El Cuento de _los seis
cisnes en Grimm
Simone WEIL
Entre los mas bellos pensamientos de Platén estan aquellos a los
cuales llega por medio de los mitos. gAcaso no podemos sacar nosotros
también algunas ideas de nuestros mitos?. Elijamos uno de estos mitos
practicamente al azar de entre los cuentos de Grimm y tomémoslo como
objeto, con cuidado de decir como Socrates: cuanto vaya a decir lo diré
como verdad.
Un rey mantenia escondidos a sus seis hijos y a su hija en el
bosque, temeroso del odio que les tenia su madrastra, que era bruja. Sin
embargo, ésta logré encontrar a los seis hijos y los convirtié en cisnes
echando sobre ellos seis camisas de seda encantadas. Pero la bruja no
sabia de la existencia de la hermana, y ésta, que habia partido en su busca,
los encontré justo en el momento en que recobraban la forma humana,
pues tenian la posibilidad de hacerlo durante un cuarto de hora al dia. Por
temor a los ladrones, se fue de alli, no sin antes haberse enterado por boca
de sus hermanos de la unica posibilidad de salvacion que tenian:
recuperarian su forma humana cuando ella echara sobre ellos seis
camisas hechas con anémonas cosidas a lo largo de seis afios, durante
los cuales no deberia ni reir ni hablar. Acto seguido, la hermana se puso
a coser. Un dia paso un rey que la encontro muy hermosa: no hubo
Tespuesta a sus preguntas. No obstante, la tomé por mujer, y tuvo un hijo
suyo. La madre del rey lo secuestré, y acusd a la reina de haberle dado
muerte: siguié muda ante aquellas acusaciones. Lo mismo sucedié con
el segundo hijo y con el tercero. Ocurriera lo que ocurriera a su alrededor,
ella no hacia més que coser en silencio. A pesar de que el rey la amaba
mucho, se vio obligado a condenarla a muerte; el dia en que iba a subir
al cadalso era también el dia en que se cumplian los seis afios. A punto
estaban de prenderla fuego cuando aparecieron seis cisnes blancos: ella
echo sobre ellos las seis camisas y sus hermanos quedaron liberados.
Luego pudo explicarlo todo. Sus hermanos se quedaron a vivir con ella y
con el rey; el mas joven con un ala en lugar de uno de sus brazos, pues.
a una de las camisas de anémonas le faltaba una manga.
“Eso no es un cuento, sino todo un discurso”, diria Platén. Pero
Pensemos ahora en esa muchacha justo en el momento en que va a echar
sobre los seis cisnes las seis camisas de anémonas, Sus hermanos podran
salvarse por el mismo medio que les ha llevado a la perdicion; del mismo
modo que su transformacién en cisnes no fue culpa suya, ahora recuperan
su forma primitiva por el mérito de otro. De haber sido hechizados por una
falta cometida por ellos mismos, habrian sido ellos seguramente quienes
hubieran debido padecer la prueba de su liberacién; en el cuento, el mal
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Jo han recibido de fuera, y también reciben de fuera el bien: podria parecer
que todo esto concierne tan solo a los cuerpos. Pero el cuento no es el
mismo si la prueba de su hermana hubiera consistido, por ejemplo, en
buscar una planta magica: entonces, habria sido la planta la salvadora,
y no su hermana. Para salvar a los hermanos que han desaparecido por
mor de seis camisas de seda, son necesarias unas camisas de anémonas:
pero estas camisas tienen sdlo en apariencia una virtud salutifera. La
salvacion de los hermanos no esta en ellas: para salvarlos, su hermana no.
debe reir ni hablar durante seis afios. Aqui lo que actua es la abstencién
pura. El amor del rey y las acusaciones de su madre hacen la prueba més.
dificil; pero su verdadera virtud no esta ahi. Es preciso que sea dificil: nada
se consigue sin esfuerzo. Su virtud, sin embargo, esta en ella misma. La
tarea de coser seis camisas determina su esfuerzo y le impide actuar: ya
que cualquier acto le resulta imposible si es que quiere llevarla a buen
término, salvo hablar y reir. Esa nada de accion poseee, pues, una virtud.
Esta idea coincide con to mas profundo del pensamiento oriental. Actuar
nunca es dificil: siempre estamos actuando en exceso y dispersandonos
incesantemente en actos desordenados. Hacer seis camisas con anémonas
y estar callado: ése es nuestro unico medio de adquirir un poder. Aqui las
anémonas no representan, como pudiera pensarse, la inocencia frente a
la seda de las camisas encantadas; bien es verdad que nada distrae a
quien pasa seis afios ocupado en coser unas anémonas blancas; son
flores perfectamente puras. Pero sobre todo cuenta el hecho de que es
casi imposible coser una camisa de anémonas, y esa dificultad impide
que cualquier otra accién venga a alterar la pureza de ese silencio de seis
anos.
La Gnica fuerza de este mundo es Ja pureza; todo lo que carece de
mezcla es un pedazo de verdad, Nunca unas telas llenas de tornasoles han
valido lo que un hermoso diamante. Las sdlidas arquitecturas son de
hermosa piedra pura, de hermosa madera pura, sin artificio. El simple
seguimiento durante un minuto, a manera de meditacién, del segundero
sobre la esfera de un reloj, siempre que tuviera por objeto la aguja misma
y ninguna otra cosa mas, no supondria una pérdida de tiempo. La unica
fuerza y Ia unica virtud es la de aguantarse de actuar.
Todo esto, valido para las almas, no es valido en el cuento para
los cuerpos sino en la medida en que el mito consiste precisamente en
depositar en el cuerpo una verdad perteneciente al alma. La no-accién
afecta a los cuerpos exclusivamente en aquel pais en el que, segun Platon,
unos jueces desnudos y muertos juzgan a unas almas desnudas y
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muertas. El drama del cuento tiene lugar sélo en el alma de la heroina; en
ella las camisas de seda, y en ella las camisas de anémonas. ¢Acaso no
es un aviso de esto que decimos el caracter magico de esas camisas, por
ser lo magico la expresion en nuestro cuerpo de aquello que unicamente
los jueces desnudos y muertos de Platon podrian ver en lo mas hondo de
nuestra alma?.
Traducctén de Carlos Ortega
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