El viento surcando la habitacion, revoloteando de esquina en esquina, palpando su alrededor
como roce de los cielos a la realidad de la tierra, el contacto de lo divino con lo mundano. Una habitacion vacia pintada de blanco con solo esquinas de lado a lado, con la mera excepcion de una pequena mesa de cafe adornando el centro que si no fuera vacio de otra forma de la habitacion blanca, y en ella posando su esplendor se encontraba lo que aqui sera el angel de porcelana, esa preciosa pieza decorativa que aunque innanimado lleno de vida se encuentra, con un acabado y nivel de detalle que daria la impresion de ser traido de los propios cielos como un regalo, y bien podria ser el caso, pero no tendria relevancia en su destino que si bien natural es la tragedia en la vida, nunca deja de chocar en los corazones de todos en estas cuatro esquinas. Que hermoso dijo el viento al ver el pequeno angel de porcelana, que obra mortal tan explendidamente inmortalizada del arte en su faceta mas hermosa. Aun no lo veo pues ojos no tengo, mi vison es el tacto de mi ser, mi toque frio y placentero, mi transito constante en la vida y la muerte. Se que aquella obra alli se encuentra pues las esquinas solo de ella me hablan, que sublime son las historias de este angel de porcelana que frente a mi se encuentran, debo de sentir esa perfeccion de primera mano y quien mejor que yo para hacerlo. El viento precepitoso por encontrarse con lo que puede ser definido como el destino fortuito de la vida o la existencia misma, en este encuentro del viento y angel mas que descenlace tan tragico termino todo sino fuera que el propio entusiasmo del viento resulto ser el final de aquel bello angel de porcelana