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La flosofia del derecho en la posmademided De este modo queda expuesta, en resumen, Ia filo- sofia del derecho de la posmodernidad —puesto queen. suuma se presenta una posmodernidad—, qué exigir de cla? La filosofia del derecho de la época posmoderna debe estar determinada por la preocupacién por el de- recho y esto significa: la preacupacién por el hombre, atin ‘mis: la preoeupacin por la vida en general en todas mats “ner Eth fr dietecbnologivhe Zivilisation, 1980. [El prin pio dela responsabilidad entation de na tea para a clan uenliical EpioGo ‘ALA SEGUNDA EDICION A El deseo manifiesto de mi confe da sobre el tema Filosofia del derecho reanimacin de una filosofia del derecho se preocupe de los verdaderos probles nes decisivas y que hoy conciernen te bres y a la humanidad: paz, alimento. la segura, problemas de la biotecnologia, a genética humana — so problemas dela filosofia del de sobre la justicia? No se requiereen que se denomina justia social y be corresponde su cuidado? Es cierto, a los filésofos del derecho. Yo quisiera citar aqui lo queen la culo atin no publicado expreso: universalizacién'. “Desde AR esfuerza la ética por establecer cl caso normal. Esto vale también: La flosofia del derecha en la posmodemided discurso ético. Pero muestra actual stwaci6n no es normal. El presente esta ante la alternativa:;tendré la humani- dad un futuro o perecera? El discurso ético parece no impresionarse con esto. En la conferencia sobre ecologia y ética en Melbu (Noruega), en agosto de 1990, habria dicho Avs, segiin ‘is informaciones: “La biosfera se ha transformado revolucionariamente ya catorce veces; si el hombre continiia en este camino, no significa el fin de toda vida, ‘pues por lo menos los microorganismos sobreviviran”. Hans Jonas, que tambin particip6 en esta conferencia, defendi, por el contrario, su ética para la civilizacion, técnica, que no ha preparado reglas para todo, sino que seria mis “ética para el Estado de necesidad”, cuyo problema capital seré por largo tiempo la ecologia.. Cuando Arst objeta que éticas semejantes a la de Hans Jonas serian ariotéicas, consults, exclusioamente ‘apelantes, nada mis que una ética dela inteligencia,en- tonces ha de preguntarse, si su ética discursiva offece ante las exigencias actuales —energia nuclear, biotecno- logia, genética—un consejo, un llamamiento, un ejem- plo. Quien quiera dominar los problemas éticos de hoy, encuentra en la ética de a responsabilidad de Hans JONAS yy desde luego en la ética de a reciprocidad de Jeaw Pia- ‘Ger y Paut RicoeuR mucho mas que en los metaéticos del discurso...Solo sutilezas ya no son suficientes. No- sotros debemos decidir actuar. Scio, Aufder Suche mach ner nnen Lebenskumst {Ex a sgueia de wn nuevo arte de vivir en Stddesce Zeitung, 8 agosto 1990, Epilogo a la segunda edciin, a filosofia yl filosofia dl derecho frente a esto, es decir, frente a los pre contenido, extraordinariamente dif discurso, dela cual, aunque algunos se hhasta el cansancio (parece serles n ‘fia con tales vacuidades como fi Pragmética rascendental y otras p ‘qué esperar. Pero para no ser mal mente se necesita en la ciencia y mas del discurso, pero este debe ser un ® Hasta qué punto este pensamiento de ddamentacin final” discursva, forma ci tre autores jovenes, lo indica el libro de Wourcane ENDERLEN, Abwadeune it deracion en derecho. moral, 1991, ¢0 eb ceuestiones acerea del problema de un cién “por medio de medidas orienta ‘mentadas finalmente”, Yo uisiera con esta anotacion no. exposiciones de ENDERLEIN. Quisiera si tuna “fundamentacién final clenifia cx desistiraningin verdadero cientifico de mesto que la fun rias del discusso solo se entiende como ats del dscursoargumentatvo yasies el proceso formal que spunta aun tenido del consenso. Pero cuando eh ‘mente (una vez aceptado que este pueda terrogado mis aris, entonces pric consenso deberivaler por finalmente estees el punto, seg todo verdadera cientifico, 78 La flosoffa del derecho en la posmodernidad contenidos y estos contenidos no provienen de la pura forma, sino predominantemente de la experiencia, ya que ‘os resultados de tales discursos reales no son desde Iue- g0 “finalmente fundados”, sino que plantean arriesga- dos juicios problematicos. Enel congreso mundial de a Asociacién Internacio- nal de Filosofia Juridica y Social efectuado en Gattin- gen, el 19 de agosto de 1991, Rosskt ALExY reconoci6 francamente, en una aguda ponencia, en muchos pasa- jes merecedora de aprobacién, sobre Una comcepcion te rica discursiva de la razin prictica’, que, como él la sus- tenta, origina grandes dificultades en el problema de contenido, (Racionalidad, dijo, “no es nada distintoala preservacion de las reglas del discurso”, estos, una ra- Cionalidad intensamente formal, que no puede satis- facera una filosofia del derecho que se orienta hacia con- tenidos). No, no surgen grandes, sino insuperables dificultades, La forma como tal jamés produce mate- ria, Sin embargo, Rozear Atexy cree poder deducir del proceso discursivo puramente formal contenidos, esto «5, derechos humanos. Por supuesto este es un falso r2- zonamiento. ALsxY podria lograr correctamente solo derechos humanos completamente buecos (“formulas va- cas"), Pero con esto, no se ganaria nada en absoluto. Fl argumentar con derechos humanos y derechos fundamentales, sc entiende siempre en cuanto al con- tenido; no obstante, estos contenidos no son compro- bables aprioristicamente, sino diferenciadamente, en las distintas épocas ylos distintos hombres “ Publicacin hecha en una entrega de ARSP. Epilogo avla segunda edicién alemana: Y cuanto mas concretamente se torne un derech humano, tanto mas seftala su caracter univoco y s uuniversalizacién (por ejemplo: zposee el embri6n hum, no dignidad humana?). En oposici6n a Auzxy soy d parecer que el contenido de los derechos humanos y,e general, del derecho especialmente, solo puede obt nerse de manera empirica de laexperiencia histérica. Per ddenuevo, se llega siempre solo a proposiciones probli miticas, pues los tedricos del discurso naturalment no ofrecen més, ya que solo engafian un poco a este re ecto, (Ora Wetnornaen en su informe presentado en es cocasién, “La controversia en torn a la razén practic: contra argumentos espaciosos en la filosofia prictica” enoposicién a Attxy, con razén destacd que el discurs ideal es una apariencia. Las reglas del discurso son vz «as y nada dicen sobre el e6mo y el qué, por ejemplc nada sobre qué debemos hacer. De lejos puso Weiter cork el dedo en la herida abierta de la teoria del conser so, cuando comprobé, clara y sucintamente, que el cor senso no garantiza la verdad. Fuera de eso, a menudi los contradietores son precisamente los importante para una innovacién, ‘Allo se agrega que un consenso no es comprob: bleempiricamente. Por iltimo, también fue abordadh abiertamente por Waiwaesces el dificil problema dela personas incapaces de consenso, por ejemplo, los hom bres de futuras generaciones. * Publicacién en ARSP, La flosofia del derecho en la posmodernidad Sobre muchos espiritus esclarecidos jerci6 fasci- naci6n, el pensamiento de producir sustancia a partirde Ia forma, Aqui se podria presentar una larga lista. Tam- bien el imperativo categ6rico de KaNt no es, en tltima instancia, nada distinto de un intento semejante: de un acto mental puramente formal obtener un contenido (Gtico). De hecho, cuando se lograre la creacién de materia partiendo de la forma, muchos misterios del mundo serian resueltos. Pero aqui abajo esto no ha ocurrido hasta ahora; donde se pretendi6 un suceso semejante, ls contenidos fueron siempre subrepticios, © sea esencialmentea partir dela experiencia (también Jos derechos humanos de contenido de AtsxY son su brepticios). Sies que la misteriosa generacién esponti- nea de la materia desde la forma acaecié, Jo fue una sola ‘vez, 0 5¢2 en el instante dela explosion original creacién del mundo (“al comienzo fuela palabra formal’, Al lle- var, pues el pensamiento de la teoria discursiva proce- sal hasta sus raices, se encuentra uno irremisiblemente conel problema de Dios y con ello sedemuestra que esta teorla se apoya en una pura especulacién (lo que no significa metafisica). Uno de los primeros que empren- dig intencionalmente la tentativa de legara contenidos, juridicos desde la pura forma, el puro deber sn contenido, fue Gorter Euiscreip, El problema del ser el deber ser en la filosofa de Immanuel Kant, en 1968. Desde enton- ces no he leido ningiin escrito (incluidas todas las teo~ rias del discurso, el consenso, la argumentacion, ec.)en el queesteintento de ganar materia desde la forma, haya sido conducido tan limpiamente en lo argumental y Epilogo @ la segunda edicion alemana- hhonestamente en lo cientifico, como el de Eussciet. Pero infortuntadamente debo decir que también los con tenidos de Ettsci#1b son subrepticios*, En esto sabe Eiscie1p ~al contrario de més 0 me- nos todos los otros representantes de las teorias proce- sales de la verdad y la justicia— que su teoria procesal se apoya finalmente en especulacién y conduce al pro- blema de Dios. La ética discursiva se concibe, en todo caso segiin Apex’, no como una “ética especial para discursos ar- gumentativos” sino como una “ética de la responsabi- Tidad solidaria, la cual puede esgrimirse para todos los problemas susceptibles de discurso del mundo vital”. Se deberia opinar que esta determinacién no es tan fundamentalmente distinta de las ticas tradicionales. Esto seria ver con demasiada cortedad. De hecho, em- prende a étca del discurso un claro distanciamiento de la ticaaristotélico-tomista, y también bisicamente de la ética kentiana, Es tipicala pregunta retérica ene titulo de un ensayo de Arti. “Puede el punto de vista pos- antiano dela moralidad una vez mis ser neutralizadoen Ia cticidad sustancial?™, * Vease, ademas, A. Kauraann, Prozedurale Theorien der Gerectigheit (Teoriasprocsaes dela justica) 1989, especialmen- te pigs. 23 y 5, ¥ 28 ys, KO, Ami, véase arriba texto principal, pig. 3, nota 7 *K.O, Ara,en W, Kublmann (Ed), Moraine and Sitch set. Das problem Heels und die Diskurehik, 1986, pig 217, nota 7, pig. 116, ambien pig. 255, *Ibiem, pig. 217. 80 La flosofia del derecho en la posmodernidad Se rechaza toda forma de la virtud moral y de a éti- ca sustancial y mientras en el centro de la ética aristo télico-tomista esta la pregunta acerca de bien y mal, vida buena y mundo vita, interesa solo en la ética del discurso lo telativo acorretosincorrecta, en donde la cuestién de qué es cortecto o incorrecto se ordena conforme a las reglas “formales del discurso. Qué es correcto lo dice el consen- so de quienes han Ilegado aello en una comunidad ideal de comunicacién (Art), en la situacién dialogal ideal (Hasenoas) on un auditorio universal (Pexsiman)” sin ninguna consideraci6n al contenido del consenso, asi este consienta el mal absoluto (una ley oprobiosa pro- rmulgada constitucionalmente). Problemitica en la ética del discurso es, ademis, la ‘obtencién formabideal de un consenso. Como ya se sefial6, no hay la “situacién dialogante ideal” y lo mis- ‘mo pasa con la “comunidad de comunicacién ideal” de Ari, por lo cual él estima inconducente una ética pura del discurso para el “tiempo intermedio™. Pesaatin mis que el consenso al que aspiran las teorias discursivas que «es siempre ficicio y que, como ya se observ, no puede comprobarse empiricamente. Una afirmada validez debe KO. Aret, nota 7, pasims J. Hansa, Vorstuien wn Exginznngen cur Theorie des kommansativen Handens, 1980, pigs. Ty 55; Cx, Pentinian, Uber die Gerectgket, 1967, pigs. 149 "KO, Am, nota 7, pig. 10. Con esto se relaciona tam- bign ls introduccin a un "principio complementario" con el principio de capacidad de universalizacion (Univeralserbarkeite prinzip «pigs. 42 y 88, 465 y 8 Epilogo a la segunda edicién alemana- ser tratada como si primeramente el consenso de todos pudiera confirmar esa aseveracién. Por otra parte ese consenso, no puede alcanzarse de fact; no obstante él sesubordina ala exigencia prictica de vader (véase pig 33), Esto reside justamente en que el discurso ideal es {inicamente un proceso mental que se sucede solo en la cabeza del ético del discurso y que bisicamente carece decontenido. Por lo demas, debe preguntarse, cSmo el discurso fico, que en imbitos macroéticos posiblemente puede funcionar, opera en la microétca, es decir, ali donde se necesitan decisionestomadas de inmediato y dondella situa- ci6n puede entrar en conflicto con las reglas estableci- das. Luego debe pensarse que hay decisiones que en ‘general, no permiten ser universalizadas, por ejemplo, Ta decisi6n del médico frente dos heridos graves, al uno conectarlo con el inico aparato dereanimacién existente yal otro dejarlo morir, pues tales decisiones se mueven ‘en un espacio libre de valorizaci6n y universalizacién® Lucian Kinw ha hecho valer otra objecién contra la teoria del discurso, En eso puede remitirse a lo dicho cen las paginas 30 y 31", {Gon rapt eA Rao Refs Rm Muara 1972 ig 927 ambien iden Sec ee en got nd morn 188 pgs Ty ™ Ene abo publicdo por L. Kens y H,P. Mos, Greg Dts oer Mar 986 sence spi contbacone ala ois der 2 La flesofia del derecho en la posmodernidad La mis fundada eritiea dela ética del discurso pro- vviene en mi opinién de Cranes Taviox", Su tesis prin- cipal reza:“Yo afirmo |...) que todas las teorias que dan preeminencia ala pregunta sobre lo correcto, en reali- dad se apoyan en una idea del bien y ciertamente en dos sentidos diferentes:a) que lo requierelaarticulacion de esta idea; yb) que cada intento de aferrarse a una teoria de lo correcto sin respaldo en una teoria de lo bueno, esti condenado al fracaso”. El dirige ala ética del dis- curso la pregunta, “:por qué se debe ordenar obligato- tlamente que determinado procedimiento, desempetian- do una posicion especial, logre consecuencias?”. ‘Tavior mismo parte por ello de esclarecer positi- vamente la condicién humana, para lo cual se necesita una determinacién de contenido y no solo logico-pro- cesal de lo éticamente correcto. TavioR aboga enton- ces de nuevo por una ética de lo bueno en lugar de una Gtica de las reglas. Frente ala ética procesal sostiene él “que la subsuncién de lo bueno bajo lo correcto —un. signo esencial della ética procesal—finalmente es insos- tenible”®. Para fijar un catilogo de reglas verda- deramente universal, tiene Tavtor (con fundamento) nuestro poder de juicio moral por insuficiente. El po- “ Cr Tawton, Die Motie einer Verfbrensetit, en Moral nota 8, pigs. 10y ss Ch, Tar.on, nota 14, pigs. 119y ss. Enel mismo sentido también R, Searsian, Glick an Woblwolen; Vernch iter Ethik, 1989, pigs. 117 y 483 B, Tuczwoattt, Probleme der Exit, 1984, pigs. 108 yss3 0. Horr, Katgorche Recuprinzipien ein Kontra- _punke der Moderne, 1990, pigs. 331 ys Epilogo a la segunda edicion alemana: derde juicio moral se basa esencialmenteen la pruden- cia y no tanto en la racionalidad formal. Las normas rnunca pueden ser libres de contexto, sino que deben tener en cuenta su “lugar en la vida”. ‘También Pati RicoeuR habla de univers potentilsou inchoatf® (universales potenciales 0 incoactivos}, Con ello también quiere Tavior en especial salvarel pluralismo poco apreciado por los tebricos del discur- $0. Como resultado de sus reflexiones, dice Tavton, “la construccion metaética de una ética procesal estric: ta orientada en principios formales sin precedente que enlace con un concepto de lo bueno, es insostenible”! Pero gebmo se fundamenta una étaa de contenido y una ilosefia del derecho? Yo solo puedo responder aqui bre- ‘yemente a esa pregunta, Y ciertamente rompo una lan- za por ¢l utilitarismo, por otra parte no el uilitariomo ‘pestivo conforme ala divisa de Hume y Min: The greatest ‘bappines ofthe greats number (La mis grande felicidad para el mayor niimero posible] (“yo sé que hay muchas cla- ses de este utilitarismo positivo”, pero no puedo ahora tenerlas en cuenta), “Felicidad”, no es universalizable". Las calidades de vida de los hombres son demasiado diferentes como para reducitlas a un denominador comin. ™. Rico, Sosmeme comme neat, 199, pig. 237 " Gx Taw, nota 1, pl. 133, * Esto lo admite también Gone Pari, quien intents fundamentar sna cs lita: Eth one Metpbi,e 1983, pag. 54. oe 2 La flosofia del derecho en la posmodernidad En verdad, todos quieren, en todo caso casi todos los hombres, ser saludables, libres, ricos, satisfechos, po- seedores y exitosos, pero hay muchos hombres sanos, libres, ricos, con éxito, que no son feces. 'Y qué pasa con angustiosas preguntas, tal como cuan- do deellas depende “que el mayor bienestar del mayor niimero solo pueda lograrse por medio de dristicas ‘medidas de destruccién de vida humana, de tal manera de liberar al mundo de todas as criaturas repulsivas © miserables: de criminales, anormales, enfermos graves, invalidos o simplemente aquellos que son hoscos 0 monstruosos?””, Frentea eso yo meoriento porel wtlitarismo negati- tv, que no se dirige al bien de todos, sino a ladegracia ide muchos. 1a felicidad, como queda dicho, no es sus- ceptible de universalizacion, pero lo es la desgracia, mas cxactamente el esfuerzo de toda persona por no expo- nerse a la desgracia, Aproximadamente tiene este uti- Titarismo negativo la finalidad del principio ético de prio- ridad de Rawrs (véanse pigs, 28 y 29), al conceder a la persona desgraciada el argumento prioritario decisivo. Vale mas proteger de la desgracia que estimular la feli- cidad—sea cual fuere lo que bajo ello se entienda: el dis paro ala porteria futbolera ola lectura de PLATON=. Y ‘en oposicién al militarismo positivo, el ntlitarismo nega: tivo es susceptible de universalizacién, Lo que para todo, hombre significa una desgracia, puede mencionarse Epilogo @ la segunda edicion coneretamente: enfermedad, padecimis ‘iseria, hambre, falta de tech« Un significado muy importante paral tenido tienen los derechos humanas, que som susceptibles de universalizacin®. Los nos son la herencia mis valiosa que nos ha xix, Aqui recuerdo solo a Paut. JOHANN FFevERaact, quien como jurista apoyado en de KaNr, niega en verdad un derecho na pero expresamente afirma la existencia de naturales subjetivos, anteriores al Estado de garantizar” Si hubiese espacio deberia también aqui sobre la historica controversia entre Mi Rousseau: liberalismo y democratismo derechos humanos. Porel momento debo: ello Pero debo ain referirme a algo que ya a uunavez. La universalizacion de los derechos! ™ Véanse,porejemplo:L. Kunsanor, Die Uh Menschenreches Sadie ox ideengescichlichen ‘politschen Schluselbegrifs, 1987; W. ScHREC ‘Universalitat der Menachnrecte als Prinip der Rechstaat und Menschentetede: Festschrift fr W. pigs. 481 y ss: E, Denninorn, Memachenrechte salitananspruch und Staattcher Sonveranita, en ime; Pe ScHnetDen, Zu eben, 1990, pigs 4595833 21], A. vow Fivrnnacn, Kritik des natilichoe einer Wisenichaft der natrlichen Rechte La flosofia del derecho en la posmodernidad resulta asi mis facil cuanto mis pobres de contenido hhayan sido pensados, es decir, la posibilidad de univer- salizaci6n es infinita en cuanto los derechos humanos se conciban, como “formula vaci Pero entonces ellos carecen de sentido, pues con formulas vactas no se puede argumentar. Quien argu- ‘mente con derechos humanos les da aestos un conteni- do especifco, pero no necesariamente el contenido que otro lesda, Nuevamente el anterior ejemplo: zposee el cembrion humano dignidad humana? Lo que pasa con «sta pregunta, hoy muy importante en la practica, no a todos persuade, ;Como son de distintas aqui las opinio nes! Todavia una breve anotacién sobre las teorfas de la suerdad (veanse artiba pags. 35 a 38). Se tiene la impre- siéndeque la teoria consensual dela verdad, atin actual- ‘mente, ¢scuefia del campo de batalla. Pero las voces que le disputan este puesto a la teorfa del consenso son cada ver mas numerosas. Que la teoria dela correspon- dencia con su vaga formula de la adecuacién es impre- cisa y hasta aporética (:qué significa intellectus, qué rs, qué adaequatio2), dificilmente podra contradecirse. Pero,y este es hoy el concepto de no pocos, la teoria de la correspondencia es el punto de partida desde el cual deber’ levarse al problema de la verdad (cuando no se interpreta ingenuamente que el intelecto debe conocer el objeto tal como él es en si—lo que nadie ra- zonable hace, pues casi todos saben que nosotros siem- pre podemos tener solo una imagen del mundo) Ruseit afirma: “For the present we ask only. What is trutht...not. What beliefs as true2... 1s very important, Epilogo a la segunda edicién alemana: 10 keep this different questions enterey separate”®, y tame bin Prince: What do you mean by tober being sucha thing «as Trail? You mean that something isso. Todavia un hom bre ilustre, Wirrcensren: “en la pintura y en lo pinta do algo” debe ser idéntico, a fin de que la una pueda ser imagen de lo otro, También Taxski parte de la teoria de la correspondencia y se esfuerza por precisar Ia condicién de adecuacién en cuanto destaca correccién formal (ninguna contradiccién)y adecuacién material Porren de nuevo se apoya en Tarski al intentar del mismo modo precisar la teoria de la correspondencia; Jo que él llama verdad es la coincidencia entre la rea- Tidad o la cosa misma y la dimensién lingtistica (cl co- nnocimiento}®, Que ya en ARISTOTELES y en ToMAs DE *Citado conformea WeincaxtNen, Wabrbeit en Handbrach twisenshafsrbeoreicher Begriff vol. 3, 1980, pi, 680. Prince, Collated Papers vol. I, pig. 135. No ha de des. ‘idarse en esta oportunidad lamar la atencin sobre la creciente influencia del pensamiento de Cuan S,Pince no soloen la filosofia sino también en la filosfia del derecho contempori- Sobre esto hay, hasta donde veo, dos nuevos fundamenta les ensayos: el de L. Sciumz, que ya habia citado en el texto principal, pig. 3, nota 72y pig, 39, nota 85 (en iltimo lugar también una reerecnia aun trabajo correspondiente mo), como Peirce and Lax, Issues in Pragmation, Legal Realism, Seiotig ed por Roberta Kevelson, New York, Bern, Frankfurt/M, Pats, 1991, * Wirraeasteny, Tracatas 2,161 2 Mis fuentes de informacion son en parte Pustet, “Wahi ‘eit, en and philsophischen Grandi vo. 6, 1974, pigs La filsotia del derecho en la pasmodemidad ‘Aquino pudiese leerse algo analogo, no sorprenderi a ninggin iniciado. Por lo menos, en un sentido negativo, la teoria dela correspondencia es punto de partida de todas las otras, teorias de la verdad, es decir, que solo considerando, estas, aquellas pueden alinderarse y explicarse. Hasta qué punto luego se aleja de la teoria de la correspon- dencia, es un problema aparte. La principal objecién contra la teoria dela correspondencia en este respecto s,como queda dicho, la formula de adecuacién que se ‘ye como demasiado imprecisa, Como PuNtEt-expone, se intentari evitar por eso laexpresién ad aequatio, para colocar una formula en el sentido de a semantica:‘p' es vverdadera‘p’, esto es, “la oracién, ‘p’ es verdadera solo ‘en caso de‘p’. Sin embargo, este es un truco con el que uno no debe dejarse deslumbrar. Con razén afirmé Punrat sobre esta clase de argumentacion, que ella sencillamente solo distancia la problemitica. La for mula de adecuacién como tal es exactamente tan irre nnuneiable como insuficiente™. Se podria volver de nuevo y proseguir todavia acer- «a de otros problemas que he tratado en el precedente escrito. Pero esto significa casi afiadir un segundo tra- bajo. Ast que se debe dar por terminado con lo ya di- cho. 1649 y ss; Weingarner, nots 20, pigs. 620 ys Sobre la totali- dad vase también Pure, Walruistivorin in des neweren Pir sophie, 1983. * Poxrat, Wabrhet, nota 25, pig. 653, Epilogo ala segunda edlicion alemana Como conclusién, falta solo repetir otra vez, que decididamente no venceremos los actuals pgantsvon problemas con éticas formales o matematicas. ; Nosotros debemos, siguiendo el modelo de Hans Jonas", es proyectar una cca del futuro y una filsofta del deeb del ure Neetamos una ean Pon fia del derecho para las muchas generaciones que (es de espera vendrindespus de nosotosy con ell no solo profesar un amor al pr6jimo, sino nada menos que tam- bien un amor al ljano?, a Esuna cuestién inquietante la de saber sla filosofia ya filosofia del derecho hoy de nuevo se agotan en Juegos intelectuales formales y con ello otra vez fraca- san, como ya, para su vergiienza, en la poca moderna fracasaron en repetidas ocasiones. Jou DsPriep Vr ve : entwortig Veeck Picnic Lato, BO pag gto ™ Daciidametcenl seri deun de eal fe se ba manifvato Tos “Toda dete haces sabilidad”, en Natwrrecht, nota 17, pigs. 184 y ss. a 1949, pigs. 484 y ss. ee

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