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SOSPECHADO
Hace cuatro meses venimos sosteniendo desde el Movimiento Proyecto Sur, que el
Gobierno Nacional ha retomado el camino del endeudamiento como modo de
emparchar los límites y dificultades que exhibe su política económica.
Señalamos también que el canje de deuda habilitado vía la suspensión de la Ley
Cerrojo y el Decreto 1953/09 constituía el punto de inflexión a partir del cual el
gobierno desandaba en la práctica la denominada estrategia de desendeudamiento.
Lejos de desendeudar, el objetivo expreso ahora es endeudarnos.
Por último, la sospecha acerca del tráfico de influencias aparece tras haber
identificado la participación de la Arcadia Advisors en la operación. Consultora que
si bien viene preparando este canje como actor protagónico desde el año 2008 junto
a los tres bancos intervinientes, en ningún momento había sido mencionada por el
Ministerio de Economía. La sospecha se agrava cuando se sabe que Arcadia es
conducida por los doctores Emilio Ocampo y Marcelo Etchebarne y cuando se
constata que esta consultora y el último de los nombrados han participado en los
canjes de deuda provinciales de Formosa, Mendoza, San Juan y Provincia de
Buenos Aires (en todos los casos gobernadores claramente alineados con el
Gobierno Nacional). Asimismo, se puede confirmar que Diego Bossio (responsable
del ANSES y colaborador directo del Ministerio de Economía) fue asesor del
Gobernador de Mendoza Celso Jaque en la renegociación (canje) del Bono
Aconcagua y que casualmente, su hermano (Pablo Bossio) trabaja desde el año 2009
en el estudio jurídico del Dr. Marcelo Etchebarne. También se conocen los vínculos
familiares del Dr. Emilio Ocampo con el Diputado del Pro en uso de licencia
Esteban Bullrich. Situación esta que podría asociarse con el compromiso de los
votos de esa fuerza política en aval al canje de deuda que encara el oficialismo, e
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incluso con el canje desarrollado por la Ciudad de Buenos Aires respecto a los
Bonos Tango.
a) Los dueños de los bonos percibirán, dado que en su gran mayoría compraron los
bonos a precio de remate, ganancias superiores al 80%.
b) En lugar de hacer un nuevo canje en peores condiciones para los acreedores, se
reabrió el canje anterior con el objeto de mejorar la oferta a los bonistas. Es más,
resulta contradictorio que habiendo constatado el gobierno lo oneroso que
terminó resultando el cupón PBI, y habiendo justificado en la existencia y el
costo de los Bonos CER la intervención sobre el INDEC, se insista en volver a
emitir los mismos bonos.
c) El canje es peor para el país que el del 2005.
d) No hay quita del 66,3% en los Bonos Discount. En tanto este bono ha
capitalizado ya un 30%, la emisión de nueva deuda por los 100 originales no es
de 33,7 sino de 43,81.
e) Dada la evolución del PBI en los últimos años tanto por crecimiento como por
subestimación de la inflación, en las condiciones actuales el cupón PBI no se
cobra solo si nos va bien, también se cobra si nos va mal.
f) Si se observa la deuda emitida los resultados llevan incluso a relativizar la
existencia de quita alguna
Es decir, se emitirá una deuda equivalente al 59,3% del monto total a canjear (u$s
18300 mill.). Pero además, si computamos el cupón PBI que se entregaría y que
sería de pago certero, habría que sumar U$S 7430 mill. mas. Es decir U$S 18.280
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mill (un 99,9% de la deuda original). Dicho de otro modo,
REESTRUCTURACION SIN QUITA.
Cabe consignar por último que como además lo que ya pagado más lo que resta
pagar de cupón PBI por el compromiso asumido en el 2005 asciende a U$S 21000
mill, si lo adicionamos a lo que ahora se está emitiendo llegamos a un compromiso
adicional de deuda vía pago de cupón PBI de U$S 28430 mill. Si recordamos que la
operación de canje realizada por Kirchner – Lavagna implicó una quita de U$S
27.000 millones, lo que resulta es que con el nuevo canje practicamente terminamos
de esterilizar el efecto de reducción de deuda del canje anterior. Dicho de otro
modo: si bien con otro volumen de producto y en otras condiciones volvemos a la
deuda de siempre.
La historia de los canjes solo reduce la deuda en el momento original para terminar
asumiéndola por completo en los pagos futuros.
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II) LA PROPUESTA ACTUAL
1) Tramo mayorista: se entregan por 100 VN 0,337 de Discount2 -en U$S, Euros o
Pesos-, 0,098 U$S en Global 17 –o su equivalente en otras monedas- por los
intereses abonados en efectivo por el Discount desde el 31/12/03 y 100 valores
nocionales de cupón PBI –en la moneda del nocional original-.
2) Tramo minorista (hasta 50.000 en la moneda de referencia): se emiten hasta U$S
2000 millones de bono Par –o su equivalente en otras monedas- entregando 100
nominales por VN 100 originales. Se pagan en efectivo los intereses del Par
desde el 31/12/03 (unos U$S 160 millones) y se entregan 100 valores nocionales
de cupón PBI.
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La defensa cerrada de la operación de parte del Ministro Boudou merece ser sometida a
un análisis crítico, ya que las argumentaciones se repiten cual latiguillos y es positivo
que, más allá de los discursos, se revele su contenido real.
1) Se reabrió el canje del 2005 y no se hizo uno nuevo ya que aquél fue
“exitoso” y no había que “inventar la pólvora”
Si el Gobierno hubiera querido hacer un canje de deuda para los bonistas que no
quisieron entrar en el canje del 2005 en peores condiciones que las que se dieron para
los que entraron en aquel momento, no había razón para suspender la Ley Cerrojo, ya
que dicha Ley inhabilitaba la reapertura del canje del 2005 pero no impedía hacer un
canje distinto (peor para los bonistas) al de aquel momento. Así, el Estado podía realizar
un nuevo canje siempre y cuando el mismo no hubiera reproducido los instrumentos y
las condiciones del canje anterior. Por ejemplo, no podía otorgar títulos que ajusten por
CER (resulta llamativo que luego que el Gobierno justificara su intervención en el
INDEC a partir de los títulos que ajustan por CER vuelva a querer reincidir en dicho
instrumento) ni emitir el denominado “Cupón de PBI”.
La incompleta fundamentación de porqué suspender temporalmente la vigencia de los
Artículos 2, 3 y 4 de la Ley 26017 deja en claro que ese objetivo va unido a la estrategia
de reabrir el canje en condiciones similares a las definidas en el Decreto 1735/04, con el
agravante que en el contexto actual aquellas condiciones son hoy más favorables para
los acreedores que en el 2005 (como veremos luego). La negativa a “inventar la
pólvora” no sólo es en este caso un acto de pereza o limitación intelectual sino una
demostración de la defensa de los intereses de los acreedores.
La condición de mejor o peor no solo consiste en dar “más”, sino en permitir que el
acreedor retrotraiga su decisión al 2005 como si hubiera entrado al canje, dándole
posibilidades similares. La trampa consiste en que las condiciones actuales no son las
del 2005, como demostraremos en el acápite sobre cupón PBI. Cuando se conoció la
propuesta de Barclays a fines de octubre pasado, la idea consistía en pagar los intereses
vencidos (tanto del Discount como del cupón PBI) con un bono similar al Global 17
pero con una tasa de emisión del 12,5%, que replicaba la tasa pedida por el mercado. En
aquél momento valuamos esa oferta en U$S 51 o 52. En las actuales condiciones de
mercado la propuesta de octubre se valuaría en más de 58 U$S.
Lejos de la pretensión de reabrir un canje ya instrumentado en peores condiciones que
las originales, se intenta premiar a quienes fueron comprando en el mercado a precios
de remate la deuda en default. Sin embargo, hay una pregunta que está por detrás de
todo este análisis: porqué reabrir el canje del 2005 cuando se puede instrumentar un
nuevo canje en peores condiciones que el anterior? Un nuevo canje en peores
condiciones podría tener cualquier forma, por ejemplo sólo entregar bono Discount en
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la misma relación del 2005, pero sin el cupón PBI ni el reconocimiento de intereses
vencidos.
Los tenedores tienen, en la propuesta actual, más allá de que los instrumentos son
similares, mejores condiciones que si hubieran tomado la decisión de canjear en el
2005. Los motivos son dos:
2) Emitir más cupón de PBI es atractivo para el acreedor ya que tiene una mayor
probabilidad de cobro que en el 2005. En aquél momento se proyectó un PBI
real que hoy quedó (por crecimiento o por subestimación de la inflación) muy
por debajo del PBI real actual.
Esta secuencia intenta explicitar como se cumplió con el deseo, de parte de los
acreedores, de retrotraer el canje a sus condiciones originales, reconociéndoles los
intereses vencidos de los bonos y brindando un instrumento como el cupón PBI que,
lejos de las previsiones originales, es y será una gran carga para el país.
Parece que Boudou omite, intencionadamente, que el bono Discount fue, a lo largo de
estos años, capitalizando parte de la tasa que devenga -8,28%- y que al día de hoy esa
capitalización ya es del orden del 30%. Por lo tanto, si bien nominalmente se canjearán
33,7 por 100 originales, el bono implica una emisión de 33,7*1,30 = 43,81 que es la
nueva deuda por 100 originales. Esto sin considerar el incremento de la misma por el
Global 17 ni por el cupón PBI.
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menos U$S 1800 millones. O sea que asociar a la suerte del deudor a la del acreedor o
definir los pagos como contingentes son una mentira: a menos que Argentina tenga una
catástrofe económica, esos cupones implican un pago cierto y seguro para el acreedor.
Una simulación conservadora, que suponga un crecimiento anual del 3.50% con un
Índice de Precios Implícitos y evolución del tipo de cambio moderados, muestra que
cupón de PBI en $ pagaría toda su capacidad (los 0.48 por 100) en el 2017, y el de U$S
en el 2020. De los cupones ya emitidos restan pagar unos U$S 16000 millones, deuda
que no está computada (por ser considerada contingente) y que como vemos, será de
pago cierto.
Así, no es incorrecto afirmar que el nuevo canje implicará un pago “seguro” a los
acreedores de 0,406*18300= U$S 7430 millones. Podemos concluir que intentar
reestructurar la deuda en default disfrazando un pago cierto como contingente es, por lo
menos, absurdo.
Y un hecho central que muestra a las claras la actitud contradictoria del Ministro de
Economía: unos de los primeros movimientos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad
manejado por Anses desde la estatización de los fondos de las AFJP´s fue “venderle” al
Tesoro (que así rescató) la totalidad de los cupones de PBI en $ y U$S dada la carga
fiscal que representaban y sacándolos de circulación. Así, unos U$S 476 millones (que
era el pago por esos títulos en el 2009) fue ahorrado. Seguramente el fundamento de esa
acción (en el marco de la recompra de deuda anual del Tesoro por el contrato del canje
2005) fue aliviar un poco la pesada carga del pago.
O sea, lo que intentamos sacar del mercado por terriblemente oneroso lo emitimos
ahora alegremente comprándonos un pago de casi U$S 7500 millones.
Lo que da un total de U$S 10850 mill. como incremento de deuda, o sea un 59,3% del
monto nocional a canjear. Sin embargo, y como vimos en el punto anterior, sólo una
caída muy elevada del producto haría que el pago “contingente” del cupón PBI no
ocurra. Por lo tanto la deuda emitida asciende a U$S 10850 + 7430= U$S 18280, un
99,9% de la deuda original. Conclusión: estamos en presencia de una
REESTRUCTURACIÓN SIN QUITA.
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realidad diciendo que es un canje “peor” y emitir tanta deuda como se canjea, termina
siendo evidente lo inconveniente de la operación. Seguramente habrá que analizar en
profundidad los contratos que por este canje ha firmado la Argentina con los bancos,
habrá que investigar el lugar y papel de la Consultora Arcadia en toda la operación y
habrá que reclamar un censo de los bonistas que ingresen a los efectos de poder
explicar el porqué de una operación de esta naturaleza.
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ANEXO I
A) DISCOUNT (u$s)
B) PAR (u$s,E,$)
C) GLOBAL 2017
Bono con amortización al vencimiento 2017 y que paga una renta semestral del 8,75%
anual.
D) CUPON PBI
Pago: 5% de la diferencia –PBI excedente- entre el PBI real del ano de referencia y el
del ano base, ambos valuados a precios corrientes.
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ANEXO II
A) el PBI real de cada año deberá ser superior al PBI base supuesto para ese mismo
año.
B) La tasa de crecimiento real del PBI en un año particular deberá ser mayor a la
tasa de crecimiento real del PBI base de ese año. Este comenzó siendo del 4,26%
en 2005 para descender gradualmente al hasta el 3% anual desde el 2015,
manteniéndose constante desde ahí.
C) El total de pagos efectuados por este instrumento no podrá superar el 48% del
valor nominal de la deuda elegible (aprox. 40000 mill. U$S), venciendo el
15/12/2035. Como se canjeó el 76,15% de la deuda en default, el monto máximo
equivaldría a U$S 29900 millones. Entre lo ya pagado y lo rescatado por recompras de
deuda, el saldo remanente actual ronda los U$S 16000 mill.
Se planteó como una herramienta contracíclica para suavizar los pagos de deuda y
estabilizar el ratio de endeudamiento. Pero el diseño del instrumento resultó muy
asimétrico y lleva a un efecto acumulativo o “bola de nieve” al otorgar una elevada
ponderación al desempeño pasado y no sólo al de un ano particular. Este efecto hace
que los pagos sean altos en lapsos reducidos, ya que el crecimiento de la economía
argentina en los primeros anos de vigencia de la unidad PBI ha sido muy superior al
definido en el caso “base”. Este efecto acumulativo de origen resulta muy difícil de
compensar en el futuro y pone un piso de pagos elevado. A fines de 2009, el PBI es un
15% superior al definido en el “base”.
De manera que la historia reciente determina que el cupón, si bien no es un bono –una
promesa de pago cierto- tampoco es de pago contingente, atado a que nos vaya bien.
Que el crecimiento del 2005 al 2008 haya sido fuerte hace que la contingencia
desaparezca.
Entonces, que estos pasivos fiscales NO estén computados como deuda parece
irracional.
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