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EL ESPECTADOR. Los Vacíos de Ley de Justicia y Paz.

Revista electrónica El
Espectador [en línea]. 03 de octubre de 2009.
http://www.elespectador.com/opinión/editorial/articulo164713-los-vacios-de-
ley-de-justicia-y-paz.

ARTÍCULO

LOS VACÍOS DE LEY DE JUSTICIA Y PAZ

Hace cuatro años después de un cuestionado proceso de desmovilización de


combatientes de las autodefensas en varias regiones del país, fue aprobada la ley
975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz.

En su momento fue presentada como un modelo de justicia transicional para la


solución de conflictos armados, pero hoy deambula por el laberinto de la
morosidad judicial, las confesiones a retazos y el enrevesado camino de buscar
que a los principales artífices del paramilitarismo les quede alguna voluntad para
colaborar con la justicia colombiana, a sabiendas de que resolver sus cuentas con
la norteamericana representa en la actualidad su acción prioritaria.

Estaba advertido desde los vacíos de aplicación en que la ley fue cayendo con el
curso de los acontecimientos. A tropiezos pasó el examen jurídico en la corte
constitucional en 2006, donde afortunadamente se hundió por errores de forma la
columna que sostenía el objetivo de las autodefensas de lograr su expedito
tránsito a la política. La sedición como comportamiento, también atribuible al
paramilitarismo, que tampoco acabó de convencer como argumento de fondo.

Después llegó la parapolítica, que puso contra la pared tanto a los jefes
desmovilizados obligados a decir la verdad, como a un alto número de dirigentes
políticos que aún se discute si obraron como soporte de su expansión electoral y
militar. Los comandantes de las autodefensas no rompieron del todo sus
tentáculos con el narcotráfico y en medio de las ambigüedades de un proceso de
paz sujeto a manipulaciones y chantaje terminaron extraditados.
Hoy el escenario no puede ser más escéptico. En el interior del país la Ley de
Justicia y Paz sigue a la espera de que se produzcan sentencias y que se
masifique la divulgación de las confesiones para fortalecer el objetivo de la verdad;
mientras en el exterior avanza a la zaga de lo que buenamente la justicia
norteamericana facilite a los investigadores de Colombia, sin perder nunca su
norte esencial: que los extraditado del paramilitarismo salden sus cuentas de
narcotráfico.
La Ley de Justicia y Paz continúa en un limbo extenuante, eternamente sometido
a los cíclicos escándalos de aquellos desmovilizados que equilibran el juego de
sus confesiones con descontextualizados y oportunistas señalamientos en los
medios de comunicación; o los desesperados anuncios de algunos jefes
paramilitares extraditados a Estados Unidos que ya no quieren colaborar con la
justicia colombiana.

Sin embargo, no es tarde para que la Ley de Justicia y Paz recobre su importancia
en escenarios de reconciliación y verdad. Como instrumento jurídico aporta
elementos válidos par la desmovilización de combatientes y ya existe un camino
andado que será de mucha utilidad en términos de reconstrucción de memoria.
Pero necesita líderes que la fortalezcan y dinamicen antes que apurar su advertido
fracaso. Y los promotores ideales no pueden ser otros que quienes hoy imparten
justicia.

En otras palabras, especialmente en manos de la Fiscalía y de la Corte Suprema,


descansa la alternativa de que la desmovilización de combatientes del
paramilitarismo, incluyendo la de aquellos que terminaron extraditados, no se
convierta en un proceso a la deriva con evidencias desperdigadas en múltiples
expedientes y uno que otro esfuerzo asistencialista en materia de reparación.
Colombia urge verdades claras y contundentes, por dolorosas que ellas sean. Sólo
así podrá cerrarse un capítulo sombrío en la historia nacional.
PREGUNTAS PROFUNDAS

1. ¿Cuál es el objetivo del texto? Identifica la intención del autor del texto.

Resaltar los acontecimientos y las causas principales que han llevado a que la Ley
de Justicia y Paz no se cumpla.

2. ¿Cuál es la tesis principal del texto? Escribe la afirmación central del


texto.

Los vacíos de Ley de Justicia y Paz.

3. ¿Cómo argumenta el texto a favor de la tesis? Selecciona las ideas


principales que apoyan la tesis o argumento central.

La poca colaboración del paramilitarismo, el surgimiento de la parapolítica, la


alianza de las autodefensas con el narcotráfico y los escándalos por
desmovilizados y paramilitares extraditados.

4. ¿Qué ideas no entendió en el texto o qué vacíos encuentra en la


argumentación? Haga una lista jerárquica de las ideas o de eventos
mencionados. ¿Cuáles de esas ideas o eventos conoce y cuáles no conoce?
¿Qué otros textos o eventos piensa que tendría que leer o investigar para
poder entender completamente la tesis y los argumentos?

 A tropiezos pasó el examen jurídico en la corte constitucional en 2006,


donde afortunadamente se hundió por errores de forma la columna que
sostenía el objetivo de las autodefensas de lograr su expedito tránsito a la
política.
No conozco acerca de esta idea.
Leer todo el contenido de la Ley de Justicia y Paz, libros acerca de ella y
enterarme de las noticia diarias acerca de ésta.

5. Evalúe el texto. ¿La tesis contribuye al objetivo? ¿La tesis está bien
argumentada? ¿Qué le aportó el texto a la luz de sus conocimientos previos
y qué nueva información o ideas le permitió comprender?

La tesis la encuentro bien fundamentada en cuanto al objetivo y al argumento.


Información y conocimiento sobre los impedimentos que ha tenido la ley de justicia
y paz en su trayectoria. Comprendí que esta ley no está tan firme, ya que son
muchos los obstáculos que se le han presentado y que quienes imparten justicia
no tratan de recuperarla.
ORGANIZADOR GRÁFICO
RESUMEN

SEÑALAR LA INFORMACIÓN ESENCIAL

LOS VACÍOS DE LEY DE JUSTICIA Y PAZ

Hace cuatro años después de un cuestionado proceso de desmovilización de


combatientes de las autodefensas en varias regiones del país, fue aprobada la ley
975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz.

En su momento fue presentada como un modelo de justicia transicional para la


solución de conflictos armados, pero hoy deambula por el laberinto de la
morosidad judicial, las confesiones a retazos y el enrevesado camino de buscar
que a los principales artífices del paramilitarismo les quede alguna voluntad para
colaborar con la justicia colombiana, a sabiendas de que resolver sus cuentas con
la norteamericana representa en la actualidad su acción prioritaria.

Estaba advertido desde los vacíos de aplicación en que la ley fue cayendo con el
curso de los acontecimientos. A tropiezos pasó el examen jurídico en la corte
constitucional en 2006, donde afortunadamente se hundió por errores de forma la
columna que sostenía el objetivo de las autodefensas de lograr su expedito
tránsito a la política. La sedición como comportamiento, también atribuible al
paramilitarismo, que tampoco acabó de convencer como argumento de fondo.

Después llegó la parapolítica, que puso contra la pared tanto a los jefes
desmovilizados obligados a decir la verdad, como a un alto número de dirigentes
políticos que aún se discute si obraron como soporte de su expansión electoral y
militar. Los comandantes de las autodefensas no rompieron del todo sus
tentáculos con el narcotráfico y en medio de las ambigüedades de un proceso de
paz sujeto a manipulaciones y chantaje terminaron extraditados.

Hoy el escenario no puede ser más escéptico. En el interior del país la Ley de
Justicia y Paz sigue a la espera de que se produzcan sentencias y que se
masifique la divulgación de las confesiones para fortalecer el objetivo de la verdad;
mientras en el exterior avanza a la zaga de lo que buenamente la justicia
norteamericana facilite a los investigadores de Colombia, sin perder nunca su
norte esencial: que los extraditados del paramilitarismo salden sus cuentas de
narcotráfico.

La Ley de Justicia y Paz continúa en un limbo extenuante, eternamente sometido


a los cíclicos escándalos de aquellos desmovilizados que equilibran el juego de
sus confesiones con descontextualizados y oportunistas señalamientos en los
medios de comunicación; o los desesperados anuncios de algunos jefes
paramilitares extraditados a Estados Unidos que ya no quieren colaborar con la
justicia colombiana.

Sin embargo, no es tarde para que la Ley de Justicia y Paz recobre su importancia
en escenarios de reconciliación y verdad. Como instrumento jurídico aporta
elementos válidos par la desmovilización de combatientes y ya existe un camino
andado que será de mucha utilidad en términos de reconstrucción de memoria.
Pero necesita líderes que la fortalezcan y dinamicen antes que apurar su advertido
fracaso. Y los promotores ideales no pueden ser otros que quienes hoy imparten
justicia.

En otras palabras, especialmente en manos de la Fiscalía y de la Corte Suprema,


descansa la alternativa de que la desmovilización de combatientes del
paramilitarismo, incluyendo la de aquellos que terminaron extraditados, no se
convierta en un proceso a la deriva con evidencias desperdigadas en múltiples
expedientes y uno que otro esfuerzo asistencialista en materia de reparación.
Colombia urge verdades claras y contundentes, por dolorosas que ellas sean. Sólo
así podrá cerrarse un capítulo sombrío en la historia nacional.
COPIAR Y PEGAR EL TEXTO RESALTADO

La ley 975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz.


Fue presentada como un modelo de justicia para la solución de conflictos armados
Hoy deambula por el laberinto de la morosidad judicial, las confesiones a retazos y
el enrevesado camino de buscar que a los paramilitarismo les quede alguna
voluntad para colaborar con la justicia colombiana
La ley fue cayendo con el curso de los acontecimientos.
Llegó la parapolítica
Los comandantes de las autodefensas no rompieron del todo sus tentáculos con el
narcotráfico
La Ley continúa sometido a los cíclicos escándalos de desmovilizados o los
desesperados anuncios de algunos jefes paramilitares extraditados que ya no
quieren colaborar con la justicia colombiana.
En manos de la Fiscalía y de la Corte Suprema, descansa la alternativa de que la
desmovilización de combatientes del paramilitarismo, no se convierta en un
proceso a la deriva.
RESUMEN FINAL

La Ley 975 de 2005 o Ley de Justicia y Paz fue creada para la solución de
conflictos armados.
La morosidad judicial, las confesiones a retazos y la poca voluntad del
paramilitarismo han llevado al decaimiento de esta ley, incluyendo algunos
acontecimientos como la parapolítica y la alianza de las autodefensas con el
narcotráfico.
La Ley sigue en problemas de escándalos por los desmovilizados o los
paramilitares extraditados, pero la Fiscalía y la Corte Suprema son quienes tienen
la alternativa de que la desmovilización del paramilitarismo no se convierta en un
proceso a la deriva.

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