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ta Tlosofia se ha interesado practicamente desde sus origenes por los aspectos for- males del razonamiento. Aistoteles fue el primero en desarrolar una teoria de la argu. ceeneacion deductiva, por lo que se le considera con justicia el creador de la I6gica como aisciplina, La légica permanecio esencialmente en el mismo estado en que la delo Arist6teles hasta mediados de! siglo xx, cuando iniclé un nuevo desarrollo, base do en gran medida en su capacidad para analizar con ayuda de métodos matentices {unas de razonamiento de las que la légica aristotlica no podia dar cuenta, en per. Sfular aauellas en que intervienen expresiones cuantiicacionales mltiples y expre- Siones relacionales. Para el tratamiento sistematico de estas formas de razon, Inlento, se desarrollaron a finales del siglo wx principios del ax la teoria de lee vel clones ¥ la de la cuantificacién. Estas dos teorfas, junto con el célculo proposicional Coe aluslo iniciaron los légicos megaricos y estoicos, constituyen el cuerpo bast Co de conocimientos de la lgica, una disciplina que a lo largo del siglo x se he dae, rrollado considerablemente y que esta todavia en expansién. Fate libro es un manual de introduccién a la l6gica, escrito especialmente para estu- Clantes de flosofia, pero también para aquellas personas con formacion tment, leresadias en materias que requieran conocimientos l6gicos, como la lingufst ca la ciencia cognitiva. En él se exponen los conceptos y resultados bAsicos de log {a logica proposicional y, sobre todo, la cuantificacional se introducen de forma au- Sada en los primeros capitulos del libro. El concepto de infinitud, que tradicionatinen: {e ha sido objeto de reflexion flosofica, es un concepto propio de la teorla de conjuntos ‘que el lector también encontrara caracterizado con rigor en estos caprtulos REED: //wiw.ariel.es : 934132-6 ANN Raq] Ariel Filosofia | Calixto Badesa | Ignacio Jané Ramon Jansana Elementos de légica formal Editorial Ari. SA.» isso cube Nacho Seriano 1 edie: septiembre 1998 {© 1098: Callas Badess Cortés, gntio Jn Pala, Raton Fansana Ferree Derechos exclusives de ec en espaol reservados para aoe! mundo: © 199: Editorial Ae, SA, Crcega, 27008008 Baredions ISBN: RA-3A47489 Dept legal B. 34452-1998 pres en pas Ninguna arte de pubis, ndad eo Avner pda erred scr ags ‘hime sen prism media yen con ‘unico, mais, pon fo ato ade cop Stn pris revo del ear Prélogo Introduecién, INDICE PRIMERA PARTE NOCIONES DE TEOR{A DE CONJUNTOS Carituto 1, El concepto de conjunto 1. El principio de extensionalidad 2, La relacién de inclusién 3. El principio de separacién ... 4, Bjercicios. Capfruto 2. Operaciones con conjuntos 1, Las operaciones bisicas Complementacién 3. El conjunto potencia 4 5 6 ‘Uniones e interso Sobre la existenci Ejercicios ..... ciones generalizadas de conjuntos B B 16 wy a1 4 4 29 32 33 36 37 u force CapiruLo 3. Relaciones 1. Introduceién ares ordenados ..... 2. 3, Relaciones . 4, Clases de relaciones 5. Relaciones de equivalencia y particiones 6. Relaciones de orden ....... i 8 . Relaciones entre varios objetos Bjercicios Capfruto 4. Funciones 1, El concepto de funcién 2. Biyectabilidad . 3, Tsomorfismo 4. Operaciones en un conjunto 5, Bjercicios CaPfruLo 5. Conjuntos finitos e infinitos 1, Los mimeros naturales 2. Bl orden de los nimeros naturales Conjuntos finitos ......e.ces 4, Conjuntos infinitos ... 5. Ejercicios SEGUNDA PARTE, LOGICA PROPOSICIONAL Capfruto 6. Sintaxis de la légica proposicional 1, Introduecién, an 2. El lenguaje de la légica proposicional 4a 4 a2 45 ot 58 70 2 81 a 89 4 96 100 100 103 106 109 us 121 121 122 inpice 3. Subférmulas 4, Bjercicios Cariruto 7. Seméntica de la lgica proposicional 1. Verdad con una asignacién 2. Tautologins y contradiceiones 3, ‘Tablas de verdad A Bietcild a. co aan Cariroto 8 Equivalencia légica 1. Bl concepto de equivalencia logic. 2. Bliminacién de conectivas ... 3. Bjercicios CapivuLo 9. Consecuencia Iégica 1. Satisfacibilidad 2. Consecuencia ligica 3. Bjercicios Capiruo 10. Formas normales 1, De tablas de verdad a formulas 2, Forums uormales o 3. Sistemas completos de conectivas . 4, Bjercicios ... Capituto 11. Légica proposicional y lenguaje natural 1, Simbolizacién 2. Consecuencia y argumentacién .. 3. Bjercicios ....... 129 131 133 133 138 140 44 146 46 150 153 156 156 158 164 168 168 1m a4 179 181 181 188 191 w ipice TERCERA PARTE, LOGICA DE PRIMER ORDEN CapfruLo 12. Sintaxis de los lenguajes de primer orden 1, Introduccin .......cceeeeesoee a 2. Los lenguajes de primer orden. 3. Bjercicios Carituto 13. Seméntica de los lenguajes de primer orden 1, Estructuras L 2. Verdad en una estructura, 3. Simbolizacién 4. Bijercicios CaPfruto 14. Verdad, equivalencia y consecuencia I6; 1, Verdad légica 2, Equivalencia logica 3. Consecuencia légica 4, Bjercicios ... ee CaPiruLo 15. Légica de primer orden con simbolos funcionales 1. Introduccion ae 2. Sintaxis os wh 3. Seméntica . 4 . Bjercicios Cariruto 16. Céleulo deductive 1, Introduecién, 2. El céleulo deductive 195 195 197 207 207 209 216 222 230 230 233 239 242 247 2ar 248 250 256 259) 259 259 re 3. Reglas derivadas 4, Algunos principios sobre deducibilidad 5. Bjereicios Cariruto 17. Teorfas y modelos 1, Introduccién y preliminares . El teorema de correecién Conjuntos consistentes maximalos ‘Teorfas de Henkin y modelos canénicos Bl teorema de completud Aplicaciones ‘Teorias y axiomas . Definicién de simbolos |. Bjercicios ApénpICE A. Semdntica con asignaciones ... APENDICE B. Alfabeto griego 276 281 285 288 288 290 293 295 302 306 309 315 321 323 327 PROLOGO Este libro es un manual de introduccin a la logica, escrito especialmente para estudiantes de filosolla, pero también para aquellas personas eon forma- cién humanistica interesadas en materias que requieran conocimientos légicos, como la linglifstica o la ciencia cognitiva. En él hemos pretendido presentar de forma detallada los conocimientos mfnimos de légica que, a nuestro entender, todo licenciado en filosofia debiera poseer. El traiamiento de los distintos te- mas es pausado, con multiples ejemplos y aclaraciones, y sin presuposiciones técnicas por parte del lector. EL libro se divide en tres partes: nociones de teorfa de conjuntos, légica proposicional y ldgica de primer orden. Puesto que su titulo es Blementos de légica formal, cabe decir algo acerca. de las razones para incluir los cincos capitulos que constituyen Ia primera parte. Son, fundamentalmente, tres: en primer lugar, el tratamiento riguroso de los temas propiamente l6zicos, so- bre todo de la légica de primer orden, requiere instrumentos téenicos que se laboran en la primera parte. En segundo lugar, el desarrollo informal, pero riguroso, de los temas de la primera parte, en particular las justifieaciones y demostraciones, es un buon material para la aplicacién de los métodos de ‘andlisis desarrollados en los capitulos de légica, al tiempo que la variedad de cconstrucciones conjuntistas estudiadas (como los diversos érdenes lineales en el conjunto de los mimeros naturales) afrere al lector sn indicia de la abuin- dancia y diversidad de estructuras a que se aplica la 16gica de primer orden, ue, de otro modo, no podria sospechar. En tercer y iltimo lugar, los métodos conjuntistas son necesarios para un tratamiento cabal de conceptos como el de niimero natural o el de infinito, que tradicionalmente han sido objeto de refiexidn floséfica y que la persona interesada buscaré seguramente en un libro de légica. El estudio del material incluido puede hacerse en orden distinto al de su aparicién. De hecho, un curso introductorio de légica puede empezar por la parte dedicada a la l6gica proposicional, ya que (con excepcién de algu- nas consideraciones sobre induceién, que pueden dejarse para un curso més avanzado), los conocimientos conjuntistas que estos capitulos presuponen son prdcticamente nulos; el curso puede continuar con algunas secciones de la par- te de teorfa de conjuntos, en particular con las dos primeras secciones del vu ELEMENTOS DE LOGICA FORMAL capitulo primero, las dos primeras secciones del capitulo segundo y las seccio- nes 1, 2, 3 y 7 del capitulo tercero, y puede concluir con los capfiulos 12, 13, 14y 16 de la parte de logica de primer orden. Antes de abordar el capitulo 15 8 conveniente leer las secciones I y 4 del eapitulo cuarto. En cuanto al tiltimo capitulo, Teorias y modelos, de dificultad superior a los anteriores, requiere ‘una madures y unos conocimientos que pueden adquivirse con el estudio de la totalidad de la primera parte, en especial del capitulo 5. Los ejercicios que ‘aparecen al final de cada capitulo, dispuostos en el mismo orden que los temas ‘en que se basan, son parte integral del libro; es imposible adquirir un dominio razonable de la materia estudiada sin hacer un buen ntimero de ellos. EI material incluido se basa en notas de clase de distintos eursos que log tres autores han impartido durante varios afios en el Departamento de Légica, Historia y Filosofia de Ia Ciencia de Ia Universidad de Barcelona, ‘Cada autor se ha encargado de la redaccidn de distintos eapitulos, que han ido adquiriendo su forma definitiva en versiones sucesivas. La redaccién final es el resultado de extensas discusiones referentes al material que cabfa incluir, al modo de introducir y desarrollar los conceptos fundamentales, y a la notacién y terminologfa que era conveniente utilizar, Hemos optado por incluir en el ‘apéndice A la definicién del concepto de verdad en términos de asignaciones, ‘mas habitual que la que, por razones pedagégicas, hemos deeidido adoptar en eltexto, Calixto Badesa ha sido el antor principal de ls eapftulos 6-11, Ignacio Jané de los capitulos 1-5 y 17, y Ramon Jansana de los capitulos 12-16. Queremos dar las gracias a algunos profesores de nuestro departamento, en particular a Joan Bagaria, Ramon Cirera y Josep Mac, por usar versiones previas de partes del libro en sus clases y llamarnos la atencién sobre algunos ‘errores y sugerirnos algunas mejoras. Una mencién especial de agradecimiento Ja merece Alex Espinds, que durante algunos afios se ha encargado de las clases prdcticas de los cursos de Introducciém a la Légica de la licenciatura en filosofia de nuestra wniversidad y que ha propuesto un buen ntimero de ejercicios y ha sugerido mejoras en la exposicién de algunos puntos. Ademés, su lectura atenia de distintas versiones de este libro ha contribuido sustancialmente a la reduecién del mimero de errores que contiene. INTRODUCCION El objeto central de la légica es el concepto de argumento eorreeto. An- tes de previsar qué entendemos por un argumento debemos deci algo sobre cenunciados y proposiciones. Un erunciado es una oracién declarativa, ana ora- cidn de la que, proferida en un cierto contexto, tiene sentido preguntarse si os verdadera 0 falsa. Ast, la oracidn «Aristételes es un filsofo griego» es un enunciado, pero no lo son, por ejemplo, las oraciones interrogativas 0 las ex- clamativas, como «{Bh qué aiio nacié Platn?» o «;Que ironia tan sutll». Una proposicién es lo que expresa vn enunciado en un contexto determinado, ‘Una misma proposicién puede ser expresada por distintas oraciones de un. rismo lenguaje, por ejemplo «Bruto asesiné a César» y «César fue asesinado por Bruto>, y, naturalmente, de distintos lenguajes («llueves, «plows, «choven, fpiove>, ail pout», «it is raining», ees regnet»). Por otra patte, una misma oracién declarativa puede expresar distintas proposiciones sexiin cl contexto ‘en que sea proferida; por ejemplo, «el aio pasado estuve en Roma» dicha por diferentes personas 0 en afios distintos. El hecho de que craciones declarativas dlistintas expresen lo mismo y que una misma oracién pueda expresar cosas dlistintas es una de las razones de que nos interesemos por las proposiciones. [Al proferir una oracién declarativa podemos no expresar ninguna pro- posicién por varias razones, una de ellas es que el contexto no determine la referencia de alguno de sus términos; por ejemplo, si decimos «él vendré sin referienos a nadie en particular, no expresamos ninguna proposiién. Tam. bign es posible que no expresemos ninguna propesicion porque alguno de ho términos de la oracién proferida carezea de referencia, asi con la oracin cel mayor mimero entero es primo» no podemos expresar ninguna proposicién pussto que «el mayor mimero entero» no tiene referencia, ya que no hay ningin :vimero entero mayor que todos los dems, La proposiciones son verdaderas falsas. No diremos qué significa que uuna proposicién sea verdadera o falsa; se supone que es algo que todos si- bemos, aunque posiblemente tendriamos muchas dificultades para articularlo cohorentemente. Hay proposiciones verdaderas cuya verdad ignoramas, o que incluso creemos que son falsas, y hay proposiciones falsas que no sabemos que logon, o que creemos que son verdaderas. Una cosa es, pes, el valor de verdad de una proposicién (el que sea verdadierao falsa) y otra nuestro conocimiento de este valor de verdad. 2 ELEMENTOS DE LOGICA FORMAL ARGUMENTOS Y ARGUMENTACIONES ‘Supongamos que estamos interesados en conocer el valor de verdad de una, proposicién determinada, P, Pademos hacerlo de distintos modos, segiin el ti- po de proposicién de que se trate; por ejemplo, la proposicién que expresamos con «ahora lueve» podrfamos decidirla mirando por la ventana, En ciertas circunstancias tratamos de hallar el valor de verdad de una. proposicién no directamente, sino mediante una argumentacién. Si procedemas de este modo, empezamos haciendo una conjetura sobre el valor de verdad de P. Si conjeti- ramos que P es verdadera, procuramos deducirla de otras proposiciones quie ya sabemos que son verdaderas y, si lo logramos, decimos que hemos demostrado P.Si conjeturamos que es P falsa, procuramos deducir de ella y, posiblemente, de otras proposiciones que ya. sabemos que son verdaderas, tuna proposicién que ya sabemos que es falsa, Silo logramos, decimos que hemos refutado P. Para. fijar las ideas daremos un ejemplo de demostracién y otro de refu- tacién. El primer ejemplo lo utiliza Kant en su Critica de (a razén pura como apoyo a su tesis de que la matemattica en general y la geometria en particular no se limita a la consideracién de conceptos, sino que razona con ayuda de Jo que llama «construcciones en la intuicién». El segundo ejemplo Io utiliza Aristételes en los Primeros analiticos como ilustracién del tipo de argumen- tacién que procede por reduccién al absurdo. EJEMPLO I Demostraremos que la suma de los daguls ineriores de-un triéngulo es igual dos dngulos sectos. Consideremos tn trdngulo cualquiera ABC com fagulos internos @ 8 y 7. Prolongemos ahora el lado BC hasta el punto Dy tracemos la linea CE paralela al lado AB. Sean at’ y los dngulos que forma larecia CE con las rectas CA y BD, rspectivamente A BE / Van B c D Sabemos que los sngulos alternos que forma una recta al cortar dos rectas pparalelas son iguales; asf, puesto que la recta AC corta las rectas paralelas AB y EC, a= a, Sabemos también que los angulos correspondientes que forman dos rectas paralelas al incidir sobre una recta cualquiera son iguales; asi, puesto que AB y EC son paralclas y ambas inciden sobre BD, B =f’. Ahora bien, una recta que ineide sobre otra forma dos dngulos que suman dos rectos; asf, ernopucci6n 3 puesto que AC incide sobre BD, los éngulos yy (&'++B)) y, por tanto, ls éngulos @!, Bry y suman dos reetos. Pero entonces, puesto que + B+ y= a!-+ pl +y, concluimos que los éngulos ot, B y y suman dos rectos. Buempio 2 Refutaremos que V3 es un mimero racional y, asf, demostraremos que V2 fs un mimero irvacional. Recordetos que un niimero racional es un niimero ‘que puede expresarse como una fraccién de dos mimeros enteros y que un nimero irracional es un miimero que no puede expresarse de este modo. Re- cordemos también que yes, por definicién, el nitmero positivo cuyo cuadrado s igual a 2. Deduciremos una contradiccidn (por tanto una proposicién falsa) de Ia suposicién de que v2 es racional y de algunas proposiciones aritméticas verdaderas. Supongamos que 2 es racional. Asi, hay mimeros enteros ny m, sin ningiin factor comiin, tales que v2 = n/m; en particular, n y m no son ambos pares. Flevando al euadrado abtenemos 2 = (V2)? = (n/m)? —n?/m?, de manera que 2m? =n, Esto significa que n? es par. Pero entonces, n también ¢s par (ya que el cuadrado de un niimero impar es siempre impar) y, as, m es impar. Ahora bien, puesto que m es par, hay un niimero k tal que n= 2k, ¥, por tanto, n? = 442, Tenemos pues que 2m? = 482 y, asi, m? = 212. Pero entomces m cs par. Hemos obtenido pues que m es par ym es impar. Bsto es una contra- diccién que muestra que nuestra suposicién inicial (\/2 es racional) es falsa. De acuerdo con Cotcoran,! en una argumentacién distinguimos tres com- ponentes: las premivas, la conclusién y-la- cadena argumentativa. Las premisas y la conclusién son proposiciones que constituyen el aryumento de la argu- ‘mentacidn. El argumento es correcto si la conclusiéa es consecuencia, si se sigue, de las premisas; en otro caso el argumento es incorrecto. La cadena argumentativa-conecta las premisas con la eonclusién. Una. argumentacién es concluyente sila cadena argumentativa pone en evidencia que la conclusién es consecuencia de las premisas, es decir que el argumento es correcto; en otro caso la argumentacién es inconeluyente. En Ia primera de las argumentaciones que nas han servide de ejemplo, Ja conclusién del argumento es que la suma de los Angulos internos de todo ‘ridngulo es igual a dos rectos. Las premisas son las proposiciones geométricas generales en que se basa el razonamiento que hemos levado a cabo, en par- ticular las tres proposiciones siguientes: 1, los dngulos alternos que forma una recta al cortar dos rectas paralelas son iguales, 2. os anngulos correspondientes que forman dos rectas paralelas al sobre tna recta son iguales, idie 1. Joa Cororan,«Argumentaton aad Logs, Argumentaion 2 (298), pp. 1742 4 BLEMENTOS DE LOGICA FORMAL 3. una recta que incide sobre otra forma dngulos que suman dos rectos, La cadena argumentativa muestra con detalle e6mo obtener la conclusién, deseada a partir de las premisas. A ella pertenece la construcci6n de la figura y los distintos razonamientos intermedios con cuya ayuda obtenemos resultados parciales antes de alcanzar el resultado final. Con uno de estos razonamnientos concluimos, por ejemplo, que los dngulos « y of son iguales; con otto que los ‘éngules af y ysuman des rectos. De hecho, muchos de estos razonamientos subsidiarios pueden ser considerados a su ver como nuevas argumentaciones més simples que podemos también analizar en componentes. De modo andlogo, la conclusién de nuestro segundo ejemplo de argumnen- tacién es clara: 72-no es un niimero racional; pero no es obvio de antema- zno cusles son las premisas del argumento subyacente. Estas son, mevamente, proposiciones generales sobre niimeros, como que todo mimero racional es un Cociente de dos niimeros enteros sin ningyin factor comtin, o que el producto de dos nimeros impares es impar. La. cadena argumentativa es la suoesién articulada de razonamientos que muestran cémo, a partir de estas premisas, se obtiene la conclusién. La circunstancia de que en ambas argumentaciones no era obvio, al prin- cipio, cuéles son las premisas, pero si cudl es la conclusién no es accidental Esto es lo que ocurre habitualmente. Normalmente, cuando argumentamos sa- Demos qué queremos demastrar o qué queremos refutar, pero no sabemos de antemano en qué nos basaremos exactamente, no sabemos qué informacion precisa usaremos para ello; la informacién necesaria la vamos recogiendo poco ‘4 poco, a medida que la necesitamos. Sélo cuando la argumentacién. ha con- cluido podemos analizarla con detalle y aislar sus premisas y su conclusién, ‘Una argumentacién concluyente es una deduccién y una, deduccién con premisas verdaderas es una demostracién, Ast, el argumento de uma deduccion és siempre correcio y la conclusién de tna demostracién es siempre verdadera, ‘Ahora bien, es posible que el argumento de una argumentacién sea corrocto ¥, no obstante, la argumentacién sea inconcluyente, de modo que no haya deduccién. Por ejemplo, el argumento «Todos os ilésofos son griegos, Sécrates ts fildsofo, por tanto, Sécrates es griego» es trivialmente correcto; pero la siguiente argumentacién es claramente inconcluyente: «Todos ls fildsofos son srlegos y Socrates es fl6sofo. Asi, puesto que Socrates fue maestro de Platon Y todas los maastros de Platén son griegos, Sécrates es griego.» El coneepto general de deduccién (y, por tanto, el de demostraciéu) es dificil de precisar debido a la exigencia de que la. argumentacién sea. conchi- yente. Como hemos dicho, que la argumentacién sea concluyente significa que Ja cadena argumentative, pone en evidencia que la conclusion se sigue de las premisas. La dificultad de la empresa radiea en el poner en evidencia. Poner en evidencia ex hacer evidente; pero ja quién? Debe haber un sujeto a quien la cadena argumentativa haga evidente la correccién del argumento en cuestin. Que una argumentacin sca 0 no una deduecién puede depender del sujeto a. quien vaya dirigida; una cadena argumentativa puede ser concluyente para A Y puede no serlo para B (por ejemplo, porque algunos pasos de la argumenta- cién sean elaros para A pero sean oscuros para 8). En definitiva, el concepto ivmopuccio 5 de dediuccién que hemos introducido no ¢s absolut sino relativo a uno 0 més sujetos. a logica formal no se ocupa de este componente relativo de las deduccio- nes. En légica nos limitamos al estudio de los argumentos desde la perspectiva de su correccién, Desde un punto de vista légico, un argumento no.es més que una serie de premisas y uma, conclusién. La relacién de consecuencia, es decir, la relacién que se da entre las premisas y Ia conclusién dle un argumento co- recto, no es relativa, no varfa de un sujeto a otro: un argumento es correcto © no Io es; otra cosa es que sepamos si To es ARGUMENTOS CORRECTOS Hemos dicho que un argumento es eorrecto si su conclusién se sigue, o es conseeuencia, de sus premisas. Si bien no hay duda de que sabemos reconocer ciertos argumentos correctos como tales, también es cierto que nos verfamos ‘en serias dificultades para explicar qué queremos decir, en general, cuando decimos que la conclusion de un arguimento correcto se sigue de sus premisas. De esto nos ocuparemos largamente en las partes segunda y tercera este libro, pero ahora haremos algunas observaciones generales al respecto que nos ayuden 1 ver por qué el camino que seguiremos es adecuado. Empezamos sefialando una caracterfstica esencial de los argumentos co- rrectos: 1) si todas las premisas de un argumento correcto son verdaderas, también lo sera su conclasién; por consiguiente, 2) sila conclusién de un argu- mento cortecto es falsa, por lo menos una de sus premisas seri también falsa Podemos referirnos de modo sigerente a la primera observacién, diciendo que los argumentos correctos transmiten la verdad de las premisas a la conclusiGn. En razén de esta caracteristica de los argumentos correctos, una demostracién nos convence de la verdad de su conclusién, y en razén de la segunda declara- ‘mos falsa una proposicién euando de ella ¥ de otras proposiciones verdaderas ddeducimos una falsedad, Consideremos los siete argumentos siguientes, cada uno de los cuales cons- ‘a de dos premisas (las dos primeras lineas) y conclusién (Ia tercera linea). Los ‘res puntos en disposicién triangular que preceden a la. conclusién se leen «por tanto» 0 «por consiguienten, AL AD Las ballenas son mamiferos, Las ballenas-son mamiferos, ningiin mamffero es un ave; ninguna ballena es un ave; ninguna ballena es un ave; rningiin mamifero es un ave. B2 Las ballenas son mamfferos, ninguna ballena es alada; ningiin mamifero es alado. 6 BLEMENTOS DE LOGICA FORMAL iy oe Las ballenas son mamiferos, Las ballenas son peces, ningiin mamifero es alado; ninguna ballena es un reptil; ninguna ballena es alada. ningin pez es un reptil, DL D2 Las'ballenas son peces, Las ballenas son peces, ningéin pes es viviparo; ninguna ballena es ovipara; ninguna ballena es vivipara. ningyin per es oviparo. Antes de seguir adelante, el lector deberia convencerse de que, de estos siete argumentos, A1, C1_y D1 son correctos, mientras que los cuatro restantes (A2, B2, C2 y D2) son incorrectos. Para iniciar la discusién, observemos en primer lugar que Aly A2 tienen ambas premisas verdaderas y conclusién verdadera, 'B2 tiene ambas premisas verdaderas y conclusién falsa, C1 y C2 tienen por lo menos una premisa falsa y conclusién verdadera, D1 y D? tienen por lo menos una premisa falsa y conclusién falsa. De esta informacién podemos concluir que B2 es incorrecto, ya.que todo argumento correcto transmite la verdad de las premisas a la conclusion. Aho- ra bien, sabiendo que B2 es incorrecto podemos justifear que A2, B2 y D2 también To son, ya que la forma de estos tres argamentos es la misma que la de B2. No sabriamos decit en general qué es la forma de un argumento, pero si podemos precisar cul es la forma de estos argumentos particulares. Puesta «que decir que las ballenas son mamferos equivale a decir que toda ballena os tun mamifero, los cuatro argumentos de la derecha (A2, B2, C2 y D2) son de 1a formas Todo X es ¥, ningiin X es ningiin Y es 2 Lo importante para Ia eorreccién de un argumento es su forma, En par- ticular, un arguimiento cuya forma es la de un argumento incorrecto es tam- bién incorrecto, Por la misma razén, para mostrar que los argumentos de Ia laguienda (A1, C1 y D1) son corecos, basta observar que los tres son de la forma: ‘Todo X es ¥, ningiin Yes Z; ningiin X es Z. yy que todos los argumentos de esta forma son correctos. En efecto, sean quienes fueren X,Y y Z, si todo X es ¥ y aes un X cualquiera, entonces a es un Y. Por tanto, si ningsin ¥ es Z, a no és un Z. Asf, puesto que a es un X cualquiere, podemos concluir que ningiin X es Z. wrRoDUCCION 7 Las consideraciones sobre la forma que hemos hecho son harto impreci- sas, Con el fin de alcanzar cierta precisién, nos preguntamos en primer lugar ceémo hemos obtenido, o eémo podriamos obtener, la forma légica de los siete argumentos (la forma ldgica, porque es la responsable de su correccién o su incorreccién). No la hemos obtenido mediante un andlisis gramatical de las premisas y de la conclusin, sino mediante un andlisis conceptual. Asi, hemos dividido los objetos de que hablan estos argumentos (animales, o, tal vez, se- res vivos; en realidad no importa) en tres clases, X,Y y Z, sin exeluir que un mismo objeto pueda estar en dos o, incluso, en las tres clases. Las premisas y la conclusién expresan relaciones entre estas tres clases. mn la forma del argu- ‘mento, estas relaciones quedan plasmadas, pero sin hacer mencién alguna del contenido de las clases (en la forma no se habla de animales, de ballenas, no se habla de nada en concreto). De manera mucho més explicita, la forma de Jos argumentos Al, Cl y D1 seria ésta: ‘Todo objeto de la clase X es un objeto de la clase ¥, no hay objetos que sean a la vez de la clase ¥ y de la clase Z; no hay objetos que sean a la vez de la clase X y de la clase Z, mientras que la forma de los argumentos A2, B2, C2 y D2 seria ‘Todo objeto de la clase X es un objeto de la clase ¥, no hay objetos que sean a la vex de la clase X y dela clase Z; no hay objetos que sean a la vez de la clase ¥ y de la clase Z, Tnsistimos una vex més: la forma pertinente no depende tanto de las ex- presiones lingiifticas empleadas como de las porpesiciones que estas oraciones expresen. Asi, el argumento ‘Todos los discipulos de Sderates buscan la sabidurfa, la biisqueda de la sabiduria es incompatible con la estupidex; por tanto, Sderates no tiene discipulos estiipidos, es realmente de la misma forma que Al, Cl y D1 y, por tanto, es correcto; para verlo, tomamos: Ja clase de los discipulos de Sécrates, Ja clase de las personas que buscan Ia-sabiduria, In clase de las personas esttipidas. [Lo que’ nos importa de esta discusin es la observacién hecha sobre la forma. La légica se ocupa de la forma de los argumentos 0, como también dlizemos, de esquemas de argumentos, més que de argumentos en si. Bn algumos esos (como en los ejemplos anteriores) nos es relativamente fieil descubrir In forma del argumento en euestién; pero otras veces es mucho més dificil. A menudo, Ia forma aparente de un argumento (es decir, la forma gramatical en Ja que expresamos las premisas y la conclusién) puede ser un mal gufa hacia 8 ELEMENTOS DE LOGICA FORMAL Ja forma ldgica. Consideremos los dos argumentos siguientes: Quevedo es coetineo de Géngora, Géngora es el autor de las Soledades; Quevedo es coetneo del autor de las Soledades. Quovedo es coetneo de alguien, alguien es el autor de La divina’‘comedia; Quevedo es eoetneo del autor de La divina comedia, Es claro que el primero es correcto, pero no el segundo; sin embargo, un anilisis superficial podria levarnos a pensar que ambos tienen la misma forma, {que corresponden al mismo esquema: aes cootineo de b, Des el autor de ¢; es coeténeo del autor de c. En consecuencia, si es cierto, como afirmamos, que la correecién de un argu- mento depende de su forma, nos vemos obligados a negar que ambos argu- menios sean de esta forma. De hecho, este diltimo esquema captura bastante bien la forma del primer argumento, pero no del segumdo. {4.Qué relacién hay entre la forma de un argumento y su correccién? Para tratar de responder a esta pregunta nos preguntamos una vez mds qué sig- nifica que un argumento sea correcto. Tenemos la conviecién de que (s) un argumento es correcto si es imposible que sus premisas sean todas verdaderas y su conclusién sea falsa, Pero ;qué significa esto? mas espeetficamente, ;qué ‘queremos decir con «es imposible»? Consideremos el siguiente argumento:, ‘Todo miiltiplo de cuatro es par, todo miiltiplo de ocho es par; todo miltiplo de ocho es miiltiplo de cuatro. ‘Tanto las premisas como la conclusién de este argumento son verdaderas, dems, es imposible que la conclusion sea falsa, ex decir, es imposible que ‘un miltiplo de ocho no lo sea de cuatro. Es imposible, pues, que las premisas de este argumento sean verdaderas y la conclusién sea falsa- {Nos vetnos, por ello, obligados a concluir, de acuerdo con (+), que este argumento es correcto? Desde Inego que no, porque este argumento es incorrecto, ;Debemos aban- dlonar, entonces, nuestra conviecién (+)? Tampoco; no debemos abandonarla, sino més bien entenderla adecuadamente. Y es aqui donde interviene la forma, Si nos preguntasen por qué este argumento es incorrecto podriamos responder diciendo que si fuera correcto también lo seria este otro argumento: ‘Todo miltiplo de cuatro es par, todo miltiplo de seis es par, todo miltiplo de seis es mi lo de cuatro, perRODUCCION ° que se obtiene del anterior sustituyendo «miltiplo de ocho» por «miltiplo de seisy, Pero este iltimo argumento es claramente incorrecto, ya que sus premi- sas son verdaderas y su conclusién es falsa. Bstos dos argumentos comparten, la forma, corresponden aun mismo esquema: Todo X es Y, todo Z es Y; todo Z es X Apelando a formas y a esquemas podemos mantener el principio (), in- terpretandolo de modo razonable. La imposibilidad de que habla (+) debermos centenderla aplicada no al argumento mismo, sino al esquema subyacente, al ‘esquema del cual el argumento es una ejemplificacién. Un esquema tiene Iu- gares vacios, contiene térininos variables (en este diltimo caso X,Y y Z) que, segiin cémo se interpreten, dan lugar a distintos argumentos. Algunas de estas, interpretaciones dardn lugar a argumentos con todas las premisas verdaderas © con alguna premisa falsa, con conclusidn verdadera o con conclusién falsa. Ahora bien, dado un esquema particular, puede ocurrir que siempre que inter- pretemos las variables de modo que las premisas del argumento obtenido sean. verdaderas, su conclusion también sea verdadera; si éste es el caso, decimos que el esquema en cuestién da lugar @ argumentos correctos, quo es tin esque- ma de argumentos correetos. Asi, un esquema es un esquema de argumentos correctos si es imposible interpretar sus variables de tal modo que se obtenga, ‘un argumento con premisas verdaderas y conclusién falsa. Hste es el contenido de (x). ‘A lo laxgo de esta discusién nos hemos encontrado can tres ejemplos de esquemas: ‘Todo X es ¥, ‘Todo X es Y, Todo X es ¥, ninggin ¥ es Z; ningsin X es Z; todo Z es ¥; ningsin X €8 Z. ningsin ¥ €3 Z. todo Z es X. En los tres casos, as variables X, Y y Z deben interpretarse como clases eleriminadas de objetos. Asi, como Ja dijimos en su momento, en ven de, por ejemplo, «todo X es Y», serfa mas apropiado decir «todo objeto de Ia clase X es un objeto de la elase Y>. BI primer esquema es un esquema de argumentos correctos, Io cual significa que es imposible hallar clases X,Y y Z paxa las cuales las premisas resulten verdaderas y la conclusion faa. Los ‘otros dos esquemtas lo son de argumentos incorrectos. Obsérvese la asimetria aque hay entre mostrar que un esquema lo es de argumentos incorrectos o que Jo es de argumentos correetos. Para ver que un esquema lo es de argumentos incorrectos, basta encontrar un solo argumento que lo ejemplifique que tenga premisas verdaderas y conclusién falsa; sin embargo, para mostrar que un cesquema lo es de argumentos correctos hace falta una justificacién general; ast lo hicimos cuando nos ocupamos de los argumentos Al, Cl y Dl. 'No todas las formas de argumentos son semejantes a las que hemos vis- e a0 BLIEMENTOS DE LOGICA FORMAL to en los ejemplos anteriores. En Jos esquetas que hemos considerado hasta ahora, los términos variables debian interpretarse como clases de objetos. Pero ‘en otro tipo de esquemas, os términos variables pueden interpretarse de otros ‘modos. Por ejemplo, de la argumentacin que hemos presentado para justifiear {que Vien un niimard racional podemos extraer el siguente arguments corresto de cuatro premisas, cuya forma es de naturaleza distinta a las consideradas anteriormente, ¥2=n/m y los nimeros n y m no tienen factores en comin, Si. V2= n/n, 2m = n?, si Bn nn y meson pares, siny m no tienen factores en comiin y n es par, m es impar; "mes par e impar. La forma de este argumento es la siguiente: PyQ, si P entonces R, i R entonces S'y T, si Qy Sentonces no T; TynoT. En este esquema, las letras «Ps, «Q», «Ro, «So y eT» estén, res: pectivamente, en lugar de «y/2=n/mm, «ny mo tienen factores en com‘in», «2? = n?», an es parsy em es par». El lector puede convencerse de que todos los argumentos de esta forma son correctos. En la segunda parte del libro se desarrolla la Idgica proposicional, que permite estudiar sistematicamente la correccién de los argumentas con formas de este tipo. Los términos variables que pueden aparecer en los esquemas son muy variadas, las formas de los argumentos muy diversas, los esquemas muy he- terogéneos. En légica formal nos ocupamos de formas ac argumentos, pero zo partimos de argumentos concretos tratanto de descubrir su forma légica, sino que estudiamas las formas directamente. Creamos lenguajes artificiales, formales, adecuados para expresar formas. Bstos lenuaies son puramente es” ‘queméticos, sus oraciones son meras férmulas; pero, naturalmente, no los cons- ‘truimos arbitrariamente, sino con el objetivo de que las formas que obtengamos sean formas de argumentos reales. Ast, si a un argumento real, expresado en espaiiol o en cualquier otra lengua natural, le conviene una de estas formas de argumentos correctos, el argumento en cuestin serd correcto. En este libro estudiaremos dos clases de lenguajes formales: los lenguajes proposicionales y los lenguajes cuantificacionales de primer orden, lo cual nos permitiré dar cuenta de la correccién de una gran variedad de argumentos, entre ellos, naturalmente, los que nos han servido de ejemplo y otros muchos ‘ms complejos. Pero nuestro objetivo no es realmente obtener uma gran va- riedad de formas de argumentos correctos, sino sobre todo entender por qué Jog argumentos correctos lo son; en otras palabras, obtener una teorfa de Ia consecuencia légica. PRIMERA PARTE NOCIONES DE TEOR{A DE CONJUNTOS CapituLo 1 EL CONCEPTO DE CONJUNTO 1. El principio de extensionalidad Como primera aproximacién, suficiente para nuestros propésitos en es- te libro, podemos concebir un eonjunto como una coleccién de objetos, los elementos del conjunto. Todo tipo de objeto os un posible elemento de un Conjunto. Lo es, por ejemplo, un objeto fsico, un nimero, una palabra y tam- bidn un conjunto, Asi, hay conjuntos dle objetos fsioos, conjuntos de méimeros, conjuntos de palabras y (como veremos ms adelante) hay también conjuntos de conjuntos, decir, conjuntos cuyos elementos son a su vez conjuntos. SiA.es un conjunto y x es un objeto las expresiones xed y xgA significan, respectivamente, que.xesn elemento de Ay que.xno es un elemento do A. Bn ver de «x es un elemento de A», también decimos «x pertenece ‘a Av, Bslas dos expresiones son sindnimas. Andlogamente, en vex de decir que xno es un elemento de A diremos también que x no pertenece a A, Six © y son objetos eualesquiera, xay y x4y significan, respectivamente, que x e y son el mismo objeto y que x e y son objetas distintos ‘Casificamos los objetos que consideramos en dos categorias: 10s conjuntos yy todos los demés. Nos referimos a los objetos que no son conjuntos como ‘objetos primitivos. Los objetos primitivos no_tienen elementos. Usaremos las letras mayiisculas latinas (4, B, ..., Z) para referirnos a conjuntos, Hablando téenicamente, as leas maytsculas latinas varfan sobre conjuntos, son variables de conjunto. Para referimnos a objetos cualesquiera, sean 0 no conjuntos, usaremos las letras mintisculas latinas (a,b, 2). Estas letras, pues, varian sobre objetos cualesquiera, son variables de objeto. As, si dlocimos: «B tiene fal propiedad» presuponemos que B es un conto, mientras aque si decimos: eb tiene tal propiedads no lo presuponemos; b puede ser un éonjunto 0 un objeto primitivo. Un conjunto esta determinado por sus elementos. Dicho de otro modo, xno hay dos conjuntos distintos que tengan los mismos elementos. O ain, si A uw ELRMENTOS DE LOGICA FORMAL, y B tienen los mismos elementos, entonces A =B. Este hecho basico sobre los onjuntos es el principio de extensionalidad, que podemos reformular ast: PRINCIPIO. DE EXTENSIONALIDAD.) Si todo elemento de A pertenece a By todo elemento de B pertenece a A, entonces A= B. La afirmacién inversa de este principio es obviamente verdadera: si Ay B son ef mismo conjunto, A y B tienen los mismos elementos. Por consiguiente, A=B il! Ayy Btienen los mismos elementos. El principio de extensionalidad expresa que lo que importa de un con- Junto no es cémo lo definimos, sino cudles son sus elementos. Es ésta una ‘aracteristica de los conjuntos que los distingue de las propiedades. En ciertos contextos, podemos emplear tanto el lenguaje de los conjuntos como el de las propiedades. Asi, si decimos que 2 es un niimero par, podemos entender nues- tra aseveracién en términos de conjuntos (2.65 un clemento del conjunto de los niimeros pares) o en términos de propiedades (2 tiene la propiedad de ser un niimero par). $i bien a menudo la diferencia no tiene ningtin efecto apreciable, hay que tener en cuenta que el andlogo del principio de extensionalidad no es valido para las propiedades, ya que dos propiedades distintas pueden ser poseidas por exactamente los mismos objetos. Consideremos, por ejemplo, las ropiedades ® y ¥: ©: ser un miimero natural par menor que 3, Ws ser un niimero cuyo cuadrado es igual a su doble. Si bien © y ¥ son propiedades diferentes, una breve reflexién pone de ‘manifiesto que ias poseen Tos mismos objetos: los mimeros 0 y 2, ya que son los sinicos miimeros naturales pares menores que 3 y son también los xinicos niimeros que satisfacen Ia ecuacién x* = 2x (los nimeros naturales son los enteros no negatives: 0, 1, 2, 3, .). En contraste con esta situacién, el conjunto de los mimeros naturales pares menores que 3 y el conjunto de los néimeros cuyo cuadrado es igual a su doble son el mismo eonjunto, ya que poseen los mismos elementos: los mtimeros Oy 2. Suele decirse que este conjunto es la extensién de las propiedades ® y ¥- En general, si ® es una propiedad y Aes un conjunto, decimos que A @ la extensién de @ si los elementos do A son procisamente los objetos que tienen la propiedad ®. Puesto que propiedades distintas pueden tener la misma extensién, se dice a veces que las propiedades, a diferencia de los conjuntos, no son extensionales, no estn determinadas por su extensién, Observemos que, de acuerdo oon el principio de extensionalidad, dos con- Juntos distintos difieren por lo menos en un elemento, de manera que si A y B son conjuntos cualesquiera, A 7B si y s6lo si hay algin objeto x tal que 0 bien teAy xg Bo bienxe By x¢A. NOCIONES DE -TEORIA DE CONSUNTOS 18 COMO REFERIRSE A CONJUNTOS Como ebjetos abstractos que son, los conjuntos no estén localizados en ol espacio ni en el tiempo, por lo que no podemos referirnos a ellos sfialindolos, ‘Ahora bien, si queremos hablar de conjuntos determinados debemos-disponer~ de algiin modo de nombrarlos. Hay dos maneras de nombrar ode denotar Conjuntos; podemos hacerlo por comprensién 0 por enumeracié Denotamos un conjunto por comprensién dando una propiedad que po- seen todos los elementos del conjunto y s6lo ellos (es decir, dando una propie- dad cuya extensién es el conjunto en cuestién). Asf, hablamos del conjunto de los nvimeros primos menores que 10, del conjunto de los niimeros enteros im- ppares o del conjunto de los planetas exteriores del Sistema solar. La notacién habitual para referirse a estos tres conjuntos es: {x:xes un miimero primo menor que 10}, {ces un niimero entero impar}, {x:xes un planeta exterior del Sistema solar} Bn general, si ® es una propiedad que poseen todos los elementos de un conjunto A y séio ellos, denotamos A por {xx posee In propiedad ©} Para expresar esquemiéticamente que el objeto a posce la propiedad ©, eseribimos, o@) Ast, si hay un conjunto cuyos elementos son los objetos que tienen la propiedad ©, este conjunto (iinico, por el principio de extensionalidad) es {x:@()}. Puesto que pertenecer al conjunto de los objetos que poseen la propiedad © no es otra cosa. que poseer la propiedad &, disponemos de la siguiente regla de conversién: Para todo objeto a, ae {x: O(x)} sii O(a), En conseciencts, para todo conjunto A, A= {x:xed}, pues si a es un objeto cualquiera, EA sii a@{x:x€ A}. ‘Ademés, si A= (x: (x)} y B= (x: '%(2)}, entonces, por el principio de ex- tensionalidad, A=B sii para todo objeto x, (x) sii ¥(x). 16 LEMENTOS DE LOGICA FORMAL Denotamos un eonjunto pot enumeracién|nombrando todos sus elemen- tos, (Esto, naturalmente, es impracticable si el conjunto tiene muchos elemen- tos y es imposible si el conjunto es infnito.) Asi, hablames del conjunto cuyos clementos son los niimeros 2, 3, 5 y 7, del conjunto cuyos elementos son Mar- te, Jupiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutén, o del eoajunto euyo tinico elemento es Plats: EL modo habitual de denotar conjuntos por enumeracién es escribir entre ayes los nombres de sus elementos separados por comas. Conform a ello, ddenotamos los conjuntos anteriores asi: 2,3,5.7), {Marte, Jépiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutén}, {Platén. En general, silos elementos de un conjunto son a}, a2, ...; dy, denotamos este conjunto por enumeracién asi fay ayes Qn} Por tanto, para todo objeto x, FE (a1, 35.0.5 ag} sid nO 08 Oy Decimos que {a}, el eonjunto euyo tinico elemento es el objeto a, es el conjunto unitario de a, También decimos que {a,b}, el conjunto cuyos tinicos elementos son los objetos a y b, es el par dea y b. De acuerdo con el principio de extensionalidad, cuando denotamos un conjunto por enumeracién no importa en qué orden nombremos sus elementos nisi hay repeticiones en la enumeracién. Asi, si a,b,c son objetos eualesquiera, (2,655) {abe} (a,bya,c,e} 2. La relacién de inelusién Decimos que un conjunto A esté incluido en un conjunto B 0 que A es tun subconjunto de B, en simbolos, A C B, si todo elemento de A.pertenece tambien a B.O sca ‘ACB sii para todo objeto x, six€A, entonces xe B. Para expresar que A esté incluido en el conjunto B decimos también que B ineluye al conjunto A. ‘Observemos que para cualesquiera conjuntos A, B, C, 1 ACA, 2. si ACB y BCC, entonees ACC, » | NOCIONES DE THORIA DE CONIUNTOS Ww 3. siACBy BCA, entonces A=B. eine La primera observacién dice simplemente que todo elemento de un con- Jjunto A pertenece a A; la segunda dice que si todo elemento de A pertenece & By todo elemento de B pertenece a C, entonces todo elemento de A también pertenece a C. La tercera observacién dice que si todo elemento de A To es de B Y todo elemento de B lo es de A, entonces A y B son el mismo conjunto; esto no és mis que una reformulacién del principio de extensionalidad, Decimos que (2) expresa que la inclusién es refferiva, (2) que la inclusion es trunsitiva y (3) «que Ia inclusion es antisimétrica. SiACBy A#B, decimos que A esta incluido propiamente en B o que ‘Acs un subconjunto propio de B; en simbolos,/A CB O sea, ACB sii ACByA#B,) Naturalmente, ACB sii ACBOA ‘También escribimos AGB, respectivamente A ¢ B para expresar que A no es un subconjunto de B y que A no es un subconjunto propio de B. Observemos que A ZB si y solo si hay por lo menos un objeto x tal quex cay r¢ B is importante ao confundir adscripciones de pertenencia (€) con ads- | exipciones de inclusion (C). Para distinguir estas dos relaciones, el lenguaje ature es un mal guia. A menudo usainos el mismo verbo (eer) para expresar | mn y también Ia jgualdad. Consideremos las oraciones | ta pertenencia, la incl iguientes: | 1. Argos es un perro |. El perro es un mamifero. | 8 Argos es el perro de Ulises. | Bl significado de ees» es distinto en cada caso. Asi, en términos conjun- ‘istas, eformulariamos (1) diciendo que Argos (a) pertenece al conjunto de los perros (P): | aeP, tnientras que (2) dice que todo perro es un maratfro, es decir, que el conjunto {e'los perros estd includo en el conjunto de los maniferos (M): Pom. Finalmente, (3) expresa que Argos y el perro de Ulises son el mismo objeto, fs decir que a= el perro de Ulises. 18 BLEMENTOS DI LOGICA FORMAL Con respecto a la relacién entre inclusién y pertenencia, podemos observar que para todo objeto x y todo conjunto A, (ZEA sit (3.4. En efecto, el tinico elemento de {x}, el conjunto unitario de x, es x. Por tanto, decir que {2} CA, 0 sea, que todos los elementos de {x} pertenecen a A, equivale a decir que x pertenece a A, EL consunto vacfo Hay conjuntos sin elementos. Por ejemplo, ninguno de los conjuntos si- sruientes posee elementos: El conjunto de los tringulos cuadrados. El conjunto de los miimeros primos divisibles por 6. El conjunto de los mamiferos invertebrados. Estos conjuntos poseen los mismos elementos y son, por tanto, un tinico ‘conjunto, En general, si B y C son conjuntos sin elementos, entonces, por el principio de extensionalidad, B= C. Llamamos al tinico conjunto sin elementos, el conjunto vacfo y lo denatamos con el simbolo «0. Es claro que 0 ¢5 la extensién de cualquier propiedad que no posea ningtin objeto, como la propiedad de ser un nimero entero euyo cuadrado es negativo © la de ser un tridngulo todos cuyos vértices estan en una misma linea recta, tra propiedad que ningsin objeto posee es la de ser distinto de si mismo, por Jo que podemos definir el eonjunto vacio como el conjunto de todos los objetos ‘que son distintos de sf mismos: O= {x:x#2). Si no vemos del todo claro que hay un inico conjunto sin elementos, supongamos que By C son conjuntos sin elementos y_preguntémonos qué ocurriria si B fuera distiulo de C. Por eatensioualidud, By Cv leudtiau los mismos elementos, es decir, habria por lo menos un abjetd x tal que o bien xeBy xd © bien x@By xeC. Pero esto es imposible; lo primero porque B no tiene elementos y lo segundo porque C no los tiene. ‘Observemos que’0 # {0} La razén os dsta: O carece de elementos, mientras que {0} tiene un elemento, a saber, 0. ‘Observemos también que'el conjunto vacio est incluido en todo conjunto, | cs decir, para todo conjunto A, OCA. Pues en otro caso hay un conjunto A tal NOCIONES DEE TEORIA DE CONUNTOS 19 que 0 A, de modo que hay por lo menos un objeto x tal que xe Oy xGA. Pero esto es imposible, ya que 0 no tiene elementos, BI principio de separacién Supongamos que @ es una propiedad. Bn los casos habituales, © determi- na-un-conjunto, es decir, hay un conjunto A (y por extensionalidad s6lo uno) ceuyos elementos son exactamente aquellos objetos que tienen la propiedad ®, Abora bien, como veremos en soguida, no es cierto que toda propiedad deter ‘ine un.conjunto. Hay propiedades tales que no hay ningsin conjunto cuyos ‘elementos sean. los objetos que poscen la propiedad Digamos que un conjunto es normal sino es un elemento de si mismo y amos que es anormal ses un elemento de sf mismo. Con toda precisién Aes normal sii AGA, Acs anormal sii AEA. [Bs fécil dar ejemplos de conjuntos normales. El conjunto H de los ser.» humanos es normal, ya que H no es un ser humano, es decir, H ¢ H. También 3s normal el conjunto {1,3,5}, ya que este conjunto no es un niimero, De hecho, todos los conjuntos que solemos considerar son normales, pero si supusiéramos que toda propiedad determina un conjunto, seria fécil dar un ejemplo de un conjunto anormal: el conjunto de todos los conjuntos. (Como veremos més adelante, no existe un conjunto tal.) Mostraremos que la propiedad de ser un conjunto normal no determina ningtin conjunto, Lo haremos por reduccién al absurdo, suponiendo que hay un cconjunto cuyos elementos son todos los conjuntos uormales y obteniendo una contradiccién. Supongamos, pues, que hay un conjunto, lainémosle C, cuyos elementos son todos los conjuntos normales. Asi, C= (x: es um conjunto normal} Como enalqnior conjunta, Cos normal oe anormal, paro no ambas cosas. Ahora bien, 1. si C es normal, entonces C pertenece al conjunto de los conjuntos normales, es decir C € C. Pero esto signifiea que C es anormal; 2, siC es anormal, entonces C no pertenece al conjunto de los conjuntos normales, es decir CC. Pero esto significa que C es normal, Asf, C es normal si y s6lo si es anormal, Io cual es contradictorio, Hsta contra- diccién ha sido obtenida a partir de la suposicién de quo la propiedad de ser ‘un conjunto normal determina un conjunto. Podemos, pues, coneluir que esta propiedad no determina ningyin conjunto. Para mayor perspicuidad reformu- amos este resultado, 2 RLEMENTOS DE LOGICA FORMAL PROPOSICISN 1.1, No hay ningin conjunto cuyos elementos sean todos los conjuntos normales y adto ellos. Segrin cierta concepcién (como vemos insostenible) de qué son los conjun- tos, toda propiedad determina un eonjunt, Para esa concepeén, la propo cién recién demostrada es fatal. Esta es la razén de que a veces en la literatura ligica y filosdfica se haga referencia a esta proposicién como a la paradoja de Russell, en honor al logico y filésofo briténico Bertrand Russell, que Ta deseu- ‘brid en 1901. En esta concepeidn (contradictoria) de los conjuntos se considera ‘que toda propiedad divide el universo (es decir, la totalidad de los objetos, in- cluidos los conjuntos) en dos conjuntos: el conjunto de los objetos que poseen la propiedad y el de los que no la poseen. La. concepeién actual de los conjun- tos, que aquf presentamos, es, en cierto modo, més modesta: no se pretende dividir todo el tniverso, del que sélo tenemos una idea muy parcial, en dos conjuntos; pero si ya disponemos de un conjunto A y consideramos una, pro- piedad cualquiera ©, entonces si podernos dividir A con la ayuda de ®, es decir, podemos formar los conjuntos {x: x€A y ®(x)} y fx: xEA ¥ n0®(x)}. Eate ec el contenido del siguiente principio. PRINGIPIO DE SEFARAGION. 1A es un conjuntoy ® ¢4 una propiedad, tonces hay un conjunto cuyos elementos son. exactamente los elementos de A que tienen la propiedad ®, Para referirnos al conjunto de los elementos de A que tienen la propiedad ©, introducimos la notacion {xe A:@(3)} Es decir, {rEA:@()}=(x:xEA y ()). El principio de separacién nos permite obtener el conjunto vacfo a partit de cualquier otro conjunto. Pues si A es un conjunto cualquiera y © es una propiedad que ningun elemento de A posee (por ejemplo, la propiedad de ser tun objeto distinto de si mismo o la, de no pertenecer a A), entonces, por el principio de separacién, podemos formar el conjunto {x€ A: ®(x)} de los elementos de A que poseen la propiedad ®. Pero como ningiin elemento de A posee la propiedad ®, este conjunto carece de elementos, es el conjunto vacto: XE A: (x). Ast, {xeAixéx}={reAsxg a} En presencia del principio de separacién, podemos adaptar el argumento de Ia paradoja de Ruseell para mostrar que el universo no es un conjunto. Esto «5 lo que afirma la siguiente proposicion. NOCIONES DE THORIA DE CONIUNTOS a PROPOSICION 1.2, No hay ningiin conjunto universal, es decir, no hay ningtin conjunto cuyos elementos sean todos los objetos. DeMosTRAcION. Supongamos, en busca de una contradiecién, que hay un conjunto universal, Ilamémosle U. Asi, todo objeto y, en particular, todo con- junto, pertenece a U. Si aplicamos el principio de separacién aU y a la pro- piedad de ser un conjunto normal, obtenemos un conjunto B tal que para todo objeto x, x€B sii x€U y xes un conjunto normal, Asi, por ser B un objeto, (ua BEB sii BEU y Bes un conjunto normal. Naturalmente, B € 8 0 B ¢ 8, pero no ambas cosas, Sin embargo 1. si BEB, entonces, por definicién de normalidad, B es anormal y as por (1.1), BB: 2 si BEB, entonces, por definiciin de normalidad, B es un conjunto normal. Ademés, por ser U universal, B €U. Asi, por (I), B€B. Bs decir, BE B si y sélo si B¢ B, lo cual es contradictorio. Esta contradiecién la hemos obtenido a partir de la suposicién de que existe un conjunto al que todos los objetos pertenecen, Podemos, pues, concluir, que esta suposicién es falsa, de modo que no hay ningiin conjunto universal a Con esta misma demostracién podemos concluir que no hay ningtin con- junto cuyos elementos sean todos los conjuntos. Ademés, modificdndola lige- rramente, podemos mostrar que, dado un conjumto A, el conjunto {x€ A:x¢ x} rno es un elemento de A. 4, Bjereicios 1. Denote por emumeracién (si es posible) cada uno de los siguientes conjuntos. St en algrin caso es imposible, dga por qué lo es. ‘A= el conjunto de los satélites naturales de la Tierra, B= el conjunto de los enteros no negatives, C= fesx es un entero y 3) PROPIEDADES DB LA meTERSECION Para cualesquiera conjuntos A, B y C, ANB=Bn4, (anB)ne=an(enc), Ano: AOBCA y ANBCB, si X es un conjunto tal queX CA y X CB, entonces XCANB, ACB sii An, ~ Fi S i NOCIONES DE TEORIA DE CONIUNTOS 7 La primera igualdad expresa que la interseccién es una operacin con- rmutativa, la segunda que es asociativa y la cuarta que es idempotente, La justificacién de las cuatro primeras igualdades es inmodiata a partir de la de- finicidn de interseccién (y de la del conjunto vacio). Las propiedades (5) y (6), también inmediatas a partir de las definiciones, caracterizan la interseecion ANB como el mayor conjunto que incluido A y en B, pues (5) dice que la inter- seccién de dos conjuntos es un conjunto incluido en cada uno de ellos, mientras que (6) dice que es el mayor conjunto incluido en ambos. Como en el caso de Ja unién, (7) nos proporciona una definicién de la inclusién en términos de la interseccidn, Su justificacidn es andloga a la del punto (7) de la unién, por lo ‘que la dejamos como ejercicio. “JPROPIEDADES DE LA DIFERENGIA Las propiedades bésicas de la unidn y de la interseccién presentan una. clara analogia, que, como ahora veremos, no se extiende al caso de la diferencia. La diferencia no_es conmntativa, la diferencia no es asociativa, A-0=A,, 0-A A-A=0, A-BCA y (A-B)nB=0, si X es un conjunto tal que X CA y XNB=0, entonces xX CA-B, ACB siiA—B= Que la diferencia no es conmutativa significa que hay conjuntos A, B tales que A~B B—A. Bs claro que los hay, pues, por ejemplo, {2,3}-{3,4}= {2}, pero {3,4} ~ {2,3} = {4}. Quo la diferencia no es asociativa signifiea que hay conjuntos A, B, C tales que (AB) —C#A—(B—C). Los hay, pues, por ejemplo, ({1,2} = {2,3})- {1} = pero {1,2} —({2,3}—{1}) = {1} La justficacién de los puntos (8), (4), (5) y (6) es clara. Las propiedades (5) y (6) caracterizan la diferencia A—B' como el mayor eonjunto incluido en A y disjunto de B, pues (5) dice que la diferencia entre dos conjuntos es tun conjunto inclaido en el primero y disjunto del segundo, mientras que (6) dice que es el mayor conjunto que cumple ambas condiciones. Como en los ¢asos dels unin y de ln intersecién, (7) nos proporcions una dfinicién de In inclusién en Uériminos de la diferencia (y del conjunto vacfo). Su justific ces simple: Que ACB significa que todo elemento de A pertencce a B. Pe es equivalente a decir que no hay ningtin objeto que pertenezca a Ay

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