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NTE aN Sed anit oO COS ERe nt) Len Dossier Pe AR 10 N°10 - BUEN Mario Albornoz Hacer ciencia ena universidad Maria Elina Estébanez* Enel imaginario social, la uni- versidad es depositaria de una promesa de la modernidad: la racionalidad cientifica puesta al servicio del desarrollo del hombre y de la sociedad. Des- de cierto punto de vista, tal promesa se cumple en las uni- versidades argentinas; particu- armente, en las universidades nacionales que apuntan en su haber el crédito de disponer del sgrueso de Ia capacidad cienti- fica del pais, En efecto, mas de Ja mitad de las 50 mil personas que trabajan en investigacién y desarrollo en la Argentina lo hacen en universidades pibli- * Investigadores del Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnologta, de la Universidad Nacional de Quilmes. Prneastarro UNveRsTARO 19 cas. No son cifras menores. Sin embargo, las estadisticas dispo- nibles no alcanzan a poner en evidencia la particular forma de hacer ciencia en la univer- sidad. La necesidad de cono- cer con mayor protundidad las caracteristicas ylos alcances de la ciencia universitaria no es ajena al debate caluroso que sobre la universidad publica tiene lugar en la actualidad en nuestro pats. En un contexto que pone al descubierto la debilidad de las visiones de largo plazo y la inexistencia de consensos ba- sicos para la construccién de una sociedad més equitativa, el debate sobre la cuestién universitaria en Argentina (y, probablemente, con sus ma- tices, en la mayor parte de los paises de América latina) no puede dejar de lado una eva- luacién especifica sobre el Iu- gar que ocupa el conocimien- to cientifico y tecnoldgico en el perfil institucional. Existen algunas razones fundamenta- les para ello: en primer térmi- no, la creciente importancia de la creacién, distribucién y uso del conocimiento en el crecimiento econémico y en el desarrollo humano, en el contexto de la emergencia de un nuevo tipo de sociedad que reserva un lugar privile- giado a las instituciones que llevan a cabo actividades cientificas y tecnolégicas. En segundo término es necesario examinar la compleja rela- cién que existe entre la pro- duccién de conocimiento y la apropiacién de sus beneficios por parte de la sociedad. No menos importante es la nece- sidad de desentrafiar uno de los miltiples rostros que ca- racterizan a la universidad contemporénea. Desde lo que se conoce como “primera revolucién académi- , acaecida a principios del siglo xtx, hasta la actualidad las universidades han adquitido algunos rasgos especificos que las diferencian de otros ambi- tos de produccién de conoci- miento cientifico y tecnolégi- co. En la actualidad, general- mente se reconoce como ob- jetivos institucionales de la articulos universidad al desarrollo de las siguientes actividades: investigacién (que inclu- ye la produccién de cono- cimiento cientifico y tec- nolégico y la formacién de investigadores), - docencia (transmisién de conocimiento cientifico y tecnoldgico en los ni- veles de grado y posgra- do) y ~ extensién (entendida en términos generales como servicios a la comunidad y, especificamente, como servicios a los sectores productivos). Los universitarios distribu- yen su tiempo entre estas acti- vidades con distinta intensi- dad, ya que a diferencia de lo que ocurre en otras institucio- nes, en la universidad se esta- blecen limites difusos en el ejercicio de la investigacién y de las restantes funciones, lo que plantea cierto nivel de conflicto, pero rambién produ- ce una sinergia positiva. Exis- ten atin otros objetivos de ca- récter intangible que estén ba- sados en ideales intelectuales atribuidos al accionar univer- sitario; por ejemplo: el desarco- Ilo de un pensamiento critico El contenido especifico que hha formado parte del ejercicio de estas actividades ha sido definido histéricamente segin Ja forma que adquiere la inser- ci6n de la universidad en el entorno social y politico. Al Paxoanesro UnienaTRo 20 respecto, en la Argentina es posible identificar diversas re- presentaciones de la universi- dad como institucién del saber: a) La universidad como “hogar” de la ciencia. b) Launiversidad como “fa- brica” de profesionales. ¢) Launiversidad como pro- ductora de tecnologia d) La universidad como nodo del sistema de in- novacién.. e) La universidad como ac- tor y escenario politico y cultural. En la tradicién humboldtia- na, la universidad es el “hogar” de la ciencia. Las universida- des pablicas mas antiguas en Argentina reivindican este modelo y lo asumen coma pro- pio pese a que, como veremos, la investigacién se abroquela enciertos niicleos, en medio de un escenario en el que predo- mina la masividad. La univer- sidad como fabrica de profesio- nales teflejaria ms cabalmen- te la realidad de estas ins ciones piiblicas en la Argenti- na, si bien las altas tasas de desercién (de aproximada- mente el ochenta por ciento) les negarian la virtud de la efi- ciencia. Es curioso que el dis- curso predominance en las uni- versidades nacionales desdefie el modelo al que se menciona como “ensefiadero”, cuando muchas de las casas de altos es- tudios no alcanzarian adesem- tue pefiar con éxito esta funcién. En esta representacién de la brica” de universidad como “f profesionales la investigacién es valorada en funcidn de la actividad docente, si bien se trata mds de una aspiracién normativa que de una realidad vetificable. La imagen de la universidad como productora de tecnolo- giao, en términos generales, de conocimiento aplicable, res- ponde a la visién de que se tra- ta de una institucién utilitaria yde que la ciencia que allf se desarrolla debe atender de- mandas sociales y econémicas. En los paises industrializados esta visién obedece a determi- nadas presiones de la deman- da de las empresas, los gobier- nos y otros actores sociales. En Ja Argentina aparece muy con- taminada por la crisis presu- puestaria y la necesidad de las instituciones (y de los grupos y hasta los individuos que las integran) por obtener mayores recursos. En ciertas visiones mas normativas que descripti- vas, esta relacién aparece ins- cripta en el marco de “sistemas de innovacién”, de los que las universidades constituyen nodos y los conocimientos,flu- jos. Los elementos relaciona- les con otros componentes del sistema aparecen en el centro de la escena, para esta visién Finalmente, la visién de la universidad como un actor yal mismo tiempo un escenario de la actividad politica y cultural caracteriza en gran medida ala universidad latinoamericana (particularmente en la visién reformista) y enfatiza en el co- nocimiento cientifico la fun- cién critica y desmitificadora. Tanto la visién pragmética como la erftica conviven en tensién en la universidad ar- gentina contemporsnea. LA UNIVERSIDAD Y LA CIENCIA La vinculacién de la univer- sidad con la ciencia, ni es unt- voca ni se remonta a los orige- nes. Ciertamente, la universi- dad no es el nico dmbito institucional donde se llevan 1 cabo, en las sociedades con- tempordneas, actividades de investigacién cientifica y tec nolégica. Cabe recordar que el origen de la ciencia moderna debe ser rastreado histérica- mente en otras instituciones, tales como las academias cien- tificas europeas, en las que flo- recié el nuevo método experi- mental durante la revolucién cientifica del siglo xvi. Por en- tonces, las universidades eran instituciones de origen medie- val que segufan impartiendo ensefianza en disciplinas hu- manisticas como la teologia, jurispradencia y artes, al mar- gen de las principales innova- ciones que ocurrfan en el pro- ceso de desarrollo del pensa- miento cientifico. Més aun, las academias representaron una forma de reaccién contra el monopolio intelectual de las Pansoarnro Uvenattano Mario Albornoz / Maria Elina Estébaner universidades, poco inclinadas a la observacién y la experi- mentacion. A diferencia de éstas, no se limitaban a la cien- cia pura, sino que también in- cursionaban en aspectos pric- ticos y de aplicacién del cono- cimiento (en buena medida, los reyes les dieron su apoyo gracias a esta funcién). Asi, las academias sirvieron hasta me- dliados del siglo xix para dar un impulso fundamental al desa- rrollo de la ciencia experimen- ral, y permitieron a los cienti- ficos intercambiar sus observa- ciones y contar con medios para sus tareas. Desde entonces, hasta que la investigacion cientifica se transformé en una misién fun- damental de la universidad eu- ropea, en la experiencia em- blemédtica de la Universidad Libre de Berlin, pasaron tres siglos. Joseph Ben David afir- maba que aquella universidad, bajo el impulso de Wilhem Von Humbolde, fue una insti- tucion pionera en sentar las bases de la universidad moder- na. La integracion de la inves- tigacién cientifica a las activi- dades de ensefianza, que abar- carton desde las ciencias expe- timentales hasta las humanida- des, el reconocimiento de las labores de investigacién en la cartera académica y la creacién. de institutos de investigacién para favorecer la produccién y formacién de cientificos fue- ron algunos de los elementos que estructuraron un nuevo modelo de universidad que pasaria a ser referente de mu- chas reformas académicas en. Occidente: la universidad humboldtiana o, simplemente, universidad “cientifica”. Su éxito en Alemania estuvo mar- cado por la pronta existencia de una red de universidades en todo el pais que funcionaban bajo los mismos principios, es- timulaban la circulacién de académicos y mejoraban la ca- lidad y el desempefio general de todas las instituciones que la integraban, constituyéndo- se en un mercado académico dindmico. La institucionalizacién de la investigacién universitaria y la difusién del modelo humboldtiano mas alld de Alemania se produjo bajo formas y tiempos muy espe- cificos segdn las caracteristi- cas socioeconémicas de cada pais y las tradiciones univer- sitarias locales. Ast por ejem- plo, la modernizacién de las universidades en Estados Unidos tuvo un punto de ins- piracién en el modelo ale- mén, pero adquirié una dind- mica propia por la variedad de tipos de universidades pre- existentes en el pats, por la orientacién més utilitaria de la formacién superior y las pricticas mas democraticas y menos verticalistas que ca- racterizaban el trabajo en los. grupos académicos. La creacién de departamen- tos en lugar de facultades, la institucionalizacién de la for- macién de posgrado, las escue- articulos las profesionales, fueron algu- ras de las notas caracteristicas de la nueva universidad norte- americana, Ben David afirma- ba que ésta, a su vez, generé un rasgo que se difundis interna- cionalmente como un sello propio: la descentralizacién. En su opinién, el mecanismo més eficiente de seleccién de roles y tipo de organizacién surgido inicialmente en los Estados Unidos y luego adop- tado por la mayor parte de los paises en el ambito de la cien- cia fue la competencia entre unidades de investigacién im- portantes, operando en un es- pacio “mercado” 0 espacio competitivo de investigadores, estudiantes y productos cultu- rales, sin controles externos y descentralizado. En Estados Unidos el mode- lo universitario tendié a cre- cer en escala, de un modo si- milar a lo que ocurrié en los mbitos de las empresas y el go- biemno. Asi, se fue pasando de un tipo de instituciones de educacién superior especializa- das hacia universidades con una amplia gama de estudios, mayores funciones, fines mil- tiples y a gran escala. En gene- ral, el modelo universitario adoptado se correspondié con el de la “universidad cientifi- ca" inspirado por Von Hum- boldt. Asi, las universidades se convirtieron naturalmente en las instituciones donde se de- sarrolla la investigacién cien- tifica, pero esto no fue produc- to de un plan preconcebido, Pinsnainto Univintan 2 sino que se fue dando en el jue- go descentralizado de las inves- tigaciones, dado que las insti- tuciones de mayor tamafio de- mostraron ser més aptas para el logro de los avances cienti- ficos en un proceso de “fertili- zacién cruzada”. La difusién de estas innova- ciones en América latina se produjo sobre la base de ma- trices organizacionales y tra- diciones universitarias pre- existentes. La universidad co- lonial, implantada desde el si- glo xv, habfa evolucionado durante los siguientes dos si- glos hacia una instituci6n fun- damentalmente abocada a la formacién de las elites politi- cas y profesionales de las nue- vas naciones independientes. A partir de este origen comin, la universidad latinoamerica- na fue construyendo diversas tradiciones institucionales. La Universidad Nacional de La Plata fue probablemente una de las que represents en ma- yor medida la tradicién cien- tifica. Fundada en 1897 en el Ambito provincial, fue reorga- nizada en 1905 a impulsos de Joaquin V. Gonzalez siguien- do la preceptiva de Von Hum- bolde. En linea con este pro- yecto se creé en 1906 el De- partamento de Fisica, para el que se contraté al profesor ale- man Emil Bose y durante va- rias décadas cientificos alema- nes como Gans sostuvieron la formacién de fisicos en la Ar- gentina. Sin embargo, la tra- dicién de la universidad orien- Mario Albornoz | Maria Elina Estébanez rada hacia la formacién de profesionales fue también muy fuerte. Ambas tradiciones tu- vieron un desarrollo paralelo, a veces convergente y a veces conflictivo. Risieri Frondizi ereyé posible conciliar ambas tendencias, lo que no era tan dificil en una sociedad que to- davia sostenia su modernidad, demandaba profesionales y aplicaba politicas orientadas hacia el desarrollo. En la a tualidad, la convivencia de ambos modelos es un proble- ma que debe ser resuelto. LA SEGUNDA POSGUERRA Luego de la Segunda Guerra Mundial, en la mayor parte de los patses avanzados crecié ra- dicalmente el gasto destinado ala ciencia y tanto los gobier- nos como numerosas institu- ciones privadas crearon orga- nismos de investigacién en areas de su interés. En este con- texto comiin, las diferencias entre cada pais estuvieron da- das por: 1. el grado de centralizacién del financiamiento y la direccién de la instruc cidn y las investigaciones cientificas, y 2, el “mix” en que la ense- fianza y la investigacién se combinan (en cuanto a que sean, 0 no, las mis- mas instituciones y perso- nas quienes las realizan). Las décadas de la posguerra se caracterizaron por el surgi- miento de un gran ntimero de formas de apoyo para la inves- tigacién por parte de la indus- tria y el gobierno, mediante concesiones, contratos ydona- ciones, sin que hubiera inje- rencias directas sobre las inves- tigaciones en sf, que fueron concedidas a personas de ca- pacidad reconocida, con liber- tad de accién y capaces de ser revaluadas permanentemente. Este sistema transformé la vin- culacién entre universidad, investigacién y economia. A la ver, creé una demanda amplia de conocimientos e investiga- cién, y posicioné a la ciencia como un tecurso econémico importante, sin que pot eso dejara de hacerse hincapié so- bre la investigacion bésica. Durante los afios sesenta, en los ambientes académicos no tardaron en aparecer dudas res- pecto de la justificacién social y el valor econémico de la in- vestigacién. “En Alemania, donde la universidad se oponia a servir para fines utilitarios, las normas adoptadas por las universidades frente a la nueva generosidad del gobierno fueron ‘deflacio- narias’. Los profesores se opusieron a cualquier ex- tensidn y diversificacion de las funciones de la uni- Pemanunro Usivenartano B versidad y utilizaron el flu- joacelerado de fondos para investigaciones con el fin de realzar més las diferen- cias de poder y posicién que existfan entre ellos mismos y otros investiga- dores. Asi, en una situa- cién de incremento rapido de los recursos y del presti- gio de las universidades y la ciencia en general, la circulacién de esos recur- sos se redujo por debajo del nivel de oportunidades in- herentes en el Estado de las ciencias y la demanda de servicios cientificos”. (Ben David, 1974.). En cambio, en los Estados Unidos, donde la universidad no se oponia a considerar las investigaciones y Ia instruc- cién cientifica como obligacio- nes generales o, incluso, como medios para llegar a fines préc- ticos, la reaccién ante el res- paldo masivo del gobierno fue “inflacionaria”. El sistema, que en este caso se disefié delibe- radamente para explotar todas las oportunidades, acepté el respaldo incrementado del go- bierno como otta més de rales oportunidades. La aparicién de empresarios cientificos, la profesionaliza- cién de la investigacién y la normalizacién hicieron que la actividad cientifica fuera sus- ceptible de ser transferida des- de las universidades a las em- presas y el gobierno; esto es, que en estos ambitos se esta- blecieran unidades de investi- gacién como las existentes en la educacién, y que los cienti- ficos pudieran trabajar en unas uw otras sin alterar su ethos mas alla de las presione: En la posguerra, con la defi- nitiva consolidacisn del lide- raigo cientifico norteamerica- no, se difundié en los paises de América latina el modelo de los “consejos de investigacién” que constitufan instrumentos de, promoci6n de la ciencia, aportaban recursos al sistema universitatio de investigacién ys por ende, constituian (0 as- piraban a constituir) un factor externo de orientacién de las actividades universitarias. En otro plano, particularmente a partir de los afios sesenta, se expandié el modelo anglosajén de Ia organizacién departa- mental, bajo la idea de impri- mir un mayor dinamismo a la investigacién universitaria, lo- grar mayor flexibilidad, favo- recer la educacién de posgra- do y desarrollar actividades in- terdisciplinarias. Este modelo, que confrontaba en el plano organizativo con el tradicional, basado en “facultades” y “cé- tedras” fue el asumido por Bra- sil en su reforma del sistema de educacién superior. La incorporacién dela inves- tigacién como funcién espect- fica de las universidades de la region ocurrié principalmente por laaccién de grupos de aca- démicos vinculados a través de contactos personales con ciei tificos de los pafses que lidera- articulos ban el desarrollo de la ciencia en el mundo. Estos “pioneros” formaron nichos de produc- cién de conocimiento cienti- fico, en donde los grupos de in- vestigacién trabajaron inicial- mente de manera amateur y con escaso apoyo institucional. En la Argentina tuvieron un rol central algunos cientificos europeos que inmigraron al pais y suplieron la falta de es- pecialistas, permitiendo la for- macin de jévenes investiga- dores locales. Guido Beck, lle- gado a Buenos Aires en 1943, maestro de fisicos argentinos como Balseiro, es un buen ejemplo de ello. Los logros obtenidos no tu- vieron, hasta promediar el s glo xx, casi ningdin apoyo de las autoridades universitarias ni de los gobiernos. Esta parti- cularidad del desarrollo de la investigacién cientifica en la universidad latinoamericana ha sido explicada por el cara ter periférico de la ciencia re- gional. Fue por entonces cuan- do las actividades de investi- gacién en varias universidades de la regién comenzaron a ser parte de proyectos de mode nizacién institucional que pro- ducirfan un cambio sustantivo en la extensién de tales acti vidades y en la legitimidad de la investigacién como opcién profesional. Estos logros deben entenderse como parte de lo que se ha llamado “profesién. académica tardia”, un particu- lar proceso que se dio en Lati- rnoamérica, por el cual la dedi- Pinznanro Unvaariane 24 cacién exclusiva a tareas de docencia e investigacién es s6lo una opcién —no necesaria- mente la mas frecuente- entre el personal académico. Estas acciones innovadoras no se produjeron con la mis- ma intensidad en todos los pat- ses de América latina y ni en todas las instituciones de un mismo pais, dando lugar al fe- némeno muy caracteristico de alta disparidad de capacidades de investigacién y débil con- formacién de mercados profe- sionales para el cientifico uni- versitario. Se ha estimado que para fines del siglo xx sélo en- tre 10 y 15% de las universi- dades regionales tenia recursos especificos para la realizacién de actividades de investigacién cientifica (Brunner, 1990). PODER Y AUTONOMIA EN EL ACCIONAR UNIVERSITARIO. La universidad moderna, y esto vale especialmente para la universidad publica, se carac- ceriza por tener una estructura de poder muy diferente a la de otras organizaciones, tales como las empresas o las enti- dades estatales, Nada més ale- jado a la realidad de esta insti- tucién que la concepcién de una organizacién vertical, con un poder unidireccional ejer- Mario Albornoz | Maria Elina Estébanez cido desde algdn lugar privile- giado. Es propio del ambito universitario el ejercicio de una considerable autonoméa por parte de los individuos, grupos y unidades académicas de mayor agregacién que inte- gran la institucién. La imagen de “anarqufa organizada” pue- de resumir apropiadamente la forma de estructuracion del poder en la universidad (Krots- ch, 1993). Como resultado, el poder se fracciona y se diversifica la toma de decisiones, dotando a los distintos actores universi- tarios de un margen de liber- tad que se aplica, por ejemplo, en la orientacién de las activi- dades de investigacién o en la eleccin de temas de investi- gacion y de enfoques tedricos ymetodolégicos. Las bases uni- versitarias donde se produce investigaci6n cientifica (insti- tutos, cétedras y departamen- tos) disponen de una conside- rable cuota de poder y su fun- cionamiento esta poco contro- lado por el poder jerarquico. En comparacién, otras institu- ciones cientificas y teenol6gi- cas como, por ejemplo, los la- boratorios de 1+D guberna- mentales tienen estructuras de decision més verticales y ma- yor especializacion temética Se ha apelado a la idea de “campo” para caracterizar al juego de poderes que se desa- rrolla en la universidad entre los diferentes sectores que pug- nan por el control politico in- temo de la institucién. Pero también le universidad es un actor social que se vincula con otras instituciones, como el Es- tado, el sector productivo, los movimientos sociales, e inter- viene en la lucha politica que involucra a la sociedad en su conjunto. En particular, man- tiene relaciones de fuerte de- pendencia con el Estado, del cual provienen el marco legal de funcionamiento y el finan- ciamiento. Otras instancias donde entra en juego la dimen- sién politica del accionar uni- versitario son, asimismo, el control de los recursos para la investigacién, la disputa por el monopolio de la verdad cien- tifica, la gestién de la carrera académica. En la universidad opera un doble principio ordenador: las reglas de las comunidades dis- ciplinarias y el marco institu- ional de la universidad como organizacién. Los investigado- tes universitarios suelen expre- sar una fuerte pertenencia a las comunidades disciplinarias ~cuya constitucién trasciende a la universidad~ y responden més efectivamente a sus reglas que a las reglas de la propia comunidad universitaria. Las disciplinas son generadoras de culturas muy especificas que generan una identidad fuerte entre sus miembros y que in- fluyen en la organizacién de las estructuras correspondientes en launiversidad (por ejemplo, en la creacién de departamen- tos). A pesar del influjo que ejer- ‘Fiseanaro Universo cen las disciplinas como factor de identificacién cultural y como principio organizador, no debe desconocerse la existen- cia de la propia institucién como generadora de una fuer- za que ordena a la ciencia uni- versitaria. Es la institucién universitaria la que facilita en gran medida los recursos que hacen posible la produccién cientifica, Esto incluye el re- conocimiento que obtiene el investigador universitario den- teo de la universidad, de las actividades que desarrolla, la habilitacién para desempefiar un tol profesional que implica status y prestigio, y que cubre tun rango amplio de acciones que se diferencian pero com- plementan con otros roles uni- versitarios. LAS UNIVERSIDADES EN EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y 10S DESAF(OS DEL SIGLO XX! Mis alla de los aspectos pro- pios de la cultura universitaria que se han resefiado, las ten- dencias contemporéneas con- ceden a las instituciones del conocimiento uno de los luga- res mds destacados en la estruc- tura social. Daniel Bell afirma- ba que en Ia sociedad postin- dustrial las instituciones del conocimiento ~en particular las universidades- son las més importantes del tejido social. La “sociedad del conocimien- to” expresa hoy la idea de que el conocimiento es [a fuerza que impulsa la vida econémi- cca y social, En este contexto, se habla de un “nuevo modo de produccién del conoci- miento”; esto es, un nuevo for- mato de investigacién, con nuevos criterios y nuevos ac- tores. Hemos procurado deseribir el proceso por el cual la inves- tigacién cientifica se transfor- m6 en una misién fundamen- tal de la universidad moderna. Una serie de principios preva- lecieron desde entonces en la actividad cientifica universita- ria: la organizacién disciplina- ria del conocimiento, la auto- nomfa en el ejercicio de la ac- tividad académica y la orien- tacién fundamentalmente bé- sica de la investigacién, alejada de consideraciones précticas 0 econdémicas relativas a la uti- lidad o aplicabilidad del cono- cimiento, Muchos de los cambios que mas recientemente se estén produciendo en las universida- des son explicados por el tran sito hacia un nuevo modo de produccién de conocimiento que ocurre a escala mundial (Gibbons, 1994). Este proce- so evoluciona hacia una deca- dencia de la organizacién dis articulos ciplinar del conocimiento y su reemplazo por la préctica de la investigacién “transdisciplina- tia”, cuya caracteristica consis- te en privilegiar el problema a resolver, como principio orga- nizador del conocimiento. El contexto de aplicacién del sa- ber producido pasar a tener, en un faturo cercano, centra- lidad en Ia orientacién de las investigaciones, y la solucién de problemas en los ambien- tes especificos donde se gene- ran (en la industria, el hospi- tal, la escuela o en el campo) serd la principal forma de transferencia de conocimien- to de los grupos de investiga- cién hacia la sociedad. En resumen, el nuevo modo de produccién del conoci- miento se caracteriza por los siguientes rasgos: a) se trata de conocimiento producido a partir del contexto de aplicacién, b) tiene cardcter transdisei- plinario, ¢) presupone una gran hete- rogeneidad y diversidad organizacional, d) requiere un sistema de amplia base social para el control de la calidad. EI nuevo modo de produc- cidn de conocimiento requie- re a su ver un nuevo tipo de universidad, que, si bien con- tiene mucho de los componen- tes de la anterior, presenta al- gunos cambios significativos; entre ellos, un concepto més ‘insane Usinnaano 26 abierto de la autonomia uni- versitaria, mayor atencién alos problemas del entorno so- cioeconémico y un crecimien- to telativo de la investigacién aplicada y de interés industrial Dentro de esta visién, la uni versidad se transforma en un actor con mayores interaccio- nes con el medio, aumentan- do sus vinculos con agentes econémicos y sociales. Este proceso, que ha sido denomi- nado como la “segunda revo- lucién académica” consiste, en sintesis, en la emergencia de una nueva misién central en el accionar universitario: la de involucrarse en mayor medida enel desarrollo socioeconémi- co de las sociedades. En los paises de mayor desa- rrollo esta vision se correspon- de con la existencia de proce- 508 ya maduros de inceraccién entre instituciones cientificas y tecnoldgicas y sectores pro- ductivos, que han dado lugara la constitucién de sociedades dinamicas en el fendmeno de crecimiento econémico e in- novacién recnolégica. De he- cho, en estos paises las propias universidades incorporan fre- cuentemente esta visién en sus estrategias de desarrollo insti- tucional. Y los investigadores universitarios comienzan a orientar sus actividades en fun- cién de las nuevas posibilida- des que se presentan, en un proceso que implica replantear los valores que tradicional- mente representaba el ethos académico. Los diversos secto- Mario Albornoz / Maria Elina Estébanez tes econdmicos, en correspon- dencia con estos cambios, se comportan activamente como demandantes, usuarios y gene- radores de conocimiento cien- tifico y tecnolégico, Otro de los efectos més rele- vantes de este fenémeno es la emergencia de un sistema di tribuido de produccién del co- nocimiento que significa, para las universidades, un replanteo de su situacién monopélica en la vinculaci6n de produceién de conocimiento (investiga- cién) y su circulacién (ense- fianza). Quienes transforman esta visién en normativa, sos- tienen que desde ahora las uni- versidades formarén parte pro- gresivamente de una red de instituciones diversas que in- tervienen en estas actividades yen las restantes funciones del conocimiento como difusién, transferencia y adopeién. El conocimiento sera la herra- mienta de trabajo de un con- junto muy diverso, y cada ver més amplio, de trabajadores. Elconceptode “nuevo modo de produccién del conoci- miento” es complementario al de “sociedad del conocimien- 0", otro de los nombres a los que se suele apelar para deno- tar los fendmenos de transfor- macién del lugar institucional del conocimiento cientifico y tecnolégico. Las nuevas teorias econémicas destacan que la expansién de la base de cono- cimientos de la sociedad est alterando la forma y estructu- ra del crecimiento econémico. Este crecimiento, para algunos autores (Callon, M., 1996; Conceigao, Pedro y Heitor, Manuel V., 1999; Gibbons, M., 1994) es el resultado de la combinacién compleja entre objetos (objetos fisicos, recur- sos naturales, energia, infraes- tructura, en definitiva, capital) y dos tipos de conocimiento: ideas (conocimiento codifica- do) y habilidades (conoci- miento no codificado). Segtin esta visién, nuevas ideas pro- ducen nuevos objetos y orga- nizan los existentes de modo novedoso; mejores habilidades permiten poner en acciéna las ideas y manejar objetos. Ideas yhabilidades se necesitan mu- tuamente. La creacién y, con- secuentemente, la acumula- cién de conocimiento cienti- fico y tecnolégico, pero tam- bién técnico, social, legal, po- litico y administrativo; su uso y distribucién son procesos fundamentales en la dinémica y crecimiento econémico. La acumulacién de conocimiento procede de diferentes tipos de aprendizajes, sean éstos de pro- cesos formales (la educacién, las actividades de I+D) 0 in- formales (la experiencia labo- ral, la interaccién social). Es- tas diversas instancias de acu- mulacién de conocimiento ubican de un modo diferente a instituciones tradicionales, como las universidades, con funciones tradicionalmente re- conocidas en el plano de la acumulacién formal de cono- Pinsmsanto Universo n cimiento, pero con nuevos ro- les por explorar respecto de dlistribucion y transferencia in- formal de conocimiento, Las interacciones sociales que surgen de los nuevos mo- dos de vinculacién entre ins- tituciones del conocimiento, y de las redes y alianzas que acer- can a éstas con otros actores sociales son un nuevo escena- rio en el fenémeno de apren- dizaje informal y acumulacién de conocimiento. Universida- des y empresas son actores cen- trales de este nuevo escenario, si bien tienen objetivos insti- tucionales que no deben con- fundirse. En el caso especifico de las universidades, las tradi- cionales misiones de investiga cién y ensefianza siguen cum- pliendo un rol central en el proceso de produccidn y trans- misién de ideas y habilidades. Pero ademés, nuevos desafios se imponen frente a las nuevas demandas de la sociedad: las respuestas a un mercado de tra- bajo en constante cambio y la necesidad de promover nuevas habilidades de aprendizaje en- tre la poblacién (Conceigao, Pedro y Heitor, Manuel V, 1999), En el primer caso se tra- tard de aprovechar las posibi- lidades de diversificacién del sistema de educacién superior para tratar de mantener la in- tegridad de las universidades frente a las oscilaciones del mercado. En el segundo caso, se apela a la diversificacién de Jos productos a diseminar en- tre estudiantes y graduados a partir de as capacidades que se acumulan con el desatrollo de la I+D universitaria: + generacién y transmisién general de ideas, - transferencia de ideas y habilidades a las activida- des y al personal de ense- fianza, ~ transferencia de habilida- des para el aprendizaje no necesariamente técni- cas, sino capacidades para elaprendizaje y la acumu- lacién de conocimiento. EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA UNIVERSIDAD ARGENTINA iQué receptividad tiene, en la sociedad argentina, la re- flexin sobre el rol de las uni- versidades en estos nuevos es- cenarios? La universidad es hoy objeto de un debate mas am- plio que involucra a la socie~ dad argentina en casi todas las dimensiones de su quehacer. Como particularidad del deba- te local acerca de las universi- dades (en el contexto de una revision de la educacién supe- rior en su conjunto), las di siones giran en torno de una agenda muy densa de temas y problemas que superan a la ac- tual coyuntura socioeconémi- a, y que remite centralmente a los principios tradicionales an articulos que estructuraron la universi- dad publica argentina, y las tendencias que han caracteri- zado su desarrollo contempo- réneo. Puede apreciarse un acuerdo bastante extendido acerca de la necesidad de pen- sar una nueva universidad, de replantear su misién como ins- titucién basica de la sociedad. Sin embargo, hasta aqui llegan las coincidencias: hoy se tran- sita por una fase de fuertes en- frentamientos entre visiones y estrategias que se formulan y citculan entre los sectores més directamente vinculados con el mundo universitari ridades educativas, profesores, estudiantes, funcionarios uni- versitarios y organismos inter- nacionales. En menor medida intervienen entidades profe- sionales y el sector empresarial. Es un debate que recién ahora comienza a desplazarse a los amplios sectores sociales que han sostenido por generacio- res una imagen prometedora de la universidad En este marco, los temas mas especificos de la investigacion cientifica y recnolégica en las universidades, su situacién ac- auto- tual y perspectivas futuras, ocupan un lugar secundario y se plantean como cuestiones subordinadas a problemas ms estructurales. Atin no existe una definicion precisa del pro- blema universitario en térmi- nos de la emergente sociedad del conocimiento ni, conse- cuentemente, una toma de po- sicién frente a las alternativas ‘Densascen To UNIVERSITARIO que se plantean para las uni versidades como actores im- portantes en el proceso de in- novacién tecnolégica. {Cuall es el temario del de- bate universitario en la Argen- tina actual? En primer térmi- no ocupan un lugar muy im- portante aspectos elementales de las bases institucionales de la universidad puiblica argen- tina. En este sentido, se discu- te sobre el acceso a la univer- sidad y en tal marco se han pre- sentado estrategias alternati- vas a la tradicional politica de ingreso irtestricto sostenida por la tradicién reformista de la universidad publica argen- tina. El disefio de un sistema de educaci6n superior diversi- ficado en niveles y variedad institucional es visto por algu- nos sectores como alternativa para preservar a las universida- des de la masividad y al mismo tiempo mantener la igualdad de oportunidades y el amplio acceso a la formacién postse- cundaria. El problema del fir nanciamiento universitario estd vinculado con el retroce- sodel Estado como agente sos- tenedor de la educacién supe- rior e incluye cuestiones tales como la diversificacién de fuentes de financiamiento. Fi- nalmente, un aspecto clave en Ja cultura argentina, como lo es larelacién entre universidad y politica, que se traduce en el contexto del debate actual en un conjunto variado de cues- tiones que atafien a la politica taria: el problema de la univers Mario Albornoz / Maria Elina Estébanez autonomia, la forma de gobier- no de la universidad y su rela- cin con el Estado. Noson aje- nas a este debate, las interpre- taciones que se realizan sobre las reformas aplicadas al sector universitario en los afios no- venta como parte de un pro- ceso impulsado en gran medi- da por organismos internacio- nales. En segundo término, existen dos ejes de discusién que cu- bren especificamente a las mi- siones institucionales de la universidad) en las que ya apa- rece referida la temética de la creacién de conocimiento cientifico y tecnolégico. Cues- tiones relativas ala calidad del accionar universitario inclu- yen tanto la formacién de los estudiantes como la capacidad del personal académico y la re- levancia cientifica de las inves- tigaciones. Otras cuestiones mds generales que pueden en- globarse en la elacién entre la universidad y la sociedad son la pertinencia social de los co- nocimientos generados, la ade- cuacién del perfil profesional de los graduados, la mision de la universidad como institu- cidn generadora de valores so- ciales y culturales, y las rela- ciones con otros actores socia- les (movimientos sociales, par- tidos politicos, sectores pro- ductivos). Finalmente, se desarrolla un eje de discusién referido a las politicas gubernamentales que tienen por objeto la investiga- cién universitaria. Las evalua- ciones que se realizan sobre la orientacién que ha tenido en los ltimos afios la politica cientifica y tecnoldgica en el pais y, atin, sobre la existencia efectiva de tal politica cubren el destino de la investigacién universitaria argentina, dada la centralidad de este sector en el sistema cientifico y tecnolégi- co nacional. Por otro lado, la aplicacién novedosa en el pais de un mecanismo de incenti- vos econémicos a docentes universitarios que realizan in- vestigacién creé una nueva instancia en el proceso de re- gulacién de la funcién de in- vestigacién en las universida- des. El Programa de Incentivos a los Docentes Investigadores fue el punto de partida de una compleja discusién que inclu- 6 argumentos a favor como, por ejemplo, la necesidad de reforzar el desarrollo de una carrera académica y regular las actividades de investigacién de los docentes, asf como la ne- cesidad de disponer de una base de informacién sobre las actividades de investigacién universitaria, Su implementa- cidn generé criticas; entre otras, la estratificacién de los docentes, la vinculacién de esta medida con las reformas de corte neoliberal de los no- venta y la de representar un avance del Estado sobre la au- tonom(a universitaria a través del control de una de sus mi- siones bésicas. Como resultado, se delinean muy esqueméticamente tres Pansaannzo Univensriane w posturas valorativas bésicas frente a la cuestién universi- taria en el pais: L Discurso del “ajuste”: La universidad debe adaptarse a las demandas actuales, cengan éstas ori- gen en la estructura so- cioeconémica local o los procesos de globalizacién, Se ponen en cuestién los principios tradicionales de acceso irrestricto, gra- tuidad y auronomia. La evaluacién es el instru- mento basico para el lo- grode la eficiencia del sis- coma. Critica radical: cuestio- namiento al avance del Estado en la regulacin de las actividades univer- sitarias, Las reformas apli- cadas en los tltimos afios responden a la I6gica del modelo neoliberal. Se cri- tica el fortalecimiento de lamisién econémica de la universidad. Evaluacisn, calidad y pertinencia son las nuevas formas de sub- ordinacién de la univer- sidad a la légica del mer- cado. . Reforma consensuada. Como parte de la buisque- da de acuerdos bésicos para modificar las institu- ciones sociales basicas (justicia, educacién, sa- lud, etc.), la sociedad debe definir el modelo de universidad deseable frente al siglo xx1. Cues- tiones tales como la pro- blematica social local o las tendencias globales hacia una economia ba- sada intensivamente en el conocimiento no pue- den ser ajenas al diseio institucional de la univer- sidad actual. En esta bis- queda, es posible hacer converger los diversos in- tereses sociales que ani- man el debate universita- tio LAS UNIVERSIDADES ARGENTINA Y LA INVESTIGACION En la tradici6n argentina, las universidades publicas ~en particular la UBA~asumieron desde la Reforma de 1918 el modelo normativo de la uni- versidad humboldtiana. De ahf que en el estatuto de la UBA (yy, en forma imitativa, de la mayor parte de las uni- versidades nacionales) se esta- blezca el principio de que todo docente debe ser investigador. Reciprocamente, todo inves- tigador debe ser docente. La consideracién de que las fun- ciones de docencia e investi- gacién deben coincidir, no so- lamente en la misma institu- cién, sino en las mismas per- sonas plantea algunos proble- mas innecesarios: instala un discurso escin- dido, ya que se trata como articulos si fuera cierto lo que en la realidad no lo es; genera presiones sobre los docentes que no investi- gan y tensiones entre uno y otro grupo (la presién sobre el sistema de incen- tivos es un ejemplo de ello); obstaculiza la correcta identificacién y gestién de los grupos universita- rios que investigan; postula una uniformidad que obstaculiza el recono- cimiento de una diversi- dad institucional para la cual pueda ser una rique- za y no un problema el que haya instituciones y grupos que sdlo hagan docencia o s6lo hagan in- vestigacién; dificulra la gestion de una politica cientifica nacio- nal por cuanto establece mediaciones y dificulta- . des burocraticas a la corientacién de los grupos, la articulacién de progra- mas complejos y la crea- cién de “masa critica” a nivel nacional, En larealidad, el ideal de “un. docente es un investigador” parece adquirir pleno sentido en ciertas disciplinas y carre- ras a las que se suele conside- rar propiamente como “cien- tificas” y, mas propiamente, en el contexto del posgrado. Nu- merosos informes internacio- rales sefialan la tendencia ha- cia la consolidacién de Ia in- Pawan vestigacién universitaria en el cuarto nivel, en tanto que el de la formacin de grado se ajustaria progresivamente aun modelo en el que predomina la docencia En el nivel de lo féctico, es posible comprobar que en la actualidad las universidades nacionales concentran en la Argentina més del sesenta por ciento de los investigadores del pais (Albornoz, Estébanez y otros, 2001). Esta tendencia es creciente, ya que el porcenta- je evolucioné de un 45% al 61% entre 1969 y 1998, pero contradice las tendencias mundiales hacia un fortaleci- miento relativo de las estruc- turas de la 1+D empresarial. En este sentido, la fortaleza rela- tiva de las universidades nacio- nales en materia de investiga- cién cientifica es la contraca- ra del escaso dinamismo tec- nologico del sector productivo argentino A pesar de concentrar el grueso de los investigadores del pais, la estructura de las uni- versidades nacionales no las presenta como el "hogat” de la ciencia. Sélo el 16% de los docentes universitarios tiene dedicacién exclusiva. El perso- nal que realiza actividades de investigacion cientifica en las universidades (un conjunto de més de 25.000 personas) repre- senta sélo el 22% del total de personal de las universidades nacionales. ‘A los datos cuantitativos hay que agregar la estructura frag- Mario Albornoz | Maria Elina Estébanez mentada en facultades, cétedras e institutos de la mayor parte de las universidades nacionales (las més tradicionales, en par- ticular), lo que obstaculiza el desarrollo de proyectos de cier- ta envergadura y la conforma- cién de “masas criticas” que presupongan vinculos interins- titucionales y trabajo en redes. Las nuevas condiciones es- tructurales atarien a los docen- tesinvestigadores universitarios en forma directa, en razén de los procesos locales, y en forma indirecta, debido aque la inter- nacionalizacién de la actividad cientifica es un fenémeno cre- ciente y acelerado. Estas per- cepciones, sumadas a la restric- cidn de los recursos (que fuerza de la peor manera la bésqueda de fondos alternativos) y las presiones sociales sobre la uni- versidad en su conjunto gene- ran ciertas tensiones a las que se debe prestar especial aten- cidn en el ejercicio de la inves- tigacién universitaria. Hay que hacer la salvedad, no obstante, de que solucionar estas tensio- nes es un problema dependien- te de varios contextos: entre otros, el de un pais que no ha resuelto el dilema de para qué quiere a sus cientificos, una eco- nomfa estancada que expulsa gente (en particular los que por su alto nivel educativo pueden encontrar fécilmente ocupa- cin en el extranjero), empre- sas poco innovadoras que no demandan conocimientos, un contexto institucional deterio- rado y un nivel de financia- miento insuficiente. Pese a todo, en los dltimos afios las universidades nacio- nales han realizado algunos avances en materia de investi- gacién. La mayor parte de ellas aumenté los recursos destina- dos a este fin en su propio pre- supuesto y desarrollé estructu- ras institucionales adecuadas para el estimulo de la investi- gacién y la transferencia de ‘conocimientos al medio: secre- tarfas de Ciencia y Tecnologia, vicerrectorados de Investiga- cién y Unidades de Vincula- cidn Tecnolégica, entre otras. En casi todas las universidades nacionales se ha producido la consolidacién de ciertos gru- pos de excelencia. La influen- cia de instrumentos como el Fomec, FoNcyt y FONTAR, asf como la préctica de la evalua- cin impulsada por la ConeAU no deberta dejar de ser consi- derada como un elemento po- Tm DoT sitivo, en tanto ellos expresan politicas publicas mas activas en el impulso a la investiga- cién y el mejoramiento de la calidad de las universidades. En resumen, ciertos procesos que tienen su centro en los paises industrializados afectan las funciones de las universi- dades argentinas (y en general, las latinoamericanas) en rela- cién con la produccién de co- nocimientos, la formacién de capacidades profesionales y la docencia de posgrado. Es ob- vio que tales procesos tienen un sentido distinto en socieda- des cuya estructura social y econémica difiere sustancial- mente de la de los pafses mas avanzados. Sin embargo, es ne- cesario tomar nota de las nue- vas tendencias en el desarro- Mo de un debate que crece en. la medida que las sociedades revisan los contratos sociales basicos, la asignacién de recur- sos y los perfiles productivos. 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