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La problemitica de los lugares SSAC PROYECTO MEMOR BIBLIOTECA por ' | Pieore Nora | en: Nora, Pere (die); Les Llews de Mémoire; L La République; Pats, Gallinarf, ) pe. [| X balanczo cada vez mas ripidy en wit.nasado definitivamente mnuertn, Ja percepeién global de fodo como desaparécido -una ruplura de equilibrio, El desgarramicnto de lo que todavia habla de vivide en,el ealor de Ia tradicién, en el mulisino de la costumbre, ten Ia repeticion de lo ancestral, bajo ef empuje de un sentimiento histérico de fondo. El aeceso a Ia conciencia de si bajo el signo de lo pasado, ta terminacién de algo comenzado_ desde siempre( Séio se habla de memoria porque no_ s “ La curiosidad por los lugares donde:se-cristaliza y.se refugin-la memaria esta ligada a este momento particular de nuestca historia, Momento en el que-ia conctencia de ia ruptura con el - pasado se confunde con el sentimiento de una memoria desgarrada, pero en el que el desgarramiento déspierta aun bastante memoria para que pucoa ptantearse el problema de su \ encamacién, El sentimiento de continuidad se vuelve residual a Yos lugares. Hay dugaers.de memoria porque no hay més;medios ‘de memoria, 7 Pensemos en esia mutilaci6n sin retorno que representd ef fin de fos campesinos, esta olestividad-memoria por excclencia euya moda como, objeto de la historia coincidid con el apogee del crecimiento industial. Este desmoronamiento central de nucsira memoria es Solamente un ejemplo, Todo el mundo entr en el baile, por el fendmeno de la mundiatizacién tan conocido, de Ia democratizacién, de la masificacién, de Ia mediatizacién ti la periforia Ia independencia de ls nuevas naciones lev6 1 ta historicided a soctedades ya dzapterins do su suet etnolégico por la violacin colonial. ¥ por el rise movimento de hevleraciénsjo que el fendmeno acaba de revelanos brutalmenle, es toda ta di pital de inéiuar fa,como todas las que garantizal ila, farmilia 9 Estado, Final ue ias faz-las etnias, grupos, fami oer débil capital isirico, Final de tas saciedades-r iservacién y Ja tcansinisién 5, iglesia 0 idéologtas-memoria, como todas las que garantizaban cl pasaje regular del pasado al porvenic i qié indicabian lo que habla quc relener del pasado pata preparar el parvenie, ya sea q) (rate de In renccién, del progreso « incluso de Ia cevoluciés. Ms atin: el modo mismo de la percepeién histérica, con fa ayuda de los medios, se dilat6 prodigiosameme, sustituyendo & tuna memoria replegaaa sobre la ferencia de su propia miimidad la pelicula eiimera de la actuglidad ee In memoriarverdadera, social ¢ intocads, In de lag sociedades Hamadas primitivas, 0 arcaicas que representaron el modelo y se Ilevaron el secreto -y Ia historia, que es Toque hacen del pasado nuestras sociedades, Mevadas por el cambio, .condefadas al dlvido, Entre una memoria integiada, dictatorial © inconscienté de ella inisma, ofganizndora y todepoderosa, esponttncamente aclualizadora, una memoria sin pasado que reconduce elemamente hecencia, devolviendo el antatio de ios ancestras al tiempo indiferenciado de los héroes, de los origenes y de los mitos. Distancin que se ha profundizado a medida que los hombres se reconocieron, y cuda vez. més desde los liémpos modemos, un derecho, un poder e incluso wn deber de cambio, Distancia que hoy encuentra su desenlace convulsivo. Este desgarramiento de memoria bajo e! empuje conquistador de la historia tiene un efecto de reyelacién: la cuplura de una identidad muy antigua, el in de lo que vivimos como una \evidencin: lo adecuacién de Ia historia y In memecia. El hecho de que haya sélo una palabra en francés para designar ld historia vivida y la operacién intelectual que la hace inteligible (lo que los alemanes distinguen como Geschichte e Histoire), enfermedad del lenguaje a menudo sefalado, da aqul su profurida verdad! el movimiento que nos lleva es de fa misma naturalezs que el que nos Ja representa, Si habilicamos nuesird memoria no tendriamos necesidad de consagrarle lugares, No habria lugares porque no habrla memoria llevada por ja nistoria, Cada gesto, hasla el més cotidiano, éerla vivido como a repeticién-retigiosa de 1o que se ha hecho desde siempre, en una identificacién camal del acto-y del sentidd. Desde que hay huelia distancia, mediacjén, ya no estamos en la memoria verdadera, sino en la historia Pensemos en los judlos, confinados en Ia tidelidad cotidiana al ritual de'la:tradicion, Su constitucién en "pueblo de la memoria" exclula una preccupacién de-historia, hasta que su apertura al mundo “moderne le impone su necesidad de histontadores, ‘Memoria, historia: lejos de ser sindnimos, tomamos consciencia de que todo las opone, La memoria-ts Ja vida, stempre slovada por grupos vivientesiy a este tilulo, esté en cvolucion permanente, abieria a la diuléctiea del recuerdo y dela amnesia, inconsciente, de sus deformaciones sucesivas, vulnerable a lodas las utiizaciones y manipulaciones, susceptible Jargas Jatencias y repentinas revitelizaciones. La historia es ta reconstruccién, siempre problemAtica ¢ incomplela, de fo que ya no es, La-iémorié es un fendmeno-siempre-uctua un lazo vivido en presente ciemo, la. storia; una representacisn. del” pébado. Porque : afectiva y magica, Ia memoria S610 se acomoda de detalles que la reconfortan; ella so alimenta de recuerdos vagos, glabales o flotantes, particulares 0 simbélicos, sensible a todas las transferencias, pantalias, censura 0 proyecciones. La historia, como operacién intelectual y hice, viiza unlisisy discurso eritco, Ln memoria intaa el rszuerdo ex Jo sagrad, historia lo desaloja, siempre procesa. La memoria sorda de‘un,grupo que ella suctdu, lo que que hay tantas Memerias como grupos; que ella es per quiere decic, como 19 Iza rralbwachs, inaturaleza multiple y desniultigticable, colectiva, plural ¢ individualizable, is isloria contcario, pertenece a todos y a nadie) lo que le da vocacién universal, La. memoria tiene ralz en lo,concrelo, en el espacio, # gesto, In imagen y el objeto “a historid solo.se ata a las coiltinyidades temporales, 2 1as evolucionesy alas reiaciones entre las cosas. |.a memoria es tun absoluto y In historia s6lo conoce fa relative. En el corazén de Ia historia trabaialun eritigismo destructor de memoria espontinea, La memoria siempre cs sospechosa para'la historia cuya mision es destruirla y rechazaria, La historia ed Io deslegitimacién del pasndo vivido. En el horizante de Ins sociedades de historia, en los limites de un mundo completamente nistorizado, habria desacralizacion ltima y definitive. El movimiento de ta historla, 1a ambicién histérica no es Ia exaltacién de lo que, verdaderainente pasé sino su anulacidn. Sin duda un criticismo generalizado conservaria los ‘museus, {AF medallas y fos monurjentos, es decir el arsenal necesario para su propio trabajo, pero vaciéndolos deo que, a nuestro$ vjos hace de ellos lugares de memoria. Una sociedad {que se vivieca Inlegramente bajo al signa do fa historia no.canocela, al fin de éuentas, tnas Jugares donde anclar su memoria que una sociedad tradicional Uno de tos signos mas tangibles dé esle desgarramiento de la historia a fa inemoria es tal vee «el principio de una historia de Is historia, ef despertar, en Francia reciente, de na consciencia historiogeéfica. La historia, y mAs precisamente la del desarrotlo nacional, constituyé la més fuerte tradicidn colectiva; por excelencia nuestto medio de memoria. Desde los eronistds de la Edad Media hasta los historiadores contemporéneos de la historia "total", toda la tradicién histérica se desarrollé como el ejercicio reguicto de fa memoria y su profundizacién esvonténea, 1a reconstitucion de {im pasado sin lagunas ni fellas, Ninguno de los grandes historiadores, desde Froissart, tenfil el sentimiento de representar s6lo una memoria particular, Commynes no tenla conscipneia de recoger solamente una memoria dindstica, La Popeliniére una memoria francesa, Bossuet una memoria mendequica y cristiana, Voltaire fa memoria del progreso del género hunjario, Michelet inicamente la del “pueblo” y Lavisse la finiea memoria de In naci6n. Por el contrario, estaban imtuidos del sentimiento derque su thnca congistla en establecer una memoria mas positiva que los precedentes, mds englobadara y més explicativa, El arsenal cientffico del que se doté la historia en el siglo pasado relorze Zon maclro empuje el establecimignta eritico de una memoria verdadera, Todas las grandes modificaciones histéricas consisti¢ron en ampliar el plato de la memoria colectiva En un pals como Francia, fa historia de Ia historia no puede ser.una operacién inocente, Esta traduce la subversion interior de una Kistoria-memoria por una historia-erititea, Toda historia cs, por naluraleza, critica, y todos tgs historiadores preténdieron denunciar las mitologias Snentirosas de sus predecesores, Pero algo Cundamental comienza cuando la historia comienza a hacer au propa historia. El nacimignto de una peeocupacisin historiogréfiea, Ia historia se pone en el deber de acorralar en ella Ip que no es ella, descubriéndose vietima de Is memoria y haciendo un esfuerzo para darse} Enlun pals que no habria-dado a la historia un rol rector y forinador de la consciencia nacional, la historia de Ia historia no se encargarla de ese contenida polémico, En Estados Unidos, por ejemplo, pals de memoria plural y de aportes tniltiples, In disciptina se practica desée siempre, Las iuterpretaciones diferentes de la Independencia o de la querca civil tan densas como sean las apuestas, no vuelven a poner en tela de jucio la Tradicién americana porque, en un sentido, no hey o no pasa principalmente por la historia, Al contrario, en Francia, la historiopgallt’es iconoclasta ¢ irreverente, Consisle Pa aduefarse de los objetos mejor constituldos de la tradicién -una batalla clave coro Bouvines, un manual eanonico, como el pequello Lavisse- para seimostrar el mecanismo y eorazda in lami memoria historiograsfa dé ta Kevolucion Francesa, recanstituie Sus mology sus tmtexpeotacian: significa que ya no nos identifieamos completamenie con su herencia, {ntertox {madicién, tan venerable coms sea, 23.va na reconocurse igualmente portadar. Ahora bier, ao son solamente los objelos mas sagrados de nuestra (radicién nacional que se propone una historia de la historia; interrogéndose sobre sus medios moleriales y conceptuales, sobre los procedimlentos de su prapia produccién y las parndas sociales de su difusién, sobre su propia constitucién en tradicién, es la historia entéra Ja que ented en su edad historiogrifica congumando.su.desidenUficacién con ta memoria. Una memoria que se translormé on olyeto de una historia posible. corteza de-ts historia. # Hlubo un tiempo en el que ,a través de la historia y alrededor de la Nacién, una tradicién de memoria habla parecido encontrar su eristalizacién én la sintesis de la Ill Republica, Desue Leuces sur Vhisioire de France de Augustin Thierry (1827) hasta la Histaire sincére de I ination francaise de Charles Seignobos (1933), adoptando una eronologia amplia. Historia, memoria, Nacion, tuvieron enfonces mas que una citculacién natural: una circularidad complementacia, una simbiosis a todos los niveles, cientlfico y pedagégico, tedrico y prictico. La definicién nacional det presente buscaba entances immperiosamente su justificacién por el esclarecimiento del pasade, Presente fragitizado por el traumatismo revolwetonario que imponta una reevaiuacion. global gel pasa monarquito; {ragitizada tambien por 1s derrola de 18/0 que hacla mas urgente, con relacion a Ia ciencia alemana como al maestro aleman, el verdadero vencedor de Sadowa, el desarrollo de una crudicign documental y Ia transmision escolar de memoria. Nada iguala él tono de responsabilidad” nacional del histociador, mitad padre, mitad soldado: esto se ve por ejemplo en el editorial det primer nimero de ta Revue Historique (1876) dbnde Gabriel Monod podla ver legltimamente “la investigacién cientifica Gesde aliora tenta, colectiva y meiédiea” trabajar de una “manera secrota y segura para {s grandeza de Ia patria al mismb tiompo que para el génera humnano”, Con la fectura de textos cotfio este o de cientos.de otros parecidos, nos preguuntamos como pudo acreditarse Ia idea de que Ia historia positivista no era aeumulative, En ta perspective finalizada de una constitucion nacional, lo polttico, lo militar, !o biogrdfico y lo diplomatico son por el contrario los pilares de Ia continuidad. La derrota de Azincourt o Is purialgda de Ravaillac, el dia de los Dupes © tal o cual cldusula de los tratados de Westphalie mucsiran una contabilidad escrupuloss. bi Erudici6n mas puntiflosa agrega o,resla un detalle al capital de ta nacién, Unidad pujante de este espacio de memoria: desde nuestra euna greco-romana hasta el imperio coionial de la tL Repiiblica, no més cesura que entce Ja alla crudicién que anexa al patrimonio nuevas conquisias y el manual escolar que impone a vulgata, Historia santa porque nacién sauta. Es por la nacién que nuestra memoria se mantuvo sobre lo sagrado Comprender por qué se deshizo bajo el nuevo empuje desacralizador seria mostrar cOme. en Ja crisis de los aftos trcinta, a Ia pareja Estado-Naciun se sustituyd progresivamente Ia de Estado-sociedad. ¥ cémo, al mismo tempo y put wenticas:razones, la historia, que se habia yuello de Iradicign de’ memoria, se hizo saber de la sociedad sobre ella misma, espectacularmente en Francia, A este Utulo, pudo muultipticar los golpes de proyector sobe memorias particulares, transformarse en laboratorio de las mentalidades det pasado, pero Horindose de la identificacién nacional, dejé de esiar havstada por un tema portador, y, al mismo tieropo, perdié su vocncion pedagogica en Is transmision de valores: la crisis le 11 escuela estt alll para mostrarlo. La nacién ya no es ef marco unilarre yue encerrabs In consciencia de la colectividad. Su detinicion ya no esti puesta en tela de juicio, y In pa educcién de suscici ins de antenazas, Con el advenimionte de la sociedad en lugar de Is Necion Jegitimactén por el pasado, por lo tanto por Ia historia, cedié el paso a la legitimacion ver porvenir, Al pasada slo podiamos conoceclo y venerarlo y ala Nacién servitia. tt [ature hay que prepararla. Los (ces términos recobraron su autonomia, La Nacidnya no es un combate, Silo uu hecito; fa historia 6e transforiné on una cienein social; y'la memoria enum lendmenc Puramente privido. La nacién-memoria dabrd sida ta dtima encamaciin de ta histori memoria, ti" El reste -yavsblo est amenazada por ia El estudio de los lugares de memoria se encuentra asi en el eruce de dos movimientos que le dan, ea Francia hoy, su lugar y su sentido: por un lado un movimiento puramente Nistorionedfico, el momento de un retorno reflexivo de la historia sobre ella misina; por otro Indo un movimiénto prapiamente histérico, el fin de una tradicién de memoria, El tiempo de los lugares, es ese momento preciso en cl que un inmenso capital que vivisiios en la intimidad dle una memsria, desapareee para vivir sojamtente baio la miradu de una historia reconstituida, Profundizacion decisiva del trabajo de la nistoria, por un lado, advenimiento de una heresicia consclidada, por el otro, Dinamica intema del principio celtico, agotainiento de nuestro marca histérico polttico y menial, bastante potente aiin como para que no seamos indiferentes, lo suficientemente evanescente como para no imponetse mas que por un retorno sobre sus simbolos ms brillnntes, Los dos movitnienios se combinan para enviaries al misino tiempo, 7 ¥ con el mismo cavién, » los instrumentos de base del trabajo hisiérico y a los objelos mas simbélicos de nuestra memoria: los Archivos en pie de igualdad que los "Ires Colores", las bibliotgens, tos dicefonarios y los muscos’al “igual que-las conmemoraciones, ls fiestas, Panthéon 0 el Arco de Triunfo; el diccionario Larousse y-el shuro de los Federadios, + Los lugares de memari@ son, en orimer lusar,{testo’ slo uni _Soniciencia” canine i Ua Wisloga, Tue Ta_convwte porque la ignora” Ta aesilantizseKba de nucslio muds & Te que hace apafécér la nocibn. EO que secrets, crige sstablece, construye, decreta, inantiene por el artifieio y por fa voluniad una colectivided fundamentalmente compenetrada en su transformacién y renovacién, Valorando por naturaieza lo nuevo sobre fo antiguo, to joven sobre fo viejo, el porvenic sobre el pasado Museos, atchivos, comenterios y colecciones, fiestas, aniversarios,(ratados, causas judiciales, monumentos, santuarios, asociacfones, son los teslimonios dé olra edad, ilusiones de clermidad, De alll el aspecto nostilgico de estas.empresat piadosas, patéticas y glaciales. Son ¥ los situnles de una societad sin riualyaaeralizacién pasajera en uid sociedad que desacraliza, lidades particulares en une sociedaa que pule los particularismos, diferenciaciones lech si un sociedaa que mivein per prinerpio; suzmos de reconociiniento ¥ de nertenericia de grupo en una sociedad que tende a recongcey,s6lo a fos individuas invales e idénticos a forma extreina donde subsiste ay viven del sentitniento de que no hay mémoria espontdiea, ‘fue tigy que crear archivos, qué hay que mantener los gniversaties. ordanizar eclebracion proniifetar elogios fimeBres, Jevantar actas, porque estes.operaciones no son naturales. Es esto que i defense de unt memoria refugiada de las:minotlas sobre hogares privilegiados y celosamente guardados Hlevan a la incandescencia la verdad de-todos Tos lugares de memoria Sin-vigilancia coumemorativa, In historia los.barterla répidamente, Son fos bastiones sobre los cuales sc sosticnen. Pero si lo que defienden no estuviera amenazado no habria. necesidad de construirlos. Si vivigramos realmente los recuerdds-que ellos encierran, serlan initiles. Si, pot e contrario, la historia no se aduefiara de ellos para’deformarlos, tcansformatlos, Petrificarlos, 1io serlan lugares para Ja memoria. Es-este’ vaivén lo que los constituy Los lugares de memoria ni meinoria viva, { ” La Marsellesa o los monumentos a fos muertus viven de esta vida ambiaua, petficados de un sentimienlo mezclado de_pertenencia y de desapego. En 179U-el 14 de julio ya era, ¥ no tadavfa un jugar de memoria, En 1880, su institucidn en fiesta tacional lo instalé coma lugar de memoria oficial, pero el esplritu de'la, Repiblica tddavia era un recurso verdadero. 1 hoy? La pérdida de nuestra memoria nagional viva nos impone sobre'ella una micada.que ya hho e8 nl naif'ni indiferente, Memoria que nos atormienté y que ya ir, cesacralizacién rapida y fa saoralitet-provisoria:-Atedura-viseetat que tédavla nos mantiene, * “eceioras Ge To Gue HS NIZD, HETG TefaTamente-hisidrica que nos obliga a considerar con pjos Irios la herencia y a establecer ui inventario, Lugares rescatadgs de una meinoria que ya no habilamos, mited ofc! e institucional, milad afectiva y seylincate: lugares de unanimidad que ya no expresan conviccién miljtsate ni participacién apasionada, pero donde todavia _ Palpita algo de una vida siiBBlica. Balanceo de lo memoria ato hustdrice, de un mundo en el 4 gue teniamos ancestros a un niundolde relacién contingente con lo que nos hizo, pasaje de | una historia totémicu a una historia ¢rtida;,c3 el. monrento de los lugares de memoria. Ya no j/ celebramos ta nacidn pero estudiamos sus celebraciones. 3 IL, La memoria recogida por In historia heehee Todo lo que hoy Hamamos memoria, no es entonces meinoria sino tistoria. Toda lo due Hlamamos Hamarada dp memoria eg ta|culminacién dé su desapacicién en el fuego de la ‘ria, La necesidad de memoria as| Ita necesidad Ue historia, Sin duda es imposible prescindir de fb palabra, Aceptémosfo pero con la consciencia clara de Ia diferencia entre Ix memoria verdadera, hoy refugiada en-él gesto y Ia costumbre, en los, oficigs en los que einer el ser del senio, enol saber del everpo es nerorias de impregnaciéa y en el saber reflejo, y la memoria transformada por su paso en historia, que es casi 10 contrario, voluntaria y deliberads, vivida como un deber y ya no esponténea, psicoldgica e individual y subjetive, |y ya no social, colectiva , engiobadora, De la primera, inaadiata, a la segunda, indicecta .qué e4 fo que pas6? a,,archivistica, Se apoya toda en lo mas preciso As concrato cle la grabacién, le mas visible de la Es primero una memoria, adifecenc cde (a huella, lo mas matetial det vestipi imagen. El movimiento que comenz8 con la ssciitura culmina en la alta fidelidad y lacinta magnética, Cuanto menos vivida dasd2 el intecior sea la memoria. mds. necesita sopsrtes exteriores v referencias tangibles Ae-tna-azistencia.que vive sélo a través de ellos. Deval la obsesién de} archive que marca ‘ contemporéneo, y que afecta al mismo tiempo la conservacién ilegral de todo to prdsente y Ia preservacién integral, de todo lo pasado. El sedtiiniente de un désvanecimiento képido y definitive se.combina con la inquietud de la exacia significacién del presente y-Ig incertidumbre del porvenir para dar al més modesto de los vestigios, al mAs huinilde de los testimonios la dignidad virtual d2 Jo memorable. {No ‘Babine para Lmr—— desapa Bait 105 Betmitna saber, pacncasren el nee feproche de parte de 5 vidngg atitselén més minuciosa. Es una iemore sistradora, Ie 8 al archivo el cuidado de acordarse por elt Coleccionadores, euditos y bonedic abe sig BRe #8 Seumulneign de documentos cent marginales de histor fvtneata sin ellos y de una bison {142 © escribin sin elles. Lucge pistrit-memoria puso ese letoro ef el cent ee {cabajo erudito para ditundis el esc) Pet sil vies sociales de su penetrocion, Hoy eee 15 historiadores se desprendicron oo —. |e religion conservadora y er \} BreMuctivisma archivistice. tn ane anne. imentoria.es..£m realidad. Ia. eansiit PF gigantesca y verti rong etel® Aue es. imposible aue recordeane “niemorin dé" pape ros de shekz $6 Convicts en und insitcign amare tmuseos, bibliatecas, depdsitos, centeos de {locumetiacién, bancos de datos, Para los gon Fades 25, eesialistas estinan que Ie ewe uantilatva, er algunas décadn, Bee a sido tan voluntariamente produet Sf afchivos como Ia nussita, no golamene or et volumen que seereta esponiéneamens diopsaal moderna, no séto por ios medica teenie ge ‘eproduccidn y conservacin de les q tos en's 19 ue habré que acordarse, De all que haya que destruic Ia inhibicién, Corcuces rece eehives, ditntacién inditercncieay ale campo de lo memorable, ta ‘hinchass, herrdfen de te’ funcién de memoria, heads) fentimiento misino de su pérdida, » cl {elitr correlative de todas tas insitvclones Af, 8 memoria Un extrato vueleo se oped prodyaag PoFesionnles, a quienes se es eproctoka cy otra Apoca la manta conservadots y lee prenectres malurales de archivos, Hoy son he Cmpresis privadas y las administeacioncs Piblicas las que acrediten archivistas com la Fecomendacion de guardar todo, cuando fn: Profesionales aprendieron que lo esencial del sta sel arle de Ia destruccién cantrolada _ tnteralizacign de la memoria en voces an at dilald orodiciossmente, se desmulicicg Se descentraliz6, se" dein x 8 En los ticiripos elésicos, los, tres erandes emisaren ade < Taner e Feciclan wi Tas grandes familia, Isles y al Estado, gQuién no se siete hoy -" obligado ” sino 2g, Bids, @ escribir sus naemarins, no’ ? Unicamente dos tipos de ente ellos pertenecen al are, que no dependen en absoluto dp su grandeza. Por una parte los acontecimientos a veces {nfimos, apenas remarcados en el momento.’ pero a los cuales, por contraste, el futuro les ha retrospectivamente, conferido la grandeza de los orlgenes, ta. solemnidad de tas rupturas inaugurales, Y, por otra parte, los. acontecimientos donde, en definitiva, no pasa nada, pero que inmediatamente son cargados de un sentido pesadamente simbélico y que son en.si rismos, en el instante de su desarrollo como su conmemoracién anticipada, ta -historia contemporined, por intermedio de los medios masivos de comunicacién, presenta multiples tentativas nacidas muertas. De un lado, por ejemplo, Ia cleccién de Huges Caper, incidente sin brillo pero al eual una posteridad de diez sigios tenminada en el patibuto da un peso que no tenia en el origen, Del otro lado et vagén de Rethondes, ei upretsn de manos de Montoire © el tecortido triunfal- de los Champs-Elysées cuando la Liberacisn. El acontecimicnto fundadoi 0 e} acontecimienta especticito. Pero en ningiin cuso el acontesiamiento él mismo. snemoria colectiva que debemos hacer consciente de, ello, misina Los dygmes son nuestra momento decistoria nacianst Una marca simple, pero dccisiva, fos pone radicalmente aparte de todos los tipos de historia a fos que estamas acostumbrados, vicjos 0 nuevos. Todos los ecercamicntos hisiéricos y cientlficos de la memoria, se hayan dirigido a Ia de la nacién o a la de las meatalidades sociales, tenlan que ver con las reafia, con las cosas mismas de las que se esforzaban en {omar la realidad viva, A diferencia de todos los objclos de In historia Jos lugares de meinoria no tienen referentes en.la.cealtcad, O mas bien, son ellos mismos su propio referente, signos que envian a sf, signos en estado puro. No es que no tengan conteniaa, nt presencia Fisica ni historia; todo 10 contrario, Sino es0 que hace los lugares de memoria y aquello por lo que, eecisarnente, escapan a la hisleria, Témpluar: recorte on To indeteriminada de lo profane espacio 0 tiempo, espacio y tiempo- de_un ctreulo af interior del cual tao cuenta, torn slmboliza, todo significa, En este sentido, el lugar de meioria es un jugar doble; un luger de exceso encerrmtio en si mismo, cerrado en su identidad y recogido sobre su nombre, era constantemente abierto en sus significaciones Esto hice su historia mAs banal y menos ordinaria, Temas evidenes, e} malerial mds.cisicn, las fuentes al alcance de la. mano, los métodos menos sotisticaclns. Nos podrlamos creer de ‘vuelta a a historia de anteayer, Pero es otra cosa. Estos abjetos no son comprensibles sino en suempirismo més inmediato, pero la apuesta esti en otra lado, no apta paca expresarse’en las eategorlas de la historia teadieional, Crltica hist6rien que tcanslormd en historia erica, y no ‘solamente por sus propios instrumentos de, trabajo. flistoris pucaaneate teanster como la guerra es un arte de pura ejecucién, hecho de la felicidad frégil de ta celacibn eos el objeta reftescado y del compromiso desigual del historiador com su teina, Una histori que descansa, al fin de cuentas, sobre lo que moviliza, un laz0 impalpable. Reviviscencia de una historia a la Michelet, que hace pensar invenciblemente a este despertar del duelo det anvo del que Proust hablé ten bien, este momento en que [a influencia obsesiva de la pasion Jevanta, pero en el que Ia verdadera Uristeza es Ia de no suftir de aquello de lo qu ha suftido tanio y que desde ahora comprendeinos solamente con las razoues de Ia cabsea y ya no con Ia irracionatidad del corazén. Referencia bien literaria. ,Acaso hay que Iamentarlo o hay que darle su plena justificacisn? La memoria conocié sdlo dos forinas de legitimidad: histérica o literaria. Se cj pacalelamente, pero hasta aliora geparadamente, Fioy la frontera se esfuina, y sobre la mucrte casi simulténea de la histeria-memoria y de le memoria-ficeién, nace un tipo de historia que debe a su relacién nueva con el pasado, oiro pasado, su prestigio y su legitimidad, La historia es nuestro imaginario de reemplaza, Renacimiento de la novela histériga, moda del documento personalizado, revitalizacién literatia del draima hisi6rico, éxito del relato de historia oral, ,eémo se explicartan sino como la parada de la ficcién desfalleciente? El interés por los lugares donde se ancla, se condensa y se expresa ct capital agotado de nucstra memoria colectiva muestra esta sensibilidad. Historia, profundidad de una época acrancada & su profundidad, novela verdadera de una época sin verdadera novela, Memoria promovida a centro de la historia: es el duelo cesplandeciente de la literatura. 2

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