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pt lieder nea EL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA 1570-1787 COORDINADOR Wooprow BoRAH ‘Wooprow BoRAH * ROA CAMELO * VIRGINIA GUEDEA Magia DEL REFUGIO GONZALEZ + MARIA TERESA HUERTA ‘Teresa LozANO + RopoLFo Pastor * GISELA VON WOBESER CaRMEN Yuste UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO MEXICO 2002 es 218 HL GOBIERNO PROVINCIAL EN La NUEVA Espasa "it co de dos aptalesde audenia impliosy mucho mejor comsemalon i {el Archivo General de Indias cn Sevilla eee? dep a sobre México y América los archive Madrid y en Simaneat lineation mi fila en los depénitos als Eo exon ann ‘ ‘ona) € internacional se dard cuenta bien pront Bete ae mass duc en ss origen debia de ser increblemeate ea sod ce ae una proporcién reducida, Ta que se pued platens) Puede encontrar alguna parte parm impress ee s locales. Los investigadores de la historia de Fico doe estos tes gr de Mésica es EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAYORES NOVOHISPANOS: UN SISTEMA DE EXPLOTACION DESUS ORIGENES ALA CRISIS DE 1810 A mi maestro Angel Palerm He merorian Ropouto Pastor ales del siglo XV1, el comercio de “repartimiento” se convir tig en la principal forma de hacer una fortuna usufructuando los car- 0s de gobierno. No sin compulsién, Jos funcionarios de la Corona repartfan, entre los indios de sus jurisdicciones, mercancias diversas a cambio de un pago futuro en producto indigena, valorando a su arbi trio lo vendido y comprado de los consulados, devino en eje dels ma comercial yfinanciero de fa colonia. No obstante, el repartimiento de bienes, crucial para entender el funcionamiento del gobierno y de jo. La historia politica la economia colonial, esta todavia mal estudi novohispana se ha escrito —tradicionalmente— desde el punto de vista de las instituciones y de la legislacion (desde luego fundamentales) y el reparto de bienes no es, a diferencia de —por ejemplo— la enco- mienda o el repartimiento de trabajo, una institucién legal. Por otro hho, los estudios de historia econdmica han centrado sw atencién en Jos problemas de la estructura agraria y las Duetuaciones de los pre- ios, aplicando un modelo econdmico de mercado en que no hay lu- gar para el andlisis del repartimiento. (Se intenta asi definir ue modo de produccién mercantil 0 mercantil simple 0 esbozar un proceso de mercantilizacin, Pero es evidente que, mientras no tengamos una idea dlara del sistema de mercado, estos Conceptos ambiguos no resultan sativfactorios }* + For limitaiones de expaco, Is Comision Eur! ha deidid omit una introduc ‘aon hstoriogrifies las not de ene ensayo, Micha de mi inermaciin gener) ve de [Us mjmas fuentes ctadas por los dem autores el presente libro. Sobre parsicula del ‘epartimiento hay que dstaar ls extios que can a evolucon del sistema en el igo Sn de David rating, Meto9 coment FCE, México, 1996, de Brian Hamme, Pac 220 1, GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA FSPASA, Trabajos recientes permiten, sin embargo, detectar una serie de anomalfas y problemas que sertalan la presencia de un factor no consi- derado. Pese a la falta de investigacién especifica sobre el reparto de bienes, la informacin acummalada a lo lango de la itima década pone de relieve y perfita cada ver con mis claridad el papel que jug6 el fomerio de Jos fancionarios en la vida novohispana: 1) se rol del repartimiento ayuda a explicar muchos de los problemas politicos que —hasta ahora— han sido atribuidos a una supuesta confrontacion de la Iglesia y el Estado o a conflictos de personalidades ene vitreyes, obispos y oidores, ms o menos involucrados en este comercio 0 deci- didos a combatirlo. 2) Los repartimientos de los alcaldes aparecen, asimismo, como los principales causantes de las rebeliones y motines indigenas de los siglos XVII y XVIII, que se han querido atritair a Ja estructura agraria o a la explotacién de las haciendas. 3) Mas que por un abstracto impulso centralizador de la Corona, el proyecto de las teformas borbénicas parece impulsado por los miiliples problemas acarreados al fisco por el sistema de repartimientos. 4) Finalmente, ‘se sistema influye sobre la organizacién productiva y el comportamien- to de los precios (manteniéndolos relativamente estables 2 largo pla- 10}, a tal punto que su abolici6n parecerfa ser la principal responsable de la crisis de produccién y la pronunciada inflacién que se desata a finales del siglo xVit. Intentaré sintetizar lo que se sabe acerca del repartimiento, atan- do los cabos de informaciues aisladas y reconstruyendo datos incom- pletos, para explicar la génesis del sistema y su desarrollo posterior y ua y comin ur de Mic, Seretaria de Comer Exton, Mexico, 1979; de Hort Feiacimann, ‘Der Repartimtcn Jahrbuch 19949 don taajoninetor ue nes ene de consular: de Marcello Carmagiant, Une frma een compas ef patients ex ‘asses México, nat, Deparameto de Investigaciones Hise, 1980, mine, ye Ma ‘cl Mito, E! nae ¢ donc, Segundo Seminario de Tex, preeitad 3 Cerro de Fas. {ES tc Clo de Mexico, 1082, meo Muto de eal ue vi pata Shmrarelfanconarento el assem et tomado de m propia es Gora Compete ‘aor le Mictece 17001850, presenta en Fl Coleg de Mexico en sepiembre fe 108 Firwcl marco gencral de a ewaion del economia hovhispana mc apsyo cn for tabajot sobre los indcedores de ls produce minera(Braing: Lynch, Bakewell y de a prod ‘Sim agropenara"-etos stuns sn por pblsarse—deArsides Medina Raise on dieamos Se Puebla; de Ila Expioray Entigue Floexano he os Seco dl cpa devillndoldyelde R: Pstor ea, Facuaion coma Oasor, Mec, HI Colegio de Mexico, 1978. Neceato, lem eeonocer mi Sands con sl doctor Woodrow Bora Y it ‘ompatetor en Seminars del fits de lnveiaciones Hsin is colegar del Con ‘rode Estudios Hare Ils Fopinosa,Aeandrs Nero Town y ies Belen ue "eon der tay sugerenciytntaadanes fo orden series. Del ag decer amin a Feand Corts Rosa Marla Rubacava de la Unidad de Comput de El eiegn de Mexico amc etsasa coperscion en Ts computarion de lor dan de preaosy produce. EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIASY LOS ALCALTIES MAVORES 227 Jara armar un modelo, na idea general de su racionalidad, de la for ree avgus aperabaelobalmente y de a manera en que pudo afectar al gobierno y a la economfa colonial novohispana. Se trata, @ mi modo de ver, del sistema de comercializacién instrumentado por los Consulados para sus operaciones coloniales y, en tanto tal, no es séle ch arcuite aniculador principal de los distintos espacios y sectores pro- Sear eatsid sinc ademas el vnc fundamental det econom{a mercantil espafiola con la novohispana. Tube, dese luego, otras formas de comercio en la Colonia: de ls regatones y comerciantes arabulantes y Ia del trueque en el tianguis; las ferias portefias y ganaderas del interior; los pOsitos y alhbondigas ¥ las tiendat 6 casas de comercio, y las pulperfas y tendajones en las cia- dades espafiolas. Normalmente se concibe a todas éstas como indepen- dientes del Greaito del repastimiento, Pero el reparto supone una cade- ha de intermediaciones que entrelaza a las demas formas de comers Los comerciantes del consulado, duefios de las tiendas citadinas, eran al mismo tiempo los organizadores del reparto y los exportadores y los importadores de Js ferias pores, Flos comisionaban las compras de fganad en ls ferias ganaderas, para abastecerelrepartimiiento de ano de sus principales productos a repartir (bess y vacunos que los l- ‘caldes distribufan a lo largo y ancho del virreinato}; yen esas ferias los ‘agentes del reparto eran jos principales compradores, Los comercian- tes del consulado eran también los duefios del capital comercial con tl que los alcaldes compraban los productos del indio; eran los ver tentes de esos productos y los que, a su vez, los vendian o Jos remitfan a los reales minetos del norte, cuyo zbasto dependia del cireuto. fra {llos asimismo —los cénstiles del comercio— los que surtfan —a cré- Gita las pulperasy tendajones. Por ot lado, el posto yl alondi sga que abasteian los mercados urbanos de grano se surtian, hast Siglo XVIl, principalmente con el maiz det vepartinsiento. ¥ los due fos de esor granos —lo$ corregidores— manipulaban sin mucho es- torbo el fancionamiento de los mercados péblicos administrados. ‘El sistema era menos importante en algunos de los reinos del nor- te de la Nueva Espana: en Durango, Zacatecas y Sonora, donde s6lo ‘operaba como fuente de abasto; 0 en Guadalajara, donde el cireuito stio operaba como comiprador de ganado, Pero, con la excepcién de Jac misiones californianas, el repartimiento toca aun esas areas lejanas Y esth presente incluso en los presidos fronterizos, cayos capitanes hactan repartos de mercancia importada y novohispana entre los sol- dls yealonos Mientras tanto, n la pate nuclear del vizinat, én {a Nueva Espaiia propiamente, rep: = del flujo comercial. Asfen Valladolid y Guanajuato, O: 2 EL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA LA NATURALEZA DEL REPARTIMIENTO: UNA DEFINICION ESQUFSLITICA Como cantos de la época colonial, el concepto de repartimiento abarca ‘una amplisima gama de sentidos, hecho que —al pasar inadvertide rovoca confusiones. Aparte del de mercancias hay repartimientos de Junsdicciones (encomiendas), de tierras, de indios. ero ademas hay di. ferentes categorias de repartimientos de bienes. Alguiws comercan, tes particulates (indios y espafioles), los ctras y los caciques tienen ave ropios repartimientos. ¥ aunque éstos se vinculan entre sf y desern, ocan a menudo en el repartimiento del alcalde, es preciso —-para mayor claridad— distinguir aqui el repartimiento de los fanciondeieg de la Corona en provincia. ¥ este tiltimo tiene finalmente diferentes nodalidades: En distintos lugares y fechas, os oficiales reparten di Lintos tipos de bienes (dinero y mercancias) con origenes'y destiios dlsimiles. EI contexto (las demandas y los recursos de la jurisdiccion inmediata, las facilidades de transporte y las demandas de las regi nes y mercados vecinos) determina no s6lo lo que se reparte y Cobre, sino también la forma de la operacion. Y esas operaciones civerens suelen expresarse con términos muy variados, de abuso, ¢s el repartimiento de bienes a los indias, «ibe, en 1805, como una forma come! Sidores se constituyen arbitratiamente “en acreedores de fos indios, y Por Jo tanto en duefios de su trabajo, adelantandoles mulos, caballos ‘epa”. Intentaré aqut ligar esa modalidad a los demas pasos y formes Gel repartimiento, que normalmente se pasan por alto. part mostrar como el sistema opera segtin el lugar y el momento y dentro de una organizacion més amplia En su expresion mas evidemte, el repartimiento es un mecanismo de «epic comercial mediante el cual el funcionario en provincia repar fstipulado, a manera de “avio” —adelanto o financiamiento_. entre {0s productores de su jursdiecin (indios, mineros pobres, pehujalerea © rancheros) a cambio de que ellos, dentro de un plazo vomenios EI, REFARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAYORES 228 Jeeuelvan ee valor en ots expece 0 en dinero. (La ganacia se der- Sa de que sel repaid quien establece ls preston Ge fo repartde Io cobriti) lise creito de imercambio sapone necesariamente ots ln principio el delat qperaciones mediante ts cases el inionari Conteriante obiene log bienes que reparte 7 dispone de los que Cobra: yess operaciones complementarias pueden sy muy compe Commo mchas rete quien ete los bens repartee na Corpo. ‘acin (an gremfo o tn pucblo de indi, un cacique oun prinpal Fico, el metanismo implica tambien el ccaito mediante e cual exe inermedario a su ter reparte entre sus clientes o micros de Io benesy la obligaion de pago.£l siguiente esquema representa la operaciiny ia cadena de intermedintiches basen “Mercado metropolitano lelde mayor 9 Intermediario . mr individual 0 colectivo tt producto local + Mercado urbano sine: eae bai no fa — las provincias de indlos (cabe recordar que @ finales de la colo- Jes son principales y comerciantes que tienen sus ea eon | 224 GOBIERNO PROVINCIA (CIAL EN LA NUEVA ESeain EL REPARTINIENTO DE MERCANCIAS V LOS ALCALDES MAYORES 225 blo. ¥, al momento de entregar el “dltimo tercio” d tar sus cucntas finales, deberin cancelay saci inversion requerida para obtener ese ingreso, pero el beneficio total de lel tributo y presen. rvado de la operacién puddo, en muchos casos, rebasar con mucho la fen los firoductos éstipulados de antemano: gran te ; deus con el repartee an Sto, cera, see, maz etcetera) In “ganancia” inferior a veinticinco por ciento, caleulada por Pietschmann, provings rome amie el aealde. Entonces, fui de pa los elativamente pobre repartimientos de la Sierra de Pucbla, Ere ay tito el provuct contratado ye “encore Lo que califica al sistema, tanto para sus criticos de aquel enton: deuda. Le encoments sae rae Sespues de cancelada su propia ces como para la mayor parte de los estudiosos actuales, es que se beneficio) en Ta compra de otros pooh son He saldo (su propio ‘nsirumenta a través de un mecanismo de coaccion politica. El alee 2 de ottos productos que serin tepurtides oe hy comerciante tiene una autoridad extraeconémica: judicial y politica. , siguiente vuelta del tielo, Con phat cancela'en la Tevorerfa Rea bee ora oductor est obligado a “compratle” (recibir los bienes repartidos) entregar cada ao por eae funconario de provincia debe ya vendetle”(pagares ls especceexgidas) alas lass de eguivalen Sta cone tt coespto de os tbutos de su jess ia (0 precios) que ef repantidor dicta, por su calidad de monopolsta ene pede SH remtendo a avd wnt cant epee ps ange ai Sele ering pea rercantil local. Se trata Gones (gobierno de pueblo, gremio, etcétera) y personas. De manera ‘que, en cualquier pleito civil, ef repartidor es a la vez parte y jer |, el comerciante aviador ba fondo este abuso de los fondos fiscates Fs ca ger capital de ta a Ee det que los eributos de Esa situacion evidentemente se presta a abusos y, desde una perspec Tio plblico, Este reve sara? et camercio privado del funciona- iva moderna, parece totalmente inaceptable. Brading afirma que se electos, los dinetos de tibure ae creer SMU 10s oficiales recién trata de una “prostcucién det poder”. ero ef sistema no parece haber a sans ate que enaregaton sus anteceores, jana tenidlo alternativas; era congeuente con la concepeién patrimonial del ares ee gaateaderiaespanolay novohispana que le estado y de los cargos pablicos, y tenia por lo demas, antecedentes, Tre ra gat desde I hud de Mexico o desde Sei ‘que lo legitiaban fe En la Espafia de los siglos XV y XV1 hubo un repartimiento seme- Jante en algunas provincias, que es la prictica aludida por Castillo de Bovadilla. ¥, para los indios, et sistema tenia ms que una semejanza con el comercio de los antiguos sefiores con los tributos en especies. No sélo los seftores autéctonos comerciaban normalmente con sus _propios tribusos; también el Estado mexicano habs acostumbrado Co- Tocar el excedente tributario en los mercados de las naciones sujetas, mediante la imposicion del comercio de los pochteca. El repartimiento de los funcionarios de Ja Corona no puede considerarse, sia embargo, ue sus operaciones constitnen ane rn angus constinen una cadena de mermedony oe tana continuacion de estas practicas porque hay una laguna entre la ine meres ena cad E dec, en un meade cp Conquista espatola (1520-1851) y el eaableciniento definitive del ss. ara producis, y luego vendemos nea foae 3 Un comerciante insumos tema de repartos en la Nueva Espatia a finales del siglo XV, Hay ua uct. EI comercio de reparto es ms simpler ne aie ote PRO lapso intermedio, durante el cual el comercio operé de otra manera y ala Ver el finanista el edo simple: un mismo comerciante ex lrepartimiento liga las provincia novohispanas ene sy con el mer- Ia ganancia del oy endedor Yl compradon Como consecuende ‘ade europeo y, aunque con modficacones permanece e9 efecto come 10 englobsa los intereses del innctamiense ¢l principal nexo de esos mercados, como el mecanismo articulador ¥ 1a ganancia de las dstiness oe Haband Esto exis eit OBeracones co a rrrrr~—~—~—r”——=C er aunque no sabemor come dice hen Puede ser muy grande Sino hasta finales del siglo XVty no se consolida como sistema propi ae ‘aleulos sobre el sighs XVI, fos ‘epartimientoy eee Sein mente sino hasta ca, 1620. Analicemos pues sus origenes y evolucin. rcnrtesidores o alcaldes enue 15 y'100 000 penor de een que eran de por si fortunas completas. No conoremos a 226, HL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA La génesis dl sistema, 1560-1620 eos que los grand los grandes descubrimientos dla desesperada de meta ta dese es preciosos por parte de los euroouos we tos precisaban para su comercio con Orieste,“tumba" tare eo desde tempos romanos. Como los aslateos no dewsion nga ducts europe yen cambio, prodstan ation etka Poa ‘iados en Europa, exigian por éstos pago en metilice fueron fruto de la biisque- 45 por la cone las de bienes comerriale i ales y, ent cambio, Rider igccmpraba y consumia productos miscekineos:articlog te mercy fanado para cra, vino, cera, etcétera. De modo que cf iona normalmente, e incluso se vivifiea, hacia medal el siglo, con el estimulo adcional del metal qe enpiees se sme de as mi dlados as nuevas: No obstante dade sey también a perfilarse una serie ie pra — tenia interés por las cosas del Feceptors del producto indigens via rentade it Real Hacienda el epartiniento de wabije tae excedene a simples benefice mismo tempo, pues, que se instuye as minasy hacenday mare eae [EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 227 ‘men fiscal elimina el control directo que los encomenderos tenfan del producto mercantil indigena, estimulando la produccién comercial di: recta del indio, quiza con el propésito de corregir la contraccién del abasto acatreada por la despoblaci6n. El hecho es que la reforma sienta asi las bases para un cambio en el sistema comercial. Al perder los tencomenderos sus fuentes directas de insumos (alimentos, mantas, e- cétera) deberin compratlos y, a medida que el intercambio se mone- tariza, es0s productos cobran mas valor. Al mismo tiempo la poblacién cspatiola en la colonia crece con la inmigracién y la demanda del pro- ducto indigena aumenta En el tercer cuarto del siglo XVI, el comercio novohispano parece todavia Suida y dindmico. Aunque en Sevilla se ha formado ya un con- sulado de exportadores e importadores (1543), del cual —poco des: pués— se excluye a los “extranjeros", hay un flujo libre de mercancias entre las colonias y especialmente entre Guatemala, el Pera y México. Los comerciantes espafioles de México, Puebla y Veracruz envian a sus congéneres, apostados en provincia, cargamentos de dinero, vino y cera de Eastilta que fos indios consumen avidamente. Los comerciantes de provincia remiten a sus “encomenderos” y aviadores urbanos cartas de obligacién por el valor recibido y, més tarde, cuando han vendido la mercadetia y comprado el producto local demandado, remiten a su vex recuas cargadas con grana, seda, otros tejidos, pieles, productos agropecuarios y —ocasionalmente— dinero, una parte en pago de la ‘btigacion contrafda (del crédito) y el sobrante a manera de “encomien- dda” la inversa, para ser invertido en su nombre. Se trata de un comer- io relativamente libre, en que casi cualquiera pueda partcipar, incluso J inligenas. Indios comerciantes recorren los caminos con yus recuas ‘argadas con mercaderia propia y con la que les ha sido encomendada por sus caciques y comunidades. ¥ éstos conservan, de hecho, una serie de ventajas sobre el comerciante espariol. Conocen mejor el medio geo- ‘srifico y humano, las lenguas y las regiones productoras. Los términos del intercambio también favarecen al indio, que tie- ne una demanda elistica de la mercaderfa europea y un control casi completo de la oferta del producto local. Dada que produce estos ar- ticulos (sede, gran, mantas, etcétera), pero no necesita del espaiiol mas que la plata para pagar el tributo, el indio exige el pago en meti- lico a precios de mercado. De manera que la situaci6n colonial de 1545 y 1575 reproduce en la Nueva Espafia el antiguo dilema del europeo frente al oriental; el espafiol necesita comprar pero no puede vender y debe pagar en plata. Esta situacién explica en Jo fundamental fa evi- dente bonanza econémica del indio novohispano que dura hasta la peniitima década del siglo XVI 228 EL CoMIERNO PROVINCIAL EN LANUEVA espa Micnas tanto, pata instrument ten neceiaba forma una buroeracis prove Tecaudar los tributos antes encomendados; pero s politicas, ef regi le se encargara de omic ha pie parecer criticos, desbaratando la organizaci mm tre donal des mendes productivos, las técnicas importadas y los ny eee producto espaftol disminuye en fore A mene ema te Foshan gece aman, omen frienia yp 1s gos eign broducir lo que preci ydepenter Rea saad omertio Se Sifting colonia espaol, y la actvided de sector indigena, sobrecomy ena, sobrecompensado pot la productividad de In fae as se pueden resolver disefiando scender la produccidm indigena de nufacts i era espafiola ‘cadas; se introducen EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAFORES 229 Varios estudiosos han observado esta cvisis que se gesta entre 1580 yy 1630, y han sefalado la época como un parteaguas. Se ha afirmado que el crecimiento de la hacienda espariola que se registra por enton: ces es una consecuencia de la crisis. Asi, se conjetara que Ia respuesta a la crisis fue el crecimiento de la produccién mercantil. Pero en el complejo, heterogéneo panorama colonial, la respuesta no podia ser “univoca. Las haciendas crecen donde estaban de antemano estableci- das y tenfan posibilidades de prosperar; los obrajes exan tipicamente urbanos. Pienso que el establecimiento del consulado de comercian, tes de México y Ia eristalizacién —a finales del siglo— del sistema de repartimientos forzosns de mercancéa por parte de los Fanciona ros expatoles fueron otras respuestas ala crisis, iguales si no €s que ‘mds importantes. Tanto el crecimiento de la hacienda como el reparto —aque entonces se convierte en la forma predominante de comercio— cestaban orientados a suplir ef mercacio vaciado por le crisis. El repr timiento le permitiria al comercio afrontar la crisis limitando la com petencia, como lo hacia también el nuevo consulado monopélico, y obligando al consumo y a la produccién, En todo ¢aso, el repartimiento fue una forma de reorganizar el comercio en funcién de las nuevas circunstancias planteadas por la cri- sisy de rescatar una ventaja espafiola en el comercio con el indio. Una forma de garantizar que los indios siguieran comprando mercaderia espatiola y produciendo para e) mercado, sin necesidad de pagarles con plata © pagando poco. Asf, mediante la coaccién, se obliga al in: dio a producir, anulando los efectos de mercado que lo favorectan como oferente. Se capitaiza fa dominacién, acufiande con ea wna moneda falsa (Ia compulsiOn), para sustituir el metal precioso y pagar menos de lo que vale el producto local. Esa no es, estrictamente hablando, tuna prostitucién del poder, porque histéricamente ef poder parece haber tenido siempre la fancién de garantizar uno u otro tipo de ex- plotacin; lo importante es percibir cbmo en el caso especifico en cues- tion esa funcidn se da en la sera del intereambio y no en la tributacion rien la relaciones directas de produccion, Aunque, por afadidura, el establecimiento del reparto afecta también a) sistema productvo. Al principio, acostumbrados como estaban al mercado relativamen- te libre que habia prevalecido desde 15445, los indios protestan. Se que- jan de las “insufribles vejaciones” de los funcioaarios provinces. En 1621 los naturales de Yanhuitlan protestan de que, "so pretexto jurisdicin” los alcaldes les arrebatan su producto (grana y trigo) “A mucho menos de lo que vale”, frase en que se transparenta una com- ciencia del valor del mercado, determinado por la oferta y la deman a. Frotestan con especial vehemencia los indios comerciantes, que a, tod onal dc ie apelaaliey ps a iain ena nase ata det pe pe o te ip ai eyes anc dare a et es nasa de hacen Ee ae eB se limitaban més sus activida- iar con bienes de Castilla y a igens eo crate hablo, ta phsraks da eee Stout lsat rma aly Alea dan ao este nuevo evo esqueta el funcionaro-o si 8 oe Sn merciante tended una ve lo respect del indio antes compet ree, bligndo- sino ambien sobre orn coms oe ara Artsy apa 4 incpias det sio wm, comernee no estuvo exento de dificultades, Term nari men caspase gy ve 12687 IR ribo ces ane eo, tema, a finales del siglo xvi a 1630, Flee orca Mode tewo dl npartments dent EL REPARTIMIENTO DE, MERGANCIASY LOS ALCALDES MAYORES 281 de pérdida de oficio a perpetuidad y destierro, Pero esas prohibiciones pareclan ya implicar qe, en otros rubrosy con otto pode capt se tolerarfa el comercio de los funeionarios, puesto que prohiben solo mo- dalidades especificas de la préctica. En efecto, de 1580 a 1591, Felipe II habia sacado a los comerciantes de los consulados grandes sumas de dinero en préstamo, a cambio de las cuales debié de hacer algunas con- cesiones respecto del comercio, Sabemos que —en el mismo periodo— les concedié tun control rigido del comercio de ultramar. Y es probable 4que, entre las concesiones, estuviese un margen de permisividad hacia cl repartimiento, ya que —al mismo tiempo— se prorrog6 el término de servicio de los alealdes, de tes a cinco arios. Quiza también, a cambio de eso, fa Corona recupera a partir de los afios veinte su prerrogativa para otorgar los nombramientos de los funcionarios, cobrando por ello derechos cada vez mas valiosos, aunque los virreyes novohispanos si- guieron nombrando a algunos aicaldes hasta el XVI. ‘A principios del siglo XVM comienza un debate pibico al respecto, La controversia de esta fecha sobre s los jaeces eclesiasticos podian © no pprocesar a los funcionarios reales por incumplimiento de un juramento {aludida por Solérzano y Pereira) se refiere probablemente alos intentos dd los religiosos por frenar la préctica del repartimiento mediante juicios eclesidsticos, Hacia 1632 aparece impreso (en México) un Manual de con- Jesores de ueces,cayas primeras 18 reglas y 58 paginas tratan en detalle de esta “abusiva granjeria” de os fencionarios, a fa que se condena como pecado. Por otro lado, los criollos, que pierden el control de los cargos de provincia a raiz del establecimiento de la prerrogativa real para otorgar los nombramientos y de la consolidacién del monopolio del consulado, protestan en adelante las amplias facultades de los corregidores,soliitan reiteradamente la reduccion de los plazas de servicio y adoptan tuna pos: ion en general contraria tanto al repartimiento de bienes como al repar timiento de trabajo, que también esté en manos de los corregidores y afecta directamente a sus intereses {Las eriticas formales al repartimiento de mereancia en los siglos XVLy XVII estaban fundamentadas sobre todo en la filosofia escolast «a. (El comercio de por sf habia sido mal visto por los primeros padres de la Iglesia, para quienes era algo cercano a la usura. En tanto que servia de lazo entre diversas actividades, zonas y grupos productores, comprandoles a unos lo que les sobraba y proveyéndolos de otros bienes necesarios aun precio justo, el comercio era una actividad necesatia y, por ende, legitima aunque secundaria, segin Santo To- ds. Pero, consultado sobre si se les podfan dar cargos de justicis a los comerciantes, ef sabio se habia expresado en contra, opinando aque las funciones de gobernar y de comerciar eran incompatibles.) = 282 EL EL COMERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA Sol6tzano parte de esa of talde no eben dang 3160 cuando observa que los puesos de a Sepa ett eet todos los respetos de rasan > Para Legresar ticos a Espaiia, atropellas rh ets ee eS porque éstos hurtaron con es porque z miedo, y aquellos delinquer: contiady Prolemas y conflictos derivado det sistema, 1625-1787 Hacia el segun: 4 segundo cuarto del siglo xvn, ‘lo repaints en : gue adquicre con el Gempy ne {ucts productiva dela provincia y eo ‘Tenian en primer lugar i feiss ae ae alos procedimicitos formas pee 8 Pudicsen denunc ae quier autoridad. Podian emtabl ur I de apie oe ial bar una demanda de “capitate ha ua oasional vis" la suid. Estos eran o oe oe onstetimientos hasta dervo Punto funcionales del fitena. Ro habia 0s correspondientes medios de evasion, ‘lcaldes como sus sacios de las casa comerciales oe a Enviaan dees ‘aes jon de cua el devs per A x camenaos debe ovaonn gue porate asl trabajo de los rena ticOR mucho rigor se atreven a llevar el ee tah despre tae eee ais wa ¢ mn cuestionable; es probable aap i 'ucho mas que ver con ef abande EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 233, de obra intensivamente.) De cualquier forma, la tactica de abandonar la produccién de éste 0 aquel producto no era muy funcional. El indio tenfa que producir algo para conseguir e| dinero de los tributos, las obvenciones, etcétera. Y no podia producir para la venta mas que el producto que el mercado demandaba a través del circuito del reparti- miento. Poco a poco, sin embargo, se da con una rultiplicidad de estrateyias de vesistencia, que incluyen la descolectivizacion de la agricultura, la transferencia del ganado de la comunidad a la cofradia del santo para ponerlo fuera del alcance del alcalde, y la retencién de tribu- tos, la demora en el pago de deudas, la fuga, eteétera. Y, en caso de {ntransigencia la resistencia lega hasta el motin en sus varias modali- dades: la desobediencia general concertada, los actos publicos de protesta y, finalmente, el alzamiento violento. Ast en Tehuantepec, en 1660, los indios matan al alcalde y a sus sirvientes; en Chiapas en 1697 yy, Mas violentamente, en 1712, los indios se levantan en protesta por Aabusos del repartimiento. Taylor ha constatado, asimismo, que la cau- sa de mis peso en los motines aislados —mucho més numerosos— de la época fue precisamente el reparto abusivo. La respuesta especifica del Estado ante estas rebeliones depende sobre todo de la calidad de las autoridades centrales y del grado en el gue ellas mismas estan involucradas en el comercio de los alealdes, Un virrey pulero como Albuquerque se refrisa a castigar a fos rebel: des de Tehuantepec y declara que, si en vez del alcalde abusive don Juan de Avellano, agin indio hubiese muerto, él mismo hubiera hecho degollar al juez difunto, En cambio, su sucespr, dominado por los intereses de oidores corruptos, lanza una campafia de represion se- verisima de los rebeldes ya pacficados por el obispo. Varias autoridades civilesyreligiosas se combinan para reprimir a fos rebeldes chiapanecos de 1712 y para encubrir Iuego las causas de la rebelién; con ello logran premios y reconocimientos por sus “servicios”. En general, a pesar de que muchos virreyes y ofdares det siglo XUIr estuvieroet die rectamente involucrados en el repartimiento, ellos también condenan los abusos y repeticamente amonestan y castigan excesos. Por su patte, la respuesta especifica de decerminado pueblo de. pende de su condiciOn y circunstancia, pero todos resisten los abusos y, en cambio, ni siquicra las estrategias més violentas aspiran ya a elie rminar ef sistema. Para finales det siglo XVit et reparto de mereancias se ha vuelto ~para los indios— parte de la convivencia. No son las vvictimas pasivas de un comercio sino partes conscientes de un sistema de intercambio que tos explota, pero al cual eamnbién le arrancan be- neficios. Aprenden a vivir con el sistema y a aprovecharlo lo mejor 24 EL EL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPAKA {1 pueden. El comercio del alealde les representa oe el vinculo con el mercado del que no podé is n tempos malo, os indiosexiging aca ea produceén del repattinieno,y thantjeatar a en {ener informescohducenes tuna exed ion nae ln seguridad de poder agponer dele para bien 0 para ase totalmente ade avios paras ionario para obs to. En fos hue. eden. Adem, EL REFARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 285, EI control del comercio por parte de los funcionarios reales im- plica por otra parte problemas con ottos interesados. Los alcaldes Hegan necesariamente a un entendimiento amistoso con otros comer- ciantes espafioles —exfuncionarios ellos también— radicados en su jurisdiccién, que actian a menudo como sus tenientes y comisiona- dos, y con los cuales establecen empresas en compafia; se dividen reas y rubros de interés; se apoyan o se encubren mutuamente en actividades clandestinas y aun entablan parentescos rituales o virtuales, Pero es mas dificil ponerse de acuerdo con los comerciantes “viandan. tes", los segatones que van de un pueblo a otro ofreciendo mercancfa barata y comprando el producto del indio. Por consiguiente, a me- nudo se persigue a estos competidores par medio del cobro rigureso (0 “excesivo”) de las alcabalas y otros derechos. Y Mega incluso a proscribirse su actividad, en teorfa, por “nociva” para el indio y para el fisca, pero claramente con el interés de consolidar el control del comercio provincial, que remata la cadena del monopolio ultramari- no de sus patrones. El alcalde mayor don Antonio de Feria prohibe, en 1624, el comencio itinerante en la provincia de Teposcolula alegando que comerciantes de variadas condiciones socio-raciales “entran y salen de la provincia sin manifestar las mercaderfas ante el juzgado” local; que les quitan a Ios indios sus productos “a menos precio o contraviniendo ordenan- zas” y haciéndoles “mas ntimero de deudas” de las permitidas, y que les cobran “con tal rigor” que les quitan sus bienes de uso, “de lo que resulian estar pobres (los indios) y no poder acudir al sustento de sus familias ni al pago de sus tributos y se ausentan de sus pueblos”. Pero hay que subrayar que los indios no hubieran comerciado con Ios regatones si éstos no offecieran términos mas atractivos. Que, por Jo demas, estos sltimos eran los que menos podian abusar en el co- bro, ya que no tenian el respaldo del juzgado y, en tercer lugar, que Ia evasion de aleabalas se daba en todo caso en funcién del rigor in- teresado y quiz4 abusivo de los cobradores-competidores. Por otro lado, es probable que los comerciantes ambulantes aprovecharan la explotacién det alcalde para incrementar sus ganancias a costa de los indios, atrapados entre la espada y la pared. Los alcaldes y los corregidores probibieron también 6 limitaron, via decretos y medidas administrativas, la competencia de los comer- CGantes indios, supuestamente porque su intermediaci6n resultaba “ert mucho dao para [a repGblica’. ¥ los funcionarios comerciantes te ‘otras muchas maneras y recursos (fiscales y policiacos) para con- trolar la competencia, instrumentando el cumplimiento riguroso de ‘una miriada de prohibiciones y ordenanzas normalmente ignoradas, : Portancia vital para comprens ‘cupsciones del Estado ant la prictica del enantio eS PRE EL ESTADO ¥ EL REPARTIMIENTO: 1620-1787 lamedila en que el gue el alealde eral mismo ters Policia cobrador de impuestony epee Vincia, los intereses del comerciante del consu ee, administrador, iba asimismo, en su pro. tulado, el sistema confab tolerar el comercio de sos Pero tolerarlo debia, pues se hed fae puesto que habia vendido etta misma fos nor bramntoy en el eneno de que lv alesis psa ee ta de cargos le representaba de taalgiies een ie Pempensacion jugosa, mientras que el ted ue no thin a cpacida Fea pans aca Paes consi. no provincial ya presen de Ie Provean la venta deloseagese tay!" ® Pronto lo contratta parece ser certo, La C ‘lava en 1619 en la necesidad de controlay lr aba ae ae sean de calidad aceptable, os pecios union ye rane nt EL REPARTIMIENTO DE MERGANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 287 situacin de monopolio, Subsecuentemente, con el sistema en su auge, sobreviene hasta ca. 1670 un largo silencio oficial, Se trata, sin embar- 0, solo de un silencio en la legislacién que habia reiterado sin efecto Ta misma proscripeién demasiadas veces, y el periodo esta poblado de conflictos politicos en los cuales el repartimiento est jugando un pa: pel medular. Aunque hay en el trasfondo otros intereses en juego (el repartimien- to de trabajo ¥ Jos conBictos de} clero secular con las érdenes men- dicantes) y aunque las alianzas pueden ser muy complejas, sabemos que de 1619 a 1670 hay, entre virreyes y arzobispos, sobre todo, una serie de enfrentamientos que giran alrededor de fas acusaciones de corrap- cion contra las autoridades civiles y especificamente contra los alcaldes Una buena medida del poderfo que éstos habian aleanzado y de la for- taleza de su posicién es el hecho cle que, aunque en ocasiones deben pelear tanto contra el virrey como contra el arzobispo y contra los rio, Tlos desafectos (Gelves y Pétez de ia Serna denuncian a los oidores y corregidores de estafa), en general los repartidores salen bien libracos de la lid y consiguen derrotar, impugnar y hasta destituir a sus acusa- dores, fortaleciéndose a si mismos en el proceso. La historia de estos cconflictos comienza con la lucha del virrey puritano Gelves contra el odor Vergara Gabiria y sus socios (entre quienes destaca Verdez, e) co- rregidor de Metepec) que habfan organizado una argolla despiadada con el abasto de mafz (de repartimiento) para la ciudad de México. Y termina con la represion brutal de los indios oaxaquefios por parte del conde de Bais, en cuyo régimen —nepotista y corrupto— llega a su ctspidic el poderie de los repartidores. Durante ese periodo los crio- lips representacios en los cabildos de las ciudades de México, Puebla y Valladolid solictan repetidamente la reduecién del petiodo de servicio de estos funcionarios, mejoras af proceso de “residencias” juicios det fancionaario saiente) para volverlo mas operativo, y la abolicin del con- sulado, eayos miembros organizan sistema, Consiguen muy poco. Bajo el régimen de Baitos, cl poder de los fancionarios alcanza tal dimensién ue se crea una situacién tensa en toda la colonia, No sélo estaban des: contents fos croflos: fos eaciques de Oaxaca escriben en 1662 une carca al rey quejandase de las barbaridades (ejecuciones, mutilaciones, demoli Cones) con que el enviado de Barios, el oidor Montemayor y Cuenca (n0- torio por sus nexos con el repartimiento), pretendia estar castigando una rebelion ya pacificada, y que —segiin el obispo y el virrey anterior— habia estado justiticaca por los desaferos del coregidor “Tal vez la rebelién de ‘Tehuantepec despert6 de nuevo el interés del Estado en controlar la practica. En 1666 se expide una nueva cé- ula, que fue impresa dos aos después junto con un bando del vi- ee 238 EL GOBIERNO PRov: INO PROVINCIAL BW £4 NUEVA ESPAR = 2 LA NUEVA ESPASA "HL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 259 rohibiendo que se hicieran repartimientos lc 1676 park que se her Sepattimientos frcns. Hay nueva Entonces todavia (como a finales del siglo XV), ef principal argu- otra de 1688 para castgar abuses set a hace de los ine mento en defensa del repartimiento aducia que el indio era por natura- A principios del Xvin, la nueva ditasta hace ue sree leza haragan y que, de no obligérscle a consumi, estaria dispuetio a sistema. En 1713 promulga une tan cn esterzo para su andar desnudo con tal de no trabajar. Se trata obviamente de un argu- terminante con orden de que se fa publiane eat $e Prohibicin ‘mento interesado, que encubre o distorsiona los hechos, pero tal vez no Por certo, s6ie se arse ne ¥ PreGone en provinc totalmente errado y en el cual, quiz el principal error consise en pre- Par dees ens dz aos despues, De todat sentar, como atributo de una naturaleza racial, lo que debié de ser mis len el nem, aya bona a x bebe’ ms bien bien tna estrategia econémica eulturalmente determinada (la reticen- Bombramientos y sprimir a naga fs Pee cobrar mas por ls Ga del campesinado frente al mercado) con su propia racionalidad. Que- provincia desde el segunda case yar alatis @ los fancionarios de da caro, en todo caso, que aun sus defensores admitian —todavia en Ios sas que indi ae eo lo XV. Pa enone tne, 1772— el elemento compulsivo del sistema, Pero necesariamente, a {ue los aspirantes deben pagar a la Corona pasa une oe el valor medida que evolucionaron el sistema mismo, la politica estatal, las acti- nientov alas distntas alcaldias, valor alec sont 08 nombra- tudes de la poblacion y las condiciones econémicas, particularmente con, risdiccién puede rendit, a través del sobre lo que cada ju- la tendencia al crecimiento econémico después de 1670, la compulsion Presse codifia: se vuelve modus operand deh ene, EL Mecanisin, perdié mucho de la violencia que la caracteri26 en un principio. No se suprimen las prohibiciones, quica ponte, En la misma medida en que kas, a partir de 1670, un crecimiento de control Pero el debate adquiere one eo Powe sitven de medios de fa produccién minera y una bonanza econ6mica general que a me- extn casa la detenan mo. Los eriticos del sistema diano plazo se tradujo en una cierta urbanizacién y complejizacion de | ta vida econ6mica novohispana, el satema de los repartinientos per. dda tambien su razOn de set nina, perdla por lo menos su ella | dle adaptacion Imperion ante Inert en que se babia gewado, Esas condiciones camblantestavorecfan en certo grad laregaonetiay la ‘comercializacién de fos tianguis, y tendian a testarle fuerza al sistema de repariog, ya que lu mime Gemeanda de una economia en etpan- sign tbasari la apacidad del cyeaito, La credeme mereaniizaon tendla, por ot lad, a dare alos grandes productores el contol de In oferin,algo de exe debio de suceter sin duda, Divers facores se ombinaron, xin embargo, para reforar el sistema Este habia alquvio, Mais nas det siglo Xvu, via una serie de enraizamientos, ura Gera racionalidad parala economia de todos los teal scant fade desde el punto de vista {nvoluerados, incluyendo a los crollos ya los indios que habian sido Comin papa nayaon se eames Dros ace me mae ebonme eas Convento oe wentaee tualmente— Ios edges, carmel 2 ojot de los reo, la caracteritca mds cbjetable del stem, la Com: Pubion abitraria que vilentaba ala cienela. Ror otra part, lat re Keradas crisis de principio (1679-1712) mediados del siglo XVII (2798-1769) reptanteaban una Y otra ver los imperativos de la crisis de principios del siglo Xvi, que habja dado origen al sistema. De ma- ner esgic cn cl mo uc aes repaint i Sendo, en la segunda mitad del siglo XVI la forma comercial por gue poco det trclenaia, al menos en el sur de la Nueva Espa, ie tos propios curas EI crecimiento sostenido de la economia novohispana de 1760 2 io de los jueces? 1790 sin duda debio de plantearte al sistema nuevos problemas de 240 EL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA ‘operatvidad. Se remmevan las quejas de os criollos al respecto. Simulti- neamente —y esto resulta lo determinante~ los gobiernos ilustrados de la segunda mitad del siglo xVItl empiezan a ver el sistema como ob soleto y antieconémico y comienzan a formular una reforma profunda. Desde 1754 la Corona abroga el alquiler de aleabalas que tenia el Consulado desde hacia 76 afios, insistienda en la vecoleccién directa del impuesto sobre las operaciones mercantiles, por parte de comisio- nados especiales. La Real Hacienda nombra en adelante jueces de co smercio {aliguaciles mayores y recolectores comisionados en Tas juris- dicciones de las alcaldias y corregimientos. Y, ya sea por la mayor efectividad de la fiscalizacién directa 0 porque el comercio crece @ pe- sar de las quejas del Consulado, la recolecci6n de fentas por ese con: cepto aumenia a finales del siglo XViIt en un 500 por ciento respecto de lo que habia producida en promedio el impuesto alguilado en fa primera mitad del siglo. Desde los afios setenta, as libranzas giradas contra plata no acuftada indican un comercio més complejo y con un ‘giro superior al que podia comodamente manejar el reparto. La infla- ‘én significativa que se registra en los precios de algunos productos a partir de entonces estaria indicando que el sistema de repartos no esta operando con la mistua efectividad que antes. Pero en 1784, pocos meses antes de promulgarse la legistacin reformadora que estudiare mos adelante, el vievey Matias de Galver amenaza pablicameme a tos jueces repartidores por los que califca de “abusos escandalosos” en su comercio que, al parecer, segufan estando muy generalizados. LA RACIONALIDAD ECONOMICA DEL. SISTEMA: ALGUNOS RENGLONES ESPECIFICOS: SIGLOS XVII Y XVII El repartimienta exirata una gran yariedad de produatos man dentro de una misma regién, aunque una buena parte del capital de la ope- raci6n tendia a concentrarse en ung 0 dos productos para cada tegién expecifica. Se cobraban productos alimenticios basicos (trigo, mate pero también sal, miel, cho ~carne salada— y chocolate), materias primas (cera, sebo, lana y algodén), productos semiprocesadas (tintes, pieles, hilo) y productos manufacturados (sombreros, petates, jarcia, articulos de piel y tejidos). Algunos de éstos estaban destinados al mer~ cado de ultramar; ot%0s al consumo urbano, ¥ UtTOS a SET, a SU Vers repartidos en otras regiones rurales. Se cobraba lo que cada regién producia en cantidades exportables y, cuando no habia un produeto de este tipo, se exigia e} pago en dinero, que les indios debian obte- nner trabajando. tema, separa ene os non Sat Mon lo edbrados. El indo Po no dein poten 2 cho padi i hn oe ue esl aco PODS sta tags 91 eos bienes que repatan Ios acales mayors fa a nna Bc Pa inion ear oboe ganado m2 bos nn pri iy nuperads —i lTeptS. yor alganes od ganado ra aco de rpato ms ont yn, EL. erp as a mater (rn een de AG Indefind, eto por un Yl poi xa ova a ere ‘Hans mis hispanizad amex Tis capectico de cada provincaY 5 ce enon, eden porta noha pln de ns aes repatan el a7 CHO A. “emia proving pero conta mis Tica del repartiminto Bo tes del monopoto Hades de exuaer de él un benebicio Perna vado y com las Pogue Ta production, ta productividad y Ia rend derivado, Pet eso fundamental del mercutio y3¢ fe Po mines pad ele pia extender Bed OM, CBU ‘orecet sterminacién del reparto lo caracteriza en cada W500 determi jecinos ya vines al esquema general el no Tn af: Liner 2 a de bray la especiiciad de sre comerco mgue prevalece un rubro espectfico o un cierto) giones ent die Pijio de algunos de Ios renglones mnas impo ani Opera Cena ia forma en qae funciona et sisterna global: Vea oes aento urna a Fora reparin phado de ellos con detalle or fa Yogic isa del amen sariedad de bienes ‘Fuca muelos de sus insur, portante. igunos prod ‘El repartimiento de mantas de algodin Debi de ser uno de los més lucraivos. Un “Informe” del imendente ac ea Antonio de la Mora y Peysal (2, 1790) obec a5 Tas al- fs codiciad fas mayores mas sae jatrsem de mans y cel. = Tepartiemtign de pesos por ese CONCEP. see spate cata eas mans Gene aracvos especies PS i existia en Mexico una dervanda del io. Desde tiempos precolombin« mec ua demand Perl gente aullas en 18 QUE = 30m Foe gener et Ha Nuc {id de algosom ex fas regiones que no 16 Ja mayor part En gblacion le estaba prohibido su uso. Al permitse me ELGOBIERNO FROVINCIALEN LA NUEVA ESPAKA el consumo del in ts fume del indio comin se increments fa demanda de mantas, pese primeros obrajes. Y, a medida lura desplaz6 a las ovejas desde bios econémicos globules y que enue des indus ingly aes PE em arte de embango dara ven Pracin indigena de mantas tenfa sin ra, sobre toda, por varias razones mane hee Gesitaba alcanzar una ganancia como el ia del producto de at tclr para sate 10 estab on eats tl ager mente, el teido en los pueblos integraba as de produccién: del algodén, el Mado: braje, sino sino ni squiera depen. Latego el tejedorindfgena jeto 8 ordenanzas.¥, nal, ‘eograficamente varias eta, a mana, EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 243 indios de los mismos pueblos podian fimpiar la fibra,hifarfa y tejer fas mantas. En algunas regiones, las condiciones eran especialmente ven: cajosas y ta manta indigena salia embalada del mismo lugar donde se sembraba el algodén, Estas ventajas le aseguran a la prodacci6n indigena de mantas una parte del mercado, impidiendo que fa desplacen e! profesionatismo det artesano especalizado y la tecnologia ola onganizacion del obraje. Limita por lo mismo el crecimiento de la produccién agremiada, que se es- fuerea por competir produciendo un tejido de mejor calidad. Tal ‘vez mas importante atin, desde la perspectiva de la economia global, la produccién indigena impide et crecimiento det sector obrajero, que no puede competir con precios tan bajos como los que el repartimiento le arranca al indo. Para este tihimo, por ouo lado, la venta asegurada de sus ‘mantas significa obtener un ingreso en dinero, complementario de su agriculeara de subsistencia, sin necesidad de abandonar su pueblo me- nos en términos absolutos— producir la manta; y le euesta toucho ‘menos —en términos relativos— el dinero que obtiene a cambio de lo que le costarfa conseguirlo a través de la venta directa del trabajo al productor espafol, Tejiendo en su propia casa puede, ademas, euidar sus siembras y animales y permanecer al lado de su familia —aprove- chando el trabajo de las mujeres y Jos nifios— sin abandonar la com- niidad, que es el mundo social en el que se siente seguro. Esta por lo mismo dispuesto a aceptar un precio menor por su trabajo, produc- to de lo que éste podria valer bajo otras circunstancias Sin dua los alcaldes mayores aprovechan esa disposiciOn; la ex- plotan al maximo, para pagarle el menor precio posible. Pero no toda, fa ganancia del repartimiento de mantas proviene de la explotacién del indio: mucho de ella es attibuible a la integracién de los procesos productivos y comerciales. Estaba integrada también la venta de pro- ducto, Los alcaldes de Puebla, Oaxaca y Yucatén remitfan sus mantas a comerciantes ¥ obrajeros del centro, que tenfan redes de distribu- ‘ion, para venderlas en Taxco, Guanajuato y hasta Zacatecas, donde la mano de obra escaseaba y la alluencia minetal permitia conseguir me- Jores precios. La explotacién del indio tejedor tenia de todas formas limites definidos. Precisamente los abusos del repartimiento de man- tas desencadenaron una de las rebeliones indigenas mas importantes. Hl repariminto de gamed ‘Uno de lox principales bienes que don Juan, el infame alealde mayor de Guadaledvar, repartia a cambio de mantas era ganado, que eta cast- a4 a ‘GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPARA Bien un engl cs yen la Mixtecs, Valor total repartido, Se trata creas iba parte del '€ trata sob lo : Calls poco de shades epee ee sy .comprades orion agen, nite fos inde agp tanto porque acide ganado ‘aciques come por las teas tye derecho de tener fen [EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 245, Hay mas: estudiando en detalle el importante repartimiento de ganado en la zona de Puebla‘Tlaxcala en el siglo XV. Pictschmann observa que, lejos de ser azarosa o arbitraria, la distibucion de los animales repartidos obedece a una logica econémica: cada tipo de ani imal se reparte de fos lugares donde se fes necesita, ya sean pueblos de agricultores 0 centros nodulares de transporte. De manera que —con- cluye— la operacién no es una manipulacién coactada del consumo, sino que se adecua a las necesidades y a la demanda local. Lo que el repartimiento hace es proveer una red de informacién sobre deman- das y una cadena de agentes para satisfaceras La grana-cochinilla El de fa grana es otro de fos renglones que resalta en el repartimiento novohispano. Aunque fue més bien particular de la regién oaxaqueiia y en menor grado que Michoacan, el comercio del tinte proveyt, por si, él segundo valor en importancia de las expottaciones novohispanas, después de la plata, en el periodo 1560-1650 —segsin Chau, Su im: Portancia relativa como exportacién crecié mucho en la segunda mitad del siglo Xv, cuando la demanda europea se incremento y Ta produc- ‘én nevohispana alcaned a sumar cuatro millones de pesos antales. Y esto sin contar una buena cantidad del producto que drculaba interna nte. Tintes desde luego habia muchos: Ia grana de caracol prove niente de la costa del Pacifico, el fil centroamericano, las cortezas del palo de Brasil y palo de Campeche en las costas tropicales del Caribe, el achiote. Pero la grana cochinilla praveia la mayor parte del colorante para la industria text, y los indios oaxaquefios producian, todavia a finales de la Colonia, la mayor parte de la cochinill (Casi toda la grana registrada en Oaxaca proventa de los repar- timientos. Los alealdes oaxaquetios, vinculados con los comerciantes de los consulados, reparcéan ent fos incios de las comunidades oaxa quefias cantidades de dinero y ganado a ser devueltas en grana proce sada; proveyendo a veces la “semilla” del bicho que secretaba el tinte En los valle existan, ademas, durante la segunda mitad del siglo Xvut, varias haciendas espafiolas dedicadas a la produccién de cochinilla, que compecéan con fos productores indigenas. Esta no era, si uno fo piensa bien, una situaci6n extraordinaria. Casi todas las produccio- nes de los indios para el repartimiento tenia una competencia por parte de las empresas espafolas, obrajes o haciendas cerealeras, et- cétera. Pero la competencia de las haciendas granfferas permite plan- (ear otto sentido o funci6n del repartimjento en general , #L GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPARA ial, el terratenience, pr le asm, valoraba minimamente, Finalmente are Y a2 a produccién de manta lo costs ela previo (Owa particularidad del rey artimiento tado a satisfac la demanda europea: de Brean Fang et Hla, Cindi ene siglo Vu el colors anes Holanda © ‘Garacteristica blancura de la ropa del indig es una xe ee se? triad y mucho del eno del ee 0 ex eel pen on exigidos por el repartimiento; fluctiig see fam fees hme conga ec ser A diferencia de muchos otros les colonials los gc ntchos otros precios de otros productos mereanti- le Carecen otrOs bienes EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAYORES 247 responde a las variaciones del precio.* Si bien el cveficiente positivo de Correlacién, de poco menos de 0.35, entre los precios registrados en dos aftos consecutivos y la produccién de! siguiente, resulta demasiado debil para indicar el funcionamiento de un mercado capitalista que en efecto— no existe; expresa, no obstante, una respuesta de la ‘oferta a las luctuaciones de los precios dictadas por la demanda exter- nna, Este comportamiento ao puede atribuirse a tna respuesta elastca en I produecién de las haciendas, las cuales cosechaban todavia una ‘minima parte del producto total. Debe interpretarse, pues, como el resultado de una presion de parte de los comerciantes repartidores sobre ta produccién indigena, una presién (via aumento de precio y ‘mediante exigencias més severas) para que los indios produjeran mas srana para el repartimiento cuando las condiciones y tendencias del ‘mercado internacional permitian una mayor ganancia y estimulaban la especulacién, y un desinterés en el producto (un interés alternativo tal vez por ottos rubros, el tejido, eicétera) que se traducia poco después ‘en una caida de la produccin del tnte cuando los precios externos pa- recian deprimidos. 'No hay tn juego de la oferta y la demanda que determine los pre- cios y la produccién porque los monopolies operan de otra forma. El factor determinante parece ser la capacidad de los funcionarios comerciantes para inducit a tos indios a producir mas, pero el ‘mecanismo del mercado incide de todas las formas en los resultados ‘econémicos. Hay un mercado coactado sui generis —definitivamente ‘no capitalista— pero un mercado al fin, una produccién que responde —por imperfecta que sea la respuesta— a las pulsaciones de la de- manda, Veremos en breve qué stcede con esa produecién cuando se resquebraja el sistema de repartimientos y aumentan otra vez los pre- ios a finales del siglo Xvi. EL repartimiento del maiz EI maiz era sin duda uno de los productos mas importantes del repar- timiento. Pero quiz por el hecho mismo de que estaba tan generali- zada la practica de su reparto resulta una de las mas elusivas y dificiles de estudiar. Se traca de una operacién muy variada, que adquiere mo- dalidades distintas, seggin el contexto; adopta muchas facetas segiin la + Lon precios lor vokimenes de producti dea grana se reistaron stemdtcamente ‘desde mediados del siglo en una ofclna que, para ev propio, inatuyo en Aqua por real eadula de 1731 248. ‘EL GOBIERNO PROVINCIAL EN LA NUEVA ESPANA cease engranna ona vida cotdana del colonia, Lax cares tvs propa del ga ys tdio meres ee zo, entre 1585 y 1758, los precios del mat varies de wea es deserbad den medal unica aa a 5 por lo mismo a ln espetiacones ence we eat oes, Lace, miss grata ft fea aaa rene ml delgado ns ene ea 52s propos medio, el bu el nea cena cana por Siqueta pensar en transportalo mis alt de case ena ean os sous except ca a ea ds Dernaera queso canerco ena unmet ee Go Po ota pure peat repartee eee aes iri moyen de apt ane i de Toluca, 2ona adyacente de Morelos), los altos de Chiat iS, de Puebla cl salle de Oazach En alguten cor ac Rone oes cl abut d'un cent tbo: ene daa ee Poument ela imscona en que shag eg Pa Bo iran ol grado ema wicparon enh ie gues eno epartinientor de os leahes de Pus be Pata recog ls excedentes de los partidos mas ricos cent de aha he, manera de insu adelantado, anda dspace et ctando después estaseaba ent oe ‘lyctores den mismo pari, La importa de ios Pada sin embargo, varar mucho de um ano aon, “PaTumiens ‘Ami modo de ver, habia dos 0 ductos; y la otra operacién especulaba con h con las crisis recurrentes de la Drorluccién, y era poco mas que una apuesta a que la gente estate ic puesta a darlo todo antes de morirse de hambre. Debié dle ser tial dah zarse de la primera, emprendida normalmente afo con afo.a la sonore 4a, que surge intermtentemente com una eportnilay = ances GES ara muliplica lo ganancia en forma exponencial, escondiende tsa ef tikimo momento o exportando el cereal inssttuble sles deecs, Berados mercados mis cereanos. En este Ulm caso, sin embargo, kes ‘Sanancias no guardaban ninguna proporcién con el monto inwertito. EL REPARTIMIENTO DE MERCANCIAS Y LOS ALCALDES MAVORES 249) En la primera operacién resaltan los aspectos positivos y las limita

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