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(1): 55–16, 2010 5
S A N T I A G O B R I Z U E L A & A D R I A N A M. A L B I N O
CONICET, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional
de Mar del Plata, Funes 3250, 7600 Mar del Plata, Argentina.
brizuela@mdp.edu.ar, aalbino@mdp.edu.ar
R e c i b i d o : 2 5 / 0 2 / 0 9 — A c e p t a d o : 1 1 / 0 6 / 1 0
E d . a s o c . : F . L o b o
6 S. B R I Z U E L A & A. A L B I N O : Dentición de Tupinambis merianae
Figura 2. Distribución de los diferente tipos morfológicos dentarios en el maxilar (A) y denta-
rio (B) de T. merianae, registrando primer y última aparición según posiciones dentales absolu-
tas. No se consideraron los dientes (u). La línea punteada indica el rango de la posición del
foramen de ingreso al canal alveolar. Abreviaturas del tipo de diente: b, bicuspidado grácil; B,
bicuspidado robusto; R, romo; t, tricuspidado grácil; T, tricuspidado robusto; U, unicuspidado ro-
busto.
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Figura 3. Registro de los diferentes tipos dentarios en el maxilar (A) y dentario (B) de T.
merianae. Especímenes ordenados de forma decreciente de arriba hacia abajo de acuerdo a la
longitud de la serie dentaria del dentario. No se consideraron los dientes (u). Abreviaturas
como en la Figura 2.
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res analizados en este trabajo impiden sido quien con mayor detalle ha descrip-
reevaluar la posibilidad de una asocia- to los cambios ontogenéticos de la den-
ción entre la dentición y la dieta. tición de T. merianae. Este autor, si-
Las variaciones morfológicas en la guiendo a Presch (1973), sinonimiza T.
dentición de Tupinambis han sido nota- teguixin y T. merianae, dos especies ac-
das por varios autores (Barberena et tualmente válidas. Los resultados gene-
al., 1970; Presch, 1974; Estes y Willia- rales de Dessem (1985) se confirman
ms, 1984; Dessem, 1985; Montero et al., por las observaciones realizadas en este
2004), aunque sin describirse e ilustrar- trabajo para T. merianae. Además, Des-
se la variedad de tipos y subtipos mor- sem (1985), a diferencia de Presch
fológicos que se exponen en este traba- (1974), no reconoce un incremento en
jo. Además, la compleja historia taxonó- el número de dientes a medida que au-
mica del género ha provocado que la menta la edad/talla de los individuos; lo
referencia sobre las variaciones denta- cual es corroborado en este trabajo. Sin
rias a nivel específico sea confusa. embargo, a diferencia de este autor,
Con respecto al premaxilar, si bien quien sólo reconoce cuatro tipos morfo-
no se observan cambios ontogenéticos, lógicos generales de dientes (unicuspida-
la dentición de este hueso no es igual dos, romos y dos tipos de tricuspida-
en todas las especies de Tupinambis. dos), en la presente contribución se ad-
Edmund (1969) ilustra dientes marcada- vierte además la presencia de dientes
mente tricuspidados en el premaxilar de bicuspidados y dientes tricuspidados
un ejemplar presuntamente de T. me- agrandados y robustos, con tendencia a
rianae (al que refiere como T. teguixin). la molarización. Ávila Pires (1995), refi-
En estos dientes, las tres cúspides pre- riéndose a la dentición de T. merianae,
sentan el mismo desarrollo y surcos in- reconoce la presencia de dientes poste-
tercuspidales marcados. Esta condición riores bicuspidados, lo que es confirma-
difiere de la observada en este trabajo, do en este trabajo.
donde la cúspide central es mayor y las Con una LHC media al eclosionar de
accesorias están débilmente desarrolla- alrededor de 70 mm (Arias y Lobo,
das y poco diferenciadas (Fig. 1A). La 2006) y una LHC máxima de 614 mm
condición presente en T. merianae es (Péres y Colli, 2004), se ha mencionado
compartida por las restantes especies que las formas juveniles de T. rufescens
del género, excepto por T. quadrilinea- presentan todos los dientes de la serie
tus que se asemeja a lo ilustrado por dentaria cónicos (unicuspidados), defi-
Edmund (1969). La condición en la es- niendo una homodoncia (Montero et al.,
pecie menos conocida del género, T. 2004). Sin embargo, aunque el texto de
longilineus, no pudo se observada. la presentación habla de homodoncia, la
Barberena et al. (1970) describen con imagen del individuo juvenil muestra
bastante detalle la dentición del maxilar claramente dientes unicuspidados ante-
y dentario en Tupinambis, basándose en riores y tricuspidados posteriores. Este
seis especímenes procedentes de las cer- patrón se observó en ejemplares peque-
canías de Porto Alegre que refieren a ños de T. rufescens, con una LHC =
T. teguixin, pero que, teniendo en cuen- 88,58 mm y 169 mm (UNMdP-O 41 y
ta la procedencia del material, corres- UNMdP-O 36 respectivamente), por lo
ponden actualmente a T. merianae (Ávi- cual debe considerarse que la hetero-
la Pires, 1995). En este caso, conside- doncia ya estaría definida en T. rufes-
ran la presencia de dientes posteriores cens probablemente desde el nacimiento.
tricuspidados (para ejemplares jóvenes) La morfología de los dientes posteriores
o romos y molariformes (para ejempla- y las variaciones ontogenéticas observa-
res más maduros), pero sin detallar das en material actual de T. rufescens
subtipos dentarios. Dessem (1985) ha (Apéndice) son similares a las expuestas
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para T. merianae; sin embargo, los serie dentaria posterior de los dientes
dientes tipo (R) son de sección transver- marginales, con la cúspide central mucho
sal oval en los ejemplares disponibles de más alta que las secundarias, por lo cual
esta especie, en lugar de ser circular se infiere que no es un diente molarifor-
como en T. merianae. me. Los ejemplares del material de refe-
Reese (1923) describe la osteología de rencia de T. quadrilineatus (LCH < 254
T. nigropunctatus, pero en realidad esta mm, Colli et al., 1998) presentan un pa-
especie debe ser considerada T. teguixin trón similar al observado en ejemplares
(Ávila Pires, 1995). En la descripción de pequeños de T. merianae, con dientes
Reese (1923) se destaca que los dientes uni, bi y tricuspidados gráciles.
posteriores del maxilar y dentario son De esta manera, en principio puede
agrandados y débilmente tricuspidados. distinguirse la ausencia de dientes
Dessem (1985) considera que la denti- agrandados y romos en T. longilineus y
ción de esta especie es como la de T. T. quadrilineatus. En los restantes gé-
merianae, donde los dientes posteriores neros, se observan sutiles variaciones
son romos y molariformes, siendo éste en la dentición posterior, aunque en to-
uno de los motivos por los que acepta dos ellos se verifica un incremento en
la sinonimia con T. teguixin propuesta el tamaño de los dientes posteriores,
por Presch (1973). Ávila Pires (1995) tendiente a la molarización.
menciona para T. teguixin dientes poste- Las consideraciones expuestas en las
riores bicuspidados y tricuspidados, late- líneas previas sugieren que la dentición
ralmente comprimidos, con marcada re- en el género Tupinambis contiene po-
ducción de cúspides secundarias en los tencial información para ser utilizada en
especímenes más grandes (no superan el análisis de las relaciones entre espe-
LHC = 345 mm en machos y 307 mm cies. Puede notarse que sólo las espe-
en hembras, Ávila Pires, 1995). En el cies que alcanzan mayores dimensiones
material de referencia analizado (Apén- presentan dientes romos, siendo ésta
dice) se observó que ejemplares grandes una adquisición en relación a la edad-
de T. teguixin tiene dientes posteriores tamaño de los individuos, por lo que
romos, robustos, con una ligera molari- probablemente representa una condición
zación y generalmente con vestigios de derivada compartida por estas especies,
cúspides accesorias. Estos dientes son de sugiriendo una estrecha relación filoge-
corona relativamente alta y presentan nética entre ellas.
un diámetro de su sección transversal El conocimiento de las variaciones
menor al observado en los dientes ro- en la morfología de los dientes de los
mos de T. merianae. lagartos y su distribución a lo largo de
Una dentición semejante a la de T. la serie dentaria resulta de gran impor-
teguixin se observa en T. duseni (máxi- tancia al momento de determinar ejem-
mo LHC = 410 mm, Péres y Colli, plares fósiles. En este sentido, las varia-
2004) donde los dientes posteriores son ciones notadas en este trabajo han per-
agrandados, robustos, de coronas altas y mitido la asignación al género Tupinam-
sección transversal oval. A diferencia de bis de materiales del Mioceno sudameri-
T. teguixin, en el material observado de cano cuya afiliación previa era dudosa
T. duseni (Apéndice), las cúspides me- (Brizuela y Albino, 2004, 2008; Albino et
sial y distal están relativamente más al., 2006).
marcadas, y el contorno del extremo
apical es recto, horizontal y no convexo.
Entra las especies de menor talla del AGRADECIMIENTOS
género, Ávila Pires (1995) comenta que
T. longilineus (LHC < 202 mm) posee A L. Vega (UNMdP), S. Kretzschmar
solamente dientes tricuspidados en la (FML), H. Zaher (MZUSP), G. Schnei-
Cuad. herpetol., 24 (1): 5 – 16, 2010 15
der (UMMZ) y E. R. Heyer (NMNH) por COLLI, J. M.; A. K. PÉRES JR. & H. J.
permitirnos el acceso a los ejemplares a DA C UNHA . 1998. A new species
su cargo. El Sr. M. Bartolomé (Criadero of Tupinambis (Sauria, Teiidae)
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cilitó varios ejemplares ahora deposita- 54 (4): 477-492.
dos en la colección UNMdP-O. A F. Tri- DALRYMPLE, G. H. 1979. On the jaw
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