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Todos los ámbitos de las relaciones humanas, encuadrados en el ajedrez.

(Hipótesis de la teoría)

Comenzaremos colocándonos en el tablero, como simples fichas.


¿Fichas? Si, fichas de lo que consideramos “el gran ajedrez humano”.

¿Porque asociamos la hipótesis al Ajedrez? Porque este juego no es considerado solo un juego,
sino un arte, una ciencia y un deporte mental. Y reúne una serie de características propias:
accesible a todos, carácter divertido de juego (competencia), principio de rendimiento
(habilidad), regido por reglas, etc.

Teniendo en cuenta que somos fichas, la primera pregunta que se nos ocurre es:

¿De quién?

La respuesta no es fácil, ya que no solo nos referiremos a la simple influencia o manipulación


que todos recibimos constantemente e independientemente de cuan alto estemos en la pirámide.

Cabe aclarar, en principio, que cuando expresamos que todos somos fichas de ajedrez tampoco
nos referimos a algo superior, no somos fichas de dios, de lo contrario diríamos “somos ovejas
del señor” y no es nuestro estilo.-

Como no somos quienes para hablar de entes superiores, nos vamos a remitir simplemente a
tratar de demostrar que todos estamos influidos e influimos en el entrono.

Quizá más de uno de los presentes lectores ya lo imagino, pero nos tomamos la atribución de
crear una enunciación medianamente teórica, ya que luego de investigar en Internet para
verificar la existencia de material similar, no logramos encontrarlo.

Sabemos que muchos de los que nos leen están pensando “Estos pirados se la dan de
intelectuales y escriben teorías carentes de gracia y sentido”. Bueno a los que llegaron hasta este
párrafo y piensan eso de nosotros, les recomendamos que se remitan a la parte superior derecha
de la ventana en donde encontrarán una cruz… es momento de hacer clic alli.

Ahora, aquellos que tanto a modo de interés, diversión, o simple curiosidad siguen leyendo,
podrán darse cuenta a lo largo de la siguiente hipótesis, a donde queremos llegar.

Sin más preámbulos, comencemos.

El ajedrez al ser un juego altamente intelectual, se rige por la regla de la mediocridad, cuanto
mas mediocre se es, más fácil resulta ser vencido, por lo que todas las fichas están sujetas a ese
principio. Si, todas las fichas, independientemente de su jerarquía son mediocres, ya que son
instrumento de alguien y por el solo echo de ser influidas sus voluntades no pueden realizarse
independientemente y carecen de libertad plena; pero para el consuelo de todos, la mediocridad
es como la ignorancia, todos la poseemos, pero en diferentes grados.

Consideramos que algunos de los presentes lectores no jugaron ajedrez en su vida y de ellos,
algunos no lo harán jamás porque puede, conceptualmente, resultarles muy aburrido, lo sabemos
y hace falta solo un mínimo de discernimiento para entender la teoría. De los que han jugado,
muchos ya imaginaron que el concepto de mediocre encajaría perfectamente en el papel de peón
del tablero. Lamentamos decirles que están muy equivocados.

Los peones en el ajedrez suelen ser los que se mueven primero, los caballos pueden hacerlo
también, pero no es conviene por cuestiones estratégicas.
Los peones son los primeros en ser sacrificados en beneficio del Rey.
¿Se sacrifican en beneficio del Rey o en beneficio del reino?
Eso es lo que diferencia a un mediocre de un potencial ganador.

Ahora bien, como todos sabemos en el ajedrez existen peones, alfiles, caballos, torres y la
famosa Reina.

Esta ultima se merece todo un párrafo porque si preguntamos que ficha les gustaría ser en el
ajedrez, la gran mayoría (por no decir todos) responderán en nombre de “La voraz y gladiadora
Reina”.

La reina se caracteriza por su libertad de movimiento y sus sutiles y traicioneros ataques.

Si alguno de ustedes pensó “Yo quiero ser un peón” entonces lo felicitaciones.

¿Por qué ser un peón?

Porque los peones son quienes respiran gloria. Comienzan siendo débiles y son propensos a caer
en batalla, pero después de un gran esfuerzo son los únicos que pueden “coronar”*. En la
generalidad, la mayoría comienza siendo peón hasta que se logra coronar y así poder elegir que
se quiere ser.
*Coronar significa que un peón llega al final del camino y puede elegir en que se quiere
convertir, los ambiciosos nunca miran el resto de sus fichas y elijen la reina, a ellos los devoran
los cautelosos, quienes saben que un caballo despierto vale mas que dos reinas durmiendo.

Los alfiles y caballos son nobles caballeros que, como fue enunciado, comenzaron siendo
peones y decidieron seguir luchando en beneficio de su rey y su reino.
Las robustas torres encuentran su esencia solo formando parte del ejercito, de lo contrario serian
solo atracciones turísticas.

Sin importar la posición y jerarquía que cada uno ocupa en este tablero, debemos saber que
conciente o inconcientemente respondemos a un Rey, siempre que existan relaciones humanas.
En caso de no saber quien es, debemos prestar atención.

Tu Rey puede ser un simple tirano, pero vos podes ser un héroe respondiendo a sus órdenes. La
mayoría de nosotros no elige el Rey a quien servir, nacemos en un tablero y formando parte de
un ejercito al cual no podemos renunciar, porque renunciar implica jugar en contra, ya que en el
tablero humano, a diferencia del ajedrez, hay mucho mas que formalidades diplomáticas. Si
abandonas a tu Rey porque es un tirano y este pierde la guerra, sacrificaste a todo un ejército por
conveniencia. En la vida a eso se le llama egoísmo.

Pero nosotros, la evolución favorece a los egoístas. Las fichas de estas cualidades, son las
preferidas de la selección natural.
Cada uno de nosotros tiene el poder de elegir si ser mediocre o un noble caballero, si responder
ordenes que se ajusten o no a nuestras conveniencias.

Existen Reyes que honorablemente merecen ser respetados, esos reyes fueron, en la mayoría de
los casos peones alguna vez y sus acciones están tuteladas a sabiendas del esfuerzo que ellos
mismos realizaron para llegar a “coronar”.

Pero, en antitesis, existen también fichas de alto grado de mediocridad con corona, es allí
cuando nuestros propios intereses deben deslindarnos de nuestra jerarquía conseguida a sus
ordenes, y comenzar del otro lado o en otro tablero siendo peón, y con el viento de los intereses
a favor, será mas fácil coronar.

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