Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
que podra sugerir quiz cierta irona con respecto al uso que le daban los
modernistas a las referencias mitolgicas en sus poesas. Como se ver ms
adelante, este poema tambin supone un alejamiento de la esttica
modernista, contra la que arremete el autor por considerarla arte superficial sin
filosofa. Otro hecho que, por cierto, contribuye a esta lectura irnica es el uso
de una mtrica en parte modernista (combina el verso largo de diecisis slabas
con rima consonante alterna o pareada) en detrimento del verso ms
tradicional, que es el que suele usar.
En la segunda estrofa toma, esta vez, una referencia ms tpica de la
Espaa intrahistrica, esto es, la de Nuestras vidas son los ros/ que van a
dar en la mar/ que es el morir de Manrique. La gota de agua de Machado se
convierte en un correlato objetivo de esa voluntad del poeta de equipararse con
la totalidad absoluta que se viene representando con el mar.
Otra referencia al modernismo, a su adjetivacin, hace el poeta al hablar
de la cruda ley diamantina en el grupo de versos siguientes. Nos cuenta esta
voz-narrador que [alguien] oy esta ley, cual palabra divina, en sueos. Es
importante ver cmo el sueo se convierte en los romnticos y en Machado en
el espacio propicio para la revelacin de la verdad y no slo eso, sino que a
partir de Freud se convierte en el espacio para la libertad del inconsciente, que
es adonde aspira llegar el yo potico.
En los versos que continan el poema podemos observar los procesos
mentales inconscientes por los que pasa el sujeto lrico, como por ejemplo la
muerte (ya mencionada con anterioridad cuando parafrasea a Manrique) o el
dolor. Se da a entender que la mayor sinceridad y a la vez realidad se da en la
experiencia del sufrimiento, que como para el romntico, es la puerta de
acceso al mundo sustancial.1 As parece que lo explique en los versos 19 y 20:
[] Y supo cunto es la vida hecha de sed y dolor.
Y fue compasivo para el ciervo y el cazador.
Otra vez esta dialctica de los extremos parece suscitar la realidad en
Machado, de manera que lo externo se ve como mero reflejo del yo, que
tambin est en tensin, entre dos extremos: la tica y la esttica. Los paisajes
del alma se empiezan a mostrar en forma de estrellas ardientes en la noche
despus de darse cuenta de que vestir la verdad (dolorosa y amarga) con
1
PEDRO CEREZO GALN, Antonio Machado: del soliloquio al dilogo pg. 185