Encuentro en un artículo de Urbano Ferrer ("Cultura, historia y praxis", Nueva Revista, nº 132) que Aristóteles "relaciona sistemáticamente en el hombre la mano con la inteligencia" y que Tomás de Aquino "ve en la mano el instrumento de los instrumentos, es decir, el medio del que el hombre se vale para operar con objetos técnicos e instrumentarlos para nuevos usos".
Encuentro en un artículo de Urbano Ferrer ("Cultura, historia y praxis", Nueva Revista, nº 132) que Aristóteles "relaciona sistemáticamente en el hombre la mano con la inteligencia" y que Tomás de Aquino "ve en la mano el instrumento de los instrumentos, es decir, el medio del que el hombre se vale para operar con objetos técnicos e instrumentarlos para nuevos usos".
Encuentro en un artículo de Urbano Ferrer ("Cultura, historia y praxis", Nueva Revista, nº 132) que Aristóteles "relaciona sistemáticamente en el hombre la mano con la inteligencia" y que Tomás de Aquino "ve en la mano el instrumento de los instrumentos, es decir, el medio del que el hombre se vale para operar con objetos técnicos e instrumentarlos para nuevos usos".
La mano, la lengua, la cabeza - Horacio Vzquez-Rial
Encuentro en un artculo de Urbano Ferrer ("Cultura, historia y praxis", Nueva Rev
ista, n 132) que Aristteles "relaciona sistemticamente en el hombre la mano con la inteligencia" y que Toms de Aquino "ve en la mano el instrumento de los instrumen tos, es decir, el medio del que el hombre se vale para operar con objetos tcnicos e instrumentarlos para nuevos usos". LD 2012-01-24 El positivista Federico Engels, haciendo gala de un darwinismo primitivo, se ref iri tambin al asunto en su clsico El papel del trabajo en la transformacin del mono en hombre. Y, desde luego, el propio Darwin insisti siempre en la idea de que el hecho diferencial del hombre, aquello que lo hace singular y distinto de los pri mates, es su mano, con un pulgar oponible que lo constituye en herramienta. Esta herramienta estructural, la primera, es lo que permite el acceso a la segun da y a todas las dems, de la ms simple a la ms compleja. Asunto bien explicado por Stanley Kubrick en las secuencias iniciales de 2001: Odisea del espacio, donde u n casi hombre arroja un palo que, en su trayectoria, acaba convirtindose en una n ave en el espacio exterior. Es cierto: de aquel palo surgieron estas naves, much as de las cuales sern borradas del cosmos por la prxima llamarada solar. La mano da forma al cerebro. No sola, no por s misma nicamente, sino en compaa de ot ro atributo, la voz, que los primates poseen de forma inarticulada o muy element almente inarticulada. El hombre necesita, para aduearse del mundo, o del escueto pedazo de mundo que le toca en suerte este planeta, este sistema solar, esta prad era, esta manada, esta tribu, esta familia , dos cosas: herramientas y socios. Com o en cualquier otra empresa. Las herramientas se crean hacindolas: con las manos. Los socios se consiguen hablando: con la voz articulada. La mano abre pozos en los que enterrar la semilla en un terreno hmedo. El palo es el primer arado. Si todo eso, abrir surcos y echar semillas, se hace en grupo, tanto mejor. La revolucin agrcola de nuestros antepasados es la prueba de que eran completamente humanos. Y de que no slo eran capaces de llegar a eso, sino de que llegaban por una acumulacin de experiencias transmitidas por la lengua. Por las diferentes lenguas. Cuando los arquelogos encuentran restos de pasadas civilizaciones, sin embargo, v en que no slo se dedicaron aquellos hombres a cuestiones tiles. Ms an: si miramos co n atencin, descubriremos que pocos son los restos de objetos que, destinados en lt ima instancia a un fin material, no posean al menos una intencin esttica. La prueb a, en Altamira. Quienes nos precedieron en este planeta se interesaban por la preservacin de las experiencias trasmitindolas, iniciando as la acumulacin que denominamos saber. Sin embargo, cuando se reunan ante el fuego donde tal vez hablasen tambin de cosechas, caza y otros asuntos prcticos , lo que ms les interesaba eran los relatos, y cabe so spechar que lo que en ellos se exaltaba. El ms antiguo texto conocido, el poema G ilgamesh, sumerio, que tenemos transcripto en doce tablillas para la biblioteca del ltimo rey asirio, Asurbanipal, que rein entre 668 y 627 a. C., pero que puede corresponder en su origen al perodo dinstico arcaico, entre el 2900 y el 2300 a. C .; Gilgamesh deca, no trata de animales estabulados ni de la fertilidad de la tie rra mesopotmica, sino de la amistad. El protagonista va a al infierno en busca de su amigo, tal como unos siglos ms tarde Orfeo ir en busca de Eurdice y Ulises, ms p rctico siempre, en procura de Tiresias. Dante, paradigma de lo medieval pero de un a apabullante modernidad , slo ir a mirar. La tradicin oral, que preserv el relato antes que el saber tcnico, parece haber ale jado al hombre de sus manos. Sin embargo, es posible rastrear el saber antiguo e n esas narraciones. Recordamos ms la clera de Aquiles que el catlogo de las naves, una actualizacin minuciosa del arte de navegar, tan precisa como la cartografa ver bal homrica que permitira a Schliemann desenterrar Troya a partir de 1870. El saber, hijo de las manos y de la lengua, pudo almacenarse ms y mejor a partir de la invencin de la escritura, posiblemente el ms acabado encuentro entre lo manu al y lo verbal, atendiendo al hecho de que su origen no est ligado al papiro, ni al pergamino, ni al papel, sino a la piedra. Los textos conocidos ms antiguos estn grabados en la piedra o en la arcilla, con formn y con punzn. Con las manos y con la lengua a la vez. Y hasta ahora, al escribir esta modesta reflexin, en un mode rnsimo ordenador, lo hago con las manos, en un aparato hecho con manos, muchas ma nos y muchas cabezas, como el dictfono que traduce la voz en caracteres. Cerremos con Kant: Lo caracterstico del hombre como animal racional est ya en la forma y organizacin d e la mano, de los dedos y de la punta de los dedos, cuya estructura y cuya dedic ada sensibilidad demuestran que la naturaleza no la ha creado para una sola clas e de trabajo manual, sino en general para todos los trabajos, y tambin para el us o de la razn, de donde la aptitud tcnica o de inteligencia de la especie aparece c omo la de un animal razonable.