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Los setenta y ocho grados de sabiduria del Rachel r Pollack Arcanos Menores rH ft y Lecturas Rachel Pollack Los 78 grados de sabidurfa del Tarot Arcanos Menores y Lecturas EDICIONES URANO Argentina - Chile - Colombia - Espaiia México - Venezuela Titulo original: Seventy-Bight Degrees of Wisdom. A Book of Tarot. Part Il: The Minor Arcana and Readings Editor original: The Aquarian Press Limited Traduccién: — Marta 1, Guastavino Reservados todos los derechos. Queda ri- gurosamente prohibida, sin la autoriza- ci6n escrita de los titulares del Copyright, bajos las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccién parcial 0 total de esta obra por cualquier medio 0 procedi- miento, incluidos la reprografia y el trata- miento informatico, asi como la distribu- cién de ejemplares mediante alquiler o préstamo piblicos. © 1983 by Rachel Pollack © 1987 by EDICIONES URANO, S. A. Aribau, 142, pral. - 08036 Barcelona info@edicionesurano.com ISBN: 84-86344-40-9 (obra completa) Depésito legal: B. 24.859-1998 Fotocomposicién: Buky Torres - Villarroel, 15 - 08011 Barcelona Impreso por Puresa, S. A. - Girona, 206 - 08203 Sabadell (Barcelona) Impreso en Espafia - Printed in Spain MONAT PONE indice Introduccién LOS ARCANOS MENORES Las Varas Las Copas Las Espadas Los Pentaculos LAS LECTURAS . Introducci6n a la adivinaci6n por el Tarot . Los tipos de lecturas Como usar las lecturas del Tarot . Lo que aprendemos de las lecturas del Tarot 27 57 85 113 147 149 166 224 246 Para Joan Goldstein, que sabe que las mejores cartas son las que dicen la verdad. Introduccién El mazo Rider En 1910 la Rider Company, de Londres, publicé un nuevo mazo de Tarot, disefiado por el conocido ocultista Arthur Edward Waite y dibujado por Pamela Colman Smith, una artista menos conocida, pero dotada de lo que se suele lla- mar «poderes psfquicos». Aparentemente, el propio Waite no esperaba que las nuevas cartas hallasen mucho piblico; como todas sus obras, su libro sobre el Tarot se dirige prin- cipalmente a personas ya interesadas por la tradicién ocul- tista. Y sin embargo el mazo Rider —asf terminé por ser llamada la baraja— se conoce hoy en el mundo entero, no T sdlo en su versi6n original, sino en ediciones piratas, en mazos «nuevos» apenas modificados, en varios tamafios diferentes publicados solamente por Rider, en ilustraciones para novelas, libros de psicologia, historietas y programas de televisién. La sorprendente popularidad de este Tarot esotérico en particular, con preferencia a centenares de otros mazos, tanto tradicionales como modernos, se deriva en gran parte de un aspecto de los naipes que el propio Waite apenas si parece haber advertido: los dibujos de Pa- mela Colman Smith, que revolucionaron los Arcanos Me- nores. En la apologfa que hizo de su mazo, Waite se esforz6 por defender ciertos cambios que introdujo en el disefio y en la numeraci6n de las cartas en los Arcanos Mayores. Sin embargo, quienes se acercan por primera vez al Tarot, en su mayoria, al comparar el mazo Rider (figura de la p. 7, centro) con el mazo més tradicional del Tarot de Marsella, por ejemplo (figura de la p. 7, izquierda), tendran que poner mucha atencién para poder observar la mayor parte de tales cambios. Por el contrario, en los Arcanos Menores verdn inmediatamente la diferencia. En todos los mazos disefia- dos antes del Rider, las cartas que van de los ntimeros 1 al 10 de los cuatro palos llevan dibujos geométricos que inclu- yen el nimero correspondiente de espadas, bastos, oros o copas. En esto se parecen a sus descendientes, los habitua- les naipes de juego. En la mayor parte de los mazos, estos disefios son simples y repetitivos. Como una excepci6n se destaca entre ellos el trabajadisimo mazo Crowley (figura de la p. 7, derecha). El mazo Waite-Smith, sin embargo, lleva una ilustracién en cada naipe. Preocupado principalmente por los Arcanos Mayores, mas esotéricos, Waite no cay6 aparentemente en la cuenta de cémo esta rica diversidad de escenas podia cautivar al espectador comin que buscaba tener una experiencia del Tarot. En cierto sentido, la novedad misma de las cartas aumenta su encanto. Allf donde los Arcanos Mayores nos sorprenden al mismo tiempo con la antigiiedad y con'la complejidad de su simbolismo, los Menores, al no respon- 8 der a una tradicidn pictérica, se nos aparecen como escenas tomadas directamente de la vida o, en algunos casos, de la fantasia. El hecho de que Smith las dibujara en un estilo seudo- medieval no parece molestar a la mayorfa de las personas, pues la sensacién de vivacidad les parece mas importante. Casi todos los Arcanos Mayores nos muestran una figura de pie o sentada; sdlo e] Loco y el Mundo se mueven. Es mas, danzan. Pero en los Arcanos Menores, todas las escenas muestran algo que estA sucediendo, como si fuera un foto- grama tomado de una pelicula. El contraste no es accidental. Los Arcanos Mayores re- presentan més bien fuerzas arquetfpicas que personas rea- les. E] Loco y el danzarfn del Mundo se mueven porque sdlo ellos encarnan plenamente tales principios. Pero los Arcanos Menores muestran aspectos de la vida tal como realmente la vive la gente. En los cuatro palos, y mds espe- cialmente en las combinaciones que las cartas forman cuan- do las disponemos para una consulta, encontramos un pa- norama de la experiencia que nos da una penetraci6n cons- tantemente renovada de las maravillas de la naturaleza humana y de este mundo magico. Debido precisamente a que nos muestra la vida corrien- te y no un sistema formal, el mazo Rider no interesa a mu- chos ocultistas. Mientras que muchas barajas posteriores han copiado, con més o menos variaciones, el mazo Rider, hay otras —incluyendo las que podriamos caracterizar como «més serias», como el mazo de Crowley o el BOTA (Builders of the Adytum o Constructores del Santuario)— que han vuelto a los antiguos disefios para los Arcanos Me- nores. Ello se debe a que a sus creadores el Tarot, ya sea como instrumento o en cuanto fuerza viviente, les intere- saba como un sistema de organizacién y estructuracién de practicas esotéricas. Para ellos, el Tarot constitufa un vinculo vital con los sistemas misticos. El mds importante de estos vinculos es el que conecta los cuatro palos con los cuatro mundos que describe la Cé- bala. Los cabalistas consideran que el universo existe en 2) cuatro fases, de las cuales la mds préxima a nosotros (y la més alejada de la unién directa con Dios) es el mundo ma- terial, llamado Assiyah, el «Mundo de la Accién». Para mejor entenderlos, los tedsofos medievales describieron cada mundo como encarnado en un Arbol de la Vida, un dia- grama de la ley césmica. Ahora bien, la estructura del Arbol no cambia en los diferentes mundos. Cada arbol contiene diez sephiroth, o arquetipos de la emanacién. (En el Diez de Pentaculos se encontraré el disefio mas comtin del Ar- bol.) Y aqui, por cierto, interviene el Tarot. Como cada uno de los cuatro palos contiene diez cartas numeradas de uno a diez, podemos colocar las cartas sobre las sephiroth para tener asi una ayuda concreta en la meditacién. Y como las sephiroth representan fuerzas arquetfpicas, la mayor parte de los ocultistas prefieren disefios abstractos para simboli- zarlas. Para ellos, una escena en la que se ven personas que hacen algo —tres mujeres bailando 0 un grupo de mucha- chos que pelean— sélo sirve para apartar la atencién del simbolismo eterno, Algunos ocultistas van atin més lejos: creen que los dise- fios geométricos de las cartas son portadores de un poder psiquico que les es propio, y que, mirando en profundidad esos disefios en sus colores especiales, podemos producir en el cerebro ciertos efectos bien definidos. Muchas personas sin especial inclinacién hacia el esote- rismo seguirdn prefiriendo los antiguos mazos a cualquiera de las interpretaciones modernas, incluso a las geométricas. Para ellas, el sentido de una tradicién, con significados que han ido enriqueciéndose durante siglos, lleva consigo un poder que ninguna edicién revisada puede igualar. En las lecturas, se remiten a las antiguas férmulas, y para ellas las escenas detalladas del mazo Rider constituyen una distrac- cién. Con frecuencia, los lectores con mas poderes psfqui- cos se valen de las cartas antiguas, ya que encuentran que el propio caracter abstracto de los naipes numerados les ayuda a activar la facultad clarividente. Sin embargo, para la mayoria de nosotros los disefios repetitivos limitan muchisimo el desarrollo de la intuicién 10 que puede generarse ya sea exclusivamente en el estudio de las cartas o usdndolas en tiradas y consultas. Una vez que hemos memorizado las formulas relacionadas con cada naipe, se nos hace diffcil ir mas alla. En este libro he inten- tado crear lo que yo Ilamo un Tarot «humanista», derivado no solamente de las verdades esotéricas, sino también de las intuiciones de la moderna psicologfa postjunguiana, para dar asf una imagen mds completa de quiénes somos, cémo actuamos y cudles son las fuerzas que nos configuran y nos dirigen. En una visi6n tal del Tarot, el objetivo no son los significados fijos, sino mds bien un método mediante el cual cada persona pueda obtener una mayor penetracién en la vida. Por mds que el andlisis de cada carta provenga en parte de su uso en las lecturas, con los significados que corresponden a la posicién normal y a la invertida, lo que tal andlisis revelaré principalmente es la forma en que esa carta enriquece nuestro conocimiento de la experiencia humana. Como el mazo Rider presenta escenas tan vividas, las férmulas 0 comentarios referentes a cada carta sirven sola- mente como puntos de partida. Podemos meditar sobre las propias imagenes y sobre la forma en que se combinan con las otras que las rodean. En cierto sentido, entre estas figu- ras y la imaginacién (y la experiencia) de cada persona se establece algo asf como una sociedad. En todas las lecturas, lo mismo que en cada meditacién o reflexién, podemos ver en cada carta una experiencia nueva. Asf como las barajas més esotéricas funcionan mejor para las disciplinas ocultis- tas, y las mds antiguas para decir la buenaventura, el mazo Rider es el indicado para quienes usamos las cartas princi- palmente para tomar conciencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Las imagenes de Smith ejercen su atractivo sobre la gente por efecto de su accién, equiparable ala de una histo- rieta. Nos fascinan a lo largo del tiempo gracias a la realidad de los significados que contienen. Se pregunta uno cémo hizo su trabajo Pamela Smith. Por lo que sabemos, fue creando sus imagenes sin apoyarse en tradicién alguna. En allt mi libro sobre los Arcanos Mayores expresé la opinién de que probablemente Waite no especificé estos disefios con la misma claridad con que lo hizo para los naipes Mayores. En su libro no hay referencia alguna a sus orfgenes, y tam- poco defiende el cambio radical introducido, tal como de- fendiéd los cambios existentes en los Arcanos Mayores. Sus interpretaciones, ademas, no utilizan de manera importante las nuevas imagenes. Aunque describe brevemente cada una de ellas, sus explicaciones son por lo comtin férmulas y frases hechas («deseo, voluntad, determinacién, proyecto»), que no difieren sustancialmente de los significados que se les atribuye en los mazos anteriores. Algunos autores han afirmado (aunque yo no he encon- trado ninguna prueba de ello en los escritos del propio Waite) que Smith dibujé las figuras como si fueran cuatro libros de historietas, uno para cada palo. La calidad del palo determinaba el caracter del relato, en el cual los naipes que representan figuras cortesanas constitufan una familia, y las restantes cartas, numeradas del 1 al 10, eran las cosas que les sucedifan. El llamado Tarot marroquf, basado con mucha fidelidad en el mazo Rider, se ajusta a este sistema. Pero esta explicacidén de las imagenes por la historieta configura una peticién de principio. Lo importante sigue siendo la relacién de la imagen con el significado. Sospecho que Waite dio a Smith las férmulas que él querfa ver ilustradas y quizé consulté con ella cémo serfa la imagen, y que después la condici6n de artista de Smith pre- valeci6, operando en ocasiones con el simbolismo superfi- cial, en tanto que otras veces su funcionamiento trascendia el nivel de la opcién consciente. Las férmulas de Waite se derivan de diversas fuentes. El propio Waite habla en oca- siones de significados contradictorios, como si hubiera con- sultado a diferentes adivinos. Su disposicién de las cartas cortesanas también muestra la influencia de la Orden del Alba Dorada, una sociedad secreta de magos-misticos a la cual pertenecieron en su momento tanto Waite y Smith como Crawley y Paul Foster Case, el disefiador del mazo BOTA. 12 En muchos casos, naturalmente, las imagenes son muy simples y se relacionan directamente con los significados que debfan ilustrar. El Cuatro de Pentdculos, por ejemplo, muestra la imagen de un avaro, de alguien que se «aferra» a la «seguridad de las posesiones». Pero cabe preguntarse si es coincidencia o deliberacién que esos cuatro pentaculos cubran la coronilla, el corazén y la garganta, y las plantas de los pies, todo lo cual sugiere interpretaciones mas profun- das que la simple avaricia. Y en muchos casos, la imagen toca algo que hay dentro de nosotros y que trasciende el significado oficialmente relacionado con ella. Fijémonos en el Seis de Espadas: se supone que es «un viaje por agua». El silencio onfrico y la tristeza implicita en la imagen sugieren el mitico viaje de las almas a través del rfo Estigio. No es mi intencidn presentar a Waite como desabrido ni como insensible a las imagenes de su propio mazo. Hay ocasiones en que sus comentarios, especialmente los refe- rentes a las figuras, llevan nuestro entendimiento mas alla de la simple lista de significados. En el Seis de Espadas ob- serva que «la carga es ligera», y esto, unido al comentario de Eden Gray, quien sefiala que «las espadas no hunden la barca», nos lleva a la contemplacién de la imagen de un viaje espiritual o emocional, en el cual cargamos con nues- tros recuerdos y pesares. En el Dos de Varas, Waite pro- pone dos significados opuestos, y después dice que la ima- gen «da una clave» para resolverlos. En otras ocasiones, sin embargo, el significado propuesto contradice a la imagen, como en el Dos de Espadas, donde se nos dice que una poderosa imagen de aislamiento y defensa representa la «amistad». Desde que aparecié la baraja Rider, algunos otros dise- fiadores de Tarots intentaron incluir una escena en cada carta. Casi todos han rendido tributo a las imagenes de Pa- mela Smith, algunos aproximdndosele en forma muy estre- cha, mientras que otros transformaban imaginativamente las ilustraciones del mazo Rider. No hay nada que los obli- gue a usar esas imagenes, que no estdn revestidas de la autoridad de una antigua tradicién, como los Arcanos Ma- 13 yores. Su autoridad se deriva de un logro creativo. No se sabe por qué, estas figuras, burdamente dibujadas, torpes, con frecuencia fuera de toda proporcién o perspectiva, ba- sadas en unas ideas sentimentales de la Edad Media, han guiado a millares de personas a una comprensién nueva, no s6lo de las cartas, sino de sf mismas. De un solo trazo, Pamela Smith creé una tradicién nueva. Los cuatro palos Si bien en su presentaci6n de las cartas individuales Waite se aparté de la prdctica anterior, en su disposicién de los palos y de sus emblemas se mantuvo pr6ximo a los mazos precedentes... con una tinica excepcién. Allf donde los vie- jos mazos, remontandose nada menos que hasta el siglo xv yla baraja Visconti-Sforza, usaban Varas (o Bastos), Copas, Espadas y Oros, el mazo Rider sustituy6 estos tltimos por Pentdculos, es decir, estrellas de cinco puntas encerradas en discos de oro. Waite introdujo este cambio por dos razo- nes. La primera, porque queria que su cuarto palo repre- sentara el alcance cabal del mundo ffsico y no simplemente el estrecho materialismo del dinero y los negocios. Y en segundo lugar porque querfa que los cuatro palos fueran portadores de los cuatro instrumentos badsicos de la magia ritual. En realidad, las dos razones se reducen a una. Waite sabfa que los magos usaban esos objetos, en parte, porque simbolizan en forma concreta los diversos aspectos del uni- verso fisico/espiritual. La asociacién de estos cuatro emblemas tanto con la practica de la magia como con la verdad espiritual subya- cente en la vida se remonta por lo menos hasta la Edad Media, época en la que encontramos sus equivalentes en los objetos simbdlicos de que son portadoras las doncellas del Graal. El propio Waite conocfa estos objetos por su ex- periencia en las érdenes magicas. El mazo Rider también los representa dispuestos sobre la mesa que hay delante del Mago en los Arcanos Mayores. 14 En el Tarot, como en la magia, los cuatro emblemas re- presentan el mundo mismo y la naturaleza humana, al mis- mo tiempo que el acto de la creacién (tanto la creacién de cosas especificas como la creacién continua de la evolu- cién). Que ocupen un lugar sobre la mesa del Mago signi- fica que éste —o ésta— ha alcanzado el sefiorfo del mundo fisico. En un sentido, tal sefiorfo alude a los poderes reales sobre la naturaleza que muchas personas buscan en la ma- gia. Quienes usan el Tarot como disciplina esotérica sostie- nen a veces que la meditaci6n y el ritual con los Arcanos Menores darén al adepto el control de las fuerzas de la na- turaleza. En su novela The Greater Trumps [Los triunfos mayores], basada en el Tarot, Charles Williams lleva esta idea a un extremo dramatico cuando el héroe genera un huracdn sacudiendo, juntas, todas las cartas asociadas con el viento. En términos psicoldégicos, el dominio 0 «sefiorfo» sobre los Arcanos Menores significa haber llegado a com- prender, en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea, todas aquellas experiencias y fuerzas que aparecen repre- sentadas en las cartas. Un «sefior» es una persona que tiene control sobre su vida, que es duefia —o duefio— de si misma. Un objetivo tal es mucho mas diffcil de alcanzar de lo que mucha gente podrfa pensar. Significa saber realmente quiénes somos, tanto en los niveles inconscientes como en los conscientes. Significa saber por qué actuamos como lo hacemos, conocer nuestros verdaderos deseos en vez de las nebulosas ideas que la mayorfa de las personas tienen de sus objetivos en la vida. Significa advertir las conexiones entre experiencias cuyo vinculo se nos aparece como mera- mente aleatorio. El Tarot puede, por lo menos, ayudarnos a incrementar el entendimiento que tenemos de todas estas cosas. Y el punto a que cada persona lleque depende, entre otras cosas, de la relacién que establezca con las cartas. El nimero cuatro ha figurado en forma muy destacada en los intentos humanos por entender la existencia. Como nuestro cuerpo nos sugiere este ntimero (el frente y la es- palda, los lados derecho e izquierdo), tendemos a organizar 15 nuestfas percepciones del mundo, siempre cambiante, cla- sificando las cosas en cuatro. La visién del aiio como for- mado por cuatro estaciones proviene también de los dos solsticios y de los dos equinoccios. (Las culturas que no tie- nen conocimientos astronémicos suelen dividir e] afio en las dos estaciones bdsicas, verano e invierno, o también a veces en tres estaciones.) El zodfaco contiene doce constelaciones, tres veces cua- tro; por ende, encontramos los signos de la astrologfa divi- didos en cuatro grupos de tres. Un signo «fijo» en cada gru- po nos da los cuatro «puntos fuertes» del cielo. Son los cua- tro que vemos representados en los Arcanos Mayores, en las cartas del Mundo y de la Rueda de la Fortuna, como las cuatro figuras que aparecen en los cuatro Angulos de los naipes. (La forma misma de las cartas, y para el caso la mayoria de las viviendas occidentales, dan testimonio de nuestra tendencia a lo cuadrilateral. En la antigitedad, los chinos jugaban con naipes circulares.) Las cuatro criaturas simbolizan el zodfaco, pero se derivan de forma més directa de la vision de Ezequiel en el Antiguo Testamento, repetida posteriormente en la Revelacién. De los cuatro simbolismos, los dos que se refieren mas directamente a los Arcanos Menores son los cuatro elemen- tos de la alquimia medieval y las cuatro letras del nombre de Dios en hebreo, el Tetragramaton. Nuestro moderno concepto de los elementos atémicos se deriva de una idea mas temprana (que se originé en la antigua Grecia), segiin la cual todas las cosas en la naturaleza se han formado a partir de cuatro constituyentes basicos: fuego, agua, aire y tierra. Y no solamente encontramos esta idea en Europa, sino también en culturas tan diversas como las autéctonas de China y de América del Norte. Los elementos cambian en ocasiones; a veces, los niimeros cambian también de cuatro a cinco, agregando el «éter» o Espiritu a los cuatro elementos de la naturaleza (de la misma manera que mu- chas culturas agregan el «centro» como una quinta direc- clén). El concepto basico, sin embargo, sigue siendo el mismo: que todo puede ser reducido a sus partes basicas, 16 que el mundo combina esas cualidades fundamentales de infinitas maneras. En la actualidad llevamos mucho mis lejos esa idea; reducimos toda la materia a particulas subatémicas (dejan- do totalmente de lado la idea de Espiritu, a no ser en ciertas teorias rarificadas de la ffsica contempordnea) y considera- mos desdefiosamente los «elementos» medievales como combinaciones quimicas muy complejas. Sin embargo, es- tamos muy equivocados si pensamos que el antiguo sis- tema ya no puede ensefiarnos nada. Pues algo que caracte- riza a la antigua vision —y, de hecho, a las visiones de casi todas las culturas previas a la nuestra occidental y moderna— es la no-separaci6n entre teorfas y valores de orden ffsico, espiritual, moral y psicolégico. Para nosotros, el significado espiritual del elemento helio, digamos por poner un ejem- plo, es mfnimo, cuando no simplemente inexistente. Para los pensadores medievales, el elemento Fuego sugeria una vasta gama de asociaciones. Evidentemente, serfa un error rechazar los grandes logros cognoscitivos de lo que llama- mos la ciencia moderna, pero tampoco deberiamos recha- zar las intuiciones de épocas anteriores. En el Tarot, los cuatro elementos se presentan como Fuego-Varas (Bastos), Agua-Copas, Aire-Espadas y Tierra- Pentaculos (Oros). Los diferentes autores suelen dar varia- ciones de este ordenamiento, de las cuales la mas frecuente es intercambiar Varas y Pentaculos, sobre la base de que las varas crecen de la tierra y las monedas se funden sobre el fuego. Debido a las asociaciones més amplias del fuego y de la tierra, yo prefiero mantener el ordenamiento mds co- min. El fuego no es simplemente una herramienta del hombre, sino una gran fuerza de la naturaleza, que se mues- tra de la manera mas poderosa en el sol que hace brotar las varas del suelo. La tierra no sélo representa el suelo, sino que es, tradicionalmente, todo el universo material, del cual los Oros no representan més que una pequefia parte, y los Pentdculos una mucho mayor. Si deseamos ver el mundo en funcién del nimero cinco en vez del cuatro, incluyendo el Espiritu como centro, en- WW, tonces los Arcanos Mayores representan el quinto ele- mento, el Eter. El hecho de que lo situemos aparte de los cuatro elementos Menores simboliza la intuicién de que, de alguna manera, el Espiritu existe en un nivel diferente del nivel del mundo ordinario. Al mismo tiempo, el hecho de que para las lecturas los mezclemos todos nos ayuda a ver que, en realidad, el Espfritu y la totalidad de los elementos de la materia operan constantemente juntos. Trabajar con el Tarot nos ayuda a entender las formas dinamicas en que el Espfritu confiere significado y unidad al mundo material. Un verdadero entendimiento de esta relaci6n, tanto en teo- rfa como en la practica, constituye un gran paso en el avan- ce hacia ese «seforio» a que antes hicimos referencia. Muchos lectores conocerdn la simbologfa de los cuatro elementos por la astrologia, con sus cuatro «triplicidades»: el Fuego (Aries, Leo, Sagitario), el Agua (Cancer, Escorpio, Piscis), el Aire (Géminis, Libra, Acuario) y la Tierra (Tauro, Virgo, Capricornio). También la psicologfa junguiana utiliza los cuatro elementos, relacionandolos con maneras basicas de vivenciar el mundo. El Fuego representa la Intuicién, el Agua el Sentimiento, el Aire el Pensamiento, y la Tierra la Sensacién. En la astrologia y en el pensamiento junguiano, los ele- mentos representan tipos y caracterfsticas. En el Tarot ve- mos estos tipos reflejados en las cartas cortesanas. Los palos, como totalidad, muestran més bien actividades y cualidades de la vida que rasgos de la psicologfa individual. Dicho de otra manera, que si en una lectura dominan las Varas no diremos que la persona tiene un cardcter «fogoso», sino més bien que en ese momento esté pasando por muchas experiencias de Fuego. Si estudiamos los cuatro palos por separado, es precisamente para aprender qué es lo que que- remos decir al hablar de experiencias de Fuego, Agua, Aire o Tierra. Y en las lecturas los estudiamos juntos para apren- der de qué manera la vida abarca y combina, en la realidad, todos los elementos. A manera de breve resumen, las Varas/Fuego represen- tan la acci6n, el movimiento, el optimismo, la aventura, la 18 lucha, los negocios —en el sentido de la actividad comercial antes que en el de las mercancifas—, los comienzos. Las Copas/Agua representan la reflexion, las experiencias tran- quilas, el amor, la amistad, el jtibilo, la fantasia, la pasividad. Las Espadas/Aire representan el conflicto, las emociones coléricas 0 alteradas, la tristeza, pero también la actividad mental, la prudencia, el uso del intelecto para entender la verdad. Los Pentdculos/Tierra representan la naturaleza, el dinero, el trabajo, las actividades rutinarias, las relaciones estables, los negocios en el sentido de las cosas que se hacen y se venden. Ademas, porque los Pentdculos son signos magicos, representan lo magico de la naturaleza y lo mara- villoso de la vida ordinaria, lo que no siempre se percibe, pero que con frecuencia esta oculto bajo la superficie. Sicomparamos el Tarot con otro conocido sistema sim- bélico, las Varas y las Espadas representan situaciones «yang» 0 «activas», en tanto que las Copas y los Pentdculos representan las que son «yin» o «pasivas». También pode- mos sustituir, con referencia a los Arcanos Mayores, el yang por el Mago y el yin por la Suma Sacerdotisa. Sea cual fuere la terminologfa, estas distinciones se aclaran en virtud del simbolismo de las imagenes. Tanto las varas como las espa- das se utilizan para golpear; las copas, por otra parte, cum- plen su funcién recibiendo y conteniendo el agua, ya su vez los pentaculos, ya sea en cuanto signos magicos o en cuan- to dinero, pueden influir sobre el mundo sin moverse fisica- mente. De modo similar, el fuego y el aire estan en constan- te movimiento, mientras que el agua y la tierra tienden mas a la inercia. Un poco de reflexién, acompafiada de un vistazo a las figuras, nos hard ver cémo estas categorfas separadas se mezclan efectivamente en la realidad. Tanto las Varas como los Pentdculos tienen que ver con los negocios, pero tanto las Varas como las Espadas indican conflicto. Copas y Varas tienden a las experiencias felices y positivas, en tanto que Pentdculos y Espadas suelen representar los aspectos mas diffciles de la vida. Al mismo tiempo, Copas y Espadas abar- can la gama general de las emociones, en tanto que Pen- 19 tdculos y Varas hacen referencia a las actividades mas ffsi- cas. Antes que mostrar separaciones rigidas, las cartas tien- den a formar combinaciones y a la difuminacién de todas las distinciones. En la primera parte expresé que el estudio de las lectu- ras del Tarot nos ensefia, por encima de todo, que ninguna cualidad es buena ni mala, a no ser dentro del contexto de una situaci6n real. De las lecturas aprendemos también que ninguna situaci6n, cualidad ni caracterfstica personal existe en forma aislada, sino solamente en combinacién con otras. En una lectura atendemos primero a las cartas individuales en sus posiciones individuales, pero entendemos lo que la lectura nos dice cuando vemos de qué manera las cartas se fusionan para formar un disefio completo. De modo similar, estudiamos individualmente las cartas, pero sélo las enten- demos plenamente cuando las vemos en funcionamiento. Los diferentes elementos no sdlo representan experien- cias diferentes, sino también diferentes maneras de encarar la vida. Una razén para estudiar los palos como totalidad es que asf se ven las ventajas y los problemas que plantea cada enfoque. Para cada palo, veremos un «problema» y un «Ca- mino hacia el Espiritu». A modo de ejemplo, el problema para las Copas es la pasividad, el Camino hacia el Espiritu es el amor. Por mediacién de las diferentes imagenes vemos cémo las experiencias relacionadas con las Copas hacen aflorar estas cualidades. Al disponer las cartas he seguido el ejemplo de Waite, descendiendo desde el Rey hasta el As, en vez del procedi- miento contrario. Ya que los reyes (como simbolos tradicio- nales antes que como realidad politica) tienen la responsa- bilidad del mantenimiento de la sociedad, y puesto que el rey da una imagen de madurez, cada uno de los cuatro Reyes simboliza la versién ms estable y sociable de su palo. Los Ases, por su parte, significan unidad y perfeccién. Por lo tanto, los Ases representan los elementos en su forma mas pura. El As de Varas representa al Fuego como tal, y todo lo que éste significa, mientras que las otras trece carias de Varas muestran algtn ejemplo especffico del Fuego, ya sea 20 en una situacién (cartas 2-10) o como un tipo de personali- dad (las cartas cortesanas). En el mazo Rider vemos cada As sostenido por una mano que sale de una nube. Este sfmbolo, que se ve también en otros mazos, nos muestra que cada elemento es capaz de conducirnos al misterio espiritual. Nos ensefia también que toda experiencia es un don, proveniente de una fuente que no podemos conocer conscientemente, a menos que reali- cemos el profundo viaje espiritual que nos mostraron los Arcanos Mayores. Por esta raz6n he puesto fin a cada palo con el As. El Tetragramaton Aparte los cuatro elementos, deberfamos ver también el otro simbolo implicito en los cuatro palos, es decir, el del nom- bre de Dios. Encontramos las cuatro letras, Yod-Heh-Vau- Heh, dispuestas en la Rueda de la Fortuna, la décima carta de los Arcanos Mayores. Con graffa europea, las escribimos YHVH, 0 en ocasiones IHVH. Dado que la Biblia no da vocales para el nombre, de hecho no podemos pronun- ciarlo; por lo tanto, simboliza la naturaleza incognoscible de Dios, la separacién esencial entre Dios y el hombre, caracte- ristica de la religidn occidental. Distintos autores han asig- nado los nombres de Jehova, Jah o Jahvé a estas letras, pero esto conduce a la confusién. Cuando consultamos los escritos de los cabalistas descubrimos que las letras no for- man un «nombre», en el sentido humano de una etiqueta que representa a una persona, sino que enuncian una fér- mula. Y esa férmula describe el proceso de la creacién. El Tetragramaton y los cuatro elementos no forman en realidad dos sistemas separados, sino que son, de hecho, un sfmbolo unificado. Cada uno de los elementos pertenece a una letra: Yod-Fuego, Heh-Agua, Vau-Aire, Heh-Tierra,* y “Estos vinculos provienen de la tradicién del Tarot. Algunos cabalistas usan un orden ligeramente diferente. Zl cuando aplicamos el nombre de Dios a los elementos esta- mos completando el significado de sus diferencias simbé- licas. El proceso se desarrolla de la siguiente manera: Yod, o el Fuego, simboliza el comienzo de cualquier empresa, la primera chispa creativa, la energfa necesaria para arrancar. En términos mfticos, Yod indica que la chispa divina emer- ge del Dios incognoscible. En términos psicolégicos, repre- senta el impulso a empezar algtin proyecto especifico o una nueva forma de vida. La primera letra Heh —Agua— sim- boliza el comienzo real, cuando la chispa es «recibida» den- tro de un modelo. Miticamente, esto se refiere al Fuego de Dios que toca las «Aguas de lo profundo», es decir, el caos existente antes de que Dios comenzara a reordenar el uni- verso. Psicolégicamente, entendemos que nuestros planes y esperanzas serdn vagos e informes hasta que la energfa del fuego los penetre y nos ponga, efectivamente, a hacer algo. Al mismo tiempo, la energfa inquieta de las Varas no puede beneficiarnos a menos que le demos un propésito definido. La tercera letra, Vau, conectada con el Aire, simboliza el desarrollo del plan, el movimiento dirigido y con sentido que hace que todo cobre forma. En su significado sagrado, es el estadio de la creacién en que Dios dio al mundo su forma fundamental. E] aire representa el intelecto, y psico- l6gicamente Vau indica el proceso mental de pasar desde un propésito a un verdadero plan que lleve a la realizaci6n del proyecto. Finalmente, la segunda letra Heh —Tierra— representa la creacién terminada, la cosa misma. En términos religio- sos significa la materia, el universo ffsico, aquello que Dios creé por mediacién del proceso de las otras letras. En térmi- nos humanos, significa la consumacién del objetivo. Tomemos el ejemplo de un poema, que no se puede ini- ciar sin un impulso hacia la poesia y sin el deseo de expre- sar algo. Al mismo tiempo, un deseo tal no va a ninguna parte a menos que podamos escoger un tema determinado. En cierto sentido, el tema «recibe» el impulso de escribir. Ze, Aun asi, el poema jamas se realizara a menos que trabaje- mos sobre él, valiéndonos del intelecto y escribiendo varios borradores para resolver los problemas que plantean las imagenes, el ritmo, etc. Finalmente, el proceso acaba cuando podemos tener ante los ojos el poema terminado y darselo a leer a otros. Un poco de reflexién nos demostrara que la misma evolucién se da respecto de cualquier acci6n, ya sea construir una casa, fabricar vino o hacer el amor. Es obvio que el tiltimo elemento, Tierra, esté un tanto aparte de los otros. El matematico y ocultista P. D. Ous- pensky ha expresado esta relacién en el diagrama siguiente: AIRE Una mirada a las letras hebreas nos ayudara también a entender el simbolismo. Lefdas de derecha a izquierda, “acai Obsérvese cémo Yod, la letra de Fuego, apenas si tiene forma; se asemeja més bien a un punto, al destello de un primer impulso. Obsérvese también que las dos letras Heh recuerdan vagamente tazas 0 jarros puestos boca abajo. La primera «recibe» el impulso, la segunda «recibe» la totali- dad del proceso, y le da forma fisica. Finalmente, nétese cémo la tercera letra, Vau, es una extensién de la primera, Yod. El intelecto —Aire— toma la energfa del Fuego y le imprime una direccién definida. Al principio puede parecer que el cuarto elemento, Tie- rra, puede existir independientemente. Sin embargo, para 28) que podamos encontrar algtin significado en nuestras pose- siones debemos entender los procesos creativos que les dieron el ser. Cuando estudiamos los «problemas» que se relacionan con cada palo, vemos que cada uno se plantea tinicamente cuando apartamos el palo de su relacién con los otros. O, en otros términos, cuando nos volcamos dema- siado hacia una sola direccién en la vida. El problema del materialismo de la Tierra se contrarresta agregdndole Copas para darle apreciacién emocional. En la seccién sobre las lecturas estudiaremos la manera en que se «afiade» un palo a otro. Las cartas Portales Si los Arcanos Menores de la baraja Rider nos sirven princi- palmente como un comentario de la vida corriente, no por eso ignoran percepciones mas profundas ni nos apartan de ellas. Por el contrario, la tendencia filoséfica de los naipes nos lleva siempre en la direccién de las «fuerzas ocultas» que confieren forma y significado a la experiencia ordinaria. Una visién verdaderamente realista del mundo (por oposi- ci6n a la ideologfa estrechamente materialista a la que por lo comin se considera «realismo») habra de reconocer la energia espiritual siempre presente dentro de las pautas continuamente cambiantes del mundo. Hoy por hoy, gran parte de las principales corrientes cientificas estan apartan- dose de la idea de que fuerzas tales como el electromagne- tismo sean estaticas y mecdnicas, y encamindndose hacia una imagen que nos las presenta como dindmicas y cons- tantemente creativas. El mazo Rider estimula positivamente esta manera de ver, cuya celebracién se nos presenta en el Diez de Copas, y la vemos en la forma mis directa en los Ases, donde cada elemento est4 presentado como un don. Pero el mazo Rider hace algo més que ensefiarnos esta actitud. Ciertas cartas, si se las toma de la manera correcta, pueden ayudar a producirla. Antes nos referimos ya a la 24 creencia ocultista en que la contemplacién de ciertos dise- fios geométricos tiene efectos sobre el cerebro. De modo similar, la unién meditativa con determinadas cartas de los cuatro palos nos aportaré experiencias que van més alld de los significados especfficos de los naipes. Son é€stas las cartas que yo llamo Portales, debido a la forma en que nos abren una senda que va desde el mundo ordinario al nivel interior de las experiencias arquetfpicas. Cada palo posee por lo menos uno de estos naipes, y donde hay mds es en los Pentaculos. Todas ellas comparten ciertas caracteristicas: significados complejos y con frecuencia con- tradictorios, y una Extrafieza mitica que ninguna interpreta- cién alegérica puede penetrar del todo. Al escoger ciertas cartas para que desempefien esta funcién no intento dara entender que otras no puedan hacerlo, sino solamente que segtin mi experiencia estas cartas, en particular, acttian de esa manera. En ocasiones, la Extrafieza de un Portal se hallaré en la superficie, pero en otros naipes sélo se pone de manifiesto después de haber analizado intelectualmente la carta. Estos filtimos casos demuestran algo muy importante, a saber, que las percepciones externas e internas no se oponen entre si, sino que més bien se refuerzan. La mejor manera de aproximarse a una carta Portal es empezar por el conoci- miento de los significados literales y simbélicos del naipe. Cuando los hayamos recorrido hasta donde ellos puedan llevarnos, llegaremos a la senda de la Extrafieza que per- mite trascenderlos. El Tarot demuestra muchas cosas, algunas de ellas muy inesperadas. Estas cosas emergen mediante la interpreta- cién de las imagenes de sus naipes, nuesira unién con dichas imagenes en la meditacién, y también mediante la vision de las combinaciones que se forman en las lecturas. Si se las toma por separado, las cartas de los Arcanos Me- nores nos presentan un vasto panorama de las experiencias humanas. Juntas, y en unién con las arquetipicas cartas Mayores, nos conducen a un conocimiento cada vez mas amplio de la cambiante maravilla que es la vida. 25 LOS ARCANOS MENORES 1 Las Varas De una manera u otra, los seres humanos hemos tomado virtualmente a la totalidad de la naturaleza como simbolo de la esencia espiritual de la vida. De todos los simbolos naturales, el fuego se destaca como el mas poderoso. Ha- blamos de la «chispa divina» del alma, de que alguien esta «ardiendo de impaciencia» y, cuando una persona esté amar- gada o desilusionada, decimos que su entusiasmo «se ha apagado». Cuando Dios desterré a Adén y Eva del Jardin del Edén, alejéndolos del Arbol de la Vida, instalé en las puertas un querubfn con una espada llameante para guar- dar la entrada. Con su Cajfda, los primeros seres humanos se habfan alienado del fuego celestial. Cuando los yoguis, 29 mediante la meditacién y el ejercicio, hacen que se eleve la kundalini, o fuerza espiritual, experimentan este ascenso como un gran calor que sube por la columna vertebral. Y en el mundo entero, los chamanes demuestran su poder espiri- tual convirtiéndose en sefiores del fuego, danzando entre las llamas o llevando brasas ardientes en la boca. El fuego representa la esencia vital de la vida, que anima nuestro cuerpo. Sin él nos convertimos en cadaveres. El famoso fresco de la Creacién, de Miguel Angel, nos muestra una chispa que pasa del dedo de Dios al de Adan. Para des- cribir los cambios qufmicos que sufre la comida en el esté- mago decimos que el cuerpo «quema combustible». E] fuego simboliza la energia misma de la existencia. Porque se eleva, tendiendo constantemente hacia lo alto, el fuego repre- senta el optimismo, la confianza, la esperanza. Para dar a los seres humanos un toque de inmortalidad e inmunizarlos ante las amenazas de aniquilacion de Zeus, Prometeo dioa los hombres el fuego. Como los Arcanos Menores se ocupan principalmente de la variante externa de la experiencia, las Varas tienden a ensefiar cémo se muestra el fuego interior en la vida ordi- naria. Ademéas del conocimiento especffico que de él se ob- tiene, un estudio de los Arcanos Menores demuestra cémo la experiencia terrenal se deriva de una base espiritual. Las Varas, pues, representan antes que nada el movi- miento. Ya sea que pierdan 0 que ganen, las Varas estén en una pugna constante, no tanto a causa de problemas u ob- jetivos reales, sino por simple amor al conflicto, a la ocasi6n de usar toda esa energfa. En cuestiones de negocios, las Varas representan el comercio y la competencia; en amor simbolizan el romance, la declaracié6n amorosa, el acto de conquista de un enamorado, antes que la propia emoci6n amorosa. Las Varas nos inducen a encarar la vida activa- mente y con ilusidn. Cuando el éxito de las Varas es demasiado, como suce- de con el Rey o con la figura del naipe Dos, puede adue- fiarse de ellas la melancolfa, porque las recompensas del éxito pueden inmovilizarlas. En otros momentos, como con 30 el Nueve o el Diez, hacen que el habito de pelear o de asu- mir todos los problemas las ciegue para otras alternativas mas pacfficas. Sin embargo, la influencia de las Varas nos muestra sobre todo gente que gana sus batallas. Mediante las Varas en- contramos el Camino hacia el Espiritu en el movimiento, la acci6n, el vivir por el gozo de vivir. Encuentran su expresién més poderosa en el Cuatro, al salir danzando de la ciudad amurallada para celebrar el poder vivificante del Sol. Y sin embargo, con toda esa energfa vitalizadora que se expresa en el poder del Sol para extraer, literalmente, la vida de la tierra, el fuego también destruye. Si no se la con- trola y se la dirige, esa energia calcina el mundo. Por eso vemos que todas las cartas cortesanas de Varas estan, de pie o sentadas, en un desierto. A pesar de su optimismo y de su avidez, las Varas necesitan la influencia suavizante de las Copas, porque sin agua, el sol del verano no aporta mas que sequfa. De las Copas proviene, pues, un sentido de pro- fundidad, asf como la capacidad de sentir y no sdlo de ac- tuar. De las Espadas obtenemos un sentimiento de planifica- cién y direccién para toda la energfa. De las Espadas pro- viene también una conciencia del dolor y del sufrimiento, que equilibra el optimismo de las Varas y su espiritu de con- quista. Y de los Pent&culos nos viene un sentimiento de estar arraigados en el mundo real, una capacidad de disfru- tar de la vida y no solamente de triunfar sobre ella. 31 Figura 1 El Rey Tradicionalmente, en las lecturas, las cartas cortesanas de cada palo representan personas que han de influir sobre la vida del sujeto, pero aunque con frecuencia es realmente asi, estos naipes también pueden simbolizar al propio con- sultante. Si se las toma aisladamente, es decir, fuera del contexto de lecturas especfficas, las dieciséis cartas cortesa- nas ofrecen un abanico mas amplio de caracteres humanos. Ya sea en una lectura o tomada aisladamente como objeto de estudio, cualquiera de las cartas cortesanas indica una persona que tiene o expresa las cualidades simbolizadas por el naipe. Un Rey (0 un Caballero, o un Paje) no significa necesa- tiamente un hombre, ni una Reina una mujer. Muestran, mas bien, las cualidades y actitudes simbolizadas tradicio-. nalmente por esas figuras. Las funciones sociales especifi- cas de un rey, de una reina o de un caballero evocan de- terminadas experiencias y responsabilidades, que son las que las cartas simbolizan con no menor frecuencia que la edad 0 el sexo. También debemos evitar la idea de que una carta podria simbolizar a un individuo durante toda la vida, en el sentido 32 de que se pueda decir de alguien «Es la Reina de Varas», creyendo que asi se resume la vida de la persona. Alguien puede pasar durante un mes por una fase de Reina de Es- padas, y al mes siguiente convertirse en un Caballero de Copas, o bien tener simultaneamente ambas vivencias en diferentes aspectos de su vida. Un rey es un gobernante, responsable del bienestar de la sociedad. En el mazo Rider los cuatro Reyes llevan deba- jo de la corona lo que Waite llama un cap of maintenance”. Tradicionalmente, al rey le corresponde la responsabilidad del mantenimiento [maintenance] de su pueblo. Por consi- guiente, todos los Reyes representan al mismo tiempo el éxito (porque el rey, finalmente, es supremo) y la responsa- bilidad social. El Rey de Varas expresa estas cualidades en los térmi- nos que le marca su palo. Indica una persona de mentali- dad fuerte, capaz de dominar a otros mediante su fuerza de voluntad. Su poder se deriva de una sélida fe en su propia justicia. El sabe la verdad; sabe que su método es el mejor, y considera simplemente natural que los demés lo sigan. Al mismo tiempo, muestra la energfa de las Varas con- trolada y convertida en proyectos titiles o en carreras a largo plazo. La naturaleza aventurera de las Varas puede hacer que un persona asf se sienta incémoda en este papel. El Rey se inclina hacia adelante en su trono, como si quisiera levantarse de un salto para correr en busca de experien- cias nuevas. Es sincero por naturaleza, ya que no ve raz6n para men- tir ni valor en las mentiras. Es positivo y optimista por la misma raz6n; la energfa de las Varas arde con tanta fuerza en él que no entiende por qué nadie habria de expresar actitudes negativas. Una personalidad tan fuerte puede mostrar tendencia a la intolerancia; es incapaz de entender la debilidad o la de- sesperacién, porque son cosas de las que él mismo no ha *Gorro que solfa usarse como sfmbolo de dignidad oficial o alto rango. (N. de la T) 33 tenido experiencia. Este lado impaciente del Rey podria de- finirse con el lema: «Si yo puedo, ti también.» En cierta ocasién, en una lectura, vi una expresién muy justa de lo que se solfa llamar «la brecha generacional»: el Rey de Varas y el Loco, ambos llenos de energfa, y sin embargo, uno de ellos es la esencia de la responsabilidad, y el otro la pura imagen del instinto y de la libertad. Dos sfmbolos dominan la carta: el leén, emblema de Leo, y la salamandra, un lagarto legendario del que se crefa que vivia en el fuego. Los dos representan lo terrenal y lo espiritual, ya que mientras que Leo indica los rasgos de per- sonalidad que pertenecen al Fuego, la salamandra era uno de los simbolos favoritos de los alquimistas. En su mejor aspecto, el Rey es el sefior del Fuego creativo. Con su sen- tido del compromiso social, lo ha domesticado y puesto a nuestro servicio. Obsérvese que las salamandras que ador- nan el manto se muerden la cola. El cfrculo cerrado significa madurez y completamiento. Comparese esta imagen con la tinica del Caballero, donde la boca de las salamandras no les llega a la cola. Invertida Cuando invertimos una carta alteramos en algtin sentido su significado principal, como si el impacto original se hubiese bloqueado o vuelto a canalizar, o en algunos casos, como si hubiera sido liberado. Algunos comentaristas del Tarot pre- fieren hacer caso omiso de los significados invertidos, y es verdad que en la meditacién o en la actividad creativa con- sideramos generalmente todas las cartas como si estuvieran en posicién normal. Pero para las consultas 0 el estudio, los significados invertidos duplican con creces los significados posibles en el mazo. Al mosirarnos el naipe desde un Angulo diferente, nos dan una comprensién més amplia de lo que éste realmente significa. En una lectura, si una carta cortesana se refiere a una persona especifica (por su tipo fisico, digamos, més bien que por las cualidades del naipe), al aparecer invertida indica que esa persona esta perturbada o bloqueada, o quiz4 que 34 tiene una influencia negativa sobre el sujeto. Por otra parte, si consideramos las cualidades de la carta, cuando esta in- vertida muestra dichas cualidades alteradas. En posicién normal, el Rey nos muestra a alguien pode- roso e imponente, que sin embargo suele ser intolerante con las debilidades ajenas. Si esté invertida, la carta nos muestra ese fuego natural después de que ha tropezado con obstaculos e inconvenientes que podrian haber asus- tado 0 volcado hacia el cinismo a una persona menos enér- gica. Pero como él es el Rey de Varas, no pierde su fuerza sino que la atempera, muestra mas comprensién hacia los otros y, al mismo tiempo, se endurece en su actitud hacia la vida, que ya no se le aparece como una contienda tan facil. Aqui es muy adecuada la férmula de Waite: «Bueno pero severo, austero a la vez que tolerante.» Figura 2 La Reina La Reina representa el yin, es decir, las cualidades recepti- vas de cada elemento. Muestra mas bien una apreciacién de ese elemento que el uso social que el Rey hace de él. Esto no significa que las Reinas indiquen debilidad, ni tam- 35 poco inacci6n, sino que el elemento se ha traducido en sen- timiento y comprensién. Repitamos que no hay por qué aplicar estas cualidades solamente a las mujeres. Si en una lectura vemos que la Reina identifica a una persona slo por el tipo fisico, enton- ces naturalmente la Reina significa una mujer. Pero si de- seamos aplicar las cualidades simbdlicas a alguien, enton- ces cualquiera de las cartas cortesanas puede representar una mujer o un hombre. Y aparte de las lecturas, la Reina de Varas representa una apreciaci6n determinada de la vida. En contraste con la ansiedad y la impaciencia del Rey, la Reina ocupa su trono como si estuviera plantada en él. Su corona esta en flor, el vestido es del color del sol. Entre todas las Reinas, ella es la tinica que esta sentada con las piernas separadas, como signo de la energia sexual. Mues- tra una apreciacién de la vida muy propia del Fuego, cdlida y apasionada, muy sélidamente puesta en el mundo. Como el Rey, es sincera y directa; para ella no tienen sentido el engajfio ni la mala fe. Mas sensible que el Rey, se permite amar la vida y al prdjimo, y considera que el control y la dominacién no tienen més valor que el cinismo. Un gato negro vigila el trono. En el folklore cristiano, el Diablo dio a una bruja un gato negro para que la salvaguar- dara de ataques. Aqui, el significado es menos melodrama- tico. A veces, si una persona ama la vida, parece que el mundo le respondiera, protegiéndola de dafios y proporcio- nandole experiencias jubilosas. No somos capaces de enten- der cémo sucede tal cosa sin alcanzar el complejo conoci- miento interior del universo que simbolizan las dltimas car- tas de los Arcanos Mayores. Sin embargo, es algo que puede suceder, y el gato negro nos muestra esta respuesta de la naturaleza a alguien que se aproxima a ella inundado de fogoso jtibilo. Invertida Como sucedfa con el Rey, cuando la Reina aparece inver- tida muestra la reacci6n de una persona asf ante la contra- 36 riedad y el dolor. La naturaleza bdsicamente buena y las actitudes positivas de la Reina, lo mismo que su energfa, la vuelven inapreciable en situaciones de crisis o desastre. Po- demos ver en ella el tipo de persona que se hace cargo de llevar una casa cuando sus habitantes pasan por un momen- to de crisis, y que al mismo tiempo les ofrece consejo, ayuda y apoyo emocional, todo ello como fruto de un impulso natural y no de un sentimiento del deber. Al mismo tiempo, esta naturaleza bondadosa exige que la vida le responda de manera positiva, Demasiados desas- tres o una oposici6n demasiado encarnizada de la vida (y el punto débil de estas personas puede ser la tendencia a con- siderar que la vida es «injusta») suelen hacer que aflore una vena peligrosa: la persona puede amargarse, empezar a mentir, ser infiel o ponerse celosa. Figura 3 El Caballero Los Caballeros traducen la cualidad de cada palo en movi- miento. La energfa que en el Rey vefamos como un logro, y como conciencia en la Reina, irrumpe aquf en una etapa previa. En los Caballeros vemos las maneras de funcionar 37 de cada elemento. Al mismo tiempo, los Caballeros carecen de la seguridad y la estabilidad de los Reyes y las Reinas. Porque el Fuego mismo simboliza el movimiento, el Ca- ballero de Varas muestra esta cualidad en forma extrema. Dicho con palabras de algunos comentaristas, es «Fuego de Fuego» 0 «Fuego exaltado». Representa la ansiedad, la ac- cién, el movimiento por el movimiento mismo, la aventura y los viajes. Sin alguna influencia que la ate a la tierra, toda esta excitacién puede disiparse mientras el Caballero intenta volar en todas las direcciones a la vez. En conjuncién con un sentimiento de finalidad y con la ayuda de alguna in- fluencia de Aire en la planificacién, el Caballero de Varas puede proporcionar la energia y la confianza en si mismo necesarias para un logro importante. Obsérvese que las salamandras de su tiinica no se muer- den la cola, lo que simboliza una acci6n incompleta, planes que no llegan a cobrar forma. En contraste con el Rey, el Caballero no ha hecho més que iniciar sus aventuras. Invertida Imaginémonos al joven Caballero. A diferencia del guerrero experimentado, el joven busca el combate a la menor opor- tunidad, porque necesita demostrar —y demostrarse— su coraje y su fuerza. Y sin embargo, es facil desmontarlo de su caballo. Al no haberse puesto atin a prueba, toda esa ansia esta tefiida de cierta fragilidad. La oposicién lo confunde, e incluso es causa de que sus grandes proyectos se desplo- men estrepitosamente en torno de él. Como espera que todo caiga ante él, es probable que se encuentre basica- mente en desarmonia con las personas 0 las situaciones que lo rodean. Sus acciones se ven interrumpidas a medida que se encuentra con que su naturaleza basicamente buena no concuerda con las personas y las situaciones. En una lec- tura, por lo tanto, el Caballero invertido es simbolo de con- fusi6n, proyectos que se desvian, colapso y desarmonia. 38 PAGE WANDS. Figura 4 El Paje Los Pajes representan la cualidad de cada palo en su estado més simple, en el puro disfrute de sf mismo de una manera mis leve y més juvenil que la de la madura Reina. Fisica- mente, los Pajes hacen referencia a nifios. En relaci6n con los adultos, indican un momento en que una persona expe- rimenta algtin aspecto de la vida simplemente como tal, sin el condicionamiento de presiones externas. En cuanto son nifios, los Pajes suelen simbolizar los comienzos, el estudio, la reflexidn, las cualidades de los jévenes estudiantes. Como las Varas simbolizan el comienzo, el Paje de Varas indica especialmente la iniciacién de proyectos, y en parti- cular un anuncio, dirigido al mundo y a nosotros mismos, de que estamos preparados para iniciar algo, que puede ser un «proyecto» (lo que puede referirse tanto a una relacién como a un plan practico) o una nueva etapa de la vida. En un nivel més simple, el Paje puede representar un mensa- jero, un mensaje o una informaci6n. En situaciones emocio- nales, la simple ansia del Paje alude a fidelidad en el amor o en la amistad. 39 Invertida Mas calmo que el Caballero, al Paje los problemas no lo sacuden tanto, pero sf lo sumen en la confusion y la indeci- sién. Su ansia por comenzar tropieza con complejidades, cuando no con una oposicién directa que lo deja asustado e incapaz de expresarse. Como sus cualidades bdsicas son la simplicidad y la fidelidad (obsérvese que muchas de las salamandras de su traje estan cerradas, lo que no significa proyectos terminados como en el caso del Rey, sino mas bien una simple integridad del ser), cuando esta indeciso puede mostrarse inestable y débil. La persona a quien apunte esta carta necesita ya sea alejarse de la complejidad o bien alcanzar la madurez suficiente para enfrentarse con ella. La indecisi6n continuada no puede conducir més que a un mayor debilitamiento de la resolucién y de la confianza en si mismo. Figura 5 El Diez Al estar tan relacionadas con el movimiento y la accién, las Varas suscitan problemas. Constantemente en conflicto, lle- gan a atraer enemigos y dificultades. Esto proviene en parte 40 de la falta de propésito y de plan, pero también del placer secreto que las Varas obtienen de cualquier contienda. El Diez nos muestra, superficialmente, la imagen de una persona cargada y oprimida por la vida, y especialmente por la responsabilidad. La avidez propia de las Varas la ha llevado a complicarse en tantas situaciones que ahora, pa- radéjicamente, esa misma energfa esté aplastada por los compromisos y los problemas. El hombre quiere ser libre de viajar, de buscar la aventura y compromisos nuevos, pero en cambio se encuentra, como el joven universitario de un barrio periférico, atrapado en una red de responsabilidades interminables —financieras, familiares, laborales— que él mismo se ha creado. Y no es que lo haya planeado; todo eso crecié en torno de él. Vemos aqui el gran problema de las Varas. La energia del Fuego acttia sin pensar, aborda problemas nuevos sim- plemente porque éstos la estimulan. Pero esas situaciones y responsabilidades no desaparecen cuando la persona se aburre de ellas y quiere pasar a algo nuevo. Se mantienen, y son capaces de anegar el fuego que parecid conquistarlas. En las situaciones emocionales, la carta nos muestra a la persona que carga con todo el peso de una relacién. Hom- bre o mujer, y sean cuales fueren los problemas, los conflic- tos y la insatisfacci6n, es ella quien intenta suavizarlos. Con la espalda inclinada, se esfuerza por mantener en marcha la relacién, en tanto que probablemente, la(s) otra(s) perso- na(s) ni reconoce(n) siquiera lo que esta pasando. Tanto en las situaciones practicas como en las emocio- nales, la persona ha asumido sobre sf la carga. Es ella —o él— quien ha creado la situacién, y es necesario que se dé cuenta de que todavia son posibles otras formas de abor- darla. En situaciones asf, es probable que las cargas no sean del todo reales, o por lo menos que se las pueda evitar; de hecho, pueden servir como excusa para no hacer nada real- mente constructivo, como podria ser apartarse de una si- tuaci6n negativa. 41 Invertida Como muchas cartas, ésta tiene més de un significado posi- ble, especialmente cuando esté invertida. En una lectura es posible determinar parcialmente el significado mds apro- piado (aunque a veces puede ser valido mds de uno, como en el caso de una opcién) por mediacién de las otras cartas, y en parte también mediante una intuicién que sélo puede desarrollarse con la practica. En el estudio, esta diversidad de significados demuestra el hecho de que una situacién puede cambiar de miultiples maneras. En el caso mas simple, el Diez de Varas invertido indica que las cargas se han incrementado en ntimero y en peso, hasta tal punto que pueden aplastar, ya sea ffsica o emocio- nalmente, a la persona. Al mismo tiempo, el naipe puede significar que la persona se ha liberado de las cargas (quizd porque se le habjfan hecho excesivas para soportarlas). A partir de aqui, la situacién vuelve a ramificarse. El o la con- sultante, éarroja los palos porque se ha dado cuenta de que puede usar para mejor fin la energfa? é0 solamente se re- bela contra las responsabilidades, sin hacer en realidad nada constructivo? Una mujer a quien una vez le hice una lectura describié la situaci6n como cuestién de tirar los palos hacia adelante o hacia atrds. Si los tiramos hacia atrés, intentamos seguir una direcci6n nueva; tirarlos hacia adelante, en cam- bio, significa que volveremos a recogerlos y seguiremos avanzando penosamente por el mismo camino. 42 Figura 6 El Nueve Los Nueves ensefian la forma en que cada palo encara los problemas y los compromisos que éstos exigen. E] Fuego implica gran fuerza, poder fisico y un estado de alerta men- tal. Emocionalmente, sin embargo, esta predileccién por la pelea puede atrapar a las Varas en pautas conflictivas. En el Nueve volvemos a ver la imagen de alguien que se ha en- frentado con mucha oposicién de los otros y de la vida; pero en vez de aceptarla, se ha defendido. El hecho de pe- lear ha desarrollado sus fuerzas, y por eso el naipe nos muestra un hombre musculoso y de mirada atenta. Las Va- ras que hay detrds de él pueden representar los recursos con que cuenta en la vida, o también los problemas que le acechan. Sea como fuere, él est listo para la préxima pelea. Obsérvese, sin embargo, la rigidez de la postura, el hom- bro contrafdo y levantado. Obsérvese también la venda que le rodea la cabeza, indicando una herida psfquica. El com- batiente no es una persona completa. Ya sea por necesidad 0 por habito, ha excluido toda conciencia de una vida mds alla del conflicto, y ahora no busca otra cosa que la préxima pelea, mientras sus ojos ven tinicamente al enemigo, a veces incluso después de que el enemigo se ha rendido. 43 Invertida Nuevamente, alternativas. En primer lugar, la defensa falla. Los obstdculos y los problemas crecen demasiado para que él, con su fuerza, pueda mantenerlos a raya. Existe, sin em- bargo, otro significado: ir en busca de un enfoque diferente. No debemos dar por sentado que la carta nos aconseja siempre que abandonemos la lucha. Abandonar la actitud defensiva significa correr un gran riesgo, porque, équé su- cede si los problemas que hemos mantenido a distancia durante tanto tiempo se precipitan sobre nosotros? El con- texto lo es todo, y en ocasiones el contexto exige esos hom- bros poderosos y esos ojos penetrantes. Y sin embargo, ob- sérvese cudnta energia desperdicia la persona en el simple hecho de mantenerse tensa y dispuesta para el combate. En consultas especfficas, las verdaderas implicaciones de este naipe sdélo pueden aclararse viendo cémo se combina con las otras cartas. Figura 7 El Ocho El fuego implica rapidez y movimiento. Y aunque en oca- siones este movimiento carezca de direcci6n, aqui vemos la 44 imagen de un viaje que tocaa su fin, o de cosas que se com- pletan. Cuando el Fuego encuentra su objetivo, los proyec- tos y las situaciones Ilegan a un final satisfactorio. Las Varas han llegado a tierra, Por consiguiente, la imagen de esta carta implica la adicién de Pentaculos como fundamento de la energfa de las Varas. Con disposici6n romantica, Waite las llama «flechas de amor». Podemos verlo especialmente con un significado de accién que se emprende en un contexto amoroso o de se- duccién, o de declaraciones formuladas y aceptadas. Invertida Si esta dada vuelta, la imagen pasa a ser de continuidad, de una situacién en que nada finaliza, especialmente cuando se desea un final. Una situaci6n o actitud que simplemente se mantiene sin que se aviste conclusién alguna. Si no se puede evitar una situacién asf, entonces es bueno recono- cerla y aceptarla, en vez de permitir que nos cause frustra- cién o decepcién. Por otra parte, hay ocasiones en que no- sotros mismos podemos producir esa calidad «de estar en el aire», esperando que una situacién siga sin resolverse. Una de las posiciones mas importantes en una lectura es la que se llama «Esperanzas y Temores»; con mucha frecuencia, resulta ser una profecia que se autorrealiza. Las flechas de amor, cuando estan invertidas, se con- vierten en flechas de discusién y de celos. Los celos pueden provenir de la incertidumbre y de la confusién, tanto en nuestros sentimientos como en los de la otra persona. 45 Figura 8 El Siete Como el Nueve, ésta es una carta de conflicto, pero aqui vemos la batalla como tal, y el efecto es estimulante. Con la fuerza y el cardcter positivo que les son propios, las Varas esperan ganar, y generalmente ganan. Por obra del con- flicto activo, la figura representada en este naipe se alza, por encima de cualquier depresién, en el aire claro y embriaga- dor. En cierto sentido, esta carta muestra un antecedente del Nueve. Nos ponemos ala defensiva y nos compromete- mos a pelear gracias a una experiencia anterior victoriosa, de estar en la cima. Mientras la pelea continta, disfrutamos de ella. Quienes estan bajo la influencia de las Varas necesi- tan saber que estén vivos, precisan esa descarga de adrena- lina que les muestre que el Fuego sigue circulando en sus venas. Sélo més tarde llega a aislarlos el hdbito constante de la batalla. Invertida Tal como lo sugiere la imagen, la persona est4 usando la excitacién del conflicto para superar la incertidumbre y la depresion. La carta invertida indica estar sumido en la an- siedad, la indecisién, la confusién. En la posicién normal, 46 expresaba no tanto que el sujeto tuviera el control de su vida como que consegufa «mantenerse a flote» sobre ella. En la posicién invertida, ya no puede seguir postergando las contradicciones. Por encima de todo, la carta previene contra la indecisién, y sugiere que, sila persona puede dara la acci6n un rumbo definido, la natural confianza en sf mismo de las Varas volvera a superar las ansiedades y los problemas externos. Figura 9 El Seis A medida que van descendiendo hasta el As, las Varas se fortalecen. El acento se desplaza de los problemas a la ale- grfa, de la actitud defensiva al optimismo, hasta que con el As llegamos a unificarnos con el Fuego dador de vida. El Seis sefiala un punto de inflexién. En el sistema del Alba Dorada, la carta lleva el nombre de «Victoria», y en ella vemos realmente un desfile de victoria, en que el héroe, coronado de laureles, va rodeado por sus seguidores. Sin embargo, no ha Ilegado todavia a su destino. (Esto es, natu- ralmente, una ficci6n; lo mismo podrfa estar regresando a casa. En este punto sigo a Waite.) Esta dando por sentada la 47 victoria. El optimismo produce, precisamente, el éxito que espera y desea. Con frecuencia, aunque no siempre por cierto, se re- quiere solamente una auténtica fe en nosotros mismos para encontrar la energia necesaria para realizar lo que quere- mos. Es mas, es esa fe lo que ha de inspirar a nuestros se- guidores. El Seis (de cualquier palo) tiene que ver con la comunicaci6n y los dones. Aqui, las Varas otorgan a la gen- te que las rodea la fe que el Fuego tiene en la vida. Invertida El verdadero optimismo crea la victoria. El falso optimismo, que encubre nuestras dudas con la fanfarronerfa 0 el autoen- gafio, conduce al miedo y a la debilidad. La actitud que muestra la carta cuando esta en posicién normal no puede ser fingida, porque cuando el optimismo no funciona se convierte en su opuesto: en derrotismo, en la sensacién de que los enemigos nos abrumaran, o de que la vida —o una persona determinada— habra de traicionarnos de alguna manera. Esta actitud se convierte con demasiada frecuencia en una profecfa que se autorrealiza, porque la sospecha puede inducir a la traicién. 48 Figura 10 El Cinco Nuevamente aparece el conflicto, pero mas leve. Es parte de la naturaleza de las Varas ver la vida como una batalla, pero en su mejor sentido la batalla se convierte en una pugna emocionante, que se busca ansiosamente. Los Cin- cos, en general, muestran alguna dificultad o pérdida, pero el elemento Fuego convierte los problemas en competicio- nes, viéndolas como una manera que tiene la gente de co- municarse con la sociedad, y también entre sf. Los jovenes pelean, pero no para hacerse dafio. Como nifios que juga- sen a los caballeros, golpean unos con otros sus palos sin pegar realmente a nadie. No tienen la intencién de destruir, sino s6lo de competir por el puro gozo de la accién. Invertida En posicién normal, la incitante competici6n lleva implicito un sentimiento de las reglas y del juego limpio, porque sin acuerdos conocidos se vuelve imposible hacer de la pugna un juego. Invertido, el naipe indica que se abandonan las reglas, que de hecho la batalla ha asumido un caracter mas grave y peligroso. El sentimiento del juego se convierte en amargura o desilusi6n en la medida en que los participan- 49 tes tratan efectivamente de hacerse dafio unos a otros. La actitud del Fuego, especialmente cuando no se ve fortale- cida por la comprensién y la prudencia de las Espadas, exi- ge que la vida responda positivamente y que no muestre su aspecto mas cruel. El Cinco de Varas invertido vuelve a traer a la memoria aquello de «el fuego se ha extinguido». (a) Figura 11 (b) El Cuatro El nmero cuatro, con su imagen de la plaza, implica estan- camiento o solidez. Sin embargo, la irreprimible energia de las Varas no necesita vallas protectoras como, por ejemplo, los Pentdculos. Es una energfa que no se dejard contener, y por eso vemos a la gente marchando extaticamente hacia la mas simple de las estructuras, confiando en que el sol disi- para con su ardor cualquier nube perturbadora. La carta representa un ambiente doméstico rebosante con el opti- mismo, la exaltaci6n y el regocijo del Fuego. Lo mismo que en el Seis, vemos que hay gente que sigue a los danzarines, pero a diferencia de lo que pasaba en aquel naipe, donde los soldados segufan al Ifder carismatico, aquf la gente va transportada por el jibilo. 50 Salen de una ciudad amurallada en busca de la enra- mada abierta, o dicho de otra manera, su espiritu y su co- raje los llevan de una actitud defensiva a otra de apertura. Podemos contraponer esta imagen a la de la Torre (figura 11b). Las dos figuras del Arcano Mayor estan vestidas de manera muy similar (incluso en lo que se refiere a las ttini- cas azul y roja) a las dos que aparecen en el Cuatro de Varas. En sus significados menos esotéricos, la Torre mues- tra la explosién que resulta cuando la gente deja que una situacién represiva o desdichada se mantenga hasta alcan- zar un nivel intolerable. En el Cuatro de Varas, el optimismo y el amor a la libertad llevan al pueblo, unido, a salir de su ciudad amurallada antes de que ésta se les convierta en una prisi6n como la Torre. Invertida Waite dice que esta carta no cambia aunque esté al revés, El jabilo es tan poderoso que no se lo puede bloquear. Pero igualmente podrfamos afiadir que el Cuatro invertido segu- ramente indica, como el Sol en los Arcanos Mayores, que la felicidad en el ambiente no es tan obvia. Como sucede con la familia del Diez de Pentaculos, es probable que las perso- nas que este naipe simboliza necesiten aprender a apreciar lo que tienen. Existe otra posibilidad: que la felicidad en el medio que rodeaa la persona sea fuerte, pero no ortodoxa, por lo menos en relacién con las actitudes y expectativas de otras personas. 51 Figura 12 El Tres El ntimero tres, en cuanto une en una nueva realidad al uno y al dos (como la Emperatriz en los Arcanos Mayores), in- dica combinaciones y logros. En cada palo, muestra el ele- mento que le es propio en su madurez. Con las Varas, esto significa realizacién. La figura se nos muestra fuerte, pero calma, no amenazada. Los j6venes competidores del Cinco han alcanzado el éxito, especialmente en los negocios, la carrera, etc., aunque la carta implica también madurez emo- cional. El ansia de las Varas no desaparece, pero aqui el personaje envfa sus naves a explorar nuevos territorios mientras é] se queda atrdas. En contraste con el Caballero, la imagen hace pensar en mantener una base sdélida en lo que ya hemos realizado, mientras seguimos abriendo en noso- tros mismos territorios e intereses nuevos. A veces, en una lectura, esto puede significar el mantenimiento de un com- promiso basico con las relaciones existentes, sin por eso dejar de buscar nuevos amigos o amantes. Algunas cartas del Tarot adquieren significados especia- les que solamente son validos para situaciones especfficas. A una persona perturbada por el pasado o que esta atin en pugna con él, el Tres de Varas puede indicarle que llegard a 52, hacer las paces con sus recuerdos, que son como barcos que atraviesan un ancho rio para después salir al mar. El sol poniente, simbolo de satisfaccién, ilumina el rfo —que sim- boliza la vida emocional de una persona— con una célida luz dorada. En el Tres de Varas vemos la primera de las cartas Por- tales (el palo de Varas, con su énfasis puesto en la accién, contiene menos de estas cartas «intimistas» que cualquiera de los otros). Metaffsicamente, el mar siempre ha suscitado en los seres humanos la sensacién de la vastedad y del mis- terio del universo, mientras que los rfos simbolizan la expe- riencia del ego al disolverse en ese inmenso Mar. Los bar- cos representan aquella parte de nosotros que se aventura en la experiencia profunda, en tanto que el hombre expresa la importancia de haber echado raices en la realidad ordi- naria antes de intentar ningiin tipo de viaje metafisico. Esta explicacién esquematica no nos da mas que una débil som- bra intelectual de los verdaderos significados del naipe. Un significado que aflora en la experiencia de unirnos con la imagen hasta que las naves nos lleven a los ambitos desco- nocidos del sf mismo, del ser interior. Significativamente, es la adicion del Agua y la Tierra —en la forma del mar y de la toca— lo que encamina las imagenes hacia el maximo po- tencial del Fuego. Pero, pese a ello, la cualidad especial de este Portal —la de la exploracién de lo desconocido— per- tenece al Fuego. Invertida Varios significados reflejan la compleja naturaleza de la car- ta en posici6n invertida. Por una parte, puede aludir al fra- caso de cualquier «exploracién» o proyecto (ya sea practico © emocional}, debido a «tormentas», esto es, a problemas mayores de lo que habiamos previsto 0 esperado. Pero ade- més puede significar llegar a interesarnos en nuestro medio después de un perfodo de distanciamiento y reflexién, pues la imagen en posicién normal transmite cierta sensacién de aislamiento. Finalmente, puede indicar que a uno le pertur- ban los recuerdos. a> Figura 13 El Dos Nuevamente una carta de éxito, en mayor medida atin que el Tres, ya que aquf un hombre esta de pie en un castillo y tiene el mundo en sus manos. Sin embargo, la carta no es portadora de la misma satisfaccién que el Tres. El hombre esté aburrido; sus logros no le han servido mds que para aprisionarlo (una situaci6n muy desagradable para el Fuego), y el mundo que sostiene es muy pequefio. Waite compara ese abatimiento con el de Alejandro, de quien se decia que lloré después de haber conquistado el mundo conocido, porque entonces ya no se le ocurrfa qué més hacer con su vida (su muerte, acaecida poco después, dio indudable- mente mas pabulo a esta leyenda). El comentario de Waite sugiere que, una vez que la ba- talla esta ganada, el amor al combate y al desafio, caracte- ristico de las Varas, puede dejarlo a uno sin ninguna satis- facci6n real por lo efectivamente logrado. Es obvia la com- paracién con el Cuatro (lo mismo que con el Diez), en don- de varias personas danzan, juntas, al salir de una ciudad amurallada. Aqui, una persona esta sola, encerrada por la muralla de su propio éxito. 54 Invertida Aqui encontramos una de las mejores formulaciones de Waite: «Sorpresa, maravilla, encantamiento, turbacién y miedo.» Todos estos términos describen a alguien que de un salto se precipita directamente en la experiencia nueva. Cuando dejamos atrds las situaciones seguras y los éxitos pasados para adentrarnos en lo desconocido, liberamos tanta emocién y energfa que no podemos evitar ni la mara- villa ni el encantamiento ni tampoco el miedo que a ambos acompafia. El naipe habla muy especialmente a las perso- nas que han vivido durante largo tiempo en alguna situa- cién desagradable o insatisfactoria, y que finalmente deci- den hacer un cambio en forma imprevista. Figura 14 El As Un don de fuerza, de poder, de gran energia sexual, de amor a la vida. Las hojas brotan con tal abundancia que se desprenden, convirtiéndose en Yod, la primera letra del nombre de Dios. La presencia de letras Yod en todos los Ases, salvo el de Pentdculos, indica que recibimos estas im- portantes experiencias como un don de la vida. No pode- 55) mos causarlas ni producirlas por medios normales; nos lle- gan como manos que salieran de las nubes. Sélo llegandoa los supremos estados de conciencia que nos muestran las Uiltimas cartas de los Arcanos Mayores podemos entender las fuentes de esas irrupciones de energfa elemental, pero en las situaciones ordinarias basta con que sepamos experi- mentarlas y apreciarlas. En los inicios de una situacidn, ninguna carta podria se- fialar mejor comienzo. El As da disposicién favorable y fuer- za. Al mismo tiempo, es una carta que ensefia humildad, porque nos recuerda que en tltima instancia no hemos he- cho nada, moralmente, para merecer el optimismo y la so- breabundancia de energfa que a veces nos permiten supe- rar a los demas. Invertida Un As invertido implica en cierto modo el fracaso de esa experiencia primaria. Esto puede significar simplemente que la situacién se vuelve en contra de nosotros o bien, espe- cialmente con las Varas y las Espadas, que se nos hace im- posible aferrarnos a esa fuerza y usarla de manera benéfica. Por consiguiente, el As de Varas invertido puede significar el caos, cosas que se desmoronan, ya sea porque simple- mente todo ha salido asf o porque nosotros lo hemos echa- do a perder con demasiada energfa mal dirigida. Esto puede suceder en un nivel practico, por exceso de actividad, por comenzar demasiadas cosas nuevas sin consolidar los lo- gros pasados; en el emocional, por haberse confiado excesi- vamente en la amistad o simplemente por ser despético; 0, finalmente, en el sexual, por la negativa a dominar un ape- tito sexual demasiado fogoso. Waite incluyé una lectura mucho més suave para el As de Varas invertido: «Alegrfa que se nubla.» Entonces, este naipe se vuelve como el Cuatro o el Sol; la maravilla y la felicidad existen aun cuando nosotros no podamos, o no queramos, verlas ante nosotros. 56 2 Las Copas Si el Fuego simboliza la fuerza espiritual que da vida al uni- verso, el Agua significa el amor que penmite al alma recibir esa fuerza. El sol hace que la semilla salga del suelo, pero solamente cuando antes el agua la ha ablandado y alimen- tado. El Fuego representa la accién, el Agua la ausencia de forma o la pasividad. El Agua no es simbolo de debilidad; mas bien representa el ser interior, y ese lento adveni- miento a la vida de la semilla. En situaciones extremas, fue- go y agua son enemigos naturales; una riada extinguiré un incendio, mientras que una llama puesta debajo de un reci- piente convertira en vapor la sustancia, de suyo informe, del agua. Al mismo tiempo, la vida no puede existir ni crecer sin By una generosa mezcla de estos dos primitivos opuestos. Esta paradoja llev6 a los alquimistas y a otros estudiosos a describir la transformacién —que no es simplemente un cambio, sino una evolucién stibita de un estado fragmenta- rio a uno integrado— como una unificacién del Fuego y el Agua, que se muestra en la imagen del hermafrodita (en la sociedad tradicional, con su identificacién estricta del sexo y del papel sexual, dqué simbolo de los opuestos podfa haber, mds poderoso que el hombre y la mujer?) y, mds sim- bélicamente, en la estrella de seis puntas. En esta antigua imagen (muy anterior a su uso moderno como emblema del judafsmo), el tridngulo de Fuego, que apunta hacia arriba, se une al triangulo de Agua, en equilibrio sobre el vértice, para formar una imagen de la vida que se extiende en todas direcciones a partir de un centro unificado. Como el agua en un rfo cambia constantemente, y sin embargo el rio mantiene siempre su cardacter basico, los rfos simbolizan el ser verdadero que se mantiene constante por debajo de todos los cambios externos en la vida de una per- sona. Asf, en tanto que el Fuego simboliza lo que hacemos, el Agua representa lo que somos. Todos los rios van a dar a la mar. Por mas que nuestro ego insista en nuestra separacién del resto de los vivientes, nuestros instintos —el lado de Agua que todos tenemos— nos recuerdan nuestra armonja con el universo. La cultura occidental ha puesto el acento en la idea del individuo como algo tinico y separado del mundo. El Tarot no niega el ca- yacter peculiar del individuo —mas bien insiste en él, subra- yando estrictamente la intransferibilidad de las lecturas—, pero describe en cambio al individuo como una combina- cién de elementos (una carta astrolégica, con sus doce sig- nos y sus doce casas, nos ensefia la misma lecci6n), Y uno de esos elementos sigue siendo la conexién basica de la persona con el resto de la vida. El palo de Copas muestra una experiencia {ntima que fluye en vez de definir, que se abre en vez de restringir. Las Copas representan el amor y la imaginacién, el jubilo y la paz, un sentimiento de armonia y de maravilla. Nos mues- 58 tran que el amor es la Via hacia el Espfritu; tanto el amor que damos a los demas como el que recibimos de ellos, y de la vida misma en sus momentos més felices. En las ocasiones en que la vida exige accién, ya sea emocional 0 fisica, las Copas representan el problema de la pasividad. Todos los intentos de hacer algo, o de resolver algdn problema complicado, se disuelven en la vaguedad y la apatfa, o se quedan en suefios vacios. Las Varas confie- ren energfa a las Copas, las Espadas definen y orientan esa energia emocional, ayuddndole a entender las cosas (aun- que una tormenta de Aire agitard la disposicién pacffica del Agua), mientras que los Pentaculos vuelven a llevar las fan- tasfas al nivel de los proyectos reales. KING § CUPS. Figura 15 El Rey Como el Rey de Varas, el de Copas representa a su palo en lo que tiene de responsabilidad social, realizacién y madu- rez. Y, como sucedfa con el Rey de Fuego, tampoco para éste su posicién de «mantenedor de la sociedad» es una prenda que le caiga muy cémoda. Las Copas simbolizan la imaginacién creativa, y para alcanzar el éxito, el personaje 59 ha tenido que disciplinarse hasta el punto de llegar a supri- mir sus suefios. El] pez, simbolo de la creatividad, le cuelga del cuello, pero no es mas que un ornamento artificial. El Rey ha orientado sus poderes creativos en busca de logros socialmente responsables. Waite lo describe como un hom- bre «de negocios, de derecho, de religién». En cierto sen- tido, el Rey ha vencido a su palo; pero el agua necesita fluir, no estar confinada. Detras de su trono, un pez vivo se eleva de un salto entre las olas, sefialando que la imaginacién creativa se mantiene viva aun cuando la hayamos relegado al iiltimo rincén. De modo similar, su trono flota sobre el mar vivien- te, y sin embargo, el Rey no toca el agua (comparese con la Reina, figura 16), lo que indica que su éxito se deriva en Ultima instancia de la creatividad, por mas que él haya con- figurado su vida de tal manera que lo separe de su propia imaginacién, juguetona y poética. En su alcance extremo, la imagen hace pensar en alguien que ha embalsado sus emociones y su imaginaci6én. Mues- tra también, con mds moderacién, a una persona que ex- presa esas cualidades, pero no hace de ellas el centro de su vida. La responsabilidad esta antes que la expresién de si mismo. El Rey no esté mirando su copa; la sostiene de la misma manera que sostiene el cetro, simbolo de su poder. Algunos comentaristas ven en este Rey a una persona de emociones perturbadas, incluso colérica y violenta, que habitualmente suprime estos sentimientos hasta el punto de no tener con- ciencia de ellos, y que mantiene siempre un exterior calmo. Esta interpretacién proviene de la idea de que los reyes representan el Aire y, consiguientemente, el Rey de Copas es Aire de Agua, las emociones perturbadas del Aire cubier- tas por la influencia benigna del Agua. En algunos contextos, especialmente artfsticos, el Rey asume un significado muy diferente. Como es el lider de su palo, es capaz de simbolizar el éxito, el logro, la maestria y la madurez en el trabajo artfstico. 60 Invertida Mas complejo, y probablemente més perturbado que el Rey de Varas, el Rey de Copas invertido tiende a la deshonesti- dad. Cuando esta en posicién normal, usa su creatividad para su trabajo; invertido, orienta sus talentos al vicio oa la corrupci6n. Los estafadores también se valen de la creativi- dad para progresar en su carrera, pero no dirfamos de ellos que son «responsables». La carta puesta del revés puede significar que las emo- ciones violentas del Aire emergen de su calma exterior, de- bido quizds a la presién de los acontecimientos extemnos. Visto desde un Angulo romantico, el Rey de Copas inver- tido puede apuntar a un amante —en ocasiones una mujer, pero con ms frecuencia un hombre— deshonesto y do- minante. Finalmente, en relacién con las artes el naipe invertido puede sugerir que el logro de un artista ha resultado ser insignificante, o que una persona no ha madurado todavia y no tiene tras de sf una obra significativa. En una leciura, este significado final se destacaria enérgicamente si la carta apareciera en relacién con ciertos Pentaculos invertidos, tales como el Ocho o el Tres. él Figura 16 La Reina La de mayor éxito y la mas equilibrada de las Copas, y en ciertos sentidos de todos los Arcanos Menores, la Reina es casi una versi6n mundana del danzarin del Mundo. Situada entre la responsabilidad exterior del Rey y la pasividad del Caballero, muestra la posibilidad de fundir la imaginacién y la acci6n, la creatividad y la utilidad social. Su trono, deco- rado con sirenas en forma de querubes, se apoya en tierra, lo que indica su conexion con el mundo exterior y con las otras personas, una relaci6n mas real que la del Rey. Al mismo tiempo, el agua fluye sobre sus pies y se confunde con su vestido, lo que significa la unidad del si mismo con la emocién y la imaginaci6on. El agua sugiere también fuerzas inconscientes —las pautas espirituales subyacentes que nos muestran los Arcanos Mayores— que alimentan la vida consciente. La unidad del agua, la tierra y la Reina implica que no alimentamos a la imaginacién dandole total libertad de vagabundear a su antojo, sino mas bien encauzandola hacia una actividad valiosa, una idea que la mayorfa de los artistas suscribirfan, y que vuelve a aparecer con mas fuerza en el Nueve de Pentdculos, emblema de las disciplinas creativas. 62 Waite describe la copa que la Reina tiene en la mano como creada por ella misma. Es (independientemente de lo que podamos pensar de su estilo) la més elaborada de todas las Copas, y simboliza el logro obtenido mediante el uso de la imaginacién. Obsérvese que tiene forma de igle- sia. Hasta la edad moderna (y todavia hoy, en las culturas més arcaicas), todas las formas del arte expresaban y glorifi- caban la experiencia espiritual. La Reina mira con fija inten- sidad la copa, mostrando el poder de la voluntad que dirige y modela la fuerza creativa, sin suprimirla. Al mismo tiem- po, su mirada sugiere que la persona creativa deriva su ins- piracién para la actividad futura de sus logros pasados. Comparese la fiereza de su mirada con el aire sofioliento del Caballero 0 con las nebulosas fantasfas del Siete. El poder de la voluntad por sf solo no llegaré a unir la imaginacién y la accién. Unicamente el amor puede dar sig- nificado a las acciones de la Reina y realizar sus objetivos. Estos objetivos no son simplemente creativos en el sentido extricto del arte, sino en el otro, mds amplio, de hacer algo integro y vivo a partir de las oportunidades y de los elemen- tos que nos da la vida. Y pueden incluir metas emocionales, especialmente la familia, porque si el Rey simboliza la socie- dad, la Reina —tanto para los hombres como para las mu- jeres— simboliza la familia. Lo que es mas importante es que en ella se unen con- ciencia y sentimiento. Sabe lo que quiere y dard los pasos necesarios para conseguirlo. Y sin embargo, acttia siempre teniendo en cuenta el amor. Waite habla de «inteligencia amante y de ahi el don de la visién», palabras que sugieren que una vision tan jubilosa de la vida sdlo puede llegarnos como un don, pero el amor puede abrimos a la recepcién de ese don y permitirnos re- conocer su existencia. Con la inteligencia unida al amor devolvemos el regalo, aduefiéndonos de la visién para hacer con ella algo real y perdurable. 63 Invertida En posici6n invertida, la Reina de Copas rompe esa unidad de visién y accién. Vemos a una persona poderosa y con ambiciones, que sin embargo es peligrosa porque no se puede confiar en ella. El amor se ha perdido, y con él el compromiso con valores mds elevados que el propio éxito. Si la persona se aparta un poco mas del equilibrio, puede llegar a la deshonestidad, e incluso a la depravacién, por- que sus fuerzas creativas estén lanzadas fuera de control. El Caballero En cuanto figura menos desarrollada que la Reina 0 el Rey, el Caballero no ha aprendido a dirigir su imaginacién hacia el mundo, Por lo tanto, los suefios dominan esta carta, con sus imagenes de una montura lenta y un jinete perdido en las seducciones de su copa, simbolo de la imaginacién. Al mismo tiempo, la fuerza creativa es menos poderosa aqui que en cualquiera de las otras carias cortesanas de Copas. Sélo un estrecho rio fluye a través de una tierra reseca. El Caballero no ha aprendido que la verdadera imaginacién se nutre de la accién antes que de la fantasia. Con esto quiero decir que si no hacemos nada con ellos, nuestros suefios seguirdn siendo vagos y careciendo de relacién con el resto de nuestra vida. Algo mds podemos sefialar en relacién con la ensofia- cién del Caballero, si nos preguntamos de qué se alimenta. éDe principios interiores, como en el arte basado en mitos o arquetipos, o de complacencia en sf mismo, como sucede con el sofiar despierto y con el arte escapista, ya sea en el cine o en la literatura? El poeta inglés Samuel Taylor Cole- ridge distingufa entre «imaginacién» y «fantasia». Ambas apartan la mente de la experiencia y de las percepciones ordinarias. Sin embargo, mientras que la primera se deriva de una percepcién de la verdad espiritual subyacente y con- duce a ella, la segunda no produce més que caprichos que pueden interesar y excitar, pero que en dltima instancia ca- recen de auténtico significado. Provienen del ego, mas que del inconsciente. De su copa (comparese con la del Paje, figura 18) no se asoma nada. Tampoco el personaje le ha dado la forma de algo mas grande de lo que era, como ha hecho la Reina. Un Caballero es una figura comprometida con la accién. El Agua, por otra parte, simboliza la pasividad. El simbolismo —Fuego de Agua en el sistema del Alba Dorada— indica que los ele- mentos no estan reconciliados. Al negar este compromiso b&sico con el mundo, el Caballero no permite que su imagi- nacién produzca nada. Porque es un Caballero, el mundo exterior de la accién y del sexo puede atraerle incluso mientras é] va en pos de sus pensamientos y fantasias. Su pasividad puede, en oca- siones, ser una pose, casi exagerada con el propésito de negar las tentaciones y los deseos que perturban su paz. Desde el punto de vista del amor, el Caballero puede repre- sentar un enamorado 0 enamorada que no quiere compro- meterse, que es quizds atractivo, pero al mismo tiempo pa- sivo, retrafdo o narcisista. Estas duras imagenes del Caballero se refieren todas a sus conflictos. Al mismo tiempo, el yelmo y los pies tienen alas, el caballo es brioso en su lentitud. Y el Caballero se 65 parece a la Muerte (figura 17b), simbolo de transformacién. Sino se ve tironeado por la responsabilidad 0 el deseo, si va en pos de una visién auténtica en vez de tratar de eludir los compromisos externos, entonces el Caballero puede pene- trar muy profundamente dentro de sf mismo, convirtiendo la energfa que le es propia en una exploracién de su propio mundo interior. Invertida De diversas maneras vemos que el Caballero reacciona fren- te a las exigencias en aumento del mundo que lo rodea. Ello puede significar simplemente que se anima a la accién, o bien que sigue sus deseos més ffsicos. También puede aludir a que una persona pasiva se ve empujadaa la accién 0 a un compromiso, y que eso no le agrada. Aun sin resis- tirse exteriormente, la persona puede rechazar esas exigen- cias. El resultado puede ser una muralla que se alza entre el Caballero y las personas que le estan haciendo asumir sus responsabilidades. Esta actitud puede dar como resultado una tendencia hipécrita o manipuladora y, en ocasiones, mentiras y jugarretas. 66 Figura 18 El Paje Al ser més joven de espfritu, como un nifio, el Paje no sufre el mismo conflicto con la responsabilidad ni con el deseo sensual. Indica un estado o un momento en el cual la con- templacién y la fantasfa son muy adecuadas para una per- sona. No hay exigencias externas que perturben la tranqui- lidad de su contemplacién. Como resultado, el pez de la imaginacién lo mira desde el interior de su copa. Y él, entre- tenido, lo mira a su vez sin la necesidad que tenfa el Caba- llero de penetrar tan profundamente dentro de sf mismo. Aqui, la imaginacién es su propia justificacién. El pez puede simbolizar también sensibilidad y poderes psiquicos. Y como los Pajes tienen cierta condicién estu- diantil, el de Copas puede sefialar a alguien en quien estén desarrollandose estos poderes, ya sea mediante un pro- grama de estudio y meditacién o porque esos talentos estén apareciendo por sf solos, pero de manera pacifica. Invertida En la posicién normal hemos visto a una persona que de- jaba burbujear ante sf su imaginacién. Como el personaje no hace nada con ellas, sus fantasfas no le traen problemas. 67 Pero si intenta actuar en funcién de ellas, pueden condu- cirle al error. Invertida, por tanto, la carta significa seguir nuestras inclinaciones, actuar sin pensar o permitir que nuestros deseos inmediatos nos seduzcan, especialmente si van en contra de nuestro sentido comtin. Vemos el Paje invertido cada vez que compramos algo que no necesita- mos y que, en realidad, ni siquiera queremos; lo vemos cuando hacemos promesas que no podemos cumplir o asu- mimos compromisos que en realidad no significan nada. En otras situaciones, si el Paje se refiere a una evoluci6n psiquica 0 a verdaderas visiones, cuando aparece invertido nos muestra a una persona perturbada por ese tipo de vi- siones. Es probable que mucha gente, en nuestro mundo racionalizado, se asuste ante el surgimiento stibito de talen- tos psiquicos —aun cuando hayan sido deliberadamente buscados mediante un entrenamiento—. El Paje invertido refleja ese miedo y nos recuerda que debemos calmarnos y mirar tranquilamente el pez que se asoma de la copa que somos nosotros mismos. En relaciédn con Pentdculos, el naipe indica la necesidad de que el consultante se afirme en la realidad exterior para que no se vea arrastrado por sus fantasfas 0 visiones. 68 Figura 19 El Diez Por ser el nimero més alto, el Diez significa en su plenitud la cualidad del palo. En las Varas vefamos un exceso de car- gas; en las Copas encontramos el jtibilo y la maravilla de la vida que se extienden a través del cielo. El Santo Graal, sim- bolo del amor y de la gracia de Dios, constituye la base de este naipe, que nos muestra cémo el amor, la imaginacién y la alegria llegan a nosotros como dones. La Biblia nos dice que Dios hizo el arco iris como una promesa de que el mundo no volverfa jamés a sufrir una inundacién de des- trucci6n. Pero el arco iris es ademds portador de otra pro- mesa todavia més positiva: que la vida nos da felicidad y no sélo una ausencia de dolor. El hombre y la mujer que muestra la figura entienden de estas cosas. Abrazados, miran hacia arriba mientras cele- bran el arco iris. Pero los nifios danzan sin mirar hacia arriba: simbolizan la inocencia, que toma la felicidad como la condici6n natural de la vida. Los nifios esperan la felici- dad, pero no la dilapidan. Al mostrar una familia, la carta se refiere principalmente a la felicidad doméstica, pero puede indicar cualquier situacién que provoque un brote de juibilo. Se refiere en especial al reconocimiento de las cualidades 69

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