Você está na página 1de 52
EN LA HISTORIA ARGENTINA El pronunciamiento revolucionario de 1810 puso en mar- cha, en et Virreinata del Rio de la Plata, dos procesos histricos simultneos e intimamente relacionados, dirigidos respectiva: mente al logro de la independencia nacional y 4 la transforma- eion democratica de la sociedad feudal heredada de la colonia. La prioridad indiscutible del objetivo independientista no debe, sin embargo, hacer perder de vista el hecho de que, cuanto ‘mis profunda fuese la reforma de las viojas estrtieturas econora 0-sociales, mas sdlida seria la soberania ~politica, econdmica, territorial, ete —del nuevo estado en gestacion, Enfrentando a esta alternativa, el despotismo —ilustrado 0 “no~ fue la respuesta de los grupos sociales que, con la sola li- iinacién de la metrpoli espaiola, aleanzaban el predominio el poder dentro de un sistema que mas que transformar, se ‘praponian aprovechar, ahora sin tutores ni intermediarios. El cauce democratico abierto por \a Revolucion de Mayo tu- ‘ns hitos fundamentales en tres ciclos histéricos bien defi a) El ciclo morenista, que inclaye el perfotlo de mayo a bre de 1810, en que Mariano Moreno orienta —tedrica y icticamente— Ia marcha de! gobierno patriota. b) El ciclo ar- ‘tiguista, del que nos ocuparemos més adelante en el capitulo 2. €} BI ciclo paraguay, que se extendié entre 1811 y 1870 bajo ti conduccion de José Gaspar Francia —su ditigente mas impor- ‘Jonte~Carlos A. Lopez y Solano Lopez, muerio en la deferisa de “sy tionra agredida por las tropas de la Triple Alianza." | by neeesario puntualizar que el Paraguay fue la primer nacion en pro- ‘clamatse Repitblica Independiente, luego de haber sido tambien precurso- 9 En funcion de la importancia raigat de le Revolucién deWa- yo, ¥ para mejor comprender sus causas, contenidhs v alanes. realizar el andlisis de los aspectos ecovbmico -socia- es necesar _ les que definen el tipo de sociedad en la que se fue gestando.* LA SOCIEDAD Y EL ESTADO COLONIAL ‘Dos grandes cargas pesaban sobre los americanos: la primera era la dependencia colonial; la segunda, entrelazada con la ante- rior, el sisterna de organizacion social feudal predominante, al L que se sumaba la esclavitod del negro Esas cargas oprimian de diferente manera a tos naturales: las grandes mayorias de indigenas, negros —esciavos y libertos—, mestizos, mulatos, criollos pobres, campesinos, artesunos, etc. ra de la organizacion federal de las provincias; del mismo modo, fue en la terra quarani —a través de la experiencia francista— donde se crearon las, mejores condiciones para un sostenido desarrollo econémico sobre la base de una verdadeta independeneia. ‘Solo después de seis aiioe de guerra ~durante los cuales devastaron las riquezas y la poblacién paraguaya— pudieron as tronas de la Triple Alian- za obtener su definitive triunfo, favorecienda 1a emmengencia de Ins viejes oligarquias nativas, que aunque fueron muy debilitadas por la experiencia ibian sido vencidas. 2 Dentro de la copiosa bibliografia existente y ati para un estudio por menorizado de la sociedad colonial e lector puede consultar: Gareia, Juan , La ciudad indian, Ediciones A. Zamora, Bs. As., 1955; Ravignani, Enilio, Academia Nacional de la Historia, Historda de la Nactén Argentina, ‘Tomo 1V, primera parte, BI Ateneo, Bs. As., 1961; Gonzdlez, Julio, Histo: ig Argentine - Era Colonial, Fondo de Cultura Economica, Bs. As., 1957: ‘Vargas, Otto, Fl modo de produceién dominante en el Rio de ta Plato, Edi- ciones Agora, Bs, As., 1983; Rodriguez Molas, Ricardo, Historiz Social det Gaucho, Bd. Mans, Bs. As., 1968. 1 “La esclavitud se institucionalizd de tal modo en América que no tubo casi nadie que poseyendo algiin capital no comprase un o mas ects vos”. Mellafe, Rolando, ia esclavitud en Hispanoamérica, Euudeba, Bs. A. 1984, p. 75, 10 _ 00s, en To que son los origenes coloniales-feudales del latifundio, Sufrian todo el peso de umbis. las aristocracias eriollas, sélo sentian las molestias causalas por Ya dependencia colonial. La imagen es muy util, pues ayuda a Comprender que de acuerdo con quienes encabezaran la lucha emancipadora, asi serian los objetivos del movimiento ¥ el apo- ‘yo popular al mismo. El poder espaiicl, concentrado en el estado colonial, se expreso a través del virrey, audiencia y una amplia burocracia ~acrecentada luego de la creacion del régimen de ineendencias— siendo su principal sostén la fuerza armada, como quedé demos- trado por la resistencia que Montevideo, sede del apostadero naval espatiol, opuso al poder patriota hasta mediados de 1814, El estado colonial sostuvo las trabas al libre comercio, el eie- tre de determinados puertos, la prohibicion de realizar determi- ‘nados cultivos (vid -olivo), o determinadas crianzas de animales {merinos), asi como garantizé la vigencia del monopolio en beneficio de ta corona y los comerciantes espatioles auto: ‘izados por ella a centralizar y acaparar el trafico mercantil del ‘Virreinato. Al mismo tiempo, el estado colonial impulsé la lueha eontra el contrabando, y las demds manifestaciones de la expansion portuguesa e’inglesa que disputaron crecientemente 4 span el control de sus posesiones. También fue tarea de las ‘mutoridades dependientes de Ja metrdpoli sofocar los vientos de {u incipiente rebeldia americana. Dentro del conglomerado politico-sociel que conforms el 10 antipeninsular se expresiron distindos sectores, duefios “tail tino de sus propios intereses y puntos de vista: un grupo Wse cobré creciente importancia y que tuvo un papel definito- en Ia formacién de la nueva nacion fue el compuesto por un de mercedes reales, repartos, composiciones y remates, se consti- 6 en propietario de la mayor parte de la tierra ditil por enton- Bale tema to trataremos con mayor detenimiento en el capitulo quin- ba tierra en la colonia’ un En cambio, otros sectores, como | iieleo reducide de criollos y algunos espaholes que sobre la base | fe | relevancia es el que constituian los comerciantes intermedi: subordinando sobre Ia base de esta propiedad alos pobladcres sin titulos nj fortuna a través de una compleja red de relacines de dependencia personal.’ Es bueno recordar que el cuero vacuno, que todavia en 1851 era el 62% del total de. las exportaciones, estaba eno esencial en manos de ese sector de terratenientes-hacendados.* Un segundo grupo social que también aleanzé posiciones de Ss del contraband, ligados a nuevas rutas de exportacion, distin- tos y opuestos a los consignatarios de casas espafolas. Una aracteristica de estos mereaderes fue su afinidad con los due- fios de tierras y ganados, asi como con el comercio exterior, siendo muy débil su ligaz6n con la agricultura y las artesanias; también compartian sus miras otros comerciantes de origen extranjero instalados en el pais. Con respecto a la agricultura, su situacién fue de considera ble retraso con respecto a las propias nevesidades de Buenos 5 Los grandes hacendados —pese a las resiricciones econdmicas y politi- ‘eas que les imponfa el régimen colonial— fueron, en relecién a los peones, ‘agregados, libertos y demas campesinos a los que sometian a su dependen- cla personal, verdaderos sefiores feudales. ‘Destle esta perspectiva su hegemonia en el proceso emancipador lev ‘a consolidar y desarrollar el antiguo sistema feudal. Asimisme, los sectores de comerciantes que compartieron —en una relacién de unidad y lucha con os hacendados— e! nuevo bloque social en el poder, dosligados de la agri- ‘cultura y Tas “industzias” v concentrados en la importacién de efectos eu ropeos, usufruetuaron el régimen feudal dominante, siendo ta accion de ese eomercio —pot su. subordinacion-asociaclén con jos ierratenientes— mis _ bonservadora que disociadora del modo de produccion predominante. © Parish, Woodbine, Buenos Aires y las Provincias del Rio de la Plata, Hachette, Bs, As., 1958, p. 512. Si al porcentaje correspondiente a cueros se le agregan los correspon ‘iontos a carne salada y sebo, resulta que estos tres rubros constituyen el Wl del total de los articulos exportados desde Buenos Aires en 1851. 1 La mayoria de ellos eran ingleses. “A Ia orilla Orien tal tlegaron en 107 sirededor de 2.000 comerciantes venidos @ bordo de setenia bareos tuoteantes", Picci, Rieardo, San Martin y la politica cle los pueb£es, Hudio, Gur’, Bs, As., 1957, p. 41. Aires, lo que motivo reiteradas importaciones de harinas, EL monopolio de las tierras y su uso exclusivo para el pastoreo ayu- daron a que los labradores fueran reducidos y su situacion incierta, No olvidemos que, salvo en las tierras especialmen- le destinadas a esta actividad, fueron perseguidos como una ver- dadera plaga por los hacendados,’ despreciéndose la prédica que muchos patriotas y aun funcionarios espafioles realizaron a fa- vor del agro con sus benéficas consecuencias: arraigo y creci: miento de la poblacién, amor al suelo y desarrollo de un merca- do interno siempre decisivo para la prosperidad de una nacién.? Bspaiia, carente en lo esencial de desarrollo manufacturero, fue tun lugar de paso, no sdlo de los metales preciosos que obtenia ‘en a5 colonias, sino también de las materias primas requeridas per la poderosa industria fabril inglesa y francesa, Un aspecto de ‘tu politica en América —que compartid con las demas potencias toloniales— fue prohibir todas aquellas producciones que resull- Yaban competitivas con otras de origen espafiol; sin embargo ¥ & favor de su mencionado retraso, se desarrollé en el interior del virreinato una industria artesanal, semidoméstica y cierta- ‘mente atrasada, que aun asi, bastd para cubrir las necesidades niernas de cada region y también abasteci en muchos rubros “#1 consumo de Buenos Aires.'* # Levene, Ricardo, “Riqueza, industrias y comercio durante el virrei- N Historia de la Nacion Argentina, Tome 1V, 1a, parte, El Ateneo, ‘Ak, 1961, pigs. 221 y ss. Enfatiza este autor que “a legislacion se snoarguba de proteger el pastoreo en contra de Ia agricultura”. ¥ EI Semanario de Agricultura, Industria > Comercio aparecido en Bue ‘Hos Aires entre 1802 y 1807 por iniciativa de Hipdlito Vieytes recogié lo sncial de su pensamiento econdmico-social, En el caso de Manuel Bel- 0 Stl concepeion renovadora tue plasmada en las memorias leidas en Gonstilado y en sus escritos en el Correo de Comercio, ent marzo de “THIO y abril de 1811. Estos eseritos de ambos proceres pueden consultarse ‘Wie Belgrano, Manuel, Escritos Econémicos, Raigal, Bs. As., 1954; Viev- Hipdtito, Antecedentes econdmicos de la Revolucién de Nayo, Raigal ‘As, 19562 ‘Adiemis de In bibliogratia que hemos mencionado en ta nota 2, resul un do gran interés para estudiar la situacion de las artesanias las siguientes “phimas: Alvarez, Juan, Las guerras civites argentinas, Budeba, Bs. As., 1975; Dorlman, Adolfo, Historia de ta Industria Argentina, Solar-Hachette, Bs. ; } j 13 Kin visperas de la Revolucion de Mayo, su situacion eu muy comprometida por las muchas excepeiones que hab ia atloriza~ do Espaiia al regimen monopolista. La competencia ruinoa con mereanetay importadas antes del 25 de Mayo, desmiente que E patia hubiera tenido interés en su desarrollc, pues si bien erecie- ron al amparo del monopolio comercial, el interés metropolita- no estaba cifrado en ese monopolic v no en ¢| desarrollo artesa- nal, que s6lo existid como consecuencia y en el marco de una ran separacin y aislamiento regional, fruto no sdlo de los factates geogrificos v coloniales sino también del feudalismo predominante. También en el caso de los “intelectuales”, lero y empleados urbanos, solo una infima minoria, generalmente europea, logrd acceder a cargos y prerrogativas de importancia, dejando a la ma- yorfa “condenada a un alejamiento perpetuo de los primeros cargos”.!! Muchos de los criollos ast postergados, cumplieron ego un importante papel en la organizacion de la revoluciér LA REVOLUCION Y LOS REVOLUCIONARIOS La época de Jos comienzos del siglo XIX estuvo fuertemen- te influida por las revoluciones francesa, industrial inglesa y de sla independencia norteamericana; y, particularmente en Hispa noamérica, por las insurrecciones de indios y mestizos que a par- tir de {780 conmovieron [a colonia, sobre todo la encabezada por'Papac Amaru."* ‘As, 1970; Martinez, Pedro S., Las fndustrias durante el virreinato, Bucleba, Bs. As. 1969. 11 Corhellini, Enrique C., La revolucién de Mayo, Tomo I, Lajouane Edi ores, Bs. Aa, 1950, p. 35. 1) Sobre ef movimiento liderado por José Gabriel Condo reanqui 0 Ttipse Amar, 66 necesario puntualizar que expres6, en lo esencial, la resistencia fle janes sasas de indics y mestizos —en su condicion de product.ores Ainelor= primidos pore régimen feudal de Ja encomienda, emit, ts Iribwtos, ete uM En Buenos Aires, devte antes de 1806, hubo antecedentes de que se conspiraba contrs Espana; luego las invasiones ingle- "Sis y ta heroica resistencia —que Belgrano desde la perspectiva de “Hos patriotas sintetizi en la frase “amo viejo o ningin amo” — ‘Sitvieron para que los americanos tomaran coneiencia de sus posibilidades y de su Tuerza, pero, sobre todo, determinaron la formacion de las milicius que fueron desequilibrando en favor de los eriolios {a balanza del poder en ia Capital, lo que quedé definido luego de la disolucion de tos cuerpos espaioles ‘que participaron en el movimiento del 1 de enero de 1809, eaudillado por Alzaga.!* £1 principal estudiose que entre nasoLros se ha oetipado de ta roswelta de 1780-81 la caraeterizi del siguiente modo: “#1 movimiesio Usuereecio That weaudillade por Tipac Aman es, sin duc, fa rebelién sect mis ran sen la historia de las tres Américas y su programa. clare y detinido: Pétineion de corregidores, supresion de mitas, eliminacion de obrajes y fie otras Formas de explotacion degradante”. Al mismo tiempo “ta rebelion We Tupac Aimar que, somo un vendaval terrible, contmovio os eimientos {el edifieto espanol en las Indies, constituyé uno de fos jalones mas impor funnies en el camino hacia la independeneia de Hispanoamérica”. Lewin, Woleslao, La insurreccién de Tapac Amaru, Eudeba, Bs. As, 1972, p. 100- On. 1) Belgrano, Manuel, Autobiogra/ia, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nacidn, Bs. As., 1960, Tomo Il, p. 965 Contiema plenamiente esta opinion el Memorial de Beresford, donde Wego de analizar el pensamiento eriollo se conciufa que: “En cuanto a las iWlets politicas o deseos de la mayoria de la poblacion —puedo decir de fuilos los eriollos deraasiado los he conocido para creer que pueda vaviar ilies ellos mi opinidn... Quien espere ayuda de ellos para evar a eabo sus [ptopios deseos muy poco fos conoce y pronto se desiusionaré... sunque el Pueblo —amerieano— no desea saportar el yugo de Espana, menos ain qui- Mora soportar el de otra nacién™. Citado por Chavez, Julio C. Castelli, ef “Wild de Mavo, Leviatas, Bs. As., 1957, p. 86. “16 Sobre la “asonade” de Alzaga —que ewtee sus adherentes conto a La- Hea, Matheu y Marlano Moreno es muy interesante el modo como se le teuracterizo vx un artfeulo, publicado por ta Gaceta Mercantil en mayo de 1826, bajo e! titule de “Rasgo Historico de la Revolucién del 25 de Ma- yo": “Los sucesos en ta peninsula, por ta guerra en que se hallaba empefi Hin con ty Frames, por a abciecton de Cates TV fo que hizo en Bayon Mi hijo Fernando, abrieron los ojos sobre sus derechos a fos americanos, “Pxcilaron a 108 espafioles a imitar a sus hermanos de Buropa, y a ponerse 16 OO Mientras tanto Napoleon habja invadide Espais, los mo- narcas estaban cautivos y en su nombre gobernaba una dunt Chantal que recurri rapidamente a la alianza con Inglaterra. frante aestos sucesos el pueblo de la peninsula dio un gran ojemplo de organizacion y lucha en defensade su independete que con distintos matices fue tomado por las dirigencias ‘riopla- tenses. '* En estas circunstancias de extrema debilidad relativa, tanto: material como legal ~recordemos que un argumento patriota fue que preso el rey se rompia el pacto social, se conforma un vas- J héroe de la Francla, cuyos emisarios se contra la politica dl one neces iulces caricias de la libertad. Todas insinuaban entre los americanos con las dt 4 ‘estas eausas produjeron un movimiento ef die i del afio 9 en que estuvie ton de acuerdo los primeros padres de la patria, porque creyeron con jus ticia que dado el primer paso, se salvaba el escandalo y la independencia comenzaba en el suelo americano, Entonces como dijo Castell, se ganaba perdiendo, y se ganaba si se ganaba, porque debiendo dar el resultago t= Fuerza que consistia ea as milicias urbanas, si se formaba la Junta, y no era puramente americana, pot la influencia que te div ta existencia, se har'a {que acabsse v comenzaria el gobierno independiente y del pais; y si las mi ni jban a fa sombra de su poder podia trabajarse jas ve oponian y preponder u de a eatsara te lovee! gobi patio” y conse al al det 2a a a lass Ep eonsecuencia{ueton desrmados [ot cuerD0s Sellegos, Vizcainos y Caialanes y 10s Patticios, Arribefios, Granaderos, Fe canter edaron slendo el apoyo de ia autoriaad”. Publicado es Revista Historia, No. 49, Bs. As., 1967, pp. 29 y 30. le de nuestro trabajo no nos dotendremos en el analisis de ttantes en el proceso de Mayo como fa misin del enviaclo ‘assenay y el proceso politico denominado Caro. Tama, ambos suficientemente estudiados en ta bibfiograffa clisica sobre la Revolucion de 1810. Bastenos citar Ia caracterizacion que del proyecto de fos paltiotas “carlotistas™ hizo a bistorindor R. Btchepareborda: Se trata: ba de la postulacion de “una América independiente o avtonoma bajo 8 fegencia de la tanta Carlota Jooquina, No crefan (los patriotas) que Ix Coyuntura politica permitiese ef establecimiento de una repablies, que ceeathabare &n definitiva eran partidarios de una monarquia ‘temperaca', feparada de Espafa, Sector eminentemente reformista eno instituctons! | JY hreocupado en un camblo en el otden economico vigente”. Entre 10s aus: Tikinste de este proyecto se encontraron Belgrano, Castelli, Vieyles y N. Mtodsituee Pena, Etcheparcborda, Roberto, Qué fue e/ Corlo¢iszzo, Plus Uk tua, Rs, As,, 1972, p. 76. ts Por la indol hhechos ‘an. impo! ‘apoleanico Marqués de Si Ww to frente antiespaiol que objetivamente incluia desde patricios hasta eselavos,‘“ desde sevolucionarios consecuentes hasta agentes de potencias extranjeras. La posicién del virrey Cisneros se hizo insostenible, en 1809 autoriz6 el comercio con los ingleses. No fue suficiente: los ha- cendados y comerciantes criollos ya no aceptaban la intermedia. ion espafiola entre sus materias primas y las manufacturas bri- tanicas. En el Alto Peri se precipitaron los sucesos con Jos disturbios que conmovieron Chuquisaca el 25 de mayo de 1809 y sobre todo con la insurreccién de La Paz, iniciada el 16 de julio con la deposicion de las autoridades espafiolas y la instalacién de una Junta Tuitiva ala cabeza de ia cual fue puesto el insigne patriota don Pedro Murillo. Sobre la proclama dada por la Junta se ha afitmade —con ra- Z0n— que es el documento fundamental de la insurreccion ame- ricana, por ta claridad y audacia de sus objetivos y por su fecha, anterior a cualquier pronunciamiento de similar contenido. ‘La experiencia posterior demostré que las palabras pronun- ciadas por Murillo al pie de! patibulo tenian un sentido proféti- ‘ea: “La tea que dejo encendida nadie la podrd apagar”. 16 “Hay muchos hijos que viviendo en fa misma casa con sus padres espa. Holes, no les ven ni os hablan, y les dicen Crecuentemente que darian la ida por sacarse la sangre eepafiola que citcula eh sus venas”. OFicio de José lazat al Secretario de Estado y Marina, 6 de diciembre de 1810, Archivo “Astigas, Tomo S11, Montevideo, 1952, p. 374 17 Mis alla de la veracidad discutible de la eita, es Innegable que su espi- se inseribe en el texto de la Proclama: “Hasta aqui hemos tolerado una je de destierro en el seno mismo de nuestra pattia; hemos visto con liferencia por més de tres sigios sometida nuestra primitiva libertad al tismo y tiraniz de wn usurpador injusto, que degradandanos de laespe- jumana, nos ha reputado por salvajes y mirado como esclavos: hemos jado un silencio bastante parecido al de la estupidez que se nos atri- iye pore incults espafa), sufriendo con tranguilidad que el mérito de los Americanos haya sido un presagio cierto de humillacion y ruina, Ya es Bo, pues, de sacudir vugo tan funesto a nuestra felicidad como favors. al Orgullo nacional dei espafiol. Ya es tiempo de organizar un sistema jovo de gobierno, fundado en Ios intereses de nuestra patria, altsmente Ww — nmenzo a amanocer ka libertad en el Rio de la Pl 4 total de Espaita desencagenston Los: ‘eulminan el dia 25 con ta impo- Hn 1810 tu; Jas noticias de la pérd cosos (Semana de Mayo) que q feito. oe ‘ia revolucionaria~ de la Primera Juntade Gobiew- este acontecimiento quedé magnitic nents Reale a slocucion de Berutti ante el Cabildo, al que acusi de ba be i ieaieionado” el mandato dl 22 do mayo, advirtendole que ! pueblo ha reasumido la autosidad que fab cransmitido sy a= feta ya famosa pregunta acerca del pueblo, cdya participacio® tanto le cuesta decectar a algunos hstoriadores que en esto 5° dsemejan a aquellos cabildantes, contesta: el pueblo en cus 2 ‘yrnbte hablamos est armado en Tos cuarteles y una gram pa del vecindaria espera en otras partes la voz para venir aqui” El vierey depuesto enfatizd en su relato de estos sucesos que ta conducta de los patziotas estaba guiada aoe cree He formaron de lt total pérdida de esa metropoli, de dons aoe ar epc no porian esperar perio, ttemet cas) fo que los decidid a un tan escandaloso atentado, euyo to er el de una absobuta independencia de estas Américas nos 4 Audiencia dejaron valioso testi ‘as fundacionales: “Hemos vis xgocijos eon que publican yucias del gobierno sus particula ‘También tos oidores de ta monio documental de aquellos di to fa alegria de sus sernblantes ¥ los re su sofinda felicidad; hemos ofdo sus agtias a espaol, los prondsticos cle sus futuras ventajas ni es tiempo, en fin, de deprinida por la basarda politica de MadHd. Ya tiempo, en f oe nade ta bertad en estas desgraciadas colonia, adqult evant estan oy conservadas con ta mayor Inui ¥ tran “water ile Sotpar 9 de todo el Imperio del Peril! Reve iValeonosabllantes Ucclanaprovechaor de las cieunstanits et vustros proveton Peta aden Ta (ticidad de ruestro suelo, pedals gue ra ta union que debe relnareotre todos, para ser et acl Ua i eerie Gabert 9 Cia, Paz, Botta, 1964, P. 148 * Beraltt, Amonio La Mayo, st filosfia, sus hechos, sus hombres. Com ojo Deliberante. Bs. As., 1960, p. 277, 10 Informe de Cisneros, Memorias de tos alts, As, 1945, p. 682. s Virreyes del Rio de ta Plata, Ba w res atrevidas insinuaciones; hemos presenciado sus resentimien- tos por los castigos de La Paz, su desafecto a las demostraciones de la Nacién, su. intimidad con los extranjeros mis sospechosos, y el anhelo congue se busea y estudia fa constitucion de tos Estados Unidos. Y tado nos hace recelar, con fundamentos que tocan va en evidencia, que dificilmente desistirin de un pensa- miento formado por algunos desde la invasion de los Ingleses y adoptado en el dia por el deseo de todos os revolucionarios”."” Un agente portugués —participe de fos sucesos portefios entre julio y diciembre de 1810— termina de retratar la orienta cidn predominante en ol gobierno provisorio: “No es necesario hablar de la Junta y de sus principios. Moreno es el Robespierre del momento. Todos juntos pretenderin fundar una Republica sobre el terrorismo y por lo menos han conseguido propagar este”?! La quiebra del dominio espafiol y el acceso de nuevos gru- 7 pos sociales al poder del estado define en forma prictics el hecho revolucionario, que necesito ain para su definitiva conso- lidacion de catorce atios de guerras libertad oras 20 Informe de tos Gidares al Consejo de Regencia, Levidlier, Roberto, Ort ones Argentinos, E, Fasquele, Bs. As., 1912, p. 183. Los informes del Vie rey y los Oidores pueden consultarse tambien en: reproduccion facsimilar ‘ii; Pueyreddn, Carlos, Le Revolucién de Mayo, Peuser, Bs, As, 1953 +) Informe de Carlos J. Guezzi at conde de Linhares. Maya Oocumental, ‘Tomo XII, Facultad de Filosofia y Letras. Bs, As., 1966, p. 203, 2 El hecho de que el prontinciamiento del 25 de mayo resultara ineruea ‘to —al menos iniciaimente— se explica por la crisis profunda del estado ‘eolonial en ta capital virreinal, tanto como por los sucesos previos que crea- fon lina correlacion de fuerzas militares desfevorables a los sectores espa flolistas. Estos, més que miedo a combatir, tuvleron la seguridad de que ‘en ese caso serian derrotados, lo cual {os lev a ejerecr una oposicién eau: elosa, ganando tiempo mientras incentivaban ta resistencia realista en el Norte, Paraguay y Banca Oriental. Estas causas explican, por ejemplo, que 161 20 de mayo un dirigente patriota afirmara sobre la situacién de Cisne 10s; “qué podrfa hacer ese pobre hombre, que no contaba con més fuerza je e1 regimiento Fije y Dragones, que estaban en esqueleto: y que mien- tanto toniamos sobre tas armas cineo mil hombres”. Rodriguez, Mar- Meroria Autobiogrifica, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nacién, 1011, Bs, As,, 1960, p. 1.520. 19 A partir del 25 de mayo se abrid un nuevo periodo en el cual ademas de la independencia se puso en disusiin si, una vez eliminada la dependencia colonial, se desarralaria o limita- ria el peso del régimen feudal como principal modo de la convi- vencia social; dicho de otro modo: si solo se susttuirfaa Espana en la ciispide del poder {manteniendo el sistema anterior) 0, contrariamente, se buscarfa a través de profundas reformas sociales y politicas una modernizacion y democratizacion de la sociedad heredada de la cofonia La disputa entre estos dos caminos recién se eerré—junto al ciclo de Mayo— en 1820, con la clerrota del proyecto artigui ta, que fue desde 1811, con las diferencias del caso, el conti- nuador del Plan con que ~a inspiracion de Moreno— se habfan guiado las operaciones de fa Junta Revolucionaria a los efectos de “consolidar la grande obra de nuestra libertad e independen- cia” Por lo. menos en cinco cuestiones claves la labor del historia- dor puede captar posiciones encontradas en torno a cémo se abordaron: a) la independencia como objetivo principal a con- quistar con Ja lucha,** —de ser necesario en dos frentes como en 8 i Francia continué alum- 23 Solo el Paraguay conducido por Gaspar de Francia cor brando los rumbos democritiot de ia emancipaclon sudamerieana, La rarquizacion ¥ ponderacion de esta experiencia historica es una tarea im: oa isan ymca nese to Piero. OCESA, Bs. As., 1961, p. 265. alae ert a va. Bjemplo de esta de: \fianza en Ja fuerza de la revoluciOn fue la firma, 4 Belgrano cada vez que éste desplog6 la bandera patriota e incluso el pro Hilo julclo 4 Castelli ~por haber alentado posicfones favorables a la inde- el caso de las invasiones portuguesas~ o por Ia via de las tenden- Gias que “eventualmente”, y sobre la base de las negociaciones diplomaticas, se acomodaban a los espacios que les otorgar‘a alguna potencia curopea ala sombra de nuevos monarcas que se Coronarian en el Plata, sin deseartar la conciliacion con la inisma Espaiia, el protectorado inglés, portugués o francés. El ejemplo de San Martin reclamando la declaracin de la independencia Para combatir como un soldado de la patria, y de Alvear ofre- Giéndole estas Provincias en protectorado a los ingleses, es uno de los muchos que ilustran las dos posiciones.?® b) También en torno a la democracia, en su significado ele. mental de participacién de la mayoria en la tarea de la indepen- Gencia, hubo diferencias insoslayables; la movilizacién amplia de las clases y castas mas pobres y oprimidas traia aparejado el Tesquebrajamiento, en alguna medida, de la disciplina y el orden Social colonial. No todos los jefes estuvieron de acuerdo con Corer el riesgo; algunos “agobiados por el peso del conflicto dejan de pensar por sentir, y no encuentran sino desorden en el ”, ©” por eso a la prictica dela orden mismo de las revoluciones”, democracia se le opuso la lucha contra la “anarquia”, tan temi. da por la aristocracia tendero-pastoril porteiia. Artigas, encabe. zando el Exodo oriental o incorporando a los charrias.a Ja lucha, eontrasta asi, con el abandono del camino altoperuano a Lima por los riesgos de poner en marcha a pueblos a los que no se {ue preguntaban hasta cuindo se iba 2 seguir “fernandeando” se encontrd Montesgudo, que en el Mertir o Libre del 29 de marzo de 1812 afiemé que ‘seria un insulto a la dignidad det pueblo americano el probar que debe. mos ser independientes”. Monteagudo, Bernardo, Bscvitos Politicos, Rosso, Ns. As., p. 105, ¥# “Estas provincias desean pettenecer a a Gran Bretafa, recibir sus le- s, obedecer su gobierno y vir bajo su influjo poderoso. Ellas se abando, tun sin condicion alguna a tu generosidad y buen Ce del pueblo inglés, Yo estoy resuelto a sostener tan justa solicitud para librarios de los males ue Ios aflijen”. Alvear al gobierno inglés. Citado por Preyredan, Carlos to, “Gestiones diplomaticasen América”, Historia de la Nacion Argen- “tina, Tomo 6, 1a. parte, p. 381. a Montesgudo, Bernardo, Mirtir o Libre, No. 4 det 20 de abril de 1812, Wiblioteca de Mayo, Tomo Vil, p. 6.877 2 pensuba redimir de fa exptotacién feudal. EI caso ded, J. Caste- lii-en el norte muestra dramaticamente los limites politico-soc ies del sector mas democratico de la dirigencia pitriota: de di ordenaba “reformar fos abusos introducidos en perjuicio de los Indios, aunque sean con ef titulo del culto divino, promoviendo su beneficio en todos los ramos y con particularidad sobre repartimiento de tierras...”. De noche ~“paradéjicamente— parti- ipa de los bailes y agasajos organizados por la aristocracia alio- peruana, beneficiaria principal de la explotacion del indio, y blanco, por eso, de las medidas progresistas de Castelli, De modo que los sectores altos tienden a creer que el poder colonial garentiza mis eficazmente sus privilegios amenazados por la politica “jacobina” del hijo de boticario italiano enviado por la Junta de Mayo, Al mismo tiempo los pueblos no alcanzan a sentirse expresados por un discurso que si bien habla de li- bertad— adolece del mal de Ja exterioridad respecto a su expe- tiencia ¥ préeticas concretas, razon por la cual su protagonismo es restringido. La derrota militar de Huaqui ~potenciada por la derrota del morenismo— puso fin, mas alla de las limitaciones apuntadas, a uno de los més importantes esfuerzos por ittcorporar democrat. ‘camente las mayorias indigenas en la eonstruccion de una patria para todos los americanos. Desde esta perspectiva el abandono dol camino altoperuano para atacar ef bastion realista de Lima signified no s6lo una opcién geogratica sino politica y social. ¢) La oposicién entre el régimen de unidad y el sistema fede- ral, como modos de unir y organizar las distintas regiones ¥ pueblos que componfan el antiguo virreinato. La hegemonfa de la Capiial o el respeto a la soberania de las provincias consti: tuyeron un enfrentamiento que tuvo vitales consecuencias en Jn formacin de mercados, ya pata las producciones internas, ya para las mereancias extranjeras. ‘También Ja separacién del Alto Peri, Paraguay y Banda Orientai de su anterior tronco virreinal tuvo que ver ~ademas de con profundas contradicciones regionales forjadas en doscientos ios de colonia con fa derrota de las propuestas de integracion we peiere! gue, en un proceso, apuntaban a solidificar una unidad The pore icana Fesistente al “dividir para reinar” practicado por las potencias europeas. May poco difundido —y sleccionador— es ¢ P Buay, que habiendo realizado su rewolucion ol 11 eae ene de 1811, se sumé al ciclo de Mayo enfatizando qite “ou volun, tad devidida ex unirse con esa Ciudad, y dems confederadas ny S6lo para conservar una reciproca amistad, buena atmonia co, mercio y correspondencia, sino también para formar una covin dad fundada en principios de justia, de equidad y de igual fF La Junta, det Paraguay’ « ta Junts de Buenos Ain 2 YBL1, Chiver, duo nar, tors deen otek ne ean 20/2 Paraguay, Ealiciones Nizza, Bs. Ax.,1989, p tit cred por fia uta ats en otros de sus garafo: ta provincia dl Paraguay Hiberta, sen el plone goce de sus Tereahons pag ce consti en aie llegase a imaginas, que su intencién habla sido enteeane a ia ajeno, y hacer dependience su suerte de otra volunlad, SPiN acrh t 9 nada nos bzbrin adelantado, ri teportado otro frito de jeio, que el cambiar unas cadens por otras y muder de anon Ea Bucblo det Paraguay dese shora se muestra celowo dese nertecee ites flespués que ha tenido valor para meobrarla, Sabe tau bien, gue ale eine {ad puede a voces adquirise o conquistarse: una vez perdide no es hirah: Mente fact volver a recuperaria. Se lsonjea esta Junta que ¥ & aelaeieg Ralos nobles sentimientas, considerando cuanto et) favor de fiuestta tore Fomiin puede esperar de un pueblo grande que piensa » buble soe on guezay magnanimidad” Imismo espititu de unién presi Teatado que el 12 de oetu 1811 Girmaron ios eeprventastes paraguayony toxrcnes eee lias inlciativas producta de las orlentaciones revolisionaran dela pa Feta hora en ef que se planted “ederacion y alansa ndisolubles. eee UBS se acordeban pautas de intorcambio eeonmico equitating pi Parles, dando satisfacci6n a viel wivindicaciones paragiaaes Pt tado®! {i de eetubre ct gobierno de esa provincia anunelé la fima det ‘Tra lo a través de un Bando que finalizaba diclendo: "Ya ao hee of avn Haber division entre una y otra Provincia. Los hijos de Bucnon Aree sae leben reputarse del Paraguay, v tos hijos de esta Provincia son v dete, Hamblen mostrar como patricios de Buenos Aes, Seedn noc: eet Hes todos los ques» declaren contra equel pueblo rmig y alacinry Ba Altes se sacrificara también a fin de perseguiry exterminara lex Gur acta aren enemigos nuestros”. Chavez, Julio G, 0D. cits pe 166, en 23 d) La vigencia de la libertad de comercio conquistals al oliminar el monopolio espaicl, articulada cond foment de las artesanias, o la aplicacion a fondo del librecambio de ewros y olras materias primas por todo tipo de manufaturas importa das del extramjcro. Muchos patriotas lucharon por Ia libertad de comerci, al mismo tiempo que sostuvieron posiciones proteccionistas con respecto a las producciones nacionales, ya que “la labranzay el comercio proporcionardn la comodidad; pero al opulenca no se llega sino por medio de la industria”.°” Notese, por otra par- te, que éste fue ei camino que siguieron los “librecambistas” eui- Ei ereciente centralismo porteio —expresado por el acceso al poder del Primer Triunvirato— impidio que sueesos y acuerdos tan promisorios ‘como los sefialados, alumbraran el camino de la unidad sudamericana, 29 Mariano Moreno fue un acabado ejemplo de como era posible conel- liar la ruptura det monopolio comercial con el fomento y desarrollo de las arlesanias ¥ las “industrias” cotoniales. : TLuogo de haber sido eficaz abogado en la fucha por comerciar libre- mente —recordar la Representacion de los Hacendados~ planted en el Plan de Operaciones que “se prohiba absolutamente que ningin particular tra bbaje minas de plata u oro, quedando el arbitrio de beneficiarla y sacar sus tesores por cuenta de la nacion...” va que “de qué sirven quinientos 0 seis- cientos millones de pesos en poder de otros tantos individues, si aunque g- fen, no pueden dar el fruto y fomento aust estado, que darian puestos en Giferentes giros en el medio de su centro, faciitando Labrieas, ingenios, ftumento de agricultura, etc... En esta vielud, luego de hacerse entender mis claramente mi proyecto, se veri que una cantidad de doscientos o tres: Trentos millones de pesos, puestos en el centro del estado para ta foments- ‘ian de las artes, agricultura, navegacion, ete., y producirg en pocos anos {th continente laborioso, instauido y viriuoso, sin necesidad de buscar exte lomente nada de fo que necssite pars la vonservaciOn de sus habitantes, hho hablando de aquellas manufacturas que, siento como us vicio corrom pido, son de un lijo excesivo ¢ inatil, que deben evitarse prineipalmente porque sor extranjeras y se venden a mis oro que lo que Pesan”. i texto completo de! Plan de Operaciones puede consiltarse en Ruiz Guidard, Enrique, Bpifania de la Libertad, Nova, Bs. As., 1982, pp. 335 y Este ‘autor realizd In més acabada demostracin del Origen morersiano del plan, peniondo fn a viejas polémicas historiogrficas. 30 Layardén, Manuel José, Nuevo aspecto del comercio en et Rio de le Plata, Ba. Raigal, Bs, As., 1955, p. 274. m4 ropeos para desarrollar sus poderosas manufecluras; por mas que en el Rio de la Plata se quejaran ~y presionaran por impo- ner sus intereies~ porque “los derechos impuestos por la Adua- na sobre las riereaderias importadas son en algunos casos tan excesivos como para que resulte tentador el contrabando”."! ©) La consolidacién del gran latifundio presentado como la unidad de produecién mas adecuaca para el desarrollo agrope- cuario y la consecuente dependencia de los habitantes del cam- po respecto a los “seiiores” terratenientes; o la critica al mono- polio de la propiedad de la tierra, la postulacion de repartos de terrenos a quienes quisieran trabatarlos, el impulso de la agricul- ura y la aplicacion de politicas de auténtica colonizacion como _ lo plantearon Vievtes, Belgrano y Artigas entre otros. Por dltimo, para redondear nuestra vision de Mayo, es nece- sario hacer menci6n de los contenidos esenciales que caracteri- zaron la politica inglesa en aquellos momentos: desde 1808 el centro de la politica internacional britdnica fue la del frente & alianza antinapoleonica, y de acuerdo a ella disené sus estrate- gias de penetracion en el Rio de la Plata. En virtud de esto —que adopté la forma de una politica de mediacion entre Espafia y sus coionias rebeldes~ los ingleses plantearon que Buenos Aires debia “aprovechar la primera pportunidad favorable para dar el ejemplo a las otras regiones de la América Espafiola uniéndose cordialmente, a sus hermanas en Europa, en el reconocimiento de su lealtad a su soberano legitimo, Fernando VI, y contribuyendo bajo los auspicios de su nombre, a los esfuerzos que se estan haciendo en Europa para conservar la integridad de la monarquia espaftola... s6lo median- te esta linea de conducta podran esperar alcanzar prontamente los beneficios de la paz y de la seguridad”."? 81 Representacién de varios comerciantes ingleses. Archivo General de la Nacién, Correspondencia de Lord Strangford, Bs, As., 1941, p. 218, ¥2 Castlereagh a Strangford, 13 de julio de 1812. Webster, C. K., Gran Beetata y ta independencia de América Latina, Tomo I, Bs. As., 1944, p19, Se Jee en otto parrafo de esta nota; “V.£. (es expondra cuanto mas 25 Gran Bretata si bien deseo reompluzar a Espafia el dominio de sus posesiones americanas~ solo ale, en releion al proceso abierto el 25 de mayo, la actitud de una parte de La igencia patriota que se conformaba con el magen de libertad de accion que proporcionaba obrar bajo el nombre de Fernando: VI, oponiéndose firmements a “todo intento premature por parte de esas colonias de declararse independientes”. Reiteradamente advietié Lord Strangford que ‘el mas mini- mo acto de precipitacién ¢ imprudencia por pare de los ameri- ‘anos podria ocasionarles la pérdida de todo derecho a la futura protecci6n y apoyo de ta Gran Bretafia”. En 1814 la posieién no habia variado: ef embajador inglés en Rio de Janeiro informa a su gobierno que ha utilizado su in- fluencia “con ef fin de persuadir a ese gobierno (el de Buenos Aires) que aproveche la situacion creada por la restauracion del Rey de Espaiia al trono de sus antepasados para enviar a ese mo- narca diputados encargados de poner a sus plantas la expresion inequivoca de su deseo de retornar a su fidelidad”.* Meses antes la Asamblea del Ato XIII habie rechazado a los diputados orientales que en el articulo primero de sus Instrue- ciones plantearon que: “primeramente pediré ta declaracion de la independencia absoluta de estas Colonias, que ellas estiin ab- sueltas de toda obligacion de fidelidad a fa Corona de Espana y fhonorabie y ventajosa seria esta politica. Jn Masre Patria que los delaria con uni independencia nominal, pero ex puestos a str, irae in largo penvodo de gueas etiles ¢ insumerciones tater fas, fa presa’de sus propias faeciones ¢ conciudadanos. ambiciosox 0 de fvasores extranjeros". Frente a estas opciones, ambas favorables para Ia penetracion ingles, valoramos 6} eamtine independiente de Morena, Artigas coma mejor respuvata a Castlereagh los 89 atios de Peraguas independiente. 1» Strangford a Wellesley, 10 de junio de 1810. Ruiz Guida’, Era rigue, resitente Saavedra y ¢1 Pusblo Soberano, Estrada, Bs, Ass 1960, p que la politica de separacion de 0 14 Straagfort a Castlereagh, 24 de julio de 1814, Webster, C. K., ob. et p 10 0 familia de tos Borbones y que toda conexion politica entre ellas y el Estado de Ia Espatia es y debe ser totalmente disuelta”."* Estas Instrucciones de Artigas al igual que el Plan de Opera- ciones de Moreno —ambos documentos lirgamente ignorados por la historiografia oficial~ resultaron deci Le contra dictorios con las miras briténicas.* También fueron la expre- sion del mejor de los caminos abiertos por la Revolucion de Mayo. 85 Fregeiro, Clemente L., Artigas, Estudio Historica, Barreito y Ramon, Montevideo, 7886, p, 157. El texto completo de las Instrucciones a los Putados en fuestro Apéndice Documental, p. 191 44 Respecto al protendido cardcter “pro-inglés” det sector hegemonico an 1a Primera Jupla —y de la Revolucion de Mayo en general es impres- Cindible mencionar algunas de las opiniones politicas de Mariano Moreno: que no siempre son tenidas en cuenta cuando se valora su doctrina, Decia el précer en sus Memrovias sobre la invasion inglesa de 1806: “Yo he visto fn fa plaza florar muchos hombres por fa intamia con que se Tes cutregaa; ¥ yo mismo he llorado max que otro alguno cuando. a las tees de La tarde et 27 de junio de 1806. vi entrar 1.560 hombres ingleses que. apoderados, de mi patria, se alojaron en el fuerte y demés cuartcles de la ciudad”. Mo- reno, Mariano, “Escritos Econémicos \ Politicos”, ob. cit, p. 88. Otro elemento de juicio de insoslasable valor es et articulo publieado Por Moreno —en La Greet de Buenos -ires del 16 de-seliombre de 1810— 4 propdsita de ta conducte det capitan inglés ENiet: “Los purblns dcben ‘star siempre atentos a la conservacion de sus intereses + derechos, x n0 leben fiar sino de si mismios. Bl extranjero no viene a nbestro pais a traba. jar en nuestro bien, sino a sarar cuanlas ventajas purda proporcionars. Recibémoslo enhorabuena, aprendamos las moejoras de su eisifizacion, aceplemos las obras de su industria, y franquedmasie los frutos que la sia turaleza nos reparte a manos Hlenas, pete miremios sus consejos con la ma {Yor reserva, ¥ no incutramos en el error de aquellos pueblos inocentes que 4 dejeron envolver en cadenas, en medio del embetesamiento que: les far fan producido los chiches y abalorios, Aprendamos de nuestros padres, ~ ¥ que no se esctiba de nosotros lo quc se ha escrito de los habitantes de la ‘Antigua Espana con respecto a los cartagineses que ta dominaron: ‘Libre Foie, Espana, ¢ independiente Se abrid al eartaginésineautamente:/ Vie stos traidores/Fingirse amigos. park ser seiores;/¥ el comercio indo, | Entrar vendiendo para salir mandando’.” Moreno, Mariano, bb. it, p. 202. Un historiador ha apuntado eon ra eonocemos al desaudo ¢1 pensamiento de n que: “ntereed al episodio Elliot Ja Junta. ef ponsariento intime, 27 d Capitulo I Artigas en la historia argeni no aiterado por melosidades diptomiticas””. Urquijo, José Mariluz, Proyec- tiones de fa revolucion sobre lo econbmieo s 10 social, Acadomta Nacional de la Historia. Tomo IV, Bs. As., 196i, p. 208. "Tambien resulta esclarecedor del pensamiento moreniano el contenido de} Acticuto 7mo. del Pian de Operaciones que es su apariado 4¢o. propone “emprender la conquista de la campaa del Rio Grande del Sud, por me- slio de la insurreccion...”, Moreno, Mariano, ob. cit. p. 301. Esta iniciativa planteada en’ 1810 afectaba ditectamente a Portugal ~mis que aliado tutelado por Gran Bretana~ y resulta absolutamente ‘puesta al interés y las necesidades politicas de los ingleses, Todo fo ticho resulta ampliamente contirmado por el agente portugués Guezzi que, infor nando sobre los planos de Ia Primera Junta, decia: ‘Entre sus provectos | favoritos se evcata el de Hevar la revolucién a Brasil. Ya la dieron por reali ‘ada a comienzos de dickerabre, no sé en base a qué noticias y su regocijo fue enorme”, Mayo documental, ob: cit., p. 203. ‘Como notard el lector —sin negar la importancia que Moreno asign al apoyo britinico~ las relaciones de ia dirigencia revoluecionaria de Mayo | ‘eon log representantes de Gran Bretafia se guiaron, con aciettos y errores, por ol fin de iograr una auténtica independencta rioplatense. Moreno tenia . Hien claro que fos ingleses se earaeterizaban por ‘‘la refinads maldad de: sus Jnicay amibiciosas”. Moreno, Mariano, ob. cit. p. 302. Lat actuacion revolucionaria de José Artiyas en el complejo ‘marco de las luchas por la independencia rioplatense se extendi desde febrero de 1811 —en que se sumé a la causa patio no) Paraguay de Gaspar Franeia,' sitio en el que fallecié el 23 de setiembre de 1850, sin reconocer el “Uruguay independiente” uto dela frustracion de su programa de unidud sudamericana.* + i 22 de setiembre de 1820 Ramirez desesperaba por apoderarse de (gas ya refugiado en cl Paraguay, temeroso de su prestigio. A tal elo solicitd al Dr. Francia la correspondiente extradivion: “Recuerdo YS. ta necesidad que hay de la persona de Artigas para quc responda en Hick puiblico..." Daniel Hammerly Dupuy. Raseos biogrisieos de Artigas vel Parexuay, bl Pais, Montevideo, 1960, p. 252 Et doctor Francia no conitestd las requisitorias de Ramirez y encarcelé 444 emisarios, declarando que; “Era un acto no s6lo de humanidad, sino honoso para la Repiiblica, el eoneeder asilo, a un jefe desgraciado que eniregaba... Los portugueses sin duda se habran alegrado de la ruina de 1s, Fllos han tenido tambien sts inteligencias y eomunicaciones con el quien tal vez los ha metido en aprchensiones por haber- “Artigas refuglado en el Paraguay: pero el hecho de aquel pérfido, int ii ahiora en la otra banda, es manifiestamente infame y lo reprochara ido el mundo imparcial”. Julio C. Chavez. #1 Supremo dietador, E Mas, Madrid, 1964, p. 278. ) Artigas nunca acepts que 1a detonsa de las autonomies provinetates se ortuare en separatismo 0 aislamiento, enfrenténdose con tos sectores Ait propia dirigencia que —eomo en agosto de 1812 en el Ayui~ plan- son posiciones seyregacionistas. Artigas teafirid este punto de vista en nuimerosas opostunidades, por jplo-en el punto 4 det tratado firmado con tos representantes de Bue- Bt Hsta década de vigencia del artiguismo ¢ parte inseparable de nuestra historia, Ja que resulta de muy ditics}) comprension,, © decididamente tergiversada, si —como han hecho tanto la historiografia liberal tradicional como el revisionism’, se recorta el papel de Artigas como conductor de 1a principal tomiente de oposicion y alternativa a los ptoyectos politicos de las dirigencias portenas. nos Aires, Fray Mariano Amaro y Francisco Candioti, ol 23 de abril de Tela. “Esta independeneis no es una independencia nacional, pot conse Auencia ella no debe considerarse como bastante a separay de la gran masa nos nia otros pueblos, ni a nezclar diferencia alguna en los intereses generales de la tevolucion”. Archivo Historico Diplomatico det Uraguay. Fe Diplomecia de la Patria Viela, Ministerio de Relaciones Bxteriores, ‘Tomo IIl, Montevideo, 1943, p. 148. ia el mes de junio de 1815 Artigas propuso a lox negociadores porte. hos, Blas Pieo ¥ Francisco Rivarola, wn proyecto de Tretado que afimmaba aon artieule 1ro: “*La Banda Oriental del Uruguay. entra en rok para Formar el estado denominado Provincias Unidas del Rio de ia Plata, Su pacto con los demas Provincias eg el de una allanza olensiva y defensiva Boda provincia tiene igial dignidad, ¢ iguales privilegios v derechos, y cada ra renunciara al proyecto de subYugar a otra. La Banda Oriental del Uru- gay esta en cl pleno goce de su libertad y derechos; pero queda sujeta Sesde ahora 2 la constitucion que organice el Congreso general de} Estadio Segalmente reurido, teniendo por base la libertad”. Archivo Histérico ¥ Diplomatico del Uruguay. OD. cit, p. 244. rieibas iniciativas —y otras— se vieron frustradas porla intransigencia + de Buenos Alres en rechazar cualquier acuerdo que implicara un “pacto” centre iguales. 1 Bg conocido que algunos autores han manipulado historiogriticamente ta figura de Artigas, aprovechando que su condiciGn de hacendado y lider vial presenta —a\ menos formalmente~ snalogias con los posteriores cau- dilos que intervinieron en Ja historia argentina. En este sentido, se preten Gd que Artigas fucse algo as¢ como la prefiguracton y aptecedente de uno Ge tos mas importantes terratenicntes feudales de su tiempo, como Lo fue Rosie. Por ejemplo. * Artigas, precursor del federalismo argentino, en cuyo fiempio hubo Ge inspirarse nuestro Juan Nanuel”. Pededeo Hinrguren. Heir Artiges, edalid de la independencia argentina, Theoria, Buenos Aires, 164, p. 14. ‘al practicarse la asimilscién de ambos personajes —y como condlicion dp su posibilidad— se debe separet a Artigas del Mayo dle Moceno y erafren- teria de unidad y Orgamizacion de las pro tatlog. Se debe ocultar que en ma pormas de veinte incins, uno bregd ez aties por constituirlas y ¢ otro, ag Solo el compromisy histdrico con estas dirigencias —y con ‘Aus continuadores en el tiempo—, del que deriva una tradicion cerca de qué y como Iue miesiza revoluciin, puede explicar que Bartolomé Mitre le escribiera a Vicente Fidel Lopez: “Los ‘dos, usted y yo, hemos tenido la misma predileceian gar las ‘ilos, sostuvo ta inmadurez de Jos pueblos para darle un orden defi z ara darle un orden definitive W fi uacién, Rosas hizo de ta propiedad teeitorial an factor de privileglo en er potion Regiaecoite tora! sheitanen esto politica y doctrinariamente~ a las concepeiones del gobernado borterio neepeiones del gobernador Reel arden aovsl, eeviatente alternda, por el I, seviaemente alteruda pot ol estalido revoh ‘ona, fue pata Artigas una posbldad abieria ava lograrenmbios pra furdos en ta sociedad; contrariamente,psra Rosas fue un desordea ¥ na Nomarquia” que debia remediatse cuanto anies: “Es imposible el orden sin lie to respeten y to tengan los que habitan Ia eampata; es imposible se “Gonsiga esto mientras las funciones de los jucces no sean aliviadas y éescan- yn vom las bien desempefiadas de wna policia rural...", citado por Alfredo a9 0 1 stele eentan Te, orion Aes Bip atra documento presectada al gabiemo de C

Você também pode gostar