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Semana 13 CASTELLANO Y LITERATURA E.M.P 1º S.

EL ENSAYO

Definición: Orígenes:

"Es una de las más interesantes modalida- • Ocupa el puesto del Diálogo Doctrinal Gre-
des del quehacer intelectual contemporáneo, colatino (simulación de una conversación, en la
cuya esencia pudiera entenderse como la expre- cual un personaje exponía una tesis y respondía
sión literaria del pensamiento (...) a las objeciones de los demás).

Es hoy de los más eficaces por tadores de


ideas llevadas a presencia del lector en forma
amigable y desenfadada, ajena a protocolos • Proviene del término francés "Essais" pro-
literarios". puesto por Miguel de Montaigne (1533-1592),
iniciador de este género.
"Apreciación Literaria", Oscar Sambrano U.

Elementos característicos del Ensayo El Ensayo en España:


(Elementos esenciales no exclusivos)
Las letras Españolas resurgen al llegar el
a. Naturaleza del ensayo: Siglo XIX como un "Segundo Siglo de Oro". Este
• Interpretativa. florecimiento se debe a tres generaciones suce-
sivas agrupadas alrededor de: I.- Los poetas
• Analítica. Modernistas y Generación del 98.
b. Método y estilo:
II.- La Segunda Generación. Representada
• Diversos métodos. por los ensayos de Ortega y Gasset
• El estilo varía según el autor. III.- La Tercera Generación de Poetas repre-
c. Temas: sentada por Federico _______________.

• Variados.
• Evita el lugar común.
d. Visión personal:

• Subjetividad.

e. Extensión:
Estampilla del correo español en
• Según el tema.
homenaje a la Generación del 98.
• Generalmente breve.

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E.M.P 1º S. CASTELLANO Y LITERATURA Semana 13

Surgimiento

Contexto Histórico

España pierde sus últimas colonias Descontento más que derrota frente al
estratégicas. deteriorado ambiente político, social y
cultural del país.

Origina un movimiento ideológico y


estético de honda repercusión

La Generación del 98

Movimiento Intelectual que marcó el inicio de


la Literatura Contemporánea en Venezuela.

Destacan:
Integrada por un grupo de Surgió simultáneamente con el
Miguel de Unamuno,
escritores nacidos entre 1864 Modernismo Americano
Pío Baroja,
y 1884
Ramiro de Martín
y Azorín

Azorín bautizó el grupo en una serie de


artículos y en su libro
"Clásicos y Modernos"

Les unía:
El Idealismo.
"La Gravedad Castellana".
El Pesimismo.
Un Espíritu Renovador, por una España mejor.

1. Defina el "ensayo" como género literario.


2. Explique qué se requiere para hacer un ensayo acerca de determinado tema.
ACTIVIDADES

3. Explique los orígenes del ensayo en España.


4. Resuma las principales características del ensayo como género literario.

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Semana 13 CASTELLANO Y LITERATURA E.M.P 1º S.

Rasgos Definidores de la Generación del 98

a. Coincidencia Natal: b. Homogeneidad Educativa:


• Todos sus representantes nacieron entre • Conciencia autodidáctica.
1864 y 1884. • Fueron grandes lectores.
• Ello los acerca en cuanto a los hechos • La Prensa y la Tribuna fueron los medios
vividos. para la expresión de sus ideas.

c. Lenguaje Generacional: d. Acontecimiento generacional:


• Afinidad de estilo. • Amor por España frente a los decadentes
• Vuelta a la sencillez, a la frase viva y ex- hechos histórico-políticos.
presiva. • Visión de la realidad y preocupación por
• Entonación lírica y sentimental sin grandi- su pueblo.
locuencia.

1. Narre el origen del ensayo.


2. Elabore su propio concepto sobre el ensayo.
3. Lea con atención el fragmento de "El Sentimiento Trágico de la Vida" y señale algunas
ACTIVIDADES

características relacionadas con la Generación del 98.


4. Identifique y dé ejemplos de las características del ensayo en los textos señalados.

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E.M.P 1º S. CASTELLANO Y LITERATURA 01
Semana 13

"EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA"


Por Miguel Unamuno

"Y puesto que los españoles somos católicos, sepámoslo o no lo sepamos, queriéndolo o sin quererlo, y
aunque alguno de nosotros presuma de racionalista o de ateo, acaso nuestra más honda labor de cultura y
lo que vale más de cultura, de religiosidad -si es que no son lo mismo-, es tratar de darnos clara cuenta
de ese nuestro catolicismo subconsciente, social o popular. Y esto es lo que he tratado de hacer en esta
obra.

Lo que llamo el sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos es por lo menos nuestro
sentimiento trágico de la vida, el de los españoles y el pueblo español, tal y como se refleja en mi con-
ciencia, que es una conciencia española, hecha en España. Y ese sentimiento trágico de la vida es el senti-
miento mismo católico de ella, pues el catolicismo y mucho más el popular, es trágico. El pueblo aborrece
la comedia. El pueblo, cuando Pilato, el señorito, el distinguido, el esteta, racionalista, si queréis, quiere
darle comedia y le presenta al Cristo en irrisión diciéndole: ¡He aquí el hombre!, se amotina y grita: ¡cru-
cifícale! No quiere comedia, sino tragedia. Y lo que el Dante, el gran católico, llamó comedia divina, es la
más trágica comedia que se haya escrito.

Y como he querido en estos ensayos mostrar el alma de un español y en ella el alma española, he es-
catimado las citas de escritores españoles, prodigando, acaso en exceso, las de los otros países. Y es que
todas las almas humanas son hermanas.

Y hay una figura, una figura cómicamente trágica, una figura en que se ve todo lo profundamente
trágico de la comedia humana, la figura de Nuestro Señor Don Quijote, el Cristo español en que se cifra
y encierra el alma inmortal de este mi pueblo. Acaso la pasión y muerte del Caballero de la Triste Figura
es la pasión y muerte del pueblo español. Su muerte y su resurreción. Y hay una filosofía y hasta una me-
tafísica quijotesca y una lógica y una ética quijotesca, y una religiosidad -religiosidad católica española-
quijotesca. En la filosofía, es la lógica, es la ética, es la religiosidad que he tratado de esbozar y más de
sugerir que de desarrollar en esta obra. Desarollarlas racionalmente no; la locura quijotesca no consiente
la lógica científica.

Y ahora, antes de concluir, y despedirme de mis lectores, quedame hablar del papel que le está reser-
vado a Don Quijote en la tragicomedia europea moderna.

Vamos a verlo en un último ensayo de estos.

La ciencia no le da a Don Quijote lo que éste le pide. “¡Que no le pida eso -dirán-; que se resigne,
que acepte la vida y la verdad como son!” Pero él no las acepta así, y pide señales, a lo que les mueve
Sancho, que está a su lado. Y no es que Don Quijote no comprenda lo que comprende quien así le habla, el
que procura resignarse y aceptar la vida y la verdad racionales. No; es que sus necesidades efectivas son
mayores. ¿Pedantería? ¡Quién sabe!...

Y en este siglo crítico, Don Quijote, que se ha contaminado de criticismo también, tiene que arremeter
contra sí mismo, víctima de intelectualismo y de sentimentalismo, y cuando quiere ser más espontáneo,
más afectado aparece. Y quiere el pobre racionalizar lo irracional e irracionalizar lo racional... Y cae en

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la desesperación íntima del siglo crítico de que fueron las dos más grandes víctimas Nietzsche y Tolstoi.
Y por desgracia entra en el furor heroico de que hablaba aquel Quijote del pensamiento que escapó al
claustro, Giordano Bruno, y se hace despertador de las almas que duermen, dormitantium animorum
excubitor, como dijo de sí mismo el ex dominicano, el que escribió: “El amor heroico es propio de las na-
turalezas superiores llamadas insanas -insane-, no porque no saben -non sanno-, sino porque sobresaben
-soprasanno-”.

Pero Bruno creía en el triunfo de sus doctrinas, o por lo menos al pie de su estatua, en el Campo dei
Fiori, frente al Vaticano, han puesto que se la ofrece el siglo por el adivinado, il secolo da lui divinato...
Más nuestro Don Quijote, el redivivo, el interior, el consciente de su propia comicidad, no cree que triun-
fen sus doctrinas en este mundo porque no son de él. Y es mejor que no triunfen. Y si le quisiera hacer a
Don Quijote rey, se retiraría solo, al monte, huyendo de las turbas regificientes y regicidas, como se retiró
solo al monte Cristo cuando, después del milagro de los peces y los panes, le quisieron proclamar rey. Dejó
el título de rey para encima de la cruz.

¿Cuál es, pues, la nueva misión de Don Quijote hoy en este mundo? Clamar, clamar en el desierto.
Pero el desierto oye, aunque no oigan los hombres, y un día se convertirá en selva sonora, y esa voz soli-
taria que va posando en el desierto como semilla, dará un cedro gigantesco que con sus cien mil lenguas
cantará un hosanna eterno al Señor de la vida y de la muerte.

Y vosotros ahora, bachilleres Carrascos del generacionismo europeizante, jóvenes que trabajáis a la
Europa, con método y crítica... científicos, haced riqueza, haced patria, haced arte, haced ciencia, haced
ética, haced o más bien traducid sobre todo Kultura, que así matareís a la vida y a la muerte. ¡Para lo que
ha de durarnos todo!...

Y con esto se acaba ya -¡ya era hora!-, por ahora al menos, estos ensayos sobre el sentimiento trágico
de la vida en los hombres y en los pueblos, o por, lo menos en mí -que soy hombre- y en el alma de mi pue-
blo, tal como en la mía se refleja.

Espero, lector, que mientras dure nuestra tragedia, en algún entreacto, volvamos a encontrarnos. Y
conoceremos. Y perdona si te he molestado más de lo debido e inevitable, más de lo que, al tomar la pluma
para distraerte un poco de tus ilusiones, me propuse. ¡Y Dios no te de paz y sí gloria!"

En Salamanca, año de gracia de 1912.

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