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La protección de los
espacios naturales en Canarias
Consejería de Educación,
Universidades, Cultura
Carlos Suárez Rodríguez y Deportes
Dirección General
de Ordenación
e Innovación Educativa
Consejería de Educación,
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Título: LA PROTECCIÓN DE LOS ESPACIOS NATURALES EN CANARIAS
Introducción ......................................................................................................... 9
Bibliografía ......................................................................................................... 17
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Introducción
En Julio de 1992, España firmaba el Convenio de Biodiversidad, uno de los objetivos de la cé-
lebre Cumbre de la Tierra, organizada en Río de Janeiro.
Enmarcados dentro del concepto global de desarrollo sostenible, los compromisos a que su firma
obliga incluyen, entre otros, la necesidad de promover la protección de ecosistemas y hábitats
naturales así como el mantenimiento de poblaciones viables de especies de flora y fauna en
entornos naturales.
Se consideran ecosistemas y hábitats de obligada protección aquellos que «contengan una gran
diversidad, un gran número de especies endémicas o en peligro; sean necesarios para las especies
migratorias, tengan importancia social, económica, cultural o científica, o sean representativos
o singulares o estén vinculados a procesos de evolución u otros procesos biológicos de impor-
tancia esencial».
Asimismo, deben preservarse aquellas «especies o comunidades que estén amenazadas, sean
especies silvestres emparentadas con especies domesticadas o cultivadas, tengan valor medicinal
o agrícola o valor económico de otra índole, tengan importancia para las investigaciones sobre
la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad».
Justificación de la protección
El medio natural de las Islas Canarias se caracteriza por una gran diversidad de paisajes y eco-
sistemas, vinculada a unas características climáticas y geomorfológicas que hacen posible una
multiplicidad ambiental con poco parangón en nuestro entorno más cercano. Tan sólo en co-
munidades vegetales, Canarias alberga una multiplicidad de asociaciones diferentes distribuidas
desde el mar hasta las cumbres, que recogen las comunidades litorales propias; las formaciones
de cardonal-tabaibal, características del piso basal; los bosques termófilos caracterizados por
acebuches y sabinas de las zonas medias cálidas; la relicta vegetación de laurisilva y fayal-brezal;
los pinares endémicos y los matorrales de las cumbres y la alta montaña canaria. Existen además
otras comunidades azonales como las rupícolas, caracterizadas por bejeques y veroles, o las de
cauce de barranco como las saucedas que enriquecen sobremanera el territorio.
Estos factores de variabilidad biológica y ambiental, junto con la fragilidad de las mismas ante
el impacto que sobre el medio provoca el desarrollo socioeconómico de las sociedades insulares,
justifican sobradamente la necesidad y urgencia de una red de espacios naturales protegidos en
las regiones.
En concreto, la gestión forestal en el Archipiélago a partir de los años 40, sobre todo en el
dominio potencial de los pinares, favoreció los criterios de conservación y recreativos de los
montes frente a los meramente productivos, permitiendo que más del 15 % de la superficie
regional,(Montes del Estado, Montes de Utilidad Pública, fincas en consorcio, etc.), quedaran
preservados de la deforestación y ampliados mediante tareas de repoblación.
En ellos coinciden un gran número de valores naturales, tanto biológicos como ecológicos,
siendo representativos de diversos ecosistemas insulares endémicos: alta montaña (Teide), pinar
(Taburiente), laurisilva (Garajonay) y el del volcanismo reciente, en Timanfaya. Sin embargo, la
enorme biodiversidad del Archipiélago hace que todavía se sigan proponiendo nuevos territorios
candidatos a Parque Nacional, como ocurre con Los Islotes y Famara en Lanzarote, Jandía en
Fuerteventura o El Nublo en Gran Canaria.
Entre los Parques Nacionales Canarios merece resaltarse el del Garajonay en La Gomera que, a
partir de 1986, fue declarado Bien Natural del Patrimonio Mundial por la UNESCO, por su
carácter de excelente muestra de laurisilva relicta del Período Terciario.
En la década de los ochenta, se procede a clasificar ciertos espacios naturales con otras categorías
jurídicas diferentes a la del Parque Nacional. Así, se declara el Parque Natural de las Dunas de
Corralejo en Fuerteventura, amparándose en la Ley de Espacios Naturales Protegidos de 1975,
y se propone una protección provisional para las Dunas de Maspalomas en Gran Canaria.
Categorías
Resultado de dicha Ley fue la protección del 36,6 % del territorio regional, delimitando 104
espacios en dos categorías: los Parques Naturales (34) y los Parajes Naturales de Interés Nacio-
nal (70).
Como resultado, esta ley reclasifica los anteriores Parques Naturales y Parajes Naturales en 141
espacios protegidos (a los que habría que añadir los 4 Parques Nacionales) de acuerdo a las nue-
vas categorías alcanzándose la protección del 40,4 % del territorio de Canarias.
En Lanzarote se reconocen, además del Parque Nacional de Timanfaya, dos Parques Naturales,
resaltando el de Los Volcanes, que une a su peculiar geomorfología un alto valor cultural y etno-
gráfico, debido especialmente al tradicional sistema de aprovechamiento de los enarenados para
el cultivo de la vid. Otro Parque Natural, candidato a su declaración como Parque Nacional,
es el del Archipiélago Chinijo que incluye la Reserva Natural Integral de los Islotes que suma
a su gran valor ornitológico (alberga entre otras una excelente población de águilas pescadoras,
halcones de Eleonor, pardelas, paiños, etc.), la riqueza de su entorno marino.
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[5. Pie: Montaña Clara, desde Alegranza, en la Reserva Natural Integral de los Islotes, Lanzarote.]
Una de las islas con menor territorio protegido es La Gomera (33,3 %). En ella destacan, entre
todos sus espacios naturales, el Parque Rural de Valle Gran Rey, donde se da una completa
integración entre la explotación y usos tradicionales y la conservación de los recursos naturales
propios, resaltando el modo en que se extraen de las palmeras canarias la savia con que fabricar
miel, guarapo, etc.
Entre los Monumentos Naturales se recogen algunas de las morfologías volcánicas más signifi-
cativas de la isla como Los Órganos y los Roques Cano y Blanco, domos fonolíticos de espec-
tacular belleza.
Fuerteventura es una de las islas con menor territorio protegido, con tan sólo el 28,8 % de su
superficie. En ésta se declaran entre otros tres Parques Naturales y seis Monumentos Naturales.
Entre los primeros destacan el de Jandía, que recoge en sus cumbres (Pico de la Zarza) la mayor
concentración de flora endémica de la isla, y en sus franjas más llanas una excelente muestra de
«jable», ecosistema arenoso donde habita y se reproduce la escasísima hubara canaria.
Entre los Monumentos Naturales, merece nombrarse el de Tindaya por su impronta paisajística
y su peculiaridad geomorfológica.
[6 Vista general del jable de Jandía, dentro del Parque Natural, Fuerteventura.]
En Gran Canaria, de los 32 espacios que se reconocen, la mayor parte se concentran en la mitad
suroccidental de la isla, destacando por sus valores geobotánicos (pinares canarios muy bien
conservados) y faunísticos el Parque Natural de Tamadaba y la Reserva Natural Integral de In-
agua, este último Refugio Nacional de Caza, donde perviven las únicas poblaciones conocidas
del amenazado pinzón azul de Gran Canaria y del pájaro picapinos.
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La espectacularidad paisajística del Parque Rural del Nublo, unido a sus valores geomorfológi-
cos, ha hecho que, juntamente con los anteriores espacios naturales, se haya propuesto para su
designación como Parque Nacional.
Entre las Reservas Naturales Especiales, resaltan el de Las Dunas de Maspalomas donde se re-
coge un complejo dunar único en el Archipiélago, con dunas móviles de gran belleza, así como
un ecosistema lacustre, el de La Charca de Maspalomas, refugio de avifauna tanto sedentaria
como migratoria. Otros espacios recogen las últimas poblaciones de especies de flora endémica
como es el caso del Sitio de Interés Científico de Jinámar, única localidad conocida de Lotus
kunkelii.
En La Palma, con el 35,3 % de su superficie protegida, además del Parque Nacional de la Cal-
dera de Taburiente, se ubican dos Parques Naturales y cuatro Paisajes Protegidos. Entre los pri-
meros, destaca el Parque Natural de Las Nieves, que presenta una excelente muestra de laurisilva
y otra mixta con pinar, donde se refugian interesantes poblaciones de la paloma de la laurisilva,
especie endémica en peligro de extinción.
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Además, se delimitan aquellos sectores del espacio donde se pueden ubicar las diferentes activi-
dades, especialmente aquellas que afectan a equipamientos de uso didáctico-recreativo para los
visitantes y escolares, así como las que afectan al desarrollo socioeconómico de las poblaciones
que viven en ellos o en su entorno.
Las Normas de Conservación en el caso de los Monumentos Naturales y Sitios de Interés Cien-
tífico.
En estos documentos también se define el modo en que se realizará la gestión y los equipos e
instituciones que se encargan de su ejecución y de velar por el cumplimiento de lo allí reglado.
Actualmente, todos los Parques Nacionales Canarios cuentan con sus equipos de gestión así
como sus patronatos correspondientes que se encargan de hacer cumplir el Plan Rector cuyas
determinaciones se actualizan cada cuatro años.
Entre los otros espacios, el Parque Rural de Anaga en Tenerife ya cuenta con su Plan Rector de
Uso y Gestión encontrándose en tramitación otro gran número de ellos.
Entre los objetivos básicos de los espacios naturales se encuentra la formación de la población
escolar en materia de conservación de la naturaleza mediante la realización de proyectos educa-
tivos y científicos, con la finalidad de fomentar el conocimiento de la naturaleza y la necesidad
de su conservación.
Es por ello por lo que en muchos espacios se localizan equipamientos (centros de interpretación,
senderos guiados, aulas en la naturaleza, etc.), con el fin de facilitar tales actividades, siempre
con las limitaciones precisas para garantizar la protección de sus valores y recursos caracterís-
ticos.
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En Canarias, todos los parques nacionales cuentan con algunas de estas infraestructuras, las
cuales permiten la realización de itinerarios dentro de su ámbito, contando algunos con el apoyo
de monitores, y en todos los casos con material didáctico y divulgativo en el que se suministra
información sobre los recursos más significativos del Parque así como las recomendaciones de
uso que deben seguirse en el trayecto.
Entre los espacios incluidos en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos que cuentan
con equipamientos didácticos tenemos:
Gran Canaria:
Tenerife:
La Palma:
Fuerteventura:
Lanzarote:
El Hierro:
Bibliografía
CONSEJERÍA DE POLÍTICA TERRITORIAL. Legislación del Suelo y Ordenación Territo-
rial. 1988.
MACHADO, A.: Los Parques Nacionales. Aspectos jurídicos y administrativos. ICONA, 1988.