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Resumen
Anualmente se realizan en el Reino Unido un total de 12.000 bypases infrainguinales con resultados
subóptimos: el 20% de los injertos venosos por encima de la rodilla requieren una reintervención a los 3
años. El Consenso Intersociedades Transatlaántico (TASC) establece directrices para el manejo
farmacológico de los pacientes con enfermedad vascular periférica. Sin embargo, existen pocas
recomendaciones relacionadas con el tratamiento farmacológico óptimo para mejorar la permeabilidad
del injerto tras la revascularización. Actualmente la única intervención recomendada con una evidencia
clínica significativa es el uso de un antiagregante plaquetario en todos los pacientes que han sido
sometidos a cirugía de revascularización mediante injerto. En este artículo revisamos las estrategias
farmacológicas dirigidas a mejorar la permeabilidad de los injertos venosos en la revascularización
infrainguinal, así como la evidencia existente en la actualidad en el uso de estos medicamentos. Crown
Copyright 2010. Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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3.
JH Kim, Na CY, Choi SY, Kim HW, Y Kim Du, Kwon JB, Chung MI, Hong JM, Parque CB.
Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular, Hospital General y Sejong Sejong Instituto del
Corazón, Bucheon, Corea del Sur.
Resumen
citas relacionadas
4.
Resumen
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5.
O'Connell JB, A Chandra, Russell MM, Davis G, Sánchez I, Lawrence PF, Derubertis BG.
UCLA Gonda (Goldschmied) Centro Vascular, Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de
California, Los Angeles, Los Angeles, CA 90095-6908, EE.UU.. jbocjboc@hotmail.com
Resumen
ANTECEDENTES: En 2008, el Portavoz de Salud Pública en los Estados Unidos hizo un llamamiento
para la prevención de trombosis venosa profunda (TVP) y, por primera vez, las guías clínicas del Colegio
Americano de Tórax (CHEST) incluyeron la fibrinolisis como una recomendación 2B para el tratamiento
de la TVP. La trombolisis guiada por catéter (TGC) en los pacientes Idóneos con TVP de extremidades
inferiores (TVP EI) puede dar lugar a la disolución completa del trombo con mejores resultados que la
anticoagulación aislada y puede prevenir sus secuelas a largo plazo. El objetivo de este estudio consistió
en determinar el porcentaje de pacientes con TVP EI en un centro de atención terciaria que eran buenos
candidatos para la TGC y a cuántos se les ofreció este tratamiento de manera adecuada. MÉTODOS:
Realizamos una búsqueda en la base de datos del hospital entre enero de 2007 y diciembre de 2007.
Encontramos 667 informes de ingreso con el diagnóstico de trombosis venosa profunda utilizando la
Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena Revisión: códigos de diagnóstico 451 a 451,99, 453
a 453,99. A partir de los registros se buscó información sobre la historia clínica, comorbilidades,
contraindicaciones para fibrinolisis, síntomas, hallazgos de imágenes y tratamiento. RESULTADOS: De
los 667 ingresos, 157 (24%) tenían TVP EI, 31% tenían TVP de las extremidades superiores, el 17% TVP
antigua, y 28% trombosis venosa en otras localizaciones. De los 157 pacientes con TVP EI, 60 (38%)
presentaban trombosis venosa profunda proximal femoral o iliofemoral extensa con características
adecuadas para tratamiento fibrinolítico, de los cuales tan sólo 10 (17%) no tenían contraindicación
importante. De éstos, a uno se le ofreció el tratamiento pero rehusó al mismo, no se ofreció la posibilidad
de trombolisis en cuatro. Finalmente, cinco (9%) pacientes fueron tratatados mediante TGC. Cincuenta
(83%) pacientes tenían comorbilidades graves o múltiples que contraindicaban el tratamiento fibrinolítico.
CONCLUSIÓN: Aunque a la mayoría de los pacientes identificados en la base de datos de 2007 e
ingresados con TVP EI, y ausencia de contraindicaciones, se les ofreció un tratamiento alternativo con
TGC, los pacientes en un centro de hospitalización terciario suelen tener graves comorbilidades médicas
que impiden su aplicación. Son necesarios nuevos estudios que evalúen la utilidad de TGC en pacientes
con TVP EI en el ámbito ambulatorio o en hospitales no terciarios donde los pacientes suelen tener
menos contraindicaciones para el tratamiento fibrinolítico. Publicado por Elsevier Inc.
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6.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :461-7. Epub 2010 3 de abril.
Alves WF, Aguiar EE, Guimara £ es SB, da Silva Filho AR, Pinheiro PM, GDOS Soares S, de
Vasconcelos PR.
Resumen
ANTECEDENTES: La isquemia crítica (IC) es la forma más grave de la enfermedad vascular periférica,
caracterizada por un flujo inadecuado de sangre a una extremidad. El objetivo de este estudio consistió en
examinar el efecto de la infusión preoperatoria de la L-alanil-glutamina (l-Ala-Gln) durante el período de
isquemia y durante los primeros 30 minutos tras la reperfusiuón en pacientes con IC sometidos a cirugía
de derivación femoro-distal. MÉTODOS: Treinta y dos pacientes con IC fueron alternativamente
asignados al grupo 1 (solución salina) o grupo 2 (l-Ala-Gln). Se prefundió solución salina (1000 ml) o L-
Ala-250 ml más 750 ml de solución salina Gln por vía intravenosa durante un periodo de 3 horas antes de
la cirugía. Las muestras (músculo y sangre) fueron recogidas al comienzo de la intervención quirúrgica, al
final de la isquemia, y a los 15 y 30 minutos después de la reperfusión. RESULTADOS: La perfusión de l-
Ala-Gln indujo la elevación de la concentración de glutatión (GSH) muscular, mientras que provocó la
reducción en las concentraciones de ácido tiobarbitúrico, lo que demuestra el efecto antioxidante protector
frente a la peroxidación lipídica. La disminución de LDH, lactato y concentración de glucosa en sangre en
pacientes tratados con l-Ala-Gln sugieren una mayor utilización de glucosa por el músculo y los tejidos
periféricos. La reducción de las concentraciones de creatina fosfoquinasa en sangre refleja un menor
daño de las células musculares en pacientes tratados con l-Ala-Gln. CONCLUSIÓN: el tratamiento previo
con L-Ala-Gln reduce el daño de las células musculares y mejora la capacidad antioxidante en los
pacientes con IC. Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc. Publicado por Elsevier Inc. Todos los
derechos reservados.
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7.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :487-97. Epub 2010 2 de abril.
Sección de Radiología Vascular e Intervencionista, Ann Arbor Sistema de Salud de VA, Ann Arbor, MI
48109-5030, EE.UU.. venkkris@med.umich.edu
Resumen
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8.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :525-31. Epub 2010 2 de abril.
Departamento de Bioquímica, MMM Academia de Ciencias Médicas, Mogapair, Chennai 600037, India.
prabhu_bio@yahoo.com
Resumen
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9.
Long TR, Curry TB, Stemmann JL, Bakken DP, Kennedy AM, Stringer TM, Bower TC, Joyner MJ, Wass
CT.
Department of Anesthesiology, College of Medicine, Mayo Clinic, Rochester, Minnesota 55905, USA.
Resumen
ANTECEDENTES: Durante las dos últimas décadas se han publicado cambios significativos en la práctica
de la transfusión perioperatoria de hematíes. Sin embargo, no se dispone de información similar de los
pacientes intervenidos por aneurisma de aorta abdominal (AAA). MÉTODOS: Se clasificó a los pacientes
adultos tratados de forma primaria y electiva mediante la técnica convencional según la práctica de
transfusión: protocolo inicial (1980-1982) o protocolo tardío (2003-2006). Se analizaron las transfusiones
de hematíes y la concentración de hemoglobina (Hb) como variables continuas y se compararon entre
ambos grupos con la prueba de log sum. Se realizó la comparación de complicaciones entre ambos
grupos con la prueba exacta de Fisher. Se ajustaron los datos según la edad y se corrigieron para
comparaciones múltiples. RESULTADOS: Los pacientes del protocolo tardío, comparados con los de la
práctica inicial, presentaron unos valores menores de Hb intraoperatoria (media 10 +/- 1,4 frente a 11,5 +/-
1,5 g/dL), postoperatoria (11,9 +/- 1,4 frente a 13,4 +/- 1,5 g/dL), y al alta (10,8 +/- 1,2 frente a 12,5 +/- 1,5
g/dL) (p < 0,0001 para cada variable). La práctica intraoperatoria de transfusiones alogénicas fue menos
probable en los pacientes intervenidos bajo las premisas del protocolo tardío de transfusión (46% frente a
99%, p < 0,0001). Además, el total de unidades alogénicas de hematíes transfundidas por paciente fue
menor de forma significativa en el grupo del protocolo tardío (media 1,7 frente a 4,3; p < 0,0001). Se
realizaron autotransfusiones intraoperatorias en el 97% de los pacientes transfundidos durante el segundo
periodo mientras que no se realizó en ninguno de los pacientes del periodo inicial (p < 0,0001). En
relación a la morbimortalidad perioperatoria, ciento diecinueve pacientes (40%) del grupo de protocolo
tardío presentaron complicaciones mayores frente a 106 (35%) pacientes del grupo de práctica inicial (p =
0,27). CONCLUSIÓN: En este análisis retrospectivo, observamos una Hb perioperatoria menor, menor
número de transfusiones alogénicas de hematíes y un número mayor de autotransfusiones en los casos
de AAA intervenidos de forma convencional electiva en 2003-2006 frente a los tratados en 1980-2002, de
forma estadísticamente significativa. Los pacientes transfundidos durante el segundo periodo eran
mayores y presentaban más comorbilidades. Al margen de estas apreciaciones, no se observaron
diferencias significativas en la morbilidad ni en la mortalidad perioperatorias entre ambos grupos.
Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc. Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos
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10.
Peck MA, Crawford RS, Abularrage CJ, Patel VI, Conrad MF, Yoo JH, Watkins MT, Albadawi H.
Division of Vascular and Endovascular Surgery, Department of Surgery, Massachusetts General Hospital,
Harvard Medical School, Boston, MA 02114, USA.
Resumen
ANTECEDENTES: Hasta ahora, los estudios fisiológicos sobre angiogénesis se han basado con
frecuencia en el modelo murino de isquemia de extremidad inferior. El objetivo de este estudio consistió
en desarrollar un modelo murino de isquemia en miembros inferiores para reproducir una situación clínica
similar a la claudicación en humanos. El objetivo primario fue determinar si el ejercicio en cinta rodante
reproduce un estado hemodinámico compatible con la respuesta hiperémica observada en humanos.
MÉTODOS: Se realizó la ligadura de la arteria femoral (LAF) de ratones adultos ApoE negativos
(ApoE(-/-), n = 13) y se esperó su recuperación del cuadro isquémico agudo. Se determinó la perfusión
periférica de los miembros posteriores en reposo mediante la evaluación seriada con estudio por láser
Doppler (ELD) los días 0, 7 y 14 después de la LAF. Durante los experimentos, se evaluaron también los
ratones según un modelo de puntuación del grado de isquemia con cinco puntos, incluyendo el grado de
isquemia digital, cianosis y necrosis comparado con el miembro contralateral no isquémico. Después de la
estabilización de la medición del índice ELD (flujo del miembro isquémico/flujo del miembro no isquémico
contralateral) y de la puntuación del grado clínico de isquemia, se sometió a los ratones a un
entrenamiento de 2 días en cinta rodante (10 minutos a 10 m/min, inclinación de 10º) seguido de 60
minutos de ejercicio diario hasta el día 25 (13 m/min, inclinación de 10º). Se realizó una evaluación de la
perfusión previa y posterior al ejercicio mediante ELD realizado en dos momentos separados después del
inicio de la pauta de ejercicio diario. Durante la evaluación a los 15 minutos inmediatos tras el ejercicio, se
determinó el índice ELD en cuatro ocasiones para conseguir identificar las tasas de flujo máximo. El
estudio estadístico consistió en pruebas t no pareadas y en el análisis de la varianza. RESULTADOS:
Después de la LAF, la índice ELD alcanzó un máximo entre los días 1 y 2, se estabilizó alrededor del día
14 y se mantuvo estable hasta el día 25. La puntuación del grado de isquemia clínica alcanzó un máximo
el día 7 y se mantuvo estable durante el resto del experimento. A partir de la estabilización de la
puntuación de la isquemia clínica y del índice ELD, se inició el programa de ejercicio el día 15. El valor
máximo del índice ELD se alcanzó a los 15 minutos post-ejercicio, aumentando de forma significativa
hasta el día 17, comparado con los valores basales (0,48 +/- 0,04 frente a 0,34 +/- 0,04; p < 0,05) y el día
25 (0,37 +/- 0,03 frente a 0,27 +/- 0,03; p < 0,01). Después de 2 horas del ejercicio, el índice ELD volvía a
los valores previos al ejercicio tanto el día 17 como el 25. CONCLUSIÓN: La estabilización clínica y
hemodinámica de la perfusión de la extremidad es evidente a los 14 días tras la LAF. La LAF seguida de
demanda isquémica tiene como consecuencia una respuesta hiperémica relativa reversible, similar a la
que se observa en claudicantes humanos después del ejercicio. Este modelo murino consistente en la
LAF asociada a demanda isquémica puede ser útil en la evaluación de los cambios metabólicos,
inflamatorios y del flujo vascular asociado a la claudicación en humanos. Copyright 2010 Anales de
Cirugía Vascular Inc. Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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11.
12.
Resumen
El síndrome del atrapamiento poplíteo (SAP) fue descrito por primera vez por Rignault y cols. en 1985 (Int.
Angiol. 1985;4:341-343). Este síndrome es secundario a la compresión de la arteria poplítea por una
inserción medial hipertrofiada del músculo gemelo interno, sin otra anormalidad anatómica identificable.
Existe controversia acerca de su incidencia, importancia clínica, historia natural y estrategia de
tratamiento más adecuada. Presentamos tres casos de SAP en los que se comprobó la correcta
resección muscular con ecodoppler intraoperatorio. En el estudio ecográfico en modo B realizado en uno
de los casos se demostraron, además, cambios compatibles con un traumatismo vascular iterativo. En los
tres pacientes se consiguió tras la intervención la resolución de la claudicación y la normalización de las
pruebas funcionales. Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc. Publicado por Elsevier Inc.
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13.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :503-10. Epub 2009 29 de diciembre.
Aneurismectomía con reconstrucción arterial de los aneurismas de
la arteria renal en la era endovascular: un tratamiento seguro y
eficaz para aneurismas con hipertensión asociada
A Chandra, O'Connell JB, Quiñones-Baldrich WJ, Lawrence PF, Moore fue, Gelabert HA, JC Jiménez,
Rigberg DA, DeRubertis BG.
Resumen
ANTECEDENTES: Los aneurismas de la arteria renal (AAR), representan una patología poco frecuente
con una incidencia estimada de <1%. A pesar de que el tratamiento endovascular es cada vez más
utilizado en los AAR, planteamos la hipótesis de que la reparación quirúrgica abierta de un AAR, mediante
aneurismectomía con reconstrucción arterial (TCA), es un tratamiento seguro y eficaz, especialmente para
aquellos aneurismas con una anatomía compleja. MÉTODOS: Se realizó la revisión de todos los
pacientes con AAR, identificados por códigos ICD-9, atendidos en un centro hospitalario de tercer nivel,
desde enero de 2003 a diciembre de 2008. Los datos recogidos se relacionaron con la información
demográfica del paciente, características del aneurisma, reparación quirúrgica y resultados, así como
incidencias durante el seguimiento. RESULTADOS: fueron incluidos un total de 14 pacientes (10 mujeres
y 4 hombres con una media de edad de 48 + / -19 años), que presentaban 15 aneurismas. En diez casos
se realizó una reparación abierta mediante TCA y cinco fueron seguidos sin cirugía. Aquellos AAR
sometidos a reparación presentaron mayor tamaño medio (2,12 cm vs 1,62 cm, p = 0,037). Siete AAR
fueron reparados in situ mediante angioplastia con parche o reparación primaria; tres precisaron la
reconstrucción ex-vivo; no se realizó ningún bypass. El tiempo quirúrgico promedio fue similar para ambas
estrategias de tratamiento, con una mayor pérdida de sangre en la reparación ex vivo. La mediana de
estancia fue de 5 días (rango de 4 a 14 días). La reparación quirúrgica no tuvo ningún efecto sobre la
presión arterial sistólica o la tasa de filtrado glomerular (TFG). Sin embargo, esta alternativa dio lugar a un
menor requerimiento de medicación hipotensora en los pacientes que presentaban hipertensión asociada
(2,7 pre frente a 1,6 post, p = 0,03). Hubo una tendencia a un menor tiempo hasta la reintroducción de la
ingesta oral con el abordaje retroperitoneal, en comparación con el transperitoneal. El tiempo medio de
seguimiento fue de 11,6 meses (rango, 3 a 30 meses). No hubo incidencias en cuanto a rotura, muerte,
nefrectomía o insuficiencia renal en el grupo sometido a intervención quirúrgica durante el seguimiento.
CONCLUSIÓN: En la era del auge del tratamiento endovascular de los AAR, la reparación abierta,
específicamente a través de TCA, sigue siendo una alternativa segura y con una baja morbilidad
asociada. La reparación quirúrgica de los AAR redujo la necesidad de medicación asociada en aquellos
pacientes con hipertensión previa. La reparación abierta de los AAR debe ser el tratamiento primario de
los AAR complejos, con especial consideración para aquellos asociados con hipertensión. Copyright 2010
Anales de Cirugía Vascular Inc. Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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14.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :498-502. Epub 2009 29 de diciembre.
Wilson SE.
Resumen
15.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :441-6. Epub 2009 29 de diciembre.
Jim J, Sánchez LA, Sicard GA, Curci JA, Choi ET, Geraghty PJ, Flye MW, Rubin BG.
Resumen
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16.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :433-40. Epub 2009 25 de noviembre.
Resumen
FUNDAMENTO: La cirugía convencional (CC) para el tratamiento del aneurisma aórtico micótico tiene
una alta tasa de morbilidad y de mortalidad. El uso de la reparación endovascular de aorta (REVA)
debería simplificar el procedimiento y ofrecer una buena alternativa para esta situación crítica, pero esto
sigue sin ser demostrado. Se analizaron los casos de aneurismas micóticos de aorta abdominal (AAA)
tratados por CC o REVA en nuestro centro, así como los casos tratados mediante REVA y publicados con
anterioridad, para determinar los factores de riesgo asociados con la morbi-mortalidad relacionada con el
aneurisma y determinar la eficacia de la REVA . MÉTODOS Y RESULTADOS: Se incluyeron todos los
casos publicados de AAA micótico tratados mediante REVA, así como los 41 casos tratados en nuestro
centro. De los 20 casos tratados por REVA, uno falleció precozmente (1/20,5%); de los restantes 21
casos que recibieron CC, la tasa de mortalidad precoz fue de 4,8% (1/21). Los pacientes del grupo CC
tuvieron una mayor tasa de mortalidad tardía que los del grupo sometido a REVA (45% vs 10,5%, p
<0,05). Sin embargo, la tasa de supervivencia a los 24 meses y la tasa libre de eventos relacionados con
el aneurisma fue del 83,9 + / -8,6% y del 78,3% + / -9,7, respectivamente, para el grupo de REVA y no
hubo diferencias significativas respecto al los tratados mediante CC (70,4 + / -10,2% y 80,1% + / -8,9).
Los predictores significativos de morbi-mortalidad asociada al aneurisma fueron la edad, infección por
Salmonella, leucocitosis, fístula aortoentérica y shock, pero no la REVA o la CC en sí mismos.
CONCLUSIÓN: En comparación con la CC, el tratamiento mediante REVA podría ser una estrategia
alternativa para el manejo de los AAA micóticos. Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc.
Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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17.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :468-73. Epub 2009 8 de noviembre.
Resumen
ANTECEDENTES: Los pacientes que requieren una amputación de la extremidad inferior, a menudo
presentan un estado general deteriorado y tienen patología coronaria o anemia asociadas. La transfusión
de sangre es una práctica común en el manejo perioperatorio de estos pacientes. Sin embargo, ésta
puede tener un efecto negativo sobre la incidencia de complicaciones perioperatorias. Se realizó este
estudio para determinar el efecto de la transfusión de sangre en la incidencia de eventos adversos post-
operatorio en pacientes sometidos a amputación mayor. MÉTODOS: Se realizó una revisión retrospectiva
de 300 pacientes consecutivos sometidos a amputación supra o infracondílea en nuestra institución
durante un período de 5 años. Se registraron las variables demográficas, comorbilidades, indicación de la
transfusión y su impacto en la evolución posterior de los pacientes. RESULTADOS: De los 300 pacientes
sometidos a amputación mayor, 191 (64%) tenían una o más transfusiones de sangre. Las variables
demográficas y la incidencia de comorbilidades médicas fueron comparables entre los dos grupos. Los
pacientes sometidos a transfusiones de sangre tenían 2,5 más probabilidades de sufrir de una arritmia
cardíaca postoperatoria, 12,8 veces más propensos a desarrollar insuficiencia renal aguda, 5,7 veces más
probabilidad de tener neumonía y 2,2 veces más probabilidades de tener una infección del tracto urinario.
Cada uno de estos eventos adversos postoperatorios fue estadísticamente más probable en el grupo de
pacientes transfundidos. La mortalidad postoperatoria fue del 13% para el grupo de transfusión y el 6%
para los no transfundidos, siendo esta diferencia estadísticamente no significativa. La estancia en la
unidad de cuidados intensivos y hospitalaria global fue significativamente superior en los pacientes que
recibieron transfusiones de sangre (diferencia de 2,1 y 5,4 días, respectivamente). CONCLUSIÓN: La
transfusión de sangre en pacientes sometidos a amputación de las extremidades inferiores se asocia con
una mayor incidencia de eventos adversos postoperatorios y a una estancia más prolongada en la unidad
de cuidados intensivos y hospitalización. Por tanto, proponemos un enfoque restringido a la transfusión de
sangre en pacientes que requieren amputación mayor. Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc.
Publicado por Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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18.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :480-6. Epub 2009 8 de noviembre.
Resumen
Revisamos la incidencia de complicaciones en relación con los diferentes tipos de filtro de vena cava
inferior (VCI) usados en nuestra institución durante un periodo de más de 4 años. Este es un estudio
retrospectivo en el que se incluyeron todos los pacientes en los que se colocó un filtro de VCI entre enero
de 2002 y enero de 2006. Se registraron los datos relativos a la indicación para la inserción del filtro y la
incidencia precoz (primeros 30 días) y tardía de complicaciones. Las complicaciones se correlacionaron
con el tipo de filtro y la indicación para la inserción. El análisis estadístico se realizó mediante la prueba
exacta de Fisher, considerando estadísticamente significativo un valor de p <0,05. Durante este período
de tiempo se insertaron 400 filtros de VCI. Hubo 199 hombres (49,7%) y 201 mujeres (50,25%). La edad
media de los pacientes fue de 61 años (rango 17-86). Los filtros utilizados fueron: TrapEase en 224
(56%), filtro de Greenfield en 95 (23,8%), Gunther Tulip-en 42 (10,5%), Bard nitinol recuperable (primera
generación) en 34 (8,5%) y filtro de Simon Nitinol en cinco (1,2%) pacientes. Las indicaciones para la
inserción del filtro de VCI incluyeron: tromboembolismo venoso (TEV) en 273 pacientes (68,25%) y
profilaxis de embolismo pulmonar (EP) en 127 (31.75%) pacientes. En el grupo de TEV, 59 (21,6%) tenían
contraindicación para la anticoagulación y 34 (12,5%) presentaban síndrome de hipercoagulabilidad o
procesos malignos asociados. En los 127 pacientes que recibieron el filtro para la profilaxis de EP en
ausencia de TEV, 107 (84,3%) presentaban fracturas, 43 (33,9%) lesiones craneales, 32 (25,2%)
politraumatismo y 15 (11,8%) parálisis. Se indicó la colocación del filtro de VCI como profilaxis antes de
procedimiento quirúrgico mayor electivo en 16 (12,6%) pacientes. Se detectaron complicaciones en forma
de hematoma en el lugar de inserción del filtro en cuatro (1%) pacientes, trombosis venosa profunda del
miembro ipsilateral en 15 (3,8%), migración o inclinación del filtro en seis (1,5%), EP en seis (1,5%)
pacientes y trombosis de la VCI en 19 (4.75%) pacientes. La migración horizontal/vertical fue más
frecuente en los filtros de Bard en comparación a otros dispositivos, de forma individual (p <0,004) y en
grupo (11,8% frente al 0,55%, p <0,0005). Todas las otras complicaciones tuvieron una incidencia similar
en todos los filtros. Sin embargo, en el grupo de pacientes (n = 34) que presentaban hipercoagulabilidad o
enfermedad maligna, la incidencia de trombosis de VCI fue mayor con filtros TrapEase comparado con
todos los demás dispositivos como grupo (25% vs 0%, p <0,05). En conclusión, los filtros de VCI se
utilizan con frecuencia para la profilaxis de EP en ausencia de TEV. La tasa de complicaciones es
relativamente baja. Todos los tipos de filtros usados en este estudio tuvieron complicaciones
comparables, con la excepción del filtro de Bard, que presentó una mayor tendencia a la inclinación y el
filtro TrapEase, que presentó una mayor incidencia de trombosis de la vena cava inferior en pacientes con
síndrome de hipercoagulabilidad o procesos malignos. Copyright 2010. Publicado por Elsevier Inc.
citas relacionadas
19.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :474-9. Epub 2009 4 de noviembre.
Resumen
ANTECEDENTES: El tratamiento efectivo y precoz de los pacientes con síntomas agudos secundarios a
estenosis carotídea sigue siendo tema de debate. La incapacidad de predecir quién está en mayor riesgo
de sufrir un accidente vascular cerebral (AVC) recurrente después de un AVC o accidente isquémico
transitorio (AIT) previos puede explicar la variabilidad en la práctica clínica ante esta situación. El objetivo
de este estudio consistió en evaluar la evolución clínica de los pacientes con estenosis carotídea
recientemente sintomática tratados mediante implantación de stent arterial carotídeo (SAC) urgente o
diferido, sobre la base de un protocolo establecido en un único centro. MÉTODOS: De enero 2006 a
octubre 2008, 43 pacientes con estenosis carotídea sintomática superior al 70% se sometieron a SAC
urgente o diferido (26 TIA, 17 AVC menor). Los criterios de exclusión fueron: AVC mayor, lesión
isquémica cerebral superior a 2,5 cm documentada en la tomografía computarizada, pérdida de
conciencia y signos de hemorragia intracraneal. Los pacientes con AIT fueron sometidos a CAS urgente
dentro de las 24 horas posteriores al evento cerebral, mientras que, en aquellos que habían sufrido un
AVC menor, se realizó CAS diferido (entre 1 y 30 días tras la aparición de los síntomas, en función de la
estabilización de los síntomas cerebrales: media, 6,5 días, rango, 2 a 28 días). RESULTADOS: El éxito de
la implantación del stent se logró en todos los casos (100%) utilizando un dispositivo de protección
cerebral (tipo filtro: 76%, dispositivo de oclusión proximal: 24%). Los nuevos eventos adversos registrados
en los pacientes con AIT durante el primer mes fueron: 1 muerte no neurológica (3,8%) y 1 AIT (3,8%). En
el grupo de AVC menor, 10 de 17 pacientes (58,8%) experimentaron una mejora de su déficit neurológico
inicial (disminución en la escala de los Institutos Nacionales de Salud inferior a 2), mientras que en el
35,3% de los pacientes (6 de 17) el déficit se mantuvo estable y sólo se observó deterioro neurológico en
uno de ellos. CONCLUSIÓN: Nuestro estudio demostró que el tratamiento temprano con stent carotídeo
con protección distal es factible y seguro en pacientes seleccionados con un primer episodio o recurrente
de AIT o AVC menor. Este estudio preliminar sobre una serie limitada de pacientes reveló que un
abordaje endovascular de urgencia se asocia con un resultado satisfactorio teniendo en cuenta el perfil de
riesgo elevado de este tipo de pacientes. Copyright 2010 Anales de Cirugía Vascular Inc. Publicado por
Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
citas relacionadas
20.
Ann Vasc Surg. 2010 Mayo 24 (4) :455-60. Epub 2009 6 de enero.
Resumen
El objetivo de este estudio consistió en analizar el papel del estrés oxidativo y mecanismos defensivos
antioxidantes en pacientes con enfermedad de Buerger y enfermedad arterial oclusiva periférica (EAOP).
Setenta y tres pacientes sin diferencias significativas en cuanto a sus características generales
participaron en el estudio, 21 con EAOP de la extremidad inferior (edad media 53,05 + / - 10,8 años, 17
hombres y cuatro mujeres), 22 con enfermedad de Buerger (edad media 38,59 + / - 6,4 años, 19 hombres
y tres mujeres), y 30 voluntarios sanos (edad media 38,59 + / - 6,4 años, 22 hombres y ocho mujeres). Se
determinaron los niveles plasmáticos de malondialdehído (MDA), paraoxonasa (PON1), proteínas
plasmáticas con grupos carbonilo, arilesterasa, óxido nítrico (ON), lipoproteína de baja densidad oxidada
(LDL-ox), así como las concentraciones eritrocitarias de MDA, glutatión (GSH), glutatión reductasa (GSH-
Red), glutatión peroxidasa (GSH-Px), superóxido dismutasa (SOD) y catalasa (CAT). Los niveles
plasmáticos de proteínas con grupos carbonilo, LDLox , así como los niveles eritrocitario y plasmático de
MDA fueron significativamente mayores en el grupo con enfermedad de Buerger en comparación con el
de EAOP y controles sanos (p <0,001). Los niveles plasmáticos de PON1 y los eritrocitarios de GSH y
GSH-Px fueron significativamente más bajos en el grupo con enfermedad de Buerger en comparación con
el de EAOP y control (p <0,001). Los niveles eritrocitarios de GSH-Red, SOD y CAT fueron
significativamente más bajos en el grupo con enfermedad de Buerger en comparación al de EAOP (p
<0,01, p <0,001 y p <0,001, respectivamente). Los niveles de ON fueron significativamente menores en el
grupo de EAOP en comparación con el grupo control (p <0,05). El equilibrio entre el estrés oxidativo y la
capacidad antioxidante están más alterados en la enfermedad de Buerger que en la EAOP. Copyright
2010. Publicado por Elsevier Inc.
citas relacionadas
Ann Vasc Surg 2010 Apr; 24(4)
Casos Clínicos
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Division of Vascular Surgery, Department of Surgery, University of Minnesota, Minneapolis, MN, USA.
gaert015@umn.edu
2.
Department of Surgery, Chungnam National University Hospital, Taejon 301-721, South Korea.
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3.
Louisiana State University Health Sciences Center-New Orleans, New Orleans, Louisiana 70112, USA.
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4.
Department of Angiology and Vascular Surgery, Santa Marta Hospital, 1169-024 Lisbon, Portugal.
llvasconcelos@yahoo.com
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5.
Clinic of General Surgery, Tepecik Training and Research Hospital, Izmir 35400, Turkey.
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6.
Department of Vascular Surgery, University Clinical Center Maribor, 2000 Maribor, Slovenia.
fmilotic@yahoo.com
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Ann Vasc Surg. 2010 May;24(4):551.e9-551.e11. Epub 2010 Feb 7.
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9.
Regional Vascular and Endovascular Institute, Manchester Royal Infirmary, Oxford Road, Manchester M13
9WL, UK. sharathparavastu@googlemail.com
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Abstract
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12.
Lincoln Medical and Mental Health Center affiliate of Weill Cornell Medical College and New York Medical
College, Bronx, NY, USA. Rchander08820@yahoo.com
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14.
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Michigan Health System, Ann Arbor, MI 48109-5312, USA. kheidenr@med.umich.edu
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16.
Division of Vascular and Endovascular Surgery, Department of Surgery, University of Hong Kong Medical
Centre, Queen Mary Hospital, Hong Kong. ycchan88@hkucc.hku.hk
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18.
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Seoul 137-040, Korea.
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Department of Vascular Surgery, Imperial College Healthcare NHS Trust, St. Mary's Hospital, London,
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21.
David Geffen School of Medicine at UCLA, Los Angeles, CA, USA. cdevirgilio@labiomed.org
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