A FONDO

Una medicina
menos agresiva
LA HOMEOPATÍA ES UNA MEDICINA ALTERNATIVA CON
MUCHAS DÉCADAS DE EXPERIENCIA . SIN EMBARGO,
ES EN ESTOS ÚLTIMOS AÑOS CUANDO ESTÁ
EXPERIMENTANDO UN AUGE ESPECIAL POR DIVERSAS
RAZONES, ENTRE ELLAS, UN TRATO MÁS
PERSONALIZADO Y HUMANIZADO QUE LA MEDICINA
CONVENCIONAL . TIENE MUCHOS DEFENSORES PERO
TAMBIÉN MUCHOS DETRACTORES, Y TODOS APORTAN
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SUS RAZONES.

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M ucho se ha dicho sobre este
tipo de medicina alternativa,
tanto a favor como en con-
tra, y son muy pocos los médicos que
no tienen una opinión formada al res-
pecto. Con este texto pretendemos
dar a conocer un poco más esta
práctica médica: cómo funciona, en
qué se basa y saber cuáles son sus
puntos más controvertidos.
El nacimiento de la homeopatía
El padre de este tipo de medicina es
el alemán Samuel Hahnemann,
médico nacido en 1755 y que,
decepcionado por las prácticas de
algunos colegas, buscó alternativas
terapéuticas que en realidad se apo-
yaban en ideas de Hipócrates. Éstas
consistieron en partir de la base de
que los mismos síntomas que origi-
na una sustancia tóxica en las per-
sonas sanas pueden ser curados por
un remedio preparado con la misma
LOS SÍNTOMAS DE UNA SUSTANCIA TÓXICA
EN LAS PERSONAS SANAS PUEDEN
CURARSE CON UN REMEDIO PREPARADO
CON LA MISMA SUSTANCIA
sustancia tóxica, siguiendo el princi-
pio de que lo similar se cura con lo
similar. En la homeopatía se cree que
la raíz del mal es espiritual en vez de
física, y que el malestar se manifiesta
primero con síntomas emocionales
como ansiedad y aversiones. Si no
se tratan a tiempo, pueden convertir-
se en síntomas mentales, conduc-
tuales y físicos. Como se piensa que
el proceso comienza mucho antes de
que aparezcan los síntomas físicos,
se deduce que las bacterias y los
virus deben de ser el efecto y no la
causa de la enfermedad.
Sus principios
De hecho, los tres pilares básicos en
los que se basa esta medicina -cuyo
término, homeopatía, viene del grie-
go omoios, ‘similar’, y pathos, ‘afec-
ción’- son el de la ley de la similitud,
el de la medicina única y el de las
dosis mínimas. Y es que la homeopa-
tía busca estimular la curación con
los propios medios del organismo, no
puede causar efectos secundarios.
El principio de similitud se entiende
fácilmente con el ejemplo de la cebo-
lla. Es decir, como la cebolla, al ser
cortada, produce lagrimeo, en home-
opatía se usa para curar los estornu-
dos y el lagrimeo. Del mismo modo
que la cafeína sirve para evitar el
insomnio.Por el otro lado, el principio
del medicamento único defiende que
sólo hay que utilizar un medicamento,
aunque contenga más de un produc-
to para tratar una afección. Y respec-
to a las dosis mínimas, el principio
activo se diluye numerosas veces
hasta conseguir concentraciones ínfi-
mas pero efectivas y válidas. La can-
tidad de estas disoluciones
determina la potencia de lo que se
denomina decimales hahnemannia-
nos (DH) o centesimales (CH). Otra
característica del tratamiento homeo-
pático es que se obtiene directamen-
te de vegetales, animales y no en
pocas ocasiones, de minerales. Y en
el caso de España, pueden ser tanto
artesanales como industriales.
A favor y en contra
La clave de la polémica entre los
detractores y los defensores de la
homeopatía reside en que no hay
estudios concluyentes que demues-
tren la eficacia de ésta, pero es que
tampoco se ha podido demostrar lo
contrario, que sea perjudicial. A partir
de aquí el tema se complica y hay
opiniones para todos los gustos.
Muchos pacientes homeopáticos
están contentos con la progresión
de su dolencia o enfermedad, ya
sea porque se ha curado o mejora-
do. Lo que para unos es un simple
efecto placebo y de sugestión, por-
que los resultados deberían ser más
concluyentes, para otros es real,
puesto que arguyen que la homeo-
patía va muy bien en niños y anima-
les, que no entienden de placebo y
de sugestión, por lo que tiran por la
borda esta teoría.
Otro argumento en contra es que
existe y se produce lo que se denomi-
na el fenómeno de la “curación
espontánea”. En algunas afecciones
el organismo, después de enfermar
durante un tiempo, puede recuperar-
se de forma espontánea, porque las
causas de la dolencia desaparecen
por sí solas o las propias defensas del
organismo acaban con ella. Como en
muchos casos, los pacientes acuden
al homeópata cuando ya hace un
tiempo que sufren esta afección, por
lo que coincide con su curación y no
es mérito de la homeopatía.
Los detractores también afirman que
los pacientes que confían únicamen-
te en las técnicas homeopáticas y
rechazan la medicina tradicional se
arriesgan a abandonar los únicos tra-
tamientos que pueden curar cierto
tipo de enfermedades graves aunque
fácilmente tratables, como los cánce-
res de piel.
Sea como sea, en el éxito y auge de
la homeopatía tiene mucho que ver
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en el desencanto de los pacientes
frente a la deshumanización de la
medicina convencional, por la masifi-
cación de las consultas entre otras
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causas, la agresividad de algunos tra- NO HAY ESTUDIOS CONCLUYENTES QUE

tamientos, la excesiva medicalización
y las limitaciones terapéuticas de la DEMUESTREN LA EFICACIA DE ESTA MEDICINA
medicina de toda la vida.

Situación actual
Así las cosas, la realidad es que esta
medicina está en auge. Miles de
pacientes que acuden a la consulta
del homeópata experimentan mejoría
de sus dolencias, y muchos aseguran
haberse curado con ella. Se estima
que en España hay unos 4.000 médi-
cos que prescriben productos home-
opáticos, y éstos también están
ganando popularidad. Tal es el punto,
que algunos seguros médicos priva-
dos se empiezan a plantear incluir la
homeopatía entre sus prestaciones. Y
es que, como declaran los homeópa-
tas, no produce daño de ningún tipo
a quien las utiliza porque son trata-
mientos totalmente inofensivos.
Y no hay que olvidar la postura de la
industria farmacéutica, que está poco
interesada en promover estudios para
confirmar o desmentir los beneficios
de esta medicina ante la posibilidad
de que los buenos resultados les res-
ten beneficios, ya que en no pocas
ocasiones, los remedios homeopáti-
cos son más económicos que los
convencionales.
Por países, la situación es un tanto
dispar. Por ejemplo, en EE UU y en la
Europa occidental, a excepción de
Alemania y Francia, se tiende a consi-
derar que el efecto de la homeopatía
es sólo placebo. No obstante, hay
difundido un importante mercado de
tratamientos homeopáticos en buen

La legislación española

n España, los medicamentos homeopáticos están regulados a

E través de la Ley del Medicamento (25/1990) y de un real
decreto sobre este tipo de medicamentos de origen industrial. Sin
embargo, hay un pero. La ley exige que sean eficaces para las
indicaciones terapéuticas prescritas. Y como no hay ensayos clínicos
epidemiológicos que defiendan su eficacia, se ha optado por llegar a
un término medio: la normativa admite un grado medio entre los
medicamentos convencionales y avalados por ensayos clínicos
concluyentes, y los denominados productos cosméticos o dietéticos,
que no forman parte de ninguna especialidad farmacéutica. Así pues,
los productos homeopáticos se etiquetan como “medicamento homeopático
– sin indicaciones terapéuticas aprobadas" y se pueden adquirir en cualquier
farmacia. Por último, la ley estipula que sólo los médicos pueden ejercer este tipo de
medicina, que por el contrario no se estudia en la carrera, aunque cada vez hay más centros
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que imparten esta especialidad y diplomas de posgrado. Incluso algunas instituciones

académicas regladas como las facultades de medicina de Valladolid y de Sevilla ofrecen una
especialidad médica de homeopatía y otras como la de Santiago de Compostela, Granada, Murcia y
del País Vasco ofrecen estudios sobre homeopatía dirigidos a integrarla en los estudios
universitarios de Medicina en forma de cursos de posgrado.
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parte de Europa. Y en Francia, por
ejemplo, están parcialmente cubier-
tos por la Seguridad Social. Además,
en ella, el ejercicio de la homeopatía
es casi exclusivo de los médicos; se
forman cada año unos 5.000 médicos
en escuelas privadas, y cerca de la
quinta parte de sus habitantes ha
sido tratada alguna vez con esta
medicina.

LOS RESULTADOS
HOMEOPÁTICOS SON
MUY BUENOS EN
CIERTAS DOLENCIAS

Sin embargo, el país donde la home-

opatía goza de más aceptación entre
la clase médica es Alemania, quizá
por ser el país que la vio nacer. Es
también donde la población se mues-
tra más a favor de los tratamientos
alternativos o complementarios,
como puede ser la acupuntura.
Practican la homeopatía tanto médi-
cos como los Heilpraktiker, que son
naturópatas reconocidos y autoriza-
dos para practicar la medicina,
excepto algunas prácticas, titulados
tanto en centros privados como en
las universidades.
En EE UU, por su parte, los remedios
homeopáticos están regulados por
la Food and Drug Administration
(FDA). Sin embargo, trata estos pre-
parados de forma diferente que los
medicamentos convencionales pues
no tienen que ser aprobados por ella
antes de salir a la venta, no se les
Indicaciones limitadas
exige probar su seguridad, no se eti-
os homeópatas reconocen que su medicina tiene
quetan con fecha de caducidad ni se
verifica su contenido. Sus etiquetas L limitaciones y que, al igual que no es adecuada para ciertas
enfermedades, sí lo es y mucho para otras:
tampoco tienen que especificar sus
principios activos, ya que su canti- n Enfermedades infecciosas bacterianas y virales sobre todo
dad es ínfima o nula. Y es que sólo de las vías respiratorias altas, como faringitis, sinusitis
los medicamentos que tratan enfer- y rinitis.
medades graves se pueden adquirir n Cefaleas y migrañas.
con receta médica. g n Dismenorrea, menopausia y síndrome premenstrual.
n Enfermedades dermatológicas: eccemas, urticaria,
psoriasis, acné.
n Enfermedades alérgicas y psicosomáticas.
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n Ansiedad, angustia, estrés, insomnio, depresión.

n Enfermedades reumáticas.
n Infertilidad, sin posibilidad de embarazos múltiples.

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