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CONTENIDO:
Junio - Julio de 1998
Educar para la vida
El hombre y la sociedad
De la castidad
Cuestiones decisivas
Los peligros de la TV
Reporte de investigación
El maestro y el violín
Reflexiones sobre educación
SI ES CIERTO QUE EDUCAR es poner en práctica una filosofía de la vida (1), como efectivamente lo creemos, es
ineludible considerar al fenómeno educativo como una preparación para la vida, y ¿por qué no?, para la muerte.
John D. Redden y Francis A. Ryan, en su obra “Filosofía católica de la educación”, nos brindan una definición
de educación que nos parece completa: “es la influencia deliberada y sistemática ejercida por la persona madura
sobre la inmadura, por medio de la instrucción, la disciplina y el desarrollo armonioso de todas las facultades
físicas, sociales, intelectuales, morales, estéticas y morales del ser humano, de acuerdo a la jerarquía esencial de
las mismas, por y para la utilidad individual y social y dirigida hacia la unión del educando con su Creador como fin
último” (2).
De esta definición nos interesa resaltar particularmente un elemento que desafortunadamente, para muchos
educadores y no pocos padres de familia, ha quedado marginado por considerar que no es tarea propia de su
quehacer docente, y es el que se refiere al fin último de la educación: “el hombre fue creado para alabar y servir a
Dios en este mundo, y de este modo alcanzar como premio la felicidad eterna con El en el cielo” (3). En educación
todas las cosas debieran subordinarse a este último fin, y dirigirse hacia él.
No se trata necesariamente de hacer de la cátedra una permanente lección de catecismo o de apologética, sino
de hacer efectiva, sobre todo a través del ejemplo, la transmisión de bienes y valores auténticamente cristianos, de
poner en práctica esa filosofía de vida que supera los límites temporales y alcanza dimensiones de trascendencia.
Debemos considerar que no es para las aulas que se educa al individuo, sino para la vida misma. Todos los
conocimientos que se brinden, los hábitos y actitudes que se favorezcan a través del proceso educativo, los
valores que se ayude a clarificar en el alumno, no pueden quedar limitados a su paso por las instalaciones escolares,
sino que deben ser para que los aplique en su vida diaria.
Foto: J. Reyes R.
No sólo se trata de favorecer una forma de pensar, sino que sobre todo se pretende que adquiera una forma de
vivir de acuerdo a los más altos ideales.
Por eso es importante la influencia que el profesor pueda llegar a tener sobre el discente en las aulas de clase,
ya que ésta puede resultar determinante para el logro de los fines educativos y personales del individuo.
Una verdadera educación (integral) debe comprender necesariamente la suma total de la naturaleza humana.
Pero debe interpretarse de manera cabal la naturaleza del hombre, como un ser complejo, compuesto de cuerpo
y alma en unión sustancial y dotado de potencias y capacidades.
Al hombre se debe educar no simplemente para su provecho temporal, por ejemplo para adquirir un título
académico o para el adecuado ejercicio profesional, sino que también se le debe poner en el camino para la
consecución de su fin último. Una buena parte de los esfuerzos del profesor debieran estar orientados en ese
sentido.
En palabras del Papa Pío XII, “lo que caracteriza la verdadera educación, es el mirar constantemente a la
formación total del niño y del adolescente para hacer de él un hombre, un ciudadano, un católico equilibrado y
completo más bien que un pretencioso erudito atiborrado de conocimientos enciclopédicos dispares y desordenados,
desarrollar según una sabia pedagogía la cultura intelectual; utilizar la salud, el vigor del cuerpo y la agilidad de los
miembros, logrados con la educación física, en provecho de la vivacidad del espíritu; afinar, por medio de una
acertada unión de los sentidos y de la inteligencia en la formación artística, todas las facultades, para dar a su
ejercicio la gracia y la amabilidad, y, por consiguiente una eficacia mayor, más extensa y mejor recibida. Todo esto
es muy bello y muy bueno; pero no tendría valor eterno ni una plenitud satisfactoria, si la cultura religiosa no viniera,
con su amplitud y grandeza, a dar su unidad y su verdadero valor a toda la educación” (4).
NOTAS:
(1) “Toda pedagogía se basa en una filosofía de la vida. Toda verdadera pedagogía se basa en la pedagogía total de la vida. La verdadera
pedagogía se basa en la verdadera filosofía de la vida”. (F. de Hovre, “Pedagogos y pedagogía del catolicismo”, Ed. Fax, Madrid, 1946).
(2) Redden y Ryan, “Filosofía católica de la educación”, Ed. Morata, Madrid, 1967.
(3) Idem.
(4) Citado en “El sistema educativo de Don Bosco en las pedagogías general y especiales”, de Rodolfo Fierro Torres, SDB, SEI, Madrid,
1953.
* El autor es licenciado en Derecho por la UAG. Es asesor docente del Departamento de Aprendizaje de la DAPA y editor de la revista
“Academia”. Actualmente cursa la Maestría en Educación en la misma Institución.
Foto: J. Reyes R.
Se ha insistido, en nuestro juicio correctamente, en que en la educación formal y sistemática debe aspirarse a
niveles de excelencia académica y estar al alcance de todos los miembros de nuestro cuerpo social, a fin de lograr un
desarrollo económico y social eficaz y permanente que sustente el progreso de nuestra nación en todos los órdenes
materiales y espirituales.
La democracia es actualmente no sólo un ideal de vida sino un sistema político que ha demostrado ser el mejor
para la convivencia civilizada de las sociedades humanas, pero para realizarse de la mejor manera posible debe
formar parte del proceso educativo sistemático, desde los niveles preescolares hasta el de la educación superior.
Como toda obra social, se sustenta, la democracia, en una teoría y se lleva a cabo en una praxis social. Ambas
cosas quedan al alcance de la educación pues se necesita una enseñanza de los ideales democráticos integrados en
la teoría para una vez comprendidos llevarse a la práctica en las relaciones interpersonales e intergrupales en nuestra
sociedad.
Se cimienta la democracia en la igualdad esencial o de naturaleza de todos los hombres, en su común origen, en su
dignidad de iguales, en su destino último, que hace al hombre aspirar a la felicidad. Pero la realidad impone compren-
der la igualdad en la diferencia, si bien somos iguales, en lo anteriormente señalado, y eso fundamenta la igualdad ante
la ley, también es verdad que de ahí en adelante todo es diferencia, hasta el grado que no existen dos seres humanos
idénticos en grado absoluto.
Por el grado de madurez de los educandos, por las necesidades vitales y existenciales que obligan al hombre a
llevar a cabo su proceso educacional, por el mejoramiento intencional o voluntario de las facultades propiamente
La enseñanza de la política, como ciencia y arte a la vez, debe ocupar
un lugar destacado en los intereses magisteriales y de los educandos,
pero como se hace en la Universidad: enseñanza intelectual, teórica,
científica y artística, sin compromisos más que con la verdad y el bien.
humanas, que son la inteligencia y la voluntad, en seres humanos conscientes de estas necesidades, es la Universidad
donde se puede y debe realizar la educación para la democracia.
Es así imprescindible la colaboración de todas las instituciones de educación superior para que la democracia
fundamentada en la libertad, ideal grecolatino y de génesis natural, llegue a ser una realidad en todo tipo de relaciones
sociales en nuestra nación.
La filosofía de la educación nos dice que ésta puede definirse como el “mejoramiento intencional o voluntario de
las facultades propiamente humanas”, como sostiene Víctor García Hoz, sin olvidar la bella definición platónica que
nos dice que “educar es dar al cuerpo y al alma toda la perfección y belleza de que sean capaces”.
Si las facultades propiamente humanas son la inteligencia y la voluntad, éstas son las instancias educables, y de
ellas la voluntad del educando constituye la causa eficiente de la educación, para evitar toda sobrevaloración desde el
punto de vista metafísico, en la acción del maestro. Sin embargo, la causalidad de maestro, subordinándose a la
virtualidad del alumno, opera como agente externo que pone en movimiento las potencias del educando y facilita su
perfeccionamiento como estímulo universal de las tareas educativas que ordena los medios exteriores de la educación
y elimina los obstáculos que se oponen a la marcha perfectiva del discípulo.
En último término, pudiéramos decir que, teniendo el maestro una cierta causalidad eficiente, es una causa coadyu-
vante, o si se quiere, una causa eficiente pero de valor secundario, ya que no es causa eficiente perfectiva, por no ser
capaz por sí misma de producir educación. La educación se realiza en virtud del ejercicio, del movimiento de las
facultades del propio sujeto, y la acción de maestro, si no pudiera poner en movimiento estas facultades sería absolu-
tamente estéril. He aquí pues, que la causalidad del maestro es en última instancia subordinada.
Si bien la educación es un proceso individual tanto en su desarrollo como en su finalidad, porque por una parte se
efectúa en el interior del hombre y su finalidad es la perfección del hombre, sin embargo, nos encontramos con que la
educación necesita rebasar los límites individuales para poder existir.
La relación educando-educador implica la existencia de algo de fuera del que se educa, el educador, que hace
eficaz el proceso educativo, y, si añadimos la causa instrumental de la educación, constituida principalmente por la
cultura, se alude con ello a una producción espiritual fuera igualmente del individuo.
La cultura y nuestra relación con otros seres exigen al hombre la salida de sí mismo para fecundar las potencias
humanas. Las operaciones del entendimiento y la voluntad, el conocimiento y el amor, no pueden encerrarse en los
límites del propio individuo, exigen la referencia a un objeto.
Y el objeto, en especial por lo que al amor del hombre existente se refiere, es otro u otros seres espirituales a los
cuales nos entregamos en alguna medida y a los cuales pedimos reciprocidad, con lo cual nos sentimos unidos a ellos.
Se busca en los demás el complemento de la indigencia individual, pues aunque el fin de la educación es el bien propio
del individuo, tal bien sólo se da en la comunicación.
“La mejor manera de alcanzar su bien los individuos... no es aislarse celosamente en su pequeña esfera de acción,
sino el buscar dentro de una sociedad superior la realización de un bien común que en definitiva constituye la mejor
salvaguarda de los bienes particulares”.
Mas el bien común se apoya en el bien particular, como dice el Águila de Hipona: “La ciudad no es dichosa por una
cosa y el hombre por otra, pues la ciudad no es otra cosa que muchos hombres unidos en sociedad para defender
mutuamente sus derechos”. Así el bien común es exigido por el bien particular, éste a su vez es fundamento de aquél.
Desde la educación del orador en Quintiliano, pasando por la educación de príncipes medievales y renacentistas y
por la educación popular en los últimos siglos, ha llegado la preocupación política por la educación hasta nuestros días,
en los que todo movimiento político, de cualquier signo que sea, mira a las instituciones educativas como un campo
que ha de cuidar con especial esmero. De estas dos relaciones de direcciones opuestas -la educación necesita de la
comunidad y la comunidad necesita de la educación- cuelga la situación de la educación subordinada y subordinante,
respecto del bien común.
Bienes materiales, bienes espirituales, la alegría de poseer estos bienes, nos dan la pauta de cómo la educación
debe preparar a los individuos para lograr dichos bienes en conjunción armoniosa y necesaria con el bien común.
En este contexto, la Universidad cumple con sus fines educativos en una realidad accidental y existencialmente
cambiante, pero fijando la permanencia de su esencia, como un hombre que en su existencia individual está sujeto a
continua mutación, sin dejar de ser siempre el mismo por su esencia, también la Universidad en su existencia indivi-
dual concreta es cambiante y distinta de otras Universidades pero como institución universitaria permanece siempre
esencialmente la misma a través de todas estas realizaciones o encarnaciones por diferentes que ellas parezcan. De
lo contrario, depojada de su esencia y de su consiguiente finalidad propia, habría dejado de ser Universidad.
De la esencia de un ser proceden sus propiedades esenciales. Así de la esencia humana -animal racional- brotan
sus notas o propiedades esenciales, tales como su capacidad científica, artística, técnica, su índole moral y religiosa,
su actividad jurídica, económica y social, su conciencia y libertad que lo hacen persona.
Hay actividades como la política de partidos y la economía que no sólo no pertenecen sino que ni siquiera se
avienen y hasta atentan contra la vida propia de la Universidad, porque tienden a enturbiar el clima y hasta alejar a
profesores y alumnos de su tarea propia, cuando no a deformarla y hasta desplazarla enteramente.
Pero en las actuales circunstancias en nuestro país, de las Universidades deben egresar los que en el futuro tengan
en su manos los destinos de la patria, por lo que la enseñanza de la política, como ciencia y arte a la vez, debe ocupar
un lugar destacado en los intereses magisteriales y de los educandos, pero como se hace en la Universidad, enseñan-
za intelectual, teórica, científica y artística, sin compromisos más que con la verdad y el bien.
Sociológicamente comprendemos la necesidad de acudir ante nuestros semejantes para difundir el ideal democrá-
tico basado en la igualdad esencial de todos los hombres, mismo origen, mismas cualidades esenciales -zoon politikon
y animal racional-, con la misma dignidad y persiguiendo los mismos fines en un destino común. Es decir, enseñar a la
comunidad social los valores espirituales de la democracia para que el mexicano de ahora y el del futuro, apreciando
la democracia en su profunda realidad sepa llevar adelante los ideales y valores que en ella confluyen.
* El autor es egresado de la facultad de Medicina de la UAG. Miembro fundador del Encuentro Universitario. Actualmente es maestro del
Instituto de Humanidades. Imparte clases en las facultades de Educación y medicina, así como en la Preparatoria Femenil. Es escitor y
editorialista del periódico Ocho Columnas.
El hombre y la sociedad
* El Estado de Derecho
POR LAS MÚLTIPLES NECESIDADES PROBLEMAS que lo agobian, el hombre es, sin duda, un ser imperfecto.
Pero por su inconformidad con la imperfección y por su anhelo de superación, el hombre es un ente perfectible.
La propia naturaleza del hombre lo ha dotado de las características necesarias para que pueda acceder a la
perfección:
b) Por su voluntad, el hombre lucha con denuedo para lograr sus propósitos
Desde la forma más elemental de sociedad, la pareja, ha arribado a la forma social por excelencia, que es el
Estado.
En el interior de esta agrupación se deben armonizar los intereses más variados, y, sobre todo, equilibrar el poder
de los que mandan con las facultades y prerrogativas de los ciudadanos.
El Derecho es uno de los medios mas idóneos para la obtención de dichos fines.
El Estado, mediante el Poder Público, con inspiración del Derecho natural, cristaliza el Derecho positivo, lo aplica,
lo actualiza y le da eficacia.
A su vez, el Derecho positivo, organiza al poder, le fija su esfera de competencia, 1e da legalidad y le impone
límites.
El Estado sin Derecho sería un simple fenómeno de fuerza física. El Derecho sin el Estado sería una mera
idealidad normativa, un conjunto de normas sin eficacia.
Sin embargo, Estado y Derecho, son entes distintos, por lo que no es válida la fórmula kelseniana: “Estado igual a
Derecho”, porque ello equivale a la identificación del todo (el Estado) con una de sus partes (Derecho).
Además, Estado y Derecho no sólo son entes distintos, sino que, como ya se dijo, la relación entre arnbos es
íntima, recíproca y de interpenetración.
Para que sea posible tal posición se requiere el reconocimiento de la primacía de valores éticos, la voluntad de
someterse a dichos valores en el derecho positivo, y un conjunto de principios que propicien tal sumisión.
a) La existencia de una Constitución o Ley Fundamental, de preferencia escrita y rígida, que establezca
claramente los órganos del Estado y sus respectivas facultades.
d) El reconocimiento estricto del principio de legalidad, conforme al cual ninguna autoridad podrá actuar si
no hay una ley que lo permita u ordene.
e) La observancia estricta del derecho de audiencia, que prohíbe privar a la persona de sus derechos sin
previo juicio en que se dé al afectado la oportunidad de defenderse.
f) La división y equilibrio fundamental de los Poderes Públicos, con un sistema de frenos y contrapesos que
evite los abusos y extra limitaciones en el ejercicio del poder.
g) La posibilidad de que los ciudadanos participen en los asuntos públicos, mediante un sistema electoral y
representativo que permita controlar el ejercicio del poder, desde fuera de éste.
h) El libre juego de los medios de comunicación, que forman y canalizan la opinión pública creando así un
ambiente de constante vigilancia de los actos del poder y de censura de sus arbitrariedades.
i) La organización constitucional de una serie de recursos administrativos y jurisdiccionales, por medio de los
cuales sea posible modificar y anular los actos del poder, que sean alusivos de los derechos fundamentales
de la persona, o que alteren el orden Constitucional.
Finalmente, sólo en el Estado conforme a Derecho y mediante la observancia de los anteriores principios, es
factible la democracia y posible la consecución del fin del Estado, que es el bien común, en el sentido de la
disponibilidad, por parte de individuos y grupos de los medios y oportunidades que mediante la acción de aquellos,
esté asegurada su autorrealización.
Así, en el seno del Estado, están condicionados la obtención del bienestar material y el logro de los valores
espirituales del hombre; es decir, por un lado la prosperidad, la salud, el trabajo, el progreso, y, por otro, la libertad,
la justicia, la paz, la solidaridad. En resumen, la perfección integral del hombre.
Cada ser tiene su propia forma, su propia. physis, su propio proceso. Lo que está conforme con ese proceso o
physis es normal, es norma. Y en esto consiste el bien de ese ser: en salir de su estado potencial y alcanzar su
entelequia.
De aquí se sigue un concepto relativo del bien: el bien implica una relación de conveniencia con la physis de cada
ser. No podemos decir cuándo un factor es normal sin tener presente la physis. Pero cada especie tiene su propia
physis, por tanto, cada especie de seres tiene un proceso y meta diferente y una norma de conducta diferente: el bien
y la perfección de un hacha consiste en realizar plenamente su función de cortar.
b) El bien humano. El hombre tiene también una physis, un proceso orientado al logro de su fin (telos). Es bueno
lo que está conforme con esa physis. Es normal y norma lo que está conforme con esa trayectoria; es malo lo que
destruye o perturba tal physis. Ahora bien, en el hombre hay diversas facultades y potencias que deben ser desarro-
lladas. Pero lo característico del hombre, la forma de la especie humana, está en el alma racional. El bien del hombre
consiste fundamentalmente en desarrollar esta parte racional o espiritual del ser humano.
El hombre perfecto es el hombre que ha desarrollado su parte superior; espiritual y racional. La contemplación es
el acto más elevado de la naturaleza humana. La actividad humana por excelencia es la actividad intelectual. El grano
de trigo alcanza su meta (telos, fin) cuando ha logrado producir el tallo, la espiga y madura. La madurez del hombre
o su perfección se alcanza cuando el hombre ha logrado esta cima de la vida intelectual y contemplativa. Con lo cual
Aristóteles canoniza su propia figura.
Para Aristóteles, sin embargo, el bien moral no implica solamente las ciencias y el cultivo de la razón. Aristóteles
establece una íntima relación entre cultivo espiritual de la parte superior y virtud. Porque la virtud es una aplicación de
la razón a la vida práctica. En Grecia existía una tradición intelectualista de la virtud. Para Sócrates la virtud es
ciencia; el pecado es ignorancia. Aristóteles no admite un concepto tan simplista: la virtud no es sólo ciencia; además
hace falta un poder para dominar las pasiones. Pero el cultivo de la razón y de la vida superior ha de proporcionar los
elementos que sirvan para extender el dominio de la razón sobre nosotros y lograr el dominio de las pasiones.
Así pues, el bien humano es el desarrollo de la forma; el cultivo y desarrollo de la razón y de la vida espiritual y el
dominio de esa parte superior sobre la inferior. Este bien humano es el bien moral, el bien característico del hombre
como ser racional y libre.
La idea de Aristóteles se incorpora a la filosofia cristiana a través de Santo Tomás, quien establece la tesis
aristotélica: “bonitas enim uniuscujusque est perfectejus”. “La bondad de un ser es su perfección” (Contra Gen-
tiles 1,40).
El cultivo de la parte inferior significa el cuidado de la vida y salud, de las fuerzas corporales, del desarrollo de los
diversos sentimientos y tendencias, de los que el hombre se ha de servir como de poderosos auxiliares para lograr
construir su propio ser.
Pero el desarrollo ha de ser armónico. De suerte que la parte inferior quede sometida a la parte superior y el
cultivo de la parte inferior no sea exclusivo ni con perjuicio del cultivo debido a la parte superior. La razón es que lo
característico del ser radica en la forma; la perfección humana exige especialmente el desarrollo de su forma. de lo
que distingue al hombre de los demás seres.
Este desarrollo de la parte espiritual o formal del hombre encierra no sólo la capacidad para conocer y dominar al
mundo exterior (ciencia y técnica) sino también la capacidad para conocerse a sí mismo y dominar sus pasiones y
tendencias inferiores. Esta naturaleza humana no es un átomo aislado, moviéndose en el vacío sin dirección definida.
Las relaciones precisan la situación de esa naturaleza
en el mundo y esa precisión descubre la dirección de
esa physis. Como los deberes humanos son deriva-
ciones de relaciones, esas relaciones determinan las
principales ramas de los deberes humanos. Esta na- La bondad
turaleza humana encierra tres principales relaciones:
de un ser es
a) Relaciones de inferioridad con Dios. su
b) Relaciones de igualdad esencial de naturaleza y perfección
destino con los demás hombres.
Santo Tomás
c) Relación de superioridad sobre las cosas
infrarracionales.
El hombre debe dar satisfacción a su tendencia de trascendencia, a sus exigencias ultraterrenas, y para ello
necesita de Dios y de la otra vida, de la posesión de Dios. Esto significa que este mundo no es la patria del hombre;
la vida terrestre no es su destino, ni su meta, sino el medio para merecer el premio definitivo en un más allá. La vida
terrestre tiene un valor elevado y eterno, en tanto los actos humanos, realizados aquí, son el capital que el hombre
presentará para decidir su destino eterno.
En este mundo el hombre es probado; está sometido a la tentación y al trabajo; es un mundo de prueba en el que
merece el premio eterno. Tenemos aquí un principio necesario para dominar el problema del mal. Si suprimimos esta
dimensión ultraterrena cerramos el horizonte del espíritu humano y necesariamente desaparece la razón última de la
vida terrestre y surge la desesperanza y la angustia; el hombre queda totalmente encerrado en el proceso de la
naturaleza, sin esperanza de salir de él y superarlo.
La perfección humana y su entelequia se lograrán en el diálogo con la naturaleza, con el hombre, con la sociedad
y con Dios. La vocación religiosa no suprime la vocación mundana y social. Estas tres vocaciones no son opuestas,
sino complementarias. Ya que corresponden a las tres vertientes fundamentales del ser humano. Para que la natura-
leza humana se desarrolle y alcance su entelequia precisa necesariamente de un clima favorable, de un medio
socioeconómico, en el cual desplegar todas sus posibilidades. Pero en ese ambiente social, sólo está el medio necesa-
rio para su desarrollo y no la meta final del ser humano que es trascendente, razón por la cual el hombre necesita de
un cauce religioso.
Esta concepción del ser humano no niega la libertad humana, ni la sicológica ni la moral. En el interior del hombre
subsiste su privilegio característico de la libertad; en el interior del espíritu humano se encierra un sistema de opciones,
del que depende su perfección y elevación moral, Su libertad, desde luego, no es absoluta, queda siempre condiciona-
da por los límites del ser humano. Pero sí queda en pie una -optio fundamentalis- de la que proviene el carácter moral
de los actos humanos, el mérito y demérito, razón por la que la actividad humana es esencialmente distinta de las de
los demás seres que componen la naturaleza infrarracional.
El hombre puede elegir su estado, su profesión, el camino moral que va a seguir, etc., o sea la figura que desea dar
a su personalidad. El hombre es una empresa, de la que él mismo es autor, como consecuencia de esa suma de
opciones libres que ha de tomar en el transcurso de su existencia.
La norma ética (su propia naturaleza) le descubre el camino recto para lograr esa perfección y para evitar las
desviaciones que malogren su realización.
CONCLUSIÓN:
Para Aristóteles y para la Escolástica, la norma moral es la misma; la perfección de la naturaleza humana o
tránsito de la potencia al acto. Lo que contribuye al desarrollo de esa naturaleza o a la construcción del hombre, es
bueno; lo que perjudica o impide ese proceso, es malo.
Hay, sin embargo, una gran distancia entre Aristóteles y nuestra actual concepción de la naturaleza. No en vano
hay de por medio milenios de historia y de Revelación Cristiana. Aristóteles considera a la naturaleza humana como
un ser terrestre y sobre él discurre lo mismo que sobre la planta o el animal. La planta ha logrado su perfección
cuando ha construido su tallo, produce su copa y sus frutos. El hombre logra su perfección cuando crece y se
desarrolla y produce su vida intelectual, logrando la madurez del filósofo.
En cambio, la cultura cristiana ha desarrollado tres aspectos fundamentales de la naturaleza humana: su vocación
social y su vocación ultraterrena. El proceso o physis del hombre no es un proceso estrictamente terreno sino que la
vida mundana es preparación para otro destino superior ultraterreno. Y la vocación social llama al hombre a la
práctica de la justicia y de la caridad en relación con los demás hombres.
El mérito de Aristóteles consistió en establecer el firme fundamento de la Ética, el cual dice que el bien moral
consiste en realizar el bien humano, realizando la physis, o sea, conduciendo el proceso del ser humano a su meta.
Pero Aristóteles no pudo comprender la grandeza de tal proceso.
Producto de la mentalidad moderna secularizadora son algunas teorías morales alejadas de la filosofia tradicional.
Dos son su notas dominantes:
a) Su desarraigo de la metafísica; trata de fundar la moral en algún factor empírico, ya sea de la sicología individual
o de las formas sociales del grupo, y
En la filosofia tradicional, la filosofia del obrar se funda en la filosofia del ser. El ser es la piedra angular de la
filosofia. El ser señala la ruta de acción honesta, porque lo honesto es simplemente la perfección o plenitud del ser.
Pero el ser desemboca en el Ser Infinito. En este Ser alcanza el ser humano su perfección y recompensa. El Ser
Infinito es, al mismo tiempo, el principio del ser humano y, por lo tanto, la fuente de la moral y de sus perfecciones. Por
eso la moral está necesariamente cimentada en la metafisica y en la teología.
El autor es pasante de la maestría en Filosofía de la UAG. pertenece al Centro de Estudios Humanísticos y es catedrático del Departamento
de Filosofía y Ciencia.
Volver a la esencia de la verdad
Por: Miguel Ángel Rolón Velázquez
NINGUNA ÉPOCA HA SIDO TAN ATACADA, odiada, olvidada y tan poco estudiada como la Edad Media, pero
nunca ha existido una época tan brillante, culta, moral y universal en sus principios como lo file el medioevo, pues el
espíritu que animó esta época fue la conjunción de naturaleza con amor divino; fue esencialmente un espíritu cristiano,
y su resultado, como afirma Luis Weckmann, la dignidad de la persona humana, ignorada hasta entonces por toda la
antigüedad pagana.
Hoy día en que vivimos tiempos difíciles, peligrosos, engañosos, y hasta decadentes, es necesario que el hombre
reflexione y busque las causas de este desorden en que se encuentra sumergida la sociedad contemporánea.
Parece que la contaminación ambiental no se suscribe a lo físico, sino que es más grave la contaminación espiritual
que padece el hombre moderno.
Para encontrar una posible solución es necesario volver a nuestras raíces y nos daremos cuenta que mientras la
persona humana se aparta de sus bases ontológicas, se está fomentando un caos con este desconocimiento de sus
principios que deben regir su conducta.
Pero no es necesario recordar a la Edad Media como una época despreciativa, como lo hicieron los humanistas del
Renacimiento, que la consideraban como un lapso de mera transición entre dos períodos de gloria, o como advierte el
Pbro. Alfredo Sáenz: “la misma denominación de “gótico”, que emplearon para caracterizar a uno de los tipos de
construcción medieval, no hace sino confirmar dicho menosprecio. Las catedrales del período de oro medieval fueron
llamadas “góticas”, cosa de salvajes, de godos, de bárbaros”.
Pero vamos a las esencia del medioevo (que es una de las razones
del desprecio de los anticristianos) que se funda sobre las siguientes
ideas: Dios, Nuestro Señor Jesucristo, Realidad, Medios de tipo
sobrenatural y la Unidad de la Iglesia Católica.
La segunda persona de la Santísima Trinidad, o sea el Hijo, es el Redentor del género humano, que con su pasión y
muerte entregó su espíritu al Padre, para que el hombre merezca la gracia y el derecho del cielo.
La realidad que animó a todo el medioevo -conjugación de naturaleza con amor divino-, no era una realidad enajenada
de puro materialismo, donde se niegue neciamente el espíritu; tampoco se cayó en un idealismo que niega totalmente
la materia. La realidad se aceptó como realidad indicativa y fundamental. Pues es un hecho que existen seres
materiales como espirituales.
Otro de los principios que regían al caballero cristiano de la Edad de Oro del cristianismo fue el frecuentar los medios
de tipo sobrenatural. pues es bien sabido que el hombre por su propia fuerza no puede alcanzar la salvación eterna son
necesarios los Sacramentos. respecto de lo cual el mismo Padre F aría cita como signos sensibles instituidos por
Cristo para darnos la gracia, las virtudes y los dones del Espíritu Santo” (Op.Cit., p367).
El hombre medieval conocía que sin esta gracia santificante no podía elevarse al orden sobrenatural y de ahí la
importancia que concede a los sacramentos instituidos por el mismo Cristo.
La Iglesia fundada por Cristo es la única verdadera, es la sociedad espiritual y visible de todos los bautizados que
profesan la doctrina de Cristo con el fin de participar de los méritos de Cristo y salvarse.
Esta institución tan atacada desde sus inicios y en la Edad Media no fue la excepción por parte de los herejes que
siempre han buscado la confusión de los hombres de buena voluntad y en ella han encontrado un blanco predilecto
para sus mentiras. Pero gracias a la Divina Providencia’ que nunca ha desamparado a su grey amada, por cada
hereje surgió la figura de algún santo que siendo fiel a la Verdad Crucificada siempre salió triunfante sobre los
cambios que se quisieron imponer en la Iglesia Católica, sin permitir que se perdiera su esencia.
Hoy en día, en que los cambios han sido vertiginosos en la vida moderna, no propongo que vivamos o retornemos del
todo a una “tradición milenaria e intemporal”, como sarcásticamente escribe Umberto Eco; ni tampoco creo que
exista frustración o por que no haya esperanza, antes al contrario, creo que no debemos abandonar los progresos que
en materia de arte, Ciencia y la cultura en general ha logrado la humanidad, la esperanza está viva, el retorno a la
esencia del medioevo ¡es volver a la Verdad Crucificada!
LOS PROVERBIOS ENSEÑAN MUCHO DE EDUCACIÓN
De la castidad
Por Fernando Sánchez Cu
“Estaba yo a la ventana de mi casa, mirando a través de las celosias, y observando a los necios,
advertí entre los mancebos a un joven incensato, que pasaba por la calle, junto a la esquina, yendo
hacia la casa de ella... Y he aquí que una mujer le sale al paso, con atavíos de ramera y corazón falso,
una de esas apasionadas y desenfrenadas, cuyos pies no pueden descansar en casa... (Prov. VII, 65).
ASÍ COMO EN LA ACTUALIDAD es muy necesario hablar de Dios y no se hace, o se hace pésimamente en la
mayoría de los casos, así también hoy es de suma importancia hablar de castidad e intentar dejar aclara-
dos algunos puntos.
“Digamos, en primer lugar, que no debería exagerarse la fatal necesidad de esa ‘sexualización’ que hoy
caracteriza la vida. Hay en todo ello demasiada comercialización sexual y manipulación publicista como
para que pueda producir susto integral. Y cuando se habla de una “ola
de sexo” habría que pensar no tanto en las olas del mar, que como
"Bebe el agua
catástrofe de la naturaleza puedan inundarnos, cuanto en esas olas de tu aljibe y los
que mecánicamente pueden producirse en una piscina. Por otra parte,
siempre ha existido esa absolutización de la sexualidad como posibili- raudales que
dad de degeneración humana; y no sólo como cosa practicada, lo cual manan de tu
es fácilmente comprensible, sino también como programa” (1).
pozo".
Esta breve cita de Pieper es clara y evidente, y posee la suficiente pre- (Prov. V, 15)
cisión para distinguir entre una práctica y un programa meditado para
dominar y controlar a la juventud. Por ello nos dice el mismo autor: “por
lo que a mi respecta, lo primero que haría sería ponerme a pensar so-
bre esa forma gramatical pasiva del verbo ‘corromper’ aplicado a la juventud. La juventud, en efecto, no se
corrompe tan fácilmente como se pone rancia la mantequilla o se agría la leche. Pero puede ser corrom-
pida por otros. Esto sí puede pasarle a la juventud, por desgracia. Se la puede corromper, por ejemplo,
enseñándole a buscar sólo el placer antes de enseñarle a enamorarse y amar, por el sistema de la
seducción y de las manipulaciones comerciales del tema, de forma que entre en la escena de su vida y de
su conciencia el sexo antes que el eros, haciéndole difícil la vivencia verdadera del amor; cuando no
bloqueándoe definitivamente” (2).
Este es verdaderamente el peligro que no ha querido verse en la actualidad. Bajo la influencia de Freud y
Skinner los medios masificantes de comunicación han desarrollado todo un programa para corromper a
los jóvenes. Este programa está presente en toda la programación televisiva, de Hollywood y de todo
medio de comunicación en comerciales, series, noticieros, películas y hasta en las caricaturas. De hecho
su objetivo es introducir en la vida y la conciencia de los niños el sexo antes que el eros.
De esa manera y por natural relevo generacional se van logrando, paulatinamente. jóvenes sexualizados,
adultos sexualizados, ancianos sexualizados y, al fin, una sociedad bloqueada definitivamente para la
verdadera vivencia amorosa .Y este es el resultado hoy presente: una sociedad que ha sido pervertida por
el sexo absolutizado. En esta sociedad se impone, por lo mismo, una reeducación para el amor. Pero,
ante esta exigencia, se oponen multitud de poderes e intereses generalmente económicos; las altas
finanzas, la ONU, UNESCO y muchos más. Se interponen los “buscadores de éxito“ que generalmente
terminan en la anti-moralidad, al tiempo que la exigen.
Más de uno empieza por aceptarlo bajo el pretexto de ser lo que vende más. Sin embargo, cabe resaltar
un hecho actual: Bimbo es una empresa exitosa y sin embargo ¡sus comerciales no son sexualizados!
«...El precepto es una antorcha y la ley una luz, y senda de vida son las amonestaciones dadas para
corrección. Pues te guardarán de la mala mujer, de los halagos seductores de la ajena. No codicies en tu
corazón la hermosura de ella, no te seduzcan sus ojos. Pues por la prostituta uno es reducido a un
pedazo de pan, mientras la casada va a la caza de una vida preciosa» (VI,23-26).
Ciertamente, hoy muchas mujeres que creen liberarse andando con uno y con otro, por ello seguramente
negarán estos versículos; pero la evidencia es clara y la palabra precisa, pues prostituta no es sólo la que
cobra, sino la que se da a cualquiera. Pero alguien dirá “sólo voy con quien quiero”, mas el caso es el
mismo, pues a quien quiere no es a la persona, sino al placer, al prestigio e incluso al dinero, trasformado
en obsequios.
Mas la cosa no para aquí, pues el varón que se entrega a los placeres mal habidos es reducido a un
pedazo de pan, pues ya no vale como varón. Varón tiene por raíz «vir» que significa fuerza, pero el hombre
casquivano no tuvo virilidad para resistir la tentación. Lo mismo podemos decir de la mujer, pues fue
llamada «varona, porque del varón ha sido tomada» (Gen. II, 23), de modo que también la mujer ha de
tener virilidad, fuerza, carácter, integridad. Mas no sólo se prostituye la soltera, sino también la casada,
por ello el Prov. VII es todo un relato de la casada prostituida.
Yahvé". Podríamos proseguir con citas, pero basten éstas para mostrar a los
(Prov. XIX, 14) católicos que no existe rastro de tolerancia a la perversión sexual. Y no
es que el sexo sea, en sí mismo, malo, pues Dios mandó reproducir-
nos y poblar toda la tierra; el pecado está en usar del sexo sólo por el
placer, el dinero, el éxito o el poder supuesto en él.
Mas los Proverbios no sólo advierten, sino mandan huir de esta tentación: “Quien comete adulterio con
una mujer es insensato; quien hace tal cosa se arruina a si mismo. Cosechará azotes e ignominia, y no
se borrará su afrenta” (VI, 32 y 33). “Desvía de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa” (V,
8), ante este versículo anota Straubinger “el valiente es el que huye, sabiendo que nadie tiene fuerzas
propias para vencer lo congénita inclinación al mal (cf. Denz. 180n195). “El que ama el peligro perecerá
en él” (Ecl. 3,27). Por esto es un sofisma el argumento de los nudistas (adamitas) y de los “libre pensado-
res” que promueven el vestido impúdico en hombres y mujeres.
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NOTAS:
El autor es licenciado en Psicología y pasante de la Maestría en Filosofía por la UAG. Actualmente es profesor del Departamento de
Filosofía y Ciencia.
Cuestiones decisivas
Por: José Jiménez González
2.- En relación con el enseñoramiento del mal en el mundo debemos tener una visión realista, un optimismo bien
fundamentado; si sabemos que del mal se pueden sacar bienes y que hoy en día también existen hombres de buena
voluntad en medio del mar tempestuoso que es la humanidad. Debemos luchar y luchar bien, ahora y siempre que
vivamos. Nos queda la lucha, por la victoria no nos preocupemos: “La victoria es mía, dijo nuestro Dios”.
Debemos tener una acción personal; no un agotamiento, enfado o derrotismo, sino una moral combativa y que en
consecuencia se manifieste en un cambio de actitud en cada uno de nosotros y que el obrar sea el futuro de la misma;
además una alegría por la fe y la esperanza que nos alienta y por la misericordia del creador y su providencia que todo
lo abarca. No olvidemos que Dios pone los medios a nuestro alcance para lograr nuestra salvación, debemos cambiar
en lo personal, de ahí a lo familiar y nacional.
Debemos luchar, esa es nuestra obligación, con la frente en alto, pero sin odio, con energía y entereza, pero sin
vanidad; con pasión y virilidad, pero sin egolatría, y con la humildad y sencillez propios de nuestros maestros: los
apóstoles y mártires del cristianismo.
Luchemos pues, con denuedo y sin descuido en el asunto más importante de nuestra existencia como lo es la “salvación
de nuestra alma” y recemos para que Dios y la Santísima Virgen nos ayuden en la perseverancia final; la cual es
decisiva para la entrada a la verdadera vida, la vida eterna
Por último: No olvidemos el consejo del gran apóstol San Pedro: “Esforzaos, hermanos míos, en asegurar por las
buenas obras vuestra vocación y vuestra elección”.
DESDE COMIENZOS DE SIGLO LA HUMANIDAD ha tenido que sobrevivir a los cambios que han sucedido a un ritmo
desenfrenado, y se presagian cambios quizá más trepidantes, ya que el ordenador, los multimedios y la tecnología en
general están transformando la forma en que trabajamos, en que nos relacionamos y, lo que es más importante,
nuestros métodos de aprendizaje.
Podemos permitir que el arribo de toda esta amplia gama de tecnología a nuestras escuelas sea una invasión que nos
abrume de forma incontrolada y confusa, o...
Tomar parte como lideres del movimiento, actuando como agentes de cambio, donde habremos de jugar un papel
crucial en la transformación que afectará profundamente a la Educación.
Como ya los dijimos, la tecnología educativa modificará nuestro modelo clásico de educación; a continuación
enunciaremos sólo algunos de los aspectos en los cuales se observa este cambio:
a) El medio principal de información, es decir el maestro (de cuyo papel hablaremos más adelante), auxiliado
por un texto, no será la fuente y el intérprete básico de la enseñanza. La información ayudará a educadores y
educandos a decidir lo que deben estudiar, repasar o lo que conviene omitir. Obligará al alumno a mejorar sus
capacidad de evaluar, categorizar e interpretar datos y obtener sus propias conclusiones.
b) La forma de presentación generalmente oral y en algunas ocasiones visual de nuestra educación tradicional
se modificará gracias a los multimedios. Los alumnos se volverán más
competentes para observar, oír, entender y apreciar representaciones visuales del mundo que los rodea.
c) El papel del estudiante, generalmente receptor de la información, actuación casi totalmente en forma pasiva
se modificará. El estudiante tendrá que pasar a ser un actor principal de su aprendizaje ya que existirá mayor
cantidad de terminales de computadoras con lo cual cada estudiante tendrá acceso a la información, programas
de enseñanza con los cuales podrá más fácilmente desarrollar su capacidad de ejecución, se utilizarán los
juegos y simuladores como experiencias de aprendizaje, incluso la forma de evaluación y de acreditación podrá
ser por este medio.
d) En lo que respecta al libro de texto, se tendrá preferencia por textos principales acompañados de textos
auxiliares, folletos, materiales audiovisuales, todo integrado en paquetes de multimedios.
e) La enseñanza grupal tradicional perderá importancia ya que se admitirá más ampliamente la necesidad de
individualizar la enseñanza. Podrán seguir los grupos numerosos, pero auxiliados con maestros y especialistas
afines, usando recursos audiovisuales, etc.
f) El nuevo papel del maestro. No dejará de ser responsable de la selección y el uso de los recursos y
procedimientos didácticos, ajustando medios y métodos a las necesidades de los alumnos. A continuación se
enlistan lecciones con las cuales se pretende seguir relacionando la tecnología educativa con la labor del
docente:
* Buscar métodos para compenetrar a los alumnos en la planificación de objetivos, procedimientos y formas de
evaluar la enseñanza y el aprendizaje.
* Obtener experiencia en guiar la utilización de técnicas visuales a fin de estimular discusiones y resumir ideas.
* Elaborar múltiples clases de exhibiciones audiovisuales que proporcionen motivación y contenido para las
experiencias de los alumnos.
Con base en lo anterior, debemos considerar que nosotros como docentes debemos pensar en el papel que
desempeñaremos respecto a las innovaciones educativas para un futuro. Se debe prestar atención particular a la
influencia que cada uno ejercerá sobre la enseñanza – aprendizaje y se debe considerar también lo que se puede
hacer para ayudar a ese proceso de innovación.
Así pues, con lo anterior expuesto debemos considerar que la tecnología educativa cambiará la concepción actual de
educación, con lo cual debemos también avanzar ya que de lo contrario tenderemos a quedar excluidos del avance de
la educación y de la sociedad en general.
BIBLIOGRAFÍA:
”El hombre debe tener tiempo para hacer reflexión, porque está llevando
una vida muy agitada y muy superficial, sobre todo, en las grandes urbes del planeta”.
Alexis Carrell.
Es aquí donde el maestro debe influir como persona madura sobre las inmaduras, por y para el perfeccionamiento del
educando, como lo indican John Redeen y Francis Ryan en su libro Pedagogía General y Filosofía de la Educación;
“La educación es la influencia deliberada y sistemática ejercida por una persona madura sobre una inmadura, por
medio de la instrucción, la disciplina y el desarrollo armonioso de todas las facultades del hombre, de acuerdo a una
jerarquía esencial, por y para la utilidad social, dirigida hacia la unión del educando con su Creador como ultimo fin”.
Mostrémonos optimistas en nuestra labor educativa y cumplamos con nuestro deber, cueste lo que cueste, tomando
en cuenta que nuestra misión no es la popularidad entre los estudiantes y los maestros. Dice el dicho “No corras de
prisa en pos de la popularidad”. Hagamos las cosas lo mejor que podamos, de todos modos las tendremos que hacer
y no necesariamente en busca de ser populares, sino porque es nuestra obligación, simplemente por el hecho de estar
en esta labor tan difícil y tan noble a la vez, en la que algún día obtendremos nuestra recompensa.
La popularidad no es nuestra meta y ésta sólo se logra con el cumplimiento del deber y de lo que hemos trazado para
ayudar al perfeccionamiento de nuestros discípulos en nombre del deber. Esto nos lleva a la conclusión de que es
importante y que no nos debemos descuidar.
Antes de emprender la educación y la instrucción de los alumnos es necesario concluir y fortalecer la propia, ya que
los alumnos serán lo que nosotros somos o lo que nosotros queremos ser. Ha dicho al respecto el padre Gratry: “Un
alma que se eleva, eleva al mundo”, o como dijo Lezeaur: “Más nos elevamos, más elevamos a otros” De aquí que no
debemos descuidar nuestra preparación por ningún motivo, no solo para evitar las burlas y las murmuraciones que en
ocasiones se escuchan en la escuela o fuera de ésta.
Debemos primero garantizar nuestra propia salud: Medice cura te ipsum (“médico garantiza tu propia salud”), con la
intencionalidad de cuidarse para cuidar a los otros, sobre todo en lo moral.
El trabajo sobre nosotros mismos no termina, sino hasta la muerte, por tal motivo no debemos temer ningún riesgo en
educar. Esta es una condición para formar a los hombres y, si se quiere, jefes o hasta santos.
Debemos saber inculcar el gusto por el riesgo, por lo desconocido y no temer el fracaso, acordémonos que el educador
debe ser maestro de iniciativas, es decir debe propiciar y dirigir las iniciativas de sus alumnos para que culminen una
obra nueva y original.
No se debe ser un “semimaestro” y mucho menos un simple instructor rutinario que teme a lo desconocido, a la
novedad, que sólo se centra o se cristaliza en una sola función y que repite semestralmente o anualmente los mismos
gestos, las mismas recomendaciones, las mismas lecciones, los mismos trabajos, etc. y que teme que le hagan una
supervisión o un examen sobre las materias que imparte, o un “semimaestro” que simplemente le teme al alumno
bullicioso y bacilón, al líder negativo o que simplemente teme que le pregunten cosas profundas que, a veces, parecen
molestas y otras veces son desconocidas por el profesor, independientemente de la intencionalidad del alumno que
interroga.
Por eso es importante también vigilarlos y no dejar de cuidar nunca lo que decimos, criticamos u obramos, y más si lo
hacemos sin un fundamento y criticamos solo por criticar. Además, no debemos deconcertar a nuestros alumnos con
nuestros cambios de actitud, de humor; de toma de decisiones de acuerdo a lo ya normado, dentro de la misma
escuela y fuera de ella.
Sobre todo no debemos confundir a nuestros alumnos con el trastorno de principios y reglas
establecidas.
Busquemos que nuestros alumnos no digan nunca de nosotros: “No sabe nunca lo que quiere el maestro ¿qué le
agradará hoy al maestro?, ¿Cómo tomará hoy las cosas?, “el maestro cambia de idea como cambiar de camisa y lo
peor, es que se la voltea”.
Busquemos que el ejemplo de nuestros cambios no nos lleve a merecer el desprecio de ellos. Demos a nuestros
alumnos el ejemplo, el gusto y el beneficio de la continuidad, en una palabra; cumplamos lo que se indica al inicio del
curso.
En resumen:
* Seamos maestros de iniciativas, obteniendo una obra nueva y original sin temer el fracaso.
En cada una de las clases, se viven tres momentos: introducción, desarrollo y cierre, y en cada una los maestros
procuramos realizar retroalimentación, con el fin de ir verificando el aprendizaje de nuestros estudiantes y el logro de
los objetivos educativos, por ello es conveniente darle toda la importancia requerida a la conversación en el aula.
A continuación se enlista una serie de puntos que son clave, al momento de conversar con nuestros alumnos:
1. Al impartir las clases, recordemos que la educación es un proceso, y que requiere de una buena comunicación, de
tal forma que el maestro enseñe y los alumnos aprendan, para lo cual se necesita una comunicación efectiva.
2. Al lograr realmente una conversación con los alumnos, podremos ayudarles dándoles a conocer el camino que les
llevará a ser buenos, honestos y personas de bien.
3. Mediante la conversación se ha de propiciar un clima de confianza entre maestros y alumnos y así el estudiante
realmente podrá preguntar sobre las dudas que tenga y esclarecer sus ideas, obteniendo un conocimiento más cercano
a la verdad.
4.- La conversación con los alumnos ayuda en la formación de su carácter, ya que les hace interesarse en los demás
e intercambiar ideas, opiniones y, sobre todo, evaluar el aprendizaje con base en los objetivos primarios y secundarios
de la educación.
5. - Al conversar con nuestros alurtinos, es conveniente emplear gestos adecuados, sonreír de vez en cuando, de tal
manera que podamos mantener un interés sincero, y una actitud no verbal de ayuda.
6.- Podemos motivar a los alumnos para que hablen de ellos, de los fines que persiguen al estudiar, de los métodos y
técnicas que utilizan para ello, de cómo toman notas y, además, si creen que ponen todo su esfuerzo al asistir a las
clases, de tal manera que logren un aprendizaje efectivo.
7.-Al preguntar a los estudiantes sobre sus aficiones, ocupaciones e intereses, tanto presentes como futuros, el
maestro puede encausarles, de tal manera que los alumnos logren un aprendizaje significativo en la escuela y lleguen
a realizar la transferencia y generalización en todas sus actividades.
8.- Al conversar con los alumnos, seamos dignos de confianza hablando con precisión y objetividad.
9.- Empleemos un tono adecuado, de entusiasmo y sobre todo con palabras comprensibles para los alurrínos.
10.- Seamos sencillos, empáticos y sinceros, manifestemos con cuidado y suavidad algún desacuerdo, pero corrigiendo
errores y, sobre todo, ensñándoles la forma de adquirir por sí mismos la verdad, y de que actúen con base en lo bueno
y lo bello.
11. - Al conversar con los alumnos controlemos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y emociones, para que
los alumnos aprendan a conversar de la misma manera y digamos y hagamos sólo aquello que debemos decir y hacer.
12. - Mantener el contacto visual ayuda a lograr confianza en nuestros alumnos pues ellos se darán cuenta del interés
sincero que tenemos en ellos, de escucharlos y de orientarlos correctamente, hacia su formación integral.
Los peligros de la TV
Por: José Antonio Rolón Velásquez
LUEGO DE CONOCER VARIOS ASESINATOS de niños y adultos realizados por niños, de saber de un numeroso grupo de niños
con graves síntomas causados por un programa de dibujos animados, de observar cambios en sentido negativo en la
conducta de innumerables infantes, no podemos llegar a otra conclusión: la nefasta influencia de la televisión tiene la
mayor responsabilidad.
Recientemente el secretario general de la sección 47 del SNTE, David Trujillo Cuevas, denunció enérgicamente que “la
televisión destruye el esfuerzo educativo del maestro”.
“El líder de los maestros estatales manifestó que la excesiva programación violenta, inmoral y antipatriótica preocupa al
magisterio, pues muchas de las series y programas extranjeros están cargados de amarillismo y atentan contra la personalidad
en formación de los alumnos” (O.C., 26 abril 98).
No tan sólo los programas extranjeros, sino que, sin ir tan lejos, los mismos comerciales de productos chatarra, con
patentes extranjeras, sobre todo, están atacando abierta y frontalmente todos los valores de nuestra sociedad. Tal parece
que las cadenas televisivas y las agencias publicitarias sienten un placer perverso, aunque quizás lo más seguro es que
obedecen a una consigna global por atacar todo lo que representa algo sagrado, solemne, heroico, respetable o ejemplar.
Así, la invasión de productos chatarra con patentes gringas y algunas empresas nacionales han tomado de bufones a los
sacerdotes y las monjas, al cielo y a Dios; ridiculizar la religión, no sólo en sus películas y telenovelas, sino en los
comerciales también, tal vez con el mensaje constante, la desacralización sea más efectiva sobre todo en los niños y
adolescentes.
El Ejército Nacional Mexicano, hasta hace poco respetado, honrado y admirado, también ha sido objeto de mofa por los
anunciantes apátridas, que ni idea, ni sentido tienen de los valores, la historia y el heroísmo que representa nuestra
institución castrense.
El tercer blanco en la campaña de destrucción de valores de estos publicistas, son los maestros. Los guías y orientadores
de la niñez y de la juventud, del futuro del país, son representados de la manera más brutal y grotesca en los anuncios,
sobre todo de los alimentos chatarra. ¿Dónde queda el respeto, la admiración y el cariño hacia el maestro?
Los padres de familia, también son ridiculizados al enviarles el mensaje a los niños que son ellos los que tienen el poder y
la capacidad para dirigir a sus mayores.
La novia vestida de blanco saliendo del altar, que debería representar la castidad, la belleza, el amor, ahora es abordada por
un cerdo desconocido que toma la “prima nocti” frente al marido.
Los profesores de todos los niveles debemos tomar conciencia del mal que está causando la televisión en general, con la
colaboración de los padres de familia y de todos los que tengan tuerza moral, tornar la contraofensiva. El reto es muy
grande pero no imposible. Empecemos a formar conciencia en los niños y jóvenes del daño que causa la televisión.
Tomemos la contraofensiva evitando el consumo de esos productos apartidas y disminuyendo la exposición de nuestros
niños ante esa arma que los está destruyendo, que es la televisión.
Una imagen que no puede traducirse a una sola palabra cuando menos puede ser colorida y hasta bonita, pero nunca
tan eficaz ni tan educativa como la palabra que inspira nobles ideales y promueve heroicas acciones.
Se están realizando estudios para valorar el daño cerebral que producen algunas imágenes de la TELEVISION y es
muy probable que se encuentren alarmantes resultados. Aquí debemos preguntar ¿Qué nos corresponde hacer en las
Universidades para combatir a tal ENEMIGO?
En T.VU. reiterarnos la invitación a realizar una Producción Educativa en Vídeo, donde el manejo adecuado de
Imágenes y Tiempo, sea nuestro reto principal.
LA IDEA es el punto de partida, es el hilo conductor que estará presente durante toda producción audiovisual, por lo
que debe reunir algunas características especiales: como tener o suponer elementos visuales y sonoros que hagan
posible su desarrollo, ser verosímil y otras.
EL TIEMPO real tiene una sola dimensión, la lineal, una sola dirección y una sola marcha: no se puede acelerar o
invertir, la marcha del tiempo es uniforme y no admite retroceso. El tiempo audiovisual por el contrario es muy
variable, es un verdadero juguete en manos del guionista.
EL TRATAMIENTO puede realizarse a manera de documental, donde los hechos, los personajes y las circunstan-
cias son reales, demostrativos, con fines didácticos o ficción cuando se tienen que recrear la realidad. En todo caso el
que escribe un guión proporciona el contenido de cada escena de la manera más completa posible.
LA ESTRUCTURA es la disposición organizada de sus partes con arreglo a un criterio o fin; normalmente sigue un
orden cronológico, en otros casos se interrumpen la narración con rupturas temporales que pueden ir hacia atrás o
hacia delante, en otros casos se desarrollan en forma paralela varias acciones que terminan uniéndose en una sola
línea narrativa, existen además otras formas de estructurar un guión.
Convertir una enemiga en amiga no es tarea sencilla, pero es necesario actuar de inmediato. Una buena proporción
SOY PROFESOR DE EDUCACIÓN PRIMARIA en la comunidad de Madrid, del municipio de Tecomán, Colima. Atiendo
a un grupo de primer grado con 23 alumnos, 7 niñas y 16 niños. Es un grupo demasiado heterogéneo, hecho que
me ha orillado a considerar sus individualidades, máxime que están en plena etapa de alfabetización.
Madrid es una localidad semirural, tiene aproximadamente 2500 habitantes y posee todos los servicios públicos.
La gente trabaja en el corte de frutas de la región y son, en su mayoría, de clase media baja y baja y, por
consiguiente, mi grupo proviene de estos estratos económicos. Algunos de los niños y niñas llegan a la escuela ya
cansados porque tienen que ir a trabajar para ayudar al sustento familiar.
No encontré algun libro en donde me hablaran de las características psicológicas de un niño con esas dificultades
o algún estudio que me diera luz para iniciar el trabajo con ellos, pero algo se tenía que hacer y decidí empezar a
trabajar con los pocos conocimientos teóricos y metodológicos que tenía al alcance.
Lo que más me preocupaba en un principio era la socialización de los niños con respecto al resto del grupo y
después a la comunidad escolar. Para tal efecto tuve que acudir al DIF estatal para que me dieran algunas
recomendaciones de cómo tratarlos y de éstas, hice lo siguiente:
El niño sordo necesita que se le valore como un niño normal y he ahí donde los adultos tenemos que tratarlo
como tal, tuve que platicar con los demás maestros para que juntos asumiéramos esa posición; con los padres de
familia, para que en la familia platicaran acerca de que todos los niños tienen las mismas oportunidades y que se les
debe tratar por igual y que invitaran a sus hijos para que se acercaran a esos niños y los invitaran en sus juegos,
trabajos de equipo, etc., sin mofarse de ellos. El plan resultó, ahora los niños se sienten en confianza con sus
compañeros y maestros, han creado algunos ademanes de comunicación para con los demás, etc.
Lo siguiente era cómo buscar una comunicación más convencional. Para ello, se nos aconsejó que les ayudáramos
a ejercitar el oído a través de la instrucción de la audición para que desarrollara de alguna manera su capacidad de
comunicación oral.
Al respecto trabajamos con ejercicios en donde sintieran las vibraciones de los sonidos emitidos por diferentes
objetos y por personas. Oscar fue el que más los discriminaba, pues casi al final del año nos dieron el diagnóstico
médico que decía que él sí podría oír, con un oído, por medio de un aparato. José Luis tiene su problema más
grave porque su sordera la adquirió a causa de una enfermedad que padeció de pequeño.
Además, trabajamos con los sonidos que emite nuestro cuerpo, tocando su propio cuerpo y comparándolo
con el de sus compañeros. Posteriormente con los sonidos emitidos por la garganta y hasta el momento se logró
que emitieran sonidos.
Se dice que si un niño sordo no habla es porque nunca ha oído hablar y por lo tanto no repite ni imita lo que
dicen los demás, ya que no tiene ejemplos ni modelos. Parece ser que esto ocurrió con los niños, ya que en sus
hogares no se les estimulaba el habla y los dejaban de lado porque pensaban que no tenían salida. Un caso raro fue
el del hermanito de Oscar que, como era más pequeño, jugaba siempre con él y aprendió los mismo modales de
su hermano sordomudo a tal grado que prefería comunicarse con los gestos y ademanes que con el lenguaje oral.
Considero que es necesario fomentar en este tipo de niños el sentido de autodependencia, responsabilidad y
confianza en sí mismo para que vaya conformando una personalidad sólida y equilibrada como fruto de una
relación afectiva, llena de comprensión y cariño, con el fortalecimiento de una mutua confianza, mediante la tolerancia,
el respeto, la ternura y la disciplina equilibrada.
Otra preocupación fue el hecho de que pudiéramos caer en la excesiva sobreprotección y el consentimiento,
para tal fin, decidimos darles retos: -ve con el director para que te preste un borrador- y estábamos en la
observación constante de qué estrategia utilizaría para realizar tal mandato, ¡y lo lograban!; o cuando se les pedía
que ellos dirigieran el juego de canicas con los demás, etc.
Algunos autores dicen que las capacidades para aprender son la sensación , la percepción , la imaginación, la
memoria, el proceso de asociación, la atención, el intelecto y la voluntad. Oscar y José Luis poseen todas éstas,
desarrolladas en menor escala algunas y en mayor escala otras; por ejemplo la sensación y la percepción estaban
altas en ellos, la memoria y la asociación un poco bajas, pero eso sí, la creatividad estaba a la par del resto del
grupo; por eso, insisto, son niños normales.
Estos niños no padecen ninguna incapacidad de aprendizaje, sólo poseen una limitación que les va a impedir
que lleguen a la alfabetización convencional al mismo ritmo que los demás niños y niñas. Para ello fue necesario
1. Reconocimiento de sonidos. Primero que reconociera qué es un sonido y que asocie los sonidos con la
fuente que los emite.
2. El juego. A ellos les gusta jugar, por eso jugábamos a las escondidas, a la gallinita ciega,etc.
3. Sacar provecho a las experiencias cotidianas. Por ejemplo cuando se cae un objeto, que relacione la imagen
con el sonido.
4. Los sonidos que nosotros emitimos como el llanto, estornudo, la risa, etc.
5. Las experiencias musicales. Que trate de cantar viendo el movimiento de los labios,etc.
8. Siempre hay que hablarle, no gritarle. Repetir con él, contar cuentos, etc.
Quisiera agregar que la apropiación de la lecto-escritura fue una tarea más difícil, pero se logró que diferenciaran
las vocales, visualizaran las consonantes y manejaran sílabas sencillas. Además de la pronunciación de éstas.
Con respecto a las matemáticas, desarrollaron las operaciones infra-lógicas, se notó comprensión de la
consecución numérica, conceptos de antecesor y sucesor de la suma y resta con unidades y decenas.
Comprobé también que el proceso de aprendizaje es lento y difícil, lo que supone esfuerzo, dedicación y cons-
tancia; por eso es necesario alentarlos y estimularlos. La escuela sí puede for-talecer la oportunidad de comunicarse
y ¿por qué no?, de hablar. También que este tipo de niños tiene un proceso de desarrollo similar al de los niños
normales y que un padre de familia y un maestro deben estar conscientes de ello y buscar la forma de ayudarlos a
que accedan a este proceso de una manera favorecedora. Que no existe el maestro ideal para estos niños, sino el
profesor consciente y comprometido con su trabajo, siempre en busca de nuevas estrategias de crecimiento
personal y profesional.
Ahora, las nuevas metas son el gestionar, ante las autoridades de la H. Junta Municipal de la localidad, la ayuda
económica para que estos niños puedan acudir al centro de atención especial por los menos una vez por semana;
seguirnos preparando para recibir a estos niños y ayudarles en su acceso al proceso enseñanza-aprendizaje y
seguir buscando la ayuda médica ante asociaciones civiles no lucrativas para brindarles una esperanza a sus oídos.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
El autor es profesor en la escuela primaria "Leopoldo Caraballo", turno vespertino de la comunidad de Madrid, municipio de Tecomán
Jalisco. Actualmente cursa la maestría en Educación en la UAG.
Reporte de investigación
En el período 97/02, el área de negocios de la institución cuanta con un 25% de alumnos que presentan bajo
rendimiento académico, y de éste 25%, 90 alumnos presentan tres o más materias reprobadas. Lo que representa
para la institución un alto porcentaje de alumnos irregulares.
Las principales causas a las que se ha atribuido el bajo rendimiento académico de estos alumnos son: los métodos
de estudio inadecuados, la baja capacidad de abstracción y la desorientación vocacional, dejando de lado el papel que
la familia juega en este proceso.
El Dr. Sauceda García2 en 1995, realizó un estudio en donde señala que las tareas familiares incluyen la satisfac-
ción de varios tipos de necesidades: las físicas, las psicológicas y sociales. También menciona que la familia no sólo se
encarga de satisfacer las necesidades del menor, sino que también influye en la formación de su personalidad.
La adaptación adecuada entre padres e hijos resulta cuando las expectativas y demandas de los padres están de
acuerdo con las capacidades propias del hijo, su temperamento, sus motivaciones y su estilo de conducta. Si se da tal
integración entre el organismo infantil y su medio ambiente inmediato, es posible que se produzca un desarrollo óptimo
y en dirección progresiva. Y a la inversa, la adaptación mutua deficiente implica divergencias entre las demandas
ambientales y las características de la persona, de modo que su desarrollo pueda llegar a presentar distorsiones.
En la familia de los adolescentes se pueden encontrar factores de riesgo para su salud mental, por ejemplo: la
supervisión inadecuada o demasiado estricta, la poca tolerancia de los padres ante los esfuerzos del muchacho por ser
más independiente, la discordia conyugal entre los padres.
En un estudio realizado por Cervantes Carranza3 donde relaciona los problemas escolares en niños y la dinámica
familiar, encontró que los roles tradicionales en la familia están alterados, hay ausencia de la figura paterna, los
patrones de comunicación son altamente deficientes, se expresan
emociones de emergencia como ansiedad, tristeza, corage, la madre
tiene como eje central en su vida a los hijos, y existe un control del
comportamiento caótico.
Clemencia de la Espriella6, hace referencia a una investigación que señala que la conducta de los padres, por
ejemplo el apoyo y el control, están significativamente relacionados con el desarrollo de la autoestima y con el
desempeño académico del adolescente.
Es importante señalar que la familia juega un papel importante en la formación del individuo y la existencia de
factores familiares disfuncionales, provocan en los hijos de estas familias problemas adaptativos, de conducata,
escolares, y otros más. Así también es importante el papel que juega la familia cuando el hijo se desprende del hogar,
ya que ésta puede fomentarlo u obstaculizarlo.
OBJETIVO:
Describir la percepción con respecto a la dinámica de su propia familia, de alumnos que cursan una carrera
universitaria en el área de negocios de la UAG en el período 97/02 y que presenten tres o más materias reprobadas.
MATERIAL Y METODOS:
La investigación fue de tipo descriptiva- transversal, de un universo de 90 alumnos se tomó una muestra de
aleatoria de 30 alumnos (4 para sustitución), con un nivel del 99.9% de confiabilidad, los cuales tenían 3 o más
materias reprobadas en el período 97/02 y que cursaban alguna carrera en el Área de Negocios de la UAG. Se aplicó
la prueba validada por Smilksteins “Apgar Familiar”, la cual evalúa la dinámica familiar en cuanto a 5 variables: 1)
Adaptabilidad, que se refiere a la utilización de recursos intra y extra familiares para la solución de problemas, cuando
el equilibrio familiar es forzado o violado. 2) Asociaciones, que se refiere ala participación de responsabilidad en
trabajo y educación por los miembros de la familia. 3) Progresión, que evalúa la maduración física y emocional que es
llevada a cabo por los miembros de la familia a través del apoyo mutuo y dirección. 4) Afecto, que mide las relaciones
de cuidado y cariño que existen entre los miembros de la familia y 5) Acuerdo y/o decisiones, que se refiere a la toma
de decisiones en forma conjunta o individual.
Los criterios de inclusión fueron: Estudiantes universitarios que pertenecían al área de negocios de la UAG y que
tenían tres o más materias reprobadas en el período 97/02 y con los alumnos seleccionados en el muestreo que no se
encontraban presentes, se utilizó como criterio de sustitución alumnos que estaban en el listado de sustitutos. Se
consideró como criterio de no inclusión a todos aquellos estudiantes universitarios de la UAG, que no cursaran
carreras en el área de negocios y estudiantes que tenían menos de tres materias reprobadas en el período 97/02. El
criterio de exclusión fueron aquellos que estaban incompletos o llenados en forma inadecuada.
Para el análisis estadístico de la información se utilizó la captura de base de datos en el programa Dbase y para el
procesamiento de la información se utilizó el programa startgraphics.
Para las variables numéricas se utilizó la área que ocupa el cuarto lugar es la relacionada con el afecto, ocupando
el quinto lugar la adaptabilidad.
Estos porcentajes indican que la familia del estudiante universitario presenta poca responsabilidad en la educación
de los hijos, lo que probablemente provoca que el estudiante al no tener una supervisión directa de los padres no se
responsabilice de sus estudios, esta relación familia- estudiante se agudiza al existir poco tiempo de convivencia entre
ambos, muchas veces provocada por la distancia física entre familia y estudiante, ya que el mayor porcentaje de
alumnos de la UAG son foráneos. Así también, la pobre participación de la familia en el desarrollo físico y emocional
de sus miembros, aumenta el grado de riesgo de irregularidades en los estudios del joven universitario.
Los resultados muestran que en época de crisis o de problemas graves en el estudiante, la familia le brinda apoyo
y que además la expresión del afecto es la adecuada.
Este análisis detallado por área del funcionamiento familiar, señala que aunque el buen funcionamiento familiar se
presente en igual porcentaje que la disfuncionalidad moderada de la familia, no indica que el estudiante esté satisfecho
con la dinámica de su familia.
El apoyo tanto físico como emocional que la familia brinda al estudiante universitario, es fundamental en la deter-
minación del éxito o fracaso escolar. La etapa que inicia el estudiante al ingresar a la universidad implican un salto en
su ciclo de vida, salto que tanto el joven como la familia deben dar conjuntamente y, por lo tanto, es papel del núcleo
familiar contribuir al desarrollo físico y emocional de sus miembros.
RECOMENDACIONES.
De acuerdo a la interpretación de los resultados se sugieren las siguientes recomendaciones para así ayudar al
estudiante universitario irregular a regularizarse en sus estudios.
Realizar juntas de padres de familia con el objeto de involucrarlos y compartir la responsabilidad de la educación
de sus hijos.
Iniciar un programa de escuela para padres para fomentar la relación adecuada entre familia y estudiante.
Hacer énfasis en las familias (princi-palmente las foráneas) de la importancia que tiene el apoyo tanto físico como
emocional que brindan a sus hijos.
Promover que el estudiante establezca redes de apoyo, que en un momento dado funcionen como sustitutos de la
familia.
Asignarle a cada estudiante un tutor con el fin de enseñarle modelos de relación, y al mismo tiempo que forme
parte de la red de apoyo del joven.
Organizar talleres que permitan al estudiante reencontrarse con sus valores y fomentar la evolución de su ciclo
vital.
REFERENCIAS:
1.- Castellanos Marie. “Manual de trabajo social”. La prensa mexicana. México 1986.
2.- Sauceda García, Juan Manuel. “Lineamientos para evaluar la vida en familia”. Revista médica del IMSS. Vol.
33, No. 3. pp. 249-256. 1995.
3.- Cervantes de Carranza, Miriam. “Problemas escolares con niños y su relación con la dinámica familiar”.
Psicoterapia y familia. Vol. 2, No. 2, No. 2. pp, 8-15. 1989.
4.-Ballesteros, Blanca. “El conflicto marital y el ajuste de los hijos”. Suma psicológica. Vol. 2, No. 2. pp, 225-242.
1995.
5.- Haley, Jay. 2 Trastornos de la emancipación juvenil y terapia familiar”. Amorrortu. Buenos Aires. 1980.
6.- Espriella de la, Clemencia. “Conflicto entre padres e hijos adolescentes”. Suma psicológica. Vol. 2, No. 1. pp,
46-67. 1995.
Correspondencia íntima
de un sabio enamorado
Por: José Chávez Chávez
RESULTA INTERESANTE BAJAR A LOS POETAS, a los sabios y hasta a los santos de sus nichos elevados y situarlos en
circunstancias humanas, cotidianas, para que todos los que no somos ni poetas, ni sabios y mucho menos santos,
veamos que aquellos seres que alcanzaron alturas extraordinarias fueron también semejantes al común de los morta-
les.
Dentro de ese propósito, en esta ocasión corresponde traer aquí unas cartas escritas por Luis Pasteur (1822 -
1895), insigne sabio francés, químico, biólogo y bacteriólogo, doctorado en ciencias, profesor de química en la Univer-
sidad de Estrasburgo, director científico en París de la Escuela Normal, miembro de la Academia Francesa y de la de
Ciencias y Medicina.
Su obra es de tal trascendencia que se le estima como una de las más altas cumbres de la historia de la ciencia.
Con sus estudios de las fermentaciones demostró que se deben a microorganismos y que impidiendo su entrada y
matando por ebullición los ya existentes, dichas alteraciones no se producen. Así probó que todo ser vivo procede de
otro, y que, por consiguiente, la generación espontánea es imposible. La prolongación de estas investigaciones, y
especialmente el estudio de la putrefacción, le hizo pensar que muchas enfermedades podrían estar producidas por
microbios, que penetrando en el organismo y multiplicándose en él acababan por destruirlo. Su más resonante descu-
brimiento fue el de atenuar el virus de la rabia, tan diminuto que era invisible con los microscopios de entonces,
preparando así la vacuna por medio de una serie de inoculaciones en cerebros y médulas de conejo, para obtener
extractos de virulencia decreciente. El 6 de julio de 1885 fue puesta por primera vez a un ser humano una inyección
de virus rábico atenuando, a un niño mordido teriblemente días antes por un perro rabioso, y que jamás presentó luego
síntoma alguno del mal.
Notables fueron también sus investigaciones acerca de la enfermedad de los gusanos de seda, que arrinuaban la
industria sedifícola; sus estudios sobre química biológica agrícola, que le permitieron eliminar las enfermedades o
alteraciones del vino, vinagre, y cerveza, y otros sobre el cólera de las gallinas, problema que le llevó al descubrimien-
to de la vacuna anticarbuncosa (1).
Este genial sabio con sus investigaciones echó por tierra las pretensiones seudo científicas, cargadas de racionalismo,
acerca del origen de la vida, demostrando contundentemente que toda vida proviene de otra vida, y que no se genera
por sí sola, al acaso, o por meras reacciones físico-químicas (2).
L. Pasteur
L. Pasteur
L. Pasteur
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Notas
(1) Diccionario enciclopedico, Espasa Calpe S.A.
(2) Pasteur, René J. Dubos. Salvat
(3) Las cartas las hemos tomado del Madame Pasteur, libro escrito por el yerno de Luis Pasteur, René
Vallery Radot (Espasa Calpe, Austral), libro elogiado calurosamente por el sabio español Gregorio
Marañon, quien dice que en Pasteur, al lado de su magnífico patriotismo, alentaba el universalismo
cristiano del amor al prójimo.
(4) Amelia Laurent, madre de María, su futura esposa.
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LA SERIE DE CAMBIOS EXPERIMENTADOS en la distribución y acceso a la información son, sin duda, una de las caracte-
rísticas distintivas de nuestra época. Estamos siendo testigos de una evolución de la comunicación impresa hacia una
comunicación basada en medios electrónicos. La presencia y uso de Internet como alternativa para obtener y distri-
buir información se vuelve un hecho cada día más común.
La utilización de las computadoras y las redes de comunicación están provocando una serie de cambios en los
productos y servicios de información a los cuales el sistema de Bibliiotecas de la UAG no puede sustraerse, por que
la tecnología de la información está tranformando a las bibliotecas desde su raíz, de tal modo que la biblioteca clásica,
basada en documentos impresos, está siendo sustituida paulatina, pero inexorablemente, por la biblioteca electrónica.
Pero, además, una vez que la información está almacenada digitalmente es posible consultarla desde lugares remotos
mediante redes de telecomunicaciones de área amplia, lo cual da origen a la llamada Biblioteca Virtual.
SIB-UAG es un programa integral de cómputo para la automatización de las bibliotecas de la Universidad Autó-
noma de Guadalajara. Este programa fue desarrollado por el sistema de Bibliotecas y el Departamentop de Tecnolo-
gía de Información de la UAG , respetando los estándares bibliotecnológicos y de cómputo. Está organizado por
módulos completamente integrados, por la interrelación de los mismos, que permite a las bibliotecas mantener los
procesos lógicos de trabajo bibliotecario sin duplicaciones de información o de procesos.
El SIB-UAG asegura la compatibilidad de sus datos, pues utiliza el formato MARC tanto para los registros
bibliográficos como de autoridades, permitiendo así la importación y exportación de datos en ese formato internacio-
nal, independientemente del sistema del que procedan o al cual vayan dirigidos, mientas estos utilicen el formato
MARC.
El SIB-UAG es un sistema cliente/servidor, lo que significa que la computadora servidora contiene la base de
datos y los clientes (PC's compatibles) realizan una gran parte de las tareas. Esta arquitectura evita que sean nece-
sarias grandes computadoras, de gran costo y difícil mantenimiento. Todos los clientes para el personal y usuarios de
las bibliotecas trabajan en ambiente gráfico, lo que hace al sistema muy fácil de usar.
El SIB-UAG cuenta con los módulos de: Catalogación; Base de datos única, pero cada biblioteca es dueña de sus
registros; OPAC-UAG (Online Public Acces Catalog - UAG), el OPAC-UAG permite el acceso a través del "world
wide web" para consultar los registros de las colecciones por autor, título y tema; Circulación; Adquisiciones; Heme-
roteca; Audiovideoteca.
La innovación en las bibliotecas de hoy es con frecuencia sinónimo de los cambios en los sitemas de información
en computadora. Los programas y los equipos de cómputo de las bibliotecas están siendo desarrollados y actualizados
para satisfacer las necesidades de información de sus usuarios. En este sentido, la Biblioteca Central de la UAG,
implementó el servicio de información por medios electrónicos, que cuenta con una red local en la que está instalado
un servidor de discos compactos y 16 estaciones de trabajo para lo usuarios de la biblioteca, las cuales permiten
accesar las bases de datos locales y remotas vía Internet. Muy pronto se podrán accesar estas bases de datos desde
cualquier estación de trabajo en la UAG a través de la UAGNET.
La Biblioteca Central cuenta con treinta bases de datos que permiten la recuperación de información actualizada
en texto completo, referencias bibliográficas, estadísticas, etc.. En breve se adquirirá la base de datos en CD-Rom de
las publicaciones de la IEEE, que apoyará fuertemente el área de las ingenierías, y Education Abstracts Full Texty.
Dentro del programa de desarrollo de colecciones de la Biblioteca Central tiene prioridad la adquisición de bases
de datos que apoyen las diferentes áreas académicas y administrativas de la UAG. Ya que este tipo de recursos
permiten un fácil acceso y recuperación de información actualizada.
El maestro y el violín
En una subasta pública, ante una asistencia superior a los 300 compradores, se remataba un viejo
violín, el cual se mostró sucio, lleno de polvo y con las cuerdas flojas.
Al momento de exhibirlo, el rematador fijó la base inicial
y solicitó al público sus ofertas; se levantó una primera mano y
ofreció un 10% más, después de una segunda, una tercera oferta
triplicó su valor y ya nadie propuso más. El subastador estaba a
punto de adjudicarlo cuando de pronto un hombre de edad avan-
zada pidió su consentimiento para revisar el vio-
lín. Al no haber mejor oferta,
solicitó permiso al público para
probarlo, el cual no tuvo objeción
alguna.
El anciano subió al estrado, tomó el ins-
trumento entre sus arrugadas manos, con su pa-
ñuelo lo limpió, tensó las cuerdas y empezó a eje-
cutar una maravillosa melodía de Vivaldi. En diez
minutos el salón de remates se convirtió en sala de
conciertos y el público extasiado escuchaba atenta-
mente.
Cuando el anciano dio por terminado su concierto y regresó el violín, el subastador, todavía atur-
dido, volvió a preguntar al público: ¿Quién da más?... A la una, a las dos... Y de pronto una voz
gritó un valor diez veces mayor, otra más duplicó la oferta y así se sucedieron varias propuestas más,
hasta que finalmente se adjudicó a la oferta que fue cien veces mayor al último valor propuesto antes
de que el anciano tocara el instrumento.
¿Cuál fue la diferencia entre un valor y otro?
Sin duda fue el maestro que con su magnifica ejecución mostró el verdadero valor del viejo violín.