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dad en La ‘baa laca Sigue leyendo enue uridad de la fas su Detrds de mM 7 ce cocina, el dorm a * Cuando era ping como 5 1a Y de HOTIO, ef >, ema, UTraduccion de J om vie ue Mabe, as ay e ha a hacia M Aba Fg » Ange ig ACORREDORA DE KONDO u antes o después de los cuarents y dos aos Tedora de fondo, Aunque estabs grucst YP condicwnes para tal fin, queria bicicletas y los tenes. Un dia, poco sme converti en cor muchos sentidos, en malas Icon y deprisa, No tan deprisa como Las to an jos como Taipei, Hingwen, lugares a+ ps rasgados, como dicen autobuses cuando hablan de sus viaies tus al condado, desde la costa a los puentes. por las veh calles dd bario una o dos veces, antes de que la eye ¥ a Fenowacion urbana acaben con ellas y conmigo. Probé primero en el campo. en Connecticut: $e al ser boscoso, siempre esta leno de pimpellos peumavers. Toda teacion es secteto, vo ex ecto? Ast que te EEN" prcovon teen dla colina aubusbanan donde nae Te tocla, Estuve corriendo durante coda ls primnce® a tos silvestre, luego entre los laurels ; Se eee CE ee les intrigaba aquella sefiors ae Hevabs pantalones corts seda que apenas cubsian ss fle ue apn 9 Sm bated Leva con much nen cee psn ewe a atencién de views ¥ 0% Luego lege ve? cd fuertes. Di un beso de despedida alos nis Ean yores y, en cualquier caso, el momento dela pine ya muy proximo. Le die ala sehioraRafry qt tazo de vez. en cuando y que les diese alguna de es bles cenas celtas que cocina ms Les dije que podian largarse cuando quisieran, vida privada, dije. Pero no me metdis en ella A buen entendedor.... dijo Richard. Estds deprimida, Fe, dijo la seiora Raftery. ak, que te parece tan extraordinario, no te llama nite viene, por eso ests mas triste que un prestamista en doming, Corta ya esa mierda populachera conmigo, Rafer my Ile. Se le saltaron las lagrimas, porque 60 5 lo que se, mierda populachera desde los juanetes hasta el mofo, Pars Megué a quererla, a amarla, a inventarla y a soportar Cuando crucé la puerta, todos estaban inclinados ane televisor, Richard, Tonto y la sefiora Raftery, viendo ks ax cias. Que demostraban con imagenes méviles que habia hil un viaje a la luna y que Africa y Sudameérica se ocltban ts una furiosa espiral de nubes. Dije: Adiés. Ellos dijeron: Si, de acuerdo, claro. {Si estén asf las cosas, ¢s mejor olvidarlo!, grté,y og d metro en Independence para Brighton Beach. En Brighton Beach hice una parada en el vestuario dels Brisas Salinas, para cambiarme de ropa. Mi padre invirti, ae veinticinco afios, quinientos délares en el futuro de est empt sa. Atin sigue recibiendo unos tres délares y medio al afio, que van directamente (por decisién judicial) a los Hijos de ud para cubrir su déficie. Nadie presté demasiada atencién cuando empecé acts liviana y gil sobre mis pies. Corrf primero por el camino de blas, pasé por el lugar donde mi madre diseribufa octavils.¢* tre un puesto de helados y una duna degenerada. Aqudl a4 puesto que habfan asignado a mi madre sus camaradis p## contener las altas mareas de Ja crueldad empresarial ameriat® mediante el simple sentido comtin socialista Pa 300 ararme y admirar la larga playa. Quise pararme agi Parr arvamence en Nueva York, No hay muchas e ea estén en estado de putrefaccién y cuyas orilla sa- Fads de ciudadanos, sigan siendo tan arenosas, tan is feo yo habia consumido ya muchisima vida tumbada pe mirando. Habia decidido correr Depuds de kildmetro y medio, mas o menos, dejé el cami- ode ubkas y empecé a trotar hacia mi viejo barrio, Corria fusune bien. La respiracién era lenta y profunda. Pensaba or- gallos que estaba en forma, De pronto, me vi rodeada por unos trescientos negros. {Quién eres? Qué es eso? ‘Miradla! :No la veis? {Habéis visto alguna vez un culo més det Pobrecita. No esté bien de la chola. Dejadla, muchachos, no seais malos. Yo vivé aqui antes, dije. Oh, si, dijeron, En los buenos viejos tiempos de los blan- cos, Unos tiempos tan malos que no podian durar. Pero nos gustaba mucho esto. No fbamos nunca a la Avenida Flatbush ni a Times Square. Nos encantaba nuestra alle Cuesta de tragar la marea negra. Me gusta vuestro modo de hablar, ytodo, Claro. Aprendemos hablando. ; Si, mi ae también tena una forma especial de hablar. Y no hay que olvidar a los irlandeses. El don de la elocuencia, Quiénes son ésos?, dijo un nifio pequeno. les dije. Con metéforas mii aque ahora en la poiia no so hay irlandese, eno, suger, aijeron dos sefioras. Hay mis que irlandeses. Tienes razon, 301 Muchos muchos més. Hay franceseschinos rig Oh, si, sefiora, tiene usted razén ts, Yo vivia en aquella casa, dije. Aquella cas de tos. Vivi alli toda la vida. Hasta que me casé : Vaya. Qué cosas. Vivir s6lo en un sitio. Mi mai en Carolina del Sur. Sélo en un sitio. Su papé tah. campo. Ella me lo dijo. Siempre habia algo que con invierno hubiese guerra hiciese mal tiempo. Roos 5 tiempos! |Una maravilla! Y no hacia frio!;Arboles rang, Aquel apartamento. Miré hacia arriba y seal. 4. tercer piso. ia Todos miraron. ;Y qué! ;Demonio lorén!, me dy ven oscuro. Llevaba gafas de montura de concha y tis, ma expresién inteligente que los chicos de la universded, cipal cuando a mis dieciocho afios les miraba por prin, . Aquel muchacho parecié impulsar a todos al despre, célera, hasta a los mds pequefios, que avanzaron hacia nia. tando en un tono espectacular y furtivo, Uh, Demono, (3 Demonio. No creo que los pequefios tuvieran mala inteacie porque me daban con el dedo y luego se refan. Aun asf, me parecié que lo mas prudente era anda ojo. Ast que introduje algunos datos. Dije: :Cuéntos noni: de flores conockis? Flores silvescres, claro. Mi gente silo cow cla dos. Fso dicen ahora, al menos. Ricos 0 pobtes, sé shiz dos nombres de flores. Rosa y violeta. Margarita, dijo inmediatamente un chico. Yerba, dijo otro. Esa s/ que es una flor, pensé. Todos isde ms cogieron el chiste. Altramuz, lupina, dijo una sefiora. Viperina, dijo uni pe quefia exploradora vestida de verde claro con un cinturén ve: oscuro. Esgrimié un Manual de flores silvestes zCuantas conoces ti, mamé gorda?, pregunté cordialmer un muchacho. Que yo fuera madre 0 gorda no le afecab: Centré en él toda mi atencién. Oh, hijico, dije, evo mucha ventaja a mi gente. Sélo & flores amarillas, conozco: cinco en rama, diente de perto, et 302 raminculo de los pantanos y rantinculo comiin, eee dol ama, peine de Venus, yerba de Sen So amarilla, aster 4ureo, también la flor del agua, son mao al agua ya veces, en ella; ys Por supuesto, dien- oa ashe vst todas, ademis. Las he visto. ee padise ver China desde el barrio chino, dijo un chico. vc més flores que paises. Ultimamente, muchos jé- fan viajado pot muchos paises. 19 no. Yo no he estado en ningiin sitio. Niyo tampoco, dijeron unos diecisiete chicos. ‘Amino me dejan, dijo una chiquilla. Hay yonquis borra- bos. a Teco Yo! ;Yol, grité un joven negro muy alto, muy guapo, uy bien vestido. Yo soy afticano. Mi padre vino de las alas, finuras que nos robaron. Yo he estado en todas partes. Estuve ces meses en Moscti, aprendiendo mecanica. Estuve en Fran- Ga aprendiendo francés. Estuve en Italia, examinando su cu- joso Renacimiento y la dulzura de la gente. Estuve en Inglate- rm donde estudié el derecho civil y la miseria urbana. Estuve eala Conferencia de la Juventud de Color en Cuba para com- render nuestra pasién. Y aqui estoy ahora. Aqui estoy dispues- ‘oa hacerme ingenicro y volver con mi gente. Bordeando el cabo de Buena Esperanza en un barco de vela noruego. Ast aprenderé el excelente y antiguo arte de la navegacién a vela, por fallasen los motores de la nueva sociedad de mi viejo pais de terra adentro. ‘Tuvimos una cuantia extraordinaria de silencio después de esto, Luego, una sefiora mayor, vestida de negro con cuello alto de encaje blanco, le dijo a otra sefiora mayor, vestida exacta- mente igual: Alegees nuevas cuando alguien tiene un cerebro en lacabeza y no jugo de pescado. Amén, dijeron algunos. Por qué no sube a vera la sefiora Luddy, que vive ahora en su casa? Esto me lo dijo la nifia exploradora. ; ‘Quedari flipada al verla a usted: dijo alguien con una risa sarcistica. 303 Solo se ipa No silo aes se mato, 0 se fli ey _f scope, dice moc a, Stupo 355, i explorad lo © 355 de Plorad lag N° YY Ystida par Brooklyy Meg No d * 0. die, min "4 YO deberia | rindom, atrds, 0 sin la in levar una cami * Bi, tior. signia del on Como & ni G el equipo, Asi panes ian iCynthia! Ni are ny Bite, chifl, ‘0 la Ih ‘ Na br ra No la lleves, i al i aa ng ence, dijo ell; ‘endido? ico im que tengo 7 dio mite Pa aquella farola, acer 0 lo que no nt como vueh e Deprisal, dij 80 que haces, teeny { que jo luego enérgi vol ‘me condujeron mma le I Talis . La primera jo, 1A. Aqui at We vi ain 2Cémo Yivia el portero, dij estaba sefializada €8 posible? ije. Era ng oF i. 3 que el porter wr le? Cynthia gro, Ge Petro era negro? uso cara de asombrn, sims _ Oh, Cynthia, dij primer pin ni de. Lu r piso fach: leg, me volyi Gores, una ae Reco Mi ala puerta de ener acer Nac oO my gorda Se fir, aqu viv Aa gue ena (880 Uno, dos, le morian todos losis Teste, y se largo. La tshy die: Mus. Cin i siete afios, Lugo mandé hing! dae, mala suerte contigs, cons 2o volvié a saberse mac a semana durant a buscarl; oct, pobrecilla, dis, Gee es ee vieroi la hace dos veranes. 7 nen una lone, a lo que cortarl Puso ora un pedazo, Tin Hace sélo dos Todos ten cme \emos lion ; id dn Eo Ne sab 7 sélo los blancos. jo Concha, El ayuntamiento vito ao SuPieron por ello. Lact oh carla por la puerta. Tiviews ie ayudarles el tio Roland. & 304 + aniba, preguncs en cl 2B? Ahora vive wu Nancy Rosalind. ‘Tiene dos hermanos, y st "ie tied “ao, Tiene la piel muy clara, n0 os alt Oe (Qué cur ahi vivia mi mejor me i en ese apart reise si ae de ol reso” ata de core oe, cathy 81 de verdad quieres saberlo, ges con ut PO» UM tal Marvin Steirs. “Quien es? enedé sus triunfos. En fin, es € listicos Jo Mar. Esa empresa pose ‘una compaiiia si veixora de radio, un nuevo tipo de maquina xe- Fer veinticinco reproducciones de uns ‘una buena obra, el Fondo de Invest capitalismo hace eso, afadi, para SF ‘oso. Porque tamento. Joanna Rosen. es Cynthia. {También se pus? te lo contaré. | presidente de una gran derigica, una e! fx, que te permite ve Fsta empresa hace Gin Ecol6gica Jo Mar. El ticamente til. ;Cbmo lo sabes? ;Vas mucho 2 su No. Lo lef todo en la pagina financie sana pasada justamente. Me hizo pensar: unt vi Bo es todo. Feldatos distintos para gentes distints, dio Cynthia. Me senté en los frios peldafios ‘de marmol recordé a Zig- gic, el primo de Joanna. Era mayor que nosotras. Escribié un poema en el que nos decia que érama® flores encantadoras, ¥ tue nuestas piernas eran petlos que rnavuraleza abrirfa por mucho que nosotras dijéramos 14° nO. Luego, tuve otros pensamientos jnteriores mas que nO PO- dia compartt con una nifa, de «508 YE hacen poner una capresién va célica. Vaya, wt oye *Finterés, dijo Cynthia. No quieret decir nada, ;Quién viva 4h al 2A? :Quién, dime? Ahora viven dos hombres. Ls ‘mujeres vienen y Se Va ‘Mi madre dice: Seal de peligro- No © ‘acerques ahi, carifio, no te acer ques ahi. cast ra del periddico, a se- da distinta. 305 No me acuerdo, Cynthia. De veras que no mex Tienes que acordarte.:Para qué has endo a __Entonces, lo intenté. 2A. 2A. ;Vivian all lox gem ti una obligacién imperativa, como si recordat ren dible para la existencia del pasado. Lo que no escent Cynthia, dije, no quiero it més ali. No quiew 4 siquiera, ‘Ry Vamos, dijo ella, tirdndome de los pantalones, np ver a la sefiora Luddy, la que vive en tu antigua asy ss vertido, gno? 7 No. No. No quiero ver a la sefiora Luddy. Vamos, no deberias hacer caso a e505 chicos de sy gustard. Es buena, verds. En general, no le gusta agen, ca, pero ti le gustaris. No, Cynthia, no es eso, pero no quiero ver ahoralaasa mi padre y mi madre. No sabia qué decir. Dije: Porque mi madre ha muro. mentira, porque mi madre vive en una habitacién propa cn mi padre, en los Hijos de Judea. Lee el periddico tos lism fianas con la mano puesta sobre su corazén socialist, desps del desayuno. Luego le dice con tristeza a mi padre: Todos dias igual. Muriéndose.., muriéndose, muriéndose asesinades, Mi madre esté ya muerta, Cynthia, no puedo irl Oh... oh, la pobrecita, dijo ella, miréndome a los «ja Oh, si mi madre muriese, no sé lo que haria. Aunque fuer tan vieja como 6. Creo que me mataria. Se le llenaron ls, de lagrimas que empezaron a caerle mejillas abajo. Si mi male muriese, zqué haria yo? Ella me protege, ella no dejaré ques traficantes me engafien, Ella me sostiene firme. Ella me et deré en la caja de cedro si viene mi fo Rudford e intenta lew me otra vez. Ella no puede motit. Mi madre. Cynthia, querida, no morird. Es joven. Extendi el bra pl consolarla, Podrfas venir a vivir conmigo, dij. Tengo dos chs son casi adultos, No tengo ninguna chica, y me gustara te Qué? :Qué quieres decir? ;Vivir contigo y con dos cee” Se solté bruscamente de mi mano y corrié escaleras abajo. N 306 a m{ blanca de mierda, Conozco a los chicos blan- sami, erg oo ean de mi feminidad negra. Mi madre me lo expli- as ANE equ a los demonios blancos. Que alguien ‘me 8 npn a gia Venid, que alguien me ayude. Quiere «227 aa pated, temblando, Yo también estaba asustada el edo que me tenia, tan asustada que no me sentia ca- ie decir: querida, no quiero hacerte daito, de veras. Of a pi ye venan en su ayuda, voces de chicos grandes gritando: yj vamos, Ya Vamos, aguanta, aguanta, ya vamos! Escapé co- “ado de su miedo escaleras arriba, subiendo los escalones de doven dos, hasta Hegar a la puerta de mi antigua casa. Llamé, smallamada sonora y terrible, como la del casero. Mamé no esta en casa, dijo una voz infantil, No, no, dije, {ay yo! (Una sefioral Me persiguen, déjame entrar, Mamé no taen casa. No me dejan abrir a nadie. ‘Soy yo!, grité aterrada, jMama! ;Mamé! {Déjame entrar! La puerta se abrié, Una mujer delgada cuya edad no podria clcular, me miraba. Dijo: Pase y cierre bien la puerta. Me co- giécon fuerza pot el antebrazo. Luego, ella misma eché el ce- rio. La persiguen esos golfos. Me ponen mala. Esconde a esta sefora blanca, Donald. Métela debajo de tu cama, tienes una ama alta. ‘Oh, no te preocupes. Ya estoy bien, dije. Me siento segura yen casa, Estés en mi casa, dijo ella, Haz lo que te digo, 0 te echo a lacalle. Me acurruqué debajo del colchén meado de un nifio pe- quefio, Luego of que lamaban a la puerta, Era una llamada tanteante y respetuosa. Mi mam no me deja abrit. (Donald!, llamé alguien. pest M aN Oh, no, dijo él. No puedo hacer ~ le pegarfa. Ya la cono- dis. Ya me pegd una vez est mafiana. No quiero abrir. 307 Me quedé alli unas tres semanas, con Donald y tres niftitas pequefias, casi de lami téun chiste a la sefiora Luddy de unas no son irlandesas, dijo. Las nifias nos despertaban casi todos los dias hacia a. 13 Sy menos cuarto de la mafiana. Les dabamos a tod un hig volviamos a dormir hasta las ocho. Yo preparaba cal cambiaba a las niffas. Luego, durante un rato, aul” realmente. Entonces yo solfa decir: Bueno, muchsimas ya Pero creo que voy a marcharme ya. Me voy, si. Y lasing cir: Bueno, pero piénsalo otra vez. Yo erco que no debs ine si estaba enfadada decfa: ;Vere ya! ;Largo! Ya he aguantady x ciente mierda de sefiora blanca como para ahogara un ahi, iLargate! Me acercaba a la puerta, y entonces ofa voces. Me dave giienza decirlo, pero me habia vuelto miedosa. Pese a ian plio amor geogréfico al género humano, me vela asta pr temores locales. Se escondia una verdad sentimental detris de todo aqui y venir. Era mi casa, donde habfa vivido mucho tiempo a ‘mi vida familiar. Yo misma habia roto una baldosa del sud cuarto de bafio tiréndole un martillo a los pies a mi heimino Charles mientras él se afeitaba sofiadoramente con el pito ne dio alzado bajo los calzoncillos. El asombro y el conocimicso ‘me asaltaron por primera ver precisamente alli. La cocina enl misma. La mesa era la mesa esmaltada comiin a nuestra die facil de limpiar, con cantoneras de madera para cucarachas vie jas ¢ indigentes que no pudieran llegar hasta la fregadera Si embargo, no era la misma mesa, porque aquélla la habia he dado yo, con desportilladuras y todo.) El comedor era muy parecido al nuestro, sélo que nosos tenfamos menos plistico. Quizés por entonces hubiera men plistico en el mundo. Ademds, mi madre habia puesto hem 508 cojines por todas partes, en las camas y en las sillas. East forma de expresién artstica: bordar de noche o coger tins & algodén estampado con dibujos muy delicados y coserlas sobt le set isma edad 7 seme itand rsente blanca o azul, Las mujeres siempre han uti asin aesials que Viven y mucten a troz0s, como andra- jo rma de decir: éta es mi casa, iB ra Luly dijo: A jaiat wyesto, dije YO, los hombres no tienen ese desahogo. sip ant vuctas ¥ no se estin quiets. wea que estin Lo suficientemente borrachos para tumbar- edie la, puede verse el mi : Se yo, a gran escals, puede verse el mismo comport ‘in la vida, Primero hacen una cosa y luego la destru- st fo esriben un libro hablando de lo interesante que es a aces algo de raz6n en esto, dijo ella A veces afadia: Chi- ao sabes nada. : 7 Soliamos sentarnos junto ala ventana a mira. En el alféi- sronctan penachitos de risa, La tarde luminosa doblaba la tina y sua calle arriba, Dices los hombres, dijo ella, ;Te parece que é0s son hom- bee, pregunts. 2A qué llamas ti... un hombre? Cuatro pisos por debajo de nosotras, habfa una docena de hombres, y a su alrededor, devastacién, Un momento, dije yo. Yo habia visto devastacién en mi ca- nino, corriendo, se me habian enganchado esquirlas de devas- | acién en los zapatos de corredora, y se me habia metido en los sjosel polvo. Y habfa pensado con la indignada cortesfa de una siudadana: Esto es una desdicha para la ciudad de Nueva York, ala que amo, y atravieso corriendo. Pero entonces, desde el alto puesto de mando de la casa, vela la devastacién nitidamente. El piso en el que Jack, mi anu- gio y actual amigo, habia aleanzado la Ligubre virilidad, habia ‘ido destruido, primero por el fuego, luego por la demolicién (que es ana bola balanceante de acero que destroza dormitorios ¥ cocinas), Debido a este trabajo, podiamos ver una extensién de vatias manzanas de ancho y wna manzana y media de largo. La casa de Eddy ol Loco ain segula en pie, aunque destripada, con los marcos de ls ventanas negros, sin crstaes, y los listo- ang nes desprendidos. ;Qué obstinacién lade is vis gunas personas o familias atin vivian en has plana A En los solares intermedios habia un par de soli vin do sus caras gordas con los mulls al sie, Com’ te guerra, media docena de drboles, lanes, habianb, primer centimetro cuadrado de tierra y empezaban yy, Li Ry ataque contra los espacios muertos. De noche, sbi animales rondaban por el lugar, aullantes y fetoces per. yorquinos y gatos callejeros y rata vigoross. Dab ting aventurarse por ali como por el parque dela Monta dg Alguien deberfa limpiarlo, dij. La sefiora Luddy dijo: famoso entre los corredores, es cuando uno empieza a wit 7 i as res semanas que habia estado alejada de la cal, lo sper baba hecho popular. Yolo habia hecho tani Hae pr mi cuenta, y, como sucedea menudo en et pat, mda més excéntica estaba de supermoda. Dos hombres jess corieron conmigo durante kilémetro y medio lo me- ss stuaron silenciosos a mi lado, y luego giaron en Ayeida H. Un caballero con bigote, que cortia torpemente en diecci6n contraria, me hizo un saludo. Grité: Hola, sera! Cerca ya de casa, crucé corriendo nuestro parque, donde bia levado a tomar el aire a mis hijos hs wards dels fins desemana al acabar el verano. Paré en la zona de juegos del rordeste, donde encontré a una docena de madres jévenes que tidaban incligentemente de sus pequeios. Para prepara, in querer herilas, die: De aqui a quince aos, vosota, chi as, estardis como yo, 0s habreéis equivocado en todo. En casa era sdbado por la mafiana, Jack habia vuelto y pa- reefa tan triste como siempre, pero habla traido dinero y una ispitadora. Mientras se hacia el café, ensehié a Richard a mane- jal Estaban jugando al tres en raya en a pared polvorienta, Richard dijo: ;Vaya!jMira quién esté aqui (Hola “Alguna novedad?, pregunté. Carta de pap, dijo €. Del pals de ls aguas y ls lagos, de Chile, Dice que es como Minnesota. / Ta padre munca ha exado en Minnesota, di Anthony? Aqui, dijo T cq nel oti (Nd rT.) ia Donde esta ‘onto, yentt6 en la cocina, Pero ya me voy. 1. En 315 Oh si, di i, ij salta el desa ot Claro. Todos | tuciones psi Ino. Va a yj 98 los sé i Psiquigtri aVisitar aq. side, Rocklan Son sic dos amigos jt i, 10S famogn land State, Central fy ©cupan todo el di enfadg. naa Dijo: No! ie los aa ie “Bi ale ee mae solté la aspit Yo disc ee alti Toma, cinco dé unos diez mi Pero abiert: :Por qué abierto loc de inutos fuera, later los cic, &, | qué no lo diji. lomingos » Anthony dijo: En 2, le pregunté. Es j ijiste? ;Por para los ciclistas a h, Fe, ai Es important qué no puedes ser de » dijo dindome fe para mi. decente cox gos. Enton ces ented sand es enurd o la aspiradora Bilan cocina Richard, que h ajo de su l, que habia estado cama. & 2Aun ZAuin estés aqui, ts aqui, Tonto? Ya me la Oye, dij Reg » dijo Richard, ‘oy, ya, dij Fx0% Yas dijo Anthony qui 1y, No te preocupes les Hegas hasta R i hay SE que la tockland, una nota. Es leerds, para Judy. Sis 316 0, hard. Tienes muy ero o un porta si, dijo Ric ‘unca lo tu Jas patatas het aay se fue dand viste malo. P rvidas de la nas en mt ras semal T abuelo y la abuela y y° ¥ Espe- 5 pequenos. Te Hlevé alli hace abuela procuraba way : No queda lejos del mar donde la ea sas 2 ase de sol y aire. = Sans ae dijo Richard. Dela os ¢ Mk To experado aquella noche: vie sus amigos estaban vnetidos a rerapia de my escuchandome un we unas cuant frachara ronta- ‘std hablando. que sucle produ elo otra ve2- es in- chogue y 01 st Luego, dijo: No sé de lo que ‘itampoco Jack, pese a la comprension cgelamor después de la ausencia- Dijo: Explicam ontarmelo dos vee fats de buen humor. Dijo: Puedes < das. Repeti la historia. Y; sin embargo, ¢s muy dia, Una mujer, con la bit carey corre, Busca las cass ¥ nifer. Vive en ellas. Como si fuera au ue vaa pasar mafiana en el munce- i _M. Alvarez Florez (rraduccién de MATE pre Todos dijeron: Qué? simple, per sucede mucho bo vviente energie de 12 edad madure> eter donde eranscur> 1 n una nifiay aprende lo 31

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