El inicio del cuadro es a menudo insidioso, pero también puede aparecer bruscamente. Aunque parecen presentar alucinaciones más a menudo se trata de ilusiones interpretativas secundarias al sistema delirante.
Aparece en dos ámbitos de edades, varones jóvenes y mujeres de más de 50 años.
Asimismo cabe destacar la elevada frecuencia de casos en los que el delirio es compartido por familiares (folie a deux, folie ñ trois).
Lo más significativo de estos casos es la respuesta terapéutica favorable, lo que ha cambiado el pronóstico de modo espectacular. Se ha observado que el pimozide (o su forma parenteral el fluspirileno) es eficaz en estos casos, mientras que otros neurolépticos y sedantes no lo son. En la serie de Munro 63 % de los pacientes mejoraron sensiblemente y 23 % mostraron una remisión parcial, que, sin embargo, les permitió reducir la angustia y reintegrarse a la vida de relación. Los buenos resultados parecen depender del diagnóstico correcto, y cabe destacar que los síntomas hipocondríacos no psicóticos o los multisintomáticos no responden igual a este tratamiento. El abandono de la medicación produce recaídas invariablemente en el plazo de pocos días. Además de las observaciones patogénicas de este autor respecto a disfunciones límbicas, Johnson y Anton (1983) han sugerido que la eficacia selectiva de este fármaco puede estar relacionada con su propiedad antagonista frente a los receptores opiáceos, dada la importante participación de los sistemas endorfínicos en los pruritos. En una revisión posterior, Berrios (1985) analiza históricamente el campo de los delirios de infestación o delirios de parasitosis y observa frecuentemente patología orgánica, especialmente cuando la enfermedad aparece en personas de edad avanzada sin antecedentes psiquiátricos.
El inicio del cuadro es a menudo insidioso, pero también puede aparecer bruscamente. Aunque parecen presentar alucinaciones más a menudo se trata de ilusiones interpretativas secundarias al sistema delirante.
Aparece en dos ámbitos de edades, varones jóvenes y mujeres de más de 50 años.
Asimismo cabe destacar la elevada frecuencia de casos en los que el delirio es compartido por familiares (folie a deux, folie ñ trois).
Lo más significativo de estos casos es la respuesta terapéutica favorable, lo que ha cambiado el pronóstico de modo espectacular. Se ha observado que el pimozide (o su forma parenteral el fluspirileno) es eficaz en estos casos, mientras que otros neurolépticos y sedantes no lo son. En la serie de Munro 63 % de los pacientes mejoraron sensiblemente y 23 % mostraron una remisión parcial, que, sin embargo, les permitió reducir la angustia y reintegrarse a la vida de relación. Los buenos resultados parecen depender del diagnóstico correcto, y cabe destacar que los síntomas hipocondríacos no psicóticos o los multisintomáticos no responden igual a este tratamiento. El abandono de la medicación produce recaídas invariablemente en el plazo de pocos días. Además de las observaciones patogénicas de este autor respecto a disfunciones límbicas, Johnson y Anton (1983) han sugerido que la eficacia selectiva de este fármaco puede estar relacionada con su propiedad antagonista frente a los receptores opiáceos, dada la importante participación de los sistemas endorfínicos en los pruritos. En una revisión posterior, Berrios (1985) analiza históricamente el campo de los delirios de infestación o delirios de parasitosis y observa frecuentemente patología orgánica, especialmente cuando la enfermedad aparece en personas de edad avanzada sin antecedentes psiquiátricos.
El inicio del cuadro es a menudo insidioso, pero también puede aparecer bruscamente. Aunque parecen presentar alucinaciones más a menudo se trata de ilusiones interpretativas secundarias al sistema delirante.
Aparece en dos ámbitos de edades, varones jóvenes y mujeres de más de 50 años.
Asimismo cabe destacar la elevada frecuencia de casos en los que el delirio es compartido por familiares (folie a deux, folie ñ trois).
Lo más significativo de estos casos es la respuesta terapéutica favorable, lo que ha cambiado el pronóstico de modo espectacular. Se ha observado que el pimozide (o su forma parenteral el fluspirileno) es eficaz en estos casos, mientras que otros neurolépticos y sedantes no lo son. En la serie de Munro 63 % de los pacientes mejoraron sensiblemente y 23 % mostraron una remisión parcial, que, sin embargo, les permitió reducir la angustia y reintegrarse a la vida de relación. Los buenos resultados parecen depender del diagnóstico correcto, y cabe destacar que los síntomas hipocondríacos no psicóticos o los multisintomáticos no responden igual a este tratamiento. El abandono de la medicación produce recaídas invariablemente en el plazo de pocos días. Además de las observaciones patogénicas de este autor respecto a disfunciones límbicas, Johnson y Anton (1983) han sugerido que la eficacia selectiva de este fármaco puede estar relacionada con su propiedad antagonista frente a los receptores opiáceos, dada la importante participación de los sistemas endorfínicos en los pruritos. En una revisión posterior, Berrios (1985) analiza históricamente el campo de los delirios de infestación o delirios de parasitosis y observa frecuentemente patología orgánica, especialmente cuando la enfermedad aparece en personas de edad avanzada sin antecedentes psiquiátricos.
Los rasgos de la personalidad paranoica no siempre conducen
al delirio, pero, en cambio, es frecuente que los delirios
paranoicos (no confundir con esquizofrenia paranoide) se asienten sobre la personalidad paranoica descrita. El delirio surge a partir de un conflicto psicoafectivo, cuya dimensin se analizar ms adelante. El inicio es progresivo e insidioso en el sentido que Jaspers denominaba desarrollo. Se trata de un delirio basado en la interpretacin. Su conviccin pasional desborda la realidad y todo se reviste de significaciones que irn incluyndose progresivamente en su delirio. Sus percepciones en cuanto a estmulos exteriores son correctas, pero la representacin va marcada por la interpretacin delirante. En otras palabras, la objetividad de lo percibido se trastorna por la subjetividad de lo registrado. El delirio se presenta como lgico, pues parte de hechos o situaciones reales, cuya nota delirante se justifica por racionalizaciones. Esta apariencia de lgica irrefutable hace que sea un delirio contagioso y muchas personas crearn sus argumentaciones delirantes que, como afirmamos, tienen apariencia de verosimilitud. Adems, se presenta como un delirio sistematizado, pues parte de unas ideas fijas y estables que se organizan en un sistema delirante bien construido, que se enriquece mediante nuevas interpretaciones delirantes. Se extiende as por contigidad, continuidad y semejanza a personas y grupos sociales. Por ello se ha denominado delirio de relacin social. A diferencia de otros cuadros delirantes, el paciente conserva su lucidez.
Los tipos de delirio paranoico ms caractersticos son los
siguientes.
Delirio de persecucin. Es con mucho el ms frecuente. El
perseguidor representa la proyeccin de aspectos del paciente. A menudo hay una base real que est desmesuradamente exagerada. Destaca en estos individuos la tendencia a la interpretacin y a explicarlo todo. Afirman que lo que les ocurre es debido a la persecucin que sufren. Vayan donde vayan, los perseguidores les encuentran y les hacen notar su presencia mediante cartas, envenenamientos e influencias indirectas. No pueden progresar ni estar tranquilos porque ellos por celos o envidia se han propuesto perjudicarlos.
Delirio de reivindicacin. Se establece en diferentes niveles.
Cuando versa sobre la ley, constituye el delirio querulante que siempre coloca al individuo en juicios y procesos, frutos de sus constantes denuncias. Las entidades aseguradoras y el personal de juzgados conocen bien estos casos.
Cuando versa sobre la salud, es el delirio hipocondraco segn
el cual el sujeto est siempre afecto de alguna enfermedad o trastorno y, en consecuencia, una y otra vez reclama la asistencia sanitaria, contra la que finalmente formular mltiples reclamaciones.
Cuando la reivindicacin se cie sobre temas trascendentales,
el sujeto presentar el delirio pasional idealista con el tema correspondiente: religioso, poltico, etc.
Finalmente, el campo elegido puede ser el del saber. Entonces
el paciente afirmar haber inventado algn aparato o descubierto la teora concluyente acerca de algn fenmeno.
Delirio celotpico. Los celos constituyen una constante en
estos pacientes y pueden organizarse en forma de delirio sistematizado. El individuo se siente frustrado y privado de una buena relacin, la cual se interpreta en el sentido de que el cnyuge prefiere a otro. Durante mucho tiempo la sensacin de verse engaado le mantiene sobre dudas e incertidumbres. No tarda en iniciar indagaciones e investigaciones personales o mediante detectives. Va en busca de pruebas, vigila y busca objetos personales, ropa interior, cartas, etc.
Delirio erotomanaco. El paciente tiene la conviccin de ser
amado por alguien que a menudo ocupa un rango social superior al suyo. Es ms frecuente en mujeres. Su inicio es relativamente rpido y se basa en alguna interpretacin errnea. A partir de entonces encuentra sentidos y confirmaciones de su delirio en cualquier detalle o hallazgo. Todo son seales y signos del amor del otro, quien la ama y la protege, porque est enamorado de ella. La esperanza puede transformarse en desprecio y agresividad si la paciente inter-
preta que ha sido objeto de un desaire o por el rechazo real
que no es raro en estos casos.
Delirio hipocondraco. Los temas ms frecuentes incluyen aqu
la infestacin de la piel por un parsito, infestacin interna por gusanos u otros parsitos, presencia de bultos drmicos atribuidos a organismos o cuerpos extraos que llevan al paciente a rascarse repetidamente, fealdad o deformidad corporal, desprender olores desagradables, etc. Con cierta frecuencia, va acompaado del llamado signo de la caja de cerillas (matchbox sigo), que consiste en que el paciente dice que ha logrado capturar al parsito y lo trae para mostrarlo en aquel recipiente. Este trastorno ha sido examinado por Munro (1980), que lo ha denominado psicosis hiponcondraca monosintomtica y lo ha incluido como una forma de paranoia. Por la especificidad de este cuadro le dedicaremos una descripcin ms detallada. Los pacientes son extraordinariamente insistentes y enrgicos en sus quejas y repiten siempre lo mismo de forma estereotipada. Criosamente existe mucha mayor riqueza imaginativa en los requerimientos teraputicos, que son a menudo pintorescos. Rara vez el paciente es visto en primera instancia por el psiquiatra; en cambio, los dermatlogos, especialistas en enfermedades infecciosas, cirujanos plsticos, compaas de desinfeccin y entidades de salud pblica son los que son visitados por estos pacientes. Cuando el psiquiatra recibe uno de estos casos, se encuentra a un individuo enojado que rechaza el anlisis psiquitrico, por lo que Munro recomienda dirigir la entrevista hacia los aspectos fsicos del trastorno. El inicio del cuadro es a menudo insidioso, pero tambin puede aparecer bruscamente. Aunque parecen presentar
alucinaciones ms a menudo se trata de ilusiones
interpretativas secundarias al sistema delirante. Aparece en dos mbitos de edades, varones jvenes y mujeres de ms de 50 aos. Asimismo cabe destacar la elevada frecuencia de casos en los que el delirio es compartido por familiares (folie a deux, folie trois). Lo ms significativo de estos casos es la respuesta teraputica favorable, lo que ha cambiado el pronstico de modo espectacular. Se ha observado que el pimozide (o su forma parenteral el fluspirileno) es eficaz en estos casos, mientras que otros neurolpticos y sedantes no lo son. En la serie de Munro 63 % de los pacientes mejoraron sensiblemente y 23 % mostraron una remisin parcial, que, sin embargo, les permiti reducir la angustia y reintegrarse a la vida de relacin. Los buenos resultados parecen depender del diagnstico correcto, y cabe destacar que los sntomas hipocondracos no psicticos o los multisintomticos no responden igual a este tratamiento. El abandono de la medicacin produce recadas invariablemente en el plazo de pocos das. Adems de las observaciones patognicas de este autor respecto a disfunciones lmbicas, Johnson y Anton (1983) han sugerido que la eficacia selectiva de este frmaco puede estar relacionada con su propiedad antagonista frente a los receptores opiceos, dada la importante participacin de los sistemas endorfnicos en los pruritos. En una revisin posterior, Berrios (1985) analiza histricamente el campo de los delirios de infestacin o delirios de parasitosis y observa frecuentemente patologa orgnica, especialmente cuando la enfermedad aparece en personas de edad avanzada sin antecedentes psiquitricos.