Você está na página 1de 388
LENIN OBRAS COMPLETAS -AKAL EDITOR Vi 1 LENIN OBRAS COMPLETAS TOMO. IV 1898 - abril de 1901 pypuoteth Tae WIRD i WO SOE pe DEA Akal Editor Version de Editorial Progreso Cubierta: César Bobis AKAL EDITOR, 1975 Sanchez Barcdiztegui, 40° Teléfono 251 04 35,- Madrid-7’ _ 1. S. B. N. Obras completas: 84- 336-0071-0 I. S. B. N. Tomo IV: 84-7339-091-1 Depésito Legal: M. 39.884-1974 Impreso en Espafia - Printed in Spain Imprime: Técnicas Graricas, 5. 1. Las Matas; 5 - Madrid-29 PROLOGO. Los trabajos incluidos en el cuarto tomo de las Obras com- pletas fueron escritos por V. I. Lenin entre febrero de 1898 y febrero de 1901. Estdn dedicados a la lucha por el triunfo del marxismo revolucionario en el movimiento obrero y a desenmas- carar las ideas antirrevolucionarias de los populistas, “marxistas legales” y “economistas”. Los articulos Observaciones sobre el problema de la teorta de los mercados (Con motivo de la polémica entre los sefiores Tugén-Baranovski y Bulgdékov), Algo mds sobre la teoria de la realizacién y El capitalismo en la agricultura (El libro de Kautsky y el articulo del sefior Bulgakov)” estén dirigidos contra los “marxistas legales”, que querian subordinar y adaptar el movi- miento obrero a los intereses de la burguesia. Este tomo contiene los primeros escritos de Lenin contra el “economismo”: Protesta de los socialdemécratas de Rusia, los articulos para el nim. 3 del periddico Rabéchaia Gazeta: Una tendencia retrégrada en la socialdemocracia rusa y A propésito de la “Profession de fo, en los cuales pone al descubierto el oportunismo de los “economistas” y demuestra que el “econo- mismo” es una variante del oportunismo internacional (“bers- teinismo en suelo ruso”). A la posicién antimarxista de los “eco- nomistas”, Lenin contrapone el plan de la unién del socialismo con el movimiento obrero. Algunos de los articulos que figuran en este volumen cons- tituyen un modelo de periodismo militante, al cual Lenin conce- - dia enorme importancia en la lucha contra la arbitrariedad de los funcionarios zaristas, por despertar la conciencia de las vastas masas populares. De ese cardcter son: Golpea duro, pero no mates, gPara qué apresurar la marcha del tiempo? y Una esta- distica objetiva, agrupados bajo el titulo de Acotaciones margi- 8 Vv. I. LENIN nales; Incorporacién de 183 estudiantes al ejército, el Prélogo al folleto sobre las célebres jornadas de mayo del afio 1900, Las jornadas de mayo en Jarkov, y el articulo Acerca de los tribunales fabriles, escrito a raiz de que se adjudicaron funciones policiales a los inspectores de fabricas. Forman también parte de este tomo trabajos relacionados con la organizacién en toda Rusia del periddico marxista ilegal Iskra; por ejemplo: Proyecto de declaracién de la Redaccién de “Iskra” y de “Zarid”, De cémo casi se extinguié “Iskra” y Decla- racién de la Redaccién de “Iskra”. Estos documentos, asi como los articulos Nuestre programa, Proyecto de programa de nuestro partido, Tareas urgentes de nuestro movimiento, El partido obrero y el campesinado, definen las tareas que se planteaban a las organizaciones marxistas y el movimiento obrero de Rusia en el momento en que Lenin se dedi- e6 de Ileno a la creacién del partido, cuya misién debia ser luchar, bajo la bandera unitaria del marxismo revolucionario, contra el oportunismo, los métodos artesanales, la dispersién ideolégica y las vacilaciones. oliatintan A PROPOSITO DE NUESTRA ESTADISTICA FABRIL (Nuevas hazafias estadisticas del profesor Karishev)* EI ptiblico lector ruso esté vivamente interesado en los pro- blemas de nuestra estadistica fabril, y en las deducciones mAs importantes que surgen de la misma. Ese interés es perfecta- mente comprensible, ya que el problema se vincula con uno mas vasto: el del “destino del capitalismo en Rusia”. Pero por. des- gracia, la forma en que ha sido elaborada nuestra estadistica. fabril no corresponde en absoluto al interés general que despier- tan los datos que proporciona. La situacién en que se halla en nuestro pais ésta rama de la estadistica econémica es verdadera- mente lamentable, y quizA mds lamentable atin es el hecho de que quienes escriben sobre esas cuestiones manifiestan a menudo. una asombrosa iricomprensién sobre el cardcter de las cifras por ellos analizadas, sobre su veracidad y su utilidad para determi- nadas conclusiones. Ese juicio, precisamente, merece el reciente trabajo del sefior K4rishev, impreso primeramente en el Boletin del Instituto de Agricultura de Mosct: (afio IV, Vol. 1), y luego editado en folleto aparte con el rimbombante titulo: Materiales sobre la economia nacional rusa. I. Nuestra industria fabril en 1894-95 (Moscu, 1898). El sefior Karishev intenta en este trabajo sacar conclusiones de la reciente publicacién del Departamento de Comercio y Manufacturas sobre nuestra industria fabril**. * Este articulo, escrito en agosto de 1898, fue publicado en la recopi- lacién Estudios y articulos econémicos, editada en octubre de ese afio; sus datos y conclusiones fueron utilizados ampliamente por Lenin en. su obra El desarrollo del capitalismo en Rusia, (V. I. Lenin, Obras completas, Bs. Aires, Ed. Cartago, 1969, tomo III.) (Ed.) . ** Ministerio de Finanzas. Departamento de Comercio y Manufactu- lu v. I LENIN Nos proponemos someter a un examen detallado las conclusiones del sefior K4rishev y, mds especialmente, sus métodos. Nos parece que tal examen puede ser importante, no sélo para determinar Ja forma en que este profesor elabora sus materiales (bastaria dedi- car a este punto algunas lineas de nuestra resefia), sino también para determirar en qué medida los datos de nuestra estadistica fabril son veraces, qué conclusiones es posible extraer, cudles son las principales necesidades a las que responde nuestra esta- distica fabril y cudles los objetivos de las personas que las estudian. La fuente utilizada por el sefior KArishev contiene, como lo indica su titulo, una lista de las fabricas del Imperio en 1894-95. La publicacién de una némina completa de todas las fAbricas (es decir, de los establecimientos industriales relativamente més grandes, con distintas concepciones sobre qué establecimiento habria que considerar grande), no es una novedad en nuestra literatura. Los sefiores Orlov y Buddgov confeccionaron ya en 1881 un Indice de fdbricas cuya Ultima edicién, la tercera, apa- recié en 1894, Mucho antes, en 1869, en la primera edicién de los Anales del ministerio de Finanzas, se inserté una lista de fabricas en las notas adjuntas a la estadistica industrial. Como materiales de referencia para todas esas publicaciones se utili- zaron los informes que los propietarios, de fabricas estan obliga- dos por ley a proporcionar anualménte al ministerio. La nueva edicién del Departamento de Comercio y Manufactura, diferente de las anteriores por el mayor miméro de informaciones que con- tiene, presenta, al mismo tiempo, tremendos defectos inexistentes en las anteriores ediciones y que hacen extremadamente dificil su utilizacién como material para la estadistica fabri]. En la intro- duccién a la Lista se sefiala el cardcter,insuficiente de esta estu- distica en el periodo precedente; y sé define con claridad al objetivo dela publicacién: servir no s6lo como obra de referen- cia, sino, en especial, proveer de materiales para la estadistica. Pero mientras tanto, como_publicacién estadistica, la Lista sor- prende por la carencia absoluta de totales y de cifras compara- tivas. Es de esperar que tal publicacién, la primera en su género, ras. La industria fabril en Rusia. Lista de fébricas. San Petersburgo, 1897, namero de paginas: 63 + VI -+ 1047. A PROPOSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA FABRIL 3 sea también la ultima publicacién estadistica sin totales. Por’ otra parte, para una obra de referencia, la inmensa masa de> materiales en bruto presentados bajo la forma de acumulacién de cifras es un lastre superfluo. El prélogo a la Lista critica con dureza. los informes ofrecidos anteriormente al ministerio por los fabricantes, diciendo que “contienen siempre las mismas infor- maciones confusas, que se repiten de afio en afio y no permiten siquiera determinar con exactitud la cantidad de mercancfas pro- ducidas. Sin embargo, son absolutamente indispensables datos més completos y veraces sobre la produccién” (pag. 1). No dire- mos, por supuesto, una sola palabra en defensa del antiguo sis- tema de nuestra estadistica fabril, propio de la época anterior a la reforma, totalmente anacrénico tanto por su ordenamiento fomo por su calidad. Pero, por desgracia, el mejoramiento en ja presentacién de esta estadistica es casi imperceptible hasta el momento. La enorme Lista que acaba de ser publicada no da derecho a hablar de cambios serios, cualesquiera que estos sean, en el viejo sistema undnimemente reconocido como inservible. Las informaciones ofrecidas “no permiten siquiera determinar con exactitud la cantidad de mercancias producidas”... Por cierto que en la nueva Lista no se encuentra informacién alguna sobre la cantidad de mercancfas producidas, aunque, por ejemplo, el Indice del sefior Orlov daba esas informaciones respecto de gran numero de fabricas, y en algunas ramas de la produccién respecto de casi todas las fabricas, de modo que en el resumen se informa también sobre Ja cantidad de lo producido (cueros, bebidas alcohélicas, ladrillos, cereal triturado, harinas, cera, sebo, agra- mado de lino, cerveza). Y el material del Indice consistia preci- samente en esas viejas informaciones. En la Lista no hay infor- macién sobre el mecanismo utilizado, aunque el Indice da esa informaci6n para algunas ramas de Ja produccién. La Introduc- cidén describe de la siguiente manera el cambio acaecido en nuestra _estadistica fabril: antes los fabricantes proporcionaban esas informaciones “segin un cuestionario somero e insuficiente- mente claro”, por intermedio de la policia, y nadie las verificaba. “Se obtenian asi materiales sobre Jos cuales no se podia fundar ninguna conclusién mds 0 menos exacta” (p4g. 1), Ahora se ha confeccionado un nuevo cuestionario mucho més detallado, y se encargé. a los inspectores reunir y verificar las informaciones estadisticas sobre las fabricas. A primera vista, podria suponerse 12 vo L LENIN que de esta manera obtendremos datos realmente aceptables, pues un cuestionario elaborado en forma correcta y la garantia de la verificacién de los datos, son las dos condiciones mis importantes para obtener buenas estadisticas. Pero en la prac- tica esas dos condiciones se encuentran ain en el mismo estado primitivo y cadtico de antes. El! cuestionario detallado, con las explicaciones que lo acompafian, no esta reproducido en la Intro- duccidn de la Lista, aunque la metodologia estadistica exige la publicacién del cuestionario con el cual se han recogido las infor- maciones. E] examen de los materiales incluidos en la Lista nos haré ver que las preguntas fundamentales del cuestionario para la estadistica sobre*las fabricas no estan de ningtin modo acla- radas. En Jo que se refiere a la verificacién de los datos, he aqui la opinién de una persona que ha realizado esa verificacién; me réfiero al inspector en jefe de las fabricas de la provincia de Jers6n, sefior Mikulin, autor de un libro que contiene datos esta~ disticos recogidos y elaborados de acuerdo con el nuevo sistema en la provincia de Jers6én: . “Resultaba imposible verificar de manera efectiva todos los datos numéricos proporcionados por los informes de los propie- tarios de los establecimientos industriales; por eso, los informes eran devueltos para su rectificacién sélo en caso de descubrirse un evidente desacuerdo en Jos datos, al compararlos con los de otros establecimientos del mismo género o con Jas informaciones obtenidas por las inspecciones en las fdbricas. En todo caso, la responsabilidad por la exactitud de los datos numéricos ofrecidos en los balances de cada establecimiento corresponde a las per- sonas que los han comunicado.” (La industria fabril y la indus- tria artesanal en la provincia de Jersén, Odesa, 1897. Prefacio. El subrayado es nuestro.) Asi, pues, la responsabilidad por la exactitud de los datos incumbe, como antes, a los propios fabri- cantes. Los representantes de la inspeccién de fAbricas no sélo no pudieron verificar todos los datos acumulados, sino que ni siquiera procuraron (como, veremos mds abajo) que fuesen homo- géneos y comparables. . A continuacién enumeraremos, en detalle, todos los defectos ‘ de la Lista y de los materiales que retine. Su defecto esencial, como ya dijimos, es la carencia absoluta de sumas globales (lo: particulares que elaboraron el Indice anotaron los totales y. ex cada edicién’ los fueron ampliando). EI sefior Kérishev, que A PROPOSITO DE NUESTRA ESTADISTICA FABRIL 13 disponia de dos colaboradores, concibié la feliz idea de llenar, siguiera en parte, esta laguna, calculando los totales de nuestra industria fabril de acuerdo con la Lista, Esa labor es muy util y todo el mundo le estarfa reconocido por haberla realizado... si el sefior Karishev, en primer lugar, hubiese publicado en forma completa, algunos de los totales obtenidos por él, y en segundo lugar, si en el. manejo de los materiales no hubiera revelado una falta de sentido critico rayana en el desparpajo. El sefior Kérishev ‘ tenia prisa por extraer “conclusiones” antes de haber estudiado con atencién sus materiales, y antes de efectuar una élaboracién estadistica “a fondo”*, por Jo tanto cayé en una serie de curio- sisimos errores. Comencemos por el primer problema esencial en la estadis- tica industrial: gqué establecimientos corresponde clasificar entre las “fAbricas”? El sefior Kérishev ni siquiera planted tal pro- blema; supone sin-duda que “fAbrica” es algo perfectamente, definido. En lo que se refiere a la Lista, con una audacia digna de mejor empleo, sostiene que esa publicacién, a diferencia de las precedentes, registra no sdlo los grandes establecimientos, sino todas Jas fAbricas. Esta afirmacién, repetida en dos opor- tunidades por el autor (p4gs. 23 y 34), es totalmente errénea, En realidad, y por el contrario, la Lista registra sdlo los estable- cimientos mds grandes, si se la compara con anteriores. publi- caciones de. estadisticas de fabricas. Explicaremos ahora cémo el sefior Ké4rishev pudo “no advertir” semejante “nimiedad”, pero antes recurriremos a una referencia histérica. Hasta la mitad de Ja década del 80, no existia en nuestra estadistica fabril ninguna definicién ni regla que limitase la nocién de fdbrica a ios mas grandes establecimientos industriales. En la estadistica de “fabri- cas” entraban los establecimientos industriales (y artesanales) de toda especie: esto, por supuesto, creaba un inmenso caos en los datos, ya que un censo completo de todos los establecimientos de ese género es absolutamente imposible. con Ja fuerza y: los medios de que disponemos (es decir, sin un censo industrial correcto); asi, en ciertas provincias o ciertas ramas de la produc- * A la inversa de lo que opina el autor del articulo de Riisskie Viddo- mostt (1898, ném, 144), al parecer tan incapaz de adoptar una actitud critica frente a las conclusiones del sefior Kérishev como éste frente a las cifras de la Lista. , 4 ve lL LENIN cién se contaban centenares o millares de establecimientos muy pequefios, y en otras sdlo las “fabricas” mds grandes. Por eso es natural ‘que las s que primero intentaron elaborar cientificamente los datos de nuestra estadistica fabril (en la década del 60) hayan dedicado toda su atencién a este aspecto, y dirigido sobre todo su esfuerzo a distinguir las ramas de la produccién que habian proporcionado datos m4s 0 menos ajus- tados, de las que habian suministrado datos completamente inexactos, para determinar los establecimientos suficientemente grandes de los cuales se pudieran obtener datos satisfactorios. Bushen*, Bok**, y Timiri4zev*** brindaron indicaciones tan valiosas sobre estas cuestiones, que si dichas indicaciones hubie- ran sido cuidadosamente observadas y desarrolladas por los compiladores de nuestra estadistica fabril, tendriamos ahora, con seguridad, datos muy aceptables. Pero en realidad todas esas recomendaciones fueron, como de costumbre, prédica en el de- sierto, y la estad{stica fabril conserva su antiguo cardcter caético. A partir de 1889 el Departamento de Comercio y Manufacturas empez6 a publicar la Recopilacién de datos sobre la industria fabril en Rusia (para 1885 y afios siguientes). En esta publi- eacién se dio un pequefio paso .adelante: se suprimieron las pequefias empresas, es decir, las que tenfan una produccién total inferior a 1.000 rublos. Se sobrentiende que esta norma era demasiado baja y grosera: seria ridiculo pensar en un censo completo de todos los establecimientos industriales con una produccién superior a esa suma, cuando las informaciones son reeogidas por la policfa. Como antes, ciertas provincias: y deter- minadas ramas de la produccién inclufan gran cantidad de péquefios establecimientos, con una produccién de 2.000 a 5.000 rublos, en tanto que otras provincias y otyas ramas de la produc- cién los omitian. Mas adelante veremos.algunos ejemplos, Por Ultimo, nuestro reciente sistema de estadistica fabril introdujo un indicio bien diferente para definir la ‘nocién de “fAbrica”. Se * Anales del Ministerio de Finanzas, 1? edicién, San Petersburgo, 1869. ** Bolétin estadistico del Imperio Ruso, serie II, 6# edic., San_Peters- burgo, 1872. Materiales para la estadistica sobre la industria fabril en Rusia europea, elaborados bajo Ia redaccién de 1. Bok. i *** Atlas estadistico de las ramas de la industria fabril en Rusia europea con némino de fdbricas. Tres ediciones, San Petersburgo, 1869, 1870 y 1873. A PROPOSITO DE NUESTRA ESTADISTICA FABAIL 15 ha resuelto someter a registro a “todos.los establecimientos indus-.. triales” (de “los que se encuentran en la jurisdiccién” de la inspeccién de fdbricas) “que tengan no menos de 15 obreros, € igualmente a-los que, con un numero de obreros inferior a 15, poseen una caldera o m4quina de vapor u otros motores mecd- nicos y mdquinas o instalaciones de fébrica’.* Debemos analizar en detalle esta definicién (subrayamos ya los puntos especial- mente oscuros que contiene), pero hacemos notar, ante todo, que la nocién de “fébrica” enunciada aqui. es completamente nueva en nuestra: estadistica fabril: hasta el presente no se habia efectuado tentativa-alguna de limitar la nocién de “fAbrica” a los establecimientos: con un numero determinado de obreros, o con un motor de vapor, etc. En general, es imprescindible definir en forma estricta la nocién de “fébrica”; pero la defini- cién que acabamos de mencionar es, por desgracia, extremada- mente imprecisa, oscura y vaga. Enumera las siguientes condi- ciones para que los establecimientos deban ser registrados en la estadistica como “fabricas”: 1) El establecimiento debe encon- trarse en la jurisdiccién de la inspeccién de fAbricas. Se excluyen asi, en apariencia, los pertenecientes al Estado, etc., las fAbricas de elaboracién de minerales, etc. Pero en la Lista figuran mu- chas fabricas pertenecientes al Estado y a la Corona (cfr. la lista alfabética, pags. 1 y 2), y no sabemos si fueron censadas en todas las provincias, si los datos fueron verificados por la inspec- cién de fabricas, etc. En general, es indispensable sefialar que, mientras nuestra estadistica fabril no se libere de la tela de arafia tejida por las diversas “jurisdicciones” a que pertenecen los establecimientos industriales, no podrd ser satisfactoria: los limites de las “juris- dicciones” se confunden a menudo y est4n sometidos a modifica- ciones; inclusive la aplicaci6n de Jos mismos cuestionarios por diferentes jurisdicciones, jam4s ser4 igual. Una organizacién racional de la estadistica exige Ja concentracién de todos los informes referentes a los establecimientos industriales en una “ Circular del 7 de junio de 1895 en Kobeliatski (Gufa para los fun- clonarios de la de , etc...., cuarta edicién, San Peters- burgo, 1867, pag. 35. El subrayado es nuestro.) En la Introduccién a la Lisia esta circular no fue reproducida y el sefior Karishev, al utilizar los materiales de la Lista, {jno se preocupé por informarse de lo que la Lista entiende por “fabrica’"!! BRS, 16 - Wh LENIN , Sola instituicién encargada exclusivamente de Ja estadistica, que vigile con. cuidado la uniformidad de los sistemas de recolec- cién y elatboracién de los datos. Mientras esto no se realice, es preciso refferirse con extrema prudencia a los datos estadisticos sobre las ffabricas, que tan pronto incluyen como excluyen (en épocas disttintas y en distintas provincias) establecimientos de- pendientes; de otra “jurisdiccién”. Por ejemplo, las plantas meta- lurgicas esttdn desde hace mucho excluidas de nuestra estadistica fabril; sin embargo, el Indice de Orlov incluye en su ultima edicién unm gran ntméro de ellas (casi toda la produccién de rieles, las ffabricas de Izhevsk y de Votkinsk en la provincia de Viatka, ete:.) que la Lista no cita, aunque registra, sin embargo, en algunas; provincias, fabricas de elaboracién de minerales que no figurabaan anteriormente en la estadistica “fabril” (por ejem- plo, la funcdicién de cobre Siemens en Ja provincia de Elizabet- pol, pag. 3330). En la Introduccién de la Lista se indica, en la Seccién VIII, la siderurgia, los altos hornos, las fundiciones de cobre y hiéerro, etc. (pag. UII), pero no se aclara en ninguna parte cémo» se diferenciaron las fabricas de elaboracién de mine- rales de lass empresas “sometidas” a la jurisdiccién del Departa- mento de CSomercio y Manufacturas, 2) Solo los establecimientos industriales: estén registrados, Esta definicién no es de ningin modo tan colara como parece a primera vista: la distincién entre establecimicentos artesanales y agricolas exige reglas detalladas y minuciosaas aplicables a cada rama de la produccién, Veremos més adelantte abundantes ejemplos de la confusién creada por esa omisi6na, 3) El nimero de obreros de la empresa no debe ser inferior a 15. No se sabe si se cuenta sélo los que trabajan en el interidor del establecimiento, 0 si estan incluidos los que trabajan fueera de él; no se explica cémo distinguir unos de otros (es, por lo «demés, un asunto difigultoso), si hay que contar los obreros auxiiliares, etc. El sefior Mikulin, en su ya citado libro, ofrece ejemplos de la confusién a que Conduce esa falta de cla- tidad. La LLista cita gran ntimero de establecimientos que cuen- tan solamenate con obrérés externos, es decir que trabajan fuera del establectimiento. Se sobrentiende que un intento de abarcar todos los esttablecimientos de ese género (es decir, todos los que distribuyen + trabajo, todos los patronos en la Hamada industria artesanal, ettc.), con el sistema utilizado actualmente para reco- Ser informacciones, sélo puede hacer sonrefr, pues los datos frag- A PROPOSITO DE NUESTRA: ESTADISTICA FABRIL it mentarios, obtenidos sobre algunas provincias y ramas de la pro- duccién carecen, de importancia y sélo provocan confusién. 4) Se denomina “fabricas” a todos los establecimientos que poseen una caldera de vapor o una maquina de vapor. He aqui un indicio bien preciso y muy bien elegido, pues la utilizaci6n ‘del vapor es realmente caracteristica del desarrollo de la gran industria maquinizada. 5) Entre.las “f4bricas” figuran los establecimien- tos que poseen “otros motores mecdnicos” (no de vapor). Esta definicién es muy poco precisa y demasiado amplia: segiin ella, pueden incluirse entre las fabricas numerosos establecimientos poseedores de motores accionados por agua, por viento, por un caballo e inclusive a pedal. Como ni siquiera es factible el registro completo de todos los establecimientos de ese género, es inevitable que se produzca una confusién de la que en seguida ofreceremos ejemplos. 6) En el rubro “fabricas” figuran los establecimientos que tienen “instalaciones fabriles’ 5 Esta defi- nicién, totalmente imprecisa y vaga, destruye el significado de todas las precedentes y hace que los datos resulten inevitable- mente cadticos e imposibles de comparar. En distintas provin- cias se entenderé de modo diferente esta definicién; por otra parte, ges una definicién? Se llama fAbrica al establecimiento que posee instalaciones fabriles... He aqui la ultima palabra del moderno método de nuestra estadistica fabril. No puede sorprender que esta estadistica sea tan poco satisfactoria. Cita- remos ejemplos extraidos de todas las secciones de Ja Lista para demostrar que en ciertas provincias y en determinadas ramas de la produccién se registran hasta los mds pequefios estableci- mientos, lo cual introduce confusién, ya que no se trata de incluir todos los establecimientos de ese tipo.’ Veamos la’ sec- cién I: Elaboracién.del algodén. En las pags. 10 y-11 encontra- “f4bricas” instaladas en aldeas de la provincia de Vladimir que ‘tifien hilado y telas ajenas (sic!) por encargo. En lugar de indicar el valor total de la produccién, se cita la suma ¢ el tefiido, suma que va de 10 (?) a 600 rublos, yel de obreros ocupados va de 0 (no se sabe si esto signi- fica que se carece de informacién sobre el numero de obreros, ©. que no hay obreros asalariados) a 3. No existen motores de ninguna clase. Son tintorerlas campesinas, es decir, estableci- mientos artesanales primitivos, registrados por casualidad en una provincia y, por supuesto, omitidos en otras. En Ja seccién II 18 i Vv. i LENIN (elaboracién de la lana) encontramos en la misma provincia de Vladimir “f4bricas” donde se trabaja a mano, que ardan Tana ajena, por un pago de 12 a 48 rublos por afio, con 0 6 1 obrero. Encontramos una fabrica de seda (seccién III, nim. 2517 ) ins- talada en la aldea, con 3 obreros y una produccién por valor de 660 rublos, donde el trabajo es manual. Y més tintorerias campesinas, en la misma provincia de Vladimir, con 0 a 3 obre- ros, donde se trabaja a mano, abondndose por el tefido del lienzo de 150 a 550 rublos (seccién IV, elaboracién del lino, pag. 141). En la provincia de Perm tenemos una “fabrica” de esteras (secciin V) con 6 obreros y una produccién de 921 rublos, donde el trabajo también es manual, (nim. 3936), En otras provincias (por ejemplo en Kostrom4), también existen, se sobrentiende, gran ntimero de establecimientos de ese género, pero no fueron considerados como fAbricas, Veamos una impren- ta (seceién VI) con 1 obrero y una produccién valorada.en 300 rublos (nttm. 4167): en algunas provincias se han contado las imprentas importantes, y en otras, ninguna. Se censé una “fabri- ca” aserradero con 3 obreros que percibe 100 rublos por la fabricacién de duelas (seccién VII, nim, 6274). Otra fAbrica para el tratamiento de los metales (seccién VIII) emplea 3 obreros manuales, con una produccién valorada en 575 rublos (nim. 8962), En la seccién IX (elaboracién de productos mine- rales) existe gran numero de establecimientos muy pequefios, especialmente homos de ladrillos, por ejemplo con un solo obrero yuna produccién por valor de 48 a 50 rublos, etc. En la sec- eién X (elaboracién de productos animales) hay pequefias tna- nufacturas de velas de sebo, de curtido de pieles de cordero, curtidurfas, etc., donde se trabaja a mano con 0, 1 6 2 obreros, con una produccién valorada en algunos centenares de rublos (pags. 489, 507, etc.). Pero hay :sobré.todo pequefios estableci- mientos de: tipo purdmente artésanal ‘en la seccién XI (elabora- cién de sustancias alimenticias), entre los molinos de aceite y sobre todo molinos harineros. En esta iltima rama de la pro- duccién es importante delimitar rigurosamente las “fAbricas”, tentativa de poner orden en Ja estadistica relativa a la industria separandolas de los pequefios establecimientos, pero hasta el presente tal cosa no se ha hecho, y en todas las publicaciones referentes a nuestra estadistica fabril reina un caos total. Una molinera de tipo fabril, efectuada por el primer congreso que A PROPOSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA FABRIL 19°" reunfa a los secretarios de los comités de estadistica de las pro- vincias (en mayo de 1870)* quedé en la nada, y desde entonces los compiladores de nuestra estadistica fabril parecen no haberse percatado de que los datos por ellos publicados son completa- mente intitiles. Entre las “fabricas” la Lista hizo figurar, por ejemplo, molinos de viento con 1 obrero, que recibe por su tra- bajo de 0 a 52 rublos (pags. 587, 589 y muchas otras), molinos de agua con una sola rueda, y 1 obrero, que recibe por su trabajo de 34 a 80 rublos, etc. (cfr. pdg. 589 y otras), etc. Se entiende que tal “estadistica” es sencillamente ridicula, pues con semejantes molinos se podria Henar un tomo y tal vez varios, sin reunir por eso una lista completa. También en la seccién de la industria quimica (XII) se han incluido al azar pequefios estab'ecimientos, por ejemplo fabricas de alquitran, en aldeas, con 1 a 3 obreros y una produccién con un valor de 15 a 300 rublos (p4g. 995 y otras). Con tal procedimiento se podria Negar a esa “estadistica” editada en 1860 por la famosa Reco- pilacién estadistica militar, que contabilizaba en Rusia europea 3,086 “fAbricas” productoras de alquitrén y pez, de las cuales 1.450 estaban en la provincia de Arjdnguelsk (con 4,202 obreros y una produccién valuada en 156.274 rublos, es decir, un pro- medio por “fabrica” de menos de 3 obreros y un poco mas de 100 rublos). Como si fuera en forma deliberada, la’ provincia de ArjAnguelsk falta por completo en la Lista que se refiere a esta seccién: jhabrA que suponer que ahora los campesinos de all{ no producen més alquitran y no preparan mas pez! Obser- vemos que en todos los ejemplos que hemos citado, se encuen- tran censados establecimientos que no caben en la definicién anotada por la circular del 7 de junio de 1895. Por eso. su registro es puramente casual; en ciertas provincias (tal vez tam- bién en algunos distritos) se los ha contado; en la mayoria se los omitié. En wna estadistica anterior (la de 1885) tales esta- blecimientos estaban excluidos por tener una produccién valuada en menos de 1.000 rublos. E] sefior-Kérishev no entendié de modo adecuado ese pro- * Segiin el proyecto de reglamento redactado por el congreso para reunir las informaciones sobre la industria, se exclufa de la lista de fabricas a todos los molinos con menos de 10 muelas, pero no a los de molienda mds fina, (Anales de estadistica, serie I1, 6% edic. Introduccidn, pag. XIIL) 20 Vv. L LENIN blema fundamental de la estadistica fabril, pero no tuvo reparos en sacar “conclusiones” de las cifras obtenidas con sus cAlculos. La primera de esas conclusiones afirma que el ntimero de fAbri- cas en Rusia disminuye (pag. 4 y otras). Para deducir esta conclusién, el sefior Karishev procede con suma sencillez: toma el nimero de fabricas en 1885, de acuerdo con los datos reunidos por el Departamento de Comercio y Manufacturas (17.014) y le resta el ntimero de fabricas de Rusia europea segin la Lista (14.578). Resulta una disminucién de 14,3 por ciento. El sefior profesor Ifega inclusive a calcular el porcentaje, sin turbarse por el hecho de que los datos de 1885 no incluyen las fAbricas Sujetas al impuesto indirecto; se limita a observar que la adicién de tales fabricas Harla mds sensible la “reduccién” del nimero de fabricas. Y el autor intenta descubrir en qué parte de Rusia este “proceso de reduccién en el niimero de establecimientos” (pag. 5) se opera “mds rdpidamente”. Lo cierto es que no se produce ningtin proceso de reduccién, el nimero de fabricas en Rusia no disminuye, sino que aumenta, y las conclusiones inventadas por el sefior Kdrishev fueron obtenidas porque el sabio profesor compara datos que no pueden compararse.* Y esta imposibilidad de comparacién no se debe a que en 1885 faltaran datos concernientes a las fabricas dependientes del fisco. El sefior Kérishev hubiera podido tomar también cifras que incluyen esas fabricas (de acuerdo con el Indice ya citado de Orlov, elaborado con las listas de la misma oficina del Depar- tamento de Comercio y Mamufacturas), y de ese modo fijar el numero de “fabricas” en Rusia europea en 27.986 en 1879, en . 27.235 en 1884, en 21.124 en 1890 y la “disminucién” en 1894-95 (14.578) aparecerfa. muchisimo mds acentuada, La tinica des- gracia es que todas esas cifras no son apropiadas para Ja compa- yacién, porque, en primer lugar, la" nocién de “fabrica” no es idéntica en las Publicaciones: viejas: y en las actuales referentes * En 1889 el seffor Kérishev tomaba (luridéscheski Viéstnik,’ nim. 9) para 1885, datos extraidos de los intormes de los muy fieles stbditos, los sefiores gobernadores, y que inclufan millares de molinos miniisculos, moli- nos de aceite, horros de ladrillos, alfarerfas, curtidurfas, curtido de’ pieles de cordero y otros establecimientos artesanales, jy fijaba el numero de “tabricas” en Rusia europea en 62.801! Nos preguntamos con sorpresa por qué no calculé los porcentajes de “reduccién” en el namero de fAbricas actuales, compardndolos con esa cifra. A PROPOSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA. FABRE. 2h tadisticas fabriles, y porque, en segundo lugar, incluidos como “fabricas” estan chtados, al azar y sin orden (en ciertas provincias y en determinados afios), pequefios establecimientos cuye censo completo, con Jos medios de que dispone hoy nice tra estadistica, serfa ridiculo siquiera imaginar. Si, por ejemp! Im, el sefior Karishev se hubiera tomado el trabajo de analizar la forma en que la Lista define las fabricas, habria visto qué, para comparar el ntmero de fabricas de esta edicién con el de. las otras ediciones seria indispensable tomar en cuenta sdlo los establecimientos con 15 obreros 0 mds, ya que son sélo estable- cimientos de ese género los que la Lista censa, en forma com- pleta y sin reservas, en todas las provincias y en todas las ramas de la produccién, Como tales establecimientos pertenecen al numero de los relativamente grandes, han sido censados satis- factoriamente, aun en las viejas ediciones. Habiendo asegurado asi la homogeneidad de los datos comparables, calculamos el numero de fabricas con 16 obreros o mas*, de acuerdo con el Indice de 1879 y segun la Lista de 1894-95 para Rusia europea. Se obtiene las ilustrativas cifras que siguen: NUMERO DE FABRICAS EN RUSIA EUROPEA Con 15 Con menos de Fuente Afios Total 6 mds ‘16 obreros obreros Indice, 1% ed. 1879 27.986** 4.551 23.435 Indice, 3¢ ed. 1890 21.124 6.013 15.111 Lista 1894-95 14.578 6.659 7.919 sin las imprentas 6.372 \ Asi, Ja cohfrontacién de estas cifras, las tnicas que pueden considerarse m4s 0 menos homogéneas, comparables y comple: * Tomamos’16 y no 15 obreros porque la suma de las fabricas’ con 16 obreros aoe ya fue hecha en el Indice en. 1890 (38 ed., pag. X) y, ademas, porque las explicaciones del Ministerio de Finanzas eligen. a veces esta norma. (Cfr. Kobeliatski, Joc. cit., pag. 14.) ** Algunas informaciones gue faltan fueron completadas de manera aproximada: cfr. Indice, pag. 695. ® 22. Vv. L LENIN tas, demuestra que el ntimero de fabr r icas en Rusic estante rapide: en 15 6 16 afios (1879 a 1894-95) panren de ‘ Aeon be 0, es decir, un aumento del 40 Por ciento (en 1879 /mprentas no se contaban entre las fabricas). Com- consecuencia, en las ramas relacionadas con la i yam : preduccién agri- de ager hore Se a caesi (oins tie > ‘mbres, i ee una masa de establecimientos muy pequenen Smitten fn siciones osteriores. En 1890 sé omitieron ya algunos pe- gue saat colinientos (donde Ia produccién total no alcan- ape am, lor de 1.000 tublos); he ahi por qué hay menos ” pequefias. Por ultimo, en 1894-95 se dejan a un lado una masa de establecimientos con menos de 15 obreros, razén ee Exfo es posible Gsbido a que los totales del Indice que arriba se referian a todos los establecimi sados, mientras que en la né: fébricas ‘el Indice s » mina de las fAbri I ic inclufa sélo los establecimientos di robe ce inclui londe Ia produccién aa ae rubles, El numero de establecimientos de ese considerarse mis 0 menos co; bt en la actual situacién de nuestra estad ‘sti rista de tales cae aa ‘stica, la lista de tales - blecimientos no puede ser Jamis completa) exceptuada, canpeto, I, ete. La limitacién_fij é jada sob de la produccién no auula, en manera alga aid SS A PROPOSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA FABRIL Be en la estadistica de los molinos de tipo industrial, porque, en’ lugar del valor de la produccién, se considera la cantidad de harina, que aun en los molinos muy pequefios alcanza, a meé- nudo, a més de 2.000 puds por afio. Por ello el ntimero de molinos que figuran en la estadistica sobre fAbricas presenta increibles saltos de un afio a otro, a causa de la diversidad de los procedimientos censales. Por ejemplo, la Recopilacién para 1889, 1890, 1891 registré en Rusia europea, 5.073, 5.605 y 5.201 molinos. En la provincia de Vorénezh el nimero de molinos, de 87 en 1889 se elevé de golpe a 235 en 1890 y 483 en 1892, a consecuencia de la inclusién accidental de los molinos de viento. En la regién del Don el nimero de los molinos, de 59 en 1887, se elevé a 545 en 1888, a 976 en 1890, y luego cayé & 685 en 1892 (porque en ocasiones se contaban los molinos de viento y en otras, no), etc., etc. Se comprende que sea’ inad- misible utilizar tales datos. Por eso sdlo tomamos los molinos de vapor, agregandoles los establecimientos de ‘otras ramas cuya .produccién sea de un valor no menor de 2.000 rublos, y obte- memos para Rusia europea un numero de fdbricas de mds o menos 11.500 en 1879, y de poco mds o menos 15.500 en 1890*. En consecuencia, observamos un aumento en él niimero de fdbricas, y no la disminucién imaginada por el sefior Kérishev. La teoria del sefior Karishev sobre el “proceso de reduccién del numero de establecimientos” en la industria fabril de Rusia es una pura fabula, fundada en un conocimiento més que insufi* ciente de los materiales que intenta elaborar. El sefior Karishev hablaba del ntimero de las fAbricas en Rusia en 1889 (Iuridi- cheski Viéstnik, nim. 9) comparando cifras completamente im- propias, tomadas de los patriéticos informes suministrados por los sefiores gobernadores y publicadas en la Recopilacién de informaciones sobre Rusia en 1884-85 (S. Petersburgo, 1887, cuadro XXXIX) con las curiosas cifras de la Recopilacién esta- \ * Es imposible sine una cifra que corresponda a los datos de la Lista, en primer lugar,/ porque desecha numerosos establecimientos, cuya producciin es de 2,000 rublos y més, debido a que emplean menos de 15 obreos, En segundo lugar, porque la Lista calcula el total de la produc- cién excluyendo los establecimientos sujetos a contribucién fiscal (en lo cual difiere de las estadisticas precedentes). En tercer lugar, porque la Lista registré.a veces, no el valor de la produccién, sino la suma abonada por la elaboracién de Ja materia prima, t | 4 } 24 Vv. & LENIN distica militar (cuarta edicién, $. Petersburgo, 1871), que con- taba entre las “fabricas” millares de pequefiisimos establecimien- tos artesanales y manuales, millares de plantaciones de tabaco (sic!) (cfr. pags. 345 y 414 de la Recopilacién estadistica militar sobre las “fabricas” de tabaco de la provincia de Besarabia), millares de molinos harineros y de aceite, etc., etc. No es de extrafiar que en esas condiciones la Recopilacidn estadistica mili- tar registrase mds de 70.000 “fabricas” en Rusia europea, en 1866. Lo sorprendente es que se haya encontrado un hombre capaz de aceptar con tan poca atencién y espiritu critico cual- quier cifra impresa, hasta el punto de tomarla como base para sus cdlculos*. Aqui es indispensable hacer una pequefia digresién. De su teoria sobre la disminucién del ntimero de fabricas, el sefior Karishev deduce la existencia de un proceso de concentracién de la industria. Se sobrentiende que, al rechazar su teoria, no desechamos de ninguna manera esta conclusién, que sdlo esté demostrada en forma incorrecta por el sefior Kérishev. Para demostrar este proceso es indispensable apartar los estableci- mientos mds grandes. Tomemos, por ejemplo, los establecimien- tos que tienen 100 trabajadores y mas. Si se compara el numero de dichos establecimientos, el de sus obreros y el valor de su produccién, con los datos proporcionados por todos los estable- Smiicttes, obtenemos el cuadro que va a continuacién (véase pag. 25). En este cuadro se advierte que el ntimero de los estableci- mientos grandes aumenta, lo mismo que el de sus obreros y el valor total de su produccién, que constituye una parte cada’ vez mayor del total de los obreros y del valor total de la pro- duccién de las “fabricas” censadas ofigiakmente. Se nos podta observar, tal vez, que si se produce una, concentracién industrial es’ porque los grandes establecimientos sustituyen a los mas Pequefios, que el ntimero de estos ultimos disminuye y, en con- secuencia, el niimero total. de los establecimientos también se " El sefior ‘Tugdn-Baranovski demostré ya, en el problema del nimero de obreros fabriles, la absoluta mutilidad de los datos proporcionados por la Recopilacién estadistica militar (clr. su libro La fébrica... etc. S. Peters- bugo, 1898, pigs. 336 y sig, y Mir Bozhi2 1898, nim. 4) y los sefiores N.-on y Karishev responden con el silencio a su directo desafio. Y la verdad ‘es que no les queda otra solucién que callarse. 1894-95 1890 1879 Valor total de la A PF +OSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA FABRIL | miles te | tublos) obreros 3 a (en miles de rublos) Namero de fabricas | obreros produc- cién (en miles de rublos) obreros Numero de fabricas Cfr. Ia nota* s | § 8 8 | 8 Bo & 2 | 8 B | & Be} 3 & g € 27.986 1.238 = g i ag 8 8 8 Estableci- Todas las fabricas = 2 5 8 > oO 6 8 8 a * © g & 5 6 3 & 8 x ot a g a a x 4 8 a) z 8 Re ara imprimir. [Lenin se retiere a su libro El desarrollo del capitalismo en Riisia: . (Véase V. I. Lenin, ob.. cit., tomo Ill.)} -(Ed.) je id nel total de obreros y el valor de la produccién, ya co ee ie caetioo (como veremos més abajo) que los datos sobre * Las fuentes son las. mismas. Para 1879, como ya hemos sefiaiado, algunos datos fueron completados de la -cifra total de. fibricas.. La~résefia de los’grandes establecimientos fue tomada de una obra sobre El capi- manera aproximada. Los datos generales proporcionados por el Indice y la Lista no pueden ser comparados, a A g 3 z Sigd eee is gag alts dee Bios a, 2s See code Bass 28 v. Lb LENIN reduce. Pero, en primer lugar, esta ultima conclusién no se aplica sélo a las “fabricas”, sino a todos los establecimientos industriales, de los cuales no tenemos derecho a hablar, ya que nO poseemos acerca de ellos ni la mAs minima estadistica, asi sea poco completa y digna de confianza. En segundo lugar, aun desde un punto de vista puramente teérico, no puede de- cirse a priori, que en una sociedad capitalista en vias de des- arrollo debe siempre, inevitablemente, verificarse una reduccién ex el ntimero de los establecimientos industriales, pues, para- lelamente con el proceso de concentracién industrial, se opera un proceso en que la poblacién se desvia de la agricultura y Jos pequefios establecimientos industriales aumentan en numero en las regiones atrasadas del pais, a consecuencia de la descom- posicién de la economia campesina seminatural, etc.” Volvamos al sefior Karishev. Tal vez dedica mayor atencién a los datos menos seguros (los relativos al numero de “f4bricas”). Divide las provincias en grupos segtin el nimero de “fabricas”, disefia un cartograma al cual traslada esos grupos, presenta un cuadro especial de las provincias con mayor nimero de “fabri- cas” en cada rama de la produccién (pags. 16 y 17); calcula una masa de porcentajes indicando el numero de fabricas por provincia comparado con el total de éstas (pags. 12-15). Al hacerlo, el sefior KArishev olvidé un detalle: olvidé preguntarse si las cifras de fdbricas en las diferentes provincias son compa- tables. Esta pregunta debe ser contestada negativamente y, en consecuencia, la mayor parte de los cAlculos, comparaciones y razonamientos del sefior Kdrishev debe ser incluida en la cate- goria de inocentes ejercicios de estadistica. Si el sefior profesor hubiera tenido conocimiento de la definicién de “fabrica” que da la circular del 7 de junio de 1895,, habria adivinado facil- mente que una definicién tan poco elara no podia ser aplicada de manera idéntica en las diferentes provincias, y hubiera podido llegar a la misma conclusién si hubiese estudiado més aten- “ Por ejemplo, el “Censo de kustares” para 1894-95, en la provincia de Perm, revel que en la época posterior a Ja reforma, en las aldeas o pueblos se fundan, de década en década; un ntimero cada vez mayor de pequefias empresas industriales. Clr, Revista de la regién de Perm. Esbozo de da, stuaciin de la industria kustar en Ia provincia de Perm, Perm, 8 A PROPGSITO DE NUESTRA ESTAD{STICA FABRIL 27 tamente la Lista. Citemos ejemplos: basdndose en el nimero de establecimientos industriales de la secciéu XI (elaboracién de productos alimenticios: en ese grupo el numero de fAbricas es mas considerable), el sefior K4rishey separa las provincias de Voronezh, Viatka, y Vladimir (p4g. 12). Pero la abundancia de “fabricas” en esas provincias se explica, ante todo, por un hecho puramente fortuito: en esas provincias fueron registrados establecimientos. pequefios que nose incluyé en otras. Por ejem- plo, en la provincia de Voronezh encontramos numerosas “fabri- cas” simplemente porque se tuvieron en cuenta pequefios molinos (sobre 124 molinos, hay sélo 27 de yapor; hay muchos molinos de agua-con 1, 2, 3 ruedas. En las otras provincias tales molinos no fueron computados, pues habria sido imposible contabilizar todos), se contaron pequefios molinos de aceite (en su mayoria accionados por caballos) no incluidos en las otras provincias. En la provincia de Viatka, sobre 116 molinos, hay sélo 3 de vapor; en la provincia de Vladimir se cont6 una decena de molinos de viento y 168 molinos de aceite, en gran parte movi- dos a viento, por un caballo o a mano. Si en las otras provincias hay menos establecimientos industriales, ello no significa, por supuesto, que no haya molinos de viento, pequefios molinos de agua, etc, Simplemente, no se los conté. En toda una serie de provincias se incluyé, casi con exclusiyidad, los molinos de vapor (provincias de Besarabia, Ekaterinoslav, TAurida, Jer- sén, etc.), en tanto que la industria molinera da 2.308 “fAbricas” sobre 6,233 existentes en Rusia europea, segéin la seccién XI. Seria absurdo hablar de distribucién de las fAbricas por provin- cias, sin haber puesto en claro el cardcter heterogéneo de los datos. ‘Tomemos la seccién IX, elaboracién de minerales. Vemos, por ejemplo, en la provincia de Vladimir, 96 fabricas de ladrillos y en la provincia del Don, 31, es decir, menos de wn tercio, Segun el Indice (para 1890) era lo contrario: en la provincia de Vladimir 16 fabricas y en la del Don, 61. Ahora resulta que, segiin ta Lista, en la provincia de Vladimir hay, sobre 96 fAbri- cas, sélo 5 con 16 obreros o mis, y en la provincia del Don, 26 (sobre 31). Esto se explica simplemente porque en el distrito del’ Don los pequefios hornos de ladrillos no se‘ contaron con tanta generosidad como “fdbricas”, que fue lo que sucedié en Ja provincia de Vladimir; eso es todo (en todos los pequefios hornos de ladrillos de la provincia de Vladimir se trabaja a

Você também pode gostar