AgorA
Cuaderno de Estudios PolAJUSTANDO LAS FUERZAS ARMADAS A LA DEMOCRACIA:
LAS FF.AA. COMO ACTOR POLITICO
EN LA EXPERIENCIA DEL CONO SUR"
Carlos H. Acuiia
CEDES- CONICET
Catalina Smulovitz
Universidad Torcuato Di Tella CONICET
Introduccién
La mayorla de los trabajos que anatizan las dhimas distaduras del Coro
Sur latincamericano acent famente el peso que i reforma socio:
ccondmica tuvo sobre la Iogica de gobierno y represién de estos regimenes.
Al referirse a la dimensién politica de los mismos, la “Docirina de la Segu
ridad Nacional” es identificada como la variable clave para comprender |2
légica represiva y sus planes politicos de mediano/largo plazo. La crisis dat
eynesianismo y del modelo de acumulacién semi-cerrado, lz ideolog’a
neo-liberal y la doctrina de seguridad national son los argumentos recy
rrenves para explicar los conflictos sociales y el disefio de las estructurss
politico-institucionales que debian asegurar la reproduccién simultinea de
aan orden “occidental y cristianc”, asi como de la estabilidad del nuevo
modelo de acumulacién.
Sin embargo, al comparar las dictaduras de Asgentina, Brasil y Chi
le se observa que los planes politicos y las estrategias #epresivas implemen-
adas tuvieron importantes diferencias. La téenica de “detencién
desaparicién” tuvo mayor peso en unos 3805 que en otros, donde lo pre
dominante fueron las detenciones masivas; las reformas constivucionales
solo se intentaron en algunos de estos paises; y los intentos de variacién ce
Jos sistemas de partidos no solo tuvieron muy diversos grados de éxito sino
que también fueron radicalmense distintos. Estas diferencias no consti.
yen meros ajustes de un esquema politico econémico global a cada realidad
nacional. Por el contrario, indican las distintas Kégicas de lucha politica que
Una versién ands breve de ext (absjo ba sido publicada en E. Jelin (comp.), Harn
Right Justice ana Soin in Latbs Amante, Westview, Boulder, Coloraa, 1995
Agorh mi. 5
ira de 1986, pgs 97-133.%s Agee i, S$ / Ian de 1996
caracterizaron a cada uno de estos regimenes dictatoriales. Estas légicas de-
terminaron, 2 su vez, divessas férmulas de salida y wansiclén, asi como
importantes aspectos de la lucha politica dentro de fos regimenes democré
tices.
El objetivo de este trabajo es explicar 2 partir del anilisis compara
10 de estos tres paises del Cono Sur, por qué a pesar de que sus respect
AA. mostraron una Somiin aspiracién on garanticurse wn luge ins
onal de intervenciba/contralor en el régimen sucesor, el contflicio po
Tico que caracteri26 a cada una de las transiciones determing &
distintas de integracién de hs FR.AA. a los reg i
discintas fosunas definen, a sa vez, no s6lo diversos grados de democratiza-
Cin de as eeluciones clvicomailizares, sino también diferentes tipos de de
‘Argentina: del gobierno a ‘a subordinacién
oliticos de las FAA, y sus effcros sabre ba apertura democritica
El rasgo central del proceso argentino entre 1955 y la reapertura de
983 fue la inestabilidad politica, En ese contexto, distintos
actores socio-politicos desazrollaron un comportamiento “defensivo” por
los beneficios alcanaados por alguno de ellos fueron neutralizados
sistemiticameate por el veto de los orros dentro de places cada vez mas
costes, La inestabilidad no estuvo sélo ligada a cambios ée régimen polit.
co, implicé también incert dumbre respecio de cuestiones tales como el
papel del estado en la economia, [as politicas de exportacién ¢ industriali
zatién, la relacibn capital/trabajo, y la relacion mercado interno/externo,
La reproduccién de inestab lidad resultS en una escalada donde los ciclos
de éxito/fracaso fueron cada vez mas cortos y la “neutralizacién” de bene-
ficios y transferencias de poder cada vez mis violentos.
Hobo, sin embargo, en esie cuadro de alta inestabilidad politica a:
gunas constantes: el peroniuno mantuvo su primacia como mayoria elec
torel, y durante la mayor parte del periodo las FF.AA. no estuvieron dis
puestas 2 pérmitir que camdidatos peronisias accedieran a controlar espz-
stituclonales Considerados claves, En 1972, una conilictiva y violent
racial articulada con demandas de apertura democritica oblig6 @
Exc trabajo sobre Ia imegraciby de las FP.AA. del Cono Sur a os distiacas regimenes
Ueocrixicos es producto de invetigaciones que aa extin en desarrollo. Las mismas cuen
doen sus diversas caps con el apoyo de The John D. 6 Catherine C. Mat
Arthur Foundation, Ford Founcavion y del North Sauth Cenver de ta Universidad de
5. Un printer producto deat nenigcons ba sido Acute Ctl.» Cain
Smmulowsz (1995). Por otra part, sgradecemos la colaboraci6n de Leonardo Pérez Esquiv
ne Quevedo, Pablo Fadcich yp NES "
decampe.
Restive, quienes han colabo
ve
Corlor Aces y Cetalina Soocite 9”
las FF.AA. a aceprar elecciones libres en donde, por primera vez desde
1955 a nivel nacional, se aceptabs como resultado {a eventualidad de una
victoria peronista. El gobierno peronista surgide en 1973, cay6 en marzo
de 1976 inmerso en una profunds crisis econémica, social y politica carac-
terizada por la Jotensificacién de la violencia politica, de la movilizacién
social y por ls hiperinflacién. En 1976 las FFA. tomacon el poder con el
diagnéstico de que la crisis argentina se debia no solo a ta accion de la gue-
rilla, al “desborde” del poder sindical y al peronismo, sino también 4 su
economia semicerrada, a fa industralizaci6n subsidiads y a le Sp.
ibn” de la transferencia de los recursos,
‘Las esteategias politicas de la conduccién militar que Liderd el go-
bierno militar mostraron tres momentos claramente diferenciados. En wna
primera etapa (1976-1978) el objetivo central fue resubordinar violenta-
mente a la sociedad bajo el control estatal, La segunda etapa, 1978-1982,
tuvo como objetivo ef diseiio del orden. politico futuro y le tercera, 1982-
1983, se caracteriz6 por Is prosecucién de “objetivos de minima” en un
coniexto de crisis y sbandono del gobierno.
‘Cuando la Junta de Comandanres tomé el poder, anuncié la desti-
tucidn de las autoridades constitucionales, modificé las reglas de compe-
tencia y funcionamiento del gobierno y reglamenté el funcionamienwo de
los drganos de gobierno. La Junta disolvi6 el Congreso Nacional, las legis
laturas provinciales y los Concejos Deliberantes, ororgé facultades legisla
tivas al poder ejecutivo, modificé la composicién de la Corte Suprema Nac
Gional y de los Tribunales Superiores de Provincia y declaré “en comisién”
ala totalidad de los jueces, recorté el derecho a la libre asociacién y sus-
pendié Ia actividad politica de los partidos, prohibié la actividad gremial,
restringid la libertad de prensa y esablecié que aquellos que alseraran el
‘orden publico serlan juzgados por tribunales militares a través de procedi-
smientos sumarisimos.
'Y si bien todos estos rasgos caracterizaron a la dictaduca militar ar
gentina, la naturaleza y magairad de la represién ilegal implementada fue
tuno de los aspectos que la diferenciaron de experiencias dictatoriales pasa
das. La Comisin Nacional sobre la Desaparicién de las Personas
(CONADEP) documenté en 1984 la desaparicign de 8.960 personas, aun-
que aclaré que extimaba que el mimero de vicsimas excedia significative:
mente los 9,000 casos. Amnesty International catculé que el numero de
victimas superaba las 15.000 y otros organismos defensores de los derechos
hhumanos han sostenido que fas victimas aleanizaron las 30.000 personas.
Ta Junta definid ademis los mecanismos instiucionales que gober-
narfan el proceso de toma de decisiones de Ja corporacién militar y fa mo-
dalidad de la esteategia represiva. La fijacién del mecanismo de toma de de
Cisiones estaba destinado a garantizar que el poder politica fuese ¢jercido
por la corporacién militar en forma conjunta (Fontana, 1987). La Juata
Militar, maxima autoridad del estado, renia atribuciones para fijar las direc
tivas generales del gobierno, para designar al presidente, a Jos miembros deAgorh mim, 3 /Inoierne de 1996
1a Conte y a todos los func onarios del gobierno. Este ejercicio conjunto
del poder suponfa Ia asignac.én, en base a un criterio proparcional de divi
sidn por tercios, del control de las distintas jurisdicciones del aparato esta-
tala cada una de las armas. El objetivo era evitar le dificultades ds suce.
sin y la personalizacién del poder que habian caracterizado al gobierno
militar argentino entre 1966,y 1973.
En septiembre de 1975 el Comandante en Jefe del Ejército decidié
que ls represién debia ser clandestina y que debfa, no slo de neutralizar
sino también de exterminar ficamente a gran parte de lot militantes one
sitores (estavieran 0 no reacionados a la lucha armada)(Camps, 1981;
Mignone, 1990; Frontalini y Caiati, 1984, pags. 32-33 Guest, 1980, pags
24-22; Urlarie, 1992, pig. 97. Se decidié exterminar fisicamente a un gran
mimero de opositores a fin de impedir que un fururo gobierno civil les
‘ororgase la liertad y se gencrase, como en 1973, una contraofensiva poli
cs, La clandestinidad de la tepresin tenia varios propésttos: retards las
protestas ¥ presiones internacionales como las enfrentadas por la dictadura
chilena, impedir la fiscalizaci’n y control del poder militar, v paralizar por
al terror las respuestas de la poblacién. Por otra parte, los Comandantes
sablan, asi lo habian advertido especialisias militares franceses y norteamne-
del carder lestino de la represién era
que sectores de ta instituci8a se auronomizaran organizacional-
mente, y utilicaran dicha auronomfa para obtener heneficios ecanémicos
particulates. Corrupcién y raptura de la cadena de mandos eran fendme
ros previsibles por el tipo y estructura de represién clegida: brindaba altos
beneficios y eficiencia politico-militar para los objerivos castrenses de corto
plazo pero sentaba las bases estructurales para La corrosién de las in
iones militares en el mediano plazo.
En esta etapa la magnitud de la represién asi como la omisién de
acciones por parte de los partidos, los sindicatos, la Iglesia y la prensa colo.
caron a la ciudadanfa en situaciSn de indefensién. En esos primeros meses
una serie de grapos y organizaciones, nacidos michos de ellos como co
secuencia del repliegue de otras instivuciones, denunciaran el accionar re-
presivo del gobierno, En un primer momento el gobierno puda newtrali-
zar la visibilidad pblica de las denuncias en el imbito nacional. En el dm
bito internacional, sin embargo, la efectividad de las denuncias no pudo ser
neutcalizada tan ficilmente. A fines de 1976, se produjo la visita de una mi
sién da Amnesty International y Iuego del cambio a la administracion Car-
terse redujo la ayuda militar de los EEUU.
= Emise Ios organismas de DHE, destacan las Mares de Plaza de Mavo, Pailiares de
Desenidos y Desaparecides por Rasones Peles av Abas de Plara de Mayes
Par Jasin ef Movimicto Eeuinico por tos Derechos Humana: Asa
nents por los Derechos Humanes, Centra de Etioe Lopate y Sociales, fa Liga Argentina
por fas Derechos del Hombre 7 seg
Carlos Ace y Cetaing Smal 101
En 1978, luego que la Junta evahia haber alcanzado la victoria mil
tar, se inicia la segunda etapa del régimen militar argentino, Entre 1978 y
1982 la accién se concentré en el disetio del orden politico futuro. Surgen,
entonces, varios proyectos orientados a disefiar sus bases. Sin embargo, Ii
implementacién de cualquiera de ellos requeria que los sectores civiles
aprobaran pablicamente lo realizado en la represién y un compromiso de
no revisién del pasado. El primer camino para “blangueae” la politica re
presiva involucré a un organisme internacional: la Comisién Interameri
cana de Derechos Humanos (CIDH). Desde la perspectiva gubernamenal,
ha visita de la Comisin debia servir para mostrar que la Fepresién habla
sido producto de una “guerra” necesaria y “acozada” que ya habia termina
do. El informe de la Comisién, mis critico que lo esperado por las
FF.AA., no permitié al gobierno cerrar el caso. En 1979 la Junta inicid @
través del “Didlogo Politico” un primer intento de reorgenizacién de la ac-
tivided politica (AcuAs, 1983, Gonzélez, 1991). Segin las FFA. la
“victoria en la guerra” otorgaba derechos para tener un rol institucional
relevante y permanente. Aspiraban a twtelar vna futura democracia en
donde uns fuerza politica afin Ies garantizaria In comtinuidad de sus politi
cas y su presencia en el gobierno,
Sin embargo, las crecientes dificultades politicas y econémicas que,
entre 1980 y 1982, entrcntaron los planes politicos del gobierno militar He
rmitaron su capacidad para imponer condiciones al resto de los actores poll-
ticos y sociales. En 1980, el Premio Nébel de la Paz a Adolfo Pérez Esqui
vel legitimé internamente la actividad del movimiento por los derechos
humanos en general, y obligé a conjunto de los actores politicos y sociales
4 promunciarse sobre un tema que muchos preferian obvisr. El recambio
presidencial del Gral, Videla por el Gral. Viols result6, al poco tiempo, en
un golpe palaciego por el cual el Gral. Viola terminé siendo reemplazado
por el Graf, Galrieri. El golpe puso en evidencia le incapacidad de las
FE.AA. para asegurar la estabilidad politica que declan garantizar, a la vez
que desnudé la profundidad de las tensiones incramilitares, La magnitud de
Ja deuda externa, la cafda de la tasa de inversién, la recesién, las crecientes
tasas de inflacién y el aumento de la eapacidad de movilizacién oposizora,
dieron indicios de uns crisis con consecuencias de mediano y largo plazo.
Varios analistas han sefialado que dado el aumento de ia tensién
politica y social, Ia “solucién” que encontré la conducciém militar para
congelar la ereciente oposicién fie la invasién a las Islas Malvinas, Sin em
bargo, los andlisis histéricos del conflicto muestran que las razones que
motivaron la aventura militar estuvieron s6lo parcialmente relacionadas
con la situacién interna’, Por lo tanto, los fines de este andlisis corres:
> Sepiin Gamba y Freedman razones de orden simbblico, el 190 aniversario dela ocapacib
Lela iss, y consideracionesgeopolitias, tales como la reviién det Tratado Antico y by
ineminonge reslueién del segundo fallo papal en celaciSn al conficto del Beagle, eolocaron
al ema de las Malvinas en un Tagar central ene las preoeypaciones del gobierno miitar
2/85, Desde la perspective militar argentina, era noceria comtrwesesar
durante Jos ace 198tgoel mam, 3 /Drvienna de 1996
102
onde separar las razones que motivaron la decision de intervenir milivar-
Thente en Malvinas, de las consecuencas y efectos politicos que dicha deci-
sidn tuvo para la supervivencia del régimen militar. Luego de la derrora
ailitar de junio, la situacin del gobierno cambié: se redujo su autoridad
frence a la sociedad, y se agudizaron Jos conilictos intrar Dats ie
aio y septiembre de 1982, el pacto interiuerzas se quebro. Estas divisiones
redojercn su capaidad de efociacign lentes ls fuerascivilese impicie=
ron las FE-AA. acordar intemamente gu debia negocarse, com golenss
y através de qué medios. Por ello, después de Malvinas, el gobierno militar
eplanted, en esta tercera etapa, sus objetives politicos: abandoné la estra
regia orientada a la formacib; de um partido de derecha propio destinado a
constivuirse en primera minoria electoral e intentd negociar con la oposi-
cign un pacto de salida. ‘
En noviembre de 1982 el gobierno hi
wince temas que entendia era necesario“
WPintiucionslicacion del pals’. Ame la imp
én de los mismos el gobieeno impuso en forma vss
eraba inteansigiblss. Ea abril de 1989 dio a con:
Jos derechos humanos y el “Acta Institucional” que establecla que todas las
operaciones llevadas a cabo por las FF.AA. debian ser consideradas actos
3 semicioy que por lo vaio no eran punibles, Dos semanas anes de as
elecciones sanciond la “Ley de Paci! : ei Ee Ley de Autoam-
istla") que ovorgal chasos de actos de tert 10
Shaul oer bs membies debe FPR por ceimenscomeioy ee
el 25 de mayo de 1973 y el 17 de junio de 1982. Y en los Gltimos dias de
gobierno dicté un decreto cisponiendo la destruccién de los documentos
Feferidos a la repsesién milnar. De esta forma, la estrategia de salida im-
plementada por las FF-AA. catificd ta importancis que para las mismas te
nia la cuestin de los derecios humans, y colocé al vema en va lugar cen-
teal dela agenda de la transiciGn.
conocer a los partidos
las consecuencis geopat
fracavo de la priqera aternat
sruattae inclua La ocupacién y cir tamediato de fs sls, Se buseaba evsar
britnica y obigar a una nepaciasin. Came es sabido una vex iniciada la operaci6n ail
vas la iim de fos acomiecimaentes incentive a
wea empresa para la que ny habia laborado niga :
an, Lawrence y Virgiia Gamba Stonehouse Seales de Guerne. EL Conict de las
nas de 1982, Buenos Aires, Jaen Vergary 1992
asta de Comandante 3 pesisir et
ec comingencis defen. Vee
Carlos Aoiey Cette Salo 03
La aceleracién de los tiempos que caracierizé la escena polttica
ostMalvinas asi como la evidente descomposicién que sufrio el gobleeno
milltar tuvo una consecuencia paradojica: obligé a los partidos a *sostener
al mismo régimen al que se habian enfrentado con el fin de darse tiempo
para acceder ordenadamente al gobierno” (Gonzilez Bombal, 1992). Bl
Proceso de liberalizacién no se caracteriz6 por la explosion y* radicalica-
sign de demandas sociales, El candidaro peronista, descontando su triunfo
coasideré innecesario conquistar el voto descontento que se aglatinaba al.
rededor de las demandas de los organisnios de derechos humans y evalvé
mds conveniente minimizar sus enfrentamientas futures con as FP-AA. El
candidavo radical, en cambio, ya sea porque al no tener certeza de su triun-
fo electoral precisaba conguistar el voto que el candidato peronista habla
optado por desestimar, 0 porque no requeria asegurar ex ate una pacifica
relacién con las FF.AA., opto por difezenciarse en algunos de los temas
gue el resto de los candidates preferian mantener en la ambigiiedad. La es
teategia del candidato radical produjo mejores resultados y, en octubre de
1983, Radl Alfonsin alcanz6, para sompresa de muchos, la victoria electoral
Relaciones cévicosnilizares en ka denn
dinacién al podey constitucional
cia argentina: del confliio a la subor-
A fin de confrontar la demands de justicia que habia marcado la campafia
electoral el gobierno sadical disefié una estrategia que simulténeamente i
sentaba sancionar a miembros de las FF.AA. que hubieraa cometido vio
ciones a los derechos humanos ¢ incorporar a los militares al juego demo-
critica, La estrategia debla resultar en ef autojurgamiento de los militares.
Para el gobierno la autodepuracién permitiria sancionar judicialmente a
algunos de los responsables, cumpliendo asi con promesas electorales, sin
enlemistarse con las FF-AA. en su conjunto. El plan gubernamental inclu‘a
la derogaciéa de la Ley de Pacificacién Nacional (0 de autoamnistia) y la
suncién de otra que debfa especificar el alcance de la responsabilidad penal
y de la jurisdiccion en la cual debian realizarse las prosecuciones,
En diciembre de 1983 el congreso aprobé fa derogaci6n de la ley de
autoamnistla, Sin embargo, la estrategia gubernamental enconiré sus pri-
meros problemas cuando se sancioné Ia ley de Reforma del Cdigo Millar
(Ley 23.049), La ley aprobada confisié al Consejo Supremo de las FE.AA.
Ia jurisdiccidn inicial para la prosecucién del personal militar, establecié
tuna instancia de apelacién automitica en tribunales civiles ¢ impidié el uso
indiscriminado del concepto de “obediencia debida” para el caso de los de-
litos atroces y aberrantes, Esta Ultima modificaci6n impidi6 al gobierno
limitar 2b anitio el alcance de los juicios. Cuando en septiembre de 1984, se
uso en evidencia que el Consejo Supremo no se harla cargo de la autode
uraci6n de las fuerzas, In Camara Federal de Buenos Autres se abocd al cx
so. A partir de ese momento, ¥ por unos meses, la Iégica juridica prim105 goed mon. § / noon de 1986
por sobre la légica politisa que hasta entonces habia gobernado el contlic
to.
Como consecuencia del juicio fueron condenados a prisién perpe-
tua el Gral, Jorge Rafael Videla y el Alte, Emilio Massera, a 17 afios en pri
sidn el Gral. Roberto Vicla,a 8aftos el Alte. Armando Lambruschini y a 3
afios y nueve meses el Brigadier Agosti. Los miembros de la junta que go-
bernd al pais entre 1979 y 1982 fueron sobreseidos de los cargos por consi=
derar la Camara que la evidencia en sit contra era insuficiente e inconc
La logica juridica, expuesia publicamente, ordend y dio verosimilieu
relatos del pasado, a la ver que dej6 fuera de toda sospecka al relaro de los
testigos. El juicio se consitayé en un elective mecanismo para el j
histérico y politice del régimen dictatorial y en contra de lo esperado por
el gobierno en ver de cervar Ja “cuestién derechos humanos”, termind rea
briendo el tema.
Al final
te presién de las FP.
el juicio y en yn contexco caracterizado por la crecien:
LA.,el ejecutivo inicio acciones tendientes a restringir
Jos aleances del allo y a esegurs cia militar. Estas acciones in-
cluyeron tres medidas: las Ins ios Fiscales Milicares, Ia ley de
Punto Final y la ley de Chediencia Debids, Las instrucciones apuntaban a
reducir radicatmente el ni
mero de aewsados eximiendo de culpas 2 acwsx
dos de tortura, secuestro y/o asesinato en todos aguelios casos en que se
demostrara que estos hab an acruado de acuerdo a Srdenes impartidas. Sin
embargo, este primer intento de cerrar pollticamente la cuestién no pros
perd debido a la oposicién que despertd en las filas del partido peronista,
en secrores del propio partido radical, en los organismes de fos derechos
hamanos y en la Cimara Federal de Capital. La ley de Punto Final abordé
la cuestibs: desde otro frente. En vez de considerar como inimputables «
los responsables de violac ones a los derechos humanos, opté por far una
fecha tope hasta lz cual podrian ser requeridos a prestar declaracién inds
gatoria presuntos participantes de violaciones a los derechos humanos.
Cuando Ia ley fue aprobada siete CAmaras Federales suspendieron la feria
judicial de enero y se abocaron en esos sesenta dias a las causas pendientes.
En febrero cuando vencie el plazo previsto por la ley mas de 300 oficiales
de altz graduacién queda-on procesados. De esta forma, si bien [a pres
dencia consiguié que la ley fuera aprobada, las consecuencias pricticas de
Ia misma constituyeron a este segundo inento en wun revo fracaso,
La ley de Obediencia Debida fue aprobada poco después del levan:
tamiento que en abril de 1987 encabezaran los carapintadas en oposicién a
Ja politica de derechos humanos del gobierno radical. Durante dicho le-
vantamiento se puso en evidencia una serie de hechos, Por un lado, Ia in
tensidad que haba adquirido la demanda militar y fa incapacidad de man-
do tanto de auoridades civiles como del Estado Mayor del Ejército. Por el
oro, la generalizada y arplia movilizacién de la sociedad civil puso de
manifiesto el repudio que la posihilidad de wn retorno de un gobierno mi
litar segufa generando en a poblacién, La ley de Obediencia Debida e
oN
Corlar Ata y Cetaine Sradovite 105,
blecié que aquellos individuos que a la fecha de comisién del hecho cevis
taban como oficiales jefes, oficiales subalsernos, suboficiales y persona’ de
tropa de las FF.AA., de seguridad, policiales y penitenciarias no eran pu:
nibles por deliros que hubieran violado los derechos humanos en tanto se
presumia que obraron en virtud de obediencia debida. Para importantes
sectores de la poblacién la ley mosteé la renuncia del gobierno 2 defender
uuno de los temas que en 1983 le habfan permitido constituirse en la princi
pal garantia de la defensa de lp democracia y del estado de derecho. A pesar
e las reversiones que implic6, su sancién siguié dejando abierto un flenco
ea la disputa con las FFA. la relvindicacton politica de
sivo desarrollado por las FF.AA. a partir de 1976.
A partir ce Ia rebelida de Semana Santa, un nuevo frente de con
flicto se abrié en la relacién del gobierno con las FF.AA. AA fa disputa de la
cuestién derechos humanos se le superpuso ef conilicro acerca de qué debia
hracerse con los participantes de las rebeliones militares, conflicte que en
realidad escondia la lucha sobre la capacidad de influencia de los emergen-
tes sectores rebeldes en las decisiones del Ejéccito, La preeminencia que
canaé esta nueva disputa modified el peso relativo de los tomas en debate
La discusién acerca de cémo sancionar a Jos responsables de las violaciones
a Jos derechos humanos quedé opacada por el dehate acerca de como reins
taurar la cadena de mandos en cl Ejército. $i bien el gobierno estaba dis
pesto a finaizar Tos juiciosa los responsable de voliciones de derechos
wumanos, ni el gobierno ni importantes sectores del generalato estaban
dispuestos a reforzar el poder politico “carapincada” denito del arma,
Las insurrecciones de “Monte Caseros*, “Villa Martell" y el il
mo levantemiento de diciembre de 1990 fueron producto de Ia incorpors
cio del clivaje intramilizar en el conflicto, Las tres rebeliones se iniciaron
como consecuencia de la disconformidad de los sectores cavapintadas ante
los castigos que Ix cipula castrense les impuso. Sin embargo, luego de la
sanciéa de la ley de Obediencia Debida, los carapintadas encontraron difi
cultades para conseguir adeptos entre Ia oficialidad. Ante la repeticion de
episodios en donde Ia ruprura dela cadena de mandos seria para avancat
causas sectoriales y ante el peligro que estas significaban para el faturo
Ejército, ls simpatlas que los carapintadas gozaban entre la oficialidad em.
Pezaron 2 verse debilitadas
Las elecciones presidenciales de 1989 volvieron & crear expecta
enire los carapintadas. Consideraban que un triunfo elecioral del candidato
peconista implicacta el levantamiento de las sanciones impuestas por el Es
ado Mayor del Bjército y un cargo gubernamental para 90 lider, el Cnel.
Mohamed Seineldin. El 8 de octubre de 1989 Menem, vicvorioso y ya en el
gobierno, anuncié un primer indulto. Entre sus 277 beneficiarios habia mi
Titares comprometitos en violaciones 4 los derechos humanos, militares
condenados por su imervencin en x guerra de las Malvinas, militares
condenados por su participacion en las sublevaciones militares ocurridas
durante el gobierno radical, asi como civiles sancionados por actividades
ionar repre-ios ‘sot md 5 / Enver de 1996
ertllers, Fueron excluidos del decreto los ex comandantes Videla, Vi
f Massera y Lambruschiai; los Generales Camps, Richieri y Suares Moc
4si como al jefe montonero Mario Fitmenisi,
abies Iueron las consecuencias del indulto en el contflicto intra
fits? Una primera lecura permit pensar que los lideres carapintadar
habfan conseguido los resultados buscados, Sin embarga, unos dias
NE Se puso en evidencis que el induleo a ios carapinicdas no tba 2 impo
ir las sanciones del Exado Mayor. E! indult les permitid evtar ser sre
sionsdos por cores civiles pero no les sirvié para obtener iempunidad en el
émbito mills. A partir ce esc inclu los carapintadas no pudieron com,
climo ‘de demandas,
erivé en un mayor ais
tinuar legitimando su zct
lonales". Es mis, su creciente pol
10 politico,
Desencantados cou Menem, con algunos de sus miembros lanzados
a ja actividad politica, freate a la aida de su influencis intramilita y le
pirdida de control sobre unidades con “poder de fuego", los cenapintadas
hicieron un ultimo esluerzo para parar el avance del Eso Mayor, Fl th
timo levantamiento ocurrido el 3 de diciembre de 1990 fue el mis sangrien.
to y violento. Esta vex Is tepresién del alzamiento fue contundente. Al f
aalizar la rebelién los carcpintadas hablan sido militarmente derrotades y
politicamente neutralizados. :Qué habla cambiado para que la derrota fue
a tan amplia y clara? Em orimer lugar, dado el reciente iadulto, la lami.
feucla de un segundo, asi como la creciente politizacin del movimiento,
3 adhesi6n a los mismos por parte de Ia oficialidad del Ejército sélo podia
Sostenerse en base 2 Ia lealiad politics. Por otro lado, la relterads ruptl
de la cadena de mandos y el hecho que los apoyos a sus lideres provenian
ayortariamente de oficiales de baja graduacién y de suboficiales, pusic
yom en evidencia ala ofcialidad del Ejército los peligros que para la Super:
vhencle besa Suponis un unto de os rebelde,
do inder P00 dias de a rebeliém y de su derrote se conacid el segun-
f8 indulto, Comprendia a ls dos prinieras juntas mllicares 7 a los genera
ss Camps, Suérez Mason y Richieri, asf como a Mario Firmenich «otros
Giles: ¢Qué razones tenia ta presidencia para sancionar este segundo in.
Gulto luego del levantamierto de diciembre? Su sancién reafirmebs le on
de perdcnar las rebeliones pasadas pero castigar las de.
es 0 futuras, a la vez que aflanzaba al Estado Mayor
impidiendo a los carapintadas volver 2 convertirse en voceros
orporativas®,
argent senctasiones pueden exraise de ee Breve andi del aso
relponsablen gi lado, que la forrua que asumio ta persecucién penal de lor
og les de las wolcionesa los derechos buenos an la orsign rae
05 elomen ra 1 estrazegia del cecutivo pues en el proceso se Pustaron los
pe cnet de pista, a saber el juagamienta Lvitnado a unos
Cirlos Aes y Cotaine Stovite 1
La evolucién de la transicién argentina ambién muestra que el bi
to de los organismos de derechos humanos y de los partidos de oposiciba
fue parcial; que el poder judicial vio sus objetivos de méxima frusirados y
que lis FFA. tampoco pudieron alcanzar su principal objetivo en tant
no pudieron evitar los juicios ni la condena social. Es, quizis, el gobierno
de Menem el que hasta ahora ha tenido un mayar grado de éxito con ree
pecto a sus objetivos. De llegada cena, y por ende con un me-
nor desgaste politico, Menem decidié un intercambio: otorgar un indulto +
los condenades y acusados por violaciones a los derechos humanos y por
Jos Ievantamienios, a cambio de un compromiso de obediencia militar al
poder civil, Sin las obligaciones electorales de Alfonsin, Menem intento
solucionar el “problema militar” afianzando al Estado Mayor mientras dia
logaba con los *earapintadas", Sin embargo, el fxito de so esategia tar
bigm fue parcial, No consiguié evitar que los rebeldes pasaran a la accide
armada; ao obstate,lageb que las fucreas leales a! Eso Mayor eepeimie:
ran a los insurrectos ylogro sambiga la recomposicion de la cadena de
mmandos. La severidad del castigo impuesto a los oficiales que participars:
ela Glia sebelidn mosié ls relas que redefinirfaa su Yelacin coa los
militares se perdonacin los crimes cometides en el pasado, pero se cast
sarin gorosmente [a desobesenca presente o fra, En Comessencn
tambiga es posibie concur que la divectisn gue adopts la ranscion on la Ar
genta, no vespondis los cbjin de mina de ninguo de os stores
ences en la lucha polite ligada alos derechos burma.
Conctusiomes sobre ef presente y futuro del papel de las FELAA. en la Argentina
erfil, Cuando la D.C. comenzé a alejarse del
gobierno, ls Comision de “usticia y Paz se teansformé en la’ Vicacla de la
Solidaridad y la Iglesia contenzé 2 amparar activamente la actividad de los
organisms de derechos humanos que denuaciaban tanto nivel nacional
como internacional los criwnenes gubernamentales. Este perfodo culmind
6 1980 con la elizcién ce un pleiscico sobre constucién propuesa
Por el régimen y cuyo resultado terminé consolidando el liderazgo politi=
£0 de Pinochet.” ae cee
sectorge’ Consttucion de 1980 ah vez que prevela el retorne ala politica
electoral para 1989, establecia un mecanismo de sucesién que aseguraba la
continuidad de las titoridades superiores de las FF-AA., del Poder Judicial
asi como del Comandante en Jefe del Ejército haste 1997. Asimismo, la
nue lor desis proveniznts Gel fabio internacional x contabat:
tice provocado por ls reacionestereaionales als polis epeisiva la politica de dere
hos humanos gue haba cnipera simplemsotc I administacion Carereh los FE OC
Ry SReambocaron en 1978 en un plebscivo denioado a respaldar al gobiere freme a bs
fenuncias que por sislciones ao: derechos humans haa realizado la ONU y ls amen,
slamiento pol
SS
Corl Atay Calne Slee i
Constvucibn imponi limites las fcultades de eventuaesgobieenos post
Crorltarios 4 tives de instruciones.no representatives electoraimeate
icomo los senadores designadot por el ejecutivo), ¥ de Ia creacién de un
Consejo Nacional de Seguridad que garantizaba la participacién irstivw
Clonal de las EE.AA, en funciones de vigilancia y represi6n. Esta Cor stitu:
‘lon es fundamental para entender la dinamica posterior del ile.
hho ya que al inclair Clausulas transitorias cred un limite temporal 2 h die
tebe proporcioné mecanismos legals pars su retiada, permité a go
Hans iar encundrar fos empos'y los margenes de accion des opos
cién duranre la transicién 26 2 limitar los recursos y la accién det
gobierno postdictatorial (Barros, 1992). La consolidacién interna del ré-
Eimen implico definiciones respecto del caricter futuro de la demooracia,
Gel rol institucional que le cabria a las FF-AA. en la misma asi como un
forelecimiento el licerago personal de Pinochet
Entre 1981 y 1986, e1 régimen chileno enfrenté sus mayores dif
caltades Lt ersis economice que comence en 1981 dio higara ut auneato
Gel descontento social y derivd, en 1982 y 1983, en una ampli moviliza
tidn social que combing la actividad de los movimientos de dereches hue
ie las organizaciones sociales y la Iglesia con el stemento de la x
Vidad partidaria de oposicion. La respuesta del régimen fue un increment
de la represion, El aumento de la violencia marco 3 estos enfrentamientos.
a Cuntaua y creciente violencia guberaamental empead 2 encontrar Una
respuesta armada en algunos sectores manifesantes, violencia que termind
fnleand el caicerasivo de is movizasionsy ge n el median ps
zo permitié al gobierno controlar al movimiento de protestas. El fillido
demtado contra ia vida de Pinochet ex 1986 sellé el feaaso de esa wenden
ts opostors,Envee 1988 y 19%b el gobierno consguié newtraiza lx pro
temas y retornar la Iniciativa politica y el control de la economia a partir de
tina profuindizaci6n de los esquemas econdmicos que habia aplicado
175 1981
El facaso de fa oposicién produjo, sin embargo, una nove
partir de ete momen alcanaar la Unidad de la oposcibn se insalé
Ge central dela escrategia de los partidos. Ante el fracaso de las esraegiss
de rupturistas (Protest, Lucha Armada y Asomblea de Ia Civilidad). la
postin opt6 por dar batalla dentro de Tos margenes legals iets or
cE propia gobierno mats s¢ organiaé paca entrentar al gobleeno en un
fereor plebiseito en el cual Gebia decidirse la continuidad de Pinochet co-
no presidente. Sin embargo, fue recién en febrero de 1988, al iniciarse la
discusién sobre el tercer plesbicito, que la oposicidn logra aglutinarse ea
thames un te comin La decinon de la oposeion al aceprar encaunit sus
feefoncs en los margenes delnidos por el regimen militar foe clive: definid
ia forma de Ia salida chilena y condiciond el margen de accién del primer
gobierno post-dictatorial a la obtencidn de importantes y exigentes mayy
Flas elecrorales. La oposicién pudo desplazar a Pinochet del poder ejecit:
woven 1989-4 conta de reduce us margen de accion fora. Aiferentia de12
‘gor im. $/ fave de 1996
corras transiciones, donde los gobiernos militares intentaron prescrv
sgunas de sus prerrogstnas en negociaciones politica con las reson spe
: gativas en negociaciones politicas con las fuerzas
ales que tuvieron lugar y
él marco juridico legal sncion ficado por ls eposicida hufan fn
icesarios nuevos acuendos. Por oito lado, la Concertacion que conflaba
ner muayorias parlamentarias suficientes para abviar las restricciones
gu imponia la Constiticién del 80, considers ate tratar estas
exigencias en dichas conversaciones suponiendo que de esta forma evitabs