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En cambio, en Canad hay un lmite legal de 40.000 dlares por candidato. Y esta suma sale casi
toda de los afiliados al partido, que aportan entre 5 y 1000 dlares por persona. Nadie puede
esperar recibir favores a cambio de tan poco dinero. Lo ms que uno recibe es una postal por
Navidad y por el cumpleaos.
De dnde salen las enormes sumas que propulsan a los candidatos norteamericanos a sus altos
puestos? De las cotizaciones y contribuciones extras de los afiliados? stas son mnimas. La mayor
parte de las contribuciones provienen de grandes corporaciones y de individuos millonarios o
billonarios, que a veces donan a ambos partidos por partes iguales. Todo el mundo lo sabe.
Durante las campaas electorales, la popular red televisiva ABC difunde un programa especial
titulado La huella del dinero, en el que exhibe a algunos de los potentados y sus delegados que
hacen contribuciones extraordinarias, y que asisten a parties en los que fluye el champagne. Entre
ellos figuran prominentemente los fabricantes de cancerillos y de armas, as como los petroleros,
propietarios de casinos y otros benefactores del pueblo.
Esta corrupcin ha llevado a Ralph Nader, el gran luchador por el medio ambiente y la seguridad del
trnsito, a postularse como candidato del Partido Verde. Otro motivo de su participacin es que no
ve diferencias entre los dos grandes partidos. Ambos favorecen a las grandes corporaciones, ambos
proponen aumentar los gastos militares en plena paz, ambos defienden la pena de muerte y ambos
se proclaman cruzados cristianos.
Nadie cree que Nader pueda sacar ms del 5 por ciento de los votos, y esto solamente en el estado
clave de California. Y muchos creemos que su intervencin, aunque moralmente admirable, es
polticamente errada, porque restar fuerzas al candidato demcrata.
cuestiones nacionales o internacionales. Una vez ganados puestos locales, los verdes podrn
intentar subir un escaln. Pero mientras tanto no le hagan el juego al peor de sus enemigos.
Aprendan a distinguir grados de enemistad. Y aprendan a ceder al mal menor. Que en esto consiste
la astucia poltica.
De nada, ustedes se merecen mi modesto consejo. Como argentino y canadiense es mi deber
orientar al vecino extraviado, aunque sea para evitar que se meta en mi casa.
Eh, vecino! Me oye? Parece que no. Paciencia. Otra vez ser.