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ee en pee arta ee ar Jk = Directorio: Supremo,, con sede ot. uw’ oes A Pree Cee cera cs eee ee ee cea fii ree ee era fee oer oes Bae a eae AOS es ee eae ere Sea eee aa eee re ee ee acter ae ee tees es pee Se cess e ULM. BIBLIOTE ugg nu t I UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOA DE SAN MARCOS BIBLIOTECA CENIRAL José B. Adolph Mariana, las ratas PRIVERSIDAD NM, DE SAN MAROU | jae DE BIBLIOTECA Y BUBLICAGIBRES | as mosca azul - cedep editores Para Pablo y Ericka Adolph Verges A. quienes lean tie Ibro, porque Io. estén 7 scribiondo.. _..! Lo despertaron, como todas las mafianas de lunes a viernes, unos compases de Ia Sinfonfa del Nuevo Mundo, seguidos de la acariciante vor de una mujer: —Buenos dias, amor. Buenos, buenos, muy bueno: dias te de- sea tu gatita matianera en frecuencia modulada, Divertido, Tony Tréveris eché su mirada habitual de las sie- te a su esposa. Doris yacia de espaldas, con el pecho a medias ceubierto por Ja sébana Ge satéa lila y una mano entreabierta, con el dorso sobre los ojos, Gruié: ~Alguna vez deberfas cambiar de huachafa. Tony pens6 que los senos dé su mujer atin eran hermosos, pe- see los cuarenta afios y los tres hijos. Extendié la mano para scariciatlos suavemente. Ella zetiré la mano de Tony. —Nunea comiences lo que no vas a terminar-, dijo. —gCémo sabes que no voy a terminarlo? Porque no es sébado. Tony suspir6 anto el cinico realismo de su muje:. Salté de la cama con el heroismo deportivo que desesperaba a su esposa. Noté con’ satisfaccién que por Je ventana ingresaban los reflejos de un tibio sol veraniego, La gitita en frecuencia medulada ha- bia seguido hablando: & 962927 7 JVOOODVDOOCOVODOVDDO OO DOGO RVOOOCOOOOUN POO meen ~O JECT UU CUS —gEstamos listos“ya para un nuevo dia? gYa hemos tomado desayuno? gPodemos ya fumarnos el primer MariBaco de hoy? Doris extendié la mano y apagé el receptor. Finalmente s¢ decidié a sonreir y apreté otro botén: el televisor de pared mos- tr6 de inmediato el rostro bien afeitado de Moming Chacles, el Amigo de les Horas Tempranas. Une voz viril y regular invadié el dormitori —... brilla el sol en este fueves 18 de enero de 2034 y ti, amiga mia, quizds envuelta todavia en Ja dulce modorra de un suefio reparador.... —Hablando de huachaferfas. .. -dijo Tony, ponigndose el cal- zoncillo apretado que dibujaba exactamente 103 contomnos de su sexo—. Por Io menos, yo tengo el pretexto de que estoy contro- Jando Ia publicidad de los MariBacos. ~Yo, en cambio, no controlo sino el estado de mis hormonas ~tespondié Doris, sentindose en la cama, con la stbana rodeén- dole las caderas, Se visti6 répidamente, se pasé el peine por Ia breve cabellera rubia y, como siempre, posterg6 todo otro arreglo de su petsona hasta haber embarcado con felicidad sus hijos. Abandoné Ia habitacién y Tony, antes de pasar al bafio, tuvo to- davia.ocasion de admirarsey de frente y de perfil, ante el gran espejo del tocador, No estés mal “se dijo, No estés nada mel, hijo. Toda- via puedes hacerle un corto-cireuito 2 la gatita electrénica-. Se palmeé el estémago y dio un suave manotazo a su pene, Na da de barrige a los cuarenticinco afios. Pelotas en perfecto es- tado de produccién, Misculos un poco atrofiados, pero no los importantes. Se felicité a si mismo y pas6 al baiio privado del dormito- rio principal. Habfa vuelto la moda de le calvicie masculina y, en general, del odio a todo tipo de pilosidades. Metié la cabeza en el antipelo, que zumbé levemente mientras convertia todo el cabello de su cabeza y care en una tibia ceniza, Luego introdujo los brazos y, después, las piernas, acomodando el aparato a sus dt 8 : ferentes necesidades. Resparecié totalmente calvo y sin vello. Su piel brillaba con un tono cobrizo muy saludable, producto de log rayos antipelo, Se sonrié en el espejo, volvié al dormitorio y se vvistié. Al descender al comedor de diario, los chicos terminaban su desayuno, servidos por una mujer baja y cetrina que no decfa pa- labra. Tony, antes de sentarse, pulsé el botén del informativo ra- dial do seguridad. —Buenos dias, chicos —dijo, antes‘de que se escuchara Ja fan- farria con Jos informes de las 7:15. —Sefioras y sefiores, muy buenos dias dijo la voz, seca e impersonal. Bl informe meteorolégico para hey 18 de enero de 2034 anuncia, para la costa central, sol durante toda la jomada, Temperaturas entre los 24 y los 26 grados cext{grados. Vientos del sur en la mefiana con fuerza de 4 nudos, aumentando 2 8 nudes al atardecer, Humedad relativa méxima: 30 por cfento; mi- nima, 55 por cfento. Y ahora, el informe social. —Shhh —dijo Tony a Claudia, la menor, que pretendia iniciar ‘una disputa con Marcos, —A las 08 horas de hoy se reportaba Ia ccntinuacién de los disturbios inieiados anoche en La Victoria, en el valle central de Lima. El trénsito por la via 14 ha sido desviado a la altura de San Luis para los automovilistas del sur con destino al norte 0 es- te. El cierre correspondiente al otro extremo se produce en el cruce de Gran y Paseo de la Repablica; aqui el desvio es hacia el parque Bolognesi, que se cruza por el terraplén de Guzmén Blan- co hasta el Campo de Marte, donde se ha previsto adecuada pro- teceién policial ‘para los coches pablicos y privados. No se estin reportando incidentes de esta area. Repetimos, no hay disturbios en el area del Campo de Marte, que también se encuentra libre\ de enfermos mentales agresivos. Continuamos con el boletin de informacién social, Prosigue el estado de insurreccién armada [ ‘en Ia ciudad satélite de Puente Piedra, pero el foco se halla aisla- do y bajo control, pese a que los agitadores han intentado, sin éxito, repetimos, sin éxito, incitar a sectores aledafios que han re- 9 chazado la provocacién, Se espera que en el curso del dia de hoy quede debelada esta rebelién en Puente Piedra. Por lo de- mis, se espera un dia tranquilo en la Gran Lima, desde Ancén en el Norte hasta Cafiete en el Sur, incluyendo los suburbios de Huacho y los sanatorios y clubes entre Lima y Matucana en la via central, Este ha sido, sefioras y seffores, el informe social de hoy 18 de enero, destinado a la seguridad de quince millones de limefios. El préximo informe, esta tarde a las 18 horas, ‘Tony, masticando una tostada, observé cémo Doris revisaba languidamente la apariencia de Federico, Marcos y Claudia, con el uniforme verde de los escolares, el nombre y el mimero de identificaci6n, el grupo sanguineo, direccién y videdfono impresos en tinta indeleble sobre sus pechéras. Puntualmente a las sicte y treinticinco se escuché la bocina caracteristica de Ja camioneta diindada que los levaria al colegio. Los chicos se despidieron con un répido beso de Doris y de Tony, cogieron sus loncheras y cassettes y salieron, Doris los si- guid para las complejas operaciones de desconectar alarmas, abrir puertas, deselectrificar muros. Tony encendié un MariBaco, prolongando el desayumo en unos sibariticos minutos. Cuandé Do- ris volvié, Jo encontré envuelto en una nube azulenca. Hizo un gosto, —Realmente, Tony ~dijo,— no es por repetirme, pero gno po- drias fumar en tu escritorio? Por Dios, Doris —dijo Tony—. Es uno de los aromas més agradables del niundo. No necesitas hacer publicidad aquf a tus productos, ~Es en serio. Eres una de las poquisimas personas a las‘que no les gusta, Qué le vamos a hacer, pues. L Tony suspird y apagé el cigarrillo. Es posible, pensé, que verdaderamente a jos no fumadores les desagrade. -Eltabaco solo es peor, ya sabes. . 10 Para mi todo es igual ~respondié Doris, levanténdose ram- bo al baiio, --Es la marthuana la que-Je da cuerpo al tabeco —insistié todavia Tony, levantindose también— Bueno —agregé, cambian- do de tema—. Es posible que hoy tenga que quedarme en el cen- tro, Es el gran dia, Siguié a Doris hasta el bafio y la observé pintindose de ver- de Jos labios con pedante minuciosidad, como si Ja vida de ella dependiera de su maquillje, Se le ocumié que, efectivamente, asi cra, ‘Tras un momento Doris pregunté si hoy Iegaba ese repre- sentante de la casa matriz, =La representante —dijo Tony, sonriendo. Ella Jo miré por el espejo que tenia delante, Vaya, vaya, —coment6—. Si ésta es otra de las que combi- nan trabajo y placer... ~=gNo lo hacemos todos? —Third World lover — seatar tras su escritorio, se inclind y lo besé en la boca, El de- volvié el beso, sin lujuria (pensé, divertido ante esa palabreje televisiva), més bien como distrafdo, Ello lo not, sin ofensa, y se separé de él con una suave presién de la mano sobre el hombro de Tony. Vamos, os hora ~dijo, retocindose los labios-y miréndose en tun pequefio espejo—. ¥ Iimpiate la. boca. El lo hizo, se incozporé y la siguié hacia el ascensor. Ya en el sétano tes, tras identificarse ante los guardias, abordaron el carzil que los levaria a las entrafias del cerro San Crist6bal: a Ja sede del Directorio Regional, cuatro La sala de reuniones ejecutivas, en Ia que descollabe una enor- me mesa redonda de brillante madera auténtica, estaba ya Scupada cuando ingresaron Linda’ y Tony. Delante de cada uno de los diez Dizectores esperaban hojas de papel que irfan siendo Menadas con dibujitos de mujeres desnudas, rayitas entrecrazadas ¥ clreulos coneéntricos. Juanito Johnson se levanté para ofrecer su asiento a Linda, lo que era erréneo en todo sentido, incluyendo el Protocolar. Tony observé con simpatia a esos ocho hombres y dos mujeres, las pertonas més importantes del occldente sudamerica- 0: apellidos espaiioles, ingleses, franceses, alemanes. Con por Io menos dos Je unia una vieja amistad personal que habia aacido de una nifiez’ comin en las Casuarinas y‘posteriores estudios uni- versitarios en el Norte. Detrés de los Directores so sentarian, en los momentos ade- cuados —tras las deliberaciones y decisiones fundamientales— as sores, seoretarias, consultantes. No habia un solo guardia en el re- into, ni era necesario, Cincuenta metros de roca viva y otros veinte metros de edificacién los separaban del mondo exterior. Linda hizo un gesto con la mano para que Johnson volviera 8 asumir su puesto, Los demds Ja saludaron con una inclinaciéa do cabeza y, en algunos casos, con una sonrisa y la mano levanta- da, El presidente do este mes, Gabriel Miranda, delegado de qs: VOOOOCOCOGO COOOD COGSTOO00O OO PROLGLOROIOLOLOLOLOLS) Dee OROROH 2 Ja Machinery Trust Co., de Nebraska, se levanté tras hacer sonar ‘una campenilla, Damas y caballeros —comenz6, con la grabadora secretarial funcionando,- iniciamos la, .. la tercera reunién del Directorio Re- Bional, hoy jueves 18 de enero de 2094, siendo las 17 horas Y-+ tres minutos, Me precio en saludar la presencia de Miss Lin- da King, asesora oficial de Stimudrinks, entidad matriz de nuestra querida Epesa, Nuestra distinguida amiga esté plenamente recono- eida con poderes plenipotenciarios ante esta asamblea, Bienveni- da, miss King, Linda hizo una inclinaci6n de cabeza, El orden del dfa, personas, es, como ya se les habfa infor- mado, el siguiente: demandas de Ja jefatura catélica-ortodoxa al Directorio Regional. —Una cuestiéa previa’ planted, Linda King, —Con mucho gusto —replicé Miranda, sentindose, Linda King permanecié sentada y por unos instantes paseé su mirada por la concurrencia. Sentado tras ella, Tony Tréveris esperaba en silencio, ~Distinguidas personas del Directorio Regional, estimada per- sona Miranda ~comenzé Linda. Quisiera plantear mi cuestién Previa en dos partes, sin exigir demasiado de su precioso tiempo. ~En castellano, la férmula usada por Ie asesora era tan irénica co- ‘mo en inglés, idioma que todos los presentes dominaban. Miranda carrasped, pero por alguna misteriosa razén parecié tranquilizarse al volver Linda a la formula salutatoria més tradicional: ~Damas y caballeros, en primer término mi compaiiia estaria interesada en saber por qué se ha impedido asistir a las dos reunfones anteriores a nuestro delegado, persona Johnson. Se- gundo: mi compaiifa revoca el mandato de Johnson y nombra, con efectos inmediatos, a Ja persona Antonio Tréveris para sucederle, Hubo un murmullo que Micanda corté répidamente con un ‘enérgico gesto que hizo temblar su doble papada, —Miss King, permitame tocar primero el segundo punto de 56 | su cuestién, Naturalmente est usted en su pleno derecho de nom- brar al sefior Tréveris y de, efem, destituir a Johnson, Por lo de- mds, aguf todos nos conocemos bien, inclusive, ja ja, todavia so- mos unos subdesarrollados que se resnen fisieamente para sesionar, Nada como el contacto personal, siempre digo, ino? Pero hay ‘al- ‘ganas formalidades. En realidad, se estila una comunicactén for- mal de la matriz, i ~Tengo poderes plenipotenciarios. St, si, por supuesto. No digo que esto sea ilegsl. Simple- mente... No siendo ilegal, procede, persona Miranda. Un nuevo marmallo, Miranda suspiré; clavé la mirada un instante en los papeles en blanco que tenia delante y comenzé a traza: el perfil de una mula, que quedé inconcluso. —gAlguna oposicién? —pregunt6, finalmente, Nadie habl6, Pero Johnson pidié la palabr —Tiene Ja palabra Mr. Johnson —dijo Miranda, sobre todo en beneficio de Ja grabadora, : Johnson se aclaré la garganta, —Quisiera dar Ja bienvenida en nombre de Epesa, a Tony. Somos amigos desde hace muchos atios, y estoy seguro de que re- presettiaré adecuadamente Ios intereses de la compaiia a Ia que ambos hemos dedicado nuestros mejores esfuerz0s-desde que sali mos de la unfversidad. Vacilé, Bebié un Sorbo de agua del vaso itente a él. ~Estoy seguro. .. estoy seguro de que Tony Tréveris, .. En ea Tidad, todos nenotes Bien, Lo quo quiero decir es que... me alegto de que seas ti, Tony... Tony y Juanito se miraron por un par de segundos a los ojos, hhasta que einbos desviaron la mirada a la vez d Bien. El sefior Tréveris puede asumir la representacién de Epesa. 37 Juanito Johnson y Tony T:éveris se eruzsron en silencio al cambiar de asientos En cuanto a su otra cuestién previa, Miss King, la respues- fa es menos fell. Y para dérsela, le ruego tener en cuenta dos cosas. La primera, que estamos en una regién infradesarrollada, que oxige métodos de gobierno diferentes a los que rigen en el Directorio Supremo o en los Directorios Regionales de Europa, por ejemplo. La segunda, Miss King, es que estamos ante una emer- gencia, de cuyos detalles se informaré usted en el transcurso de ex ta reunién, que explica el asunto debidamente. ~Asi lo espero, persona Miranda ~dijo Linda, suavizando su frase con una coqueta sonrisa~. Pero de todas maneras, le agrade- ceria siquiera un adelanto, El eterno femenino, you know. =Bien, Aqui va el adelanto. Una de las demandes de los ceatélicos-ortodoxos, presentadas a fines de diciembre (el 25, para ‘er exactos; les encantan los simbolismos baratos), es la del estric- {0 control sobre las Grogas estimulantes. Consideran denigrante, maclesto, humillante, criminal y qué se yo euéntas cosas més, la venta y sobre todo la propaganda de los productos de su empresa, Linda King fruncié el ceio, —¥ ese hecho indujo a este distinguido oénclave a impedir Ja presencia de nuestro representante? —Fensamos que nos permitirfa discutir la cuestién con mayor Mbertad. ~Miranda, Miranda dijo Linda, meneando la cabecita y sa- cudiendo su trenza—, They won't like this at home. No, no les va @ gustar nada, Van usar palabras feas como golpe de estado, traicién y delito contra el espititu y la letra de la organizacién di. rectoral mundial. Esta es, al menos, mi opini6n personal, ~Le rogaria, Miss King, permitimos continuar con el orden del dia, que serviré para aclararle ef panorama. ~Bueno. Pero més vale que me pueda demostrar que los ca- t6licos estén a punto de degollamnos a todos, porque si no no ha- bria explicaciéa posible. 58 —Precisamente, Miss King, precisamente —dijo Miranda, y ‘cruz6 beatificamente sus dedos gordezuelos sobre la mest. Miré @ todos, y Iuego hablé nuevamente. Un breve resumen para King y Tréveris, que no han asistido a las reuniones del 3 y del 10 de enero. El 25 de diciembre, el presidente correspondiente a ese mes, persona Hamann, aqui pre- ‘sente, recibié una comunicacién de Ja jefatura de los cat6licos-or- todoxos, a quienes, para abreviar, amaremos cat-ox, con ua tenor agresivo y una lista de exigencias que ellos consideraban modera- das, salvo en lo que respecta a los... mamma, .. productos de Epesa, ¥ atin en este asunto, dice su ens, ao aspian rs siquiera a que se prohiban sus productos. n- fe dee exigen venta comtoladay el cee Go toda propganda —gSimplemente? —dijo Tony Tréveris. La palabra es de ellos, no mia. Los demés’ puntos son: re- construccién ¢ implementacién de las universidades regionales, convertidas desde hace més de veinte afios (go son treints?) en es- ccuelaé de artesanias y en feudos de toda clase de camarillas; acce- so a los medios de comunicacion para miembros de su grupo. Li- bertad de practicar su credo, difundir piblicamente sus doctrinas, ortar armas efectivas y no sélo las actuales, y de efecruar labor misionera fuera del valle de Lima. —zAlgo més? —pregunté Linda, woh espns Miranda~. También piden Ja formacién de comisiones supervisoras de la contabilidad y actividades de to- das las empresas existentes en Ja regién. Hear, hear —exclamé Linda. Finalmente —agregé Miranda, les parecié conveniente so- licitar la presencia, con voz y voto, de por lo menos un represen tante de ese grupo en el Directorio Regional. Todo el poder a los cat-ox —murmuré alguien, —ePerdén? ~dijo Miranda, No bubo respuesta. Well, well, well ~dijo Linda. gY después qué? 59 VOQVOOVVGCOVOOOVAD OOO ODOOH OOOO TCO000GO Después, y para ser otra vez exactos, el primero de enero, me llegé a mi poder, como presidente en este mes, un segundo co- municado, En él se ratificaban los puntos anteriores y se anunciaba que, si para el 18 de enero —aniversario de Ia fundacién de Lima, por si alguno de los presentes lo hubiese olvidado (era obvio que nadie lo recordaba)— no se zecibfa una, comillas, respuesta satis- factoria, cierren comillas, iniciarian una insurreceién destinada a, comillas, devolverle el poder al pueblo, cierren comillas —Conque eso era... —murmuré Tony. Si, Es cbvio que nuestra respuesta no fue satisfactoria, La insurzeceién ha comenzado. Y¥ los datos que poseemos indicen que no €s un picnic, —gSe puede saber cuél fue esa respuesta, concebida y trans- mitida en ausencia de nuestra persona? ~pregunté duleemente Lin- da King : Le haré entrega de una copia més tarde, Miss King, pero ‘en esencia decia lo siguiente: primero, que no decidimos bajo pre- sign, Segundo, que no nos oponenios a continuar el dilogo, siem- pre y cuando éste sea respetuoso y fructifero. Tercero, que algu- nos de los puntos planteadas por ellos podfan discutirse serenainen- te. Y cuarto, que desde ya rechazbamos el Ultimo punto, el de ‘su participaciéa en el Directorio, porque ése era un cambio cualita- tivo que equivalia a modificar sustancialmente nuestra actual for- ma de administracién publica. Como so verd, nada de insultos, puertas abiertas, pero al mismo tiempo Ia necesaria firmeza, Me alegra constatar que se apruebe usted a s{ mismo, Mr, Miranda —sonrié Linda, sacudiendo nuevamente su trenza—. Pero e50 me deja a oscuras respecto a los intereses de mi empresa. Y eso es parte, y parte muy importante, Miss King, de lo que vamos a discutir hoy. No pensamos movernos de aqui hasta dejar listo un nuevo documento, o lo que fuere, destinado a los cat- ox, ¥ debemos apresuramos: alli afuera hay gente muriendo. Cuantas més ratas mueran, mejor —murmuré Franz Cohen, de United Chemicals. Borren eso de la grabacién. 60 —Borrado —dijo Miranda, sonriendo, tras manipular el apara- to sobre Ja mesa. : EI problema no es ése —dijo Marfa D’Annunzio, de Olivetti International, sino de si vamos a mantener en esta regién del mundo nuestro sistema occidental y cristiano, o si vamos a caer en cl caos catélico-marxista, Y de si podzemos mantener el sistema sin una intervencién militar como Ia que tuvo que hacer el Direc torio Supremo para imponerlo definitivamente. —Correcto —dijo Miranda, tamborileando sobre Ja mesa— reo que D’Annunzio lo ha expresado muy bien. —Todavia no se ha explicado bien, a mi juicic, el, digamos, des- aire contra muestra empresa —dijo Tréveris. -Ni tampoco —dijo King, mirando a Johnson— por qué nucs- tro representante no se quejé, ni a nosotros ni @ nadie. Johnson cazraspeé y se levanté lentamente, Todos lo miraron ‘en silencio, Tras una breve mirada a Tréveris, Johnson dijo en yor incolora: Tengo un hijo... ua hijo tinico. Este hijo me ha causado algunas dificultades. —Volvié a carraspear—. Es morfinémano, Miranda xesumié el pensamiento general. Lo siento mucho, Johnson, Pero su problema no es tinico, {Quiere usted decir. ..? Quiero. decit —continué Johnson— que mi hijo desaparecié l efio pasado. Y volvié a'aparecer, en noviembre, curado. .. Ha~ bia estado, .. con ellos, —gLas ratas lo curaron? —pregunt6, innecesariamente, Olga Angeles, de General Motors-Electric. Si, Las ratas lo curaron, Y¥ Jo volvieron cat-or. Miranda dejé de tamborilear sobre la mesa y abrié las ma- nos en un gesto de amplitud y cordialidad. —Me alegro que finalmente lo haya dicho usted mismo, Johnson —dijo—. Nosotros, por supuesto, supimo: desde noviembre que usted era un riesgo de seguridad, pero no tenfamos sino 41 Catan = ck oK pruebas indiciarias.., Se volvié hacia King y Tréveris—, ¢Resuel- ve esto su problema? —les pregunté, Estos asintieron, —Les agradecerfa opinar en voz alta —dijo Miranda, seifalan- do Ja grabadora, ~Comecto —dijo Linda, —Lo siento, Juanito —dijo Tony, dolido, El visodiario, situado en una pared del fondo, etnitié su so- nido Mamativo, eye VmO# UE ay dijo Miranda, y aiadi6 en vor fuerte~: Aparecié el sereno locutor con rostro y voz de plistico, Esta vex parecla més cordial, ~Gracias por conectar. ‘Inicio del mensaje: contingan los disturbios iniciados esta maiana en Miraflores. La zona rebelde se ba ampliado a las 27 horas a todo el borde maritimo hasta el Callao. Por lo tanto, eomunicamos que Ia prohibicién de circula- cién se ha ampliado a Magdalena, San Miguel, Marango, La Per- Ja, Bellavista y Callao, Alerta para Ventanilla, Nueva Callao, San Isidro y Lince, y todo el borde hasta Casuarinas y para el Cer- ado, Eso és todo en este boletin grabado a las 17.17 y repetido con su sintonfe. Muy buenas tardes. sata Oot te Mitenda y se qued6 abservand, pensativa, la pan- Es hora de tomar una determinaciéa —dijo Franz Cohen, ~Y —pidié Olga Angeles es solicit sens Jae Ja das cantons ee, ae ~eAlgnien apoya esta mocién? —pregunté Miranda, —Yo la apoyo —dijo Tréveris, evitando mizar a su amigo. Johnson se levant6, ~Agradecemos sus servicios, Johnson. Hasta si aij secamente Miranda. : eee 62 =Adi6s —dijo Jobson, Caminé hacia la puerta y vacilé. Buena suerte, Juanito —dijo Tony. Gracias —dijo Johnson, sin voltear y reemprendiendo la marche. La puerta se abrié ate él.y se volvié a cerrar herméti- camente tras su salida, ~gSe unird a Jas ratas? —pregunté D’Annunzio. ~No lo creo ~dijo Miranda—. No so remuncia con facilidad a la jubilacién. =gPor qué no hizo curar a su hijo como.los demés, en un sanatorio reconocido? —pregunt6 Cohen. Bah, gpor qué, por qué, por qué? —repitié, fastidiado, Mi- rande—, gPor qué algunos nacen ratas y.otros nacemos personas? gor qué Dios esté con nosotros y no con ellos? Qué sé yo. Su hijo se largé a mezclarse con Jas ratas y se convirtié en rata. gAca- so es tan dificil de entender o tan poco frecuente? Eso se llama movilidad social. Hay ratas que suben y hombres que bajan. Asi es la vids. Lo lamentable es que el padre sufra las consecuencias; pero asi ha sido, es y seré. Miranda suspird, abanicdndose con tuna hoja de papel, pese a que en este recinto la temperatura ja- més variara de 20 grados ni la humedad de 60%, —Propongo que discutamos la brecha generacional en otra oca- sidn —dijo Linda. Como dijo usted hace unos instantes, bey gen- te muriendo abi afuera. Bien —repuso Miranda~. Ya 16 han ofdo todos, El carozo cxece, No dudo de que podriamos terminar este asunto en la hora de luz que nos queda, usando todo Jo que tenemos. La pregunta es: gmasaere 0 didlogo? Yo me inclino por el didlogo. Entre otras cosas, porque es més econdmico. Hubo un murmullo de asentimiento. —gNo dard eso la impresién de debilidad? —pregunté Diego Anschluss, de Medios de Transporte Mundial, Metramun, —Cualquier cosa que no sea una bomba N dard esa impresién ~dijo Miranda. —Pues entonces, gqué tiene usted contra la bomba NP —pre- gunté Olge Angeles. 63 SOOO OONCOOVOSCOVGD GOO OVO OQOOCODDOOO0GO Linda King solté una breve sisita. —Comparta la broma dijo, picada, Angeles. ~Disculpen, Me refa porque la bomba N fue inventada para ‘| ratar persoods sin destrur la propiedad, y ahora nuestro proble. + ta es un poco al revés, Deberlamos destruir ese infame basurero que es Lima tratando de no matar muchas person: No somos agentes de limpieza publica —dijo An, Somos defensores de una iianera de viv, ean crt —Good for you, honey —dijo Linda king—. ea a for y ~dijo Linda King-. Keep up the good ‘Todos rieron con simpatia, inclusive Angeles, . Por un momento, la rounién patecié una de esas parsiladas familiares para ejecutives y sus esposas en algin verde suburbio dol mundo. “Curioso”, pensé Tony Tvéveris, “Tengo la impresién de que Juanito Johnson nunca etisti6”. Buses con la mirada une manera do compartir su desazén con Linda King, pero éta teguia sontiéndole a Olga Angeles. “Maldita puta’, pens Tony. “Apues- to que ya est pensando embarcar a la Angeles rumbo a la cama”, Finalmente, Linda lo miré. Alz6 una intezrogativa ceja al ver el rostro cerrado de Tony. -Este desvié la mirada, Miranda estaba hablando. : Bien, oreo que habré consenso para una demostracién d fuerza combinada con una oferta de didlogo. ! Paseé Ja miiada por los presentes, Nadie hablo. No sabemos cudl es el micleo' rebelde. La cosa comen: : a 6 Mirfoes pero eso nada demuestra. Sea como fuera, ees lesinfectar con napalm todo eso, y emitir poco di mensaje do amor. eee —¢Esperamos al amanecer? ~pregunté D’Annunzio, No, creo quo serfa més efectivo en Ia noche, Di e.Diganios ‘ un ‘ocho, casi Tas abuelitas estén dulcemente sentadss en el orche acunando a sus nietectos y todos puedan ver ls li fos artificiales. gAlguien en contra? 9s ndos Foe 64 Nadie se movié. —gA favor? Todas las manos se alzaron. —Unanimidad para el curso de accién —dijo Miranda—. Y aho- ra, el conjunicado. Propongo una comisién de redaccién formada por Angeles, Tréveris y King. —Un momento —dijo Tréveris—. Antes de la votacién quisi a pensar en vor alta Io siguiente: gno seria més convenient tra- tar de establecer un contacto reservado? Pienso qué eso nos pro- poreionari a ambas partes mayores opciones de sinceridad. Si, lo habia pensado también —dijo Miranda, y, de hecho se estableceré ese contacto. Pero creo que debe ser después de las medidas aqui propuestas. Primero, la demostracién de que no es- tamos jugando ni anémicos. Luego, un comunicado piblico, muy mesurado, razonable y paternal. “Maternal —dijo D’Annunzio, que era oriunda de Sicilia, donde el feminismo era un fenémeno tardio, Este, .. si ~continué Miranda—. ¥ luego, mafiana por la ma- fiana, los contactos, Es mis; ahora que lo pienso, podria ser stil incluir en el comunicedo piblico una alusién a que se buscaré el tuato directo, ‘Los representantes cuchichearon unos momentos entre ellos y luego asintieron, —Entonces, queda en pie mi propuesta para Ja comisién de redaceién. Supongo que los tres nombrados tienen cultura litera- ria, Después de todo, no estudiaron en universidades del ‘Tereer Mundo. Todos rieron y los tres propuestos movieron Ia cabeza afix- ativamente. —Pasamos a un cuarto intermedio, {Quince minutos esté bien? King afirmé nuevamente con la cabeza. Los tres comisiona- dos pasaron a una salita contigua. Alli, entre café y sandwiches iguales a los que, ociosamente, consumian los demés en Ie sala principal, se pusteron a elaborar el siguiente comunicado: 65 “E! Directorio Regi ; Regional, consciente de su obligaci {fn el ord pablo, as como de caliaguandar Lene fe ee propiedad y los derechos activos de la poblaci6n, he vgn ha visto con Preocupacién los actuales by de la p izada, en esta capita) 6° Mlencl, evidentomente orga. ner para la mejor marcha de los asuntos “El efercicio de tina exit eracie tansnacioast $n, te sana e8 consustncil a ia demo- racia tra 10 que nos dif i mists afenas a muestra Sdioinrasia, nt Be POsitones exe. El Directorio Regional Sudam: Lima, 18 de enero de 2034", El gomunicado fue integra yxépidamente eprobado, Miranda \érica-Oeste, una noche relativamente clara, estrellada, pero interrumpida por continuas explosiones en Ie lejania. De vuelta en su oficina, Tony. Ham6 a su esposa. Doris y los chicos lo saludaron, Tras intercambiar los habitusles mensafés re- lativos a que todo seguia en orden, Tony sefialé a Linda. “Doris, ésta es Linda King. Hola —dijo Doris. —Hola, Doris replied Linda, Las mujeres se sonrieron como si fueran ebmplices en algo que los hombres jamés entenderfan, aQué te parece Lima? —pregunté Doris. No he tenido tiempo de ver mucho —dijo Linda—. Lo tinico que he visto es el centro. —Bueno, es0 no es Lima. Espero que puedas darte un salto por aquf el fin de semans. Siempre hay lugar para una més. Tony se sentia incbmodo sin saber exactamente por qué. ~Trataré de Mevarla ~i- polaridad en el mundo, que nada tiene que ver con el Impecio Asidtico ni con la politica general, sino con el ciego movimiexto 6 MQSTOOOOTGOTCOOVOOVOO OO OOVOGOSOOO000000 do Iai fuerzas econdmicas. Ab, se dijo Linda King, mirendo al hombre que yacia a’ metro y medio de ella, profundamente dor- ido, sofando quiz4s con su mujer, 0 sus hijos,o las ratar que sa. Man de sus guaridas ardiendo como antorches incomprensives, si este hombre y los que son como él supieran —ellos, que se dan el Iujo de actuar sia computadaras polfticas~ que ya exists ese infor: me acerea de Ia formacién de nuevas burguesias, en wn nuevo ‘unde, que ellos mismos habien contibuido a crear separin, dole y aislindolo, allé en esas profundidades que ellos, despective, mente (y sin azén alguna, como pronto deseubrisian) adjudicabon a las rates. Si, un nuevo’ mundo, una terra iacdgnita, por aho- pero en la eval las pequetas artesanias se unfan part formas medianas f4bricas, en Ia cual los traficantes, intermediarios, eo: ttabandistas y oncubridores se convertian en comerciantes, en una cape digna y respetable que ya. pageba a sus propias y clandestt tas fuerzas poiciles. Sf, lo sabian, Linda estaba segura, pero no = fittban as neossarias conecuencint: las computadoras al To. be Aisladas del mundo oficial, separadas por Jas grandes re sas internacionales del mercado "nual, tas coca fers cats se dedicaban, furiosamente, a una nueva acumulacién primi. tiva, Necian clases sociales que eran, a la vez, nuevas y viejas, y nacian —como habia ocurrido en la revolucién industrial, dosclan, tos y més afios airés— rezumando sangre y lodo por todos los poros. El crimen se vestia de gala, asumfa formas todavia elandes tinas de legalidad, asi como, en su momento, la vieja burguesia ha- bia nacido en el vientre del feudalismo hasta que, cuando Ile- g6 el momento del parto, no habia hecho sino asumir el poder po- Iitico gracias a que ya contaba con el poder econdmico, Y después, un hiato, una interry; ién, un aborto histéri proletaindo debia tomar el poder, segin los cwtelonon see ne fs habia podido o querido tomar, Pocos pudieron explicérselo enton., es, y sin embargo, la razén, muy sencilla, era parte de esas ‘mismas teorfas que lo propugnaban. Se habia intentado poner de cabeza el desarrollo histérica: tomar el poder politico para luego modificar la estructura econémica. El resto de ese antinatural ine tento era Ia sangrienta broma llamada Imperio Asiético. El poder proletario, recordé Linda de sus clases de histcria social, fue un suefio que se destruyé a s{ mismo, que nacié muerto, porque nin- _giin sector social toma el poder politico sin antes dominar las rela- ciones econémicas. Y luego, claro, fracasado el intemacionalismo proletario cuando el internacionalismo era una necesidad, ol vacio habfa sido ocupado por el intemacionalismo de una superburgae- sia, de ese supercapitalismo tecnotrénico y tranmacional que, és- te probablemente si —aqui Linda sonrié—, era la “ ja en la opsea superficie por dos o tes segundos més de los nece- vinios, Qué ocurre?, s© preguntaron, internamente, y Ia respuesta Jes parecis abrumadora ¢ inacoptable. Una cosa era el sexo ¥ ORS cnataorarse, por cierto. A Ta humanidad le habfa costado enormi- dades aceptar ese simple hecho naturel. La maravilla de matavl tins era, por supuesto, a combinacién de ambas cosas, pero ane bide ort maravilloso ganar en Ta loteria waiversil, ese divertido jogo que consistia en comprar un billete con unas cifras coinciden- srezron ns que wn robot humanoide extraia de un nfora: le ‘énica aplicaclin préctica. que ~pese a Isaac Asimoy y otfos céle- tes autores del siglo anterior se habia hallade para los robots {que imitaban la forma humana, Con 1a,netable éxcepelén, claro, se oe sexorrobots, pero és0s no sollan apazccor en el visodiario. Bor lo demés, los sexorrobots, que no eran sino ta versién mejOra- da de las mufiecas setuales que aparecieroa en los aos sesontt y seteata, ilustraban a la perfeccién el carécter glenamante auté- mo del sexo, Aut6nomo del amor y, mucho ates, de Ta xepro- Guecién, Quo Ja gente aprendiera a aceptar s1 propio cucrp®, tras la larga indigestién occidental del judeo-cristianismo tradicio- tal (inds la indiferencia més o menos forzosa en él coriente), 10 Tabes aide ficil, y s6lo tuvo bases sélidas tras la zevoluciOn de los anticonceptives y el consiguente influjo del feminismo. ¥ pese & todos los vaticinios pesimistas de una generacibn de hombres asus- tados, éstos y las mujeres no habian dejado de eapular. ‘i 8t Pe ta ener oF otra cose, Ligado al sexs, como antes, Io do ser zarandeado como excusa © una se enamoraba, entonces, fire parientes y amigos que’ se ameban, 4 plena luz y con plena aceptacién socal norte ho, ens Tony, en problems, y no por os nifios (Je actitud al respecto eng Hho Bi, danouts apecablemente el antguo suena ae EL problema exa, pues, aingin tote, pene eee StI Y 0 tei, No habia Para que Linda cediese Tony Tréveris ingresarfa a la ya multitudinaria cofradia de las personas que convivian en triéngulos, cuadréngulos 0, como se de- ‘ofa a partir de cinco, comunas, Esto no lo entenderfa una vieja tortuga como Hermégenes Crucible, pero ge quiéa le importa lo que piense un hombre que usa chaleco? Linda, .. —comenzé, niirdndola a los ojos, Si. He estado pensando.... ~si? ‘Tony se mordié una ufia, ante la mirada divertida de Linda, que gozaba de cada segundo en esta escena, =gTé eres qué uno pueda enamorarse de alguien a cuien co- noce menos de veinticuatro horas? —Buleno —repuso Linda, con la atencién clavada en sus pro- pias ufias, en una de las cuales descubrié una mota de polvo, 0 lo que fuese— la literatura ha estado viviendo de cosas asi durante siglos. Una sibita timidez parecié, de pronto, invadir a ambos, Comprendieron, sin expresarlo, que Ja liberalizactén del sexo ho- bia hecho mucho inds precioso al amor. Se podia copular fécil- mente: amar era una auténtica, libre responsabilidad, espestalmen- te desde el momento en que —ja superestructura enloquecidal— Ubrado de la nocién de exclusividad y por tanto de los celos, po- dia asumir plenamente una espiritualidad qite en siglos anteriores habia sido cantada obsesivamente debido @ su ausencia. —Salgamos —dijo Linda, y le cogié de la mano. ‘—gDénde vamos? —pregunt6 Tony, dejéndose evar. Quiero conocer mejor tu ciudad. Es una porquerfa, Ya lo s6. Pero es tu porquerla. Bajaron hasta la planta inferior y salieron al gran patio y Juego eruzaron las rejas ante la vista de los asombrados guar- dianes. 83 IODDODOVOGOOVDVO OD OOVODDOHOOA0H9000000 ~Seiior Tréveris —se aceres uno de ellos, gDesea usted una * guardia personal? =No, esti. bien asi, Porto, sefior... Tony, sintiéndose ligero ¢ irres ° ¢ irresponsable al lado de Linda, cu- Ya tnica ‘celeste flotaba en el suave yealente vento, hizo un gee to con la mano y el guardia volvié a su puesto, ~iAI hell con todos! exclamé Linda. Ne i ! No se puede vi Prisionero toda Ja vida, Seremos como esos reyes de los antiguos cuentos, que se dis y ctor que se desaban do mendigos park sercse con el No estamos distrazados ~atin6 a decir Tony, sin is i , sia inte su maxcha por las calles vacias de transeintes, rambo al vio —Ven, vamos a los bajos fondos, a bailar un tango apache. —aUn qué? —pregunté al. magn, bale obsooo, pecaminaso, propio de mujeres perdidas ~Por Dios —dijo él. Todas las canadienses son as{? ~Gracias por acordarte de mi patria muerta i ~respondi alegremente=; gracias, queride perwano, stata El sol caia ahora sobre ellos casi verticalmente, mn v te, mientra: deaban agujeros y resquebrajaduras en el viejo pavimento, ante la casional mirada asombrada de los pasajeros en los pocos automé, ies que fltaben velomente su lado. Llegaon al Rimac. Se inclinazon sobre la baranda a mirar ol agua bi er J mano de Tony se posé sobre la de finda St “7800 ¥ St —dijo ella, y respondié a la presién, —Espera ~dijo él-, otro LePe ~Ae S-. Voy a podir el auto, y eruzaremor al ~Si te parece, rong St * Ble y sin guardla no durariamos cien metros en esa 84 Extrajo el-mini-scanner del bolsillo derecho de su ligera cha- queta e hizo la llamada. En la pantalla de tres centimetros apa- recid la central de Epes, Aqui Tréveris —habl6 Tony al aparatito-. Estoy en el ma- Jooén del Rimac, esquina de Ia calle... a ver... Trujillo, Haga- me el favor de disponer que me envien mi aus. ~De inmediato, seiior Tréveris —dijo la vorecita metilica en su mini-seanner, Tony lo guardé y esperaron, mirando esa otra orilla silencio- sa y vaela donde comenzaba el viejo centro de Lima, ese trozo de historia desintegrada donde, en 1535, un ex-porquerizo espaol ha- bfa fundado una ciudad sobre la tierra de Jos merangas, Todo pa- reola deshabitado, irritantemente muerto bajo el ardiente y déspia- dado sol. El Gemelectrio se detuvo a su lado, seguido de-un pequeiio vehiculo bipersonal del servicio, El guardia que guiaba el coche de Tony saludé, entregé las Haves, subié al otro vehiculo y des- apareoté, Linda y Tony abordaron el Gemelectric, que volvié a ele- varse ligeramente sobre la pista y enrumbé haca el puente. Linda, te presento a la vieja Lima ~dijo Tony cuando deja- ron el puente y pesaron por la plaza de armas, snmediata al xio—. Lima, ésta es Linda King, Esta inclin6 graciosamente la cabeza. Antes la plaza no daba al rio ~explieé Tony-, Entre am- bos estaba el palacio del gobierno nacional. Laego se amplié el cauce para recibir el agua suplementaria del rfo Mantaro, que an- tes estaba en la vertiente oriental de los Andes, Esa es una de las bocas del metro, del ferrocarril subterréneo que nunca se legs a concluir. E] negro agujero en un pequeiio-bunker estaba cerrado por un portén de madera desveneijada, Miles viven en esos téneles por los que jemis Heg6 a pasar un tren, 85 Linda sacudié six trenca, 1 Qué despilfarro! —exclamé, —Cuanto més pobre un pais. re tun pals, mayor el despil i 27 Ya propésito, esa trenza ex naturalh tt? ~jo To- Linda rid, ET qué crees? Que si : ~Pues es no. Es un trasplante reversible, > Hubiera preferido no saberlo, ~Yo respondo a todas Jas_pregun tas, JC Sge.avors feta Nenpo de eur eidand ue tae mney a . i nea condenatse a un solo peinado toda su vida? ~Supongo que acabo de ~ePor qué “otra”? ~El no haber sido virgen cuando me conociste, Tony estalld en tina carcajada inci e Que coincidié con la Hoy es tu dia medieval, verdad? —progunt al-fin oe ~Asi me pongo cuando me enamoro, : destruir otra slusién masculina, lizada en la esquina més Handa i ey s-préxima, Por la calle, a pleno sol del ble procesién: bajo una tosca erixz ellos decenas, quis mediodie, avanzaba una homi- de madera, se arrastraban hacia —eQuiénes son? —murniuré Linda. Una cosa es saberlo, otra verlo —respondié, también en un murmullo, Tony Son los flagelantes. Pero... : —Pertenecen 2 la secta de los culteranos, que algunos conside- san una especie de tropa de choque de los eats, pero no lo sa- bemos con. exactitud. La horrenda caravana comenzé a pasar al lado del coche dete. nido, Los seis o siete nifios que cargaban Ja cruz, de un material indefinible pero a todas luces pesado, se azrastraron al lado de Tony y Linda, moviendo constantemente los Jabios resecos y exi- tiendo el edntico cuyo significado no se podfa comprender 7 qui- zhs no existia, Tras ellos venia el sacerdote, un hombre grueso, alto, de piel cenicienta y ojos fanatizados, y que ditigié apenas ‘una mirada hostil al Gemelectric y a sus ocupantes, Luego venfan més y més nifios, algunos con primitivas muletas, otzos con venda- jes sucios y amarillentos de sangre y pus, pero todos con heri- as, lagas 0 deformidades. El chirriante ruido que producfa la ba- se de le gran cruz al ser arrastrada continué oyéndose cuando ya ésta se hallaba a més de cien metros de distancia. Continuaban pa- sando los flagelantes, toda una multitud compuesta exclusivamente 87 LOGODDDODOSOODD OOD DODD OGOHADOODOOS0000 = iz iz je a 2 zi ao = i por nifos de mirada vaga y movimientos mecénicos, siempre igua- Van drogados —dijo Tony. ~Me dijeron: hay que tener est6mag ir do, Bs cena =p Linda, ne? BP # Tac Mone —Creen que toda enfermedad, que toda deformidad, | que to: dad, es signo de pecado y maldad. Sus predicadores afirman que la obra de jon cristo ha sido anulada ya por los pecados del hombre, y que ésta 5, en efecto, Sodoma y Gomorra, un purgatorio que merece el fue- g0y el létigo divinos. Dicen que solamente un sufrimiento inso- portable y duradero puede mover a Dios, quizds, a enviar nueva- mente a su hijo a este valle de torturas que nos hemos fabricado. ~Pero, {los nifios? —pregunté Linda, cuando ; ‘ya. pasaban los ahimos, arrastrando los pies descalzos por el ardente pavimento quebrado, aparentemente indiferentes y ciegos. _ —Los drogan —respondié Tony—. En eso eonsiste la . Sericordia a que los hombres pueden atreverse. —Parece una secta financiada por Stimudrinks, EI cinismo no te queda bien —respondié secamente Tony. ens shaban aio ejano chido de Is eruz que jams 0 de rin 7 ol moral informe,» el erase do ltt qu s- naba como tna suecién y un débil aplauso, con lo que contrast al ocasional restallar del létigo. eae De aqui van a uno de los templos, 0 vienen de él dijo To- ny. Las cosas a que se les somete alli resisten toda descrip. cia, . Si, algo he leldo ~dijo Linda, Ven, vimonos. ~aQuieres volver a Epesa? Ella vacild, No. Sigamos, Tony puso en marcha nuevamente el coche, y se perdi , , y 80. perdie por un dédalo de callejas que en parte eran las vay antiguas y on parte eran nuevas. Toda Ja zona parecia mil veces bombardeada, destruida por terremotos e incendios; hediondas edificaciones enne. 88 grecidas y xezumantes de algo que parecia una pitina graso- sa como aceite usado, Pero ahora comenzaron a ver 2 los habitan- tes, a las ratas, que se movian -y esto sorprendié a Linda— con Ja indiferencia o determinacién propias de seres humanos dedica- dos a actividades quizés desagradables o rutinarias, pero normales. Por alguna razén habia esperado que todas estas personas (todas estas ratas, se repitis), se parecerian a los edificios en que vi- vian y al aire, permanentemente apestado por basuras y fuegos, en que nacian, vivian, trabajaban 0 delingufan y morfan. Cuando comunicé esta sorpresa a Tony, éste comenté: ~gQué quieres? Bastante se ha dicho de la capacidad de ha- bituacién del ser humano, Recuerda que, para ellos, ésta es la vida, No hay otra. Me imagino que acaban por resignarse 0 alzarse en armas, No hay nada intermedio entre ambas reaceiones. Linda Io mixé, con expresién incrédula, No estoy muy segura, Tony —replic6—’ En el Directorio Su- premo estamos seguros de que, por el contrario, aay quienes, muy apropiadamente, acumulan y crecen. | -gQué quieres decir? Nada especial, excepto que entre el conformismo y la rebe- lién activa hay una tercera fuerza que no podemos medir exacta- mente, pero que esté allf y crece. Mira, Sefalé una especie de portén, abierto, en lo que debfa haber sido una gran tienda o almacén medio siglo atrés. Atin so vefa, a medias destruida, una inscripeién incompleta: NTERREY. Entra- ban y selfan lo que sin duda eran clientes, —Bueno, ¢s evidente que quince millones de personas, aun exceptuando al millén 0 dos que estemos por encima de la ra- teria, no pueden vivir sin producir y sin distribuir lo que producen. Pero estoy seguro —estamos seguros— que tcdo esto es pura artesania. En primer lugar —dijo Linda~, gestin realmente seguros que son s6lo quince millones? En segundo lugar: gpueden sobre- 39 vivir quince millones, o diez, 0 veinte, sélo con una producciéa ar tesanal y con pequefias ventas individuales? Los traisedintes s6lo dedicaban una breve mirada al Gome- Jeetrie, aunque algunos chiuillos pugnaban por acercarse, y Tony tonfa que guiar muy despacio. =No sé si serén 14 6 16 millones, no Uene importancia. Y en cuanto a lo seguido, no apliques tu mentalidad postindustrial a esta parte del mundo. Recuerda Ia ro. belién de los armbulantes y revendedores, en... geudndo fue? 1990, por ahf, és decit, durante décadas estas ciudades funciona. ron en una curiosa reversién como Ia. que te estoy deseribiendo. En el Tercer Mundo todo es posible, y cuanto més heterodoxo, més factible. Linda, y te aseguro que ~aPor qué administran ustedes sin recurrir a le computacién politica? —pregunté, en forma aparentemente disconexa, Linda, ~dEh? Ab, 650, Bueno, mira, también eso pertenece a nues- tra mentalidad. Tonemos el orgullo de ereer dee ol eccghin har mano sigue siendo superior a las méquinas, y que nuestra reali. dad es dificil de computar. No hay verdeders legen 1 comporta mientos realmente racionales en el Tercer Mundo, Eso sélo lo des. cubri viviendo entre ustedes. Cuando hay cierto nivel, o mejor cho, cierto subnivel de existencia humana masifieada, las multftu: des revierten 2 comportamientos prehumanos, No es un simple chiste que'Jos Hamemos ratas. Se comportan como esas ratas de laboratorio a las que so sometia a-experimentos de hacinamiente ¥ estrechez, y que reaccionaban psicéticamente, mordiéndose a si mismas y a'las demds. Abi no hay nada que computer. ~Grave error —dijo Linda. Un grave error que les puede costar la eabess, y una incomprensin ssombrote, Tey, de Erne es la cibernética politica. Es precisamente el comportamiento ira. ional masivo el que exige Ja computacién, porque las coordena. as entre administrados y administradores son antagénicas e in. conciliables, Tony Tréveris respondié con un gratido, 90 —Puede que tengas razin. Si, y también puede que sea demasiado tarde —respondié elle, ~gDemasiado tarde? —Asf es, Porque el snico puente posible entre comportamien- tos antagénicos o divergentes es le inteligencia no humana, Tony, todos los vacios se lenan de alguna manera, en fisica y en politi- ca, gCuél seri ese spuente? Porque si no lo hay, 0 ya no existe forma de eruzarlo, no queda sino la dominacién brutal de uno de Jos factores en juego sobre el otto. Bueno, nosotros ‘estamos ejerciendo esa dominacién, Tony, si en algo nos diferenciamos, o pretendemos diferen- iamos, de todas las sociedades anteriores, no es en nuestros apa- ratitos ni en nuestra supermecénica, que, después de todo, no son sino desarrollos de Jo que ya existia el siglo pasado. No, Tony. Si en algo nos diferenciamos es en Ia aplicacién consciente de nuestros conocimientos histéricos por medio de una racionalidad politica, econ6mica y social que nos advierte, permanentemente, ‘cuando estamos a punto de repetir ua error de las sociedades ante- lores, Iimense feudalismo, capitalismo nacional o coleetivismo. Esa os la contribucién de la computacién politica a la historia. Y si ustedes, por sabe Dios qué motivos; le dan la espalda. £Qué? ~pregunté Tony, atento a no atropellex a unos chiqui- los que corrian delante y al costado del Gemelectric, eseupiéndo- Je entre risas. Acabarén convirtiéndose en un simple despotismo tredicio- nal. Y es0 no es solamente inhumano, sino que es malo para los negocios, Tony, Muy malo para los negocios. El la miz6 brevemente y retomé su atencién a Ia calle ante 4 Los muchachos hebfan abandonado a persecucién, y pudo acelerar un poco. —Reouerda —prosiguié Linda— cuiles son nuestros fundamen- tos: libertad, internacionalismo y cousenso.’ Y consenso, Tony. Aungue sea inducido. OL é ~ \OCOOODSCOTOODSCOCODOOOCDOOHOCOON0COO00N0 TUNA AEYDASOESSAN MARCOS. ND SHAD eee Pasaron ante lo que evidentement » ant fe era_una de las oficina oa Agencia Regional ar l Control Natal. Un crt mene ts poslansba: DIOS TUVO UN SOLO HIJO. Algunas jee aban 30s, sea para la extrilzaci ; ceciin de algin duponte iavauterads nn Pte 8 se -Ningin hombre — i nag ngs Home coment nda, hactendo una mcs de Es atin més dificil convencerlos que a las mujeres. ~EI latin lover nunca mueze —difo Linda, Hace unos momentos jararia hab ; juraria haber escuchado decir a cir gringa que se habia enamorado de uno. ec =¥ bien que Je pesa —respondis ella. ~Vamis, vamos —dij : jo Tony, palmedndole un mush porque esta’ pequefa ol Wo, pane Rorguo esta paqueta oligergule Joa! digusta a los patones Ob, Tony = 7 secon TY zl ll voteando a mia de fete Ve ~gA Mobile, Alabama? Donde sea, pero lejos de equi. ~Diticil decisién para un hombre que, a inst ba de ser nombrado, hace Director Region, 200d oc : ; 2b 1 Regional. {Qué cojoP gl trono © ral felted nn NCHOr Regional cQué es Ella se mordié los labios y call. i Una anciana, desde | zeda destrozada, les ofrecia, brazo de agune fn sais desuonad, los ofr, brazen alo, ltt de alguns in son Msi pasaban dos hombres de aspecto dro y muscuos, con esses al hombro. Iban relativamente bien trajeados, y al f2quierdo llevaban un brazalete negro con una ervz plateada, “La policia ~atjo Linda, sefaléndolos. : “Es ia de ellos. =2¥ eso no te preocupa? El la mir6, extrafiado. =gPreocuparme? Por ef contrario, ‘i ellos orginizan una es- pecie de policia.perticular que coopera con la nuestra, gqué més podemos pedir? “Linda volvié @ mover la cabeza, como negindose @ aceptar Jo que le parecia una tonteria, ~Cooperaré sélo hasta que ya no necesite hacerlo, —g8s0 es lo que cen tus dichosas computadoras? Eso es lo que dicen, Y también dicen que ese momento ya no puede estar muy lejano. Como siempre, la aecesidad se bus- ca 0 se construye sus herramientas. ~gLa necesidad de quién? La dela nueva clase. ‘Tony gir6 hacia el oeste en una de las callejas mis allé de ‘una mole de conereto que proclamaba haberse lemado Sheraton. Aqui bubo un parque —sefialé Tony, mostrando algunos mu: ones de arbol secos entre las chozas de madera y latas—. Toda festa zona sufrié mucho en el asunto de los vexdedores ambu- Jantes. ; El no habia nacido ain, o acababa de nace, 0 Io sabia ya con exactitud, pero su infancia estuvo lena de historias de terror Gomo la de Ja gran destruccién de lo que entonees, pese 2 todo, todavia era —al menos simb6licamente— el conto de Lima. En verdad, ya hacia décadas que habfan aparecido nuevos polos de Yoncentracién comercial como los de San Isidro, el de Miraflores, 1 de Mazanga y otros en formacién. Y més tarde surgirian cen- fros ati mayores, siempre acompatiando a los présperos en su fuga fl sur, particularmente el de-Pucusana, ef mayor do todos. Pero tor alggia motivo, on parte sentimental, en parte puramente inesie Br viejo centro habia luchado denodadamente por sobrevivin, seai- fando obras de renovacién urbatia y ofrecienco incentives tri: Batarios. ‘Todo es0, segin le habla relatado su madze, se fue al incine- ador con la guerra civil localizada (porque eso habia sido) que 93 EEE Eee ee ee a : ® que se disputaban las relatives wi quiezas avin disponibles o, al'ne a seers i », al no encontrarlas, i Husiasta destruccién que abarcaba hasta os date baste de los afios sétenta, y su propia madre, Ja abuela de Tony, le ha- bia deserito, ante su incredulidad, la maravilla de esta bela ciu- dad en los afios cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Fue por esa época que la capital del Perit aloanzé sw primer millén de he- itantes. La basura de hoy se habia tragado también ese idilio, —gSabes? —dijo Tony—. Esta es la primera ver. que recotro es- ta zona sin proteccién desde mi nifiez. Las vias expresas son més ‘© menos seguras, pero durante décadas hemos tenido horror a es- tas callejuelas, Veo que nos equivocdbamos. —Quizés —respondié ‘Linda, “gPor qué dices eso? Porque quizés no hayan estado equivocados, y lo que haya cambiado es la realidad. Hmmm, {16 eres. ..? No s6, pero se me ocurte que tus famosas rates, en estos afios, pueden haber estado ocupadas en crearse un nuevo orden, =,Sin nosotros? Sin, y a lo mejor, contra ustedes. Tony pens6 un instante, —Quizts realmente nos hayamos aislado demasiado. Ni siquie- a se da a conocer piblicamente el nombre de los Directares Re- gionales. Apuesto 2 que no més de cien 0 doscientas fersonas saben que desde ayer existe un Director llamado Antonio Tréveris. —gTodo esto no te dice algo? —pregunté Linda mirdndolo fi- * jamente, —gComo que es necesario un cambio de politica? Como que ya es tarde para un cambio de politica +Linda le cogié una mano’y se la apreté—. Tony, por favor, vimonos. Te amo, Quiero que venges conmigo. Yo pienso que también te amo, Linda, Pero déjame pensar- Jo. Por Jo pronto, lo que necesitamos es almorzar, gNc tienes hainbre? 95 IVOOOOOCOOCADOVOUV OSGOOD OODOVOODD000000000 sor TONAL: Ig a 2 2 ie Ella volvié a reclinarse en su asiento y a niitar fijamente hacia adelante, ~St, vamos a almorzar —respondié con voz hueca, Mi siguiera al pasar frente a uma de las covachas de placer, vonsae tlecas sexuales masculinas y femeninas imiteato ar “esas Posturas del eoito ante la puerta; cambié de expresi, Cuando legaron a Epesa, Linda fue a darse un batio y se Reg a dejar que Tony la acompaiara en la ducha. El achacé fodo a Ia terquedad do una gringe engrefda que habia querido Somprarse répidamente un macho sin conseguitlo, Se encogié de’ hombres, fue a su propia oficina y resistié abnegadamente a la ten- Gh de desquitarse con un séxibato interpretado por é) y Marina Ferrari. Neinte minutos después almorzaben on ol departamento Gg seate ate Tony bubiese lamado a Doris a Mala, informando y eseucbando que todo andaba OK, aunque su espora. habia, optado PR go mandar a los chicos a la escuela: habfa desagradables “amo. Coal sono, boro. que babian sido capaces de romper el adh, Clonal aislamfento de los residentes. Como eien aios abt, as mu- jeres ~o los hombres que se habian quedado en casa, chine, ban de muro a muro, Doris le dijo que se heblabs ao cien mil que w teaatl Visio Miraflores, pero 61 la tranquilizs diciéndole do jamala Pe 2° Um Eran exageracién, cunque no hublese pod o jurarlo, Ir gimuerzo fue un poco penoso por el obstinado silencio de Linda King. A los postres, Tony le cogié fismemonte Ia mano y Te pidié que lo sottara todo de una vex ipa te exberabas que yo saltara inmediatamente y te ije. 74 que iba contigo? —pregunté, Ella meneé In. cabeza, No puedo decirte més de lo que te he dicho, Tony, y ya Si demasiado. Ahora hubré que esperar a que otter feeeec, te convenzan de que deseo lo mejor para ti. Y pata mi, ~Pero comiprende una cosa, Linda. No me gusta hui, Creo j 4 suponet. Yo conoz00 a no son tan graves como bi suponet 2 Seay ear pas Y, Sdn ao fueran, asimo puede oe = Be i al presentarse a una reunién de a Aha y deci ads muchachos, he desidhdo — Mob, Ala n esta gringa que me ha sorbido el seso Povtl? Ah, yen el cohete de matiena méndenme a Dors ya los stal? Ab, Exiom porque yo estoy apurado. a T y tus hijos no son un problema. dey a aa : lucido com¢ chra en Mobile, porque ald no nos hemos repido como unos tnalditos eonejos. Yea cuanto a th 20 mints malt one a amentario ni un minist no exes un par el igo Carat a un ‘elegado de la empresa, y og a empresa ete decidiendo qué es lo que debes hacer y déni : ‘Tony burgé en la compota de fresas y Inego 1a figura sigue siendo un poco indecente, vst a g condeneds macho Tat eee en tas aatopema, qu sea una mujer In {Te da vergtienza, como a tus antepasados, gTe da ver gite oe ue tome Ta See f Si esté basada en que es mi superior irq ai Li i desalentada, Se lim- wvanté los brazos y los dejé caer, aos 5 been con ta servlets de plastipspel, seed un sp te oy vin lipiz de labios azul oscuro de su bolso ye Su bota a tono con Ta tinica celeste que Levaba. == . Sin docir nada més a Tony, puls6 el scanner que in ; ; la mesita y Tamé a Marina Ferrari. ae Hola, Marina —dijo—. ¢¥a terminaste de al Si, Miss King —zespondi6 Marina agedstemeni St Dime Linda, por favor. Ya estoy harta Je la solen sudamericana, Marina sonrié, Bee ; ~aYa esti todo listo? —pregunté Linda. —Cuando tt digas. Linda se incorporé, miré a Tony brevemente. —Si no tenes inconveniente, vo; » Voy a revisar con t Jos libres desla compaiia. Bs slo un vstzo provisional, aprons, chando que tenemos una hore en blanco antes de salir de com- ras, Ok, Marina? —afiadié, dirigi¢ndose al scanner, Claro dijo Marina. gLe levo el microfilm? =No, yo voy a la biblioteca. No me interesa si ; . teresa sino el de Jas tablas sintéticas de ventas, los graficos. No hay tiempo para més, Y creo que estaremos més cbmodas alld. Corté la comunicacién, To . Tony se levanté y comenzé a acer- gine # ell. Ella zo un geso para deteneio, cots pero imme. : Nos veremos esta noche —dijo, y sali Pua ijo, y sali6 apresuradamente del Tony se senté en un sofé. Encendié un MasiB: . Jaco y se ene tretuvo observando las volutas de humo eran absorbidas por el extractor, deren Debié haberse quedado dormido, 2 » porque se sobresalté al es: cachar el zumbido. Coneeté y ante él aparecis el grueso 1osteo de Gabriel Miranda, Presidente del Directorio Regional, — Parecian formar un Se pelearian més tarde, pero por shora oe tiempo. Tony Mamé a Ja casa de Marina Ferrari ~Ob, sefior Tréveris —sollozs i ~eQué ten homible? —pregunts Toye joe ~Estoy segura que los hombres a 1 2 jombres estaban sen disparado si Linda se hubiese resistido, —Hizo bien. 21% eémo estés? ~Bien, pero preocupiada por lo que ti puedas pensar, armados y que hubie- Tréveris, fei ayer, Teen imate. De todas maneras no te tocabe tabejar Te cluded wt & prétima semana, si quieres, pero ne te yene’t * ciudad, La polisia querd interrogate, eat Gracias ~respondié ella. Prefer , ahora me pereoe andl el Preera ta taba. Hast 14 Esto le parecié excesivo a Tony. Por cierto que en esta épo- a habia diariamente cosas més terribles que un secuestro ineruen- 40, y ademés Marina Ferrari no era precisamente timida. —Bien, cuidate —dijo Tony y coxt6. Por la gran ventana ingresaba la noche a su oficina, La se- gunda noche desde el comienzo de Ia rebelidn de los cat-cx: la re- belién definitiva, pensé Tony. Nad de algaradas inconexas, de es- tallidos populares tan violentos como cizcunstanciales, Esta vez era una revolucién frlamente calculada y dirigida, encaberada por un grupo de eficientes fandticos que utilizaban un disgusto larga- mente latente para encaramarse al poder y reemplazar una domi- nacién por otra. Eso los académicos y los ingenuos Jo lamaban “historia”. Ahora Tony record6, niirando la negrura moteada de Iuces y fuegos, el cielo siniestro y el ocasional paso de un avién-coheto in- terregional, sus égocas de escolar y de estudiante universitario. En Tas clases audiovisuales les habian mostrado Ja revolucién france- sa, Ia rusa, Ia china y muchas otras. Participes en el azontecer tridimensional que evaba 1a batalla —incluyendo sus olores— al escenario del anfiteatro repleto de fascinados estudiantes, Tony y sus conmilitones habfan visto y asistido a Gettysburg y a ‘a Basti- Ta, a San Petersburgo y'a La Habana, a los increfbles d'sturbios de la ciudad de México en 2002, hacia tan poco de esto. Demécra- tas y boleheviques, republicanos y socialistas... los nombres de los partidos se le confundian, Pero siempre habia algo en comin en todos estos fenémenos: el brotar de los olvidados, de sus covachas, Ta astucia y arrojo de sus Mderes, la posterior parsimonia y con- formismo de los herederos de estos magnificos y atemorizentes es- tallidos. Todos los conservadores nacen rebeldes, se habia dicho, granjedndose el odio de su amante, una pequefia pelirroja marxista- confuciana. eQué habria sido de ella? JY si, en justa compensacién, todos los rebeldes nacieran conservadores? Si, algo de esc habia: Marx, Castro, Lenin, Trotsky, Ngoro. .. Para crear revolucionarios, apriétense las clavijas a la clase media y los pariré por docenas. Este Cardenal Negro, pens6 Tony, gde dénde habia salidc? Tenia 15; COCO000000 oo00gLv0 000000000090 SOOOOOO00CYU CEUOCoCCUEY r¢ . Bouovv0Lg006 > CoSo PC00000C0C0 edad suficfente para haber sido un viejo lefebvrista. para los lime- ios— un trozo de la Via Léctea. Hobo otro tiempo, otros cielos y otras situaciones-Ifmite en la vida de Tony Tréveris; Tenfa entonces veinte afios menos y esta- tba a punto de terminar sus estudios de administracién de empresas y, simultfneamente, de ingénieria civil. En esa época se continua- iba insistiendo en aquello de “este mundo es de los ingenieros", y fa mus padres y a él les habia parecido légico y razonable estudiar dos éarreras, No le habfa hecho dafio alguno, y su visi6n del mun- do como un juego de tensiones estructurales y de fuerzas y contra~ fuerzas se habia consolidado en el proceso, No que le interesara Ja politica, esa inexacta ciencia que to- dos consideraban morfbunda: extraiiamente, se pretendia —y se 1o- g6— expulsar a la politica del haz de especializaciones paralelas que era el universo humano entonces, Fue la politica (0 lo que en 47 nc tg SS 1 Gltimo euarto de siglo se entendia por tal, doténdola de otro nombre) Ja que se inmiscuyé, aunque subrepticiamente, Nunca construyé edificio alguno, ast como el doctor Hermégenes Cruci- ble, gradvado como becario en la Multiversidad de la Repiblica So. cial de Quebes, jams habia defendido a encausado algino: como tantos otros, habia pasado diectamente del campus al servicio de pas empresa transnacional, por cuyas suaves rampas interiores habfan ascendido metédica e indoloramente, Ya"en Comell, Tony habia sido seleccionado por los cazado- res de talento de Stimudrinks, que lo hablan entrevistado, tras st kereer affo de permanencia, en una aireada oficinita con la bande- 1a de la empresa sobre el escritorio y una servicial computadora al lado del entrevistador. Sabie, desde entonces, que Stimudrinks se- ria su madre y'esposa durante el resto de su vida. As{ como tam. bién supo, al dirigirso 1 la computadora del corazén, comma la la. maban los poetas del campus, quién era la mujer quo més le conve. nia, Se lamaba Doris Norton, originaria también de Lima, cinco affos menor que él, un metro sesentitrés de estatura, 88-60-86, cabe. lo castatio, cociente de inteligencia diez puntos inferior al suyo ~este tipo de selecciones habia causedo mas de un sabotaje a Ta computadora, acusada de machista, por las feministas ‘universita. nias-, estudiante de Buenhogar y Estética Aplicada, La tarjetita que la computadora escupié en sus reverentes ma: ‘nos incluja un nimero de viséfono, y él, desde su dormitorio, mar- ©6 esa noche el mémero. La pantallita se iluminé con un lindo 70s, £0 y €1, con el aplomo que dan generaciones de mando e irrespon. sabilidad juvenil acumuladas, salud; ~[itola, palsenital Me llamo Antonio Tréveris y Ia computa- dora det corazén dice que estamos hechos el uno para el ots, ~No me digas —respondié ella~. Ninguna maldita méquina Wa @ decirme quién debe gustarme, Métote eso bajo el calzoncillo, Llama de nuevo cuando iaventes otra entrada, Y corté. Tony se revolod de risa y volvié a marcar el niimero, 118 Con vor falsamente humilde dijo: —Buenas noches, sefforita Norton. Permftame que’nie presen te: Antonio Tréveris, a su servicio. Le ruego decals a arene , pero desde el primer momento en que vi su electoence- fnlogin ca él ‘catélogo de Je computador MK-900-TL,senti un vuelco.en mi corazin, Acepte mis seguridades de que mis in- teneiones’son absolutamente honestas, y que sélo aspir> a su amistad. Suspiré y esperd, Doris lo miré ton detenimfento y seriedad hasta que una love, creclente somite comensé a dseiore sobre su boca. —Eso esté mucho mejor —dijo—. -gVerdad quo eres limeiio? —Y bien mazamorrero —respondié Tony—. No le negaris un café 2 un compatriota, eno? —No, supony jue no. Vente al dormitorio N-£ tro de game aerate en el salén de recibo, "Tony se peind, cambié de tinica y se prendié una escarapeli ta rojiblanca sobre el pecho. Tba pensando, mientras el movicarril lo Mevaba a través de Tos jardines al doristorio N-8, que con un poco de suerte podnfa quedarse a copulary dormir donde Dezis, eon Jo cual resolveria varios problemas simulténeos: su urgencia’ se- anual, su soledad —no conocfe otros limefios en Cornell, y el esca- 80 subsidio que recibia de su padre, ya que podria compartir gas- tos con Doris, Un poco aventurade, pens: esta chien bien puode estar casada 0 comprometie, en euyo caso lo de compertis gastos ificmente funcionarla. Los puritanos de la universidad hablan disefiado los dormitorios para dos, lo cual ya estabe ereando pro- blemas con los trios, cuartetos y comunes del lugar. (Algunas co- ronas se habian instalado, simplemente, en comedores y sas. de recibo, con la consecuencia de que les demés generalmente tenian que evitar pisarlos cuando se dirigian a desayunar). “Eso no es na- a", Ie habla contado un estudiante en su primer aio, “Hace ape- nas medio siglo todavia habia dormitorios y bafios separados para hombres y mujeres, gte imaginas a esos victorianos?”, } £6 espero den- 119 JODO COOOCOCOOCNCOOO CODD ODOQIOGOON0 00000 COO000N CUO O0U VOOUVV0V00O oY 1o) PCOOCOCOUCLOSY Bueno, ya se veria si Doris Norton tenia pareja estable o no. En el peor de los casos, tendrian una buena aventura sexual 0 una amistad, nada de lo cual era de despreciar. ‘Tony seguia mirando las estrellas en el silencioso helicptero ‘que, veinte afios més tarde, lo levaba en un yuelo que imitaba a Jas exoursiones espaciales, hacia Linda King. Algmmas de esas es- trellas eran las mismas quo, desde Ja terraza de la sala de recibo del edificio N-6, habia mirado, trago en mano, y sintiéndose muy zoméntico al lado de Doris Norton. Habfa resultado ser una chica simpética, inteligente pero més bien sumisa a padres tradicionales ‘que le habian sugerido estudiar lo mds cercano al hogar que ha- ian encontrado en esa super-universidad. Dios mio, si conocieras a los Norton —suspiré Doris, ha- ciendo tintinear el hielo en su whisky—. Directamente salidos de 1950 0 a lo mejor de 1850. —Pero, gpor qué les haces caso? No se lo hago. Pero, mira, Antonio... —Dime Tony. Bueno, mira, Tony, soy hije timica, Para qué hacerles y ha- cerine demasiados problemas? Acepté venir aqu{ a estudiar cémo se arregla la casd para un marido ejecutivo y otras sandeces por el estilo para que tengan una vejez tranguila, Esericialmente eso, Con ese pasaporte, que me tranquiliza la conciencia, viajo por los mundos que yo escofo. Ademés, no tengo talento artistico especial, ‘odio las mateméticas, me aburren los negocios y me jode la idea de ser jefa de alguien, .. 0 subordinada, gQué voy a hacer? ¢Hacerles - gastar dinero e higado en estudios que no voy a aprovechar? Pero, gte gusta buenhogar y... geémo se lama?... estética aplicada? —Prefiero montar bicicleta, claro, pero, ya te digo, es el pie- cio que pago por vivir aqui, divertirme, a lo mejor cazar un buen marido y hacer espantosas excursiones a las sexotecas de Ithaca y Nuova York, Si, no me mires con esa cata, He ido a Nueva York, y 120 dos veces, en grupo, claro. Es aterrador, pero si no me aterro bien ahora que soy joven, me volveré una dulce vicjecita antes de tiempo. ‘Fue un romance lo suficientemente lento para maritener la ex- ppectativa y suficientemente rapido para impedir que se desviara Ja atenciéa hacia otras posibilidades. En su segunda visita, Tony se quedd a pasar la noche y, efectivamente, un mes después se mudaba definitivamente —é1 y ella no sabfan todavia cudn definiti- vamente— con Doris a un dormitorio comin, Dos meses después estaban de acuerdo en que lo mejor se- sia casarse, en bien de todo el mundo y particularmente de Papa y Mamé Norton, Los Norton eran evangélicos-democrsticos, y los ‘Tréveris metodistas, raz6n por la cual optaron por un pastor bap- tista, que los casé completamente desnudo, por el calor, segiin dijo, y porque pertenecta ademés al club nudisia de Comell, Enviaron fo- ‘0s del pastor, vestido tan s6lo con un anillo sinbélico de su in- vestidura, a familiares y amigos en Lima, y se lanzaron a una sim- ppética-luna de miel por los paramos del norte canadiense, vacfos.y calurosos en julio, Tony sonrié en Ja semioscuridad del helieéptero, sluminado tan sélo por las estrellas y las luces del tablero de mandos. Ha- bia sido un buen matrimonio, so dijo Tony: tres nifios, una linda casa, una carrera exitosa para él, y Doris aplicando sus habilidades domésticas, Nunca habfan sentido realmente la u-gencia de divor- iarse 0 de ampliar el matrimonio con una 0 més personas, mane- ra frecuente de mantener viva la Hama, Las ocasionales aventuras sexuales de ambos les habian bastado para evitar la mortal rutina habitual. Habian nacido los chicos, ya en Lima, estristamente planifi- cados conforme Tony ascendfa en la empresa, Estando todavia en Comell, Doris habia sugerido un par de veces quedarse en Norte- américa, como hacia un alto porcentaje de estudiarite provenientes del Tercer Mundo, pero habjan decidido radicarse en Lima funda- mentalmente por dos motivos: los viejitos Norton, de parte de ella "estén solos en el mundo”, dijo— y, por la de él, el decisivo ar- 121 gumento de que la empresa quer Epesa, Ia filial de SudamerionOnte eee ~Ademés ~habta di ae hebla dicho Tony— aqui yo sezia un brillante jo de taentos gig tt Mediocridad reinante tras un sigio deere # Y de desautticién exéaioa, seré el ney. ¥ they ge reina, ~Sf, setior ~dijo el 5€ encogié de hombros, Llamé @ Doris por el scanner, Estoy Jas cosas?” POF SCORE 8 106 chicos —Io contd olla. sCémo van Bien —respondié al —Supe por el visodiario ; que habfa i ee m secuestrado a Linda King, ~Quizés haya tenido mal Q la suerte y ny i F jo Doris, y a-41 le parecié una broma de maga ant piloto, volviendo a mirar al frente, Tony —Los terroristas no violan eT qué sabes? —Tes golpes de pecho provocan impotencia, 6 al piloto. Miraba al fren No tienen seo, - Tony mi Tony decidis 122 ‘sus viscosos brazos hacia la seguridad de su persona, su familia y. ‘su clase? ¢Acaso no habia vivido siempre entre el rumor —lejano y fa veces no tan Iejano~ de gritos, disparos, Ilantos y maldiciones? No era normal sentirse flotando sobre un pantano que lenaba el hhotizonte, maloliente y velgar, y del cual permanentemeate brota- ‘ban reproches y rencores insalvables? Sf, pero s6lo ahora sentia la imagen de Armaggedon descendiendo sobre él y todo Jo que él era, Hasta entonees, pensé ahora, habfa flotado en una especie de perpetua, ligera y chispeante embriaguez, inconscientemente segu- zo del buen orden de las cosas y, si no pensaba en el origen y Ja justificacién divinas de su mundo, era porque la época predispo- nia a los bien educados (como todas las épocas, por Jo demés, pero con mayor audacia conceptual y formal) a un tranguilo y to- Jerante atelsmo funcional. —gBn qué Ifos andas metido, Tony? —pregunté Doris. ‘Con una huidize mirada hacia el piloto, Tony respondié: Me han nombrado Director Regional. —jTony! —exclamé Doris. jEso es magnifico! ~Supongo que si. ~¥ yo supongo que tenemos que agradecérselo a Linda King. Debes haberla hechizado. “Siempre me ha impresionado tu ojo de Aguila. Claro, ojo de Aguila, pens6 Tony. Hablan vuelto a una ciudad que estallaba por sus costuras, sometida a cada vez més frecuentes tormentas de arena en las que se unia la del desierto con el pol- vo de calles jamés regadas, casi sin verdor, sin Iuvia y con el agua racionada. Y se habfan refugiado —jojo de Aguila, sefior!— ‘en un suburbio compuesto de una serie de fortalezas electrificadas, ‘campos de golf rodeados de torres con metralletas y caminos vacfos que eran trampai mortales para los extraiios, —;Tony! —easi grité ella, con cferta alegria incrédula—. No ‘me digas que al fin te has vuelto a enamorar! Ht 123 BOOOOOCDOOHVOCOVOOCOON0D COLULOO oO VOO0O0U0 OOO” VOUS OCoY QO0090 QC0N0 Qo, UO POOCCVEYD 2OCO Creo que sf. “Bres un vivo, Nada menos que una asesora, |Tiene que ve- nir a'vivir con nosotros! “Lo discutiremos més tarde —dijo Tony, con una rapide mi- yada al inescrutable piloto; No, no, Tony. Pero si parece simpatiquisima. Trécla esta misma noche. —Imposible. Pero, gpor qué? ~Ya te lo explicaré més tarde. i Pero, Tony... Mafiana es sdbado, Fin de semana, grecuer- das? Tiempo de descansar. Estoy muerta de aburrimiento, ¥ eres capaz de decirme que no vendrés hasta el lunes. No lo sé, Hay cosas urgentes. Si es asi como’se portan los Directores Regionales, propongo que remuncies. —Quizés haga’ eso mismo. Tony, gqué te ocurre? Fstés amamantando tu primer in- farto? =No te preocupes. ¥ voy a cortar, porque ya estamos legando, ~Por Jo que me parece recordar, normalmente la gente no se deprime cuando se enamora. ¢O es que no quiere contigo? Le arranco los ojos a esa bicha. =No es eso, Te vuelvo a lamar, carifio. ‘Tony apagé el scanner y escuché al piloto Lo felicito por sw nombramiento, sefior. Gracias, Es una gian responsabilidad, Director Tréveris. ~Y un mal momento. —Le deseo éxitos, a usted y a la asesora King. —Otra vez, gracias. 124 ‘La Alondra comenz6 a descender sobre la azotea del Surco- Hilton, un gigantesco falo rectangular que hendia el cielo como un frbol de navidad geométrico. Cuando los rotores se detuvieron, Tony saltd al frfo concreto, donde dos guardias, amnados de fusilé sers, Io esperaban para conducitlo hasta Ja suite que ocupaba Lin- da, King. ‘Ambos Hevaban brazaletes negros con la cruz de plata. mueve Tony no se sorprendié demasiado: le capaci de In mente, como tas las dam, tone wnt Aponte 2 le recortié un suave, premonitor escalofro. Se sintié, de pronto, ab- soluta y definitivamente solo, como si estuviera descubriendo” que €l mundo, su clase, sw familie, sus aectos y pesspetiva, aa pase do yas ode fost un desing teas] que un pr Hecate ¢ extrafiamente eer zados, hubjesen comenzado a desmontar an- —Buens s, sefior —dij nga btetns NOS fete Ajo uno de los guerdias eros, s- —gDénde esta la asesora King? —pregunté Tony. —Esté en su departamento, setor. T le donde Su Eminencia primero. Orenes Ge Tera Insisto en ver a la asesora King —dijo, si ; 1g ~dijo, sin mucha convie- ciéa, Tony, echando a andar entre los guardian a —Le ruego que nos acomparie donde su Eminencia —replicé, suavernent. - 6 7 es al guardia + Después verd a la asesora. Ella es- Mientras descendian por el ascensor, Tony pregunté: —4Qué hacen ustedes aguf en el Hilton? 126 Es ahora nuestro cuartel general —respondié el guardia. —Ficil de bombardear —dijo Tony. En efecto, séfior. Pero ese es nuestro problema. Signieron en silencio hasta arribar a la puerta de lo que al- guna vez habia sido Ja Wamada Royal Suite, Tras un interzambio de gestos y muestra de documentos, pasaron a una lujosa sala de re- cibo, amucblada al estilo farragoso de la Norteamérica de media- dos del siglo XX. Inclusive los aparatos clectrénicos simuladan ser antiguos televisores y radios, y pesadas cortinas de tela de origen animal velaban persianas de aluminio y ventanas que podrian abrirse. En un confortable sillén tapizado de terciopelo rojo brillan- te, acompatiado de varios sacerdotes jévenes, esperaba el Cardenal Negro, quien se levanté al aparecer Tony y sus guardias. Estos, al atrar, Io habian revisado en busea de armas, despojindolo de la suya, ~Déjemos de lado todo protocolo, amigo Tréveris —dijo, ya de pie, “el Cardenal~. Sea usted bienvenido, =No pensaba besazle el anillo ~replicé con una sonrisa To- ny-. Buenas noches, Eminencia, Por favor, siéntese aqui, a mi lado —ofrecié el Cardenal, or- denando que acercaran un sillén similar. Luego, dirigiéndcse’a los presentes, indicS—: Déjennos solos, por favor: En silencio, guardias y sacerdotes se retiraron. Un ligero zum- ido de. maquinarias ocultas lend de inmediato”ese silencio do fire acondicionado y dispositivos que esperaban ser activados. Bien, amigo Tréveris, espero que sepa usted discilpar Tas circunstancias de este encuents0. Desgraciadamente, vivimos tiem- pos agitados y no siempre pueden respetarse estrictamente las xe- iglas de le urbanidad, No se subestime, Eminencia- Yo dixfa que usted he incum- plido su pacts, y es0 es algo mas quo descortesia. -gDénde est Linda King? 27 JGOVOOVGGVGOOOOOOVOOOOOHOGSBG0900900H0 COVVOG00000 Oo OOOLOVOO¢ veoouvente 27000 ~Oh, pero ella esté muy bien, Pensibamos realmente devol- vorla al lugar de donde Ia, mmmm, recogimos, pero parece que las ‘cosas van mucho mejor de lo esperado, Ella se ha quedado por su propia voluntad. Ya'se lo diré ella misma, Espero que asi.sea. _, 75% sf, mo lo dude, Veré usted, Linda King se ha conven- cido de la efectividad de nuestro poder, ya que no del todo de la justicia de nuestras demandas. Y, como usted debe saber mejor que nadie, el pragmatismo de los grandes poderes temporales que hoy igen —todavia— el mundo, ineitan sobre todo al realismo, Es cu- vioso —murmuré el Cardenal, el pragmatismo Ileva al realismo, y éste al totalitarismo oportunista y de alli, pirque el ser hu- ‘mano no puede dejar de ser un enté que tiende a Jo metafisico, a Ia inveneiéa de un nuevo idealismo, El Directorio Supremo, hoy, co- ‘mo por otra parte el Consejo Popular del Imperio Asiético, so adormecen a si mismos eantindose una cancién de ena democré- ica, eA dénde quiere usted ir a parar? —Simplemente « esto, Director Tréveris: nosotros, la alian- 2a encabezada por la Iglesia Catélica Ortodoxa, somos el poder que asciende, Ustedes, el Directorio Regional, se hallan en su ore- Piisculo, Si quisiera hacer una frase de tape, dirfa que es el ama- necer, el nueyo amanecer de los dioses. Bueno, no pienso discutir el asunto con usted, Eminencia, Pero, gpor qué no? Para eso lo he hecho venit, Director. Yo no tengo poderes de ese tipo. Pero si, amigo Tréveris, Claro que los tiene, ~aDe qué esté usted hablando? —Linda King insistié en que usted viniera, No entiendo. El Cardenal Negro cruz6 los dedos de Ia mano sobre su esté- ago y sonrié, mirando fijamesite a Tony Tréveris., Al cabo de un momeato, 128 No, me imagino que mo. Seré mejor que, antes de hablar ‘con nuestra amiga, le haga un breve relato de mi vida. No se preo- ‘cupe; aunque un sacerdote debe ser un buen orador y amar su pro- pia voz —perdéneme este ocasional cinismo autocritico,— no voy a ser demasiado extenso, Creo sencillamente que usted, como mu- chos otros de su condicién, necesitan reubicarse en la realidad. Mi- re usted: yo, como usted, naci en un Estado-Naci6a. Fue en 1970, aqui, en esta misma ciudad de Lima, Por aquel entonces, la cit. dad tenfa unos cuatro millones de habitantes, cien mil més o cien mil menos; nunca hemos sido maestros en el arte’ de las estadis- ticas, Usted debe ser bastante menor, de los afios roventa, calculo. Ast es. Bien. Mi familia era de clase media alta, Gente conserva- dora, que crefa sinceramente en el capitalismo de mercado cuando éste agonizaba, pacifica o violentamente, entre las tenazas del co- lectivismo, por una parte, y del capitalismo cibernético, planifi- cado, transnacional, por la otra, Es decir, y si dejamos de Indo to- da demiagogia, entro dos formas de colectivismo, entre dos mane- as de fundir al individuo en la masa. En realidad, el capitalis- mo Eberal, el de la oferta y Ia demanda, el de la libre competen- cia, enfermé profundamente a més tardar después de la primera guerra mundial, y aceleré su desaparicién, salvo en los discursos y fen los escritos, tras la segunda. Las fuerzas econémicas y sociales que implantarfan el gran cambio politico —la gran adaptacién, de- berfa decir en las primeras décadas de este sigle, ya estaban en pleno funcionamiento. Pero as clases que se crefan dirigentes (y estaban, paulatinamente, dejando de serlo) fueron cast tan ciegas come en su moniento la nobleza feudal ante’el nucleamiento y el nuevo poder de Ja burguesia que la estaba minando ¢ hizo estallar todo en 1792. Ab, hubo claros sintomas de lo que se venis, co mo los hubo en el siglo XVIII y antes. Pero todos estaban muy ‘ccupados combatiendo un espejismo llamado comenismo ~0 apo- yandolo—, sin comprender que también eso contribufa a orear las bases ideolégicas de ese internacionalismo supraburgués que se preparaba en todos los rincones 2 heredar todo el poder. Le di- go todo esto porque me imagino que usted no es especialista en 129 historia y Je haré bien @ dénde vamios, ~Continée, —Bien, me hice sacerdote I Hi a r¢ fe época en que usted naciay prio antes saber de dénde venimos, a fin de deducir vrista, més o menos por la Y poco antes de que el lefeburismo sacare o pudieron superar su més esencial contradiceién: no hay religié ipleci: aN ie ete iglesia democritica, de arate en Hoie se, se disuelve en la temporalidad bi nemos a la temporalidad af sonia ai reinid = al servicio de ustedes mismos, segtin he ofdo comenter mentae SReratd, Ensalzar al creador es ensalzar a sue inst oles mt amigo, munea ha. sido democréticn, No podvia fa = hombre de negocios o un H- ders La Ipc convencida, y ser eapaz de ecm ica, que es absoluta, y que sit ciplina no hay camino paral slvacéa: $e° een gto ba notado us- religiosas, civicas, una cosa: on ef nillitares, politicas, coinc i rechazo aloo? También cinder nes Ce re el combate al ocio es fundamental. EI ser hi no debe se obligno, sone a earompad, Antes ones leat ae nego, Por razones que no es del caso deta- Io que andes oreaniztcion del ereciente tempo libre, Bao cade scat’ debe exis: tiempo libre. ‘Trabajo, hobby, volonte, fi. tose yeti pole, sro, epecticul,.. Todo, Tebve sobre ey hava Pave Menar el tiempo, El relajamiento del poder Nae 9 RMabEeS ¥~ eo lo sabia Jesuoreto, Mare, Freud, Kno, ¥ 00 sabfan los predicadores y los pornégrafos comerciales Jas madres y los ejecutivos- des. los seminaristas y los soldados, Y hubo esta época, de doscientos truye Ie convivencia civilize, © trescientos ai as algo ‘Ssclentos aos, y quizis algo més, del perlamentarismo, del jue. 230 0 de partidos politicos. Interesante época: el hombre aleanzé Ja soberbia politica que habia impuesto la burguesia en la econom{a, ‘Al libre juego de la competencia econémica, correspondia el libre juego de la competencia politica. Al acabarse Ja primera, fue desfalleciendo la segunda, Ya durante casi todo el-siglo veinte, los antiguos Estados Unidos habian reemplazado el libre juego de los partidos por la altemnancia de dos instituciones, llamadas demé- eratas y republicanos, en el poder politico. Y ese poder politico Yya se entremezclaba, aunque un poco vergonzosamente, eon el €c0- némico, Los militares iban a los directorios empresariales, y los senadores y representantes solfan ser millonarios o tener el res- paldo de empresas y corporaciones a cuyos representantes atendian preferentemente, Claro que prolifereban miles de pequetios grapos Ge presign, pero éstos solian asimilarse mis © menos rpidamen- te, Ahora, claro, la cosa es mis directa y no constituye mérito al- guno describir con claridad lo que entonces apenas era discerni- ble para una minoria. Tony observaba y esouchaba, intrigado por la exposicién del al, —Fui ascendiendo en la Iglesia, y estudiando, y aprendiendo, ‘Tréveris. No me pida que le cuente con detalles el a veces espi- ‘oso camino que el Seiior me sefiel6, Pero sf le diré esto: gradual- ‘mente nacié en mi el conveneimiento de que nuestro mundo esté harto de este absurdo experiment de vivir sin Dios. Ah, dirt us- ted, pero si nunca han existido tantas religiones como hoy; vivimos tuna explosin de cults, légicos 0 irracionales, que a veces bor dean lo lundtico, Pero yo le digo a usted que eso nada significa si el hombre no retorna a su situacién verdaderamonte civilizada y cculta, que consiste en organizar toda su vida agui en Ja tierra de manera que ella se asemeje al Reino de Dios. Y esto implica que Ja Iglesia reine on el mundo, que Jos hombres y las mujeres vivan en comunidad, sin egofsaos y sin deseos salvo el de prozararse P* ra Ja verdadera vida. =No parece ficil a estas alturas, Nada se construye en un slo dia. Esta es un neraciones. A mi me ha tocado el modesto deber de im a tere de Be plantar el oo Ve CO00000 DOOOOVOVDOOOOOOOOCCOO0NO COO 1000

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