Este documento describe a las nueve Musas de la mitología griega. Según la tradición, eran hijas de Zeus y Mnemósine. Cada Musa simbolizaba una forma de arte o entretenimiento humano como la historia, música, comedia, tragedia, danza, poesía lírica y épica. Se creía que los poetas y filósofos obtenían su inspiración de las Musas, a las que invocaban al comienzo de sus obras.
Este documento describe a las nueve Musas de la mitología griega. Según la tradición, eran hijas de Zeus y Mnemósine. Cada Musa simbolizaba una forma de arte o entretenimiento humano como la historia, música, comedia, tragedia, danza, poesía lírica y épica. Se creía que los poetas y filósofos obtenían su inspiración de las Musas, a las que invocaban al comienzo de sus obras.
Este documento describe a las nueve Musas de la mitología griega. Según la tradición, eran hijas de Zeus y Mnemósine. Cada Musa simbolizaba una forma de arte o entretenimiento humano como la historia, música, comedia, tragedia, danza, poesía lírica y épica. Se creía que los poetas y filósofos obtenían su inspiración de las Musas, a las que invocaban al comienzo de sus obras.
Segn la tradicin griega ms antigua, las musas eran nueve
divinidades que alegraban con sus cnticos a los dioses olmprcos en sus moradas celestiales. Su madre eralatitnide Mnemsine, la personificacin de la memoria, hija de Urano y Gea, a quien Zeus se uni durante nueve noches consecuti\as, en e1 Olimpo. Segn otras tradiciones, las Musas habitaban en el monte Helicn o en e1 Parnaso, junto al orculo de Delfos, bajo la tutela del dios Apolo, que por esa funcin era conocido con el sobrenombre de Musagetes. Cada una simbolizaba una de 1as artes o placeres humanos, como indica el significado de sus nombres:
. . Mosarco de las nueve lVusas de \4oncada V- .eo San Pio V oe Vale^c ra,
seeas eur El
trmino (museo) prov ee del gr ego
mouseton y de latn museum, con e
s gnif icado de <casa o temp o de las musas), en clara referencia a las artes que estaban srmbolizadas por esas
Clo, <la que proporctona la fama>, es la musa de la historia.
Euterpe, <la que proporciona un gran delette>, es musa de la msica.
" . . . .
Tala, <la que florece>, es la musa de 1a comedia.
Melpmene, <la que canta), es la musa de la tragedia. Terpscore, <la que deleita con el baile>, es 1a musa de la danza. Erato, <la amorosa>, es ia musa de 1a poesa lrica. Polimnia, <la de muchos himnos>, es la musa de los cantos sagrados y, segn otras versiones, de la geometra. Ljrania, <la celestial>, es la musa de la astronoma. Calope, <1a de bella vozo, es la musa de 1a poesa pica.
antiguas divinidades.
. .
Tambin la pa abra <ms ca> t ene
re ac n con e las, ya que procede
No se dedicaban solo a dulcificar la vida de los dioses, pues
de griego muslk, que s gn f ca <arte
de as lVusas>,
segn cuenta el poeta Hesodo tambln ayudaban a 1os reyes
mortales con sus prudentes consejos, especralmente Calope.
lnvocar a las Musas
ACTIVIDADES de tu profesor o profesora, localiza alguno de los textos citados sobre las Musas y cpialo en tu cuaderno.
20. Con ayuda
21. Siguiendo el modelo del texto que has
copiado, inventa un poema en el que invoques a las Musas para pedirles su inspiracin.
22. Compara el mosaico de las musas
de Moncada, que aparece en esta pgina, con el relieve de un sarcfago de la catedral de Murcia: http://www.f I ickr.com/ph otos/1 0743962 @N00/260808101/.
Tmbin se crea que tanto filosofos como poetas obtenan su
inspiracin de las propias Musas, a 1as que invocaban al comienzo de sus obras. Exrsten ejemplos notables de estas invocaciones (nyocato) desde los orgenes de la literatura griega: el poeta Homero en el comienzo de sus clebres obras llada y Odisea pide a las Musas que canten la clera de Aquiles o las andanzas de Odiseo; e igualmente el gran poeta latino Virgilio en los primeros versos de su Eneida solicita de las Musas que naffen las causas de 1os padecimientos del hroe que da nombre al poema. Posteriormente, las referencias a las Musas y al monte Parnaso se convirtieron en lugar comn para los escritores y poeras de todos los tiempos. Por ejemplo, Dante en su Dvina comedia,
William Shakespeare en el prlogo de su tragedia Enrique V,
John Milton en El Paraiso perdido, y el poeta espaol Luis de Gngora en su Fabula de PoliJemo y Galatea.