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LITERATURA PRECOLOMBINA.

EL ORIGEN EN HISPANOAMÉRICA.
Hispanoamérica es la confluencia de un proyecto multifacético, que tiene vari
as caras, otras tantas raíces y muchas direcciones.
Es un camino por transitar que se va haciendo, es casi un proyecto existencia
l. No es, va siendo; y los hombres que habitan este continente van tejiendo su
historia particular, desde progresivas elecciones de modelos de existencia. Es
un proyecto en vías de realización, seguimos queriendo y haciendo nuestra identi
dad, aún no del todo configurada, de los orígenes indígenas a la transculturació
n europea de diferentes razas y modos de vida, estamos haciéndonos. En ésto ra
dica nuestro ser en el mundo, por ello lo podemos mirar desde la existencia, más
que desde su esencia. América todavía no es, va configurándose, eligiéndose, e
scribiéndose.
Por éso veremos los hechos más relevantes que moldean una existencia american
a y argentina a partir de la palabra escrita.
La historia hispanoamericana nace de las culturas precolombinas:
• La azteca o náhuatl en México
• La maya o ki-ché en parte de México, Honduras, Guatemala y El Salvador
• La inca o quechua ubicada en Bolivia, Ecuador y Perú.
Su alto grado de desarrollo les permitió perdurar a través del tiempo, a pesa
r de la notable influencia ejercida por los españoles, influencia vista por algu
nos como acción colonizadora, por otros como evangelización de la cultura y por
los más extremos, como invasión destructiva.
La propia cultura hispanoamericana indígena y la progresiva incorporación de
las artes y las letras españolas y europeas en general le dieron a América su pr
imera cara, la de ser un continente de confluencias, donde no hay un único indic
ador cultural. El comienzo fue, pues, heterogéneo. También Portugal se unió en
otra cara de la multifacético búsqueda de identidad por medio de la explotación
de las tierras vírgenes llenas de especias y alimentos valiosos para la vida.
No fue un inicio pacífico: hubo enfrentamientos, sometimiento, trabajo duro y pe
rmanente.
Octavio Paz dice en América se interroga (Antología de cuentos latinoamerican
os, Colihue, 1982):
“Los escritores latinoamericanos […], vivimos entre la tradición europea, a l
a que pertenecemos por el idioma y la civilización, y la realidad americana. Pa
ra nosotros, hispanoamericanos, la tradición original, la más nuestra, la más pr
imordial, es la española. Escribimos desde ella, hacia ella o contra ella: es n
uestro punto de partida. Al negarla, la continuamos: al continuarla, la cambiam
os… Nuestras raíces son europeas, pero nuestro horizonte es la tierra y la hist
oria americanas. Éste es el desafío al que nos enfrentamos diariamente, cada un
o de nosotros no es sino el conjunto de una manera personal.”
Es esta cita la síntesis de la situación de los dos mundos que confluyen en l
a historia de esta Hispanoamérica que intentaremos descifrar.
MARCO HISTÓRICO

Las tierras americanas estaban pobladas –antes de la llegada de los españoles


- por una gran variedad de pueblos indígenas con una cultura propia y con un amp
lio desarrollo de sus capacidades artísticas y de su organización social y econó
mica.
Entre los pueblos más conocidos encontramos a los araucanos, charrúas, pampas
, guaraníes, mayas, aztecas e incas, cada uno con diferentes grados de desarroll
o. Manifestaciones literarias, arquitectura, pinturas y otras expresiones artís
ticas son testimonios de que América ya tenía su propia cultura antes de que lle
garan hombres de otras tierras.
Los temas que inspiraban a los habitantes de la primitiva América eran, funda
mentalmente, aquellos relacionados con la creación del mundo y con la adoración
a ciertas divinidades que protegían al pueblo. En casi todos los textos literar
ios se percibe un pensamiento gobernado por el sentimiento religioso fusionado c
on la reflexión mítica. La forma de expresar sus ideas era variada; se podría a
firmar que ya había una diferenciación de “géneros literarios”: lo asociado al c
anto y a la música se manifestaba en forma de poesía lírica, los mitos e histori
as referidas a las deidades, en forma de poesía épica y los ritos y ceremonias r
eligiosas, como teatro.
Todo este caudal literario desafortunadamente no llegó hasta nosotros. Varia
s son las razones:los diferentes pueblos indígenas de América carecían de una ún
ica lengua por medio de la cual pudiesen transmitirse los textos; la divulgación
oral de la literatura también colaboró en la pérdida de los mismos; y, por últi
mo, la destrucción de los códices en la época de la conquista. El conquistador
se adueñaba de ellos por curiosidad, y cuando ya no sentía interés, los destruía
. Los indios trataron de reescribirlos pero ya no fueron iguales porque, sin da
rse cuenta, ellos también habían sido transformados por la conquista.
Sólo se conservan veintidós códices –tres de la cultura maya y los otros de d
iferentes culturas- que, en la actualidad, se encuentran en Europa con excepción
de cuatro que se hallan en México.
Fray Diego DE LANDA en su libro Relación de las cosas de Yucatán escribió: “
Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa q
ue no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos, lo c
ual sintieron a maravilla y les dio mucha pena”.
Para conocer estos legados indígenas, empezaremos por el “Popol Vuh” como tes
timonio de la literatura maya y el poema “Himno de Manko Qhapaj” de la literatur
a incaica
POPOL VUH.

El Popol Vuh o Libro del tiempo o Libro de la Comunidad es el testimonio más


significativo del pueblo quiché que narra los orígenes del mundo y la historia
del pueblo desde sus comienzos hasta la conquista española.
Este manuscrito del siglo XVI había permanecido oculto durante un siglo y med
io hasta que Francisco Jiménez, un cura de Santo Tomás Chuilá – antigua població
n de Guatemala-, lo encontró y lo tradujo. Obviamente, esta traducción no era t
otalmente fiel dado que el traductor no era un indígena nativo, por lo que caste
llanizó algunos sonidos quiché y, además, introdujo algunas alteraciones; de est
a manera el idioma y la religión de Jiménez estuvieron presentes en su trabajo.
Existe otra traducción al español que es la de Adrián Recinos, publicada en M
éxico en 1947 y otra traducción al francés realizada por el abate Charles Etienn
e Brasseur de Bourbourg quien llegó a Guatemala en 1855. Ninguno de estos tres
textos goza de la fidelidad lograda por Adrián Inés Chávez, un indio quiché quie
n reconstruyó el texto en su original grafía y así logró la traducción más fided
igna. Trabajó haciendo cuatro columnas, en la primera colocó la traducción lite
ral del padre Jiménez, en la segunda transcribió el texto con los caracteres qui
ché, en la tercera tradujo vocablo por vocablo y en la cuarta ordenó la obra. S
u intención fue “descolonizar” el texto. En primer lugar, rectificó el nombre P
OP WUJ que significa Libro del tiempo o Libro de los acontecimientos. También e
liminó la división en partes y capítulos y demostró la inexactitud de ciertos te
mas referidos a la mitología: por ejemplo, en las versiones españolas se habla d
e dioses gemelos y Chávez comprobó que se trata de un mismo dios denominado por
su nombre y su atributo caracterizador.
El lenguaje del Popol Vuh es simbólico y oculta una cosmogonía que no se diri
ge al pensamiento racional, sino a la mentalidad mágica del hombre de la época.
“Este libro es el primer libro, pintado antaño, pero su faz está oculta hoy, al
que ve, al pensador”. La riqueza extraordinaria de su prosa poética cosiste en
esa revelación que se produce, a través de nombres de dioses mayores o menores,
que representaban las fuerzas de la naturaleza (el trueno es “la huella del rel
ámpago”, el rayo es “el esplendor del relámpago”, ambos son espíritus del Cielo)
, o nombran a los seres que pondrán la vida sobre la faz de la tierra, los llama
dos Constructores, Formadores, Dominadores, Engendradores, los que traerán, por
vez primera, la Palabra.
Como en todo lenguaje primitivo, el del Popol Vuh es metafórico, es decir que
se expresa por analogías y no puede explicarse racionalmente, sino mediante un
pensamiento con imágenes. Aparece entonces la metáfora, no como un ornamento de
l lenguaje, sino como una pequeña fábula o mito. Como en los textos sagrados de
las más lejanas civilizaciones del universo, el Popol Vuh ofrece las mayores ri
quezas en el área semántica de las palabras, en un lenguaje que es eminentemente
significativo.
LA CREACIÓN: El Popol Vuh contiene las creencias del pueblo maya en cuanto a la
creación del mundo y
los hombres. Según su contenido, el relato puede organizarse de la siguiente ma
nera:
INTRODUCCIÓN: Narrador en primera persona (plural): expone su intención
de narrar la historia del pueblo ki-ché. “Y aquí escribimos, aquí fijamos la an
tigua palabra; principio, es decir, base de todo lo sucedido en el pueblo los ma
gueyes, pero de las grandes gentes ki-chés. De manera que aquí nos ponemos a en
señarlo , a revelarlo, es decir, a relatarlo, lo dejado e iluminado por el arqui
tecto, formador, creado, varón creado…”
DESARROLLO:

1. Cosmogonía. Relato de origen de la humanidad. Tres creaciones que fuer


on destruidas por imperfectas:
• animales: no tenían lenguaje, por lo tanto, no podían agradecer la creac
ión.
• figuras de barro: hablaban pero no tenían pensamientos, se caían, se amo
ntonaban.
• muñecos de madera: no tenían sangre, por lo tanto, se secaron
“Esta primera palabra es la primera expresión; no había gente, ni animal, pájaro
, pez, cangrejo, árbol, piedra, hoyo, barranco, pajón, bosque, solamente estaba
el cielo”.
2. Narraciones míticas. Fábulas que tienen como personajes a dioses, semid
ioses, sabios, animales. Lucha entre el Bien y el Mal.
3. Creación del hombre de maíz. Multiplicación de la especie y surgimiento
de la tribu ki-ché. “De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de mas
a de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de m
aíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados”
. “Estas eran las cabezas de nuestras tribus que les decimos, solamente relatamo
s las principales porque fueron muchas las que se originaron de cada grupo de pu
eblos, no pudimos escribir sus nombres solo los que se multiplicaron allá en el
oriente, mucha gente originaron al multiplicarse”.

4. Fundación de pueblos y aumento de la comunidad ki-ché. “…agarraron y pr


epararon gente a sus proles e hijos que vivían en cada comarca y que sería el pr
incipio de porteadores y señores del Pop para cargos de cada comarca hasta hoy…”
.

La cosmogonía fue y es un tema que interesa a todos los hombres. Todos quere
mos saber cómo fuimos creados, de dónde venimos, quién fue el primer hombre, qué
había en un principio, de dónde surgió la tierra. Infinidades de preguntas con
infinidades de respuestas: respuestas mitológicas, religiosas y científicas son
presentadas por diferentes autores para satisfacer la curiosidad de la gente.
Mucho se ha escrito sobre esto
De la cultura maya han trascendido –aparte del Pop Wuj- tres textos más: una
obra dramática titulada Rabinal Achí que permaneció en forma oral hasta el siglo
XIX hasta que un sacerdote francés la puso por escrito. Es de carácter litúrgi
co y finaliza con un sacrificio ritual. Los Anales de Cackchiqueles es una obra
que relata la historia del pueblo maya en una fusión de elementos históricos, r
eligiosos y mitológicos. El libro del Chilar Balam contiene profecía, la histor
ia de la creación y almanaques indígenas.
LITERATURA QUECHUA O INCA.
Las manifestaciones literarias de la comunidad indígena inca que han llegado
hasta nosotros son, fundamentalmente, textos teatrales y poesía lírica.
El Ollantay es la obra dramática más sobresaliente de la literatura quechua d
escubierta en el Cuzco en 1770. No presenta las características actuales de una
obra teatral como la división en actos ni la unidad de tiempo y espacio pero sí
mantiene la unidad de acción –propia de un texto dramático- basada en los amore
s de Ollanta (jefe de los ejércitos reales) y Coyllur (una princesa de sangre re
al). El texto expone una preocupación que era común en estos pueblos: ¿es posib
le que una persona de sangre real se una a otra que no pertenece a la nobleza?.
Es decir, ¿es posible una unión que va en contra de las leyes divinas según las
costumbres quechuas?.
La poesía lírica surge de las oraciones personales o colectivas de los incas.
Estas últimas eran recitadas por toda la comunidad y constituyen los llamados
JAILLIS o himnos sagrados. Los destinatarios de estos versos eran los dioses, p
or ejemplo, Inti, el rey del sol, quien favorecía las cosechas, o Viracocha, el
dios creador de los hombres.
En estos himnos puede percibirse el fervor religioso de los indios, su respet
o a las deidades y a las leyes divinas.
El himno dedicado al dios Viracocha puesto en boca de un gobernante llamado M
anko Qhapaj muestra este sentimiento religioso de los incas; existen varias vers
iones del mismo por tratarse de un texto en lengua quechua traducido al castella
no. Este himno aparece transcripto en el libro Relaciones de antigüedades desde
Reyno del Perú por el indio Juan de Santacruz Pachakuti Yanki Salkamayawa

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