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Hoy día es frecuente escuchar como la innovación tecnológica cada vez gana
mayor territorio de apropiación y desempeño dentro de una institución educativa
preferiblemente con la introducción de las TIC. Incluso en los últimos años, se han
incrustado de tal forma en todos los sistemas sociales -sin tomar en cuenta al
sector educativo- que las relaciones sociales y costumbres de una comunidad se
están amañando

El presente ensayo es una síntesis de reflexión referente al texto publicado por

Jaime Yanes Guzmán ³Ê
 


 
    
 
  


´ donde se pretende que los lectores tengan otra mirada sobre los
nuevos procesos curriculares y las tendencias pedagógicas que se están llevando
a cabo a propósito de la incorporación en la educación de las nuevas Tecnologías
de la Comunicación y la Información (NTICs)

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  tecnologías de la información y la comunicación, conocimiento,

educación, globalización.


 

Today it is often heard as technological innovation is gaining more territory

ownership and performance within an educational institution, preferably with the
introduction of ICT. Even in recent years have been so embedded in all social
systems-without regard to education, social relations and customs of a community
are accustomed.
 *

This essay is a synthesis of reflection concerning the text published by Jaime

Yanes Guzmán "ICT and Education Crisis clues for understanding" which aims to
give readers a different perspective on the new curriculum processes and
pedagogical trends being carried out regarding the inclusion in the education of
new Technologies and Information Communication (NICT)

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  information technology and communication, knowledge, education,
globalization.



En las últimas tres décadas, la inclusión de las Tecnologías de la Información y la

Comunicación (TIC) en los ambientes escolares de casi todos los países ha sido
uno de los principales retos y/o temas que han sido implantados y desarrollados
con el objetivo de mejorar el nivel de enseñanza-aprendizaje en los estudiantes de
una comunidad, además de mejorar la educación y modernizar los sistemas
educativos en dicha región. Entre los mejores argumentos para la utilización de las
TIC en la educación podemos mencionar aquellos propuestos por Järvelä (2006):

M Aumentan el grado de autenticidad del aprendizaje y el interés del

alumnado.
M Construyen comunidades virtuales entre diferentes escuelas, grupos
colaborativos y docentes.
M Facilitan la indagación mediada por la tecnología y los modelos de
resolución de problemas, incrementando las habilidades de aprender a
aprender.
M Ayudan a compartir perspectivas entre estudiantes con diferentes
conocimientos proporcionando apoyo entre pares y dando apoyo a
experiencias pioneras en distintos campos.
M Proporcionan formas innovadoras (por ejemplo dispositivos móviles) de
integrar la ayuda ³justo a tiempo´ y la interacción en diferentes contextos de
aprendizaje.
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Con todos estos ³atributos´ los docentes esperarían que la tecnología les ayude a
mostrar a sus alumnos mejores ejemplos de los conceptos y principios que
enseñan, oportunidades casi ilimitadas y personalizadas para ejecutar un
procedimiento, aprender una técnica o corregir errores, y sobre todo, lograr un
ambiente de aprendizaje más entretenido. (Duffy y Cunningham, 2001)*. La
pregunta que emerge es ¿por qué a pesar de que se han elaborado programas
específicos para la introducción de las TIC en los salones de clase en casi todos
los países, aún sigue faltando algo -
  
  
- para que se
produzca la tan anhelada innovación en el aula que genere una mejora en los
procesos de aprendizaje? Si bien en Chile ya se han dado los primeros grandes
pasos para superar ese escollo, el panorama no se ve tan alentador.

Aunque nuestra civilización es la sociedad de las comunicaciones, las TIC a

menudo se usan para reforzar la creencia de que enseñar es explicar, aprender
es escuchar y el conocimiento es lo que contienen los libros de texto o, en este
caso, los programas educativos' (Cuban, 1993). ¿Será que las TIC no deben
preocuparse para nada por el sistema o metodología de enseñanza? Y el docente
¿qué papel juega en la incorporación de las nuevas tecnologías en el aula? O
dicho de otro modo ¿qué se debería cambiar en la política educativa y en el
quehacer pedagógico del educador para que tanto docentes como estudiantes se
puedan beneficiar de los servicios ofrecidos por las tecnologías y para que el
sistema escolar se organice de tal modo que responda a los desafíos educativos
del mundo actual?

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Si bien el gobierno, en su nueva política educativa4, propone libertad de
enseñanza con derechos, las críticas mencionan que el carácter mercantilista de
la educación ha generado la crisis actual no solo en Chile sino en la mayoría de
países de América Latina. Para el sector político, la libertad de enseñanza radica
en que cada padre de familia tiene la posibilidad de escoger el tipo de educación
que desea para sus hijos y, por tanto, son ellos quienes toman la decisión
referente a cual institución educativa les brinde esas oportunidades de desarrollo
personal y social de sus hijos, junto con el desarrollo de las competencias
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requeridas para el trabajo y su progreso económico familiar. Colombia no es ajena

a este fenómeno político-económico y ahora cultural, donde es común observar,
con un tinte más politiquero que pedagógico, como prevalecen los intereses de
personas particulares que ³crean´ centros educativos de la noche a la mañana sin
ningún tipo de control por parte del estado y en donde el término ³cobertura´
parece escudarlos en la maraña burocrática existente.

Ahora bien, la formación inicial de los docentes es esencial para la innovación y

mejoramiento de la calidad educativa dentro de un entorno social determinado;
con esta premisa, los educadores están en la necesidad de modificar su quehacer
pedagógico para aprender desaprendiendo, afrontando nuevos retos que ni
siquiera existían hace un par de años atrás. En un mundo tan cambiante, las
escuelas y centros educativos deben ser el motor y el nicho ecológico de los
protagonistas de la nueva sociedad; para ello, gobierno y educación deben
enfrascarse en un solo objetivo común: impulsar la transformación y la mejora de
la educación obligatoria. Lo que pasa es que al actual sistema de gobierno
neoliberal no le favorece o conviene una sociedad pensante creadora, crítica y
gestora de conocimiento. El desafío está puesto en hacer una profunda reflexión
sobre la viabilidad de que las TIC y las innovaciones tecnológicas se puedan
desarrollar en nuestra realidad sociocultural, que por cierto es muy similar al
contexto Chileno expuesto por Yanes en su texto5.

Hasta la fecha, la tecnología se ha considerado como un conjunto de sofisticados

instrumentos; medios que pueden ser utilizados para diferentes fines trazados
específicamente, y es de esta forma que toman un valor particular.6
Probablemente en cada aula de clase, se tenga el fácil acceso a un computador
con conexión a Internet, pero el uso está en cierta forma ³atado y planificado´ al
amaño del docente, perdiéndose su función de apoyo a la práctica educativa y
convirtiéndose simplemente en el parcelador de clase o el banco de registro de
calificaciones y asistencias.
Lamentablemente, el excesivo énfasis que se pone en los aspectos cognoscitivos
del aprendizaje va en contra del objetivo primordial de la educación integral, esto
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debido a que el desarrollo de la formación se apoya más en la teoría y no en la

práctica. El reto está en buscar las herramientas que permitan acceder a los
nuevos modelos pedagógicos, donde la tecnología juegue ese papel importante y
categórico que tanto pregonan los entes gubernamentales (Plan decenal de
educación 2006-2016), pues la oferta formativa de una institución debe estar
conectada a las necesidades sociales del mundo.

Para poder alcanzar el objetivo de formar nuevos profesionales que tengan la

capacidad de adaptarse a condiciones cambiantes, el docente, como profesional
de la enseñanza debe destacarse en su fundamentación humana, científica y
tecnológica, donde pueda articular la teoría con la práctica en competencias;
capaz de liderar proyectos educativos con tecnologías; realizar acciones
formativas, comprender y actuar ante la problemática educativa con tecnología en
el aula, las instituciones, comunidades y contextos regionales y nacionales en
perspectiva de formación humana y desarrollo social.

Nuestra formación tecnológica por mucho tiempo fue considerada por las
instituciones de educación como información secundaria, pues por encima de ella
estaba nuestra formación profesional, incluso la formación en otros ámbitos como
el político, social, e incluso el deportivo. Es una realidad que todo tipo de
formación depende en mayor o menor medida de la tecnología, pues somos
profesionales (en su mayoría con una especialización), nos enteramos de lo que
está pasando en el mundo deportivo (mundial Sudáfrica 2010 y Tour de Francia),
asistimos a eventos (reservas por internet con tarjeta inteligente), algunos nos
transportamos en la ciudad (empleando el sistema de transporte masivo MIO con
su tarjeta personalizada) y ejercemos política usando métodos tecnológicos
(elecciones presidenciales de colombianos en el extranjero en sus respectivas
embajadas).

Con todo este andamiaje rodeándonos diariamente, un docente, sin importar su

especialidad, debe estar en capacidad de diseñar propuestas formativas haciendo
uso adecuado de las tecnologías, de acuerdo con el contexto institucional, social y
cognitivo de sus estudiantes. En la misma medida, debe convertirse en un guía
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para que los estudiantes utilicen las bases informativas del conocimiento,
motivando un proceso de aprendizaje activo y auto dirigido. Es necesario que cada
día el conocimiento se innove y enriquezca constantementeß debido al caudal de
información que la sociedad del conocimiento nos brinda.

Difícilmente, hoy se pone en duda la importancia que la innovación tecnológica

está alcanzando en el mundo escolar. Por ello, uno de los principales desafíos a
los cuales se enfrenta un docente en la actualidad, seguramente está relacionado
con buscar la mejor forma con la cual le pueda llegar a sus estudiantes; este reto
adquiere mayor relevancia en áreas del conocimiento científico, específicamente
con los seres vivos y con la materia (ciencias como la biología, química y física),
todo ello debido a su elevado contenido práctico.

Las expectativas creadas en torno al boom de las nuevas tecnologías educativas y

el incremento exponencial del conocimiento hoy en día hacen que lo que
aprendamos en la formación inicial tenga una fecha de caducidad.8 Por tanto, la
capacitación y renovación del personal y de su infraestructura se convierta en su
caballito de batalla.

Un ejemplo latente se observa aquí en Colombia cuando algunos sistemas

educativos, en su afán comercial de presentarse en sociedad como instituciones
innovadoras a fin de atrapar estudiantes-clientes, malversan los rubros destinados
en algunos casos por la nación o entidades especificas para programas de salud o
enseñanza del inglés por ejemplo, para adquirir máquinas que en ocasiones no
reúnen las condiciones necesarias para sacarles partido y terminan desechándose
por obsoletas sin haberse utilizado.

Ya mencionaba Sanmartí que el más importante de los problemas que se puede

plantear en la parte didáctica es la separación entre el conocimiento que se
genera a través de dicha investigación y lo que se aplica en el aula . Por ello en
muchas ocasiones, las ³visitas semanales´ a la clase de informática no despiertan
el interés por parte del estudiantado que, en muchas ocasiones, es sometido a
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una clase magistral de programación o a una actividad meramente instruccional de

una materia especifica como la matemática o la química.

En uno de sus primeros libros, Javier Bustamante expresó claramente la

preocupación que sintió por los efectos perniciosos y deshumanizadores que la
informática pudiera traer a la sociedad. Al respecto, pienso que se refería a la
pérdida de identidad investigadora y curiosidad del niño en sus primeras etapas de
vida para convertirse en un ser pasivo y facilista gracias al extenso universo de la
información que suministra la web.

Una frase que puede enmarcar el nuevo mundo de la educación y la formación

profesional es que antiguamente, uno se formaba para toda la vida; hoy en día nos
pasamos la vida formándonos. En ese sentido, puede entenderse como una
dependencia inalterable del hombre por adquirir cada día más conocimiento y por
tanto, estar subyugado a la tecnología. La notable presencia de las TIC en las
aulas, con profesores comprometidos por la innovación y su uso, despierta el
interés de los estudiantes para que de una manera, demanden su utilización y
provoquen al resto del profesorado para que paulatinamente, las comiencen a
incorporar, asi sea a partir de una presentación de Power Point o de la proyección
de un vídeo bajado de Youtube.

El mayor obstáculo para que las TIC se conviertan en una fuente de innovación
educativa se encuentra en la dificultad para romper o transformar los paradigmas
establecidos en el contexto escolar* (Tyack y Tobin, 1994). La mayoría de los
centros de enseñanza de los países tecnológicamente desarrollados tienen
acceso a salas de cómputo con conexiones a sitios web. En los países en vía de
desarrollo, son evidentes las carencias en la dotación y en el mantenimiento de las
infraestructuras digitales, creando así una brecha digital cultural.

Lo que no ha cambiado es la falta de voluntad de los sistemas educativos

(inclúyase administración, supervisores, profesores, asesores, estudiantes y la
misma sociedad) para dar respuestas a las necesidades educativas emergentes
en un mundo cada vez más saturado de tecnologías digitales y de información.
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De igual modo, las limitaciones de algunos docentes sobre estas temáticas

pueden ocasionar un clima perturbador y un sentimiento de incompetencia frente a
sus pares académicos.

El modelo tecnológico como una sugerencia al modelo tradicional plantea que el

papel del alumno consiste en desarrollar una serie de respuestas del aprendizaje
siguiendo unas pautas determinadas por el docente; con ello el fin de la
enseñanza es lograr un cambio de conducta, preestablecido en el estudiante.
(Porlan ) Por ello, la tecnología al considerarse solo como una herramienta, no
podría solucionar una mala filosofía educativa o una mala práctica; si estamos
equivocados o vamos en otra dirección, la tecnología lo único que hace es que
lleguemos en forma rápida, nada más.






El dinero demanda y exige una mejor calidad de educación, pero la distribución de

los recursos por parte del estado no son equitativos. Ahora la incursión de la
tecnología en la educación se establecido como la panacea que permitirá resolver
todas las temáticas y resolver el problema de la educación. Además, la calidad del
programa está por verse pero es indispensable que se involucre en la educación
por lo que la sociedad te lo exigen; no son la solución pero se hace necesaria su
inclusión para generar la tan llamada revolución educativa.

La solución puede enfocarse en las concepciones sociales , la cultura y en el uso

optimo de las nuevas tecnologías. Habría que diseñar entonces actividades
aptitudes de cambio que puedan ser institucionales de aula, de área, promotores o
asesores de métodos y actividades. La idea es involucrar a todos en las
actividades a diseñar. Es decir que el docente puede desarrollar las habilidades y
competencias en el uso de las TIC para que en su labor cotidiana pueda tener la
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capacidad de resolver los problemas a los cuales se vaya a enfrentar sin temor a
equivocarse o ser señalado como un retrogrado en su metodología.

Debe existir una investigación docente que analice cualquier cambio pedagógico,
no solo en las TIC. Todo debe partir de un conocimiento investigativo y no de un
parecer«debe ser objetivo y no subjetivo. La pedagogía, vista como la ciencia
propia de los maestros que se dedica al estudio de las teorías y/o conceptos que
permiten entender y solucionar los problemas de la enseñanza, ha permitido la
implantación de nuevos modelos educativos; algunos de ellos resultan ser
innovadores en su momento histórico, pero sus resultados no son los esperados
una vez que se aplican dentro de un conjunto especifico de estudiantes, debido a
una serie de errores, que son consecuencia de una gestión educativa tradicional.

La educación entonces, está en la posibilidad de reconocer sus falencias, pues

como docentes debemos reconocer que nos hemos equivocado; durante años
hemos utilizado como herramienta de trabajo un conjunto de técnicas que
pertenecen a una metodología pasiva (clase magistral, soportada en muchas
ocasiones por un texto de referencia que no se actualiza, un video, una guía que
no ha sido revisada y/o modificada entre otros), pero la invitación es no continuar
de esa forma.

Nuestro quehacer pedagógico y laboral debe estar enfocado en procesos

integradores, donde cada maestro desde su profesionalidad reconozca la
presencia de otros campos de acción. Esto significa que no debemos estigmatizar
y reducir otras áreas del conocimiento; lamentablemente el diseño curricular se ha
destacado por el bajo grado de participación de los docentes, estudiantes y la
comunidad educativa, con lo cual se produce una fragmentación de los saberes.

Los recursos didácticos que prepare el docente permitirán establecer claramente

los objetivos específicos y la tarea que el alumno debe desempeñar en la ³nueva
clase´. De este modo, se apoyaran y se distribuirán las tareas para que puedan
ser desarrolladas con éxito. Con ello se puede asegurar el desarrollo de
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competencias básicas que le permitan obtener mayores posibilidades y

oportunidades en su entorno.

Las tecnologías de la información y la comunicación forman parte de una cultura

tecnológica. Ahora una persona puede repartir el tiempo de su vida interactuando
en tres espacios: el mundo físico o presencial donde desarrolla sus aptitudes y
expresa su modo de ser; el mundo de la imaginación, que es más personal donde
desarrolla su carácter, y el mundo ciberespacial o virtual, donde ³absorbe´ la
información que le brindan.

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