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Soneto LXVI Soneto LXXXI

Pablo Neruda Pablo Neruda

No te quiero sino porque te quiero Ya eres ma. Reposa con tu sueo en mi sueo.
y de quererte a no quererte llego Amor, dolor, trabajos, deben dormir ahora.
y de esperarte cuando no te espero Gira la noche sobre sus invisibles ruedas
pasa mi corazn del fro al fuego. y junto a m eres pura como el mbar dormido.

Te quiero slo porque a ti te quiero, Ninguna ms, amor, dormir con mis sueos.
te odio sin fin, y odindote te ruego, Irs, iremos juntos por las aguas del tiempo.
y la medida de mi amor viajero Ninguna viajar por la sombra conmigo,
es no verte y amarte como un ciego. slo t, siempreviva, siempre sol, siempre luna.

Tal vez consumir la luz de Enero, Ya tus manos abrieron los puos delicados
su rayo cruel, mi corazn entero, y dejaron caer suaves signos sin rumbo,
robndome la llave del sosiego. tus ojos se cerraron como dos alas grises,

En esta historia slo yo me muero mientras yo sigo el agua que llevas y me lleva:
y morir de amor porque te quiero, la noche, el mundo, el viento devanan su destino,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego. y ya no soy sin ti sino slo tu sueo.
Soneto II Soneto XLV
Pablo Neruda Pablo Neruda

Amor, cuntos caminos hasta llegar a un beso, No ests lejos de m un solo da, porque cmo,
qu soledad errante hasta tu compaa! porque, no s decirlo, es largo el da,
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia. y te estar esperando como en las estaciones
En Taltal no amanece an la primavera. cuando en alguna parte se durmieron los trenes.

Pero t y yo, amor mo, estamos juntos, No te vayas por una hora porque entonces
juntos desde la ropa a las races, en esa hora se juntan las gotas del desvelo
juntos de otoo, de agua, de caderas, y tal vez todo el humo que anda buscando casa
hasta ser slo t, slo yo juntos. venga a matar an mi corazn perdido.

Pensar que cost tantas piedras que lleva el ro, Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
la desembocadura del agua de Boroa, ay que no vuelen tus prpados en la ausencia:
pensar que separados por trenes y naciones no te vayas por un minuto, bienamada,

t y yo tenamos que simplemente amarnos, porque en ese minuto te habrs ido tan lejos
con todos confundidos, con hombres y mujeres, que yo cruzar toda la tierra preguntando
con la tierra que implanta y educa los claveles. si volvers o si me dejars muriendo.

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