En el fondo, son gente profundamente triste. Los embarga una tristeza que, tarde o temprano, deviene en misantropa. Estn en todos lados. Puede ser tu mam, tu hermano, el flaco con el que sales. Exteriormente, no hay un elemento que los caracterice, un rasgo que permita identificarlos con la sola mirada. Quizs si te detienes a hablar con ellos, si escuchas sus opiniones, siempre tan sesgadas, puedas llegar al convencimiento. S, ste tiene que ser. Y son muchos. Como deca, identificarlos es difcil a simple vista. T los ves y, en efecto, parecen gente normal. Pero no, no son normales. Por ejemplo, a partir de algn tipo de atrofia en el lbulo frontal, han desarrollado un tipo de sociopata marcada por el nihilismo, un alpinchismo existencial, un relajamiento en el nervio tico. Por otra parte, tienden a ser irascibles y desequilibrados, como si siempre estuvieran a punto de cometer una locura. De ah se sigue que, cuando ocupan cargos de poder, pierdan siempre los estribos. Un error convencional es tratar de sanarlos dicindoles que todo est en su mente, que no tienen por qu pensar as, ignorando nosotros que sus pensamientos, los terribles pensamientos que los invaden, tienen un correlato anatmico marcado por la atrofia o el desarrollo limitado. Lo peligroso no es que sean cada vez ms. Lo peligroso es que an no entendemos que son un problema. Por supuesto, estoy hablando de los fujimoristas. Las personas que tenemos depresin somos gente normal. No perdedores. Ignorante.