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Annie xeclerc PALABRA DE MUJER traducido por Alicia Entel AAG ediciones megapolis Sa-ke ‘este libro es una traduccién de Parole de Femme © Boitions Grasset ct Fasquelle, 197% avis, Francia Disedid la tapa: Estudio B& F © 1977 Asociacién Editorial La Avrora, Doblas 1753, 1424 Buenos Aires (Argentina) Queda hecho ei depésito que previene Ia ley IMPRESO EN ARGENTINA S141826 CAPITULO 1 Al principio, nada parece importante. Se empuja una puerta. Una escalera; se sube. Otra puerta, se vuel- ve a empujar. Y uno sigue adelante, como si nada, asombrado sélo de lo que se presenta. Pero un dia uno mira hacia atrds. Y de pronto ya no reconoce nada. Las cosas parecen estar siempre en el mismo lugar, pero todo ha cambiado de aspecto. Alli donde estaba la luz se extiende la sombra, la incertidumbre y la debilidad. Aqui, en Jas viejas Ianuras de la oscuridad y de Ja humillacién, una luz joven, despiadada, accede a la evidencia. Y ante lo sublime nos cosquillea la risa. Qué dificil me resulta hablar. Es una palabra tan nueva que deseo que mis dedos se retuerzan y se aprie- ten. Qué raros mis dedos; parece que amasaran la arci- Ma de mi deseo para formar figuritas hechas de palabras totalmente nuevas. 6 Palabra de mujer Nada existe que no sea hecho por el hombre, ni el pensamiento, ni el lenguaje, ni la palabra, Nada existe atin que no sea hecho por el hombre; ni siquie- ra yo. Sobre todo yo. Todo esta por inventarse. Las cosas del hombre no sélo son estipidas, mentirosas y opresivas. Son sobre todo tristes, tristes hasta morir de aburrimiento y de- sesperacién. Inventar un lenguaje de mujer. Pero no de la mu- jer como es dicha en el lenguaje del hombre; porque este lenguaje es fastidioso, repite siempre lo misino. Toda mujer que quiera tener un lenguaje que le sea propio no puede sustraerse a esta urgencia ex- traordinaria: inventar a la mujer. Es una locura, estoy de acuerdo. Pero es la tnica razén que me queda. éQuién habla aqui? ¢Quién ha hablado siempre? Ensordecedor tumulto de grandes voces; ni siquiera una es de mujer. No he olvidado el nombre de los grandes oradores: Platén y Aristételes y Montaigne, y Marx y Freud y Nietzsche... Los conozco por haber vivido entre ellos y sélo entre ellos. Estas voces, las mas fuertes, son también las que mas me han reducido al silencio. Son estos soberbios oradores quienes mejor que ningtin otro me han forzado a callarme. eQuign habla en los gruesos libros sabios de las bibliotecas?

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