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| EL POSITIVISMO LOGICO compilado por A. J. AYER MEXICO Primera edicién en. inglés, 1959 Primera edicidn en espafiol, 1965 Primera reimpresion, 1978 Segunda reimpresién, 198k Tercera reimpresién, 1986 ‘Timo original: Logical positivism 1959, ‘The Free Press of Glencoe, Chicago. D. R. © 1965 Fonno pe Cunrura Economica D. R, © 1986, Foo pe Cuvrura Economica, 8, A, de G, ¥. Av, de la Universidad 975; 03100 México, D, F. ISBN. 968-16-876-3 Impreso en México XIV. SOCIOLOGIA EN FISICALISMO * por Otro NevratH 1. El fisicalistno, libre de metafisica CONTINUANDO la obra de Mach, Poincaré, Frege, Russell, Wittgen- stein y otros, el asi Namado “Circulo de Viena para la Concepcion Cientifica del Mundo” trata de crear una atmédsfera libre de metaf{sica para promover estudios cientificos en todos los cam- pos por medio del andlisis ldgico.1 Seria menos desorientador hablar de un “Circulo de Viena para el Fisicalismo", ya que el término “mundo” esta ausente del lenguaje de la ciencia, y que concepcién del mundo (Weltaufassung) se confunde a menudo con visién.del mundo (Weltanschauung). Todos los representan- tes de este Circulo estan de acuerdo en que la “filosofia” no existe como disciplina, al lado de las ciencias, con proposiciones especificas: el cuerpo de proposiciones cientificas agota la suma de todos los enunciados dotados de sentido, Cuando se articulan en una ciencia unificada, las diversas ciencias siguen siendo cultivadas exactamente de la misma ma- nera como cuando estaban disociadas. Hasta ahora no se ha destacado suficientemente su cardcter légico uniforme. La cien- cia unificada es producto de un amplio trabajo colectivo, del mismo modo que lo ha sido la estructura de la quimica, de la geologia, de ia biologia o también de la matematica y la ldgica. La ciencia unificada ser4 cultivada de la misma manera que han sido cultivadas hasta ahora las ciencias particulares. Asi, el “pensa- dor sin escuela” no tendr4 mds importancia que la que tenia cuan- do las ciencias estaban desunidas. El individuo puede conseguir * Este articulo, titulado ‘'Soziologie im Physikalismus", aparecié por primera vez. en el vol. II de Erkenntnis (1931-32). Se incluye en el presente libro con la amable autorizacién de Ja sefiora Marie Neurath y del profesor Rudolf Carnap, 1 Cf. la fevista Erkenntnis, en la cual colaboran constantemente los representantes del Circulo de Viena. Aquélla es tambien un érgano de la agrupacién {Ernst Mach”, la cual difunde los puntos de vista del Circulo de Viena entre un publico mas amplio. Publicaciones de la agrupacién “Ernst Mach”, Cuaderno 1: “La concep- cién cientifica del mundo; ei Circulo dé Viena’, Introduccién con ,biblio- grafia detallada, hecha por Rudolf Carnap, Hans Hahn y Otto Neurath. Cuaderno 2: Hans Hahn. Entidades superfluas; la navaja de Ocam. Ambos de Ja Editorial de Artur Wolf, Viena Para una orientacién mAs precisa: “Escritos para una concepcién cientt- fica de] mundo”, editados por Philipp Frank (Praga) y Moritz Schlick (Vie- na). Editorial Julius Springer, Viena. I. Friedrich Waismann, Légica; len- guaje, filosofia (en preparacién). IL. Rudelf Carnap, Logistica. TI. Richard von Mises, Probabilidad, Estadistica, Verdad, JV. Moritz Schlick, Rroblemas de la ética. V. Otto Neurath, Sociologfa empirica. VI. Philipp Frank, La ley de causalidad y sus limites. Todos cn la Editorial Julius Springer, Viena, 287 288 ETICA Y SOCIOLOGIA aqui con ideas aisladas que se le ocurran stibitamente, exactamen- te tanto o tan poco como Jo que podia lograr hasta ahora por medio de ellas en una ciencia cualquiera. Cada una de las innovaciones propuestas debe formularse de manera que pueda esperarse que reciba una aceptacién general. Sélo mediante el esfuerzo con- junto de muchos pensadores se aclaran por entero todas sus jmplicaciones. Si es falsa 0 si carece de sentido —~es decir, si es metafisica— cae fuera, naturalmente, del dmbito de la ciencia unificada. La ciencia unificada, al lado de la cual no existe una “filosofia” como disciplina per se, ni “metafisica”, no es obra de individuos aislados, sino de una generacisn. Algunos representantes del Circulo de Viena que, como todos sus colegas de ese grupo, declaran explicitamente que no hay “verdades” especificamente filoséficas, sin embargo, emplean aun ocasionalmente la palabra “filosoffa”. Con ella quieren designar al “filosofar”, la “actividad mediante la cual se aclaran los con-. ceptos”. Esta concesién al uso lingitistico tradicional, aunque comprensible por muchas razunes, da lugar fdcilmente a mal- entendidos. En la presente exposicién no se emplea ese término. No oponemos aqui una concepcién del mundo nueva a las viejas, ni sustituimos algunas de éstas por medio de la clarificacién de les conceptos, sino que frente a todas las concepciones del mun- do surge, en oposicién, la “ciencia sin concepeién del mundo”. En opinién del Circulo de Viena, el edificio tradicional de la metafisica y otras construcciones de naturaleza andloga, consis- ten, en la medida en que no contienen “accidentalmente” propo- siciones cientificas, en proposiciones carentes de sentido, Pero la objecién a la utilizacién de la expresién “filosofar” no es mera- mente terminoldgica; la “clarificacién del significado de los con- ceptos” no puede separarse de la tarea cientifica, a la cual perte- nece, Ambas cosas estan inextricablemente entrelazadas. ‘Las aportaciones de la ciencia unificada estan estrechamente relacionadas entre sf, ya se trate de inferir la amplitud de las implicaciones de nuevos enunciados astronémicos de observa- cién, o de investigar las leyes quimicas que son aplicables a ciertos procesos digestivos, o de revisar los conceptos de diferen- tes ramas de la ciencia a fin de averiguar el grado en que son ya capaces de conectarse unos con otros, del modo que exige la ciencia unificada. Es decir, toda ley, en Ja ciencia unificada, debe poder conectarse, en condiciones dadas, con todas las demas. leyes, a fin de llegar a nuevas formulaciones. Es posible, desde luego, delimitar entre si diferentes clases de leyes, como, por ejemplo, leyes quimicas, biolégicas 0 socio- logicas. Pero no puede afirmarse que la prediccién de un aconte- cimiento concreto particular dependa unicamente de leyes de una de esas clases. Por ejemplo, el que el incendio de un bosque en determinado lugar de {a tierra evolucione de determinada manera depende tanto de las condiciones meteoroldgicas como de que SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 289 seres humanos adopten o no ciertas medidas, Pero estas medi- das sdlo pueden predecirse si se conocen las leyes de la con- ducta humana. Es decir, en condiciones dadas, todos los tipos de leyes deben poder ser conectados entre st. Todas las leyes, ya sean quimicas, climatoldgicas 0 socioldgicas, deben, en con- secuencia, ser concebidas como partes de un sisiema, es decir, de la cienca unificada, Para Ja construccién de Ja ciencia unificada ~Kurt Lewin ha advertido que esta expresién fue usada, aunque en un sentido algo diferente, por Franz Oppenheimer— se necesita un lenguaje uni- ficado con su sintaxis unificada. De las imperfecciones de ja sintaxis en el pesigdo previo a la ciencia unificada se pueden inferir las actitudes respectivas de las diferentes escuelas y épocas, Wittgenstein y otros representantes de la concepcién cientifica del mundo, que merecen gran crédito por su contribucién al rechazo de la metafisica, esto es, por su eliminacién de propo- siciones carentes de sentido, son de opinién que, para llegar al conocimiento cientifice, todo individuo necesita provisionalmen- te sucesiones de palabras vacias de sentido para la “elucidacidn” del mismo. “Mis proposiciones son elucidatorias porque quien me entiende reconoce finalmente —cuando ha ascendido por medio de ellas, sobre ellas, mas allé de las mismas— que care- cen de sentido. (Por asi decirlo, debe tirar Ja escala después de haber subide por ella.)" (Wittgenstein, Tractatus, 6.54.) Esta proposicién parece sugerir que, por asi decirio, hay que pasar renovadamente a través de sucesivas eliminaciones de Proposicienes carentes de sentido, esto es, metaffsicas; que siempre hay que usar de nuevo la escala y arrojarla después. S6lo con la ayuda de elucidaciones, consistentes en to que mas tarde se reconocerA como meras sucesiones de palabras carentes de sentido, puede Megarse al lenguaje unificado de la ciencia. Esas elucidaciones, que en realidad pueden declararse metafi- sicas, no aparecen, sin embargo, aisladamente en los escritos de Wittgenstein; encontramos en ellos expresiones que parecen me- nos los travesafios de una escala que partes de una teorfa metafi- sica subsidiaria formulada inadvertidamente. La conclusién del Tractatus: “acerca de lo que no se puede hablar, debe guardarse silencio” es, por lo menos lingiifsticamente, engafiosa. Suena como si hubiera un “algo” de lo que no se pudiera hablar, Nos- otros mas bien diriamos: si realmente se desea evitar por com- pleto la actitud metafisica “se guardaré silencio”, pero no “acerca de algo”. ‘Nosotros no necesitamos alguna escala metafisica de elucida- cién. No podemos seguir a Wittgenstein en este punto, aunque su gran importancia para la légica no deba, por esa razén, ser menos altamente valorada, Le debemos, entre otras cosas, la distincién entre “tautologfas y ‘enunciados’ sobre procesos em- 290 ETICA Y SOCIOLOGIA piricos". La légica y le matematica nos muestran cudles trans- formacicnes lingitisticas son posibles sin alguna ampliacién de significado, indiferentemente de cémo prefiramos formular tal situacién de hecho. La légice y Ia metematica no requieren enunciados de obser- vacién para su estructuracién, Los erfores légicos y matematicos pueden eliminarse dentro de su propio campo. No contradice esto el heche de que enunciados empiricos puedan dar ocasién a esas correcciones. Supongamos que un capitan choca con su nave contra un escollo. Han side aplicadas correctamente todas las reglas det cdlculo, y el escallc esté en los mapas, De este mode se descubrirfa en las tablas de loperitmos un error al que se debié la desgracia; pere también podria ser descubjerte sin tales experiencias. En sus “elucidaciones”, que también podrian caracterizarse como “preliminares mitoldégicos", Wittgenstein parece trotar de investigar, en cierto modo, desde un estado prelingiiistico acerca de una situacién prelingiiistica también, Esos intentos no sdlo deben rechazarse como carentes de sentido, sino que ademas resultan innecesarios como paso preliminar hacia la ciencia uni- ficada. Indudablemente, una parte del lenguaje puede emplearse para hablar de la otra, pere no pueden hacerse enunciadas rela- tivos al Jenguaje en su conjunte, desde un punio de vista “atin. no-lingilistico”, como tratan de hacer Wittgenstein y cierlos representantes del Circuio de Viena, Une parte de esos esfucr 208, aunque en forma modificada, pucde ser apropisdemente in- corporada al trabajo cientifico; et resto de ellos tendra gue ser desechado. Tampoco puede confrontarse al Jenguaje considerado come un todo, con las “vivencias” o con el "mundo" o con “lo dado”. Todo enunciado de Ia clase de: “La posibilidad de la ciencia depende de que haya un orden en el universo”, carece, por jo tanto, de sentido. Esas proposiciones no pueden ser salvadas consideran- dolas como “elucidaciones”, a las que se aplica, en cierto grado, un criterio menos riguroso. Hay poca diferencia entre ese intento y Ja metafisica en el sentido convencional det término. La pasi- bilidad de ja ciencia se demuestra por Ja existencia de la ciencia misma. Extendemos su dominio aumentando el cuerpo de enun- ciades que. la constitiyen, comparanda los nuevos enunciados con aquellos que nos ha legado el pasado, creando asi e! sistema —carente de contradicciones-- de Ja ciencia unificada, siste- ma utilizable para formular predicciones aceriadas. En nuestra funcién de formuladorcs de enunciados, no podemos adoptar una posicién en cierto grado externa, ajena al proceso mismo de enunciar para ser entonces, simultaneamente, fiscal, acusado y juez. Bi punto de vista de que la ciencia se mantiene dentro del dominio de Jos enunciados, de que éstos son su punto de partida i | SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 2 y su término, es aceptade con cierta frecuencia aun por los meta- fisicos, aunque ciertamente agregando que al lado de la ciencia existe, ademas, otro dominio compuesto por enunciados en cierta medida figurativus. En contraste con el entrclazamiento tan fre- cucnte de la ciencia y la metafisica, la separacién de ambas aunque ciertamente sin Ja eliminacién de la Gltima— ha sido realizada por Reininger? que adopta, en lo que atafie a la cien- cia, una actitud frente al conductismo similar a la del Circulo de Viena. La ciencia unificada formula enunciados, los corrige y hace predicciones. Pero no puede predecir su propio estado futuro. No hay un “verdadero” sistema de enunciados al lado del aceptado en la actualidad. No tendria sentido hablar de tal cosa aun como concepto limite. Sdlo podemos establecer que estamos operando hoy con el sistema espacio-temporal gue corresponde a ta fisica, v lograr asi hacer predicciones seguras. Este sistema de enunciados és vl de la ciencia unificada. Este es el punto de vista que puede designarse fisiculisimo.* Si Megara a c esta palabra, seria cntonces aconsejable hablar de “ cuando se tenga presente una descripcién espacic-temporal es- tructurada en el sentido dado por la fisica contemporanea, por ejemplo, una descripcion conductista. La palabra “fisico” se reservara entonces para “enunciado fisico en el sentido mas es- tricio”, por ejemplo, para los de la mecavica, Ja electrodinami- ca, etc. Lejos de todas las proposiciones sin sentido, la ciencia unificada, propia de un periodo histérico dado, avanza de enun- ciado en enunciado, combinandolas en un sisterma libre de con- tradicciones que es instrumento para una prediccién segura y, en consecuencia, para la vida 2. El lenguaje unificado del fisicalismo La ciencia unificada abarca todas las leyes cientificas, las cuales pueden, sin excepcién, combinarse entre si, Las leyes no son enunciados, sino meramente directivas acerca de como pasar de los enunciados observacionales a las predicciones (Schick). La ciencia unificada expresa todo en el lenguaje unificado, comun al ciego y al vidente, al sordo y al que oye. Es “inter- sensual” e “intersubjetivo”. Conecta los enunciados que el mono- loguista hizo hoy con sus enunciados de ayer, los enunciados que hace cuando cierra los oidos con aquellos que hace cuando los abre. Sélo el orden es esencial en el lenguaje, es decir, algo que ya sc halla representado cn um simple mensaje ‘telegrafico. El lenguaje “intersubjetivo” o “intersensual”, depende, como tal, del orden (“después de”, “entre”), esto es, de aquetlo que se puede expresar en las series de simbolos de ia légica y de la ma- 2 Metaphysik der Wirklichkeit, 1931 8 Cf. Otto Neurath, Emrpirische Soziologie, p. 2. 292 BTICA Y SOCIOLOGIA temAtica. Es en ese lenguaje en el que se formulan todas las predicciones. El lenguaje unificado de la ciencia unificada, que en general es derivable —mediante modificaciones— del lenguaje de la vida diaria, es el Jenguaje de la fisica. A este respecto, es indiferente para Ja unicidad del lenguaje del fisicalismo, qué lenguaje use la ffsica de un periodo dado. No tiene importancia que emplec explicitamente un continuo tetradimensional en sus formulacio- nes més refinadas, o que admita un orden espaciotemporal de tal tipo, que esté determinado con precisidn el lugar de cada acontecimiento, o que figuren en él, como elementds basicos, relaciones entre dispersiones de posicién y de velocidad, cuya precision es limitada en principio, Sdlo es esencial que los con- ceptos de la ciencia unificada, tanto cuando son pensados con el detalle m4s sutil como cuando las descripciones son més crudas, compartan cl destino ordinario de los conceptos fisicos fundamentales. Es precisamente en esto donde se expresa e! pun- to de vista del fisicalismo. Pero todas las predicciones, en cuya confirmacién o rechazo vernos la medida de la ciencia, son re- ductibles a enunciados de observacién, a enunciados que com- prenden individuos percipientes y objetos que ejercen estimutos. Decir que las relaciones m4s 0 menos complejas que de ahi resultan son menos fdciles de representarse mentalmente cuando deben renunciar por principio, en el sentido de la fisica moderna, a la mayor precisién que obtendrian introduciendo drbitas hipo- téticas de electrones, es algo que simplemente se deriva de ciertas costumbres.* El lenguaje unificado del fisicalismo nos sale al paso siempre que hacemos una prediccién cientifica a base de leyes, Cuando alguien dice que si ve cierto color oir cierto sonido, o viceversa, o cuando habla de la “‘mancha roja” cerca de la “mancha azul”, que aparecerén en determinadas condiciones, ya est operando dentro de la estructura del fisicalismo. Como percipiente es una estructura fisica: tiene que localizar la percepcién, por ejemplo, en ei sistema nervioso central y todo lo que enuncia acerca de “manchas” debe formularlo como enunciados acerca de estos procesos que tienen lugar en el sistema nervioso central, o en alguna otra parte. Sélo de este modo puede hacer predicciones y estar de acuerdo con otros y consigo mismo en diferentes momentos. Toda desig- nacién temporal es ya una formulacién fisica. La ciencia se esfuerza en transformar las proposiciones de la yida diaria. Estas se nos presentan come “conglomerados” for- mados por comporientes fisicalistas y prefisicalistas. Nosotros los sustituimos por las “unificaciones” del lenguaje fisicalista. Si uno dice, por ejemplo, “La chirriante sierra corta el cubo 4 En wlacién con esto ef. "Der Charakter der heutigen physikalischen Theorien”, de Philipp Frank, en Scientia, marzo de 1931. SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 293 azul de madera”, “cubo” es evidentemente un concepto “inter- sensual” e “intersubjetivo”, igualmente utilizable para el ciego y para el sordo. Si un individuo monologa y hace predicciones que | él puede controlar, puede comparar lo que dice del cubo cuan- do lo veia con lo que dice cuando Io toca en la oscuridad. Respecto de la palabra “azul”, por otra parte, hay al principio la duda de cémo debe incorporarse al lenguaje unificado. Puede usarse en el sentido de la frecuencia que tengan las ondas elec- tromagnéticas, Pero puede usarse también en el sentido de un “enunciado de campo”, significando: cuando un hombre que ve (definido de cierta manera) entra, como cuerpo de prueba, en el Ambito de este cubo, se conduce de cierta manera, descriptible figicalistamente; por ejemplo, dice: ‘Veo ‘azul’.” Mientras pue- de haber dudas sobre lo que la gente quiere decir cuando usa “aul” en el lenguaje coloquial, “chirriante” tendria principal- mente el caracter de un “enunciado de campo”, es decir, de una expresién en la cual esté siempre incluido el oyente. Pero un exa- men mas detenido revela que “cubo”, “azul” y “chirriante” son todas palabras que forman una misma clase. Intenternos proseguir nuestro anélisis dando una versién mas exacta de la oracién anterior, de acuerdo con el fisicalismo, refor- mulandola de nuevo de una manera que la hara mds adecuada para la prediccién. “Aqui hay un cubo azul.” (Esta formulacién, comico las que siguen, puede enunciarse como una formula fisica en la que el lugar est4 determinado por medio de coordenadas.) “Aqui hay una sierra chirriante.” (El chirriante entra en la férmula a lo primero, sélo como vibraciones de la sierra y del aire, que podrian expresarse en férmulas fisieas.) “Aqui hay un hombre percipiente.” (Posiblemente podria afia- dirse un “enunciado de campo” que iridicase que en determinadas condiciones el percipiente entra en relacién con el azul fisico y el chirriar ffsico.) Estas percepciones quiz4s puedan dividirse en: “Aqui estin ocurriendo cambios nerviosos.” “Aqui estén ocurriendo cambios cerebrales en el campo de-la percepcién y, quizds, también en el del lenguaje.” (Para nues- i tros propdsitos es indiferente que esos campos puedan definitse locativamente o estructuralmente. Ni es necesaric tampoco es- tudiar si los cambios en el campo del Jenguaje —el “pensar lin- glifstico” de los conductistas— estén conectados con cambios en la laringe o en la inervacién laringea.) GQuiz4, a fin de agotar el sentido fisicalista de esta simple pro- posicién, haya que afiadir algo mds, por ejemplo, datos crono- métricos, o coordenadas de posicién; pero Io esencial es que, en cualquier caso, las adiciones serian enunciados que comprende- rfan conceptos fisicos. Seria un error suponer que, por necesitarse ciertas formulas 14 ETICA Y SOCIOLOGIA fisicas, de caracter muy complicado —y que incluso en parte aun no se hallan totalmente a nuestra disposicién— para los fines de la medicién de ciertas correlaciones, que por ello también la expresién fisicalista de la vida diaria, consiguientemente, ten- dria que ser complicada. El lenguaje fisicalista cotidiano surge del lenguaje cotidiano actual, del cual s6lo habr4 que desechar algunas partes; otras se interconectaran de otra manera; acde- mas de que se dardn ciertas complementaciones. Ei hecho de la percepcién estar4, desde el principio, mas estrecharnente conec- tado que hasta ahora con el enunciado de observacién y con la identificacién del objeto. La secuencia de ciertos grupos de enun- ciados, per ejemplo, los enunciados de observacién, se suceder4 de un modo diferente al actual. Los. nifios pueden aprender el lenguaje fisicalista cotidiano. Pueden pasar al riguroso lenguaje simbélico de la ciencia y apren- der a hacer predicciones seguras de todas clases, sin tener que recurrir a “elucidaciones” que funcionen supuestamente como wna introducciédn vacia de sentido. Se trata de disponer de un modo mas lticido de hablar, formulado de modo que se omitan expresiones, como por ejemplo, “ilusidn de los sentidos”, que tanta confusién crean, Pero aun cuando el lenguaje fisicalista pueda ser aprendido como un lenguaje para la comunicacién general, tenemos que seguir dedicados, en el presente, a suprimir los apéndices metafisicos de los “‘conglomerados” de nuestro len- guaje y a definir fisicalistamente todo lo que quede. Cuando haya sido eliminada Ja trabazén metafisica, mucho de lo que quede, quizd se presente como un amontonamiento inconexo. Un ulterior uso de estos restos no ser4 precisamente fecundo y serfa indispensable una reconstrucci6n. “A veces podemos seguir haciendo uso de las “aglomeraciones” de que disponemos reinterpretandolas; pero aqui es necesaria mucha precaucién: individuos que estan bastante dispuestos a adaptar sus opiniones, pero que al mismo tiempo son amigos de ia comodidad, se consuelan frecuentemente pensando que gan aiimero de elias puede reinterpretarse “sistematicamente”. Es més que discutible si convendria por amor a la paz, seguir em pleando palabras como “instinto”, “motivo”, “memoria”, “4 do”, etc., dindoles un sentido totalmente fuera de costumbre, que puede facilmente olvidarse cuando dichas palabras se con- tintien usando. Hay, indudablemente, muchos casos en que una reconstruccién del lenguaje es superflua, o aun peligrosa. Micn- tras uno se exprese “de manera aproximada”, debe guardarse del deseo de ser, al mismo tiempo, excesivamente sutil. Como jas opiniones aqui expuestas son muy andlogas a las ideas de Carnap, subrayemos que excluyen el lenguaje fenomé- nico especial del cual trata Carnap de derivar el lenguaje fisico. La eliminacién del lenguaje “fenoménico”, que no parece poder siquiera usarse para Ja “prediccién” —esto es, para lo esencial- SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 295 mente cientifico— en la forma que ha asumido hasta ahora, pro- bablemente har4 necesaria algunas modificaciones en su sistema para Ja constitucién de conceptos.* Del mismo modo, se elimina también el “solipsismo metodolégico” (Carnap, Driesch), que debe ser conceptuado como un residuo atenuado de Ja metafisi- ca idealista, posicién de la cual el mismo Carnap procura alejarse constantemente. La tesis del “solipsismo metodoldgico”, como probablemente concederia el mismo Carnap, no puede formu- larse cientificamente. Ni puede usarse para indicar un punto de vista particular que fuese una alternativa de algun otro pun- to de vista, porque sdle existe un fisicalismo, y todo lo suscep- tible de formulacién cientifica se halla contenido en él. No puede haber contrastacién del “yo”, o de la “personalidad pensante”, ni de ninguna otra cosa, con la. “vivencia”, con “lo que es vivido” o “experimentado” 0 “pensado”. Los enunciados del fisicalismo se basan en enunciados conectados con el ver, el oir, el tocar y otras “percepciones sensoriales” (como fenémenos fisi- cos), pero también con “percepciones orgdnicas”, las cuales, eh. su mayor parte, son sdlo vagamente advertidas. Podemos, desde luego, cerrar los ojos, pero no podemos detener el proceso de la digestién, de la circulacién de la sangre, ni las inervacioncs musculares. Lo que la gente distingue diffcilmente como el “yo” es, en e] lenguaje del fisicalismo, hechos de esta clase fambi¢n, de los cuales no somos informados por nuestros sentidos ordina- rios “externos”. Todos los “coeficientes de personalidad” que diferencian a un individuo de otro son de cardcter fisicalista. Aunque no ouede contraponerse el “yo” al “mundo” ni al “pen- sar”, se puede, sin abandonar el fisicalismo, distinguir enunciados acerca de la “persona fisicalistamente descrita”, ademas de los concernientes al “dado fisicalistamente descrito”, y se puede, en determinadas coadiciones, hacer “enunciados de observacién”, creardo asf un sustituto del “lenguaje fenoménico”. Pero una investigacién cuidadosa revelard que la masa de los enunciados de observacion estd contenida en la masa de los enunciados fisi- calistas. Los enunciados protocolares de un astrénomo o de un cronisia (que se nos aparecen como formulaciones fisicas) se distingui- ran, seguramente, de los cnunciados que tienen una posicién exactamente determinada en el contexto de un sistema fisico, a pesar de que notoriamente hay etapas fluidas de transicion entre unos y otros. Pero no hay un lenguaje especial “fenoménico” opuesto al lenguaje fisicalista. Cada uno de nuestros entunciados puede, desde el principio mismo, ser fisicalista, y esto es lo que distingue to que se dice aqui, de todas las opiniones det Circulo de Viena, el cual, por lo demds, constantemente insiste en la im- & Alusién al ‘“Konstitutionssystem” elaborado. por Carnap en su libro Der Logische Aufbau der Welt, Véase la sec. V de la Introduccién a este libro. 296 ETICA Y SOCIOLOGIA portant de las predicciones y su confirmacién. El lenguaje unificado es el lenguaje de Jas predicciones, que estan en cl punto central mismo del fisicalismo. En cierto sentido, la concepcién que aqui se propone, procede de una situacién dada del lenguaje cotidiano, el que, al principio, es esencialmente fisicalista, y, en el decurso habitual de los acon- tecimientos, se compenetra de metafisica, Esto constituye un punto de contacto con la “concepcién natural del mundo” de Ave- narius. El lenguaje del fisicalismo no es, por asi decirlo, algo nuevo; es el lenguaje familiar a ciertos nifios y pueblos “in- genuos”, Lo que siempre esta en juego es la ciencia como sistema de enunciados. Los enunciados se comparan con enunciados, no con “vivencias”, ni con “el mundo”, ni con ninguna otra cosa. Todas esas duplicaciones carentes de sentido pertenecen a una meta- fisica mas o menos refinada, y por esta razon deben rechazarse. Cada enunciado nuevo se confronta con la. totalidad de los enun- ciados cxistentes y previamente coordinados. Decir que un enuncia- do es correcto significa, por lo tanto, gue puede ser incorporado @ esa totalidad. Lo que no puede serle incorporade se rechaza coma incorrecto. La alternativa al rechazo del enunciado nuevo es, en general, aceptada solo con gran repugnancia: puede mo- dificarse todo el sistema previo de enunciados hasta que sea posible incorporar al enunciado nuevo. Dentro de la ciencia uni- ficada hay una importante tarea de transfermacién que realizar. Las difiniciones de “correcto” e “incerrecto” que aqui se pro- ponen se apartan de las habituales en el Circulo de Viena, que recurren al “significado” y a Ja “verificacion”. En nuestra expo- sicién nos limitamos siempre a la esfera del pensamiento lin- gitistico, Los sistemas de enunciados estan sujcios a trans- formacién. Pero los enunciados generalizadores, asi como Ios enunciados por medio de tos cuales se claboran determinadas re- laciones, pueden confrontarse con Ja totalidad de los enunciados de protocolo. La ciencia unificada comprende, pues, diversidad de tipos de enunciados. Asi, por ejemplo, e! que se trate de “enunciados acerca de la realidad”, de “enunciados de alucinaciones” 0 de “falsedades”, depende de la medida en que pucdan emplcarse los enunciados para inferir deducciones acerca de sucesos fisicos que no sean movimientos orales. Uno tiene ante si una “false- dad” cuando puede inferir cierta excitacién del centro cerebral del lenguaje, pero no se pueden inferir procesos correspondientes en los centros de la percepcién; estos ultimos son, en cambio, esenciales para la alucinacién. Si, ademas de la excitacién de los centros de la percepcion, pueden inferirse, de una manera que debe especificarse, mds detalladamente fendmenos exteriores al cuerpo, entonces se trata de “enunciados acerca de la reali- dad”. En este caso, podemos seguir empleando, por ejemplo, el | a SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 297 enunciado previamente hecho por alguien: “un pato esta sen- tado en esta habitacién" como un enunciado fisicalista. Un enun- ciado se confronta siempre con otro enunciado o con el sistema de enunciados, nunca con una “realidad”. Este procedimiento seria metafisico, careceria de sentido, Pero “la” reaiidad no es remplazada por “el” sistema del fisicalismo, sino por grupos de tales sistemas, uno de los cuales se empleara en Ja practica. De todo esto resulta claro que dentro de un sistema fisicalista consecuente, no puede haber una “teoria del conocimiento”, por Jo menos no en ja forma tradicional. Consistiria sdlo en opera- ciones defensivas contra ja metafisica, es decir, en el desenmas- caramiento de formulaciones carentes de sentido, Muchos de los problemas de Ja teoria del conocimiento.quizd se pudieran trans- formar asi en interrogantes empiricas, dé tal manera que pudie- van incorporarse a la ciencia unificada. Este problema no puede ser estudiado aqui, como tampoco puede serlo la cuestion relativa al modo como todos los “enun- ciados” pueden incorporarse al fisicalismo como estructuras fisi- calistas. “Dos enunciados son equivalentes” podria, quizd, ex- presarse fisicalistamente de este modo: se hace actuar sobre un hombre un sistema de érdenes conectado con toda suerte de enunciados, por ejemplo, “Cuando A se comporta de tal y cual manera, entonces hay esto y aquello.” Ahora bien, pueden fijarse ciertas condiciones y observar que la adicidn de cierto enunciado produce e] mismo cambio en sus reacciones que la adicién de otro. Entonces se dira que el primer enunciado es equivalente al segundo. Cuando se afiaden tautologias, el estimulo ofrecido por el sistema de érdenes no experimenta ningtin cambio. Todo esto podria desarrollarse experimentalmente con ayuda de una “maquina de pensar”, como proponia Jevons. Por me- dio de esa maquina, podria formularsé la sintaxis y su wtilizacién evitaria automaticamente los errores ldgicos. La méquina no po- dria siquiera escribir la proposicién “dos veces rojo es duro”. Las opiniones que aqui se sugieren se combinan mejor con una postura bdsica de tipo conductista. Entonces no se hablaria de “pensamiento", sino de “pensamiento lingiiistico”, es decir, de enunciados como procesos fisicos. En este respecto, no tiene una importancia basica que un enunciado de percepcién acerca del pasado (por ejemplo: “Recientemente of una melodia”) se retro- traiga a un pensamiento lingiifstico pasado, o que estimulos ante- riores apenas ahora provoquen una reaccién en el terreno del pensamiento lingtiistico. Con excesiva frecuencia se leva la dis- cusién como si la refutacién de algunas afirmaciones aisladas de Jos conductistas hubieran conmovido de algtin modo el principio fundamental de que sdlo los enunciados fisicalistas tienen sen- tido, es decir, pueden llegar a formar parte de la ciencia unificada. Empezamos por jos enunciados y acabamos por Jos enun- ciados. No hay “elucidaciones” que no sean enunciados fisicalis- 298 ETICA Y SOCIOLOGIA tas. Si alguien quisiera considerar las “elucidaciones” como exclamaciones, como silbidos 0 caricias, no estarian sujetas a un andlisis légico. El lenguaje fisicalista, el lenguaje unificado, es el Alfa y Omega de toda ciencia. No hay “lenguaje fenoménico” adernés de “lenguaje fisico”, no hay “solipsismo metodolégico” al lado de otro posible punto de vista, no hay “filosofia”, no hay “teoria del conecimiento”, no hay una nueva “visign del mun- do” ademas de otras: no hay mas que Ciencia Unificada, con sus leyes y predicciones. 3. La sociologia no es una ciencia del espiritu La ciencia unificada hace predicciones acerca de la conducta de Jas mdquinas exactamente como las hace sobre la de los ani- males, sobre |a de las piedras y sobre la de las plantas. A veces hace enunciados complejos que hoy dia estamos en condicio- nes de descomponer en enunciados més elementales y propios de diversas ciencias, y en otros enunciados igualmente complejos, cuya descomposicién atm no logramos plenamente. Hay “leyes” de la conducta de los animales y de las mAquinas. Las leyes de Jas md4quinas pueden reducirse a leyes fisicas. Pero aun en esta esfera, basta con frecuencia una ley relativa a la masa y a la medida, sin necesidad de retrotraerse a ley alguna acerca de Ato- mos ni de otros elementos. Del mismo modo, frecuentemente se formulan las leyes del cuerpo animal de tal manera que no es ne- cesario retroceder a leyes micro-estructurales. Ciertamente, con frecuencia donde se esperaba mucho de la investigacién de las leyes macro-estructurales, éstas resultaron insuficientes: ciertas Tegularidades siguen siendo impredecibles. Hay una busqueda constante de correlaciones entre Magnitudes que aparecen en la descripcién fisicalista de los procesos. No constituye una diferencia fundamental el que las descripciones implicadas sean estadtsticas 0 mo. Ya sea que se investigue la conducta estadistica de los 4tomos, de las plantas o de los ani- males, los métodos empleados para establecer correlaciones son siempre los mismos. Como vimos anteriormente, todas las leyes de la ciencia unificada deben poder conectarse entre si, si han de satisfacer Ja tarea de ser capaces de predecir, con la mayor fre- cuencia posible, procesos individuales o determinados grupos de procesos. Con esto se elimina, desde el principio, cualquier division fun- damental de la ciencia unificada, por ejemplo, en "ciencias natura- les” y “ciencias del espiritu”, a veces también Hamadas “ciencias de Ja cultura” o de otras maneras. Las tesis por las cuales se intenta establecer esta divisién varian, pero son siempre de ca- racter metaffsico, esto es, carentes de sentido, No tiene sentido hablar de diferentes “esencias” que estén “detrds” de los hechos. Lo que no puede expresarse en forma de relaciones entre ele. SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 299 mentos no puede expresarse en forma aiguna. Por consiguienie, carece de sentido ir mds alld de las correlaciones y hablar de ta “esencia de las cosas”. Una vez que se ha entendido lo que real- mente significa el lenguaje unificado de la ciencia, no se hablar4 mas de “diversas causalidades”. Sdlo puede compararse la or denacién de un campo y sus eyes, con la ordenacién de otro, y tal vez establecer que las leyes de un campo son mas complejas que la de otro, o que ciertos modos de organizacién que faltan en uno se encuentran en otro; como por ejemplo, que ciertas formulas matemdticas son necesarias en un caso pero no en el otro. Si no puede delimitarse a las “ciencias naturales” frente a “las ciencias de] espiritu”, es menos posible ain distinguir entre “filosofia de ta naturaleza” y “filosofia de tas clencias det espiri- tu”. Aun dejando aparte el hecho de que ia dencminacién de “Silosoffa de la naturaleza” es inadecuada porque como dijimos en un principio, todavia hace referencia al término “filosoffa”, por “filosoffa de la naturaleza” sélo puede entenderse una especie de introduccién a la totalidad del trabajo de la ciencia unificada, pues ¢cémo podria distinguirse una “naturaleza” de una “no-oa- turaleza”? Ni siquiera se pueden aducir las exigencias practicas de la vida diaria o de las investigaciones cientificas como justificacién para esa dicotomfa. {0 acaso debe oponerse seriamente la teoria @e la conducta humana a la de todas las dems estructuras? ¢Se debe hacer realmente encajar a la teorfa de las sociedades hhumanas en una disciplina y a Ja teorfa de las sociedades anima- jes en otra? gDeberian las ciencias naturales tratar acerca de la ganaderfa, de la esclavitud y de la guerra entre Jas hormigas, por ejemplo y las ciencias dei espiritu acerca de estas mismas insti tuciones entre los hombres? Si no es esto lo que se quiere decir, la divisién no es mas profunda que la que existe entre los “cam- pos de investigacién de las ciencias naturales” en el antiguo sen- tido del términa, ¢O sera tal vez que el uso lingtifstico contiene algan elemento que nos induce simplemente a hablar de “ciencias del espfritu” cada vez que quereines significar “ciencids sociales”? Empero, para ser consecuente, habria que incluir a la teorfa de las sociedades animates conjuntamente con Ja teorfa de las sociedades humanas dentro de este campo de las cicncias sociales y, por ende, ambas teorfas quedarfan comprendidas dentro de} terreno de las “cien- cias del espfritu”, conclusién que harfa retroceder con espento a muchas personas. Esto ultimo resulta perfectamente comprensible, porque si no, equé seria de la fisura que se halla oculta tras de todo ello, de Ja hendidura que se ha criginado por el mantenimiento de la costumbre teolégica —ciertamente multisecular— de repartir todo lo existente en varios. pero cuando menos en dos, departa- 300 ETICA Y SOCIOLOGIA mentos, tales como “lo noble” ¥ “lo innoble” por ejemplo? El dualismo de “ciencias naturales" y “ciencias del espiritu”, el dua- lismo de “filosofia de la naturaleza” y “filosofia de la cultura” es, en ultima instancia, un residuo de teologi Los idiomas antiguos son, en general, mas fisicalistas que los modernos, Es cierto que estan saturados de. elementos magicos, pero, sobre todo elio, tratan al “cuerpo” y al “alma” simplemente come dos formas de ja materia: cl alma es un cuerpecillo vapo- roso que a su muerte, sale volando por Ia boca del individuo, Es la teologia la que por primera vez sustituye el contraste entre “alma material” y “cuerpo material” por el de “alma inmaterial” y “cuerpo material”, afiadiendo toda una jerarquia de entidades sub y supraordinadas en lo terreno y en to ultraterreno. La opo- sicién de “terreno” y “ultraterreno” sélo puede formularse por medio de frases sin sentido. Esas frases, por carecer de sentido, ni contradicen los enunciados de Ja ciencia unificada, ni estan de acuerdo con ellos, aunque son, indudablemente, causa de gran confusion, El conflicto principia abiertamente cuando se afirma que esas expresioncs tienen tanto sentido como las de fa ciencia. La importancia de} influjo que tiene el hdbito mental del dua- lismo teolégico en Ia creacién de esas dicotomias tal vez pueda colegirse del hecho de que tan pronto se abandona alguna divi- sidn dualista, otra se impone facilmente. La oposicién entre el “Ser” y el “Deber”, que se encuentra especialmente entre los filé- sofos del derecho, seria un ejemplo de ello. Esto se retrotrae, en parte, a la vieja manera teolégica de enfrentar “Ideal” a “Reali- dad”. La posibilidad de la construccién de sustantivos en nues- tro lenguaje, facilita todas estas empresas carentes de sentido. Sin faltar a las reglas sintdcticas, se puede decir tan tranquila- mente “el deber” como “la espada”. Y después, se prosigue haciendo enunciados sobre ese “deber” tal y como sé harian acerca de “espada” o, por lo menos, como se harian acerca Las “ciencias del espiritu”, el “mundo del alma”, el mundo del “imperativo categérico”, el reino de la “empatfa”, el reino del “comprender”,* son giros lingiiisticos cuyos campos se interpe- netran en mayor o menor grado y que frecuentemente pueden sustituirse unos a otros. Algunos autores prefieren un determi- nado grupo de giros lingiifsticos carentes de sentido, otros a algun otro, y algunos mds los combinan y acumulan. Micntras que en e] caso de muchos esos giros representan sédlo un decorado mar- ginal de la ciencia, en otros influyen sobre todo el conjunto de 6 Cf. Hans Hahn, Oberfliissige Wesenheiten {pubticaciones de la Sociedad Ernst Mach, vol. 1). * “Comprender” (Verstehen): operacién, instrumento o procedimiento de trabajo del historiador y demas cientificos estudiosos de In sociedad, se- gin Max Weber y sus discipulos. (T.) SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 301 sus enunciados, Atmque no se sobrestimen los efectos practicos de las tesis sobre las cuales se basa la concepcion de las “ciencias del espiritu”, aunque no se cxagere la confusi6n que producen en la investigacion empirica, aun asi, en la fundamentacién siste- miética del fisicalismo y de la sociologia, la claridad que se persi- gue exige que a este respecto se haga “tabula rasa”, Es una tarea de los representantes de la ciencia unificada el tomar deci- didamente posicién contra tales distinciones; no cs algo que pueda quedar abandonado a Ia arbitrariedad dei representanic de alguna ciencia individual. Si aun entre pensadores de mentalidad antimetafisica hay, en principio, incertidumbre, ello se debe en parte al hecho de que ho existe suficiente claridad acerca del objeto de estudio y el planteo de los problemas propios de 1a “psicologia”. La separa- cién de las “ciencias del espiritu” de otras disciplinas es conco- mitante a la separacién del “alma” respectocde otros objetos. Esta separacidén ha sido sistemdticamente superada tan sdlo por el conductismo, que en el presente ensayo hemos considerado siempre en su mas amplio sentido; éste incorpora a su sistema solamente enunciados fisicalistas sobre la conducta humana. Cuando el sociélogo hace predicctones acerca de grupos humanos de manera anéloga a como el conductista las hace acerca de indi- viduos humanos o de alguna otra especie animal, la sociologia hace Jo que apropiadamente puede llamarse conductisto social. Nuestra conclusién es Ja siguiente: la sociologia no es una ciencia del espiritu (ni en el sentido que da Sombart al térmi- no) que se halle en oposicién fundamental a algunas otras cien- cias, llamadas “ciencias naturales”, sino que como conductisme social, es una parte de la ciencia unificada. 4. La sociologia como conductismo sociat Es posible con fos mismos términos hablar de pintura, de edifi- cacién de casas, de ios cultos y su aparato ritual, de agricultura y de las producciones literarias de los hombres. Se sostiene, sin embargo, una y otra yez que “comprender” a los seres humanos es algo fundamentalmente distinto a “solo” observarlos desde el exterior y a meramente determinar regularidades que represen- temos en forma de leyes. La esfera del “comprender”, de la “em- patia” con personalidades ajenas, estA estrechamente ligada con la que tradicionalmente reclaman para si las “ciencias del espt- ritu’. Tenemos aqui una resurrcecién de la divisién fundamental, ya superada en una etapa precedente, entre percepciones “inter- nas” y “externas” (experiencia, mente, etc.), para percepciones que poseen el mismo caracter empirico. La literatura filoséfica, en especial la literatura de la filosofia de la historia, insiste frecuentemente en que sin la “empatia”, sin el “comprender”, seria imposible hacer estudios histéricos ni #2 BYICA Y SOCICLOGIA agrupar y describir de alguna manera comprensiva las acciones humanas. ¢Cémo podemos tratar de eliminar de una manera general esos obstdculos, a partir del punto de vista del fisicalismo? Hay que suponer desde un principio que las persistentes aseveraciones de muchos socidlogos y filésofos de la historia relativas a la in- evitabilidad de recurrir al “comprender”, también se dirijan a proteger los resultados de algunas muy valiosas experiencias cien- tificas. Asi, frecuentemente sucede que nos hallemos frente a una marafia no facil de desenredar— de hdbitos mentales duales, por una parte de origen teoldgico y por la otra de la practica de Ia ciencia fdctica, Resultar4 manifiesto a toda persona familia- rizada con el monismo de la ciencia unificada que hasta enun- ciados que pueden ser formulados cabalmente en términos fisica- jistas, han sido erréneamente presentados en una forma no fisicalista. Proposiciones como “yo veo en esta habitacién una mesa azul” y “yo siento furia” no estan muy alejadas entre si. El “yo” se rem- plaza con propiedad por va nombre personal, puesto que todos esos enunciados son equivalentes y por lo mismo un enunciado del “vo” debe poder ser hecho por cualquier persona. Tenemos asi: “En esta habitacion hay una mesa azul” y “En este hom- bre hay furia”. Las discusiones relativas a cualidades “prima- rias” y “secundarias” concluyen cuando se advierte que en ultirha instancia todos los enunciados cualitativos son de una misma clase, de la cual sélo pueden agregarse las tautologias. Todos los enunciados cualitativos se transforman en enunciados fisicalis- tas. Al lado de éstos aparecen precisamente las tautologias como una determinada forma de ligamento de enunciados. Las pro- posiciones de la geometria pueden interpretarse como tautolo- gias, pero también como enunciados fisicos, con lo cual sce resuelven muchas dificultades. éQué es, entre otras cosas, caracteristico de la proposicién “En este hombre hay furia”? Su peculiaridad consiste, en que se 1a descompone con dificultad. Es como si alguien pudiera decir- nos: “Aqu{ hay una tempestad fuerte”, pero no estuviera en situacién de sefialar la forma en que ésta se compone de rayos, truenos, Iuvia, etc., ni pudiera indicarnos si Hegé al estableci- miento de sus conclusiones con el auxilio de sus ojos, sus oidos, su nariz. Cuando se habla de enojo, sz hace uso de sensaciones de los 6rganos internos. Ciertos cambios en el conducto intestinal, en Jas secreciones internas, en la presién sanguinea y en la con- tracci6én muscular, son fundamentalmente equivalentes a los cambios en Jos ojos, el ofdo o la nariz. Si elaboramos sistema- ticamente el conductismo, el enunciado de un individuo: “Yo estoy furioso”, se incorpora al fisicalismo no sdlo como una re- accién del declarante, sino también como una formulacién de i SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 303 “sensaciones de los érganos internos”. As{ como a partir de formu- laciones acerca de “sensaciones de color" se pueden hacer enun- ciados fisicalistas sobre modificaciones en la retina y “otros” procesos, asf también particndo de formulaciones acerca de la furia, es decir, acerca de “sensaciones de los 6rganos ini¢:nos”, se pueden hacer enunciados fisicalistas sobre “modificaciones intes- linales”, “modificaciones en la presién sanguinea”, etc., mismos que frecuentemente sdlo Megan a ser conocidos por otros seres humanes a través de estas formulaciones. Esto puede afiadirse como un suplemento a las disguisiciones de Casnap sobre este tema, en las que no se tomé en consideracién esta evaluacién acerca de “‘sensaciones de los drganos interns” tal y como ya aparecen en Jas formas de hablar antiguas Cuando alguien dice que necesita haber tenido estas expe- riencias acerca de "sensaciunes de los Grganos internes” para alcanzar la empatia con respecte a otra persona, esto es, Ja com- prension de los procesos internos de elia, entonces no hay nada que abjetarle. Esto significa que el que ulilicemos enunciados fisicalistas acerca de nuestre propia cuerpo para hacer enunciados también fisicalistas acerca de un cuerpo ajeno, se halla completamente en ja linea de nuestrs Jaber cientifica que constantemente acos. tumbra “extrapolar” de esta manera. Nuestro hdbito de le induccién nos lleva con frecuencia a establecer, casi inadvertida mente, ampliaciones de este tipo, Cuando se hacen cnunciades aceres de la cara ocults ce Ja luna sobre Ja base de las experien- cias obtenidas com respevig o su cara visibic, no se esta proce: diende de un modo diferente. Es decir, podriamos hablar de “empatia” en cl lenguaje fisicalista si por ella no se entiende sino Ja obtencién de inferencias acerca de procesos fisicos en otras personas con el auxilio de aquellas construcciones que he- mos hecho acerca de Jos cambios gue se preducen en nuestros propies érganos. Lo que esta implicito ahi, como en tantos otros casos, en una induccidn fisicalista, el intento usual de establecer ciertas correlacioncs. La claridad lingiistica conseguida hasta ahora en relacién con muchos de esos fenémenos deja, induda- blemente, mucho que desear. Nos acercarjamos mucho al estado actual de cosas si dijésemos que las ciencias del espiritu son, sobre todo, aquellas ciencias en que se enuncian correlaciones entre fenémenos muy insuficientemente descritos y para los cua- les sélo disponemos de complejos nomiinatives. Cuando analizamos Jos conceptos del “camprender” y “de emir patia” mas de cerca, todo lo que en ellos puede usarse de un modo fisicalista resulta ser un enenciado acerca del orden, exac- tamente como en todas las ciencias. La supuesta distincién centre “clencias naturales” y “ciencias del espiritu” al efecto de que las primeras se interesan “sdlo’’ por un orden, v las segundas ade- mds por el comprender, no existe. | 1 : L | 304 BTICA Y SOCIOLOGIA Si—siempre que se encuentren formulaciones no metafisicas— se las somete a una formulacién sistematica, invariablemente se obtendran enunciados fisicalistas. Ya no habré una esfera es- pecial de lo “psiquico”. Es cosa indiferente para la posicién que aqui se mantiene el que ciertas tesis particulares de Watson, Pavlov y otros sean sustentadas o rechazadas. Lo que es esen- cial es que sélo se emplean correlaciones formuladas fisicalista- mente en la descripcién de seres vivos, indiferentemente de lo que sea observado en dichos seres. Seria equivoco expresar eso diciendo que ya no existe la dis- tincién entre “psfquico” y “corpéreo”, sino que han sido susti- tuidos por “algo neutro”. No se trata en absoluto de un “algo”, sino simplemente de correlaciones de cardcter fisicalista. Solo un analisis insuficiente puede Ievar a sostener que aun no se puede averiguar si toda la esfera de lo “psiquico” admite reat mente una expresién fisicalista, y que es posible, después de todo, que se necesite acd y alla otro tipo de formulacidén, es de- cir, conceptos no, fisicalistamente definibles. Este es el ultimo resto de la creencia en un “alma” come una entidad especifica. Cuando los hombres observan un reloj en marcha y después ven que se detienc, pueden plantear sin dificultad, en un lenguaje dado a la sustantivacién, el problema de determinar dénde se ha quedado la “marcha”. Y cuando se les explica que lo que se puede saber ’sdlo puede ser averiguado por medio del andlisis de las relaciones entre las partes del reloj y el medio circun- dante, no faltara quizd algdn incrédulo que opine que él entiende perfectamente bien que eso de la “marcha” es metafisica, pero que duda todavia de que ante ciertos complicados problemas del movimiento del reloj, se haya logrado una explicacién entera- mente satisfactoria por medio del fisicalismo. Sin que se pretenda que todos los sociélogos deban tener una preparacién conductista, se puede, sin embargo, plantear la exi- gencia de que cada socidlogo deba cuidar, en la medida en que desee evitar errores, de describir siempre la conducta humana de un modo muy sencillamente fisicalista. Que no se hable, pues, del “espiritu de Ja época” si no estA completamente claro que con ello se refiere a ciertas combinaciones verbales, formas de culto, estilos arquitecténicos, modas, estilos de pintura, etc. Que se trate de establecer la conducta de hombres de otras épo- cas a través de las modalidades de la conducta propia, que para el investigador es bien conoci:la, resulta algo por entero legiti- mo, aunque quiza, a veces, algo cquivoco; pero no se le puede suponer a la “empatfa”, algun peculiar poder magico que vaya mas alla de Ia induccién ordinaria. Las inducciones en este o en aquel campo implican siempre una decisidn. Esta puede ser caracteristica de ciertos grupos humanos o de toda una época, pero en si misma no es Idgicamente deducible. Pero la induccién siempre conduce, dentro de la es- SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 305 fera fisicalista, 2» enunciades plenos de sentido. Por esta razén no debe confundirse con la interpolacidn de construcciones me- tafisicas. Hay muchos individuos que conceden que formulan construcciones metafisicas, es decir, que intercalan combinacio- nes verbales sin sentido, pero, no obstante, no quieren apreciar adecuadamente el dafio que se causa con ese procedimiento. La eliminacién de esas construcciones en sociologia y en psicologia, lo mismo que en otres campos, debe acometerse no sélo para librarlas de elementos superfluos y combinaciones verbales ca- rentes de sentido, que quiz4 causen cierta satisfaccién a alguno; la eliminacién de la metafisica se vuelve cientificamente fructt fera porque evita la ocasién de ciertas correlaciones falsas en la esfera emptrica. Veremos, con el ejemplo de la socioiogia, que es muy probable sobrestimar la importancia de clertos elemen- tos del proceso histérico que son capaces de formulacién fisica- lista, cuando se les cree enlazados con ciertas entidades me- tafisicas. Las gentes esperan con frecuencia del sacerdote det Dios trascendental ciertas acciones extraordinarias, que apare- cen como empiricamente controlables, y que no serfan deduci- bles de la experiencia empirica. Muchos alegan en favor de las construcciones metafisicas que, con ayuda de ellas, pueden hacerse mejores predicciones. Segtin esta opinién, se pasa de enunciados de observacién fisicalista- mente formuladns al carnpo de las sucesiones de palabras meta- fisicas. A efecto, de que, finalmente con el empleo de ciertas reglas que se aplican en la esfera metafisica a sucesiones de pala- bras vacias de sentido, se Hegue a predicciones concordantes con un sistema de enunciados protecolares. Aun cuando realmente de ese modo se abtengan resultados, la metaffsica no es, en este caso, esencial para la prediccién aunque puede actuar quizds como estimulo o como un naredético. Porque si pueden hacerse predicciones dando ese rodeo, “también pueden ser deducidas directamente de los datos dados. Esto resulta claro desde un punto de vista puramente ldgico: “Si Y se sigue de X, y Z se si- gue de Y, entonces Z se sigue directamente de X."7 No obstan- te que Kepler hizo uso del mundo de las representaciones teo- Iégicas para deducir las érbitas de los planetas, ese mundo teolégico de representaciones no se integra en ef campo de los enunciados cientificos. Algo parecido sucede también con cier- tas partes, de indole metafisica, componentes tanto del psicoand- lisis como de la psicologfa individual, tan fructiferos ambos y cuya transformacién conductista seguramente no serd tarea facil. Cuando se hayan distinguido de este modo las desviaciones metafisicas de la Jinea principal del conductismo, se habra des- pejado el camino para una sociologfa libre de metaftsica, Asi como Ia conducta de los animales puede estudiarse de modo 7 Otto Neurath, Emiptrische Soziologie, p. 57. 6 ETICA Y SOCIOLOGIA andlogo a la de las mAquinas, las estrellas y las piedeas, asi tam- pién puede investigarse la conducta de grupos animales. Es fun- damentalmente posible tomar en cuenta, tanto los cambios pro- ducidos en les individuos por estimulos “externos", como los causados por “cambios auténomos internos" de los seres vivos (por sjemplo, el desarrollo ritmico de un proceso), de modo andlogo a como puede estudiarse la desintegracién del radium, que no es influida por nada externo, 0 andlogamente a la descom- posicion de una liga quimica mediante Ja adicién externa de oxigeno. No es necesario discutir aqui la adecuacién de las ana- logins entre la desinitegracién radiactiva y procesos internos en el cuerpo humano. La sociologia no investiga modificaciones puramente estadisti- cas en grupos animales, o especialmente en grupos humanos; se jnteresa por las relaciones de estimulo que tienen lugar entre individuos especificos. A veces, sin analizar estas relaciones en detalle, puede determinar bajo ciertas condiciones la conducta global de grupos ligados por medio de una cstimulacion recipro- ca y hacer predicciones por medio de Jas leyes asi obtenidas. eCémo debe cuitivarse el “conductismo social”, liberado de im- pedimentos metaffsicos? Exactamente como se cultiva cualquier otra ciesicia factica, Naturalmenie se obiendran determinadas correlaciones que no hallaremos en relacién a individuos,-estre- lias 0 maquinas. BI conductismo social Uega a leyes de una clase definida que le es peculiar. ‘Cultivar la sociologia fisicalisia no es transferir las leyes de la fisica a los seres vivos y a los grtipos que elles forman, como al- funos han cteido factible. Bs posible descubrir leyes sociologicas amplias, lo mismo que leyes para cierlos campos sociales mas reducidas, sin que se tuviera que csiar en condiciones de recu- rrir a la microestructura y construyendo asi estas leyes sociolé- gicas a partir de leyes fisicas. Las leyes sociolégicas que se descubren sin ¢} auxilio de leyes fisicas en el sentido mas estric- to del término no son necesariamente alteradas por la adicién de una subestructura fisica descubierta con postcrioridad. El socié- fogo es completamente libre en la busqueda de leyes, solo que debera hablar siempre, en sus predicciones, de estructuras que es- tén dadas en el espacio y en el tiempo. 5. Corretacioncs socioldgicas Es tan poco posible cn sociologia como cn otras ciencias facti- cas, decir de antemano, sobre la base de consideraciones tedricas, qué correlaciones pucden emplearse con perspectivas de éxito. Pero cs demostrable que ciertos intentos tradicionales fracasan con regularidad, mientras que otros métodos, que tiencn éxito en el descubrimiento de correlaciones, no son lo suficientemente cultivados . SOCIOLOGIA EN FISICALISMO De qué tipo son, pues, las correlaciones sociologicas? ¢Cémo se llega, con cierto grado de seguridad, a predicciones socioldgi- cas? A fin de poder predecir la conducta de un grupo en deter- minado aspecto, es necesario con frecuencia conocer en su con- junto Ja vida del grupo. Las formas de conducta especificas, distinguibles por ello de la totalidad de los procesos, formas como la construccién de mdquinas, la ereccién de templos, las formas de matrimonio, no presentan variaciones calculables ‘au- ténomamente”, sino que deben ser consideradas como partes del complejo dado que se esta investigando en el momento, Para saber cOmo cambiard en lo futuro la construccién de templos, hay que estar famitiarizado con las formas de produccidn, con Ja forma de la organizacién social, y con los modos de conducta religiosa en el periodo que se toma como punto de partida; hay que saber a qué transformaciones estan sujetos todos esos ele- mentas combinados. No todos los fenémenos resultan igualmente reacios a ser em- pleados en esas predicciones. Dadas ciertas condiciones, del modo de produccién de un periodo histérico pueden inferirse aproximadamente las fases siguientes del desarrollo del modo de produccién y la forma de organizacién social. Después se esté en situacién de intentar con algun éxito hacer nuevas prediccio- nes sobre la conducta religiosa y materias andlogas con ayuda de jas predicciones anteriores. La experiencia muestra que él procedimiento inverso, por otra parte, fracasa, es decir, que no parece posible derivar “predicciones sobre el modo de produc- cion de predicciones relativas sélo a la conducta religiosa. Pero tanto si dirigimos nuestra atencién a los métodos de pro- duceién, como si la dirigimos a Ja conducta religiosa, 0 a la construccién de edificios, o a la misica, nos hallaremos siempre ante procesos que pueden ser descritos dentro del fisicalismo. Muchas de las instituciones sociales de una época sélo pueden explicarse apropiadamente si se conoce su pasado lejano, en tan- to que otras pueden, por asi decirlo, ser comprendidas en cual- quier tiempo siempre que se den los estimulos apropiados. En un cierto sentido la existencia de cafiones acttia como estfmulo, produciendo a medo de reaccién torretas blindadas, mientras que, por otra parte, el frae de nuestros dias no representa una reaccién a la danza, y sélo muy dificilmente sera reinventado una vez desaparecido. Pero es comprensible para nosotros que en un momento del pasado un hombre vestido con una chaque- ta de faldones largos haya sido el inventor del proto-frac, al doblar hacia arriba esos faldones para cabalgar. 1a coherencia de las instituciones es diferente en ambos casos. ‘Asi como uno debe estar informado de Ja naturaleza de fa coherencia a fin de poder hacer predicciones, debe también sa- berse si determinada institucién puede sustraerse facil o diffcil- mente a ima determinada estructura social y si en caso de su 308 ETICA Y SOCIOLOGIA eliminacién, sera repuesta nuevamente El Estado, por ejemplo, es una estructura muy cstable cuyo funcionamiento cs inde- pendiente en considerable medida del cambio de las personas; aun cuando muriesen muchos jueces y soldados, otros nuevos ocuparian sus lugares. Por el contrario, una maquina no rem- plaza por lo general las ruedas que Ie sean quitadas. Es un problema enteramente fisicalista determinar en qué medida la existencia de personas especificas, especialmente cons- tituidas y que se desvian del promedio, aseguran !a continuidad. de una estructura estatal. La interrogante respecto a la medida en que tales personas especificas importantes sean remplazables, debe ser tratada aparte. La abeja reina asume una posicién especial en la colmena, pero cuando se pierde una abeja reina se da la posibilidad de que surja otra. Siempre hay reinas laten- tes. ¢Cémo ocurre esto en el caso de la sociedad humana? Es un problema sociolégico enteramente concreto el determi- nar en qué medida pueden hacerse predicciones sobre estructuras sociales sin tomar en consideracion el destino de ciertas perso- nas individuales especialmente prominentes, Es posible sostener con buenas razones que una vez que el régimen de maquinas dio a la moderna transformacién capitalista su caracteristico matiz, la creacién del burgués europco pudo ya haberse predicho hacia fines del siglo xviii, micntras que, por otra parte, dificiimente hubiera podido predecirse la campana de Napolcén en Rusia y el incendio de Mose, Pero quizds fuese valido decir que si Na- poleén hubicra vencido a Rusia, la transformacién del orden social se hubicra operado del mismo modo que en realidad se operé, Hasta un Napoleon victorioso habria tenido que sostener al viejo feudatismo de la Europa central, hasta cierto punto y durante cicrio tiempo, asi como, en otra ocasidén, restablecié la Iglesia catdlica. El que se pueda predecir séto con esta o aquelta amplitad, utilizando o no predicciones accrca de individuos, no afecta de ning modo el caracter del conductisme social, Es igualmente impredecible la trayectoria de una hoja de papel al viento y, sin embargo, la cinematica, la climatologia y la -meteorologia, son ciencias {Gcticas bien estructuradas, Et tener que predecir al capricho, cualesquicra de los procesos individuales, no forma parte de la natuyaleza de una ciencia factica bien estructurada. Que pueda interesarnos especialmente ect destino de una hoja individual de papel, por ejemplo, de un billete de mil marcos arrebatado por el viento, importa poco a la investigacién cien- Utica. No es nécésario discutir aqui si una crénica de los caminos “accidentales" de las trayectorias de la boja al viento, podria paulatinamente Ilevarnos a formular una tcoria de Jas trayecto- rias de las hojas. Aun cttando pucdan ser fisicalistamente inter- pretadas, muchas de las opiniones ligadas a Rickert y pensadores relacionados, no conciuven en leves cientificas. SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 309 La sociologia, como toda ciencia factica, busca descubrir corre- laciones que puedan utilizarse para predicciones. Procura estable- cer, todo lo inequiveca y claramente posible, las estructuras que son fundamentales para su estudio. Puede intentarse, por ejem- plo, definir grupos mediante el co:nmercitm y el connubiun. Se determina quién comercia con quién, 0 quién se casa con quién. Seguramente se distihguiraén zonas estadisticas de concen- tracién claramente diferencradas junto a zonas marginales débil mente pobladas, y después podrian investigarse las condiciones en que esas concentraciones varfan o incluso desaparecen. Des- cubrir la correlacién de dichas zonas de concentracién con las formas de produccién predominantes en ese momento, es noto- riamente una tarea socioldégica legitima, que podria tener impor- tancia para la teoria de las “clases sociales”. Puede investigarse, por ejemplo, en qué circunstancias apare- cen el matriarcado, el culto a los antepasados, la agricultura y otras instituciones, en qué momento empiczan a fundarse las ciudades o qué correlaciones existen entre la teologia sistematica y otras actividades humanas. También puede preguntarse cémo resulta determinada la administracién de Ia justicia por las con- diciones sociales, aunque es cuestionable que una delimitacién tal, nos pudiera conducir a distinguir regularidades formulables como leyes. Muy bien acontece, por ejemplo, que deban ajiadirse ciertos hechos que ocurren fuera del ambito de la ley, a los im- plicitos en la administracién de la justicia, si han de encontrarse relaciones expresables en forma de leyes. Lo que un grupo reconoce como legal, otro puede considerarlo come ajeno al orden juridico. Por ello sdlo pucden establecerse correlaciones entre los enunciados de los hombres acerca del “derecho” o entre su conducta y sus enunciados. Pero no es posible, sin una elaboracién preliminar especial, contrastar “su- cesos legales”, en cuanto tales, con otros sucesos. Es dudoso que se puedan establecer correlaciones sociolégicas simples entre la tasa de interés permitida, por una parte, y el nivel de vida de Ja época, por Ja otra; quizd aparezcan relaciones mas simples si se toman en conjunto “la accién permitida de recibir intereses” y “la accién prohibida del agio”. Asf, las formas de conducta que son juzgadas tanto por “el derecho” como por “la ética” podrian integrarse sociolégicamen- te, e incluso podrian incorporarse a dicha integracién Jos juicios juridicos y éticos mismos. Tanto la ética como el derecho son disciplinas socioldgicas sub- sidiarias, pero desde luego éstas no son ni “la ética” ni “la teorfa del derecho” que usualmente se cultivan. Estas ultimas no ofre- cen ninguna 6 muy pocas cortelaciones sociolégicas. Son pre- dominantemente metafisicas, o, cuando estén libres de meta- fisica, el planteamiento de sus problemas y la ordenacién de sus enunciados sdélo pueden explicarse como residuos de teologia. 310 ETICA Y SOCIOLOGIA En parte, contienen deducciones puramente légicas, la derivacién de ciertos preceptos de otres, o la obtencién de determinadas consecuencias a partir de determinadas presuposiciones legales, pero todo esto cae fuera de la esfera de correlaciones ordenadas. 6. La.ética y ta teoria det derecho como residuos metafisicos En su origen, la “ética” es aquella disciplina que trata de deter- minar la totalidad de las érdenes divinas, para establecer, por medio de una combinacién légica tanto de érdenes como de prohi- biciones de caraeter muy general, si una accion particular dada, esta ordenada, permitida o prohibida. La "casuistica” de los tedlogos catdlicos de la moral ha claborado ampliamente esta clase de deducciones. Es obvio que la indeterminacién de Jas érdenes divinas, asi como la ambigticdad de su interpretacién, impidieron que este hacinamiento adquiera un caracter verd deramente cientifico. El enorme despliegue de deducciones Idgi- cas fue, por asi decirlo, desperdiciado en un objeto indtil, aun cuando histéricamente se preparé con ello el camino para el futuro periodo de sistematica elaboracién ldgica de la ciencia. Si el Dios que da las érdenes y que asimismo regula los aconte- cimientos del cielo y del infierno, que muchos tedlogos cierta- mente situaban en el centro de la tierra son fisicalistamente definidos, entonces se trata desde luego de una disciplina no metafisica, aunque si de una disciplina fisica altamente acritica. Pero gcémo puede delimitarse una disciplina “ética” una vez eliminado Dios? ¢Es posible pasar a una “orden en si”, al “impe- Tativo categérico”? De igual manera puede hablarse de un “vecino en si, sin tener vecino”, 0 de un “hijo en si que no tuvo nunca padre ni madre”. 7Cémo deben delimitarse ciertos preceptos o modos de con- ducta a fin de hacer posible “una ética nueva dentro del contexto del fisicalismo”? Parece imposible. Los hombres pueden tomar resoluciones conjuntas y conducirse de determinadas maneras, y es posible estudiar las consecuencias de esos hechos. Pero gqué modos de conducta y qué directivas hay que distingnir como “éticas” para establecer’correlaciones? La retencién de un nom- bre antiguo se basa en la opinién de que hay algo permanente por descubrir, lo que es comtin a la vieja teologia o metafisica y a las nuevas disciplinas empiricas, Cuando se han eliminado de Ja ética todos los elementos metafisicos, asi como todos los fisicalismos teoldgicos, sélo quedan enunciados acerca de cicrtos modos de conducta humana o los mandatos dirigides por unos hombres a otros. Pero también podria concebirse una disciplina, la cual inves- tigara, dentro de Ja ciencja unificada y de.un modo totalmente conductista, qué reacciones son determinadas por un cierto modo de vida y si esos modos de vida hacen a los hombres mas o menos SOCIOLOGIA EN FISICALISMO Suh felices. Es facit imaginarse una “felicitologia” (Felicitologie) iw talmente empirica, sobre bases conductistas, que tome el lugar de i ética tradicional. Sin embargo, uno busca en uma ética lie bre de metafisica cf analizar, de un modo o de otro, las “motiva- ciones” de lusshombres, como si éstas proporcionasen una docu- mentacién apropiada para lag relaciones legales, Lo que'los hombres afirman ser las “razones” de su conducta depende mds de datos contingentes que de los del curso nermal de su conduc- ta. Cuando se sabe qué condiciones sociales generaies existen en un periodo dado, se puede predecir la conducta de grupos com pleios, mas facilmente que ta de los individuos con los argumen- tos que aduzcan para su conducta. Los modos de conducta seran seguidos con muy variadas modalidades y sélo unos cuantes advertiran la correlacién que hay entre la situacién sovial y Ja conducta ordinaria. Esos “conflictos de motivaciones”, en su mayor parte formu. lados metafisicamente, los evita una sociologia empfrica, con- sagrada a un trabajo fecundo, como sucede con la mas exitosa sociologia del tiempo presente: el marxismo; éste trata de esta- blecer correlaciones entre la situacién social y la conducta de clases enteras, para de aqui deducir las secuencias verbales fre- cuentemente cambiantes, que se supone “explican la motivacidn” de Jas acciones legales. Como el marxismo hace en sus descrip- ciones el menor uso posible de las relaciones legales, de lo que los hombres dicen acerca de si mismos, de los “hechos de su consciencia”, de su “ideologia”, se relaciona con las escuelas de “psicologia” que de un modo u otro conceden un papel pro- minente a lo “inconsciente’. As{ es como el psiceandlisis y la psicologia individual, en virtud de que refutan y eliminan la psi- cologia de la motivacién de Ja conciencia (hoy del tode anticuada), preparan cl camino a la moderna sociologia empirica que trata, con el cspiritu de la ciencia unificada, de descubrir correlaciones entre las acciones y los facteres que las condicionan. Y aun cuando el psicoandlisis y la psicologia individual en su forma actual contienen muchas expresiones metafisicas, sin em- bargo, por su insistencia acerca de la relacién entre la conducta y sus previas condiciones inconscientes, son precursores del modo de pensar conductista y de la metodologia sociolégica. Asi pues, tiene sentido el preguntar si cierta manera de vivir da mas felicidad que otra, ya que Ja “felicidad” puede describir-" se de un modo totalmente conductista; es valido preguntar de qué dependen las exigencias que se hacen unas masas de hombres @ otras, qué nuevas exigencias se formulan, qué modos de con- ducta resultardn de tal situacién. Exigencias y modos de conducta que, a este respecto, con frecuencia son fundamentalmente diver- gentes. Todas éstas son legitimas formulaciones sociclégicas, de problemas. No tenemos por qué decidir aqui si es aconsejable caracterizarlas como “¢ticas”, 342 ETICA Y SOCIOLOGIA El caso de Ja “jurisprudencia” es analogo, cuando se Je en- tiende como algo distinto a la sociologia de ciertos fenémenos sociales, Pero” cuando acomete Ia tarca de determinar si un sistema de alegatos armoniza iégicamente, si ciertas conclusiones de los cédigos pueden armonizar con ciertos cnunciados de obser- vaciohes sobre la practica legal, nos hallamos aite investigaciones puramente Idgicas. Cuando determinamos que las reglas de un quimico son légicamente congruentes, todavia no hemos ingresado en la ciencia quimica, pero para poder hacerlo tenemos que establecer corrclaciones entre ciertos fenémenos quimicos y ciér- tas temperaturas y otras cosas semejantes. El hecho de que a pesar de sus formulaciones preliminares esencialmente meta- f{sicas, los representantes de ciertas escuelas de jurisprudencia puedan producir algo jdgica y cientificamente importante, no impide que rechacemos tales formulaciones, como por ejemplo: “El pensar las leyes materndticas o ldgicas es un acto psiquico, pero el objeto de Ja matematica o de la légica —lo que es pen- sado— no es algo psiguico, ni un “alma” matematica ni Iégica, sino una realidad intelectual especifica. Porque las matematicas y Ja Idgica abstraen del hecho psicoldégico del pensar de tal modo, un objeto; asi el Estado es, como objeto de un modo especifico de pensar que hay que distinguir de la psicologia, una realidad distintiva, pero no es el hecho de pensar y querer tal objeto; es un orden ideal, un sisterna especifico de normas, pero no el pen- sar y el querer de esas normas. Reside no en el reino de la natu- vaieza —el reine de Jas relaciones fisico-psiquicas—, sino en el reino del espiritu. E] Estado, como autoridad que obliga, es un valor o —hasta donde est4 consagrada la expresién proposicional de valor— una norma, o un sistema de normas. Como -tal, es esencialmente diferente del hecho especificamente real de la con- cepcién o el deseo de la norma, que se caracteriza por ta indife- rencia para el valor® Formutaciones de este tipo se conectan con otras andlogas sobre la “ética” y disciplinas con elJa relaciona- das, sin que.se haya hecho ningtin intento por descubrir el modo como el término “rnetas objetivas” deba encontrar su lugar én la ciencia unificada, sin indicar ningun enunciada de observa- cién mediante ef cual pudieran determinarse “metas objetivas” en cuanto tales. Otro ejemplo: “Si la ‘teoria general del Estado’ pregunta qué es el Estado y céme es, es decir, cuales son sus formas basicas y sus contenidos principales, la politica pregunta si debe existir el Estado vy —en caso que deba existir— cual dentro de sus posibilidades es la mejor. Mediante esta formulacién de pregun- tas, la politica se presenta como parte de la ética, como el juicio moral que sefiala metas objetivas para Ja conducta humana, es decir, que pone como obligatorio cl contenido de algunas accio- ® Kelsen, Allgemeine Staatslehre, pp. 14 ss. an SOCIOLOGIA EN FISICALISMO nes; pero la politica, en la medida en que busca medios adecua- dos para la realizacién de esas metas objetivas que son algo establecido y supuesto, esto es, en la medida en que fija esos contenidos de conducta que la experiencia revela y que corres- ponden sustancialmente a las metas prefijadas, en esa medida, la politica no es ética, no se dirige a la ley normativa, prescrip- tiva. Es una técnica, si puede usarse esta palabra, una técnica social y en cuanto tal, dirigida a las leyes de tipo causal de la conexién de 1aedios y fines.” ? Aun después de amplias modificaciones, la mayoria de estas opiniones no pueden utilizarse en el marco de una sociologia empirica, es decir, de un conductismo social. Porque ¢qué corre- lacién se supone que se enuncia? Puede objetarse que se trata una vez mds de mostrar que las combinaciones de ciertas reglas y definiciones legales son légicamente equivalentes a otras defi- niciones (aunque esto es algo que a primeva vista no necesaria- mente se advierte). Pero entonces, aunque esas demostraciones sean importantes para la vida practica, indudablemente no re- querirén de estudios metafisicos especiales. Es manifiesto que las tautologias dei sistema legal seran menos prominentes cuando el espiritu basico de la ciencia unificada prevalezca. Presenta mayor interés, entonces, determinar qué efectos producen ciertas medidas, y merior, el precisar si los Preceptos formulados en los cédigos son légicamente conse- cuentes. No se necesita, evidentemente, ninguna disciplina espe- cial para comprobar la compatibilidad Iégica de las reglas para la administracién de un hospital. Lo que se quiere conocer es cémo el funcionamiento conjunto de ciertas medidas afecta el estado de salud, para poder actuar en conformidad. 7. La sociologia empirica del marxismo El lenguaje unificado del fisicalismo salvaguarda el método cien- tifico. El enunciado se enlaza al enunciado, la ley a la ley. Hemos visto que la sociologia puede incorporarse a la ciencia unificada lo mismo que la biologia, la quimica, la tecnologia o la astro- nomfa. La separacién fundamental de unas “especificas ciencias del espiritu” respecto de las “ciencias naturales” resulté carecer teéricamente de sentido; pero se ha observado que aun una divisién puramente prdctica, mas precisada que cualquiera de las existentes, resulta inapropiada y totalmente innccesaria. En este respecto, hemos hecho un esbozo del concepto de las correlaciones sacioldgicas, aplicable dentro de un conductis- mo social avanzado. Vimos que por virtud de ese concepto, dis: plinas como la “ética” y la “jurispradencia” pierden sus funda- mentos tradicionales. Sin metafisica, sin distinciones explicables © Kelsen, op. cit., p. 27. 314 ETICA Y SOCIOLOGIA sélo mediante la referencia a h4bitos metafisicos, esas discipli- nas no pueden conservar su independencia. Cualesquiera que sean los elementos de verdadera ciencia que contengan, éstos quedan incorporados a la estructura de la sociologia. En esta ciencia convergen graduaimente todos los enunciados de protocole y las leyes utiles que pueden ofrecer la economia nacional, la etnologia, la historia y otras disciplinas. En ocasio- nes, el hecho de que los hombres modifiquen sus modos de reaccion, juega un papel importante en el pensamiento socio- légico; en ocasiones, el punto de partida es el hecho de que los hombres no modifiquen su conducta reactiva, sino que entren en relaciones nuevas entre si, La economia nacional, por ejem- plo, establece la presencia de un tipo humano constante, y sdlo mas tarde investiga las consecuencias del funcionamiento de) orden econdémico dado, por ejemplo, del mecanismo del mercado, de determinar cémo se producen las crisis y el desempleo, c6mo aumentan las ganancias netas, etcétera. Pero cuando se observa que el orden econdmico dado es modi- ficado por los hombres, surge la necesidad de leyes sociolégicas syne describan esa modificacién; la investigacién del orden eco- némico y su funcionamiento no es, pues, suficiente; es necesario inyestigar, ademas, las Ieyes que determinan el cambio del orden econémice mismo. Céme ciertos cambios en el modo de produc- cién modifiquen los estimulos de tal manera que los hombres ivansformen sus modos tradicionales de vida, a veces por medio de revoluciones, es cuestién que investigan los socidlogos de jas escuelas mas divergentes. El marxismo es el gue contiene, en mas alto grado que cualquiera otra escuela sociolégica del pre- sente, un sistema de sociologia empirica. Las tesis marxistas mas importantes empleadas para la prediccién, estan ya cnun- ciadas de un modo bastante fisicalista, en la medida en que lo permite el lenguaje tradicional, o bien, pueden formularse fisica- listicamente sin que pierdan nada esencial. En‘el caso del marxismo, podemos ver cémo se investigan las correlaciones sociolégicas y cémo se establecen relaciones que se conformen a la ley, Cuando se intenta establecer la correla- cién existente eritre los modos de produccién de periodos suce- sivos y de sus formas contempordneas de cultos, de obra edito- rial, de razonamientos, etc., se esta investigando la correlacién entre estructuras fisicalistas. El marxismo asienta, por encima de la teoria del fisicalismo (materialismo), ciertas teorias espe- ciales. Cuando opone un grupo de formas como “subestructura” a otro grupo como “superestructura” (el “materialismo histéri- co” como teoria fisicalista especial), procede a lo largo de sus operaciones dentro del marco del conductismo social. Lo que est4 implicito aquf, no es la oposicién de lo “material” a lo “es- piritual”, es decir, de “esencias” con “tipos diferentes de causa- lidad”. . SOCIOLOGIA EN FISICALISMO 35 Los préximos decenios deberiam ocuparse, en grado cada vez mayor, en el descubrimiento de esas correlaciones. El extraor- dinario intento de Max Weber para demostrar cémo el capitalis- mao nacié del calvinismo, revela claramente en qué gran medida las formulaciones metaffsicas dificultan la imvestigacién con- creta. A un partidario del conductismo social, de inmediato le parece muy natural el que determinadas secuencias verbales —la formulacién de ciertas érdenes divinas-- se consideren de- pendientes de ciertos modos de produccién y de ciertas situa- ciones de poder. Pero no parece muy aceptable el que el modo de vida de gran numero de seres humanos ocupados en el comer- cio, la industria y otras cosas, se encuentre determinado por secuencias verbales emanadas de tedlogos como individuos, ni por preceptos de la divinidad, siempre vagamente expresados, trasmitidos por dichos tedlogos. Y, sin embargo, Max Weber éstuvo de acuerdo con este punto de vista. Traté de demostrar que del “espiritu del calvinismo” nacié el “espiritu del capita- lismo”, y con él el sistema capitalista. Un tedlogo catélico, Kraus, advirtié que tal sobrestimacion de la influencia de las formulaciones teoldgicas séfo puede expli- carse por el hecho de que Weber atribuia al espfritu una especie de efecto “magico”. En las obras de Weber y de otros pensadores, se considera al “espfritu” muy estrechamente vinculado a pala- bras y a formulas. Comprendemos asi la asidua bisqueda por Weber de formulaciones teoldgicas fundamentales, emanadas de individualidades calvinistas, en que puedan hallarse los origenes de formulaciones capitalistas fundamentales. El “racionalismo” de una esfera brota del de la otra. El atribuir tan tremendo poder a los discursos y a ios escritos teolégicos, también seria formal- mente posible dentro de un sistema fisicalista, pero la experien- cia demuestra otra cosa. Coincidiende con los marxistas, el tedlogc catdélico antes mencionado sefiala el hecho de que las sutileza- teolégicas ejercen poca influencia sobre el comportamicnto hu- mano, ya que en realidad apenas si son conocidas por el comer: ciante comun o por el profesionista. Seria mucho mas razonable suponer que en Inglaterra, por ejemplo, los comerciantes ene- migos del monopolio real y los usureros que querian establecer tipos de interés mas altos de lo que permitia la Iglesia de Ingla- terra, dieron rapidamente su apoyo a una doctrina y a un partide que se revolvian contra la Iglesia y contra la Corona, aliada de aquélla. En un principio la conducta de aquellos hombres se orienté, en considerable medida, hacia el capitalismo, y mas tarde se hicieron calvinistas. Seria de esperarse, de acuerdo con toda Ja experiencia habida en otros tiempos sobre las doctrinas teolégicas, que éstas sufricran una revisién y fueran subsiguien- temente adaptadas al sistema de produccién y de comercio. Y Kraus muestra, ademas, en oposicién a Weber, que las formula- ciones teolégicas “compatibles” con el capitalismo no aparecic- 316 ETICA Y¥ SOCIOLOGIA ron sino hasta més tarde, mientras que el calvinismo en su forma original, se relacionaba més bien con jos dogmas de la pre- capitalista Edad Media. Ef punto de partida metafisico de Weber impidid su trabajo cientifico y determind desfavorablemente su seleccién de enunciados de observacién y sin una adecuada se- Jeccién de enunciados de observacién, no puede existir trabajo cientifico fructifero. Analicemos un caso concreto, un poco mas detalladamente. 4Con qué est4 conectada la decadencia de la esclavitud en el saundo antiguo? Muchos se han inclinado a opinar que Ja .doc- trina cristiana y el modo de vida cristiano causaron la desapa- yicién de la esclavitud, después de que los fildsofos estoicos hubieron desacreditado el concepto de esclavitud como institu- ciép eterna. Si esa afirmacién quiere expresar una correlacién, es natural considerar, en primer término, si se dieron juntos 0 20, el cris- tianismo y la esclavitud. Entonces se ve que las formas mas opresoras de esclavitud aparecieron a principios de la Edad. Moderna, en un tiempo en que los Estados cristianos extendian su poderfo a todas partes, en que las Iglesias cristianas eran vigorosas, sobre todo en las colonias, A causa de la intervencién de tedlogos catdélicos, motivada por consideraciones humanita- rias, se emprendio la tarea de defender a los indios americanos esclavos que se extinguian, mediante la importacién de esclavos negros, m&s robustos, transportades por cargamentos a la Amé- rica. En realidad, seria necesario definir m4s concretamente lo que se puede entender por “cristianismo” y por “esclavitud”. Si se intenta formular mas claramente la correlacién que hay entre ambos, es necesario decir que enunciados de cierto tipo, que detcrminada conducta religiosa, etc., no aparecen nunca en con- juncién con la propiedad de esclavos en gran escala. A este respecto, seria necesario fijar un modo definido de aplicacion, perque un hombre puede ser “esclavo” desde el punto de vista “surfdico” y simultdneamente “aro”, desde el punto de vista “so- ciolégico”; los conceptos socioldgicos sélo pueden enlazarse con otros conceptos socioldgicos. El ‘dogma cristiano” es un concepto extraordinario indeter- minado. Muchos tedlogos han crefdo posible demostrar, basan- dose en la Biblia, que Dios condené a los negros a Ia esclavitud : cuando Cam traté irreverentemente a su padre Noé, que se habia embriagado, Noé lo maldijo y declaré que él y sus descendientes s¢ someterian a sus hermanos Sem y Jafet y a sus descendien- tes. Otros tedlogos, sir, embargo, han tratado de encontrar en ja doctrina cristiana argumentos en contra de la esclavitud. Es evidente que el socidlogo avanza mucho mas cuando de- limita a un cierto conjunto natural de Kombres, de actos reli- giosos, de dogmas, etc., y después observa si estos elementos que SOCIOLOGIA EN FISICALISMO mencionamos aparecen correlacionades con determinados modos de conducta social o no. Descrito asi, resulta, desde luego, un procedimiento muy simplista; deberd intentarse descubrir no so lamente correlaciones tan sencillas, sino ademds correlaciones de mayor complicacién. Las leyes deberan combinarse unas con otras, a efecto de que resulte posible establecer ciertas predic. ciones. Algunas “leyes” sociolégicas sélo son validas durante perio- dos limitados, analogamente como en biologia hay leyes relativas a las hormigas y relativas a los leones, ademds de leyes mas generales. Es decir, todavia no nos hallamos en situacién de establecer con precisién de qué dependen ciertas correlaciones: la frase “periodo histérico” se refiere a un complicado conjunto de condiciones que avin no han sido analizadas. Gran confusién causa la opinién de algunos socidlogos analiticos, segin la cual las leyes que ellos han descubierto poseen el mismo cardcter que las leyes quimicas, es decir, que tienen que ser ciertas bajo todas las circunstancias concebibles del mundo. Empero, en su mayor parte, la sociologia trata con correlaciones vAlidas sdlo para periodos limitados de tiempo. Tenia razén Marx cuando afirmé que es insensato hablar de una ley universal de pobla- cién, como. lo hizo Malthus, pero es posible establecer qué ley de poblacién es valida para un periode socioldgico dado. Cuando se analiza el conflicto habido entre los estados det nor- te y los del sur de Norteamérica sobre la liberacién de los escla- vos, con el fin de esclarecer la interrogante: “¢Cémo se efectud Ia decadencia de Ja esclavitud?”, se est4 ante un conflicto entre estados industriales y estados agrfcolas de plantaciones. La eman- cipacién causaba serios dafios en los estados de plantaciones.

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