Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Antonio Gramsci.
2
El no haber considerado el momento inmediato de las “relaciones” de fuerza está relacionado con los
residuos de la concepción liberal, de la cual es una manifestación del sindicalismo que creía ser más
adelantado mientras estaba dando un paso atrás. La concepción liberal vulgar, en efecto, al dar importancia la
relación de las fuerzas políticas organizadas en las varias formas de partidos (lectores de periódicos,
elecciones parlamentarias y locales, organizaciones de masa de los partidos y de los sindicatos en sentido
estricto), estaban más adelantada que le sindicalismo, el cual concedía importancia primordial a la relación
fundamental económico social y sólo a ella. La concepción liberal vulgar tenía en cuenta implícitamente esa
relación (como se manifiesta en tantos indicios), pero insistía más en la relación de las fuerzas políticas, que
era expresión de la otra y, en realidad, la contenía. Estos residuos de la concepción liberal vulgar se pueden
identificar en toda una serie de estudios que se consideran dependientes de la filosofía de la praxis y han
producido formas infantiles de optimismo y de estupidez.
no están en concordes (y es imposible que lo estén) al fijar los
límites del grupo de acontecimientos que constituye la revolución
francesa. Para algunos (Salvemini, por ejemplo) la revolución se
consuma en Valmy: Francia ha creado el nuevo estado y ha sabido
organizar la fuerza político-militar que afirma y define la soberanía
territorial del mismo. Para otros, la revolución continúa hasta
Termidor, y hasta hablan de varias revoluciones (el 10 de Agosto
sería una revolución independiente, etc.) [cf. La Révolution
Francaise, de A Mathiez, en la colección A.Colin.] El modo de
interpretar Termidor y la obra de Napoleón ofrece las contradicciones
más ásperas: ¿se trata de revolución o de contrarrevolución? Para
otros, la historia de la revolución continúa hasta 1830, 1848, 1870 e
incluso hasta la guerra mundial de 1914. Hay una parte de verdad en
cada uno de esos modos de ver las cosas. Realmente las
contradicciones internas de la estructura social francesa que se
desarrollan a partir de 1789 no encuentran una composición relativa
hasta la tercera república, y entonces Francia tiene sesenta años de
vida política equilibrada después de ochenta de agitación de onda
cada vez más larga: 1789, 1794, 1799, 1804, 1815, 1830, 1848, 1870.
Precisamente el estudio de esas “ondas” de diversas oscilación
permite reconstruir las relaciones entre la estructura y la
superestructuras, por una parte, y, por otra, entre el desarrollo del
movimiento orgánico y del movimiento coyuntural de la estructura.
Puede decirse, por de pronto, que la mediación dialéctica entre los
dos principios metodológicos enunciados al comienzo de este apunte
se puede descubrir en la fórmula político-histórica de la revolución
permanente.