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Has ledo un trilln de veces que desnudarse es fcil, que quitarse la ropa

no implica demasiado. T, ms que nadie, lo sabes, por experiencia propia.


Que s, que tienes esos pequeos pensamientos rodando en tu mente sobre
tu cuerpo imperfecto y, que a veces, no te pones encima porque te
avergenzas de tu tripa. An as, no te importa, en parte. Te quitas la ropa,
l te quita el sujetador con una sola mano (cosa que ni t misma eres capaz
de hacer) y sueltas un gemido de placer (uh, otro ms! Porque como te
gusta gemir, cerda). Le miras a los ojos mientras l comienza a moverse
dentro de ti. Y en tu mirada no hay nada ms que deseo, ganas de jugar, de
soltar guarradas por esa boca sucia que la biologa te dio. Y pasis as un
par de minutos, hasta que l acaba (a diferencia de ti. Ay, dios qu pena me
das). Ahora viene el momento complicado. Dejis de ser dos animales en
celo que se restriegan el uno contra el otro. Y ahora qu? Le abrazas? Le
besas? Lo empujas a un lado y le dices eh, que no me toques? T siempre
prefieres abrazar, besarle la mejilla, hacerle ojitos y hablar de la vida. De la
vida superficial, porque siempre es mejor, no de temas profundos, no sea
que os d por sentir. Pero entonces llega este chico, que se queda por las
noches, que no busca una excusa barata para irse despus del polvo, que te
abraza y te lleva a beber cerveza, que te habla de guarradas pero que
tambin te escucha cuando estas borracha. Que te besa en pblico, que te
coge de la mano y se pone tu mochila en el hombro. Y no ha sido una vez, ni
dos, han sido varias. Y te invita a hacer cosas con l y te cuenta su vida. Y
se queda a dormir. Se despierta en mitad de la noche y te abraza, y te besa
y t no sabes dnde meterte. No sabes si huir porque te parece que todo es
parte de un juego macabro, pero a la vez te quedaras as, por siempre, con
l. Aunque no sea verdad y solo os estis engaando. Te apetece quitrtelo
todo, pero no la ropa, no el sujetador, sino las capas y capas de
inseguridades que llevas encima, los miedos, los fracasos y, sobre todo, el
cochino pasado. Y antes de verle comienzas a pensar en que vas a contarle,
porque le quieres contar todo, hasta el ltimo detalle.

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