Você está na página 1de 1

A San Po X

Cirio y blancura de la Roma nueva,


llama encendida sobre el blanco cirio;
monte de nieve con la hoguera en alto,
Dcimo Po.
ngeles claros con batir de plumas
te edificaron para la tarea,
como un aroma con perfil de nardo:
Santo y poeta.
Riese y Treviso te regaron flores
donde, en arrullo de tu pobre cuna,
la torrentera de Musone canta
versos de pluma.
Y te sonaban en las horas tristes,
como un consuelo en el hondn del alma,
las de San Marcos de Venecia, lentas,
dulces campanas.
Dios te guardaba para hacer la prueba
de lo que puede la ternura sola:
de lo que vale, contra el viento, un frgil
tallo de rosa.
Ha amanecido entre el dolor la Gloria;
peso de flores dobleg la espina.
Y el mundo tuvo, por tu amor, su exacta
nueva medida.
Ni el desbocado galopar del fuerte,
ni el nebuloso perorar del sabio:
la desarmada sencillez de un dulce
prroco santo.
Dulces abejas, la mirar, tus ojos.
Tu hablar cual fuente de delgados hilos.
Trtola y miedo tu amorosa mano
sobre los nios.
T, paralelo a las del viejo foro
castas columnas de desnudo mrmol,
t, coronado de dulzura antigua,
vara de nardos.
Crujen los huesos de los consulares
graves varones de la antigua Roma
viendo el inerme, blanco podero
de la Paloma.
Roma fue templo y acueducto y castro,
arco y relieve, prtico y columna,
porque tuviera pedestal insigne
tanta dulzura.
Y el mundo todo se llen de nubes
porque luciera con fulgor ms claro,
su planta limpia, la custodia humana
del Vaticano.
l no lo quiso. Como dos paloma

Você também pode gostar