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Observemos el problema politico moderno por excelencia: el problema de las relaciones po- sibles entre democracia y socialismo en los paises de capitalismo avanzado. Qué luces puede darnos al respecto nuestra doctrina clé- sica? Para limitarnos a Lenin, él nos deja un conceplo de democracia que se identifica pun- tualmente con el de “dictadura del proleta- riado". En El Estado y fa Revolucion nos dice “.,,en un cierto grado de desarrollo, la democracia en primer lugar une contra el capitalismo a la clase revolucionaria, el pro- letariado: y le da la posibilidad de hacer des- oparecer de la faz de Ia tierra la maquina del Estado burgués, aunque sea burgués republi- cano, el ejército permanente, la policia, la bu- rocracia, y de sustituirla por una maquina més democrética constituida por la masa obrera armada, y luego por todo el pueblo que participa én la milicia. Aqui la ‘canti- dad se trasforma en calidad’. Llegada a este grado, la democracia sale del cuadro de la sociedad burguesa que comienza a trasfor- marse en sociedad socialista” (pag. 28) Sin embargo, cierto es que la democracia no escapa del cuadro de la sociedad burguesa solamente con la dictadura del proletariado [.. .] (pag. 29), Y tanto mds facil seré nuestra tarea cuanto més claras tengamos las razones especificas, historico-ideales, por las cuales una democra- sia que tienda hoy al socialismo debe distin- guirs2 de la democracia parlamentaria 0 po- litica (pag. 31). Galvano della Volpe aie HISTORICA Clave de la dialéctica historica aly TH LA bial ELAVE De BIBLIOTECA DE ENSAYOS CONTEMPORANEOS CLAVE DE LA DIALECTICA HISTORICA. Biblioteca de Ensayos Contemporineos 1 1, Calvano Della, Volpe Glace te la diléctica histérice 2. P. Tosatti, C. Luporini, G. Della Volpe, U. Ceroni, J, Te Desanti, N. Bobbio Gramsck y ol marsiemo 8. Guy Bese Practica social y teorla marsiste del conocimiento 4. N, Badaloni, L. Collett, G. Della Volpe, C. Luporini, Pach M, Ross Debate sobre marxismo contempordnco En preparacion: Jean T. Desanti Fenomenologia y_ motertaliemo dialéctico Layelo Collett EL maraisino como soctologia Galvano Della Volpe Humanismo prsitico y emancipactin marsista (Marsisino y alienaciém) L Althusser, G. Besse, Re Caruudy, C. Mury Sobre la diléetica moterialista ConeseWés Promeias (serie menor) 1. Roger Garaudy Tatroduccién a la metodologia marxista Fema oe couscoibx (en preparacién) K. Marx y F. Engels Obras fllesdficas completas (12 tomes) ‘Titulo del original en italiano Chiaee della dialetiica stories Dabliendo. por Samoni o Savelli, Roma. JUACY Race, Scxanwerrs Vierono Nano | ‘Tapa: Oscar Diaz | © Hater Peto, 1965 ! Snes 1610, Basics ics, Arzntinn, Se Ie eee mca ey 12.72. Hecho dee ding Piated. Argent, La reproduceiin parcial o total de i fea obra, en cualquier forma que ses, viola Gerechos reservados. Cualquier wtizacién debe set previamente soliettada. ‘Versién, comreyida y notas (Indicadas con asterisco*) por ADVERTENCIA EDITORIAL Este libro contiene «los estudies publicados en Rinascita en oportunidades diferentes. EI primero de ellos, Sobre la dialéetica, que constituye Ia primert parte de este volumen, tene su origen en und po Témtea sobre problemas actuates del marxismo desarrollada ‘en las paginas dle Rinascita * entre fitésofos ttallanos. La segunda parte, Clave de la dialéetica histérica, es ta intervencién (publicada lego en tun volumen) de Della Vole pe a un Cologuio internacional de estudios organisado por el Instituto Gramsci de Roma. Este libro contiene una unidadl total, pues, como el mismo ‘autor lo sefla en una nota, ef segundo ensayo desarrolla ty se “suelda” ampliamente con et primero, atlquiriondo ast este volumen importancia. capital en la obra dellavolpiana, ya. que es considerado por su propio autor como la eulmi- naciéin tedrict de veinte aiios de estudios. En la traduceién se han respetado puntualmente la pre- cisidn conceptual y Ia terminologia propia que utilisa Della Volpe, enviando a pic de pagina las aclaraciones necest- rias para una comprensidn cabal del texto, + ae det on pnd gamle can ly Dele te ‘arti contemporénen (Bataloni, Collet, Della, V parc contempereaa e Eknal ton (8) eM _ SOBRE LA DIALECTICA (una respuesta a los compaiieros y a los otros) 1. La Inmonveady pe 1857-1858 Este discurso parte del capitulo tercero, dedicado al “mé todo de ta economia politica’, de aquella Introduecién (2857) a los Elementos de la critica de la economia politica (1857-1858) de Marx* que atin cuando incompleta y péstue ma ha sido reconocida como “importantisima” también por mi principal contradictor, el compaiiero Luporini, Veamos hhasta dénde puede levamos este superlativo, si es razonado y justificado (superlative singular de parte de un contrae dictor de Della Volpe*).. 2 Sigo tambiéo para la datacién y el titulo de Ja obra a Ia oval pertenece la Introduccién (1857-1858 en lugar de 1859 y Bleantog [Grundrise) de ta critica de la cconomte politica en kugar de. Pant fa critica de lu economia politica) el texto critico del Instituts. Malte Engels-Lenin de Mosc: (1999), reimpreso en 1953 en Tielin po Dietz Verlag (véase el Prefacto de los editares rasos). Se enticinlt que también ta fecha de la Iniroducotdn cambia: Y8ST-1808 4 Me sar de 1857. > Véase: Galvano Della Volpe, Lozica come sciensa poulun, Iih G. D’Anma, Messina-Firenze, 1956, pp. 185 ss y “Para una meluloe logia. materialist de Ia economia y de las discipliaas tories genenl", cn nuestro Rousseau y Marx, Fa. Platind, Boonie vp, 07 ss. 12 cALWANo DELLA VOLE Si por ejemplo —dlce Mars eximinamos Ja categoria eoanéinica de produceién, debemos saber que su cardctes general o comin ¢3 algo articulado o complejo, que se di. ersifica en numerests determiniciones, Algunos de estes ‘lementos son comunes todas las. épocas, otros solamente: f algunas, Pero como las lenguas mis desarolladas thenen eyes y caracteres en comin con aquellas menos dese eras -y precisamente lo que constituyo su “desarrollo” 2 Iaguelo en lo quo se distancia del comin gener st 18 ‘Cuncteristicas econdmicas “generales” leben ser “conside- qadas aparte”, vale decir distinguidas, a fin de que no set loidada, en favor de la “unidad” 0 uniformidad © generali: dlad, la “Aiferencia esenctal” 0 especifica. En tal “olvido” fonsiste 1a presunta “sabiduria” de los economistas (Tus gueses) que se esfuerzan en probar Ia “eternidad y armonia ae las condiciones sociales existentes”. Tales cconomistasy por ejemplo, explican el capital como una “general y eter eernctén nataral’, To cual es cierto af dejamos a un lado el earicter expecifico” que hace de un trabajo acumulade wh capital en sentido “moderna”. En suma, ellos tienden “confundir y climinar todas las diferencias histories, 0 568 ficas, Beco de tal modo ocurre que (véase por ejemple John Stuart Mill) al representarse “la produocién [- j ‘como sujeta aJoyes eternas indopendientes de la historia’. en tal gcasién “las relaciones burguesas [de produccién] ‘ienen. por bajo cuerda interpoladar cuales inmutables leyes vraturales de la sociedad in abstracto, es decir en general: ¥ de alli que eaigan continuamente en “tantologias” no mo: ramente formales sino reales: “Toda produccién es apropias Gién de la naturaleza por e] individuo, dentro y por medio ‘Ge una determinada forma de sociedad. En este sentido, tuna tautolologia decir que la propiedad [— apropiaciéa] fe una condicién de la producciin [— apropiacién). Pera: ‘es ridioulo saltar de ahi a una forma determina 0 ida deo la Piedad privada [moderna, burguesa] ”. on te decir que Marx entiende: 1) que es una conclusién ridfeul : rdicula, ya que es vana, defi nit aquella determinada, especifica, histériea forma de pe que es Ja Eee ‘urguesa, diciendo que en ella es propiedad, apropincién es condicién de I produccién o apropiacién, cayendo de tal manera en a tautologia de fo real a explicar; 2) que tal conelusién, van at , vana en cuanto tautolégica, Pox coins eal one opin devia soprn ivo no es mis que la conseeuencia negativa (risultato- ontrappasso) de wna hipdstais: es decir, In de haber por apriorismo sustanciatizado, 0 sea asumido como realidad, oa ‘ea muy abstracta, tal como es el genérieo concepta le produccién ccmo apropiacién de Ja naturalezn de mae nera que 61 agote en sf también a la produccién moderna, ae trascendiendo asf las eapecifieds caracteristicas de sta, Es en suma el resultado, como dice Mars, de haber interpolado, 0 sea sustituido, el sentilo expecifico de las oe burguesas de produccién con otro sentido lo mis oe ate de pales del que hicimos referencia arsiba, preconcebido como ley natural et Bid comma br abies; a 3) que tal consecuencia ippesso) 0 negativa (risultato-contra se osiees € hipéstasis es 1a prueba del cue fico, de la objetividad de la reali i Giro, jetividad de la realidad con sus contradic. Es preciso ahora —contimia Marx— segui Bem ontinia Marx— seguir un método “cientificamente correcto”: ante todo proceder con abstrac ciones (sin las cuales no existirian pensamfentos ni conoci- ® Véase ea In Locica come selenza Peis: ot. Lastee come wena poetic; el ety p 14, ol 1d cAtwano DELLA vourE rientos de ningin tipo) partiendo de lo “concreto’, del sujeto real", que es, en este caso, una “determinada socio ad” histécica. Mas si bien el “concreto” es el efectivo punto dde partida de la observacién y de Ia concepelén, aparece sin embargo en nuestro pensamiento como un “proceso de Mintesis’, como un “resultado” y “no un punto de partidars Jo eoncreto es tal, en efecto, en cuanto es un “conjunto de rnuchas determinaciones [algunas generales communes @ tras épocas, otras especificas o propins de la experiencia de ta modernidad o presente; yéase ol comierzo do esta nota], es decir, unidad de to méitiple”. Si por ejemplo, para explir tar el completo proceso social de producotén partimos do Ia poblacién como su base, sin tener on cuenta vordadera- mente a las “clases”, es decir, 1os elementos historicos espe- cificos, presentes, que la constituyen, en cuanto trabajo asalariado, capital, ete., y comenzamos con wna “represen tacién edérica de la totalidad” y Hegamos, mediante wn anie Hisis gradual, « conceptos cada vez. mis simples, haciendo asi partimos de un ‘conereto imaginario” y nos olevamos cbsteacciones “cada vez més tenues” o generdles, hasta al tcanaar abstracciones simplisimas dl tipo de In divisifm del trabafo, la moneda, ol valor, ete. Esto es of método seguido por Ia metafisica (0 apriorismos) de la economia polos urguesa: “método mediante el cual la representacion plena se volatiliza en la abstracta [en sentido peyorativo] determi: nacién”. (Y entiéndase que cl “volatilizarse” de la represen tacién no significa para Marx un Kantiano vaciarse de ella, sino el ser “caético”, “‘imaginario”, imdistinto, sw contentdo, significa que lo que se volailiza en la definicion abstracts apriorisa, es el valor cognoscitioa de la. representacién, ‘1 contenido, la materia de ella, ¥ esta presencia quand-me- wnencia del contenide o materia en el coneepto a x el contenido vicioso, ‘me o perma toda costa, atin, sabemos, a costa de ser some LA weauhonen 1 subrepticio, indigerida do Ins tautologias reales, antes ale das, as que se explican, veremos ahora, con Ja necesidad Aa helo metiicocontoabstaci-cmerea ) toro si —continua Marx Iegados a las abstracciones mA simples, del tipo de la division del trabajo, et valor de oe. ete, “volvemos a hacer el viaje a la inversa, hasta de nuevo con la poblacién” y “esta vez no con una no- cién sastica de un todo, sino como una rica totalidad ie de muchas determinaciones y relaciones", es ir (entiende Marx) tomada en su carter histrico pre- sente, haciendo ast segoimos el “método correcto’, por el ual “las definiiones abstractas [pero no ya ‘en sentido por mis aprioristas, estando fundadas en el com inue “retorno” a lo “concreto” como tal o “unidad tiiltiple”} conducen a la reproduccién de lo eed ee el pensamiento” (y sabemos que sin definiciones o bstraceiones no bay penstmiento ni conocimiento de nine gin tipo). “Iusién” de Hegel fue “concebir lo real como teultdo [.--] de wn pensamiento que se moeve por a en si mismo”, alli donde “el método que consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto no es sino la manera de pro- ceder del pensamiento para apropiarse lo concreto [o real], fred deproduchlb zocatalmente como cosa concreta’, db tall ae “las leyes del pensar abstracio que se eleva de lo simple a lo com [o concreto] ae wplejo [o cor 1] responden al proceso eo bien, esta puesta-a-punto histérica (experimental) eategorias (econémicas en este caso), en que 50 resuelve el método del efreulo concreto-abstracto-conereto, no significa en absoluto, entiéndase, que se deban aceptar las categorfas “en aquella sucesiin en las que fueron facto- res determinantes en el curso histérico”, pues esto seria 4 Véase ol chotlo metélco matericraain 1 pote lado nonlin de ln materia cn Lag come een’ portion “inoportuno” y “erréneo” [y por consiguiente ol simple andlisis historieo" del que habla el amigo Paci a propésito de la “gnesis de Jn situacién presente”, esti: muy lejos de fer suficiente para Ia solucién marxista, matorialista, del problema, capital para of método, del sentido de ta relaciom presente-pacacto, de la cual depend el sentido de la relaclon Ppictica presentefuturo} sino “su orden en que se suceden Ty halla determinado mas bien por la relacién que tienen tuna con la otra en la soctedad burguesa moderna [0 sea, presente): orden que ex exactdmente lo inoerso de to qe fece ser sn relacién natural o de lo que corresponde al brden [eronolégico] de su evolucién histériea”. Por eons guiente, “no se trata del lugar que Ins relaclones econdmlets ‘eupen histéricamente en In sucesién de las diferentes for ‘mas de sociedad” y “menos atin de su orden de sveuencia wen lt Idea>, segin lo eatiende Proudhon” y més profun- damente Hegel (véase la Miseria de ta filosofial). Se trate ff de “su orgénica conexién dentro de la sociedad burguess: ‘moderna’, Como ya se ve en In claboracién “corrocti’, ejentifiea”, aumque esquemitica, de las categorins eeond micas burguesasmodemas del trabajo en general (0 stn pihrcse) y del capital. En cuanto a 1a primera, obsérvese {que s6lo cuando “el trabajo se ha convertia, no sblo en el Pensimiento, [de Adam Smith] sino en Ja realidad, en ya fnedio de producir riqueza en generat” y un “estado tal de ‘cosas se ha desarrollado en grado sumo en la més moderna sociedad burguesn do los Estados Unidos de Norteaméria’ walk Ta abstracetén que es Ta categoria: trabajo-en-general “resulta por primera vez. pricticamente verdaders’— sblo ‘entonces la categoria (o teoria) smithiana del “trabajo sans plirase” deviene el “punto de partida de Ya economia mover fa’ y elimina las precedentes categorias o teorias del trabs jo (tanto ol “trabajo agricola” fisiocritico y ol “trabajo-er Iocahamfacturao") eorsponiene, «a efecto, Ia “nas epi do tj, ninguna de as el prado Ina gt Eto significa ques valor de antecedent his légico ~y no de simple precedente cronolégico— dal modemo capitalismo es instituido solamente por la ea dad de “conexién orginica” de esa miele pe ‘dentro de la moderna sociedad burguesa", 0 sea con los Problems (“outocitica de la sociedad burguesa") que’ eb Si iain Ta’ axporioncls 0 prevents da Git as OTT minos, est instituido por la homogeneidad de la soluctén smnithiana con Ja problemdtica més moderna del eapitalismo, Y Dor consulate por s fncontdad paral seusin a es Bere at ~coneluye Marx "la abstraceién més simple, Ue setae que Ja calminacién de la moderna doctrina ict, y que expresa una relacién bien antigua y valida Para todas las formas de sociedad aparece sin embay 7 ste po _ tipo suyo de abstraccién [histérica, on as ] pricticamente verdadera: como catego= tis dole sociedad més modera vale decir que “el ejemplo Ba isbn nox rues dena manera clara ofmo hast Bs cen dsc moneda eae fe su naturaleza abstracta—, para to pees, son, ro obstante, por I dearyenotlp de ae raccién igualmente el producto de relaciones hist6ricas y Be plena validez sélo en relacién con estas y en el dmbito de éstas”, ¥ asi —ejemplifia Marx a propésito de Es Salar reine ay hyerecinfeg yee 6 tala pueden Sr eppnndar ¥ sade opacment ale Smid yt, y Ginnie’ alas pra Torta am cone ee te, mo cra corcarete Lacs, ona sri, qve spertencs tae sr(f ees, The tay of copa detent version castellano: Teo Pee aeeen sins, Teta del doar copie, Ea 18 caLvANo DELLA YOURE fundamental en la economia del ma ‘en su for- Tnbisn el opie, exeeptuado ol monetario tens, Bay es racicloua ‘Gauss productive, el cardcter de propiedad de la tiera, mientras “on Ta sociedad Burguese sucede lo contrario”, en la que “la agricultura se oes eacda vex més en simple zama de In sndustrla y os dominada completamente por el capital”; esto es por saa acne prevalecente que ¢5 “el elomento sodlal prodichlo hist, mente”, Por ello “no se comprende Ja ronta de In t ee el capital, pero si el capital sin In xenta de la torn i ap tal “debe constituir el punto de partida y el punto fly d . bbe ser explicado antes que Ja propiedad de la van Jo después de haber consierado separadamente el uno y 1 otra, hay que estudiar su relacién reeiprocd” (y aan es dado ver e6mo el sentido de Ia relaciin presente pasa & dietado por un orden “inyerso” 0 en suma ee quel cronolégico de las categorias es ante Jorque es el orden escogido por la moderna Pee sanatdad ee ° coonidad de la experienc, 1 capital sente necesid aemtender, en el caso en cuestin, el fendmeno de para poder explicar a fondo la renta y todo ol resto: pero vyéase el parigrafo 3, puntos c y g 3). 2 Conmanicci6x onjenva ¥ pIALéCrICA Esto ¢s en sus lineamientos principales y con el minimo indispensable de esclarecimiento, el tronco de la ee Gién del 1857-1858. gual es el sentido Tatente y eee de este esbozo del metodo de El Capital y del materialism hiistérico conjuntamente? La extraordinaria importancia sone 1 puanbonea 19 Jas cuestiones que plantea (y con él la Critica de Ia que sitve de introduecién) no ha escapado a la Gran enciclo- pedia sovidtica, que en cl engelsiano término de Didléctica ice que “el método Iégico de Marx en su critica de la eco nomfa politiea no fue més que el método histérico, despo- jado solamente de la forma histérica [pero Iéase: cronolé- ica] y de toda accidentalidad perturbadora [Iéase: irracio- nalidad]”, Una explicacién estremadamente inadecuada por- {que deja en Ja oscuridad el sentido y Ia importancia de la “accidentalidad perturbadora”, es decit, de lo cronolégico- frracional que deberia climinarse en y por un sano método materialista, ZEs quizés necesario eliminar todo elemento ‘eronolégico? Evidentemente no, si se quiere evitar Jos peli- Bros del método hegeliano, verdaderamente demasiado exen- to (intencionalmente) de “accidentalidades”, perturbadoras © no, a pesar de su pretensidn de ser método de la dialéetica histériea (el defecto de Hegel es el de haber concebido esta Altima en los términos de un sistema de conceptos puros, sus “opuestos”, mientras su mérito, que nunea debe ser ol- vidado, es el de haber planteado el problema de la relacién, ‘orginica de razén, 0 “conciencia de la contradicciGu”, y ‘curso histérico). Y entonces, cwéles elementos (0 prece- dleutes) cronolégicos deben ser eliminados y cémo? En otros términos, gc6mo conciliar la historicidad sustancial del mé- todo con su no-cronologicidad o idealidad, o sea con su ser, sin embargo, método Idgico? (Cuestiones que suenan extra- has, © peor atin, € inevitables, para la mentalidad marxista todavia ochocentista, hegelianizante cuando no evolucionis- ta o hasta una y otra cosa conjuntamente. Pero asf nos Parece que se pierde gran parte de la originalidad revolue Gionaria del método materialistahistérieo y de su concep- ‘eién del mundo.) 20. cALVANO BELLA VOTE UN BsQUEMA DE RESPUESTA va bien, una tentativa de respuesta, on los limites do ES ie, ‘1 las cuestiones arriba planteadas, puede set yuematizada como sigue: fis) que, asumido para evitar el inconveniente hegetlana de las hispéstasis, el método del efreulo concreto-abstracto= concreto (0 sea de nie «peat ibstrayente-reproductor (de lo real), que se express en seer ya on todo pensmiento que s rexpete= a 18 Diigqueda de razones 0 causas: do To eonereto-espectfico del ual parte en este caso, y que, siendo esto puntode-partida Xo presente, cl resultado de un proceso histérico, la bibs queda de razones 0 causas se puntualiza como bisqueda de Fitocedentes histéricos 0 sea de lo que alli existe —en este resultado que es lo conereto como presente punto de par tida- de “genérico 0 comin a otras épocas” que debe ser preliminarmente “separado” o distinguido ~como proceden> te- del presente problemético por su especificidad o pect Hiaridad (debido a lo cconémico o material @ disereto que: es la infraestructura); a wl ue, sin embargo, ya que n0 todo elemento cronolégic ees puede ver antovelente-causa 0 anteoedente his- brico del presente 0 especifico sino que sélo lo puede ser aquel precedente que no sea accidental para el presente y ‘sus problemas y sea, por tanto, antecedent ldgico del com secuente-presente (que como veremos deben trasmutarss: pricticamente no en erénica sino en historia futura), de all 6 deriva que el método de este pensamiento del problemé- tico presente —que esti a la biisquetla de antecedentes: ‘causas o razones de ello para resolver su problematicidad— serk método légico adecuado a su fin s6lo siendo, si, método histérico despojado de elementos cronolégicos precedentes, Some 1a mraLientca 2 mis no indiscriminadamente, sino sblo de aquellos elemen- tos cronolégicos que son efectivamente accidentales 0 sen no-esenciales ¢ irracioncles respecto al presente y que en suma no concurren a explicarlo ni son por consiguiente homogéneos a las soluciones de sus peculiares problemas; 16) que, en consecuencia, este método de pensamiento del Problemético presente es un método de climinacién de los precedentesirracionales y por consigniente de eleccién (w “orden inverso” diferente) de los precedentes que son valle os como antecedentes logicos y, por tanto, histéricos del consecuente-presente, que en cuanto tales los uiliza y por tanto los desarrolla y trasforma al convertilos en notas de aquellos conceptos o criterios que tienden a resolver sus Peculiares y nuevos problemas; @) que cuanto precede comporta: 1) que los criterios usados por tal método de pensamiento del presente son abstracciones “determinadas” en cuanto vAlidas, sabemos, en el Ambito de las “relaciones histéricas” constituidas por el presente-especifico y sus causas (no son lo “imaginario” de la Razén pura!); son, por consiguiente, conceptos histé- ico-ideales (cl “trabajo”, etc.) y por tanto cientificos ya, en cuanto estin ausentes de las indeterminaciones 0 gene ricidad de los conceptos metafisicos; 2) que su cientificidad se especifiea en su capacidad de valer (por su osigen yy irernos, vocactén histérica) como criterios experimentales ¥ precisamente como criteriosmodelos de la accion y del evento siempre determinados por definicién; en suma, por su capacidad de valer como aquellos eriterios operatlvoy presentidos por Marx en las Tesis sobre Feuerbach: porque si es verdad que “es en Ia prictica donde el hombre debs probar la verdad” de sus concepciones (segunda tesis), y jf ¢ cierto que lo que importa no es, como han hecho histi ahora los filésofos, “interpretar” el mundo sino “cambjarlo? 22 cALYANO DMLIA VOLPE (undécima tesis), entonces los criterios 0 eonceptos o abs tracciones que responden a tal fin no pueden ser abstrac- ciones indeterminadas 0 genéricas 0 a priori (sedicentes) ‘meta-histéricas y, por lo tanto, “forzadas’, sing sblo abastra- ciones adecuadas a la historicidad y determinacién propias de la prosis (que es la ‘nica que puede cambiar e} mundo): vale decir, abstracciones prdcticas u operativas en cuanto determinadas; 3) que la cientificidad de tales abstraceiones se revela totalmente en su caricter de hipdtesis, vale deci, fen ser su normatividad (de criterios, o sea de eriterios de valor) no categérica 0 absoluta como aquella de las hipos- tasis sino hipotética y relativa en cuanto expresa instancias histérico-racionales: y su validex. 0 verdad verifieable con- siguientemente por su resultado histérico (ef, Lenin, Mate ridlismo y empiriocriticismo, Il, 6: “ya quo el eriterio de Ia préctica, 0 en otros téminos el desarrollo ocurrida en todos fos paises capitalists durante estos sltimos decenios, de- muestra Ja verdad objetiva de la teorin econdmica y social dle Mars, en general y no de tal o cual de sus formulas, ete. tes claro que hablar a este respecto de «dogmatismor de Jos marxistas es hacer una imperdonable concesiin a la vale decir, a una economia efectiva- economia burgtiesa”: ‘mente doginitica en cuanto especulatioa o contemplativa); esto y no otra cosa es el gelilefsmo moral del marxismo, ya implicito (es pacciso no olvidarlo) en las Tesis sobre Feuer- bach, y luego aplicado en El Capital a Ia critica de 1a eeo- nom{a politica % * Pero, no basta, Y par persuadir ~aobre este punto en el. que sigafizativamente se concentia el deacontento de los cxiticos hege- ener al galleiomo moral de Marx es mucho mis que wn im Hetie ‘ravlado debo remitir al Tector a cunnto sigie: a) al nuevo encuadramiento del maraismo en la historia general del vento, que de resulta (estoy obligado a la avtoctacién): eatibdies no dogmatica no puede dejar hoy de partir de la erties vonilite marsiana de las stuistifcaciones+ de Ja dislética apron SonME LA iAtiicric 23 @) que, sin embargo, es obvio que Ia taclones cine no tenen nee de repatibe (adore cia de los concoptos 0 leyes o tipos de las cienelas nature les); €5 obvio, puesto que se trata de abstracoiones histéris as en su contenido y en su fin y es sabido por todos que To Giue cs histxioo no se repite jamés, o sea no se represents ‘munca en forma idéntica (alarma bastante superflua la del compatiero Badaloni, al que ruego me indique en endles de this eseritos se encuentra el término “repetible"). Pero es Presto también exlcar (com que tampoco ext vez hacen viva coniraditores) aque porcetae de permanente 3 pr ll de normativo que pseen (en lito, por cierto, le determinadas “relaciones histérens”) Tas mencionadas abstracciones (tales, en tanto abstracciones) y que es btra parte lo que las converte en criterion modelos 0 tipo, ete. Todo lo cual se explica por Ja continuidad del pasado FE a Caren), « met dn nines co a eects a a eer ee eee ol eee Permeee dialéctica, 9 sea utoheterolégica. a ee oe cee a es ete ee ne ae Bie, gee arr oe ost apepep ieee epee! fencers ey aor ear Be ok tte cea ee joe corolarios que de dl decivan: “[...] todo scher es plonela Ube sendin belts aie Tange TS le t eee OS ocr eat ae Gok syn oni ona rate aaa ice Depp peso io Joe fa soon ae Wessel, pron cel ad bl cas ey tes eee ele, Cae eee fea acre tans Secs ol ga ee A ee A cALWANO nexzA vOUrE jstbrico en funcién dol presente histérieo y de sus proble- ae ae visto arriba (y es augurable que ni — Jn gombra do la tan cémoda teoria de una especie de hero tismo de la historia, debida a los Rickert-Croce y a Bergson, etc., haya influido en las polémicas intenciones de mis eriticos, especialmente de los compafieros); #) que, dado Io precedente, deberia ser esclarecido tame ign el sentido de ln contemporaneidad materialista o sea préctica de la historia (sentido ya implieito en b) como un procducir historia futura mediante Ja realiznclén de Tas ins tancias de un presente que resume y desarrolla en si la historia pasada, a cuyo respecto es bueno precisar ym guiente; 1) que la estructura de tal contemporaneidadl his- térica estd eonstitulda por los mencionados criterios-modelos fen enanto son abstracciones 0 conceptos 0 géneros histiricos i les; (© determinados, y operatives ¢ hipotéticos y no-repetibles; 2) que ello est comprobado por una ripida comparacién per los chechos» y relativa repuxnancla baconiana por lax Mipdtesis 0 Pitat (ouens y Mars ed cis pp. 187-138 y wie la Logtoa come Sime put sp, V}. “Bran sons premlas el ti de Ie ffs mo, Matra circle aria In niin Se ho ttc Seeman sh 9s ato mes One tm mt pe to dpe y cov tla ona tna de ode por lo tka ‘una definida concepeiin del mundo— lo puede sostener slo un sty ntalhs Poet Esco an athe Ima de imitrex are apt de, cea Saget putea rei Ht ge Roar tee ara eat ro Vico tem Lig r edit, 140 y 0a Cen dal ut. a lo gue Tatas sgn oboe ean Sete de yc trim pote opucta ni eco “iro el emico fone, Sint ss emt» eee fl de Cat See ttn eit ot Pew Srt de hice ina ee naa descr em Mondo 04 steel uc fol mos [Ha exponcin dela tea “indicts” de Paci el Be Cdr a or ue se seis Dal Vals, inca oa ‘ise Belts ie atmo omemrines (don, Ce Bally, Laan, Pach Hows) pbc en a misma Mela Waker Pte] con las concepeiones corrientes de Ia contemporaneidad Histériea, aquella hegeliano-creciana y la sedicente mato. Tialista de Lukics Sweezy (trafda a colacién por Pacl), Bu To que respecta a la primera concepeién, es preciso anotar que, fundada sobre el concepto motaffsico del “eterno pro Bente” de la autoconciencia de la Idea —9 Espititu— enoies Fea, con sus hipéstasis o abstracciones forzadas, Ia historia, ‘Hegel, ayer, con la hipéstasis de la Libertad autoconsciente el mundo germano sistema del Idealismo absoluto, Groce todavia hoy, con la hipéstasis de la Idea liberal (“La idea liberal quiere la libertad para todos” pp. 30-1 de L'ideo- logia Liberale, 1944). Croce, por ello, se contradice profun- damente porque rechaza la conocida conclusién de Ia Filo. sofia de ta Historia de Hegel (“Hasta aqui ha egado Ja Conciencia en su desarrollo”) diciendo, al final de la Teorka € storia della storiografia, que Hegel “no tenia el derecho de decitlo porque su desarrollo, que de la inconsciencia de Ja libertad Negaba a Ja plena conciencia de ella en el mun- do germano [...] no admitia prosecucién” (como si la an- tedicha hipostatizacién o sea absolutizacién erociana de Ia Ubertad politica 0 democracia parlamentaria no vetase tam ign ella —dada la congénita indiferencia de esta éltima Tespecto a las instancias sustanciales de una democracia social toda prosecucién del desarrollo histéricol). Tales eriterios determinados y por lo tanto operativos en los que se articula Ia contemporaneidad materialista 0 préctica de Ia historia, provocan, pot definicién, la prosecucién del Aesarrollo histérico, Ia transformacién del mundo, como pot ‘ejemplo los criterios del “trabajo”, del “capital”, dela “lucha de clases’, la “dictadura del proletarindo”, la “democracia social”, Ja “legalidad socialista”, ete. (Véase més adelante el parigrafo 4). Eu cuanto a la segunda eoneepeién, aquella del “presente como historia” de Liukics y Sweezy, basta cbservar que deseuidando el problema do las raices del presente ella arriesga perderse en un presente abstracto, irreal e impotente. 2) que, en fin, cl problema a euya solucion tiene cuanto ede —el problema de la contradiceiin objetiva y de la Hialéetiea que la “reproduce” y ditige— puede ser afrontado fen estos términos: 1) retomando el concepto de que 10 concreto (histérico), por ejemplo una determinada socio: dad, aparece al pensamiento que de lla parte, como un proceso de sintesis, como un resultado, en cuanto €8 Eonjunto de muchas determinaciones, algunas en comén fon otras épocas, otras especificas del presente, ye ar consiguiente “unidad de lo miiltiple”. Al respecto debe ob= servarse de inmediato que lo concreto ha sido definido —en: fcuanto sede de objetivas contradicciones— no ya unidad~ dde-opuestos, o sea de tuna genérica diversidadl momentdnea, ‘como es a Idea hegeliana, que de si, unidad originaria Sndiferenciada, parte como Naturaleza, para rotomar a sf ‘misma como Espiritu, sino (ya que To eonereto Mistérieo 0 teal no es “racional” de ese mismo modo “itnaginario” de aquella manera) como Ta unidad de lo maltiple 0 diverse ‘efectivo (lo discreto que es 1a materia); 2) proclsando que afin cuando las contradicciones objetivas. son contradiecion nes diferentes, materiales, determinadas, historicas, y por 10 tanto Ta contradiecién objetiva es permanente y no transito- ria y aparente como la hegeliana, que no es mis, repitimos: 1o, que un “momento” de una unidad (Ia Idea) mfsticamens te preconstituida que asi como lo genera, lo reabsorbe— entonces la tinica dialéctica capaz de reproducir en el pene samiento la contradiccién objetiva sélo puede ser una diss éctica de abstracciones determinadas, o cientifica (y de la exigencia de una “éialéctica cientilica” ya babla Marx en 18 Miseria de la Filosofia), en cuanto s6lo este tipo de abstrac- siones es tdénco para descubrir y dominar las contradiecion nes determinadas materiales, y permanentes, de lo concreto BS red) (y Lenin abandona verdaderamente el lentalandl todo €0 los Cuadernos Filosdficos o hegelianiza al punto ee ‘esencia” de la “dialéctica” el “desdobla- me uno [por consiguiente presupuesto!] y el cono- eno de sus pares contador": 9) eonlnyenda ue a ialéctica cientifica es el alma de la contemporanei= nd peti de a isto, cya exten es eonstiida, sabemos, por aquellos criteriosmodelos operatives y n0- repetibles —o abstracciones determinadas— que een ae © racionalizacién de lo mitiple jamés defi Porque precisamente es siempre determinada 0 his térica, y producen por consiguiente una unidad progresioa Ea a dlcticn come sto ~ao nagar one Ae nent» crew cornu (a conta erolucién histérica). Es, por ejemplo, el concepto capltar an de “eateje en general” cb. (entre awe oo antes pos a trabajo) y convertido —dentro de la sintesis Hatiricosdel que el eteiomodelo marsiano del tra e S a ys ‘trabajo social” y “medida del valor”, etc., ete. 1a dite, seas om en la y es por la abstraccién , que lescubre, 0 “ri luce” i Eogretvantats ins coneediazons stjsves Beale ote Punto de vista Iégico, puede ser interesante comprobar —en fsta abstraccién determinada y por lo tanto intinament Baris prelercia de una idontidad 0 deternishate thutoheterogea, 0 sea racional, Comprobar, en sama, la confirmacién del circulo metédico de materia o un proceso que se desenvuelve entre el hombre y la naturaleza, Deciamos all: «Si examinamos fen su totalidad el proceso de trabajo desde el punto de vista de su resultado, ambos factores, el instrumento de trabajo y el objeto de trabajo se presentan como medios de produccién, y el trabajo como trabajo productivo ». ¥ en la nota 7 afiadjams: «Esta definicién del trabajo productivo, ta) com) resulta desde el punto de vista del proceso simple del trabajo no basta, ni mucho menos, para el proceso de produccién capitalistas. Esta tesis es la que hemos de des arrollar ahora. Mientras el proceso de trabajo es mero pxo- eso individual, se concentran en un solo obrero todas las funciones que més tarde [o sea: histéricamente] se sepa- ran [...] Del mismo modo que en el organismo natural la mente y el brazo estin unidos, en el proceso de trabajo se finan el trabajo intelectual y el trabajo manual, Més tarde, ‘estos dos factores se escinden hasta llegar al antagonisme y la hostilidad. El producto deja de ser fruto directo del productor individual para convertirse en un producto social, en el producto comin de un trabajador colectivo; 0 sea de un personal obrero combinado [...]. Por tanto, con el caricter cooperative [<= s-cial+] del proceso de trabajo se amplia necesariamente el concepto del trabajo productivo y de su agente, 0 sea el obrera productive [...J- Pero por otra parte el cocepto del trabajo productivo se restringe, La produccién capitalista no es sélo produccién de mercan- fas, es esencialmente produccién de plusvalia. El obrero no produce para si mismo, sino para el capital, Por ende, ya no basta que el obrero produzca en general. Debe pro- ducir plusvalia, Sélo es productivo el obrero que produce pluscalia para el capitalista, o sea que sirve a le autovalort zactén del capital [....].El concepto de obrero que produce no implica simplemente una elacién entre la actividad y et cave ne LA puattiones merdmica Al ‘efecto ttil de ésta, entre el obrero y el producto del trabajo, sing que también implica una relacién de produceién expe= cificamente social, de origen histérico, que le imprime al obrero el sello que Io rotula como instrumento directo de vyalorizacién del capital. Por eso el ser obrero productive no 5 una fortuna sino una desgracia. En el cuarto libro de esta obra, en el que estudiaremos la historia de la teoria [— Teo- rigs de Ia pluscalia}, veremos mis de cerca que la economia: politica clisica ha considerado siempre la produccién de la pluscolia como caracteristica decisiva del obrero producti- vo. Por eso su definieién del obrero productive cambia all éambiar sus ideas acerca del cardcter do la plusvalia” *, ‘Antes de pasar a Jos anilisis histéricos relativos, o:nteni- dos en las Teorias de la pluseatia, 1%, Tamamos la atenciéa on respecto a dos puntos del método en lo que precedi fen primer lugar, el rechazo marsiano a encerrarse en uh anilisis “abstracto”, o sea “independiente de sus formas his- ricas", de la categoria de la productividad del trabajo, ‘con el propésito de evitar las dofiniciones genéricas y conse- ‘enentemente viciosas que ya Marx habla imputado a los ‘economistas burgueses (en la Introduccién de 1857), quie- ‘nes, por ejemplo, explican el capital como una “relacién © K. Mars, Bl Capit, ed. Git, tT, ona. XIV, pp. 405-400, 2K. Man, Thecrion ber den Mehneort, 1 Tel, Dictz Verlaw Bern, 1826, pp. 1-876. Hemos tenido presente (ausque retedue Seeds algunos posajes) Ik reciente y buena edicéa italana de Ginrylo Clargett? Teorle aul pluscalore, Ea, Rivsiti, Rom, 1961, {Gue lene ventajas con respecto'a la anterior de Elio Conti pnbliced’s oF fnaudl; porgve ba seweide ~en m1 onen stdrieodialético Bato crigial sogin, la ediciin sovidtea (scbre la que, so ha Gikds ta Ue Diets Verlag), » 10 Is ovdenacidn “cronolégicn’, sible ERAE? perpetrada por Kauttky, que muectra una dlferenci abismal, Outten gue movecera, un eaulio sparte. Cabo. decnene tymblen Bi propesito'de la Haanada “cusrta parte (htérca)” de FZ Capital Ge clin ha sido. cempletarrente dercusdada en el reciente y an bl- dees ensiyo solve la Peoria « storia nel "Capitale™ di Mars, de Jean Gude Michaud, Midn, 1960. 42 cALWAKO DELLA your” natural, general y eterna’, lo cual es cierto si omitimos et “cardcter espectfico”, vale decir histérico, que hace del “trabajo acumulado”, “capital en sentido modemo”; 0 que imaginan la produccién [véase John Stuart Mill] como sujeta a leyes oternas independientes de la historia, en cayo aso las relaciones burguesas [de produccién] son disimu- ladamente interpoladas cual si fueran leyes naturales inmue tables de una sociedad in abstracto, vale decir en general” *: y asi caen continnamente en “tantologias"; en segundo Ine gar, la consecuente obligacién metédica de fundar toda teorla (econémica, en este caso) sobre la historia (de la teoria) o sea basindose en una anilisis histérico-dialéetico (como veremos) y articulindola, finalmente, en abstraccio- nes determinadas en tanto historicas: lo que quiere decir abstracciones “cientificas", y no de tipo metafisico (Ia “me taffsica de Ia economia politica’!) tales como las abstrac ciones genéricas 0 indeterminadas de John Stuart Mill y otros, antes mencionados. Veamos, pues, como en la historia de las Teorlas de Ta plusoatia se determina y justifiea esa “definicién” no “abs- tracta” del “trabajo productive” (capitalista), de la cual Marx parte en el lugar que hemos citado de Fl Capital. ¥ veamos ante todo ebmo las definiciones del trabajo y del obreto produetivo, tal como fueron formuladas por In eco nom{a politica élisica, cambian con el cambio de las corres- mndientes coneepciones acerea de la “plusvalia” y del lor”, ete.: y por tanto, en la medida en que se adaptan © no a la explicacién de la génesis y del desarrollo del capt- talismo moderno (punto de partida de la investigacién cien- tifien marsiana del presonte histérieo y de sus causas), esas definiciones entrarin necesariamente 0 no, @ constituir Ia + K. Mare, Critiea de la economia politica, Ka, #1 Quijote, Buenos Aires, 1946, ‘po 11, “Introduccion”. CLAVE pe LA paALicneA imsrémea 43 definicién especifica, esencial, del “trabajo productivo capi- talista” al que Marx tiende en la citada investigacién, Resumiendo el anilisis histérico-dialéctico de las Teorias de la pluseatia, 1, las contribuciones clisicas a la definicién buscada, segin el andlisis marsiano de sus partes contradic- torias negativas, son Ins siguientes: @) los aportes de los fisiGcratas: o sea 1) los fisidcratas tienen el mérito de haber “transferido la investigacién sobre el crigen de la plusvalia de la esfera de Ja circulacién [tal como Jos mercantilistas la habian mantenido] a la esfera de la produccién inmediata’, poniendo “de ese modo las bases para el anilisis de la produccién capitalista” y ast ‘establecieron “el principio fundamental de que sdlo es pro- ductivo el trabajo que crea plusvalia” *; y ef. Turgot: “El ‘ugricultor (Ie laboureur) es la tinica persona cuyo trabajo Produce mds que el salario det trabajo” **; desde donde “tefutan” y superan al sistema mereantilista que defendia Ja “ganancia mediante Ja alienacién” de las mereancfas segin el cual “la plusvalia es s6lo relativa y lo que uno gana otro lo Pierde” *** en Ia venta de las mercaneias, “sirviendo de base @ sus teorias Ia idea de que el trabajo sélo es productive en Tas ramas de Ia produccién cuyos productos se exportan al ex- ‘medida, de los productos arrancados de las minas de oro y de Jo que se ha debido exportar para ellos), y cuyos productos, Por tanto, permitian a un pais partieipar, en una determinada ‘medida, de los productos arrancados d elas minas de oro y de plata recientemente descubjertas"; motivo por el cual final- ‘mente “aumentaba la tasa de ganancia no porque el obrero se hubiese vuelto mis productivo, sino porque el salatio ab- soluto (0 sea la suma de los medios de subsistencia que el AA cauvaNo DELLA VOLPE cbrero recibe) era disminufdo”, ¢! todo “unido a la afinens tia de los metales preciosos”; 2) Jos fisiéeratas evitaron el eproche de “haber separado como todos sus sucesores 105 ‘modos objetivos de existencia del capital en cuanto instru= ment 5 de trabajo, materias primas, ete, de las condiciones sociales en que ellos aparecen en la produccién capitalise’. Pero, por otra parte, la convalidacién de tales contribueiones fisioerdticas est condicionada por las negaciones (en los sistemas sucesivos desde Smith a través de Ricardo hasta: Marx) de todo lo negativo y contradictorio que esth histé- ricamente ccnnaturalizado junto a esos aportes: © sea en. peimer Ingar como Marx objeta “este sistoma [...] que e 1 primero que intenta explicar la plusealia por la apropia- tién del trabajo ajeno y explied esta apropiactén basindose en el intereambio de mereancfas [intercambio en el que: tuna de las mercancias es la fuerza de trabajo o “capacidad de trabajo” segiin el término empleado aqui, en las Teorfas], no considera el valor en general como una forma de trabajo social ni la plusvalfa como plustraba'o [como de hecho es], sino que considera cl valor ccmo simple valor de us2, como simple materia, y a la plusvalia como puro don de Ia mate- raleza, la que restituye al trabajo on sustitucién de una cantidad dada, una cantidad mayor de materia orginiea’, de abf que “por un lado, la renta de Ja tierra —Ia verdadera forma econémiga de la propiedad territorial se despronde de su envoltura feudal, y se reduce a simple plusvalia, ‘excedente que se obtiene después de cubrir el salarios y por otro lado, se reincide, sin embargo, en el sistema feudal ‘al buscar 1a fuento de esta plusvalfa en la naturaleza y no en Ia sociedad, en la relacién con la tierra, y no en las rela clones sociales [...]. Estas son las contradieciones [inter nas} de la produccién capitalista, que lucha para zafarse: de la sociedad feudal [...] pero [que] aim no ha encom caave pe xa pianicnca msnénica 45 ‘tzado su forma especilica” *; en segundo lugar, Marx objeta que “el error de los fisiécratas consiste, inicamente, en haber considerado la ley natural de una determinada época hist6- ica [vale decir, de una sociedad prineipalmento agricola] ‘como ley abstracta que domina uniformemente en todas las formas sociales”, pecando, al fin de cuentas, de antihistort- cismo; }) los aportes smithianos: 1) el descubrimiento cientifico e Ta productividad industrial moderna, descubrimiento de Ja “manufactura” (que I's fisiécratas, exaltadores de la industria agric: Ia, consideraban “estéril”): “el trabajo de un obrero manufacturero agrega generalmente al valor de la spateria prima utilizada, el valor de six propio sustento y el de la ganancia de su patrin” (Richexze delle naziont, Mt, cap 3); 2) la distincién “capitalista” entre trabajo “produc tivo” y trabajo “improductivo": “Si la cantidad de aliment s y de vestidos que han sido [...] consumidos por gentes improductivas [oriados, miisicos o actores privados, ete] se hubicsen distribuido entre gentes productivas [cbreros], habrian reproducido el valor de su consumo y ademés una ganancia” ** (ibid). “Con mucha claridad —agrega Marx— 6 define aqui como trabajador productive a aquél que no s6lo reproduce al capitalista el valor trtal de los medios de ‘sabsistencia contenidos en el salario, sino que los reproduce ‘soon una ganancia», Sélo el trabajo que produce capital es trabajo productivo. Pero Ia mercancia o cl diner) se com vvierten en capital por el hecho de ser cambiadas directamen- te con la fuerza de trabajo para ser sustituida por una ean- tidad de trabajo mayor de aquélla que enciesta [...]. El trabajo productivo se determina aqui desde el punto de vista de la producctén capitalista, y A. Smith ha agotad> el * Ibid., pp. St-32. + Ibid, p. 198. 48 catvaNo vets your problema coneeptualmente [Marx también a este respecto habla de “diferencia especifica” smithiana] [...] es uno de sus mayores méritos cientificos [...] haber definido el trabajo productivo como aquel que se cambia directamente por capital, vale decir mediante un cambio en el que Jas condiciones de produceién del trabajo y el valor en general, dinero 9 mercancfa, se conviertan en capital (y el trabajo en trabajo asalariado en la acepcién cientifiea del término) De este modo, nos aclara Jo que es el trabajo improductivo. Es trabajo que no se cambia por capital sino directamente por renta [...] Estas definiciones no se extraen pues de Jas caracteristicas materiales de] trabajo [...] sino de la forma social determinada, de las relaciones de Ia produecién den tro de las que éste se realiza. Un actor, por ejemplo, inelnso uun payaso (clown) puede ser por Io tanto um trabajador prow ductivo si trabaja al servicio de un capitalista (del empre~ sario), al cual le entrega una canticad mayor de trabajo de Ja que rocibe de 41 en forma de salario; en cambio un sas tremuclo, que trabaja a domicilio por dia, para remendar los pantalones del capitalista no crea més que un valor de uso, 5 un trabajador improductivo. El trabajo del primero se eambia por capital, el del segundo por renta” *. El primero crea plusvalia; el segundo no hace mas que consumir renta, Pero Marx, por otraiparte, critica severamente, (basindose ‘en los conceptos antes sefialados) la ulterior determinacién smithiana del trabajo productivo como trabajo que produce “mercancias” y del trabajo improductivo como el que no produce “ninguna mercancia”: “El concepto de mercancia —objeta Marx— supone la plasmacién, la materializacién 0 realizacién del trabajo en su producto [...]. Sin embargo, esta materializacién del trabajo no debe tomarse con la mis: ma mezquindad escosesa con que la toma A, Smith. Cuando * Ibid, p. 137. CLAVE ne LA mianécrica mrémca 47 ‘hablamos de las mereancias como materializacién del traba- jo —en el sentido de su valor de cambio— con ello entende- mos, tnicamente, un modo de existencia de la mereaneia [...1 puramente social, que nada tiene que hacer con su realidad corpérea; la enfocamos como una determinada can- tidad de trabajo social o de dinero, Puede ocurir que el tra- Bajo conereto, del que la mercancia es el resultado, no deje fen ella la menor seiial. En las mercancias producidas por Jas mamufacturas esta huella perdura en la forma externa que conserva Ja materia prima, En la agrieultura aunque Ja forma que toman las mercancias, por ejemplo el grano, el ‘uey, ete, sea también ella un producto del trabajo huma- no [...] esto, sin embargo, no es recognoseible en el pro- Aucto, En otto tipo de trabajo industrial, el trabajo no tiene Ja finalidad de modificar la forma del objeto, sino simple- mente desplazarlo de un sitio a otro. Por ejemplo, si una ‘mercancia se trasporta dle la China a Inglaterra, en el objeto mismo no cs recognoscible 1a huella del trabajo [...] De este modo [o sea hasindose en la realidad corpérea y en la forma de las mercancfas] no se puede pues comprender la materializacién del trabajo en la mercancia. (La flusién nace aqui del hecho de que una relacién social reviste la forma de un objeto.) Lo que si es exacto es que Ja mercancia apa- rece como trabajo pasado, objetivado, por cuya razén si no ‘se presenta bajo la forma de un objeto, sélo puede aparecer ajo Ta forma de la fuerza de trabajo, y jamés aparece como trabajo vivo inmediatamente”, Con esta pauta metodologica, Marx acepla, sin embargo, que: “el trabajo productivo serfa pues aquél que produce mereancias 0 que directamente produce, forma, desarrolla, censerva o reproduce la fuerza de trabajo misma [o sea los servicios del médico y del ins- tructor, ete, del obrero]”* aunque, a este iiltimo, Adam * Ibid, pp. 148-147 48 caLWANo DELLA VOLPE Smith lo excluya “arbitrariamente” de su tépico del trabajo productivo, Es este un documento, no simplemente histérk ‘co-econSmics, sino documento de una filosofia y de un mé- todo (materialista-dialéctico en cuanto materialistachist6ri- co) —a través de la negacién critica marxiana— la conserva~ cién en la economia socialista de Ia categoria smithiana de la productividad material 0 de mercancias del trabajo productivo, categoria que ast desarrollada ahora sirve para GLelculo de la renta nacional en la economia soviética y en’ algunas de las nuevas democracias *, No debemos olvidar (que esta categoria surgié en la mente de Smith a partir de la necesidad histériea de diferenciar y opener la productivi dad del trabajo industrial (entonces en su primer impulso) de la improductividad del trabajo de les fancionarios, ete, residues de las Cortes feudales*. Pero vayamos a ver el cumplimiento de la definicién (del trabajo productive) halladd por Marx en Ia historia de Jas Teorias de la plusvatia. Teniend> en cuenta, también, el aporte ricardiano (que en verdad no agroga mucho # Tos smithianos, por ejemplo cuando dice: “tanto la teoria come Ja priotica de parar el trabajo en el preciso punto mis alli del cual puede producir ademis de Ios medios de subsisten- cia, una ganancia para el capitalista, apareeen en contradié- ign con las eyes naturales que regulan la producciéa”), Mare se aboca w'concluir su definicién en las Teorias de Ia manera siguiente: “La fuerza productiva del trabajo social ¥ Jas formas particulares de la misma se presentan ya como Fuerzas productivas y formas del capital, del trabajo obje- tivado, de las condiciones reales del trabajo, las enales, en © Gf. Gi Pletranera, “Marr ¢ la storia della dottrine economiche" en Societa, febrero de 1955. SSease’ la fordamental contrbucién de G. Pietrancra sobre Fa teorla del eolore e.dello selluppo capitaltico in Adamo Smithy Min, 1961, pp. 227-228. ‘cuave pe xa praniorica musréuica 49 ‘cumto son una forma que se ha vuelto independiente con respecto al trabajo vivo, estin personificadas en el capita lista, Se da aqui exa conversién de las relaciones, para la ‘cual ya hemos indicado a propésito del anélisis del dinero [yéase: Contribuctén a ta critica de la eccnomia politica y EL Gapita, t. 1, i, sec. I, cap. 1], el téxmino apropiado de fer tichismo {..-]. Considerando esta simple relacién formal “la forma general de la produceién capitalista, como una eualidad que el modo de produccién capitalista menos des- farollado tiene en comin con el mis desarrollado— los me- dios de produccién, las condiciones reales del trabajo, ma- terias de trabajo, medios de trabajo (y medios de subsisten- ia), no estin sometidos al obrero sino que éste aparece 50 metido a ellos. Es por eso que son capital [privado]. El eapi- tal emplea trabajo. Aquellos no son para el cbrero medios pa- a producir productos, sea en la forma de medios de subsis- ‘tencia inmediata, o como medias de intercambio, en cuanto ‘mereancias. Sino é! [el obrero] es para aquellos, en parte, un medio para conservar su valor, en parte para valorizarlo, 0 sea para acrecentarlo, para succionar plustrabajo. Esta re actin, en su simplicidad, ya es una trasposicién, una perso nalizacién del objeto y una cosificacién de Ia persona; ya que lo que distingue a esta forma [social de produceién] de todas las formas precedentes reside en el hecho de que el capitalista no ejerce su dominio sobre ol obzero merced a ‘alguna cualidad personal, sino solamente en cuanto ¢s “ca~ pital”, su dominfo no es mis que ¢1 dominio del trabajo cb- jetivado sobre el trabajo vivo, del producto del obrero sobre fl obrero mismo [...]. Sélo la estrechez burguesa que con sidera Tas formas capitalistas de In produccién como for- mis absolutas de ésta —0 sea como formas naturales eternas de Ie produceién— puede confundir, qué es el trdbajo. pro- ‘ductivo desde el punto de vista del capital con el problema 50 CALWANO pELLA youre que cuestiona en goneral, cual es el trabajo productive”. Y compirese esta conclusién de las Teorfas con la de El Ga- pital, t, TH, 1, cap. 15: “El verdadero limite de la produc- ‘ci6n capitalista es el mismo capital, es el hecho de que, en ‘lla, son el capital y su propia autovalorizacién las que cons tituyen el punto de partida y la meta, el motivo y el fin de la produccién; el hecho de que aqui la producciin silo es Produceién para el capital y no, a la inversa [nicht umgeker ivi], los medios de produceién son * simples medios para ampliar cada vez mis la estructura de} proceso vital de la sociedad de los productores. Los limites dentro de os cus Jes tinicamnente puede moverse In conservacién y la auto- valorizacién del valor-capital, que descansa en la expropia- cin y el empobrecimiento de las grandes masas de produc tores, se encuentran [estos limites} pues continuamente en contradiceién [in Widerspruch] con los métodos de produe- cién que el capital debe aplicar para alcanzar su fin, y que’ tienden al aumento ilimitado de la produccién, a la produc ign como fin en sf misma, al desarrollo incondicional de las fuerzas productivas sociales del trabajo, El medio —el des- farrollo incondicional de las fuerzas productivas sociales— entra continuamente en conflicto con el fin limitado: la va- orizacién del capital existente [—privado]. Por consiguien: te, si el modo de produccién capitalista constituye un me- io histérico para él desarrollo de la fuerza productiva ma- terial y crear el mereado mundial correspondiente, envuelve ‘al mismo tiempo una contradiceiin constante [der bestdin- dige Widerspruch] entre esta misiGn histérica y Jas relacio nes sociales de produccién correspondientes”. + 1a traduecién italiana (Ul Copiale, 11, I, p. 308, Ed. Rinascita, Rom), menos precisn en este pasaje decisivo y data el sentido y"delante de “sou”, mientras que el ongizal dice obviae » [En la versiim en castellano, véase el tomo TU, ap. cuave pe 2A prawéorica misromuca 51 Hemos Hegado asi hasta el corazén de la “teoria”, 0 sea al corazén de la logica de El Capital, nos ha guiado 1a “his- toria” (de las Teorias dle Ia plusvalia). Es decir, las mismas Teorias nos han identificado cientificamente los anteceden- tes histéricos (y dialécticos) de la categoria econémica de Ja productividad del trabajo, categoria determinante de Ia sociedad capitalista burguesa del presente, que para Marx fe5 presente “ histérico” (mientras que —como dice en la Miseria de la filosofia— para los economistas clésicos “ha habido historia, pero ya no hay més” sino que solo existen jag relacfones burguesas de produceién como categorias eternas"), Con lo cual se hia verificado el método ligico-histérico tal ‘como lo propone Marx en la Introduccién de 1857 y en Ja Contribuctén a la critica de ta economia politica: * método que significa para un pensamiento no-dogmitico la obliga- ibn; 1) de no proceder sino segin el cfrculo concreto-abs- tracto-conereto 0 de induceién-deduccién, y evitar en ade ante el uso dle conceptos “indeterminados”, “no functonales”, de “poblacién’, “divisién del trabajo”, “valor de cambio", tete,, tales como los formula la economia cldsica, amante de Jas “hipéstasis", para alcanzar en cambio, conceptos histori eamente precisos, vale decir “abstracciones determinadas” como las “clases” y las correspondientes “relaciones socia- les” de produccién, ete. (“Pero si, habiendo legado a las abstracciones mis simples, tales como la divisién del tra- bajo, el valor de cambio, ete., rehacemos el camino inverso y regresamos a la poblacién y esta vex no como a la cadtica nocién de un todo, sino como a una rica totalidad de deter © CF. pam mis detalles nuestro ensayo Sobre Ia dialéctica que eonsituye Ii primera parte lel presente volumen, 52 CAIVAKO DELLA your minaciones y relaciones [...] procediendo asi seguiremos: el método correcto, para el cual las definiciones abstractas Tevan a Ia reproducetén de lo concreto en el curso del pen- |; 2) de partir siempre de ese “resultado” (de un itérico) que es el presente, “concreto”, o conjunto “genérico”, comin a otras épocas, y “especifico” y proble: mitico (de ahi la “Tlusién” de Hegel “al considerar lo real como resultado [...] de un pensamiento que se mueve: por sien si mismo”); 3) de individualizar las razones 0 causas del presente en aquollas categorfas “genéricas” 0 eomunes: otras épocas, que no sean simples precedentes cronolégicos del presente, sino procedentes “no accidentales’, esenciales: del presente y de su problemitica y por eso verdaderos ane tecedentes histéricos —por ser antecedentes légicos— del consecuente presente (que es pues produetor de historia, ¥ no mera erénica, historia futura mediante la realizacion dia ‘éctica, como veremos, de aquellas instancias que suman y y@ desarrollan la historia pasada®): en fin, método dialéctico © Con esto caricter Vigicohistérico de antocedente-consecuente #6 ‘expica (desde un punto de vista materialists) la relacién pasado- Grricate y se funda verdaderamente el eiterio de un presente histérico Reale docks: no eterna) 0 “preseate como historia” (Lukacs-Sweezy)~ Lo que ba inpedido a Tmantenet firmemente ese citerio (8 ‘Pasa de que hi visto agudamente algunas implicaciones particulares, eeeo por eiempl, que la categoria smthisna del “trabajo en general: f@ wan abstracelda que “es propia de In esencia del captalismo'y $ ware nuestro yn citado exsaye Sobre la dialéctica, p. X7, mata), 2. TNEES que no se ha pereatado que In critica, marsiana del ant Rictoricrmo' bursués es tan, radical que no solo aleanza alos econo: Bictas burgueses con sus “leyes eternas” y otras abstracciones, sis Tinbita, yono es menos cierto, a las abstracciones, “hipéstisiy come Susanclalizadas con Ia “dilética™ hegeliana (wiase: Crittca della Siosrfa heceliona del ‘dirito pubbltco, 1843, trad. ital. do G. Dellk ane. ea Tinascite, Roma, 1963): ‘cvestiin, ésta, incor prensible soecektable. para cl hevelianizante Lukacs que de hecho cuando Franna tacerca, por efemplo, de "une objectioité aul —penste # Tetlce contectement jusqu’a son terre no doive mulle pat SER Aine. simple inimédiatets....; qui_par consequent peu Tee Sic comme moment fluide, médiateur entre le passé et Yavenit™ caave pe xa mazicrica msrémca 53 propiamente dicho en cuanto método légico-histbrico de abs- traceiones determinadas.* La verificacién de este método —tramite efectuado on la historia de las Teorias— nos ha com ucido, por lo visto, a Ia evidencia dialéetica de las f6rmulas ‘conclusivas de El Capital referentes a Ja definicién del tra- Dajo produetivo. [Funa objtiidad que —pensada y comprendida correctamente hasta Ciune bon mcs elie detenoree en una simple mediate -5 a tmeeecuenc pusle ser apechendida, como seomcsto fluid Wetuator entre el pasndo y ch porvnir") (CG. Lukace, Wotare ot Tomsctence de clos, Pers, 1000, p. 200 y cf. po seat etersnoa su fe hegliana con respect af triunfo de la Beet cual cl smomento fluddo” (vale deci: “dialectic Gi ablsnedialor™ pacifico y soberano “ere passdo y porvent Sint ee univerniciad, os decir generaldad acaba pot pave: $e Aasie mks “eterno presente” (de I, Autoooncencia), donde Se tte hegellanisro, coberento que al “presente como, hl toa” Se daa il itera Hotoieo tmpono a Lakacs. AS, Dv, Be He canta le su isensidad ante lacrticn marsianay Matera: Hee ee aliclon Smctiiiads’ y, vic ae carscterza al Mes am con. mus abtraciones “indoterminadas” en tanto Bete fiieas, en fo, con sus pss * Meee Hoscl saben, que G1 supo entrever esta verdad Fa etce por crempio: "El intelecto —dice— da sin dia tnt Metartinacones por medio de le forma de Ta universalided abs ao errr ac decir, ureca tal del ser, como no la tienen €n Th esfera cualitativa (o sea de La mem empiris] [..-J5 perc Me eee ta simplfcacion al mismo tiempo las anima y afl Be Be ae lis propiamente consiguen s6lo , ete, cube a ina cl do aeactverve 9 tarpuar u ou oruesto [= a dalicticaT Meer Concla de to Lonien, ok ct, t. Hy p. 201), y ademis: “Pog ree ere ted aentiio. hay que rechusar la, separacion ds Se ees eal como sein efeetia de comumbre, [vase Fee cg ae consider cl concepto [deterininado, itelectual] Knot Conn etn entnces hay que consierar mds. bien come So aie Ue ls razin el no raconocere em dl. TL concept Se neem ineacto es 1s condiciin o, mds bien, un momento See cdos cx ix form animada, en 1 cual lo finto rele nse ey riven cue se iter ly Se oes nm aléctico, 7 con esto constiraye el comicito Yo Pa a aceon” (iid, tT, pp. 291-202). Pero Fea et ado Hegel a ess verdad ya cumdo poco antes habia aa eraneae aio comcepta. defermado = sin enibargo, abo Peer: es no contiene la totadac, sino solamente. ut Jia ear cafater Aun cuando por clr Tado tiene wn contenido 54. cALWANO DmLLA voLPE Ahora tenemos que reconsiderar el caricter no “abstrace to", sino complejo, conereto ¢ histérieo, de la definiciém lograda (en sintesis su cardeter de abstraccién determina- nada) para comprender ol gran “final” dialéetico al que ¢reemos haber arribado con los textos concluyentes, antes citadas, le £1 Capital (comprendiendo a un tiempo la diae , Edo, animate, sc izle “St abort enol Conca cata Monit [lor de la “avesalane’ segin ta eatends egal etescern ao motrin sus deem aba (0 Sa intelocto} serian etomas esencialidades s6lo en cuanto a su forma [vale deeie: la universalidad); pero su contenido ["concreto") no fe adecusdo a esta forma; por consiguiente ellas no son verdad y renidad. Su_ contenido [“concreto”, histrico} no es advcuida a Forma, porque no es la determinacion misma camo universal [0, sea: “Concepto puro], es decir, no existe como totalidad de Ja iferencia de Concepto, 0 bien no cs tampoco toda Ia forma; Ta forma del intelecto limitada es, empero, ella misma In universlidad: fnccmpleta, vale decir abstracts”, eto, (ibid, t. I pp, 269-290). Yoon resuven ol drama intelectual de Hegel, tal como hoy 2 nos faprece, consiste en haberse cofido paradojahnente a Ia defense del fntelecto por ende, haberse opuesto. (contra Kant primero y Tuego ‘contra Schelling) a im separacién de la razin, mediante un concepto fnadeewido —por su caructer mistico y despreciativo— de tal inte- ecto ("la rain que piensa — precisa Hegel en In Ciencia de: la legica, . cit, t. Tl, pp. 75 76— axudiea, por ast deci, la diferencia obtuse de lo iiferénte, Ix para multiplicidad de la representacién, ‘diferencia esencial, es decir en la oposicién” a}: ¥ aul el Tetaisico Hegel ha fracasado, fen su generoso intento de captar lx funeiin recional del intelecto y fpor ende, cn definitiva no ha pedido superar al Thuminisora demos- Frando Ia unidad ofvanica de Tp raztin y' ln historia. Alli donde tan f4lo el intelecto. positive por excelencia, o sea el intelecto histéreo, ‘puede converte en funckin de le razén—o lo que es igual, condi< Bo aise qua nom de un (andlisis) dialéctico de lo rel, vale decir Glalécticn histérica. Luego del grandiosg fracaso hogeliano que re- ercule gravemente on ef materialise “dialéctico” engelsiano, espe- Bfleamente, y por ende en el marxiro escolistco, tradicional, de- hemes csferzarnos por Mevar cabo Ja tentativa hegeliana con el fausilio inclusive, dela admonioiin hegeliana antes recordadat 0 Sea que revela nada mis que la incapacidad de Ja mzéa miss, su fo saberse reconocer en cl concepto.determinado. Por el contrario {sistema hogeliano, con su “iialeetica” de_abstracciones indeterial= fnadas 0 conceptor gencralisimes —vordadera diakéctica in cacu @ falso mévil- nos demuestra desgraciadamente que es culpa del cuave vm 14 pianéonica merémucn 55 Ketica de los antecedentes histéricos recuperados ad hoe). ‘Tratemos de comprender esa estructura logica, La defini cin lograda es, precisumente, 1a definicién de la produc- tividad del trabajo como productividad capitalista del tra- thajo social. Definiciin histérica que, ain sintéticamente formulada —desde el punto de vista de su estructura légt- ‘ea— sugiere la presencia de una antinomia 0 contradiccién interna en un fendmeno historico dado (la antinomia entre ‘el cardcter privado del capital y el carécter social del tra- bajo en la producclin capitalista). Y téngase presente que fen los concluyentes textos citados, la dofinicién histérica Jograda enuncia explicitamente, en sus distintas formula- iones, tanto las variantes de la contradiecién interna re- feien examinada, 0 contradiccién (antinémica) de términos contrudictorios, asi como también y conjumtamente las con- tradicciones externas, vale deci la contrariedad (contra- rictd) propia de los contrarios que nos obligan a sobrepasar, ppor asi decir, a aquellos fenémenos contradictorios y nos imponen un trinsito a otro fendmeno*. Ejemplo del primer fcanceplo determinado (“obtuso” y “vacio”) si la razin no se reco ‘A mismo! Para un andlisis amplio de alunos de los textat Hegelianos que hemos citado aqui, vénse nuestra Logica come xclenza postica, ed. cit, pp. 46-47, 61-62 y nota siguiente P Gabe destacat tue el termina “contradiceién” es empleatlo con frecuencia en Ia literatora marssta de manera extremidamente am Higua y confust: es decir, sin advert la diferencia entre digcida problemities probleratizante, negativa, tnconeii ome ela contradicelin entre términos contradictorias © antinomia Yl contradieciin resclutica, y positiva, conciiable, tal como es la Fontradiccion que se constituye entre contrarios u opuestos de térmat- how contradictoriy davies. Y como la dialéctica (el analists dialéctico) Conta orginicamente de ambes (y no puede ser de otra manera Sih dlalestica quiere resolver el problema gnoseoldgico de la no- feparacion del entendimiento con ‘sus antinomias reales, y de Ia azén, que resvelye aquellas con su exigencia unitaria), el instru- mento diléctico debido a Ia confusién scfalada mis arriba ha sido Ueteriorado y perdido, Y esto se debe naturalmente a Ia peristente fnfluencia hegeliana, que Tlewabs, y Teva ain hoy, a reducir la Gialéctica tan solo al momento resolutivo (de’ qué?), concebido 56 cALvANO DELLA your caso es el siguiente: “Por consiguiente, si el modo de pro uccién eapitalista constituye un medio histérico para el desarrollo de la fuerza material productiva [Marx alude a Ja effeacia del trabajo productivo social] [...] envuelve all ‘mismo tiempo una contradiceién constante entre esta misién hist6rica y las correspondientes relaciones sociales de pro Aucctén"; ejemplo del segundo es ésta: “{...] que In pro uceién es sélo produccién para el capital y no a la inversa, os medios de produceién son simples medios para ampliar eada vex mis la estructura del proceso vital de la sociedad de Ios productores”: acaso, gno es éste ya, el enunciado de Ja necesidad dialéctica del transito histérico, real de Ja so- ciedad capitalista de productores a una (futura) y opuesta sociedad scelalista de productores? sTrinsito, téngase pre- sente, que es un desarrollo real, en el cual la segunda socie= dad conserva y potencia la produccién social capitalista mediante lz negacién de su cardcter nogativo contradictorio cconstituido por las relaciones sociales capitalistas de produe- cei6n?* Y compirese con El Capital, t. 11, al final del caph hegelianamente como contrediceiin “absolutn” de opuests.wnitris (2 "aiterencias evenciaes") 0 sea contraredad(contareta) cates Sentai ctor por endo) gence yin 0 Fatulturnte concliables pave tanto ny deren como a vere fpnza son diferencia y seman de relate refero. superativamente indetermineda y por eonsiguente también elles son seursidas poe Y¥ dograiticas 7'n0 permite una real y determina nega. un Teal y determninada conservaeion de un “contrario™ por parte de otto (tania abstncta que, por s0_ propia incapacidad 00 login recor haces en el cencepto ietcrminado, que es ea efecto. trncendil, abd & que no se tiene en cberia Ia contraredad pr : Inconellable, eontiida por To que tiene de. —determinantemente= contro 0 son anni) * Obsirvese, ante tel, que Ii demortractin de la necesidad del trinsto y del dosurellohistirico en cuestiin queda confiado slo al imtrumento, gnosoldgice, cognosciinn, major dicho ientfico, Quo ol andlis dalctico, en cuanto anilsis que por st Natireamente apes de discrin‘ean lo términos contradctorios (o sea ly antinoma tere fucrms productivas sociales y rlaciones de produccon.pevadag @eapitasts), puede resoher por eio ea entiomia —o contraredad tulo 49: “[...] Inego que se ha eliminado (nach Aufhebung)) el modo de produccién capitalista, conservando, sin embar- go [aber mit Beibehaltung), la produccién social, la deter- minacién del valor seguiri dominando, en el sentido de que a regulaciin del tiempo de trabajo y ls distribucién del trabajo social entre los diversos grupos de producclén, y por {iltimo la contabilidad acerca de todo esto ser mas impor- de términos contrarios inconeiliables— en sa eontrarto uw opuesto (real, histérico) que, de hecho, con su negactén del trina negation Coutradictorio (Ins telacioncs capitalistas de produecién), 0. ipso fe conclia —y lo desarrolla— con el otro tirmino contradictorio, el tlio positivo (Ins fucrzas sociales de peodccién) —y ast sucest- wvamente in efemo de acverdlo eon Jae nuevas antinomias reales, his Areas aye el ailiss ltco debeat dscubs. Obsirese aa Ts lave dal prosero reside en mu ponto de. partida: ya que el andlisy Adescubre en cuanto MustOncamente es cayar de ‘iscriminar y por ede fam abstinccionesdelerminedas— exe. tpo do contar (eontrorietd) antindmice, 0 de los trmincs contratcs incom: Giliables (0. centradictorcs) -y que, al resolverse co au (totaidad) Hemming eet lant fro og pana, a sn. dae tice Jo depende pues, de la sbrtrccién detorminada, porque histivicinente expecfica, 0 sea de Ta antinomia de la cial debe Hey lis ei’ ey eis Aca to hm dey al ‘defender el “concepto determinado” queen la “agudess” Ge las determinacioncs “intclectuales” reside, su “capscidsd™ para Sresaverse ¥ traspasar en su (drmino opvew?” Sélo que Hegel, ya lo Didetsy visto subs ania, cataba, aclois, convencilo del catheter obtuse” consttutivo de'To mille 0 inteleetual que, no por mito sino por la intervencign de Ix. “razin, que, pienex” que la “diferencia obtusa de lo diferente” en la’ “diferencia esencl” que son las eatoworis o conceptos pus del “ser, “no-ser” lo, participeria en un movimento (ikon) entre, opueston eat” (por tanto. generlisioncs, tales como el “ser” yl “no-ser” te, finalvente estitices). Y por ia parte, Hegel, ljor estaba edie ave rip de dst dd 0 contin Con fee ecoteares rcacellubles) podics pertenceera le itcloctueliad fit que, en consecuenein,pudiew ser aplicrble a los hechos bis- icc, para valorcl taptinate la raxba, ln Sotina cohereca v0 Ae les wismes y por ende Ins eventoales entinomias (vase en To que Ataf al rechazo que Tnice Teyel del principio de dented: nuestra Logiea. .\) ed. cits pp. 71 #9). De exe mistro Nese! {y no slo Al) pierde ei'inico ‘punto de apoyo (la antinomicldad detcrminada de to foal histoico) pra iotreduciree netivamente en el movirsento. real, fn la dildcticaTitérca, Veace ademis en M. Dobb, SoctetBeoncmle ‘BB GALvANO DEL YouEE tante que munca”: de aht que se estudia especialmente el desarrollo dialéctico de la ley valortrabajo on la sociedad planificada socialista®. Pero Jo que més interesa destacar rapidamente en la dltima férmuln examinada de la defink- cién hist6rica en cuestiéa, es la necesidad que se da en la Detelopment since 1917, Londres, 1951, la exoresién histrica, del Pisaieoe ccatia: por sjumplo en Ik p. 28 “Les ecopomistas rateoe han evitle” las mociones occidentales de capital como Fe, Wtasctca’ (con un costo expecticn relacionado con st eet ona uso, ¥_un “rendniento™ eapecifico) y_ Jo. ban eonsiz GeGe ccmng ta personiticncion del trabijo” (trabajo pasado, ol tra= Hera td fe Marx 0 rabnjg “muerto") en ta forma. pte Tae las ayers, aaterales para el trabajo corriente en la Ui Mecalando” al presente no mis que el tabulo necesala ent See a ae antennmiento 0 renovacin, En una sociedad s0eiae Tene. (Ricumentes'duraderos de producciin plerden el cardo~ tes eeerigcarrente histrico que tenfan cuando ‘pertenecian a Ia te oked paiva y se converten tanto cn In propiedad comp ef Poa eee seciiad como un todo coloetvo, Il resultado a6 Se, Monat en enfoaar Ia atencion sobre el tncremento te oles ildad del trabafo per medio del aumento y el melori- Ge ento dal “stock”, de los elementos de” capital con tos, cuales 48 Aesenvoclve_cl trabajo, ‘deta pita deswovnel pf tock eoiatente de elementos ce considerado como paxte eee Scat que, euguier generacion dada, adqulere & Wadd to como om foe rer, ey mie Sredituar” ya eicrt gamancla (es decir, una gananela qe relat oe cicmactin 0 depecicén) nln de jstiicat al See ee een mvoluor® orginarixmente. Por consiulentt eos Ploneemiento pretende aborear un ka peviodo y tens dae a enact descattar ch future, poo hay que jestfiqes La scaons zane Pcienn ala ten de equipar a is. décadas fotueng Fre ace yweductivos mis abundanterente de To que To eth Sree Eoidera que ls ifeencias en lw ingros de las ta presente. Sas peneraciones devan in primer higar de Ta riquezy aaron ea deat herencia tonic; y aurmentst esta herencia ef el SRePifeice de cada decada hacia sus socesons. Ete Ae eease medo de ver el pesaje del onp. 49 (tT de Bh capi) So Seaton com la formelaciin Interpetatha de, Sweeny Sere atc ‘cers Plonning principle” ("Ley del valor erat Bas Se plaificaciGu’] (PS. Swoeey, The theory of captallt Feaciaiert, “Lamdses, 1049, p. 52); ni la conelusién: de eee anifeaciéa stn qvalinente,opuetos, por Trae et che to sen. el capitaiemo yl socialismo™ (p, $4): came Fens ee ee ton sentido muy yenerl. Pero esto tampoco conte Lave pe LA miaLicrica mnsrémuca 59 misma de Ja copresencia y por tanto del recfproco condicio- wnarse de la contradiccién antindmica o contrariedad (con trarietd) (interna) de términos contrarios “inconciliables” 0 ‘contradictoriedad (contradditorieta) y contradiccién “conck- Tiablé” 0 contrariedad (contrarietd) (externa) que niega a la primera (en su término contradictorio negative) incorpo- Hindola (al término contradictorio positive): reciproco con icfonarse, repetimos, ya que de otro modo esa férmala ‘carece do sentido o al menos no tiene el sentido que se le quiere dar: 0 sea enunciacién de un trinsito necesario y de fin desarrollo histérico con el correspondiente ritino real de Ta negacién ( 0 Aufhebung, como hemos visto en el capitulo 49, pero Hegel no decide aqui, porque aquf se trata de la egacién de algo determinado o histérical) y conserenotin (o Beibeholtang: idem ut supra mutatis mutandis!), En otros téminos 0 dicho de modo mis general, es necesario con €l pasale siguicate de Et Capitel citado por Sweeny: “Puesto Gor lost predoctores capitalitas se enfrentan en cuanto poseedores Werimcreancias, y cada cual procure vender su mercancia al precio tis alto ponible (pudiendo sdlo en apuriencia regular a volintad Ja predeccin mista) la ley interna s6lo se inpone por medio de Te Bompetencia, de la presiom mutua ejercida por los uncs sobre Ios Shoe in que hace que se compensen reciprocamente las divergentias, srr ley del valor solo actia aqui como fey interne, que Tos agentes ndividuales consideran como una clear ley natural y es la que impo- ‘eel equi social de Ta produce en medio de sus flucaciones fortuitas” (HU Capital, ed. cit, t. Il, exp. 51). lore cir que en el trinsito, del capitalismo al del valor cesa de sor ciega ley natural para con- ley. notoria y por ende en ley-guia de ta produecion del plans y que entre. valor y plnificacién hay 610 Ge desarrello: yn0 una diferencia 'u “opuesta”. En conclusion: la, relacién centre ¥ valor, ‘es relacion entre términos com Failestcontratitorice (positiva): 0 sea In planificacton socalstaha- Blends nezado y eliminado el término contradictorio negative. que ee capital argues, ¢0 49%0, conserva y. desarrlla el correspondiente GEomina contradictorio postive. o sea" la ley del yalor-trabajo; asi fpederes hablar de. tina oposiekin dialéctica entre socialism y exp Pitino tnicamente en el sentido de que el socialismo es el contra- Lo. cual socialism la 60 cALWANo DMA voLTE f admitir, para salvar el sentido mencionado, que la definicién as{ formulada presuponga y actualice la reconciliacién y la fntegracién reciproca de los des prineipios Ldgieos cldsicos: que han sido siempre enemigos: el principio de identidad 0 no contradiccién, o figura aristotélica de términos contrarios inconciliables", y el principio de contradiccién “conciliae Ble” o mnitaria (figura platénica de la tautoheterologia): reconciliacién © integracién, de modo tal, téngase pre- sente, que es Ja viclacién det principio de no contradic cidn —0 sea Ia inicial contradiccién antinémica— que Ia produce —precisamente en cuanto contradictoriedad de terminada— al hacer surgir su contrario que In supera y resuelve (gacaso no es el concepto antindmico histérico- especifico 0 determinado “que la produecién [soctal]es sbto produccién para el capital [privade]” lo que provoca 1a oposicién superadora que se expresa diciendo: “y no a la inversa, los medios de produecién son simples medios para so (qve nega y conserva) a aquella especie histirica antindmica 0 fauto-contradictora que es el cap talismo. Se trata pues de una im Drecisién Ioxica. la que Sweery defiende. M. Rosental ve con just Farin que en el soeialicmo, las leyes econémicas ya, no son “elegar Teves taturales” (Di Dlolektk in Marx “Cap'tat”, Berlin, 1957, pp 0s Thay very en citellanas Las problemas ‘de la dicts fen “El Capital” de Mors, 2d, Pueblos Unidos, Montevideo, 1961] © fnsiste en In cuestién, ya que se trata de uno de las lugares comunes mis gloriceos dal amar smo (el trinsito “del reno de la ne exded al reino de la libertad”), pero mete en el mismo saco a Ta “ley del valor” y a la “ley de la ‘competencia”, ote. Resulta superfiug Botar, pero le “dialéctica en Rosentsl et hegelianizante ye] autor se cemplace tedavin con formulas engelsianas mis 0 menos inocuas como cuando tiene que elaborar (en el cap III) la teoria del dese fanello elal'etico de FT Capital: “el desarralla como proceso dela Cconversiin de los cambios cuantitativos en cunlitatives”, ete, Hay ale feunas obseryaciones acertadas acerea de Ia teoria de Marx, sobre el va- Joe en una economia socialists, en el trabajo: An Essay on marsan ‘economics, Londves, 1949, p. 28 ss» de Jean Robinson, aunque Ix Sutor conchiva curiesar-este diciendo que: “no hay alguna, entre las ‘lens importantes que Marz expresa en los términes del concepto. de ‘ealor que no pueda ser expiesada mejor sin el mismo”. ‘clave pi La piaLticica merdnica 61 ampliar cada vex mis Ja estructura del proceso vital de la sociedad de los productores?”); restableciendo de este modo ialécticamente —valo decir con un desarrollo 0 aumento ‘eualitativo— Ja coherencia o unidad requerida por la raza, Ja que habia sido violada (histéricamente) en Ja antinomia fnicial. Se reconcilian finalmente los dos principios clisicos en ‘una nueva figura (en una légica de la historicidad efectiva del progreso humano): la figura de los contrarios 1 opuestos de términos contradictorios dados; y por ende oposicién constituida por opuestos determinados (al menos cuando estin —determinados— los conceptos histéricos antindmicos de que son contrarios), y opuest-s reales, dindmices, como Themos visto: a diferencia de la oposicién hegeliana entre contrarios gonoralisimos, 0 soa opuestos absolutos (tales co- mo los conceptos “purcs” 0 “diferencias esenciales” de “set”, “no-ser”, “devenir”, etc.) vale decir oposicién hegelia~ ‘na, superlativamente indeterminada, irreal, por eso estitica ¥y estéril (“dialéctica mistificada” 0 “falso mévil” como la efinis el joven Marx) —en conclusién, oposicién in vacuo. Dicho de modo mens esquemitico, todo esto significa que Ja moderna Razin, materialista, luego de haber sido ‘dealista e iluminista, busca también ella, si, racionalizar Ja iistoria, dando un sentido al movimiento histérico, pero co- ‘mo Razin progresista al mismo tiempo (qué seria si no fuese asi?) y respetuosa (a diferencia de la idealista) de los Ihechos histéricos y sociales en su forma concreta, limitn- dose al anélisis valorativo de la fntima coherencia (tampoco puede renmelar a esta cuestién sin disminuirse) de todo hecho histérico (situacién o institucién social); anilisis éte enyo eriterio de valor, téngase presente, est dado por Jas necesidades humanas y los problemas especificos del pre- ente histérico (0 presente no ya subsumido, y por tanto 62 cALvANo DeLtA vourn anulado, dentro de categorias eternas e hipostisicas). Es este, pues, um anilisis anti-conservador y enitico, y su det ‘cubrimiento de las antinomias en el seno de los hechos o de Jos fendmenos humanos del pasado y del presente permite ante todo la verificacién de los términos contradictorios ne= Bativos 0 sea de esas especies histéricas adversas al progre= so humano desde el pasado al presente, con sus problemas elatiyos al futuro. Anilisis histérico-funcional que consis- te, empero, en una anilisis histéricoialéctico en tanto el descubrimiento de aquellas antinomias le revela al mismo tiempo sus contrarios, que niegan los términos contradicto- ios negativos quo ellas contienen y por tanto “se concilian [con]” o incorporan los positivos, vale decir las especies his- tbrieas positivas 0 no consumadas ya contradecidas —pero ahora liberadas— por las negativas y las que a su vex han sido negadas y borradas. Esta es In efectiva y real negacién de la negacién, 0 sea ln negacién de lo negativo histérico, que nada tiene que ver con la mistica y mitica “negacién de Ja negaciéu” hegeliana, que pretende en cambio fl “proceso” metafisico de Ia auto-reconstitucién de la unk dad propia de Ia Razén o Idea originaria misteriosamente auto-negada en Io miltiple intelectual, auto-negacién de sf misma que vuelve a ser —no menos misteriosamente— ne- ‘gada, para volver a si misma como Espiritu absoluto (com hrese con el plotiniano “proceso” teologico de “descenso”” al mundo 6 multiplicidad y “retorno” a si mismo de Io “Uno"!) De modo que, por su auto-limitacién a un andlisis histéri eamente discriminante de las antinomias y por eso pasible de ser superaddas en sus opuestos, la Razén materialista es % Digames pusible “por ello de ser superidas en sus opucstos™ Jjustamente en Cuanto tales antinomias no son genéricas y por ello fndeterminadas, sino discriminadas y doterminadas histiricamente @ razén. progresista supeslativamente préctica, puesto que es razén eapaz de cambiar y trasformar el mundo, basindose, Precisamente, en criteriosfines histévico-especificos y por tanto determinados © sea adecuados a la accién, eperativos. Tales critesios-fines estin constituidos (es superfluo decirlo) por los opuestos (histéricos) de aquellas antinomias (his térieas)), Como dice Marx en el famoso Prélogo de 1873 de El Ca pital, mientras la dialéctica en su forma hegeliana “mistica” y “mistificada” “se habia convertido en una moda alemana Porque parecia transfigurar [zu verkliren] cl estado de esa existente” [al sublimarlo en un sistema de “Conceptos puros”}, la misma, “reducida en su forma racional [o sea materialista] provoca la oélera y es el azote de la burguesta [..-] porque, en la inteligencia y explicacién positiva del estado de cosas existente, abriga a la par ln inteligencia do su nogacién [zugleich auch] [o sea Ja comprensién de Ja nogacién necesaria de todo lo negativo contradictorio que ‘ella contiene}, de su muerte forzosa [o sea: de la muerte Ae todo lo negative que encierra]} [...] porque Ia misma a dialéctica materialista] es por esencia critica y revolucio- naria [kritisch und revolutionar]. Donde més patente y mis sensible se le revela al burgués priictico el curso contra- ictorio de la sociedad capitalista, es en las alternativas del cielo periddico recorrido por Ia industria moderna y en su punto culminante: el de la crisis general” *. Y finalmente nos hemos dado cuenta, cada vex més, del siguiente hecho légico: que cl principio eminentemente ra- fh intelectualmente “ayrudimdas” al punto tal de no poder dojar de frappaarse en, sus (determinadcs) opuestos (que yan y eonservan fo); ef. las notas de Tas piiginas 52, 53 y 56. K Mars, EI Capita, el. eit, t 1, pp. L415, 64. caLvaNo DELLA Youre cional - intelectual de no-contradicci6n no solo no es aplicado aqui, en El Capital —tal como se aplica en la Légica formal ‘antigua y escolistica (cmoda cabeza de turco del polémiea Hegell) o Wigica moderna— a meres simbolos —indiforentes ¢ insignificantes— relatives a conceptos (0 juicios), & Pro pésito de los cuales resulta pacific sostener que no se pond filir de la A de A — A, para pasar a B, 0 sea a No-Ay sing) se aplica a conceptos y justamente a conceptos expecificn: mente significantes, complejos y diferenciados (o soa Tas definiciones antes aludidas) en cuanto son verdaderas espe> cles histéricas como ya hemos visto; segin lo cual result ratnral el traspaso dialéctico, repetimes, de un determinado: ‘oncepto antindmico complejo (‘que la produccién es silo produccién para cl capital”, por ejemplo) —concepto que consta, justamente, de clementos contradictorios como el cardcter “social” del modo de produccién y el carleter sprivado” de las relaciones (eapitalistas) de producei6n— all concepto contrario 1 opuesto (segin el cual los medios de: produceién no son mas que “simples medios” para “ampliar ada vex mis” el proceso productive “vital” para Ia “socie ad” de los productores), que mientras niega el elemento: ‘e-ntradictorio-negativo de exe proceso (el caricter privado Qe Ins relaciones de produccién), conserva y desarrolla el clemento contradictorio-positivo del mismo (el cardcter 0- ial del modo de produecién), contradecido ya por el ele- mento contradictorio-negativo que ahora es negado y Supt mido. ‘tal andlists dialéctico de contradicctones histéricas es of instrumento Wgieo descubierto por el materialismo histériea, aque hace del mismo wna cieneia (social en cuanto soclologia Kistérica) y no simplemente una ideologia. ‘exave De La piatioica anstéaucn 65 En cuanto a Ia temética moral, que junto e inseparable e la econémica, constituye el contenido de la forma met6- ica (dialéetica) que hemos expuesto, ya es evidente en sus rasgos sobresalientes, en las consideraciones marxianas, que ‘venimos sefialando, acerca de la conciencia eritico-dialéctica {que hay que asumir) del “fetichismo” de Ja mereancia, de la fcacién de las cosas y de la reificacién de Tas 'y, en suma, de todos aquellos epifendmenos mora- es propios de la productividad capitalista del trabajo que ‘se condensan en la figura de la “alienacién humana” de los jproductores en una sociedad capitalista. De esa figura podra ¥ tendri que arrancar la teorfa verdaderamente moderna facerea de la persona . Para ta wnitien moderna de la persona, véanse muestra cestudios: La ‘convunista, Hal. Avanti, Nilin, 1963, Umanesima ivo¢ emancipusione marsista, Sugar Editor, Milan, 1064, 2° fen, preparacion 1a. versién en castellano de esta, obca ‘con 1 titulo: Humanismo position y emancipecion marxsta (Marxism W Glenactén), en esta. tmismia colecciin de la Editorial Proteo) ¥ Tooussoaus y Marz, ed. cit 2, Gontradiceién objetiva y diaetica “8. Un esquema de respuesta 4, Democracia y socialismo . Bate libeo ee terming de imprimic ‘el dis 19 de Noviembre de 1965,

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