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Tercera parte
El llamado ms alto
Si Dios lo ha llamado usted para que sea verdaderamente como
Jesus con todas las fuerzas de su Espritu, l lo estimular para que lleve
una vida de crucifixin y de humildad y Le exigir tal obediencia que
usted no podr imitar a los dems cristianos, pues l no permitir que
usted haga lo hacen otros, en muchos aspectos.
Otros, que aparentemente son muy religiosos y fervorosos, pueden
tener a s mismos en alta estima, pueden recoger influencia y resaltar la
realizacin de sus planes; usted, sin embargo, no debe hacer nada de eso,
pues, intentar hacerlo, fracasar de tal modo y merecer tal reprobacin
por parte del Seor, que usted se convertir en un penitente lastimoso.
Otros podrn hacer alarde de su trabajo, de sus xitos, de sus
escritos, pero El Espritu Santo no Le permitir a usted ninguna de esas
cosas. Si usted comienza a proceder de esa forma, l lo consumir en una
mortificacion tan profunda que usted depreciar todas sus buenas obras.
A otros ser permitido conseguir grandes sumas de dinero y darse a
lujos suprfluos, sin embargo Dios slo proporcionar a usted el sostn
diario, porque quiere que usted tenga algo que es muy ms valioso que el
oro: una absoluta dependencia De l y de Su invisible tesoro.
El Seor permitir que los demas reciban honras y se destaquen,
mientras lo mantiene a usted oculto en la sombra, porque l quiere
producir un fruto selecto y fragante para Su gloria venidera, y eso slo
puede ser producido en la sombra.
Dios puede permitir que los dems sean grandes, pero usted debe
continuar siendo pequeo; Dios permitir que otros trabajem para l y
ganen fama, sin embargo har que usted trabaje y se desgaste sin que ni
an sepa cuanto est haciendo.
FIN