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¿A qué se debe, Señor, que en el mundo todavía haya tantos agobiados de tristeza y desespe-
ración, como si no hubiera habido Nochebuena?
Manda de nuevo a tu ángel para que anuncie a los hombres la gran alegría.
¿O es tu designio que hagamos de ángeles nosotros, los que creemos en Ti y nos hemos ente-
rado?
¿Así hicieron los pastores: “Dieron a conocer lo que les habían dicho de aquel Niño” (Lc 2,17)
Hazme, Señor, como ellos y como el ángel, sembrador de alegría.
Abre, Señor mis labios.
Cura mi mudez... ¡Y la sordera de los hombres!
Cuestionario:
1. ¿Inunda mi alma el gozo de la presencia del Señor entre nosotros, o ando a caza de alegrías
efímeras?
2. ¿Me duele la tristeza desolada de los que no tienen fe?
3. ¿Trato de contagiar la auténtica alegría del cristiano a los que ignoran los motivos
de la misma?
I DE A R IO E SP I R I T U A L D E LA AD O R A C IÓ N N O C T U R NA E S P A ÑO L A
“María está, presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones
eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del
binomio María y Eucaristía. Por eso el recuerdo de María en la celebración eucarística es unánime,
ya desde la antigüedad, en las Iglesias de Oriente y Occidente”.
JUAN PABLO II, Encíclica Ecclesia de Eucharistia, núm. 57
“María estuvo junto a la cruz (Cf. Jn 19,15) sufriendo profundamente con su Unigénito y aso-
ciándose con ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente a la inmolación de la víc-
tima por Ella engendrada y ofreciéndola Ella misma al Padre Eterno. Para perpetuar en los siglos
el Sacrificio de la Cruz, el Salvador instituyó el Sacrificio Eucarístico, memorial de su muerte y
resurrección, y lo confió a la Iglesia su Esposa, la cual, sobre todo el domingo, convoca a los fieles para
celebrar la Pascua del Señor hasta que Él venga: lo cumple la Iglesia en comunión con los santos del
cielo y, en primer lugar, con la bienaventurada Virgen de la que imita la caridad ardiente y la fe
inquebrantable”.
PABLO VI
Núm. 996 BOLETÍN EUCARÍSTICO 5
L U E S C O a.v.c.e.f.
O RE M O S PO R NU E S TR O S HE R MA NO S D I F U NT O S
“Yo soy la resurrección y la vida: El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, y el que está
vivo y cree en mí, no morirá para siempre” (Jn. 11,25-26).
En este mes por las almas de Eufrasio Zafra Viudez, del turno de San Miguel y José Alfonso
Martos Vargas del turno de Cristo Rey de Jaén.
A estos y a cuantos hermanos en la Adoración Nocturna nos han precedido en la señal de la
fe, dales Señor, el descanso eterno.
Y brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz Amén.
10 BOLETÍN EUCARÍSTICO Núm. 996
EL A Ñ O L I T U RG I CO 2 0 0 8
C AL E ND AR I O DE L ME S D E DI C I E MB R E
C i cl o B
POR LA MAÑANA
Antes de comentar la inauguración de la Sección de Tarsicios de Jaén,
así como su historial, cabe manifestar que esta Sección fue la tercera de
la Diócesis. La primera Sección que tuvo Tarsicios fue la tercera de la
Diócesis. La primera Sección que tuvo Tarsicios fue la de Villacarrillo,
inaugurada el 12 de octubre de 1911, y la segunda Jamilena el 3 de
noviembre de 1912.
JAÉN
A las ocho.- Misa de Comunión que distribuirá el Excmo. y Rvdo. Sr.
Obispo de la Diócesis, Dr. D. Juan Manuel Sanz Sarabia a los adora-
dores a los adoradores tarsicios y demás fieles que quieran asociarse al
acto.
Dice así:
LUESCO
a. v. c. e. f.
14 BOLETÍN EUCARÍSTICO Núm. 996
Sr. D.: