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Una presencia
i.
Virgen uno del otro, igualmente
Muy virtuosos mucho tiempo para ser
Muy buenos para cualquiera en la cama,
Mucho menos en su gestalt quin dijo
Que no puedes ser virgen ms de una vez?
Mantnte lento, atrasado en todo frente,
Naif como las tribus sabe-nada que no pueden
Adivinar cmo se siguen embarazando
Ni una vez en doce aos nos hemos acostado
El uno con el otro del modo adecuado.
Lo que habamos hecho fue un par de nios
Con los nervios rotos, irreconciliables,
Padres consentidos de otro nio.
ii.
El mundo se tenda ante nosotros,
Donde los ideales y los que-el-diablo-se-encargue
Con raptos de lujuria se mezclan en el calor
Y las sucias virtudes de la calle.
Algunos nios de escuela primaria
Pueden decirte ms sobre cmo va
Toda carne que aquello que enseaban los adultos
En sus cursos de sexo. O que no enseaban,
Parpadeando ante hechos que podran
Aliviar las tensiones del amor
Mucho antes de esta era que ya tiene
Lubricantes sintticos o artificiales,
El viagra y los implantes para el pene.
iii.
Nuestra hija, recobrndose an
De su propio divorcio, pero vuelta ya
Un padre, al menos en su vocacin
De sacerdote episcopal,
Volar hasta ah para oficiar
Tu enlace con tu tercera pareja;
Tan slo unos veinte aos atrs
Esa hija me cas a tambin a m con la ltima
De mis cuatro esposas. Este bodoque
De nuestras vidas an no gastado
Todava nos une (aunque a otros) y dice:
tate rpido a lo que es digno conservar.
Y gurdate lo mejor para el final.
Invitacin