El surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios está relacionado con el periodo de mayor intensidad social, ideológica e histórica del siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la segunda, precisamente como una reacción.
El surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios está relacionado con el periodo de mayor intensidad social, ideológica e histórica del siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la segunda, precisamente como una reacción.
El surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios está relacionado con el periodo de mayor intensidad social, ideológica e histórica del siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la segunda, precisamente como una reacción.
El surgimiento de los vanguardismos artsticos y literarios est relacionado
con el periodo de mayor intensidad social, ideolgica e histrica del siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la segunda. Algunas experiencias del nuevo arte pasaron rpidamente y otras se quedaron para siempre incorporadas al arte, pero la revolucin de las formas y contenidos se produce en los aos 20.
Del Francs avant-garde, la primera acepcin de la palabra vanguardia pertenece al
lenguaje militar del siglo XIX. En Francia comenz a usarse aplicada a la poltica entre los socialistas utpicos, hasta que adquiri (con Marx y Engels) el sentido de minora encargada de conducir la revolucin. Posteriormente se us este concepto entre los movimientos artsticos que se proponan romper con las convenciones estticas vigentes. Tanto Espaa como los pases americanos reelaboraron las vanguardias surgidas sobre todo en Francia, en Alemania y en Italia. El trmino vanguardia adquiere en Francia un sentido figurado en el rea poltica, especialmente entre los discpulos de Saint-Simon (1760-1825). Para el creador del socialismo utpico, el papel de la vanguardia artstica se reviste de una funcin pragmtica y de una finalidad social. Segn Donald Drew Egbert, para Saint-Simon el arte debera dedicarse a alcanzar fines sociales y de ah sera necesariamente funcional, utilitario, didctico y finalmente comprensible. Con las teoras del socialista utpico Charles Fourier (1772-1837), contemporneo de Saint-Simon y opositor de sus ideas, surge en las primeras dcadas del siglo XIX la posibilidad de disociar el arte de un sentido rigurosamente poltico. Los anarquistas, inspirados en las ideas de Fourier, seran atrados por la posibilidad de desvincular la produccin artstica de toda causa social. Esto va a permitir que
algunos artistas declaradamente anarquistas, como Oscar Wilde, puedan dedicarse
al ejercicio del arte por el arte, sin recibir interferencias de orden poltico. Marx y Engels, como fundadores del comunismo, se consideraban parte de la vanguardia social; pero es Lenin quien usa apropiadamente el trmino, al decir que al educar a los trabajadores del partido, el marxismo educa a la vanguardia del proletariado. A partir de 1890 proliferan en Europa numerosos peridicos polticamente partidarios, comunistas, socialistas y anarquistas, que traen en su nombre la palabra vanguardia; las relaciones del arte con la vida parecen firmemente establecidas y en ellas se atribuye al arte una funcin pragmtica, social y restauradora. El caso extremo de la utilizacin en este sentido del trmino vanguardia en el siglo XX se dio con el estalinismo, que en forma paradjica se identificaba con la vanguardia poltica al mismo tiempo que restringa ferozmente cualquier tipo de expresin artstica que no estuviese subordinada a las reglas estticas impuestas por el Partido. Las dcadas del 30 y del 40 marcan el apogeo del realismo socialista, responsable de la abolicin de las vanguardias artsticas dentro del sistema, al considerarlas expresin de un arte decadente. Incluso un crtico tan fino como Maritegui, en 1927, llega a decir que una gran parte de los presuntos vanguardistas revela en su individualismo y su objetivismo exasperados su espritu burgus decadente. Al mismo tiempo en que las facciones anarquistas y comunistas se apropiaban del trmino vanguardia como sinnimo de una actitud partidaria capaz de transformar a la sociedad, el surgimiento de los ismos europeos dio un gran margen para la experimentacin artstica, desvinculndola de todo pragmatismo social. Y aunque las vanguardias artsticas tenan como denominador comn la oposicin a los valores del pasado y a los cnones artsticos establecidos por la burguesa del siglo XIX y comienzos del XX, ellas se distinguieron no slo por las diferencias formales y por las reglas de la composicin, sino por su postura ante las cuestiones sociales. En este sentido, el expresionismo alemn y el surrealismo francs, situados respectivamente al inicio y al final del perodo de las vanguardias, a pesar de estar
muy diferenciados en otros aspectos, tienen como factor semejante su preocupacin
social. Pero en el expresionismo es una reaccin ante los horrores de la Primera Guerra Mundial, y en el surrealismo apunta hacia la utopa de la transformacin del hombre a travs de la liberacin de las fuerzas del inconsciente. Nada les es ms extrao que la frmula del arte por el arte, dice Jos Carlos Maritegui en relacin a lo ltimo. Por otra parte, el futurismo toma la delantera de todos los ismos como violenta reaccin contra la burguesa de la poca, contra el arte museolgico y contra todo parmetro pasatista. El intento de abolir el tiempo y la distancia aproxima al futurismo italiano con el simultanesmo y el multiperspectivismo propuestos por los cubistas de la dcada del 10. El dadasmo, que tambin fue una reaccin ante la Primera Guerra Mundial, acta de modo diferente: por el nihilismo, por el humor, por la auto-irrisin y por la autodestruccin. Estos cambios ideolgicos explican la existencia, por ejemplo, de ms de un Borges, de ms de un Neruda, de ms de un Vallejo. El primer Borges, aquel que vivi en Europa desde 1914 hasta 1921 y que se sinti muy afectado por la Primera Guerra Mundial, se compromete con la esttica expresionista y se sumerge en la obsesin vanguardista por la nueva metfora. El regreso a Buenos Aires le hace descubrir la ciudad natal, su lenguaje y sus tradiciones. Aparece entonces un segundo Borges empeado en negar al primero y en reafirmar sus orgenes, como queda claro en sus primeros libros de poemas: Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925), Cuaderno San Martn (1929) y en el libro de ensayos Evaristo Carriego (1930). Debido a su carcter efmero, las revistas de vanguardia presentan lneas ideolgicas ms ntidas, tanto por las definiciones explcitamente avanzadas en los editoriales, cuanto por el escaso tiempo de que disponan para asimilar una nueva tendencia o, inclusive, cambiar la trayectoria de ideas inicial.