cambios originados en la misma delincuencia, los


reguladores y organismos de justicia decidieron crear mecanismos para
contralar dichos hechos como lo menciona el autor.

“En Holanda se construyeron prisiones que funcionaban como


“clínicas” para rehabilitar a los malhechores cuyos delitos no fueran graves,
con el fin de integrarlos al mercado laboral. Los prisioneros recibían
educación moral y aprendían a suavizar su trato con los demás. Leían los
salmos y evitaban poner apodos a los demás; aprendían el significado de la
dignidad y a controlar su envidia.”(11)

Desde Bernard de Mandeville sabemos que no hay mejor


estímulo para la productividad y el trabajo que el narcisismo. Asimismo, en
un régimen que persigue y expropia a los propietarios, los ricos ya no luchan
por los lujos, no compiten ni consumen; no invierten ni ofrecen empleos; la
economía se estanca.

“Aunque el comercio, la industria y la riqueza monetaria que


generan, había existido desde la antigüedad, y aunque la riqueza monetaria
había sido un elemento significativo de la economía desde finales de la Edad
Media, todavía, hasta el siglo XIX, la palabra propiedad se circunscribía a la
de la tierra. Incluso en la Inglaterra de la Revolución Industrial, los debates
sobre la propiedad se centraron en los bienes raíces.”(12)

Con esto nos menciona el autor la importancia y el gran golpe


realista que le dio a la sociedad el proceso de la monetización puesto que
aunque la mayoría de las actividades que se emplean hoy en día se
utilizaron desde la antigüedad como fuente de ingresos mayormente las
riquezas dependía de las extensiones de tierra que poseían los ciudadanos.

Cabe mencionar la opinión del doctrinario Márquez con respecto


el respaldo que cita sobre la valoración exagerada del dinero.

“En Inglaterra, en 1690, el economista Barbón defendía el lujo en


estos términos: “No son las necesidades naturales las que hacen posible el
consumo, la naturaleza se satisface con poco; las necesidades del espíritu,
la elegancia, el deseo de novedades y cosas raras, son en realidad las que
fomentan el comercio.”(13)

De lo anterior expuesto por el ya mencionada economista


podemos entender que su idea de competitividad y progreso social no está
inmersa de manera natural en una persona, si no se desarrolla y fomenta por
su continua con los demás entes sociales

B. Antecedentes en España
La responsabilidad patrimonial por parte del Estado es un tema que
en su tiempo, dependiendo de la evolución y el desarrollo social de cada
región, le ha tocado investigar y analizar a cada país, como es el caso
siguiente, en el que referiré los antecedentes mas importantes que dieron
origen a esta responsabilidad en España.

Según el magnífico trabajo del Prof. Jesús Jordano Fraga, que trata
sobre el controvertido tema, nos dice que hace 50 años, "En efecto no había
norma específica, por eso, en teoría los artículos 1.902 y 1.903 del Código
Civil, que era y es donde se contiene la regulación general de la
responsabilidad, deberían haber sido aplicados. Las razones de la
inaplicación del código Civil dan muestra de la denunciada insensibilidad
hacía una cuestión central de la relaciones Administración-ciudadano en el
Estado Moderno.”(14)
Por lo anterior entendemos la supletoriedad que ejercía en España el
Código Civil en cuanto a las responsabilidades y malas actividades y
omisiones por parte del Estado, pero de una manera deficiente puesto que
no estaba regulado ni contemplado de manera específica en el mismo.

Así la inaplicación del artículo 1902 CC (responsabilidad por actos y


hechos propios) partía de la consolidación de la teoría del órgano y la
personalidad jurídica de la Administración. Si la Administración o a estos
efectos el Estado, es una persona jurídica de la que los funcionarios son sus
órganos que imputan su actividad aquella, cuando el funcionario actúa y
causa daño, sería imputable a la persona jurídica que respondería por actos
propios.(*)

Otro de los antecedentes que citan los tratadistas como antecedentes


de la responsabilidad patrimonial del Estado se remite a la Ley de
Administración y contabilidad de la Hacienda Pública de 1 de julio de 1911,
que en su artículo 24, disponía "Ninguna reclamación del estado a título de
daños y perjuicios o a título de equidad será admitida gubernativamente
pasado un año desde el hecho en que se funde el reclamante, quedando a
éste únicamente, durante otro año, el recurso que corresponda ante los
Tribunales ordinarios competentes a que hubiera lugar según en su caso,
como si hubiera sido denegada por el Gobierno"(15)

En esta ley señalaba ya de una manera mas concisa un medio de


compensación por los daños creados por parte del estado a los particulares,
aunque careciendo aun de formalidad y de ciertas disposiciones para
normarla como regular y justa.

Disposición que como señala Garrido, que aún siendo poco


comentada por la doctrina contiene tres puntos que subraya.
1) Establece posibilidad de reclamaciones contra el Estado a título de
daños y perjuicios o a título de equidad;
2) Establece la competencia de los tribunales ordinarios para conocer
de estas reclamaciones, supuesto que no sean admitidas por vía
administrativa;
3) En fin establece desde el punto de vista procedimental, el plazo de
prescripción de un año para formular reclamación y, asimismo, la doctrina
del silencio administrativo para el supuesto que la Administración no
responda expresamente a la reclamación formulada

Después de la normativa a la que hemos aludido en apartado


anterior referente a la responsabilidad contenida en la Ley de Régimen local
de 1.950, aparece en escena la primera normativa que específicamente se
refiere a la regulación del espinoso problema de la responsabilidad y es la
Ley de Expropiación Forzosa de 1954, que daba carta de naturaleza y hacía
nacer un sistema que en lo esencial, es el que sigue vigente en la
actualidad.

“La LEF, no sólo introduce la responsabilidad en el ámbito estatal,


sino que lo hace con planteamientos completamente diferentes a los propios
de la normativa local con pretensiones generales y unificadoras, como dejo
claro en su luego el artículo 133.2 de su Reglamento.”(16)

En esta ley como lo menciona el párrafo anterior ya podemos


observar con más claridad y precisión un organismo y estipulaciones
procedimentales mas organizadas para las cuestiones de responsabilidad
patrimonial por parte del estado no solo de carácter estatal.

Con el tiempo, y siempre intentando perfeccionarse las disposiciones


establecidas en la ley, al año siguiente se produce la efectiva consolidación
del sistema de responsabilidad objetiva, aunque en contra partida, se rompe
la unidad jurisdiccional conseguida un año antes, esta año es el de la ley de
Régimen Jurídico de las Administración del Estado, la que en materia de
responsabilidad ha estado vigente hasta 1992 y en los demás temas
prácticamente hasta 1997.
Esta ley conocida como LRJAE o simplemente LPU regulaba la
responsabilidad de la administración en su artículo 40, casi en los mismos
términos a los del artículo 121 de la LEF:
"1. Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por el
Estado por todo lesión que sufran cualquiera de sus bienes y derechos,
salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que aquella lesión sea
consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos
o de la adopción de medidas no fiscalizables en vía contenciosa.
2. En todo caso el daño alegado por los particulares habrá de ser
efectivo, evaluable económicamente en individualizado en relación a una
persona o grupo de personas."(17)

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