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EL GÉNERO NARRATIVO

El género narrativo. Características de la narración. La novela.

En la literatura actual, la forma que más éxito tiene es la prosa de ficción, que engloba todas aquellas obras narrativas que reflejan un
mundo de ficción creado por la imaginación del autor.
En una narración literaria intervienen un narrador y unos personajes que desarrollan la trama.
El narrador.

El narrador.
El narradores la voz que ha inventado el autor o autora
para que nos relatelos hechos, presente a los personajes y conduzca la
acción. Se pueden diferenciar dos tipos de narrador: externo e interno.

Narrador externo

- No participa en los hechos que narra. Se halla fuera de la historia y la explica en tercera persona, sin implicarse en ella.
- a menudo es un narrador omnisciente, es decir, un narrador que lo sabe todo sobre los personajes.

Ejemplo:
El coche retorna a la autopista desde un mesón de carretera donde los viajeros han cenado ligeramente.

Narrador interno

- Participa en la historia como un personaje más. Se expresa en primera persona.


- Puede ser el protagonista de los hechos o simplemente un testigo.

Yo, pobre miserable Robinson Crusoe, después de haber naufragado durante una terrible tempestad, llegué a esta desdichada isla,
que llamé isla de la Desesperación.

Los personajes

Los personajes son los seres que realizan las acciones. Según su papel en la historia, se clasifican en principales y secundarios.
Entre los principales destacan el protagonista, que lleva el peso de la acción, y el antagonista, que se opone a él.

El protagonista es el personaje más importante, el más implicado en los acontecimientos de la narración. Su forma de actuar y
de pensar da sentido al relato y lo hace evolucionar; a veces se le opone un antagonista (persona que plantea problemas al
protagonista, que trata de dificultar su acción).

Los personajes secundarios se dividen en dos grupos: los aliados, que ayudan al protagonista y suelen ser amigos, y los
oponentes, que hacen todo lo posible para que el protagonista no alcance sus objetivos.

Los personajes de las narraciones no siempre tienen forma humana. En ocasiones, hay novelas y cuentos en los que también
actúan animales, plantas, objetos, seres fantásticos...

A diferencia de lo que ocurre en la novela, en el cuento aparecen pocos personajes y su caracterización, tanto física como
psicológica, no es muy compleja; generalmente simbolizan aspectos concretos de las relaciones humanas.

El narrador puede caracterizar a sus personajes utilizando diversas técnicas:


a) describiendo sus rasgos físicos o psicológicos:
Medía metro sesenta y tres. No estaba mal, pero tampoco era como para echar las campanas al vuelo. Su cabello era corto, muy
corto.

b) Dándolos a conocer por lo que dicen, sienten o hacen a lo largo del relato:

- A ver, usted, póngase de pie!


El destino siempre avisa. Levanté los ojos y vi con espanto que aquella orden iba por mí. Aquel maestro feo como un bicho me
señalaba con la regla. Era pequeña, de madera, pero a mí me pareció la lanza de Abd el Krim.
- ¿Cuál es su nombre?
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- Pardal.
Todos los niños rieron a carcajadas. Sentí como si me golpeasen con latas en las orejas.

La trama

La trama es el conjunto de acciones y acontecimien tos que se desarrollan en la narración. Estas acciones se sitúan en un
tiempo y en un espacio, que constitu yen el marco narrativo, y se disponen según una estructura más o menos compleja.

La acción

La acción es el conjunto de hechos o acontecimientos a través de los cuales se desarrolla la historia.

En las narraciones que siguen un orden lineal, se distinguen tres momentos:

a) el planteamiento: es el comienzo del relato en el que se plantea la situación inicial. En este momento se presentan el tema
central, los posibles conflictos y los distintos personajes.

El día 10 de marzo cumpliré doce años. No sé por qué, hace ya varios días que no puedo pensar en otra cosa. ¿Qué me importa
cumplir doce años o cincuenta? Creo que pienso en ello porque, si no, ¿en qué voy a pensar?

b) El nudo: es la parte en la que se desarrollan los hechos, se suceden los episodios y se complican, hasta llegar al clímax o punto
culminante de la acción.

“-Por fin lo tenemos! –gritó Huck, hundiendo las manos en las monedas deslustradas-. ¡Dios mío, pero si somos ricos, Tom!
- Huck, siempre pensé que lo seríamos. Es demasiado bonito para creerlo, ¡pero lo tenemos! Oye, vamos a arrastrarlo afuera.
Déjame ver si puedo arrastrar la caja.”

c) El desenlace: es el momento en el que se resuelven los problemas y se llega a una situación final distinta a la inicial.

El espacio

Los espacios en los que ocurren los acontecimientos de una narración pueden ser abiertos, cerrados, urbanos, rurales... La existencia
de varios ambientes en una misma narración le imprime dinamismo; en cambio, cuando toda la acción transcurre en un único espacio,
se consigue un efecto de inmovilidad.

Unas veces, las características de un espacio (la ambientación del propio dormitorio nos ayudan a conocer mejor los rasgos de un
determinado personaje. Otras, en cambio, los espacios (una calle desierta, estrecha y oscura) pueden condicionar las reacciones de los
personajes.

Si la narración incluye la descripción de un espacio propio del personaje, podemos descubrir


otros rasgos importantes de éste.

Los ambientes en los que se desarrolla la acción condicionan las reacciones de los personajes.

El tiempo.

El tiempo es otro elemento importante en la narración y tiene dos finalidades básicas: situar la historia que se explica en una época
concreta y expresar la evolución de los personajes, ambientes, objetos..., a medida que transcurren los hechos.

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Existen varios modos de transmitir a los lectores la idea de tiempo:
a) A veces, para situar la narración, se nombra explícitamente una fecha;
b) otras, se proporciona información indirecta, mediante la alusión a un acontecimiento histórico, unas costumbres...
c) Asimismo, la idea de paso del tiempo se consigue con expresiones directas del tipo «Esperamos durante media hora...» o
expresiones indirectas, como «Cuando nos volvimos a encontrar, sus cabellos ya habían encanecido...».

La secuencia temporal se puede ordenar de distintas formas:


- siguiendo un orden lineal, es decir, desde el principio hasta el fin.
- empezando por la mitad del relato para, a partir de ese momento, contar lo que sucedió antes y después:

“-¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
- No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar de ti.
- Haz que te oiga. Dale tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios.”

- Contando la historia desde el final. El narrador nos da a conocer el desenlace, para luego relatar los hechos anteriores.

“El día en que lo iban a matar su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio vestido de blanco. “Le recordé que
era lunes”, me dijo.

Pero él le explicó que se había vestido de pontificial por si tenía ocasión de besarle el anillo al obispo. Ella no dio ninguna muestra
de interés.

-Ni siquiera se bajará del buque –le dijo-. Echará una bendición de compromiso, como siempre, y se irá por donde vino. Odia a este
pueblo.”

Las técnicas expresivas de la narración

En la novela o el cuento también se pueden combinar otras técnicas expresivas para presentar la historia al lector:

• La descripción, que sirve para explicar las características de objetos, lugares y personajes que intervienen en la historia.

• El diálogo, que representa la conversación que se produce entre dos o más personajes. Puede ser de estilo directo o de estilo
indirecto. En el primero se reproduce literalmente lo que dice cada personaje y se escribe, casi siempre, después de un verbo de lengua
o pensamiento. Cada intervención hablada se inicia con raya:

... me dio su bendición y dijo:


-Hijo, ya sé que no te veré más

En el diálogo de estilo indirecto conocemos las palabras de los personajes a través del narrador, que actúa de intermediario:

... /e rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano.

• Monólogo interior, que se produce cuando un personaje habla consigo mismo y expresa libremente sus pensamientos, sin esperar
que otro personaje lo juzgue responda.

Dije entre mí: «Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar pues soy, y pensar cómo me sepa valer».

El lenguaje en los textos narrativos.

En los textos narrativos aparecen con frecuencia unos fragmentos en los que se describe cómo son las personas, los animales y la s
cosas, y otros en los que se reflejan las conversaciones o diálogos que mantienen los personajes.

Para situar los hechos en el tiempo y el espacio se utilizan palabras y expresiones que se refieren al orden temporal: luego, después,
entonces, a continuación… y al orden espacial: allí, a la derecha, más atrás…
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Para dar dinamismo al texto y hacer avanzar la acción se utilizan muchos verbos en pasado, pretérito perfecto simple y compuesto,
imperfecto y pluscuamperfecto principalmente. A veces se usa el presente para dar más actualidad a lo narrado.

El género narrativo: la novela.

1. La novela

La novela es un género narrativo extenso en el que un narrador cuenta una historia, protagonizada por distintos personajes y
que se desarrolla en diferentes espacios y tiempos.

Debido a su extensión, la novela aparece a menudo dividida en capítulos. La acción principal puede estar interrumpida por
acciones secundarias lo que le da interés y dinamismo.

En la novela abundan las descripciones y los diálogos. Y, generalmente, el desenlace se retrasa hasta el final.

2.- Tendencias de la novela.

La novela nació en la antigüedad clásica pero no tuvo gran importancia como género literario hasta la Edad Media.
En esta época surgió la novela de aventuras en la que predomina la acción. El héroe de estas historias tiene que superar
numerosas situaciones arriesgadas para conseguir su objetivo.

La novela de aventuras relata las peripecias de un personaje que, impulsado por la curiosidad o por el deseo de conseguir un
objetivo importante I (un tesoro, ver mundo, combatir el mal, conseguir la libertad, etc.), viaja a[ lugares lejanos y se ve envuelto en
numerosos peligros.

El protagonista del relato de aventuras busca generalmente el éxito material, pero, aunque no lo consiga, las peripecias que
vive le proporcionan un conocimiento muy valioso del mundo y de sí mismo.
A menudo, los aventureros persiguen objetivos legendarios e imposibles. Lee, por ejemplo, este fragmento de El oro de los
sueños, de José María Merino:

La gran Yupaha no sólo es reina [...]. Habita un palacio, o templo, todo de oro. [... ] De oro son, pues, los suelos, las paredes, los
techos. De oro las puertas y las tejas. De oro las mesas, los asientos, las vajillas con que comen, los lechos en que reposan. Sus
vestidos están entretejidos de sutilísimos hilos de oro.

La novela de aventuras sugiere que en la vida hay que asumir riesgos y que el protagonista posee voluntad y determinación
para vencer el miedo a lo desconocido y el cansancio en la acción. El protagonista adquiere virtudes como el valor, la abnegación y la
inteligencia. Suele tener un final feliz.
En este tipo de novelas, el protagonista aprende cómo es el mundo y aprende a conocerse a sí mismo, pues debe enfrentarse a
situaciones inesperadas que ponen a prueba sus mejores cualidades.

Aunque este género tiene precedentes muy antiguos, el gusto por las novelas de aventuras se generalizó en el siglo XIX y ha
perdurado hasta hoy.

Los elementos del relato de aventuras

La novela de aventuras suele desarrollar su argumento en espacios lejanos y exóticos, a los que viaja el protagonista en busca
del objetivo o el bien deseado.
El tiempo de la aventura es variable, pues depende de los obstáculos que el protagonista deba vencer.
El argumento suele correr a cargo de un narrador omnisciente en tercera persona, con objeto de darles a los episodios un aire
de veracidad. Otras veces, el narrador es uno de los protagonistas, y así el lector puede identificarse con él, adoptar su punto de vista y
compartir sus valores y objetivos.

La estructura de la novela de aventuras se organiza en planteamiento, nudo y desenlace.

También, en esta época, apareció la novela de caballerías protagonizada por un caballero movido por los más altos ideales,
que vive una serie de aventuras fantásticas en un mundo irreal.

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La novela picaresca surge en
nuestro país como reacción en contra de la
novela de caballerías, a partir del siglo
XVI. Su protagonista es el pícaro que, con
el único objeto de saciar el hambre, vive
multitud de aventuras. Es un fiel retrato de
la vida de aquellos tiempos. La obra que
da origen a este género es El Lazarillo de
Tormes, de autor anónimo.

Muchas de las novelas más interesantes de la Historia de la Literatura son narraciones realistas.

El realismo literario puede entenderse de dos modos:

• Como una tendencia que muestran ciertas obras literarias a recoger elementos de la realidad y a inspirarse en ella.
En la literatura española se encuentra en obras medievales como el Cantar de Mió Cid, el Libro de buen amor, o la Celestina,
entre otros.

Sin embargo, fue a partir del siglo XVI cuando se generalizó el uso del realismo. Se encuentra presente en las novelas
picarescas, como el Lazarillo de Tormes y el Quijote, éste último de Miguel de Cervantes, considerado el creador de la novela realista
moderna.

• Como un movimiento literario denominado Realismo, que tuvo lugar en el siglo XIX.
Los autores españoles más importantes del Realismo han sido, entre otros, Pedro de Alarcón (El sombrero de tres picos), Juan
Valera (Pepita Jiménez), Benito Pérez Caldos (Fortunata y Jacinta), Leopoldo Alas Clarín (La Regenta) y Emilia Pardo Bazán (Los
pazos de Ulloa).
Cabe destacar que el realismo se sigue practicando en la actualidad.

Características de la novela realista

La novela realista se caracteriza porque los personajes, la acción, el espacio, el tiempo y los diálogos se parecen a los de la vida
real, sin elementos de fantasía:
• El protagonista de la novela realista suele ser un personaje de la vida cotidiana; y su comportamiento se ajusta a la época y la
realidad en las que se ambienta.
• La acción se desarrolla de forma similar a la vida humana, pues el protagonista va evolucionando a lo largo de la acción tal y como
suele sucederles a las personas.
• Suele haber un narrador omnisciente en tercera persona que da la impresión de objetividad y veracidad. Además, predominan las
estructuras narrativas tradicionales, de planteamiento, nudo y desenlace.
• Abundan las descripciones de personajes y lugares. Estas descripciones adoptan un punto de vista objetivo para dar la impresión de
realidad. La ambientación es muy importante en la novela realista, pues proporciona verosimilitud al texto.
• Los diálogos suelen ser abundantes. En ellos se aprecia que los personajes hablan de manera parecida a como lo harían en la vida
real.

3. El Quijote: una novela universal

La obra cumbre de la novela de esta época es El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Según
él mismo confiesa, la escribió con la intención de ridiculizar las novelas de caballería, de las cuales se decía que trastornaban a sus
lectores y les hacían perder el contacto con la realidad, pero lo que consiguió fue crear una de las obras más importantes de todos los
tiempos.

• Argumento:
Alonso Quijano, un hidalgo manchego, se vuelve loco a fuerza de leer novelas de caballerías. Convencido de ser un caballero
andante, se provee de todo lo necesario para su oficio: su caballo, al que llama Rocinante, unas viejas armas, un escudero, el fiel
Sancho Panza, y una dama a la que dedicar sus hazañas, la campesina Aldonza Lorenzo, que él convertirá en la sin par Dulcinea del
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Toboso.
Abandona su aldea para ir en busca de aventuras en defensa de los débiles y oprimidos de las que casi siempre sale mal parado.

El género narrativo. El cuento

1. Los cuentos

Los cuentos son relatos en los que un personaje, o varios, viven determinadas aventuras: tienen que superar pruebas difíciles,
vencer a algún enemigo, liberar a alguien, o recibir un premio o castigo por sus actos. Estos personajes se denominan protagonistas y
sus oponentes, antagonistas. Tanto unos como otros pueden ser seres reales o fantásticos, objetos, animales personificados, etc.

Los cuentos suelen ser cortos, de estilo sencillo y con pocos detalles. Se desarrollan, la mayoría de las veces, en un breve
espacio de tiempo y tienen un desenlace rápido y sorprendente. Los títulos son llamativos para atraer la atención del posible lector.

2. El origen de los cuentos

Los cuentos en principio se transmitían de forma oral. Los padres se los contaban a sus hijos para entretenerlos, hacerlos
dormir, etc. Otras veces eran los ancianos los que recordaban hechos curiosos, que los más jóvenes no conocían, y que escuchaban
entusiasmados. Por eso, forman parte de las tradiciones de todos los países desde épocas muy remotas y tienen distintas versiones.

Más adelante, algunas personas decidieron escribirlos y, desde entonces, hemos podido conservarlos de forma más segura y
disfrutar de ellos.

A veces formaban libros completos en los que, generalmente, el autor inventaba un pretexto para enlazar unos con otros; este
es el caso de El conde Lucanor o Libro de Patronio, y fue escrita por el infante don Juan Manuel, que vivió en el siglo XIV. La obra
está compuesta por cincuenta ejemplos. Tienen todos la misma estructura.

El cuento fantástico

El cuento fantástico es una narración, generalmente breve, en que se relatan sucesos imposibles e inexplicables que revelan el lado
misterioso y oculto del mundo.

Estos cuentos, de autor conocido e intención literaria, se generalizaron durante el siglo XIX. Se hicieron muy populares porque
eran historias muy emocionantes que desembocaban, mediante la intriga, en un enigma.
Muchos de estos cuentos se difundieron, al principio, en periódicos revistas. Más adelante, se recopilaron en forma de libros.

Características de los cuentos fantásticos

Los temas de los cuentos fantásticos son muy variados: amor, aventura, mundos futuros dominados por la ciencia (ciencia
ficción), historias ambientadas en el pasado (leyendas, relatos góticos), etc.
Estos cuentos presentan protagonistas que, partiendo de situaciones de la vida cotidiana, se ven envueltos en una peripecia en
la que aparecen personajes misteriosos y sobrenaturales, dotados de rasgos monstruosos y poderes malignos.
Su estructura narrativa es sencilla: constan de planteamiento, nudo y desenlace. El desenlace, sin embargo, desemboca en un hecho
inexplicable, por lo que deja en suspense al lector.

Tipos de cuentos fantásticos

Por el modo de abordar el argumento, destacamos dos tipos de cuentos:


• Misterio y terror: muestran el lado oculto e irracional de la realidad, el cual despierta nuestros terrores inconscientes.
• Humorísticos: en ellos se admite la existencia de poderes misteriosos, pero se presentan como algo ridículo y débil, sin capacidad de
hacer daño ni producir miedo. Son parodias de los cuentos de terror.

Autores importantes

a) Ernest T. A. Hofmann fue el autor que consolidó los cuentos de misterio como subgénero narrativo de éxito.
b) Óscar Wilde, autor de cuentos en tono humorístico. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) cultivó este género en las Leyendas.
c) Y el gran maestro del miedo o terror psicológico, Edgar Allan Poe, cuyos relatos han inspirado a muchos autores posteriores.

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ACTIVIDADES

A continuación leerás un fragm ento de la célebre novela picaresca


Lazarillo de Tormes,
que te servirá para aplicar los conceptos que has
aprendido en esta unidad.

LA LLEGADA DEL CIEGO


En este tiempo vino a posar al
mesón un ciego, el cual, pareciéndole
que yo sería para adestralle, me pidió
a mi madre, y ella me encomendó a él,
diciéndole cómo era hijo de un buen
hombre el cual, por ensalzar la fe,
había muerto en la de Gelves y que i
ella confiaba en Dios no saldría peor
hombre que mi padre, y que le rogaba
me tratase bien y mirase por mí, pues
era huérfano. Él respondió que así lo
haría, y que me recibía no por mozo,
sino por hijo. Y así le comencé a servir
y adestrar a mi nuevo y viejo amo.
Como estuvimos en Salamanca
algunos días, pareciéndole a mi amo
que no era la ganancia a su contento,
determinó irse de allí. Y cuando nos
hubimos de partir, yo fui a ver a mi
madre, y ambos llorando, me dio su
bendición y dijo:
-Hijo, ya sé que no te veré más.
Procura de ser bueno, y Dios te guíe.
Criado te he y con buen amo te he
puesto. ¡Válete por ti!
Y así, me fui para mi amo, que
esperándome estaba.
Salimos de Salamanca, y
llegando a la puente, está a la entrada
della un animal de piedra que casi
tiene forma de toro, y el ciego
mandóme que llegase cerca del ani-
mal; y allí puesto me dijo:
-Lázaro, llega el oído a este toro y
oirás gran ruido dentro del.
Yo simplemente llegué, creyendo
ser así, y como sintió que tenía la
cabeza par de la piedra, afirmó recio
la mano y diome una gran
calabazada en el diablo del toro, que
más de tres días me duró el dolor de
la cornada, y díjome:
-Necio, aprende que el mozo del
ciego un punto ha de saber más
que el diablo.
Y rió mucho la burla. Parecióme
que en aquel instante desperté de la simpleza en que como niño dormido estaba. Dije entre mí: «Verdad dice éste,
que me cumple avivar el ojo y avisar pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer».
Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza. Y como me viese de buen ingenio,
holgábase mucho y decía:
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-Yo oro ni plata no te lo puedo dar, mas avisos para vivir muchos te mostraré. Y fue así, que después de Dios éste me
dio la vida, y siendo ciego me alumbró y adestró en la carrera de vivir.

ANÓNIMO, Lazarillo de Tormes

Responde a las siguientes cuestiones:

1. Explica siel narrador está fuera o dentro de la historia y en qué personanarra.


la
2. ¿Qué enseñanza obtiene Lázaro de la primera lección que le da el ciego?

3.- Indica qué líneas ocupan el planteamiento, el nudo y el desenlace delmento


frag delLazarillo de Tormes
y resúmelos.
4.- Describe al narrador de la historia según te lo imaginas.
5.- Localiza los fragmentos descriptivos de esta narración.
6.- Como habrás comprobado, en el texto predomina el diálogo de estilo to.
direc
Convierte también en estilo directo el siguiente fragmento de la
narración:«Él respondió que así lo haría, y que me recibía no por mozo, sino por hijo».
7.- Localiza un ejemplo de monólogo interior en el fragmento
Lázaro
de y explica su significado.

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Las anjanas de la montaña de Santander son brujas bondadosas, tienen poder sobrenatural, premian a los buenos y castigan a los
malos.
En cambio los ojáncanos son una especie de brujos, peores que el Diablo. Piensan sólo en hacer daño. Se cree que viven en cuevas
escondidas y dicen que no tienen más que un ojo en medio de la frente, pero que les reluce como a los lobos. Se alimentan con la
carne de los osos que matan, y son enemigos declarados de las anjanas.
Un día perdió una anjana un alfiletero que tenía cuatro alfileres con un brillante cada uno y tres agujas de plata con el ojo de oro.
El alfiletero se lo encontró una pobre que andaba pidiendo limosna de pueblo en pueblo, y no se atrevía a venderlo, por miedo a que
creyeran que lo había robado.
Esta pobre mujer vivía con un hijo suyo, y no tenía necesidad de pedir limosna, porque su hijo la mantenía, pero un día fue su hijo al
monte y no volvió, porque lo había cogido un ojáncano.
Con su alfiletero en el bolsillo siguió pidiendo limosna y vio una vieja que estaba cosiendo. Al pasar la pobre, se le rompió la aguja y
dijo la vieja a la pobre:
-¿No llevará usted una aguja, por casualidad?
La pobre se quedó dudando un momento y le dijo:
-Pues mire usted, me acabo de encontrar un alfiletero que tiene tres, tome usted una.

Siguió la pobre su camino y pasó junto a una moza muy guapa que estaba cosiendo. Al pasar se le rompió la aguja y preguntó a la
pobre si llevaba alguna aguja. La pobre le contó que se había encontrado un alfiletero y le dio una aguja.
Poco después pasó la pobre junto a una niña que estaba cosiendo y ocurrió lo mismo; a la niña se le partió la aguja, preguntó a la
pobre si tenía alguna y la pobre le dio la tercera aguja.
A los pocos pasos, vio una muchacha sentada en el suelo mirándose una espina que se había clavado y preguntó la muchacha a la
pobre:
-¿Tendría usted por casualidad un alfiler, para sacarme una espina? -Y la pobre le dio uno de los alfileres.
Un poco más adelante encontró una chiquilla que estaba llorando con gran desconsuelo, porque se le había roto el delantal. La pobre
le dijo que no llorara y con los tres alfileres que le quedaban le sujetó el desgarrón que se había hecho. Y siguió andando con el
alfiletero vacío.
Iba por un camino y se encontró con un río, pero no había puente para atravesarlo. La pobre pensó en seguir la orilla del río, hasta ver
si encontraba un puente, cuando oyó que el alfiletero hablaba como una persona y decía:
-Estrújame, como si fuera un limón, a la orilla del río. Y siempre que quieras algo o que necesites ayuda, estrújame fuerte.

Conque la pobre estrujó el alfiletero y empezó a salir un madero gordo y ancho que alcanzaba hasta la otra orilla del río.

Pasó la pobre el río y siguió caminando.


Llevaba cuatro o cinco horas de camino, sin llegar a ningún pueblo, ni encentra: casa viviente, y pensó:
-Si el alfiletero me diera algo de comer... Voy a probar.
Estrujó el alfiletero y salió un pan tierno y caliente como recién salido del horno. Se lo comió sin parar de andar y a media
tarde llegó a un pueblo.
En la primera casa que encontró, llamó para pedir limosna y salió una mujer llorando. En lugar de pedirle limosna, le preguntó
por qué lloraba y la mujer dijo que el ojáncano que andaba por el monte le había robado a su única hija.

-Pues no se apure usted, señora, que voy a ver si la encuentro.


-Y la pobre sacó el alfiletero, lo estrujó y salió una corza muy bonita, con una mancha blanca en la frente. Echó a andar la corza y la
pobre detrás, y así anduvieron hasta llegar a una peña donde se paró la corza.
La pobre, que no sabía qué hacer, estrujó el alfiletero y salió un martillo. Dio un martillazo en la peña y apareció la cueva del
ojáncano. Era una cueva dentro de las peñas, de modo que el suelo, las paredes y el techo eran todos de piedra. La cueva estaba muy
oscura, pero la mancha blanca de la frente de la corza alumbraba como un farol. La corza, y la pobre detrás, llegaron hasta un rincón
de la cueva y la pobre dio de pronto un grito de sorpresa y alegría, porque en aquel rincón había un muchacho dormido que era el hijo
que el ojáncano le había robado hacía un año.

La pobre despertó a su hijo, se abrazaron y se besaron, llorando de alegría, y salieron de la cueva, guiados por la corza, que los
llevó a la casa donde habían visto a la mujer llorando.
La mujer, que ya no lloraba, era una anjana, que dijo a la pobre:

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-Quédate a vivir en esta casa, que yo te regalo. No consientas que tu hijo vuelva por el monte. Vete al corral y estruja por última vez el
alfiletero.
Se fueron la pobre y su hijo al corral, estrujó el alfiletero y salieron cincuenta ovejas, cincuenta cabras y seis vacas.
Volvieron a la casa, y la corza y la anjana habían desaparecido.

José A. Sánchez Pérez, Cien cuentos populares españoles (1997)

1.- ¿Qué personaje es la protagonista del cuento? ¿Qué hace?


2.- ¿Quiénes son los personajes fantásticos del cuento? ¿Cuáles son los aliados y cuáles son los oponentes de la protagonista?
3.- Las anjanas no ayudan directamente a la pobre mujer, sino que utilizan algún elemento mágico para ello. ¿Cuál es ese elemento?
4.- ¿Qué simboliza la anciana? ¿Hay otros personajes simbólicos? ¿Quiénes son?
5.- ¿Qué pretende enseñar este cuento?
6.- Resume las tres partes de que consta la estructura de este cuento.
7. ¿En qué lugar o lugares se desarrolla la acción del cuento? ¿Hay alguna expresión que nos transmita la idea de tiempo?
8. En los cuentos populares son frecuentes las repeticiones. Este recurso da ritmo a la narración y hace que aumente el interés por la
acción. La pobre mujer realiza dos acciones que se repiten a lo largo del cuento. ¿Cuáles son estas acciones? ¿Cuántas veces se
repiten?
9. Explica a tus compañeros un cuento popular que conozcas.

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ACTIVIDADES sobre la novela

En la segunda parte, y tras numerosos episodios, D. Quijote sufre una derrota a manos del supuesto Caballero de la Blanca Luna (uno
de sus vecinos que ha salido a buscarlo) y debe regresar a su pueblo. Allí enferma y muere tras haber recuperado el juicio, pidiendo
perdón a todos y renegando de los libros de caballerías. El capítulo que vas a leer a continuación es el XVII de la segunda parte.

EI Quijote Capítulo XVII

—Si son requesones, démelos vuesa merced, que yo me los comeré. Pero cómalos el diablo, que debió ser el que allí los puso.
Cuenta la historia que cuando Don Quijote daba voces a Sancho que le trajese el yelmo, estaba él comprando unos requesones que los
pastores le vendían y, acosado de la mucha prisa de su amo, no supo qué hacer de ellos, ni en qué traerlos, y por no perderlos, que ya
los tenía pagados, acordó de echarlos en la celada de su señor, y con este buen recaudo volvió a ver lo que quería; el cual, en llegando,
le dijo:
—Dame, amigo, esa celada, que o yo sé poco de aventuras o lo que allí descubro es alguna que me ha de necesitar y me necesita a
tomar mis armas. (...)
Y volviéndose a Sancho, le pidió la celada; el cual, como no tuvo tiempo de sacar los requesones, tuvo que dársela como estaba.
Tomóla don Quijote, y sin que echase de ver lo que dentro venía, con toda prisa se la encajó en la cabeza; y como los requesones se
apretaron y exprimieron, comenzó a correr el suero por todo el rostro y barbas de don Quijote, de lo que recibió tal susto que le dijo a
Sancho:
—¿Qué será esto. Sancho, que parece que se me ablandan los cascos o se me derriten los sesos, o que sudo de los pies a la cabeza? Y
si es que sudo, en verdad que no es de miedo: sin duda creo que es terrible la aventura que está a punto de sucederme. Dame, si tienes
con qué me limpie, que el copioso sudor me ciega los ojos.
Calló Sancho y dióle un paño, y dio, con él, gradas a Dios de que su señor no se hubiese dado cuenta del asunto. Limpióse don
Quijote, y quitóse la celada por ver que cosa era la que, a su parecer, le enfriaba la cabeza, y viendo aquellas gachas blancas dentro de
la celada, las llegó a las narices, y, en oliéndolas, dijo:
—Por vida de mi señora Dulcinea del Toboso, que son requesones los que aquí me has puesto, traidor, bergante y malmirado
escudero.
A lo que con gran flema y disimulación respondió Sancho:
-Si son requesones, démelos vuesa merced, que yo me los comeré. Pero cómalos el diablo, que debió ser el que allí los puso.

Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha (2ª parte, cap. XVII)

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