Você está na página 1de 90
sentro de Investigacion y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello Catedra de Estudios Antonio Gramsci Pouce ua ease eis Oem ee tc r haatis na, Ese fue el punto de partida de un Taller cele-_ ee eee a eet] Pee Ct eee a Uru Ra ECCLES U UCC eats Be ne CC eet hee che Ce) Cetincsea : COI CoC RE nt te areca dtc Greet ete tonic ecto inane tsi) Cota ect Cutty ra Cubana Juan Marinello comparti Ia iniciativa_ de la organizacién del Taller con el Centro de Es- | OTe acc e nm aires | PEC CUO C eae ur erect ie rect) | ee ue ie ur Gramsci Society, la Editorial Plaza y Valdés y |a_| Pee Cnr Paro eae Dee eee eee COR ec Pe ee) I ce | CASA DE LAS AMERICAS} SIBLIOTECA JOSE ANTONIO ECH : Donado Tp uh" Habler o Gramsci a Centro de Investigacion y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello Catedra de Estudios Antonio Gramsci Edicién: Lie. Rosario Esteva y Rosario Parodi Realizacién computarizada: Rosario Parodi Disefio de cubierta: Hugo Vergara Fernéndez Obra original de Marcelo Pogoloti: El cielo y la tierra, 1934, © Centro de Investigacién y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, 2003, Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinion por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones. ISBN 959-242-037-8 Centro de Investigacién y Desarrollo dela Cultura Cubana Juan Marinello ‘Ave. de Rancho Boyeros Nim. 63, Plaza de la Revolucién, ‘Ciudad de La Habana, 10600, Cuba Presentacién Rubén Zardoya Loureda Al ensar en Gramsci, se me impone ante todo esa dignidad pprofunda, y viene a mi mente una idea de Fichte que repetia un viejo profesor. Decfa aquél, poco més 0 menos, que sien un solo hombre el pensamiento y la accién se funden en un todo inico, enese hombre, y sélo en él, la Filosofia ha cumplido su mision. No esnecesario demostrar, en este sentido, que la Filosofia cum- plid su misién en Gramsci, cuya vida representa todo un para- digma ético. . "Se piensa como se vive", expresa la conocida maxima, yno le falta raz6n, Pero no menos cierta es la aseveracién contraria: "Se vive como se piensa"; no como se dice pensar, sino como realmente se piensa, En sentido riguroso, el pensamiento es el modo de accién del ser humano, la serie de sus actos. “Por sus frutos los conoceréis”--dice la maxima biblica. El pensamiento de Gramscies la serie de sus actos, su obra toda, en primer lugar, su obra como revolucionario, la obra de un comunista que en- cama laidea que é! preconiza del intelectual orgénico, aquel que late con el corazén de su clase y de su pueblo; distante, como una galaxia de otra, del intelectual institucionalizado o de acade- mia, Son conocidos el esfuerzo y las energias que dedicd a la creacién del Partido Comunista de Italia y ala organizacién en la Tercera Intemacional. Si su rostro era pilido como el de algunos intelectuales institucionalizados, las sombras dela cércel fueron culpables de ello. Gramsci es uno de los hombres infinitos del pensamiento ‘comunista de nuestro siglo. Subrayo esta determinacién deci- I siva--la de comunista-- porque tampoco Gramsci ha escapado al desdibujamiento politico y académico de la gran tormenta contrarrevolucionaria que nos azota. Todos conocemos los; abusos diversos que se hacen en su nombre, alli donde el pensamiento hegeménico no ha podido silenciarlo del todo, 0 ha preferido, através de sus tebricos de cierta izquierda resba- ladiza, mellarle todos los filos anticapitalistas y enrumbarlo, 1no sélo contra consabidos vicios antidemocriticos de la ex- periencia historica de construccién socialista, sino contra el propio ideal comunista, hasta convertirlo en un mufieco fun- ional al sistema de dominacién burgués. E] Gramsci que no es nuestro se ensefla en institutos elitistas donde el nombre de Carlos Marx apesta, invita a los intelectuales de academia a especular con categorias aladas y a las fuerzas revolucionarias a renunciar a la toma del poder, en nombre de la construccién de una hegemonia abstracta, en condiciones ideales que no existen, ni existirén por largo tiem- po en ningiin rincén del Planeta. Nuestro Gramsci es un sim- bolo del marxismo revolucionario, configura todo un modelo. cultural que encierra en si, de forma condensada, las poten- cias sociales y culturales de la revolucién comunista, orienta la conciencia y los sentimientos hacia la idea de esta revolu- cién, y los coloca en una relacién tan estrecha con ella que hace desaparecer toda diferencia entre ambos. Nadie mejor {que él para comprender la potencia colectiva y el valor social de los simbolos revolucionarios, esos codgulos de sentido cultural que revelan a la conciencia el significado de una épo- ca historica, de una posicién de clase y de una actitud ante la vida, y que constituyen principios generales para la construc- ccién de este sentido, esta posicién y esta actitud, Pero Gramsci no es s6lo un monumento vivo a la dignidad humana y un simbolo del marxismo revolucionario, sino tam- bién un pensador de talla singular. En tiempos de calma, pensaba Hegel, el espiritu se v nado a concentrarse en si mismo, a hurgar en sus categorias y 6 Aovinas de existencia; en cambio, en tiempos de turbulencia, el ‘plritu se yuelca sobre la realidad e intenta comprender las ‘alogorlas que vertebran aquélla. Gramsci vive en una época ide (urbulencia, estudia las categorias que la vertebran y, sin enbargo, convierte el espiritu en objeto permanente y casi obyesivo de su atencién. Me refiero al espiritu universal y ‘bjetivo que tiene en la actividad practica su alfa y su omega. Distante de toda afectacién sabichosa, no s6lo centra su aten- ‘on en problemas perentorios de la practica politica inmedia- {a tales como las condi ‘lonaria y las formas de organizacién de la vanguardia comu- jista, sino también con un detenimiento admirable (cada frag- inento de sus escritos parece el centro de su vida y de su ‘obra), en cuestiones tan diversas como la Historia de la Filo- sofia y del Pensamiento Politico, el arte, la religién, la cultura ‘en sentido amplio, la historia en el significado tradicional de historia de a politica ‘Su obra es un ejemplo acabado de lo que podemos llamar ‘un marxismo creador y, si se me permite, a un tiempo anti- dogmatico y antisnobista, opuesto por igual a las corrientes poderosas -en términos practicos, sociales, culturales-- del ‘marxismo vulgar, que congela en el tiempo la teoria clésica con fines apologéticos, ya la recepcién acritica o semicritica de las ‘modas de turno que la burguesia promueve a través de sus in- telectuales institucionalizados, y que suelen asumirse bajo la consigna de la “amplitud” y la "flexibitidad” del pensamiento. Deciael joven Gramsci, con cierta imprecisién, que la Re- volucién de Octubre habia sido realizada contra El capital. Tenia en cuenta, sin dudas, las previsiones clasicas acerca de que, en virtud de la logica objetiva del movimiento econémi- ¢o, la revolucién comunista habrfa de estallar en las condicio nes de un alto desarrollo capitalista. Sin embargo, en esta aserci6n se expresa su solidaridad con la rebeldia bolchevi {que ante el llamado "curso natural de los acontecimientos", la comprensién del papel insustituible de lo que se ha dado en 7 lamar factor subjetivo, subjetividad, voluntad organizada, caracteristica de quienes, al decir del Che, "no se disponen a esperar a que el cadaver del imperialismo pase ten largo es por delante de la casa, y conocen que el capitalismo no se muere solo, sino que es preciso matarlo". La determina- ccién objetiva, cuya importancia Gramsci subraya sin descan- so, sélo puede crear las condiciones necesarias para la orga- nizacién de la voluntad revolucionaria, de una subjetividad colectiva capaz de conquistar el poder y dar al traste con el sistema de compraventa de la fuerza de trabajo. En esta asercién se revela también un poderoso pensa~ miento antidogmatico, que lo identifica con Vladimir Lenin: la comprensién de que el marxismo no vive desligado del tiempo yy de que no hay crimen mayor para la préctica revolucionaria ‘que la superposicién lineal de esquemas sobre los hechos concretos y sobre la multiplicidad de situaciones que se pre- sentan ante los revolucionarios. Bien sabia Gramsci que el Marxismo es método, es guia para la accién, aunque no s6lo 5 es0, Solo puede ser método y guia para la accién por cuan- to constituye un cuerpo tedrico de valor universal para las Ciencias Sociales y la practica revolucionaria; entendida esta universalidad no como un repertorio de frases generales, en el ‘cual desaparece toda distincién entre la esencia y la aparien- cia, entre el fundamento y el movimiento histérico, sino como ‘comprensién tedrica de la esencia del antagonismo social y, en particular, del antagonismo social inherente al modo de produccién capitalista. Si asi no fuera, y Gramsci lo sabia, nuestra tarea seria desandar sin fin el camino abierto por Car- Jos Marx, a contrapelo de aquella méxima formidable: Cami- ‘ante, no hay camino, se hace camino al andar. Gramsci abrié caminos con un modo de pensamiento enraizado en el pensa- miento humanista universal, de poderosa raigambre marxista y leninista; asumié con fuerza desacostumbrada la idea de {que en cada momento, cada generacién, cada fuerza revolu- cionaria, estén obligadas, con el sudor de su frente, a abrir su 8g propio camino en la Historia, un camino en que el intelectual ‘orginico constituye un momento sustancial e inseparable, Poco importa que profesores asépticos y fantoches enar- olen su nombre al construir nuevas esquematicas del mun- do ¢ intentar inhibir la accién revolucionaria. Para nosotros, pensar en Gramsci, en su vida y en su obra es, en buena medi- da, pensar en la infinitud del marxismo como modo de pensa- miento y teoria de la revolucién comunista; recorrer con espi- ritu rebelde esa infinitud en circulos concéntricos que se abren y se cierran en el antagonismo social, en la explotacién del trabajo asalariado y la exclusién social, en la enajenacién de todos los productos de la actividad humana con respecto a sus propios productores y en la alternativa permanente que se alza ante la Humanidad desde hace siglo y medio: "Social moo barbarie". Tal vez no logremos decir la nueva palabra sobre nuestro Gramsci. No obstante, la propia convocatoriaa este Taller cons- tituye un aporte al relanzamiento del Marxismo revoluciona- rio, en medio de tanto descreimiento, tanta farndula concep- tual, tantos deslizamientos de sentido légico, y tantas megato- neladas de papel producidas en el mundo para publicar infa- mias yy tonterias, empobrecer el espiritu, enterrar la esperanza, convencer a hombres y mujeres de que éste es el mejor de los. mundos posibles,¢ inspirar un culto servil ante lo inexorable. Gramsci desde México Subjetividad y Cultura: Gramsci un nuevo tipo de intelectual Francisco Pifldn Gaytan ¢Por qué hablar, hoy, de subjetividad y cultura y no tan s6lo, o preferentemente de condiciones objetivas, de proble- Imaticas econémico social, de tecnodependencia, de globa- lizacién internacional? ;Por qué el tema de la subjetividad? o {Por qué unir subjetividad y cultura, cuando el mundo que se pretende transformar es ese enorme edificio social que esti hecho de materialidades técnico-econémicas, de institucio- nes bélicas --hoy terriblemente presentes- de entramados po- Iiticos y econémicos, donde al parecer lo que menos importa ‘esel mundo de la interioridad, del valor de las culturas especi- ficas, éstas y diferenciadas. {Por qué cultura y por qué subjetividad, cuando hoy lo que nos pesa, sobre todo, es la maquinaria de los sistemas en mucho de los campos, a veces algunos terriblemente globalizadores {que necesitarfan, tal vez, otros tantos sistemas como antidoto, pero que exigen que Ileven el signo de la piedra fundamental, la estructura (éenivo-econémica para no caer cn idealismo espe- culativo o en subjetividad estériles? {No tendré acaso subjetivi- dad y cultura un acento fuertemente idealista que alimente, una vez mis, el viejo humanismo abstracto?No nos quedaremos de huevo en el mundo de las nuevas intenciones, en esa filosofia que hermana a fin de cuentas a Marco Aurelio con epitetos, pero que olvida sus propias cadenas? {No estaremos olvidando lo mejor de las aportaciones del Marx, de los manuscritos y de EY Capital, aquel que nos ensefi6 uno de los materiales fundamen- tales con los que podemos construir la Historia? 13 Pero ;por qué subrayarel tema de la subjetividad, particu- larmente dentro de los marcos del pensamiento de Gramsci? {No acaso el Marxismo se le ha acusado de ser una especie de pan-objetivismo? {No ofrece la subjetividad, como afirman algunos, un marcado acento idealista y ahi tal vezeel peligro de ‘quedarse en ese idealismo? No se quiere coincidir Marxismo y objetividad, excluyendo la subjetividad? No se pretende ‘aprender la realidad social sin el concurso de ésta iltima, como si en el andlisis cientifico no desempefara también un papel social? ZNo se ha intentado descubrir los hechos sociales y de escribirlos como si éstos fuesen hechos desnudos de toda ideologia?,;No se ha machacado, tergiversando textos que el método de Carlos Marx no parte del Hombre, ese lenguaje tipicamente, por lo menos en la Universidad mexicana de los afios 70, donde entraban los chamaguitos a las aulas univer- sitarias, de mi universidad nacional y decian "Ia historia no la hacen los hombres, sino lo pueblos”, pero marginando a nivel de lenguaje la actividad individual del Hombre que cotidianamente debe construir su propia Historia. Pero a fin de cuentas el Hombre es el creador ~-lo dijo Gramsci--de to- dos los valores, el Hombre total del que habla también el fil6sofo Jean Paul Sartre. Cuando hablamos de subjetividad, no la entendemos como la finalidad en diltima instancia de todo el quehacer humano; ino la subjetividad que es ese mismo quehacer realizado por el Hombre, en un determinado momento de su Historia y den- tro, por supuesto, de unas determinadas y fundamentales re- laciones sociales Afirmamos, cuando hablamos de subjetividad, no la sim- ple oposicién entre sujeto y objeto, para resaltar el sujeto y después, tal vez, sufirel peligro de quedamos en un solipsismo, 10 hablamos de la unidad de ta préctica entre sujeto y su necesario determinado objeto, algo asi como la critica que le hiciera Hegel a Kant, cuando este Kant encerraba, precisa- mente en sus a priori, en sus formalismos de la ley, en su 4 ‘Whlversalidad, la piedra angular de la obligacién, y tenia mie- do, como dijera Hegel de mancharse las manos con los he- ‘thos, miedo a acercarse a la objetividad, esa objetividad que Hamaba Hegel es la del nifio, la del sentido comin, y que, por ‘onsiguiente, era Kant. Segin Hegel, el chiquillo que tiene las. Aijeras y no se atreve a cortar y, precisamente, ese ir a los echos, ir a esa objetividad era recibir la espontaneidad de las ‘ordades del sentido comiin, las que vaa heredar y a sistema- {zur nuestro fildsofo Antonio Gramsci, de esa unidad, de esa subjetividad, de ese hombre que es no fragmentado, de ese hombre que integra al mundo, porque se integra con el mundo para hacer su analisis, es lo que yo entiendo por la subjetivi- ‘dad en sentido gramsciano. ‘Cuando valoramos ésta, 1a subjetividad, su realidad, no pretendemos separar al Hombre de sus circunstancias mate- Fiales de vida, de su modo de produccién correspondiente, ni feria posible su estudio, sino en determinadas estructuras materiales y éstas no existen sin las instituciones y las ideas eorrespondientes, unas y otras no se pueden separar metodol6gicamente; por lo menos, subrayar su unidad, es el pensamiento de Gramsci, y ya para Marx—como Marx loeseribia en La ideologia alemana. Cuando tratamos de valorar la subjetividad dentro del pen- samiento de Gramsci --ya que no el subjetivismo--, lo que in- fentamos es poner al Hombre en su lugar, como lo hizo el mismo Gramsci, duefto de su destino histérico; que no sola- mente padezca el pasado y sutte el embate de la objetividad del presente, que no se presente como el tonto remolcado por la Historia, o se sienta prisionero de leyes sociales, Con esto no abogamos por un voluntarismo, 0 por un bergsonismo 0, al final, por un actualismo gentiliano, tampo- co por el hombre solitario que, solitariamente, pretende hacer la Historia, ni podrfa hacerla, No existen los hombres sol rios, como no existen los lenguajes individuales. Todos son enguajes colectivos. 15 ‘No negamos, por otra parte, ni lo que se ha llamado ly determinacién social de las ideas, ni, en otro orden de cosas Ia cultura, como la configuracién general de los comport mientos aprendidos y de sus resultados, cuyos elementos son adaptados y retransmitidas por los mie . sre inner Pe embros de una sO: hfe todo a partir de Descartes, el dominar la Naturaleza? 'No queremos cancelar, nila Sociologia del conocimiento, | | ¥NO ha sido para Carlos Marx 1a historia huinana, ‘cuando hablamos de subjetividad, ni la Sociologia de la cultu: tm Ia frase de Giovanni Vico, a historia hecha por ‘Cuando hablamos de subjetividad es el Hombre como ser ivo, como sujeto de la Historia, punto esencial de la filo- de Antonio Gramsci, NNo ha sido acaso el ideal en la Historia de la filosofia, +a; ni siquiera intentamos una filosofia de la personalidad, o 3s en oposicién a la historia natural que no hemos he- un personalismo que todo se pretende explicar y encerrar el iY N0 es cierto ademas lo que el mismo Vico afirmaba de noyoenelobeto nique ely suet devore amanda, nique ean a mina cles nn cranes partir del mundo, elmundo objeto-objetividad, aniquile al sujeto yo, Ni afirmar MN & artir de la tradicién, no del cosmos, sino de algo que tampoco con esto que solamente las grandes ideas, un tanto croceana, hacen la Historia, ni dualismo, ni maniqueismos; lo importante en este aspecto --ya lo decia Gramsci~-es la activi- dad concreta del Hombre, niel monismomateralista ~como lM Naturaleza y por esto mismo ha llegado a ser un ser social, afirmaba~ni el idealista ni materia, niespirtu,evidentemente llegando con esto a la vieja definicion del no més viejo separados; sino, segin él, Materialismo Histérico, 0 sea —y | Afstteles? En una palabra, lo que queremos subrayar siguien- aqui lo explica su concepto de Materialismo Histéri que Hoel jpensamiento auténtico de Carlos Marx y de Antonio Gramsci, €s, para mi gusto, un concepto no tan feliz, porque uno ten- _ «Suna verdad muy simple, y tal vez por esto escondida en dema- dria que explicar, qué entendemos por materialismo y qué en- _ Hitdos subterfugios academicisticos que le quitan, hasta cierto tendemos por hist6rico; sobre todo el concepto de materia punto su peligrosidad, que es lo siguiente: entraria allt en su bellisima y compleja ambigledad, pero Que es el hombre, ensu trabajo concreto, ¢l que Constri- Gramsci lo dice: "..e1 materialismo hist6rico sea la actividad yea fin de cuentas la Historia, El hombre conereto dentro de del hombre-historia, en concreto, 0 sea aplicada a una cierta sis Culturas, y la Historia que es la libertad del Hombre como materia organizada, fuerzas materiales de produccién, a la @seribe Gramsci-- en contra de todos los positivismos y naturaleza transformada por el hombre". economicismos, la fuerza inmanente de la Historia, que hace Ahi practicamente esta explicando dentro de su visidn ro- _fallar todo esquema preestablecido, libertad que no est por mana, maquiaveliana, galileana, ese ita los hechos, y los he- encima, ni debajo de la Historia; sino que es esa misma Histo- cchos vistos de la manera en que ya se vela en la vieja univer- fla que tiene de ruptura y oposicién. Libertad que no es indi sidad napolitana a principio del siglo XVI, ‘una naturaleza —dualista, ni reservada a minorfa, ni nada més un fendémeno inte- transformada por el hombre, filosofia del acto, que es exacta- rior porque est basada en condiciones sociales determina- mente la praxis, pero no del acto puro; sino propiamente del das, que postulan también una respuesta social de libertad acto impuro, 0 sea, real en el sentido mas profano de la pala- Libertad que no es la propia de los regimenes burgue- bras ses, aquella democratica reformista ya que el estado socia- lista --segan Gramsci-- no continéa el Estado burgués, josotros llamamos medio artificial, un medio ya humanizado? {Noes el Hombre, siguiendo el pensamiento de Marx, ade- ks de ser un ser natural, un ser que se ha ido diferenciando de 16 7 EEE Aqui, obviamente, habria que afladir toda esa compleja teoria gramsciana sobre la sociedad civil, que hoy, inclusive, como concepto, estaria demasiado actual; el problema demo- cratico de hoy es volver de nuevo a descubrir esas pequeftas casamatas, esos pequefios escalones con los que Gramsci ya trataba de ir cimentando cotidianamente construyendo la trans- formacién de una sociedad y no esperar para el gran golpe final, no esperar la catdstrofe del mundo y después como re- galo de los dioses esperar el socialismo. Gramsci, en este sen- tido, bajo el concepto de sociedad bajo la égida del con- cepto hegeliano también de sociedad civil, pero rebasindolo y trascendiéndolo en su critica al idealismo hegeliano, espe- culativo, también estaria presente. Libertad, por lo tanto que es lucha, critica, penetracién cultural, que no se detiene inclusive ni en el socialismo, en una determinada etapa, ya que la sociedad socialista no debe- ra ser otra cosa —dice Gramsci-- sino la organizacién de la libertad de todos y para todos, que no tendré ningan carécter estable y definitivo. De ahi el concepto del historicismo gramsciano heredado de su maestro Croce; seré una busque- da continua de formas iuevas, de nuevas relaciones que siem- pre se adapten a las necesidades de los hombres y de los grupos, en orden a que todas las iniciativas sean respetadas ~dice Gramsci--con tal de que sean itles. Elolvido del factor subjetivo con todo lo que ello implica, de las diferentes clases o estados de la conciencia, del estudio de los sentimientos, ideas, valores, por juzgarlos a veces, ele- mentos supraestructurales, en sentido peyorativos, es decir, irracionales, como idealistas, simples predicados, condujo, en ocasiones, por lo menos en mi pais, a considerar algunos ted- ricos marxistas el abandono de una lucha, centrada también enel campo ideoldgico, y creo que Gramsci expres6 perfecta- mente bien este problema, Se tachaba esa lucha de subjetiva de idealismo burgués, y obviamente dejabamos el eampo libre a los leones que si ereian 18 ‘en ln deologfa, que si crefan en la lucha de las consciencias y fe apoderaban de ellas,y algunos tebricos marxistas, profeso- es marxistas en contra del concepto del Hombre y de la sub- Jotividad, construian un marxismo, aso de una cétedra exclu- sivamente para escribir ciertos libros, y de una manera indiree- {a dejaban e! mundo que fuese construido; de hecho, el mun- do se construye a base de la actividad conereta --como dice Gramsci-- de los hombres concretos, con sus determinadas culturas y determinadas condiciones sociales. La creencia de que lo subjetivo, los elementos todos de la conciencia, de la cultura no eran sino resultados més 0 me- hnos mecénicos de la dinamica objetiva en el campo de la es- fructura econémica de la sociedad, les hizo marginal el conti- nente de'la subjetividad y, especificamente, el terreno de las ideologias, no solo en su génesis; sino sobre todo en su efectividad. , La burguesia aprovech6 en aquel tiempo tal marginaci6n; s¢ olvidaron las implicaciones tebrico-metodol6gicas, politi- cas y psicolégicas de ese lado activo del conocimiento del cual hablaba Marx y se sentia orgulloso de heredar de la Filo- sofia idealista. Por todo lo anterior, deberiamos de nuevo subrayar, una vez ‘més en Ia filosofia politica de Gramsci, ese lado: activo del ‘cono- cimiento, esa perspectiva dialéctico fenomenoldgica existencial, no meramente antologica vacia, no materialistacn sentido, como sielmaterialismo fuese una especie de continente aparte, despe- jada de todo el mundo dela interioridad y de todo el mundo de Ta cultura; por lo menos, ése es el intento de una nueva lectura, por lo menos para mi, dela obra de Antonio Gramsci. Creo que el insistir en la subjetividad me leva a insistir en lotro campo importante que es la cultura. z {Cual seria la heredad de Antonio Gramsci, precisamente bajo el concepto de cultura? Aqui retoma, de unamanera muy clara, la aportacién y el magisterio de ese otro fildsofo italiano ue, por lo menos en México se olvidé mucho, que es Benedetto 19 Croce, {Cudntos tiempos perdidos, cudntas hubieran evitado si hubiésemos leido lo que é! escribié sobre Hegel, sobre el esquematismo del marxismo de la Segunda Internacional, especificamente de Turatti en Italia, si hubiése- mos leido la critica de principios de siglo del fil6sofo Croce? Creo que Gramsci intuyé su importancia y por es0 dijo: "Hay que hacer las cuentas, no sélo con Hegel; sino también con Croce, el Papa laico en Italia." Ese Papa laico en Italia, Croce, ensefié también la lectura que Gramsci hizo de la filosofia napolitana que era exactamente Ia influencia hegeliana en la peninsula. Lo que Gramsci retoma es el valor de los hechos cultura- les, el valor del hombre individual como creador de su propia historia y no es mera retorica, e1 valor del hombre individual como creador de su propia historia, y aqui retomo definitiva- mente ese pleito tan grande que en Filosofia tiene Kierkegaard en contra de Hegel. Aquél ve el peligro de que la vision de Hegel de hermanar el Dios cristiano con el griego, pueda perderse, segin Kierkegaard, el valor y la dimensién de lo individual, de lo particular, de lo existencialmente concreto, y obviamente allf hay toda una discusién filoséfica entre am- bos. Gramsci de una manera muy esponténea cree encerrar que los hechos de cultura pasan siempre a través de! mundo de la reforma intelectual y moral de una sociedad. Esa frase "la re- forma intelectual y moral de una sociedad", que es concomi- tante también, al mismo tiempo, con una reforma econémica, de la misma sociedad lo integra en su concepto de cultura en ‘movimiento, y cultura, no la de los grandes escritores, sino tal vez también, y, a veces, mas importantes --piensa Gramsci--de los medianos escritores, de los pensadores-escritores de me- diana fama; porque esta consciente de que a veces los gran- des escritores tienen medios y tienen instrumentos, y tienen infraestructuras que les permiten ser conocidos y obviamente el que no tiene esa infraestructura se convierte en mediano 20 eseritor, y Gramsci piensa que éstos son demasiado importan- tes. De la misma manera que baja a beber de las culturas popu- lares. ‘Si hablamos de cultura en Gramsci, su aportacién funda- mental es haber resaltado ~-y hoy, por lo menos, en México lo sentimos de una manera terriblemente presente-- el problema de las culturas de los pueblos, de las culturas indigenas en icular. " Ese folklor, ese sentido comin, ese traspaso del sentido comiin, ese rescate de confundir, en el buen sentido de la palabra, Filosofia o Historia 0, por lo menos, de no separar filosofie-historia y hacer que el Hombre, al estudiar la realidad, no trate de captar la Filosofia por un lado y la Historia por el otro, es herencia, definitivamente de la Filosofia, en primer lugar, Alemana y, en segundo lugar, la de Benedetto Croce, quien identificé Historia con Filosofia y Filosofia con Histo- ria Particularmente en México, en este campo es Gramsci quien ha sido sumamente rico por lo siguiente: nosotros hemos he- redado tramites de la ilustracién y tramite de los diversos plan- teamientos de las diversas planificaciones 0 pseudo planifica- ciones de la educacién mexicana un acentuado ~mido mis palabras~, acentuado racionalismo filoséfico, un acentuado subrayar que la cultura es eminentemente racional, mas atin, lo cristalizamos en un articulo importantisimo en la cultura mexicana, en la Constitucién, que es el articulo tercero. La ‘cultura, la educacién debe ser eminentemente positiva, emi- ‘nentemente cientifica y, es obvio, alli ‘venia todo el bagaje de a educacién racionalista europea y no de la mejor, y se vio con la critica que hacia luego la Escuela de Frankfurt, en parti- cular; después todo el sentido de decadencia, el sentido de pesimismo que leemos en las paginas de Adomo y Horkheimer. En laeducacion mexicana cristalizada en el articulo tercero se acentuaba este racionalismo que captaba tinicamente al Hombre en su racionalidad, y la verdad obviamente en lo que 2 eee a se podia captar dentro del método, asi llamado cientifico hela ap eater ee ae res, de a religosidad popular, quedé al margen del estudio de la verdad, o del estudio de lo util, de lo positivo, de lo valios ° de la cultura de los pueblos. Entre otras cosas, porque la = siamese noha rofueidoreeai ttn SS gran ignorancia de la mayoria de los profesores : Scene! revolucién y pareciera que la cultura empieza de Sek in pre wt > po a, preament la politologia Lombardo Toledano para acé y, obvimente no hay na poliologia mexicana que se nua de las radcioneshitrieas de los diversos pueblos que conforman la nacién mexicana Gramscalidentificar Historia, Filosofia y Politica, nos lanza jpso ‘facto \a historia de los diversos pueblos, y que la politica noe exactamente laciencia politica del funcionamiento nada mas. de los partidos politicos sing también, la cienciapolitiea que implica el estudio de los fenémenos histrics. Deshi, el eoncepto de Esato ampladoen Gramsci, eleonoepio deeutara politi ye concepto de cultura-cultura, y el concepto también Sbviamonte de e30 que en México, y en toda Latinoamérica es demasiado importante: el estudio de los fenémenos religiosos. ‘Nos hace falta de nuevo poner el énfasis en este terreno, el mes pasado estuve en un Congreso en California, Particul tas de las culturas chicanas, no la cultura chican, sino las culturas chicanas, y se veia la necesidad perentoria, si es que hablamos de la latinidad, si es que hablamos de las culturas latinoamericanas, sies que hablamos de conservar la digni dad, esa que ya nuestro Rubén Dario nos cantaba en los Can- 105 de amor y desesperanza, para enfrentar al le6n, salvaje del Norte.Tenemos que volver de nuevo, gramscimamente a es- tudiar las culturas populares, tl cual como estin all, y es eevidente que alli esté muy presente el problema dela religién 2 En México, desde hace tiempo, nos hace falta, porque por esgracia cuando queremos saber que pensébamos los mexi- ‘eanosen el siglo XVI, en! el siglo XVII, en el siglo XVIII, tene- nos todavia que importar a profesores ingleses, profesores Iilemanes, profesores italianos, porque los mexicans, gene ralmente, imbuidos | ‘de ese racionalisme filos6fico partiamos, ‘en todo caso, de la ‘Escuela del Positivismo de: Gabino Barreda para acé, del siglo pasado para acé, y Ia ignorancia de todos nuestros fendmenos historicos antes. ‘Cuando Gramsci amplia el espectro de la realidad, para aptar los hechos historic 0 identifica la Filosoffa con la Historia, obviamente estaba pensando en los arreos, 0 los instrumentos que le prestara nuestro Benedetto Croce. Creo yo que esto sera tambien un estudio de Gramsci, precisamente ‘elestudio de un Gramsci que nos arroja a la Fenomenologia. De ahi también su aporte alacritica que la filosofia, asi !lama- a de Husserl para acé, 0 de Dilthey nos critica la filosoffa racionalista, en términos politicos. En términos histérico-po- liticos, en términos filoséfico-politicos, nuestro Gramsci sin muchos aspavientos nos ponia e! dedo en el rengldn. “al hablar de cultura en Gramsci, por fo menos, en lo que a México se refiere, es entender el gravisimo problema que tene- mos en estos momentos de las culturas indigenas, problemas graves porque hemos hecho un estado nacional con los rubros, fon los arquetipos de la cultura occidental, pero cultura ocei- dental no la rica cultura occidental que se les olvida a algunos historiadores, porque la rica cultura occidental implica el sen- tido de democracia, larica cultura occidental también implica el sentido de equilibrio, el sentido de frénesis Aristotélica, el sentido de pesos y contrapesos del viejo Cicerdn, 0 sea, no todo lo que nos Ileg6 de Europa, y estamos hablando espaol, tendriamos que rechazarlo, es decir, que hemos construido en México un estado nacional bajo los rubros, repito, y los ar- quetipos del Estado nacién, supuesto lo siguiente: que el Es- vido nacién se cimentaba y se fundamentaba en la defensa del 23 individuo, de los derechos del individuo y, por consiguiente, declamados, declarados, fundamentados esos derechos del individuo, y sacralizado bajo el concepto de derechos casi divinos del individuo, y toda la armaz6n, todo el edificio, toda la legislacién, toda la jurisprudencia estaba cimentada en los derechos del individuo, y ademés eran derechos naturales del individuo, y yo me pregunto: gExisten los individuos solos? cExisten, se pueden dar, los lenguajes solitarios? El hombre nace en una sociedad, el problema en: estos momentos en México es que existen y se reclaman las culturas colectivas, existen, se exigen y se reclaman los derechos de las colectivi- dades de los pueblos, y esos indios que, supuestamente, in- clusive el liberalismo decimonénico habia marginado, inclu- yendo al benemérito Juarez, resurgen ahora Alli estaban los indios, ahi estin sus derechos colectivos, ahi estan sus necesidades histéricamente acentuadas, escon- didas, solapadas en un momento dado. Y ahora viene el pro- blema, es exactamente lo que creo va pasar, y no falta mucho, én lo que hoy se llama los Estados Unidos de Norteamérica, hay millones de gentes que ya no conforman, ni pueden ha- cerlo, como hacian unos 40 afios, el modo de vida americano; va a surgir otra nueva raza, otro nuevo pueblo y ahi levan ellos la carga histérica de las identidades colectivas de los diversos pueblos. Es un campo que Gramsci intuyé o, por lo ‘menos, nos dio los elementos para que nosotros sociélogos, fil6sofos, historiadores lo pensemos de nuevo y lo retamemos de nuevo, el valor de las culturas populares. La importancia de lo que hay detras del sentido comin, el sentido comin con todos sus prejuicios pero estudiarlos, valorarlos y de ahi cons- ttruir con esos materiales el buen sentido, pero dentro también de una historia 0 de unas historias nacionales. En este sentido, el concepto de cultura en Gramsci hoy seria demasiado importante para los pueblos, no digo s6lo latinoamericanos, sino para todos los pueblos, lo que est pasando en Europa en estos momentos, lo que va a pasar en 24 i 25 Jos Estados Unidos conel problema de las cultura, Gram hos puede servir en ess apuntes, en 80s rubros, en ests _uestones con la que él quiso encerear su flosofia puesta omo una cosa por hacer en sentido de ver, en sentido de ddeber-ser, en sentido de estudiar porque queremos const ‘un mundo nuevo. Debate Jorge Luis Acanda: Francisco Pin nos ha entregado una conferencia rica n ideas y en provocaciones: su idea acerca de la necesidad 4 enfoque supradisciplinar y cémo esté presente en el pen Yiento de Antonio Gramsci, la importancia de esta com- jon del concepto de cultura, y eso que él llamaba como a Logica dialéctico-fenomenolégica-existencial en la inter- pretacion del individuo y de la cultura. entonces para discutir todo esto que él ha expresado, ustedes tienen la palabra: preguntas, eriterios, desacuerdos. Rigoberto Pupo: Primero, quisiera darle las gracias al doctor Francisco Pi- {hon por habernos presentado, en esta conversacion, como él fa llama, una ponencia tan interesante, y quisiera hacer énfa- "sis fundamentalmente en un aspecto que planted: el proble- ma de la subjetividad en Antonio Gramsci, y de verdad que me interes6 mucho esta idea, porque como ustedes saben, generalmente, en el pensamiento filos6fico se analizan algu- fas cosas a manera de oposicién solo y de antitesis, en algu- hnos casos, Entonces hay una idea muy importante que ¢l profesor aborda a partir de Gramsci, ue es a idea de que la subjetividad presupone la objetividad. ‘Me interes6 mucho el enfoque de analizar, siguiendo tam- bién como es légico el espiritu de las Tesis sobre Fewerbach de Carlos Marx, el problema de lasubjetividad através de la praxis. 27 eee Este es uno de los elementos de orden teérico-meto- dol6gico y préctico también muy importante en el sentido de asumir la subjetividad a partir de la praxis, porque sabemos que a partirde Carlos Marx, de Gramsci y de Vladimir Lenin en los Cuadernos Filoséficos, se concibe la praxis como esen- cial relacin subjeto-objeto, en la que lo ideal y lo material se convierten reciprocamente; y eso es un momento esencial porque, en primer lugar, da cuenta del valor metodolégico que tiene el concepto de subjetividad, como un concepto integrador en la medida en que se sustenta en la praxis como proceso y, en ese sentido, integra todo un proceso de asun- cién de la realidad como necesidad, intereses, fines y resul- tado de la actividad humana, En este sentido, también lo vinculo con el problema de la cultura --como decia el profesor- porque este conocimiento profuundo de la subjetividad humana es lo que lleva a Carlos Marx, a Antonio Gramsci y a otros, a concebir la cultura de una nueva forma, o sea, a ver la cultura como proceso y resul- tado de la actividad del Hombre y, al mismo tiempo, como medida de su desarrollo. Paralelamente, propicia también algo muy importante en la obra de Gramsci, y es esa forma de asumir la realidad a partir siempre del prisma sociocultural- antropolégico, lo cual es algo que en algunos momentos se olvida y que tiene un valor extraordinario; o sea, a partir de la jividad y de su cultura, Por otra parte, también queria hacer alusién a algo que he- mos visto y es como esta concepcién en cierta medida, como ¢ logico hay que tener en cuenta el tiempo histérico~ esta pre- sente también en José Marti; y recordaba, en 1875, una discu- sién muy dura, en el Liceo Hidalgo en México, con un amigo, y como Marti defiende 1a subjetividad, defiende la imaginacién, defiende la creacién, defiende los sentimientos del Hombre y se oponea aquella concepcién y quiere abordar la realidad a partir de anttesis, en la que lo objetivo précticamente se encuentra fuera del Hombre y no se mira la realidad subjetivamente. 28 ero ¢5 que eso se repite después en el 78, casi enel 79, se Pie aguten el Liceo de Guanabacoa, en la oposision que Alene José Marti con los positivistas. Aqui también, se dela subjetvide y eso leva a Mita Aguire a establecer pparangén entre las Tesis sobre Feuerbach y 'a pol - el [dealismo como le llamara Martl--, del idealismo contra li yositivista. 7 mo ae Jo que queriaen si es darle las gracias al rote sor Pit por haber abordado un problema que s cena ‘estos momentos por el valor que contiene y ver sara ‘das las posibilidades, porque tiene muchisimas todav! ee continuar desarrollindolo, pues es algo central, tanto ps Filosofia, la Historia y la Sociologia. Francisco Pifién: 0 ‘Cuando el profesor Pupo hablaba, se me estaba ocurriendo Jo siguiente: ‘ ' ‘Definitivamente una subjetividad esta basada en una praxis yel eoncepto de praxis es central en una filsofia gramsciana ue, precisamente, por influenciade Labriola, sehallamado feliz- ‘mente Filosofia de la praxis. “eatin wt ‘Cuando dije que el concepto de Materialismo Hist6rico 5 un concepto que esté alli,en la Historia, pero que hay que explicarlo para no caer, precisamente, en lo que Antonio Gramsci criticaba: el positivismo histérico o una concepcién -anica de la Historia. ees concepto de materia inclusive es ambiguo desde Car- Jos Marx. No sabemos si Marx usa a veces el concepto de materia resumiendo el viejo concepto materia de los grieg05, 0 resumiendo el concepto de materia de los clisicos al ne ir, sabemos que el conct nes, misticos alemanes. Es decir, sat i m dde materia Marx no lo endios6, no lo sacralizé, y us6 el con- cepto de materia de lo hist6rico,precisamente porque en ese momento contrarrestaba la concepcion especulativa ¢ idea- lista de la Historia. 29 El concepto de praxis es cierto: implica el recurrir a la ma- terialidad de las condiciones de existencia. Pero hay una cosa importante que se esta discutiendo en Filosofia: es el proble- -na de la fundamentacién ética; desde Heidegger: inclusive, ara acd esta latente alli el problema de la fundamentacién ética, En este momento se conjugan problemas tan graves como pasar del conocer al hacer .Tal es el concepto de praxis {que late en las paginas del pensador italiano Antonio Gramsci ‘Veo en él exactamente el problema demasiado claro: su praxis ¢s el rescate del Hombre, en téminos kantianos como persona digna, toda persona es una persona ‘digna; obviamente Gramsci no cae en ese milenarismo politico, en el que todo lo resume la especie , tal vez, algin dia legard cuando los hombres seamos algo. Gramsci recibe, en este sentido, la herencia kantiana de ue todos los hombres son dignos, y por eso se deben trans- formar porque hay que conservar en la praxis la dignidad de los hombres. Cuando habla, por ejemplo, de la libertad perso- nal, cuando habla de lo que él entiende por democracia, obvia- ‘mente es una democracia y es una praxis que esté fundamentada n condiciones objetivas, en las condiciones reales de Jas cultu- ras de los pueblos; pero dice: "Nunca seréin definitivas, nunca vamos a llegar a un status definitivo", lo cual quiere decir que la praxis gramsciana es la concepcién de un devenir, es la concepcién del devenir hegeliano, es un devenir que se esta haciendo, la verdad no es, se esté haciendo, pero en el fondo ¢sel problema ético, cuando él encerraba la reforma intelec- tual y moral de la sociedad, es el problema ético del deber-ser, y allf entra un grave problema en Filosofia que es exactamen- te por qué el hombre debe, por qué yo debo compartir mi queso, mi pan y mi vino, por qué yo debo transformar la realidad, es el problema que, por lo menos, Gramsci se plantea en los mismos lineamientos de Hegel, no sufre sobresaltos de conciencia como Kant; cudl es el problema de pasar del ser al deber-ser, de pasar del yo que mira la formalidad de laley, pero después el Kant hist6rico pasa al deber-ser basdindose en la 30 xsona y entonces el viejo Kant olvida lo que el Strsadocs in Critica de a raz6n pura, y 10 sfima cl por la dignidad de ls personas, en a fundamentacion Jnmetafsica de las costumbres pero si estos asl, enone Kant regresa al viejo escolasticismo, por lo men Tomés de Aquino el concepto de persona. | Ese concepto de praxis que el profesor a viene io, obviamente, dels condiciones objetivas, de las con jones materiales de los pueblos, pero siempre ls incle> es, ol que haga la funcin de intelectual, que puede ser lguera, tenemos qu vgilams a nasoresmismos en no vamos de nuestro propio camino, porque shay un hom un animal rao en el mundo que se tropieza con piedra ¢ se tropezd antes, somos exactamente nosotros los home y siya Dante en el proemio al canto general de La Din Comedia se preguntaba gpor qué la Humanidad i pedi eleamino? qué nos pas6? por dénde perdims la dire- 612, revisando 0 no el eoncepto de praxis pero siempre “cuales son los rubros, cudles son los puntos a5 ire cn que la Huranidad debe siempre, como un buen pilot, tener presente, porque las cosas no se dan solas, es lo que s ‘ocurre con la aportacién del profesor Pupo. Luis Toledo: ov adctalgomvy elemental pero voyaaproveckarantes ; i vuando tome vuelo y se de que tome vuelo el coloquio, porque c\ a Scpliguen las cosas ya lo elemental no cabe, entonces hay que " aprovecharal principio para decirlo. ; ; erie ‘ido con mucha atencién la conferencia del Profesor "ion Gaytin y quads noes exactamente a su cxnfrenca ao it, sit la cOncepcién de estos i e voy a referir, sino un poco a la conc 3 | Suenos sobre los caminos por donde quizas deban llevar: nos éstos y para lo que deben servir f oe Desde tha Jos que somos 0 creemos que somos marxistas, "pues esté bien que tratemos de defender el Marxismo, pero 31 no siempre le hacemos muy buen servicio, creo yo, si todos los textos los leemos o los enfrentamos o los sustentamos € impugnamos demasiada finura, y no es demasiado grande el servicio que le hacemos al Marxismo cuando nos quedamos atascados ah. Si lo que dice Mare sirve, srve y silo que Marx no sirve para algo, no srve para ese algo, silo que alguien antes o después de Marx sirve, sirve, si no sirve, pues no srve; esto no quiere decir ue nos atasquemos en un criterio pragmatico dela Textologfa, o que caigamos otra vez en otro tipo de biblismo, pero si vamos a aprovechar las ensefianzas de An- tonio Gramsciyy vamos a tener en cuenta su llamado a considerar las culturas locales, todas las culturas son locales —la cultura francesa es una cultura local, de una cualidad que se lama Fran- cia, y la cultura italiana es una cultura local de una cualidad que se llama Italia, y la cultura alemana es una cultura local de una ccualidad que se llama Alemana~, entonces los que cargamos con el titulo de locales somos los que no pertenecemos a esas culturas llamadas centrales que, asimismo, se hacen llamar cen- tales y después nosotros hablamos del centro y la periferia y cargamos cuando no pertenecemos a la periferia y ;Dios miot, no hay ni Dios ni diablos que nos salve de ser periféricos. __ Querfa, noreferirme a la ponencia brillamte de Pinton Gaytén, sinoa la concepcién de estos encuentros. El profesor decia que cuando se iba a estudiar lo que se pensaba en México en el siglo XVI, habia qué invitar a profesores austriacos, viene- ses, profesores de Berlin que fueran a México a hablar de cone culturas, y yo creo que estos encuentros sobre Anto- nio Gramsci, sobre quien sea desde Latinoamérica, quizés pudieran salir dando un poquito de ganancia si penséramos que hay una tradicién de pensamiento latinoamericano y que hay pensadores latinoamericanos importantes, No voy a mencionar al que ya mencioné Pupo y que me parece que es la gran ausencia en estos encuentros. Hablamos de Filosofia y pensamiento y decimos: por suer- te, ademas, hubo un José Marti, ademés ha habido un Sénchez 32 italiano, en aleman, en inglés. “cla del pensamiento indigena, y contemporaine. ¥incular, de una manera organica, | Iizquez, adem han habido otras personas, las que han es ito libros, porque los libros, desde Tego, se escriben en © Creo que aunque el encuentro es sobre Antonio Gramsci 'y aquien hay que rendir homenaje particular y conceptual es jeularmente a é1, no debemos olvidar que hay una tradi- “bidn de pensamientolatinoamericano, que antes que Gramsci, fqueantes de la Segunda Intemacional y que en contrapunten, fhuchas veces, con el positivismo mexicano y dentro del pro- io México contribuy6.a llamar Ia atencién sobre la importan- sobre la importancia de las ‘eulturas locales, y sobre la importancia de las etnias que es in problema tan importante y tan significativo del mundo Entonces, no me refiero ala conferencia brillante de Pifion Gaytén, sino el hecho de que en estos encu' | que en nuestra mentalidad incluyeran la vocacién de tratat de 1entros serfa bueno la familia del pensamiento lati- ~ oamericano con todos los demas aportes que vienen después, sores japoneses a que nos exp! de manera queen el siglo XXIV no tengamos que invitara profe- iquen qué ocurrié en La Habana en 1999, y qué estaba ocurriendo en Guadalajara en e! 2000, Me refiero a eso, no a la conferencia de Pinon Gaytén, sino de conceptos y de valores, de limitacionesinterpretativas que si, de alguna manera, nos rondan a todos, y que de los cuales seria bueno que saliéramos alguna vez. Francisco Pifién: La precisién me obliga a lo siguiente: Cuando leo a Gramsci, casi automaticamente, me obliga a leer la propia His~ toria nacional, La riqueza que veo en Gramsci es que no me quedo en Europa a leerlo, inclusive, nuestro Centro Mexiea- to Gramsci, no es especial y exclusivamente para estudiar a ‘antonio Gramsci; a una pregunta que yo le hice al director sl seria el objetivo de fundar del Instituto Gramsci, sobre cu 33 tun Centro Gramsci en México, éste me contest6: "Creo yo ‘que mas que estudiar a Gramsci es hacer las cosas que Gramsci recomend6 hacer, y una de las cosas que més recomend6 hacer ¢s estudiar las culturas nacionales." Cuando me referia a la ausencia de aportaciones a nivel histérico del profesorado en general mexicano, su notable ausencia de estudios, de produccién a nivel historiogréfico 5 porque realmente hemos padecido esa ausencia, de la Re- Volucién mexicana para acd; asi como hemos padecido la au- sencia de una buena arquitectura, Los que conozcan México vayanse a conocer el Paseo de la Reforma y verén lo horrible que es el Pasco de la Reforma; es decir, todos los estilos, todos los bamices, eteétera, Basta ser un buen arquitecto. mexicano y obviamente hacen desde Museo de Antropolo- fa ~que hizo el primer rector de la Metropolitana hasta la Basilica de Guadalupe, que yo creo que la Morena merecia algo diferente. O sea, desde los palomares que hacen mis arquitectos mexicanos, dignos de mejor causa, de la misma ‘manera asi como no hemos creado una musical arquitectura, y podemos admirar todavia 0, por lo menos, en ese sentido arquitecténico la riqueza de las formas de la Colonia, yo me Pregunto {qué hemos hecho después? Demasiado abigarra- dos, demasiados cadticos, demasiados fragmentados, tipico de la moderidad. Es lo mismo que pasé en la Histori mos una Revolucién mexicana, una rotonda de los hombres ses, tenemos un colegio nacional , pero y qué pasaba con todo lo demés, qué pasaba con la cultura: la cultura mexicana s¢ planificé también como se planifica y se planificé la estruc- ‘tura politica de nuestro sistema politico mexicano. Nos hace falta esa aportacién gramsciana -que no es egocentrista~- para estudiar nuestros problemas nacionales. No «en el sentido de un chovinismo, o de un nacionalismo encerrado ue, de repente, es miope, no; sino al contrario, abierto, ‘Cuando estudio a Gramsci automaticamente me alienta, al embate de los hechos, no es lo mismo cuando yo leo a 34 | | | Ithusser; por ejemplo, que me orienta a leer directamente textos de Marx, y a veces a leer lo que Marx escribié. Creo ie Gramsci prefiere leer lo que Marx escribié, leer la Historia precisamente, leer la historia de sus intelectuales. Cuando en los afios 70, nos debatiamos para pensar cual ‘el concepto mas importante en Gramsci ~y lo trato en el imer 0 segundo capitulo de mi libro--, que si es sociedad ivil, que si es hegemonia, que si es bloque histérico, que si intelectual organico. En realidad, nos olvidamos de leer ‘exactamente lo que Gramsci escribié; es decir, mi preocupa- ién fundamental es escribir, delinear la historia de los inte- ectuales italianos, cémo nacen, cémo se recrean, como se ‘conforman y cémo se dividen: He ahi el problema gramsciano, En ese sentido, es muy buena aportacién la del compafie- ‘f0 de aprovechar los grandes pensadores, los grandes escri fores que, obviamente, se han dado en Latinoamérica. Fernando Martinez: La riqueza de la conferencia del profesor Francisco Pifién es demasiado grande. De tantas cosas que me ha sugerido, “me conformo con dos comentarios. Uno es sobre México, “porque somos hermanos y vale decirse algunas cosas. Ha _sido una conferencia admirable en ese tema, porque es muy autocritica; sin embargo, nosotros acd, por lo menos gente “como yo, nos hemos beneficiado mucho de la influencia cul- tural mexicana, y de verlos a ustedes Iuchar a pesar de los modos cémo la dominacién en México asimila, unay otra vez, las formas de protesta, dando buena muestra de su madurez, Hemos salido ganando con lo que conocemos de la actividad intelectual mexicana, incluso cuando tengo recuerdos como el de un decano de la UNAM que estuvo acé en los afios 60, ‘con quien tuve la oportunidad de conversar.. Me decfa: "No- sotros hemos adoptado el concepto de clases de Carlos Marx, porque es muy bueno, lo que no usamos es su concepto de lucha de clases." Me quedé destrozado cuando oi eso, pero 35 comprendi que si, que tenfan un desarrollo grande y comple- jo, y algunos eran capaces de todo. Pienso que en México se ha producido una gran cantidad de trabajos de calidad en muchos terrenos de las materias sociales, y también en el pensamiento mas te6rico. Traigo blo dos ejemplos. Cuando André Gunder Frank tanz6 sus tesis de Capitalismo y subdesarrollo en América Latina, un investigador mexicano de la historia del capitalismo en Méxi- co yo pensé que para rebatirlo- produjo una historia eco- ‘némica del México colonial sumamente valiosa, por su conte- nido y por su vigor conceptual. Y le agradezeo haberme en vviado un ejemplar, envuelto en un diario Excelsior, cuando yo trabajabaen el INRA, por allé por 1973. Por ese tiempo, un amigo mio briténico que se ha pasado la vida editando la New Left Review, me prest6 un libro de un estudioso, entonces avecindado en la carcel de Lecumberri, que se Hamaba La ‘revolucién interrumpida, que exponia con brillantez.y sinte- sis aquel gran evento histérico que fue la Revolucion mexica- ha, organizando una interpretacién ~-a lo mejor eon varios puntos en el aire, pero muy vigorosa y atrayente. Aflos después tuve oportunidad de entablar amistad con él. He estado leyendo en estas décadas una pequefia parte de la produccién de tu pais, con ayuda de la fuerte produc- ‘ion editorial mexicana, de los autores contempordneos y de tos que ya van siendo clésicos. Los estudios de las culturas de los pueblos autéctonos y sus descendientes, del proceso historico de la nacién mexicana, de las estructuras y luchas sociales, de la economia, y de otras materias, constituyen aportes notables en el sentido de avanzar en el estudio de la cultura de los pueblos. La doctora Kanoussi nos brinda un Tibro acerca de los que luchan en Chiapas. Tienen ustedes, sin dudas, mucho més que oftecernos todavia y nos lo van @ seguir offeciendo, porque éste es un empefio latinoamerica- no, México tuvo también la suerte ~-no est bien lamarle suer- tose de sumar a sus grandes recursos intelectuales oleadas de 36 pafioles republicanos desde fines de los aos 30, que Pa Jaton por aquty siguieron para México, donde les ofrecieron “wcogida y lugar en los centros intelectuales. Y a mediados de Jos 70 recibi6 tambign a intetectuaes que tenian que huir de ‘Jas horrorosas dictaduras de Suramérica, los cuales también ‘ie injertaron en ese gran tronco mexicano de las ciencias yel ‘pensamiento sociales. La segunda cuestin es acerca del problema de la cultura pular, de las culturas de los pueblos. Quisiera al menos ‘eomentar un aspecto, Antonio Gramsci traté de poner algu- has bases para la superacién del horizonte del capitalismo. Superar el horizonte del capitalismo constituye el problema mis grave, pienso yo, de las practicas socialistas del siglo XX, y del pensamiento marxista. No hemos logrado superar tse horizonte, y hemos recaido muchas veces en la reproduc- “cin de las formas de pensar y de dominacion burguesas nds o menos mejoradas, pero contradictorias con las pri ‘cas libertarias de las propias revoluciones, y los avances en justicia social de los poderes de transicién de propésitos fovialistas. El marxismo ha suftido demasiado la exigencia de fempobrecerse y desnaturalizarse, al sujetarse a aquella inca- “pacidad de superar el horizonte del capitalismo FI pensa- _faiento te6rico dominante en la izquierda durante décadas ha Sido un materialismo especulativo del siglo XVIIT al que le than sumado --como"medicina"--buenas dosis de pos ‘mo. Pero hablar de esto st demasiado. ‘Gramsci me hace pensar mucho en las cuestiones centra- “Jes, incluso cuando parece tratar cuestiones secundaria, Al ‘escribir acerca de sus primeros tiempos de preso politico, ‘guenta que dos militantes humildes de su partido se negaban a creer que un hombre tan pequeflo, contrahecho y enfermo, fuera el diputado Antonio Gramsci, el dirigente del partido ¢omunista, Ellos pensaban que su jefe tenia que ser un hom- brén maravilloso. Como a Gramsci lo trasladaron précticar mente por todas las cdrceles de Italia, pudo ‘conocer a la gen- \ | 37 eee te més comiin y mas desvalida de todas, que son los presoy Recuerdo una maravillosa narracién suya acerca de cémo, ¢ una cércel del Sur, los presos de diferentes regiones de Italia hacian una representacién teatralizada de si mismos, en I que exponian de manera humoristica cOmo son las gentes dt cada regién (excepto los calabreses y sicilianos, porque ¢| teatro hubiera terminado a cuchillo, dada la enemistad entiy Ja camorra y la mafia, que también son formas culturales). Oyendo al profesor Francisco Pifién, pienso que Gramse| nos ofrece una gran posibilidad de ayuda para la tarea mi dificil, que es superar el horizonte burgués en cuanto a cono: ‘cernos a nosotros mismos y conocer a nuestra propia gente Porque en la izquierda que se dice representante del proleta: riado y de los pobres, en realidad, muchas veces participa y tiene responsabilidades un sector que es aristocratico res- Pecto al conjunto de las clases dominadas; un sector que tiene una orientacién de izquierda, pero suele padecer de co- lonialismo mental de izquierda. Thalia Fung: No llegué a tiempo para escuchar completa la conferencia del profesor Piftén, pero lo que escuché me parecid, como los, demés que han intervenido antes, extraordinario. Queria ha- cer una pregunta concreta, puesto que es posible que él se haya referido antes: {Qué es para usted el sentido comiin, puesto que creo que es una de las cualidades més complejas, ain cuando se supone que para el 2050 los robots tengan sentido comin? Eso es un punto de partida que me parece interesante para todos. La otra cuestién es que usted se refirié a la Ciencia Poll caapartir del tan reconocido y citado Sartori, pero es precisa- mente hoy que se pretende que haya una Ciencia Politica con un enfoque diferenciado tercermundista porque hoy la Cien- cia Politica es absolutamente primer mundista. 38 que también Gramsci puede damos aporte en esa direc~ ‘en ese sentido, en Cuba se estén haciendo modestos {que pueden tener en el proximo siglo algin resultado. Galvez: 7 ‘dos aspectos muy importantes para analizar: el proble- jjetividad y de la cultura. eas Ta subjtivided es quzls uno de los temas mis upantes y con mayor grado de incidencia en el contex- Jo menos, en lo que nosotros nos movemios en la lidad ,por qué? Qué plantearse a partir del fendmeno de jetividad, cOmo interpretar los fendmenos dela sub dentro de los procesos de creacién, dentro de los pro- ' de desarrollo artistico, dentro de los procesos de de- lo cultural, en general, ya partir de ese proceso de subje- ccémo se proyecté o cémo puede darse el proceso, no de la subjetividad particular, de la subjetividad individuals Jos procesos de subjetividad nacional, o ain otros proce ‘muchos més amplios y, en qué medida los procesos de la ubjetividad estan siendo o se estén buscando como una alter- iva a los procesos de mundializacién, de egal quese cen las sociedades contemporéneas. act qué basqueda hay desde la cultura, desde el rte, a los procesos de la subjetividad, dentro de los proce~ ‘60s de creacién artistica contempordnea, y por ahi nos pare~ ‘ia muy interesante incluso la formaen que se podria ver este ae ‘undo a ello, por supuesto, la concepcisn de la cul- tura, que creo que desde Gramsci hay un planteamiento muy | interesante, por lo menos para el andlisis nuestro, tercermun- + dista, de los procesos de la cultura, y retomaba un poco lo \e fe decia el profesor Toledo Sande. Me parecta muy importan- | te vincular este desarrollo de la concepcién de cultura, de cultura popular, de foleklor que hizo Gramsci con el mismo desarrollo que continiia Héctor Agosti ya en décadas posteriores en Argentina. 39 Muy interesante también me parece vincularlo a este pro- ceso de tradicién, de cémo se va dando el proceso de subj tividad americana dentro de los procesos de cultura llevado por un escritor mexicano, que me parece de primer orden, Alfonso Reyes, cuando define toda la concepcién de cultu- ra, toda la concepcién de la inteligencia americana a partir de precisar la subjetividad americana, con ese hibrido que se da de la subjetividad americana desde la conjuncién més amplia de todos estos procesos y recogiendo una tradicién filoséfi- ca, politica, literaria muy importante, que ala luz de un andi sis gramsciano, ala luzde un andlisis marxista, oa la luz de un andlisis latinoamericanista mas progresista en la actualidad nos parecfan dos temas realmente muy interesantes. Francisco Pinén: Entienido por subjetividad todo ese mundo interior que es también la utopia, que son también los suefios, que son tam- bign los deseos nunca satisfechos. Me estoy refiriendo a Hobbes, me estoy refiriéndo a la subjetividad como a ese mundo interior que es la curiosidad, que es la madre de la ciencia, segiin Platén y Aristételes. Me estoy refiriendo a la subjetividad también como a la necesidad muy profunda del Hombre modero que siente terriblemente su soledad, en el mundo de la secularizaci6n. Se habl6, por ejemplo, del con- cepto de globalizacién, la llamada globalizacién de los paises altamente industrializados y que quisieran que siguiésemos su ejemplo; comporta, sobre todo, subrayar una globalizacién de tipo técnico, de tipo tecnolégico, de tipo eminentemente industrial-econémico, ya criticada esta globalizacién, no con estas palabras, sino refiriéndose al mundo de la ciencia y el mundo de la tecnologia que empezé a criticar Heidegger, es decir, cmo la ciencia moderna no tiene al mundo como ima- gen; sino la ciencia moderna tiene a si misma como imagen la misma ciencia, y por eso hay un continuo crear instrumentos; es la instrumentalizacion y el concepto de racionalidad ins- 40 rental, de adomo, la critica a una ilustracién que la a ‘istas, en decadencia, porque es una racio- Mion ttarenl qo perdi el camino, azn peri io camino y ahi viene ese desconcierto, ese sentido de de~ lencia, de pesimismo que leemos en la Escuela de Frankfurt, Jore todo, en Adomo y Horkheimer, y que es muy tipico tam- én de la crisis europea de la posguerra. Bastar leer el libro sisimo de Spengler La decadencia de occidente para en 1919 cémo el espiritu europeo ya se sintié fracasado Ue todo: sus esperanzas y su optimismo eminentemente libe- El concepto de subjetividad, que implica también recoger u interioridad del Hombre, de los hombres, de su cultura, fstaria negado por ese concepto de globalizacién, de masi- ficacién que ya Kierkegaard en el siglo pasado criticaba, la hasificacién, lanumeracién, la seriacin, la tecnificacién, en hombre del progreso y en nombre de la ciencia, "Tenemos que recuperar de nuevo ese mundo interior, no en ‘jos términos individualistas y egofstas de cierta filosofia de la posmoderidad, tipo Lyotard o tipo Vattimo o tipo Derrida, en ~ algunas de sus péginas, aunque abviamente nadie ha eristaliza- ~ dosusposiciones. Se acaban dereuniren la Isla de Capri, Vattimo, "Derrida y precisan para debatir el concepto de religion {Quées| la | eligién? ;Cual es la esencia de Ia religion? (Qué se esconde " detras de los sueftos de la religion? {Qué es lo salvable de la religion? Y se preguntan en un ‘momento dado {por qué noso- tros hemos olvidado ese concepto? {por qué lo vemos margina- do ese concepto? Mi respuesta ¢s que quién lo ha olvidado, noso- + 10s los intelectuales los olvidamos, porque nos casamos también con un concepto de modernidad, de racionalidad demasiado cientificista y olvidamos todo ese concepto tan rico de sentido co- ‘min que preguntaba una de las compatferas,cadtico, fagmentado, peo rico como problema humano o como problemas humanos. Ciertamente el concepto de globalizacién, taly como se pric- tica en el mundo de la mercadotecnia, en el mundo de la al globalizacién econémica, es exactamente la pérdida de Ia queza de la subjetividad o de las subjetividades, y creo q conviene no perder de vista este aspecto. Se mencioné a Alfonso Reyes, definitivamente nuesf Alfonso Reyes pertenece a esa escuela antipositivista que el Ateneo de la Juventud como secuela al fin de cuentas, recoge ese clamor de que la cultura oficial mexicana a finale del siglo pasado y principio de siglo, sé sentia encerrads, asfixiada precisamente en un racionalismo positivista, mer mente técnico, de ahi Gue me sale literato, es un literato-literi: to, pero un literato que siente los problemas nacionales y lo} expresa en forma de sus aportaciones de la literatura, En relacién con la posmodernidad, si algtin mérito tiene ‘es que repite viejos temas, los temas, por ejemplo, del Rena cimiento italiano, del Renacimiento italiano precisamente nombre de la nueva ciencia; Vico criticaba los conceptos unis versales de la filosofia escoldstica y obviamente ya propug: naba una ciencia de los hechos, en la Escuela Napolitana, en la Escuela juridico-histérica que Labriola lo recuerda, precis samente ya se estudiaba al Hombre por el Hombre mismo ya Jos hechos por los hechos mismos, casi presagiando la filo- sofia kantiana, de lo mejor de la filosofia de Kant. Si algo tiene la posmodemnidad es que, tal vez, a nivel psicolégico, subraya el sentido de Ia diferencia, pero ellos pensaban en una diferencia no comunitaria; sino una diferen- cia a nivel, y ahi viene su pesimismo y tal vez sus grandes limites. Una diferencia a nivel del hombre solitario, el hombre individual; entonces ya no hay grandes relatos, ya no hay grandes creencias, por consiguiente qué me queda en un mundo industrializado sino fragmentarme en la frag- ‘mentariedad de mi vida privada, que se retrata en la industria, que es la centralizacién, la normalizacién, la uniformidad, y terriblemente en el campo de la medicina, La medicina te frag- ‘menta totalmente, note integra, por lo menos la medicina que nos llega de alld del Norte, y la que se practica en el Norte de a2 Unidos, una medina totalmente fragmentads te fragmenta, facil definirlo, el sentido comin es | oe t ‘alli en términos fenomenoldgicos, diria ‘Husserl, lo aparece, lo que se me presenta, y Hoque aparece Y senta en la Fenomenologia es demasiado importan- critica al racionalismo, lo que se me presenta, si _ ¢¢s demasiado importante, pero esto no cabe 7 el paralelogramo del concepto del metodo cent Minamigo, una mano, una caricia, un sentir 1a amista Seite comin es todo lo auese 7 somes * Ano: i os prejuicios, los suetos, la practic, Mano digo de utilidad, de normatividad, sino un eit Me morlida, es donde veo la relacén ene Gramsci y por ejemplo, el sentido de ormalidad de Hombre, re seta una sociedad justa, Por ejemplo, cuando me mblando sociedad-justicia con equida, en qué hemos ado al viejo Arstele nivel de lengua, de virtudes Itieascivies, cuando él nos habla que el coneepto ms portante de las virtudes politcas era lo que se eseond que es el equilibrio yes uti J hemos superado al viejo Cicer nase yids del mundo moderna, las. sub- transmiten bajo el senti- ‘¢omiin al buen sentido, ‘eritica, la autocritica de do en el camino y tene Jas culturas, de eso que se nos va pegan- smos continuamente que revisar dentro tambien de un proyecto, de proyectos de teleologia histrica “que es otro gran problema del historicismo, los eae Acabaron con las telealogias, ya no hay fines en la historia, los podemos dscutr en un esritorio, pro si los hombres covers "fos suefian siempre en la felicidad, esta felicidad se 7 a en la Ciencia Politica como finalidad y ya lo ponta Arist 43 también, Ahora pensamos en una utilidad, en un funcionam| to, la ciencia moderna abre puertas y mis puertas, ventan ‘mas ventanas, inventa cosas y nunca se detiene y nunca Pregunta si somos felices, es exactamente la pregunta primer ‘més importante. En relacién con cual seria la gran ensettanza de Gramsci, € sipor ahi ira la pregunta. La gran enseftanza de Gramscl ‘no quedamos en Gramsci, la gran enseftanza de Gramsci no cristalizar, no momificar el paisaje, no detenernos en i estado y quedamnos ahi, placidamente quietos sino, com buen fildsofo, preguntas, ¢studios, nv definitividad, y es exa famente lo que él llamaba el historicismo absoluto, es decif, tun continuo devenir, nunca una definitividad y en términoy filosoficos siempre una pregunta, y un sentido de comun\- dad. Creo que Gramsci tiene la herencia de las mejores here Cias religiosas europeas, y él siempre lo decia, por eso no somos ni debemos ser anticlericales, ni ateos inmediatamen. tc; si no nos vamos a quedar solos en Italia, tenemos que aprovechar lo que hacen los sacerdotes -obviamente los buenos sacerdotes, se referia Gramsci--, quienes forman et sentido de comunidad y de ahi en adelante --dice-- nosotros vamos a aprovechar ese sentido de comunidad, el sentido de Comunidad politica que Gramsci recaba alli side las paginas de la filosofia de Hegel, sobre todo, en la Filosofia del dere- cho. Yo diria que, modernamente hablando, hay dos grandes herencias que todavia podemos recoger de Gramsci, el senti- do de bisqueda, de estudio, de pregunta, de no definitividad, no sacralizar el presente porque entonces viene el problema que notaba Fernando Martinez: {Dénde quedaban mis viejos maestros? :Dénde estan los j6venes que fuimos antes y qué €s lo que hacemos? Y creo que cada pais sabe sus propias historias, En México, tenemos ejemplos y, a veces, no tan luminosos en este sentido; es un viejo problema que viene ya desde San Agustin desde cuando los hijos quieren recitar ias y dicen a sus papas: “Bueno, idos, a one ‘porque también nosotros queremos ra propia comedia." reo que abi viene Ia pre- il, aque serefirié Femando Martinez, es decir: el limo sentido de existe? {Cul es exactament que nos hace luchar y de repentevolvemos de tnypezar?,pareciera que Iahistori de la Humanida mo enerary desenera y volver a entrar los suefios y volverlos de nuevo a crear. Creo que se ha ‘un problema filos6fico: Cudl es exactamente el Ja raza humana? {Qué nos espera?, y con las isis en 1s envueltos he ahi lo mAs importante: no perder pareciera un lenguaje cei de la subjetivi era, es de la subjetividad. Dn qe os qed tine gu tenemos que Jers, exatamente, la esperanza. No laesperanzaegosta se encierraen el mundo individual, aunque a veces es rrante lo que decia Brecht:"Es importante recoper a 7 undo y darle techo poraue Ia nieve que a le deberia ‘cay6 en la calle." Es minimo saber que algo nosot jemos hacer. Gramsci en ese sentido, estando en la cael ‘en las condiciones en que escribié es un digno ejempl 7 a lmanidad, y eso no podemos perderlo de vista nosotros, miembros de esta raza humana, que es no tan human: 4s La estructura filoséfica de Cuadernos de la carcel Dora Kanoussi 192 1993, John Cammett, el bibli6grafo por excelen- ‘Antonio Gramsci contd mas de diez mil titulos sobre autor! Gramsci es lefdo yaalo largoy ancho del Planeta estudiosos destacados en Australia, India, Japon y ‘ademds de América Latina, Estados Unidos y Europa, nite: "la lista de autores de todo el mundo cuyas obras ‘mas a menudo citadas en la literatura internacional de arte y idades contiene pocos nombres italianos de los cuales '$ nacidos después del siglo 16. En esta lista no est ni Vico (Machiavelli mientras Gramsci es citado..."* “Porlo que se refierea supats Italia, ahi la suerte de Gramsci fa cierto punto y momento se identifica con aquélla del rartido comunista, luego con la de cierta izquierda en general es el lugar donde mas Jantados estén los estudios gramscianos y donde se en- rentran las instituciones y los acervos documentales mas ‘importantes sobre este pensador. ° izquic italiana esta dividida entre quienes: conside- ran a Gramsci un clisico en el sentido de la necesidad de Teerlo como tal, sin relacidn con el presente y esta tendencia ‘coincide, en parte, con la izquierda que en la actualidad esta politica e ideologicamente cerca del neoliberalismo, * Estas tendencias coexisten con aquella izquierda que se ocupa de Ia filosofia de Gramsci como Garin y Badaloni o los intérpre- tes muy notables de temas como el americanismo, as{ como Jo ve Gramscien el Cuaderno 22. f 47

Você também pode gostar