111-114 FORM caso pract 744x V 6/4/06 12:29 Página 111

formación
DETENCIÓN ILEGAL.
QUEBRANTAMIENTO DE MEDIDA
CAUTELAR DE ALEJAMIENTO
(caso práctico)
Una mujer es secuestrada y salvajemente maltratada por su pareja. Posteriormente,
la víctima presenta denuncia y solicita el alejamiento cautelar. Una vez en vigor la orden,
víctima y agresor coinciden en un bar y, más tarde, previa reconcialiación, son sor-
prendidos juntos por una patrulla.

PACO LLATA

ABRIL 2006 GUARDIA CIVIL 111

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formación
PLANTEAMIENTO
La víctima tomó un autocar con destino X, que fue
seguido por el vehículo conducido por el autor de los
hechos, el cual aprovechó una parada para subir al auto-
car y coger por el brazo a la mujer, a la vez que le decía
que como chillase o pidiese ayuda la mataba, obligán-
dola a bajar del autobús e introducirse en su vehículo,
donde la amenazó con matarla si no seguía con él, dando
la vuelta y regresando a su localidad de residencia. Pos-
teriormente, se introdujo en un camino donde la sacó del
coche, tirándole del cabello y la arrastró, a la vez que le
daba varias patadas y la maniató con una goma golpe-
ándola seguidamente con un palo, tras lo que la intro-
dujo en el coche y se dirigió al domicilio familiar en
donde entró con la mujer arrastrándola del pelo y, una
vez en el interior y tras cerrar puerta y ventanas, estuvo
golpeando a la mujer con un hierro aproximadamente dos
horas.
Presentada denuncia por la víctima, solicitó orden
de protección, adoptando la Autoridad judicial la medida
cautelar de alejamiento de la víctima a más de 500
metros.
Una vez notificada y en vigor la orden, el agresor
entró en un bar en compañía de unos amigos, dándose
Así, el problema se centra en analizar si los hechos
–conminar a la víctima a que le acompañe bajándola
del autobús y llevándola a otro lugar–, merecen la cali-
ficación de coacciones o de detención ilegal.
La jurisprudencia del TS a este respecto es clara,
constante y uniforme al decir que "el delito de coac-
ciones es el género, en tanto que la detención ilegal es
la especie y, por tanto, es el principio de especialidad el
que entra en juego, de suerte que la detención ilegal
desplaza a las coacciones, siempre que la forma comi-
siva sea detener o encerrar (STS Sala 2ª, de 30/11/94);
esta especialidad surge en cuanto que la detención ile-
gal atenta a la libertad de movimientos, de locomoción
o ambulatoria, es decir, a la capacidad del hombre para
determinarse por sí mismo, conducta más grave que la
simplemente coactiva descrita en el art. 172 CP, puesto
que resulta privado de su libertad en su sentido más ele-
mental y básico, por lo que no cabe duda que en los
supuestos de encierro la distinción con la coacción apa-
rece nítida (SSTS Sala 2ª, de 13 y 20 de febrero de 1991,
entre otras). En definitiva, el tipo delictivo de detención
ilegal desplaza al delito de coacciones siempre que la
forma comisiva afecte, a través de los verbos «ence-
rrar» y «detener», al derecho fundamental del art. 19

la coincidencia de que en el mismo se encontraba la
víctima con unas amigas. No obstante lo anterior, el
agresor se mantuvo en el local y, tras efectuar unas con-
sumiciones, se marchó.
Días más tarde y, habiéndose reconciliado la víctima
con el agresor –aún en vigor la orden de alejamiento–,
una patrulla de servicio los sorprende juntos.
CUESTIONES
Las cuestiones que se presentan en el supuesto de hecho
son las siguientes:
a) Tipificación de los hechos: ¿coacciones o deten-
ción ilegal?
b) De la detención ilegal.
c) El hecho de que se encontrara el agresor con la víc-
tima en el bar puede suponer quebrantamiento de medida
cautelar.
d) El perdón de la víctima y la reconciliación dejan
sin efecto sin más la medida cautelar de alejamiento.
SOLUCIÓN RAZONADA
a) Tipificación de los hechos: ¿coacciones o detención
ilegal?
La tipificación de los hechos del presente caso prác-
tico lo va a ser en referencia al posible delito de coac-
ciones o detención ilegal cometido. Por haberse realizado
en casos prácticos precedentes, no se entrará en el aná-
lisis del concurso existente en el supuesto con los deli-
tos de lesiones ex art. 147 CP y, posiblemente, con el de
maltrato habitual del art. 173.2 CP.
CE, naturalmente que con apoyo en el soporte tempo-
ral (SSTS Sala 2ª, de 27/10/95 y 29/09/98).
Resulta evidente que en este caso el sujeto "detiene"
en el sentido literal de la palabra, no solo al inmovilizar
a la víctima, sino, posteriormente, al obligarla a acom-
pañarle a un lugar dado. Por lo tanto se trata de un
delito de detención ilegal, no de unas simples coaccio-
nes.
b) De la detención ilegal.
El tipo básico descrito en el art. 163 CP. es un delito
que se caracteriza por la concurrencia de los siguientes
requisitos:
- El elemento objetivo del tipo consistente en la pri-
vación de la libertad deambulatoria de la persona. Y que
esa privación de libertad sea ilegal.
- El elemento subjetivo del tipo, el dolo penal, con-
siste en que la detención se realice de forma arbitraria
injustificada, siendo un delito eminentemente intencio-
nal en el que no cabe la comisión por imprudencia (vid
en tal sentido STS Sala 2ª, de 30/11/04).
Con la acción típica de este delito (vid SSTS Sala 2ª,
de 28/11/04; 27/10/95; 30/03/96; 19/04/97 entre otras
muchas), se priva al sujeto pasivo de la posibilidad de
trasladarse de un lugar a otro según su voluntad y se
restringe de forma ostensible su posibilidad de deam-
bulación, poniendo una traba a su libertad en este aspecto
de la proyección física sobre el mundo exterior. Y esta
acción se realiza tanto encerrando al sujeto pasivo den-
tro de los límites espaciales que marcan las dimensio-
nes de lo largo, lo ancho y lo alto, como inmovilizán-
dolo mediante fuerza o intimidación o compeliéndole por
los mismos procedimientos a acompañar al sujeto activo
al lugar que a éste se le antojare. De cualquiera de estas
formas se integra la acción típica de la detención ilegal
siempre que el sujeto pasivo quede efectivamente privado
del derecho de moverse y desplazarse adonde quisiere.
Se entiende generalmente que este delito exige, desde
el punto de vista de su tipicidad subjetiva, que el autor
actúe con dolo directo, esto es, con la finalidad primor-
dial de privar a la víctima de su libertad ambulatoria, pero
cabe que a tal intención se sobreponga una motivación
última que no borraría la índole directa del dolo.
El caso en estudio trata de un delito de detención ile-
gal, ya que la víctima es obligada a acompañar al agre-
sor contra su voluntad al lugar al que le conminó el
agresor, privándole de esta forma de manera efectiva
de su derecho a la libertad ambulatoria.
c) El hecho de que se encontrara el agresor con la víc-
tima en el bar puede suponer quebrantamiento de medida
cautelar.
El delito de quebrantamiento de la medida cautelar de
prohibición de aproximarse a la víctima, del artículo
468.2 del Código Penal, introducido por la Ley Orgánica
15/2003, requiere la existencia en el autor de un dolo o
ánimo de quebrantar la medida, que no se aprecia en la
conducta del agresor, ya que éste desconocía que la víc-
PACO LLATA
tima se encontraba en el local. Él no fue allí para ver a
la agredida, sino con unos amigos, lo que descarta su
intención de no obedecer la orden de alejamiento impuesta
(vid en igual sentido SAP Valencia de 22/06/05).
En consecuencia, faltando el elemento culpabilístico
no procede apreciar quebrantamiento de medida caute-
lar en este concreto supuesto.
d) El perdón de la víctima y la reconciliación dejan
sin efecto sin más la medida cautelar de alejamiento.
La medida cautelar del art. 544 bis LECrim que-
brantada por el encartado, está destinada, igual que las
penas accesorias previstas en el art. 57 CP, a proteger
esenciales bienes jurídicos, no disponibles, de las per-
sonas mencionadas en dicha norma, de forma que éstas
no pueden en principio renunciar a dicha protección
admitiendo la aproximación de quienes ya han demos-
trado su peligrosidad en la vida en común, atentando
contra dichos bienes jurídicos, aunque cabe que, tra-
tándose de medidas cautelares siempre reformables,
soliciten su cese del Juzgado de Instrucción que será
quien decida, ponderando prudentemente las circuns-
tancias en cada caso concurrentes, si la medida debe
continuar o finalizar (vid STS Sala 2ª, de 16/05/03).
Existe quebrantamiento de medida cautelar a pesar
de que la víctima consienta la aproximación del agresor,
ya que no puede olvidarse que el bien jurídico protegido

112 GUARDIA CIVIL ABRIL 2006 ABRIL 2006 GUARDIA CIVIL 113
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PLANTEAMIENTO
La víctima tomó un autocar con destino X, que fue
seguido por el vehículo conducido por el autor de los
hechos, el cual aprovechó una parada para subir al auto-
car y coger por el brazo a la mujer, a la vez que le decía
que como chillase o pidiese ayuda la mataba, obligán-
dola a bajar del autobús e introducirse en su vehículo,
donde la amenazó con matarla si no seguía con él, dando
la vuelta y regresando a su localidad de residencia. Pos-
teriormente, se introdujo en un camino donde la sacó del
coche, tirándole del cabello y la arrastró, a la vez que le
daba varias patadas y la maniató con una goma golpe-
ándola seguidamente con un palo, tras lo que la intro-
dujo en el coche y se dirigió al domicilio familiar en
donde entró con la mujer arrastrándola del pelo y, una
vez en el interior y tras cerrar puerta y ventanas, estuvo
golpeando a la mujer con un hierro aproximadamente dos
horas.
Presentada denuncia por la víctima, solicitó orden
de protección, adoptando la Autoridad judicial la medida
cautelar de alejamiento de la víctima a más de 500
metros.
Una vez notificada y en vigor la orden, el agresor
entró en un bar en compañía de unos amigos, dándose
Así, el problema se centra en analizar si los hechos
–conminar a la víctima a que le acompañe bajándola
del autobús y llevándola a otro lugar–, merecen la cali-
ficación de coacciones o de detención ilegal.
La jurisprudencia del TS a este respecto es clara,
constante y uniforme al decir que "el delito de coac-
ciones es el género, en tanto que la detención ilegal es
la especie y, por tanto, es el principio de especialidad el
que entra en juego, de suerte que la detención ilegal
desplaza a las coacciones, siempre que la forma comi-
siva sea detener o encerrar (STS Sala 2ª, de 30/11/94);
esta especialidad surge en cuanto que la detención ile-
gal atenta a la libertad de movimientos, de locomoción
o ambulatoria, es decir, a la capacidad del hombre para
determinarse por sí mismo, conducta más grave que la
simplemente coactiva descrita en el art. 172 CP, puesto
que resulta privado de su libertad en su sentido más ele-
mental y básico, por lo que no cabe duda que en los
supuestos de encierro la distinción con la coacción apa-
rece nítida (SSTS Sala 2ª, de 13 y 20 de febrero de 1991,
entre otras). En definitiva, el tipo delictivo de detención
ilegal desplaza al delito de coacciones siempre que la
forma comisiva afecte, a través de los verbos «ence-
rrar» y «detener», al derecho fundamental del art. 19

la coincidencia de que en el mismo se encontraba la
víctima con unas amigas. No obstante lo anterior, el
agresor se mantuvo en el local y, tras efectuar unas con-
sumiciones, se marchó.
Días más tarde y, habiéndose reconciliado la víctima
con el agresor –aún en vigor la orden de alejamiento–,
una patrulla de servicio los sorprende juntos.
CUESTIONES
Las cuestiones que se presentan en el supuesto de hecho
son las siguientes:
a) Tipificación de los hechos: ¿coacciones o deten-
ción ilegal?
b) De la detención ilegal.
c) El hecho de que se encontrara el agresor con la víc-
tima en el bar puede suponer quebrantamiento de medida
cautelar.
d) El perdón de la víctima y la reconciliación dejan
sin efecto sin más la medida cautelar de alejamiento.
SOLUCIÓN RAZONADA
a) Tipificación de los hechos: ¿coacciones o detención
ilegal?
La tipificación de los hechos del presente caso prác-
tico lo va a ser en referencia al posible delito de coac-
ciones o detención ilegal cometido. Por haberse realizado
en casos prácticos precedentes, no se entrará en el aná-
lisis del concurso existente en el supuesto con los deli-
tos de lesiones ex art. 147 CP y, posiblemente, con el de
maltrato habitual del art. 173.2 CP.
CE, naturalmente que con apoyo en el soporte tempo-
ral (SSTS Sala 2ª, de 27/10/95 y 29/09/98).
Resulta evidente que en este caso el sujeto "detiene"
en el sentido literal de la palabra, no solo al inmovilizar
a la víctima, sino, posteriormente, al obligarla a acom-
pañarle a un lugar dado. Por lo tanto se trata de un
delito de detención ilegal, no de unas simples coaccio-
nes.
b) De la detención ilegal.
El tipo básico descrito en el art. 163 CP. es un delito
que se caracteriza por la concurrencia de los siguientes
requisitos:
- El elemento objetivo del tipo consistente en la pri-
vación de la libertad deambulatoria de la persona. Y que
esa privación de libertad sea ilegal.
- El elemento subjetivo del tipo, el dolo penal, con-
siste en que la detención se realice de forma arbitraria
injustificada, siendo un delito eminentemente intencio-
nal en el que no cabe la comisión por imprudencia (vid
en tal sentido STS Sala 2ª, de 30/11/04).
Con la acción típica de este delito (vid SSTS Sala 2ª,
de 28/11/04; 27/10/95; 30/03/96; 19/04/97 entre otras
muchas), se priva al sujeto pasivo de la posibilidad de
trasladarse de un lugar a otro según su voluntad y se
restringe de forma ostensible su posibilidad de deam-
bulación, poniendo una traba a su libertad en este aspecto
de la proyección física sobre el mundo exterior. Y esta
acción se realiza tanto encerrando al sujeto pasivo den-
tro de los límites espaciales que marcan las dimensio-
nes de lo largo, lo ancho y lo alto, como inmovilizán-
dolo mediante fuerza o intimidación o compeliéndole por
los mismos procedimientos a acompañar al sujeto activo
al lugar que a éste se le antojare. De cualquiera de estas
formas se integra la acción típica de la detención ilegal
siempre que el sujeto pasivo quede efectivamente privado
del derecho de moverse y desplazarse adonde quisiere.
Se entiende generalmente que este delito exige, desde
el punto de vista de su tipicidad subjetiva, que el autor
actúe con dolo directo, esto es, con la finalidad primor-
dial de privar a la víctima de su libertad ambulatoria, pero
cabe que a tal intención se sobreponga una motivación
última que no borraría la índole directa del dolo.
El caso en estudio trata de un delito de detención ile-
gal, ya que la víctima es obligada a acompañar al agre-
sor contra su voluntad al lugar al que le conminó el
agresor, privándole de esta forma de manera efectiva
de su derecho a la libertad ambulatoria.
c) El hecho de que se encontrara el agresor con la víc-
tima en el bar puede suponer quebrantamiento de medida
cautelar.
El delito de quebrantamiento de la medida cautelar de
prohibición de aproximarse a la víctima, del artículo
468.2 del Código Penal, introducido por la Ley Orgánica
15/2003, requiere la existencia en el autor de un dolo o
ánimo de quebrantar la medida, que no se aprecia en la
conducta del agresor, ya que éste desconocía que la víc-
PACO LLATA
tima se encontraba en el local. Él no fue allí para ver a
la agredida, sino con unos amigos, lo que descarta su
intención de no obedecer la orden de alejamiento impuesta
(vid en igual sentido SAP Valencia de 22/06/05).
En consecuencia, faltando el elemento culpabilístico
no procede apreciar quebrantamiento de medida caute-
lar en este concreto supuesto.
d) El perdón de la víctima y la reconciliación dejan
sin efecto sin más la medida cautelar de alejamiento.
La medida cautelar del art. 544 bis LECrim que-
brantada por el encartado, está destinada, igual que las
penas accesorias previstas en el art. 57 CP, a proteger
esenciales bienes jurídicos, no disponibles, de las per-
sonas mencionadas en dicha norma, de forma que éstas
no pueden en principio renunciar a dicha protección
admitiendo la aproximación de quienes ya han demos-
trado su peligrosidad en la vida en común, atentando
contra dichos bienes jurídicos, aunque cabe que, tra-
tándose de medidas cautelares siempre reformables,
soliciten su cese del Juzgado de Instrucción que será
quien decida, ponderando prudentemente las circuns-
tancias en cada caso concurrentes, si la medida debe
continuar o finalizar (vid STS Sala 2ª, de 16/05/03).
Existe quebrantamiento de medida cautelar a pesar
de que la víctima consienta la aproximación del agresor,
ya que no puede olvidarse que el bien jurídico protegido

112 GUARDIA CIVIL ABRIL 2006 ABRIL 2006 GUARDIA CIVIL 113