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Dr. George Knight

Esta presentación fue hecha durante el espacio Ventanas a la Misión de las reuniones de
negocios en la sesión del Congreso Mundial de la Asociación General en Toronto del año 2000.
Aunque ya apareció en el Boletín 5 de la sesión del congreso de la Adventist Review (Revista
Adventista en inglés), y en una forma abreviada en Ministry (Ministerio, en inglés), la revista de
la iglesia para los pastores, creemos que sus sugerencias creativas y provocativas merecen
una mayor circulación.

El Adventismo del Séptimo Día al filo del siglo veintiuno está en un lugar que nunca esperó
estar ± en la tierra.

Más allá de eso, se ha expandido más allá de los sueños más descabellados de sus
fundadores; y continúa expandiéndose. Cuando yo me uní a la iglesia en 1961, había algo más
de 1 millón de adventistas alrededor del mundo. Esa cifra se expandió a más de 2 millones in
1970, 3.5 millones en 1980, cerca de 7 millones en 1990, y alrededor de 11 millones en el
2000.

A la tasa de crecimiento actual, podemos esperar 20 millones de adventistas en el 2013 y 40


millones entre 2025 y 2030, si el tiempo durara. ¡Qué cambio desde 1848, cuando sólo había
alrededor de 100 creyentes! Para ellos la visión de Elena G. de White sobre las publicaciones,
de que el adventismo algún día sería como rayos de luz extendiéndose alrededor de la tierra,
les debe haber parecido un disparate alocado. Si uno de ellos hubiese predicho 11 millones de
adventistas, los otros, como la Sara de antaño, probablemente se hubieran reído a carcajadas.

Hay una sensación de que lo imposible ha sucedido. Aquellos primeros


creyentes eran pocos, pobres, y débiles. Por otro lado la iglesia hoy
son muchos, con la más amplia presencia mundial en la historia del
protestantismo, con millones de dólares en adquisiciones y recursos.

Sin embargo el crecimiento ha traído sus propias complicaciones y


desafíos. Las cosas eran simples en los primeros días de la Iglesia
Adventista. Todos hablaban el mismo idioma, todos pertenecían a la
misma raza, todos vivían en una parte relativamente restringida del
noreste de los Estados Unidos, y todos habían sido criados en una
cultura que les proveía con un sistema de valores y expectaciones
compartido.

En el año 2000 el adventismo está lejos de ser simple. Nos saludamos


desde más de 200 naciones, utilizamos más de 700 idiomas, y variamos
grandemente en nuestras expectaciones y trasfondos culturales.

El adventismo hoy tiene finanzas sin paralelo y reservas de obreros


capacitados, sin embargo enfrenta desafíos sin precedentes al moverse
hacia adelante con su misión. Afortunadamente, nuestro Dios es Dios
de lo imposible. Para mejor o para peor, Él ha escogido usar mas bien
instrumentos humanos para terminar Su tarea.

Si yo fuese el diablo (que es uno de mis juegos favoritos), reuniría


todas mis energías contra el elemento humano en los planes de Dios en
tanto su iglesia intenta moverse del presente al futuro. De hecho, si
yo fuese el diablo, planificaría mi estrategia muy cuidadosamente.
Tendría un plan muy bien pensado para frustrar a la iglesia en su
misión. La primera cosa en mi agenda sería la generación de
adventistas que está próxima a aparecer.

Objetivo: Jóvenes

Si yo fuese el diablo, pondría mis mejores energías para lograr que


la iglesia rechace las ideas y planes de la generación que viene. Y
eso no sería muy difícil, ya que en la mayoría de áreas no se visten
como sus integrantes más viejos, no cantan como ellos, o ni siquiera
piensan como ellos.

Cuando me toque gente mayor que le ponga mala cara a las guitarras,
al mismo tiempo les ayudaré a que se olviden que los primeros
adventistas ni siquiera permitían órganos en sus iglesias. Cuando
haga un disparo a sus así llamados dramas, ayudaré a sus mayores para
que se olviden que Jesús usó historias ficticias como la del Rico y
Lázaro, y que Elena G. de White usó el término drama para referirse a
lo que nosotros conocemos como telenovelas [o teleseries]. Incitaría
a los miembros de más edad para que piensen que los dramas son un gran mal en vez de una
parábola actuada. También
ayudaría a la Iglesia Adventista a que se olvide que su propio
movimiento fue iniciado en su mayoría por gente joven cuyas ideas
eran innovadoras y creativas.

El diablo no es tonto. Él sabe que si puede desanimar a lo mejor de


nuestros jóvenes para que se hagan cargo de la iglesia, ésta estará
muerta o agonizante. Para alcanzar a la nueva generación, nosotros
debemos aprender a comunicarnos en el lenguaje de su tiempo, tal como
Jesús usó el lenguaje y modismos de Su tiempo y Jaime White lo hizo
en el suyo. Si la iglesia insiste en usar modismos del siglo
diecinueve para alcanzar a jóvenes en el siglo veintiuno,
eventualmente terminará como los Amish (cuákeros) que han mantenido
sus formas y tradiciones pero han perdido su misión para con el
mundo.
La iglesia necesita reconocer que las generaciones venideras ni
siquiera piensan como los que nacimos alrededor de 1940 y antes. La
lealtad a las marcas desapareció. El mundo post-Watergate, post-
Vietnam, post-moderno tiende también a ser post-denominacional. La
iglesia ya no puede esperar lealtad sin pensar o producida por
sentimientos de culpa sólo porque los jóvenes hayan nacido
adventistas o porque ellos piensan que el adventismo tiene la verdad.
Al contrario, la iglesia necesita demostrar que es verdad lo que
proclama ser y que está utilizando sus fondos y recursos fielmente.
La juventud de hoy hace muy poco asco respecto a usar sus recursos y
talentos fuera del adventismo organizado.

Este no es un problema pequeño. Los jóvenes de la iglesia son su más


grande posesión, y los jóvenes de afuera de la iglesia son su campo
misionero presente y futuro. Los jóvenes son la más grande
oportunidad del adventismo y su más serio desafío. La iglesia debe
formular planes para alcanzar sus mentes y lograr su apoyo. Ellos
serán la iglesia del futuro.

Objetivo: Visión

Si yo fuese el diablo, haría que la iglesia piense en pequeño. Esta


táctica está cercanamente relacionada a la que tienen los jóvenes
frustrados. Yo conozco adventistas que pueden dar 110 razones del por
qué casi cualquier cosa que se les sugiere no se puede hacer. Y
normalmente apoyan sus razones con versículos bíblicos y citas de
Elena G. de White tomadas fuera de contexto.

Tales apóstoles del negativismo aparentemente nunca han leído


Testimonies for the church (Testimonios para la Iglesia), volumen 6,
página 476. Elena G. de White escribió: "Nuevos métodos y nuevos
planes saldrán de nuevas circunstancias. Nuevos pensamientos vendrán
con los nuevos obreros que se darán a si mismos para la obra....
Ellos recibirán planes ideados por el Señor mismo." Nuevos obreros
son a menudo obreros jóvenes.

Pensar en pequeño en el Adventismo significa que la Iglesia X


bautizará 50 en el 2001, más bien que su blanco proyectado de 25;
significa alcanzar la marca de los 20 millones para el 2007 en vez de
lo que estaba proyectado para el 2013. Con pensar en pequeño la
iglesia estará en el planeta por un largo tiempo.

Pienso en mi amigo Arnold Trujillo que está en Hawaii. El ahora tiene


29 iglesias y grupos con 5.500 miembros, pero ha declarado
públicamente que su meta es tener 10.000 iglesia-hogares de 12
miembros cada una para el 2005 y actualmente está trazando las bases
para esa expansión.

¿Eso es visión o ilusión? Ambas podrían estar muy cerca.

Nunca se olvide que Jesús mandó a los 11 discípulos que llevaran el


evangelio a "todo el mundo" (Marcos 16:15), y nunca se olvide la
tarea imposible que enfrentaron nuestros propios antepasados en el
adventismo. Necesitamos pensar en la magnitud de la lluvia tardía y
la fe. ¿Cómo podemos pensar en grande y utilizar mejor nuestros
fondos y recursos para hacer nuestros sueños realidad?

Objetivo: Conformismo

Si yo fuese el diablo incitaría a la gente a creer que sólo hay una


manera de hacer algo y que todos tienen que hacerlo de esa única
manera.

Tomemos por ejemplo a la adoración (el culto). Hace unos pocos años
en la División Norteamericana tuvimos algo de tensión en cuanto a lo
que se llamó culto "celebration." No sé mucho acerca de la
adoración "celebration", pero sé que en un servicio de culto
adventista promedio me puedo quedar dormido durante la invocación,
despertarme en la última oración y decirles exactamente que pasó.

La iglesia tiene que darse cuenta, como lo escribe Elena G. de White,


que "no todas las mentes deben ser alcanzadas por los mismos métodos"
(Testimonies, Vol. 6, p. 116). Estilos de adoración, por ejemplo,
están relacionados con la clase socioeconómica de una persona. Lo que
talvez alcance a algunas comunidades de clase media-alta quizás no
alcance a Pentecostales o Anglicanos u Ortodoxos o Islámicos. No
estoy diciendo que nos hagamos Pentecostales o Islámicos, pero que
debiéramos tener modos de alcanzarlos que les sean atractivos. El
adventismo no necesita una o dos maneras de adorar, sino 50. Otra
manera de decirlo es que si todos en la iglesia se parecen a mí,
entonces no estamos llegando muy lejos.

He hablado acerca de la adoración, pero lo mismo puede ser dicho


acerca del evangelismo. Nuestro Dios ha creado variedad en todos
lados. Nosotros debemos movernos más allá de la cosecha de uno en uno
en una comunidad dada y alcanzar a todos los hijos de Dios. Si vamos
a alcanzar a aquellos que menos se parecen a nosotros, debemos
conscientemente desarrollar métodos y procedimientos que sean más
bien distintos a los tradicionales.

Objetivo: Innovación

Si yo fuese el diablo minimizaría la importancia de las nuevas


tecnologías en la terminación de la obra de la iglesia. Las nuevas
tecnologías tienen tremendo poder tanto para bien como para mal. Muy
a menudo le hemos dejado el campo al diablo.

H.M.S Richards una vez me dijo que él tuvo que luchar con los
hermanos a cada paso. La radio en 1930 era demasiado nueva, demasiado
radical, demasiado inovadora, demasiado no probada, "un desperdicio
del dinero del Señor."

Hoy en día estamos en la frontera de las tecnologías para esparcir


los mensajes de los tres ángeles que Richards ni siquiera soñó. Hoy
como nunca antes necesitamos una generación con el espíritu de H.M.S
Richards pero con las imaginaciones del siglo veintiuno.

Antes de dejar el tema de la tecnología, necesito decir que yo pensé


que la idea de NET (programa norteamericano vía satélite) era loca.
¿Quién iría a una iglesia para ver a un predicador en una pantalla?
Estoy contento de que estaba equivocado. El programa NET ha puesto a
los adventistas en la misma frontera de algunos tipos de
comunicación mundial.

¿Qué otras ideas están allá afuera para ser descubiertas? ¿Y cómo
podemos utilizarlas mejor?

Objetivo: Participación

Si yo fuese el diablo, haría de los pastores y administradores el


centro de la obra de la iglesia. Debe haber sido el diablo el que nos
dio la idea de que el pastor debería hacer toda la predicación, dar
todos los estudios bíblicos, ser el básico ganador de almas de la
iglesia, y tomar y llevar a cabo todas las decisiones administrativas
de la iglesia.

Necesitamos movernos más allá de ver a las iglesias como centros de


entretención para los santos. Necesitamos poner más sacerdotes en el
sacerdocio de los creyentes. Si esperamos que los pastores terminen
la obra, el adventismo estará en la tierra por un poco más que la
eternidad. El desafío es crear una generación de pastores y
administradores adventistas que sean preparadores, que tengan la
habilidad de ayudar a la gente a usar sus talentos en la obra de
alcanzar al mundo. Los pastores necesitan llegar a ser capacitadores.
No mamás gallinas cubriendo a sus polluelos.

Se dice que Al McClure dijo en una convención de plantación de


iglesias que cualquier iglesia que no se divide en dos o planta otra
iglesia en tres años debería perder a su pastor. Y si el pastor
McClure no dijo eso, debería haberlo dicho. El adventismo necesita
tomar pasos definidos para remoldear el rol del pastor en el de un
capacitador.

Objetivo: Congregaciones Locales

Si yo fuese el diablo, socavaría la importancia de la congregación


local. Una de las grandes necesidades del adventismo es la creación y
mantenimiento de congregaciones locales vibrantes. Una congregación
saludable no es un grupo de individuos independientes, sino una
unidad de creyentes alcanzando a la comunidad que está a su
alrededor.

La tarea de la iglesia mundial en la organización de la Asociación


General es la de coordinar fondos y personal para enviar el mensaje
de Cristo a los rincones más lejanos de la tierra. De ese modo el
congregacionalismo como forma de organización no es suficiente en si
mismo. Por otro lado, la denominación como un todo será solo tan
saludable como lo sean sus congregaciones locales. ¿Qué puede
hacerse para crear salud en nuestras congregaciones locales?

Objetivo: Administración

Si yo fuese el diablo, crearía más niveles administrativos y


generaría más administradores. De hecho, si fuese el diablo, pondría
a tantos empleados exitosos como pudiera tan lejos del escenario de
acción como fuese posible. Los pondría detrás de escritorios, los
taparía de papeles, y los inundaría con comités. Y si eso no fuese
suficiente, los cambiaría a los así llamados niveles más y más altos
hasta que tuviesen poquísimo contacto directo y constante con la
gente que hace andar la iglesia. No me malentiendan. Creo en la
organización eclesiástica. Pero también creo en el alimento, y se que
demasiado de algo bueno tiene resultados menos que saludables.

Muchos adventistas creen que el adventismo necesita recortar el


número de sus niveles administrativos y sus bienes raíces
administrativos para así poner más dinero y energía en pelear la
batalla en las líneas del frente. Muchos adventistas están cansados
de pagar la cuenta masiva de un sistema de niveles múltiples.

En el Concilio Anual en Brasil del año 1999 yo mencioné que no hay


iglesia en el mundo con tantos niveles administrativos que mantener
como el adventismo. Cuando ese artículo

fue publicado en la Adventist Review, el editor quería


insertar "excepto el Catolicismo Romano." Yo respondí diciéndoles que
añadan "incluyendo el Catolicismo Romano." El sistema Católico Romano
tiene dos niveles sobre la congregación local, mientras que el
adventismo tiene cuatro. Nuestro sistema actual fue desarrollado en
la era del carro de caballos, cuando ni siquiera había aparecido el
teléfono. El desafío para la iglesia en el siglo veintiuno será
reorganizarse para la misión a lo largo de líneas que tomen en cuenta
los transportes y comunicación modernos.

Más y más adventistas se están dando cuenta de que hay otras maneras
de estructurar la iglesia en el mundo posmoderno que liberarían tanto
dinero y obreros para terminar la obra del Señor en la tierra.
Demasiado dinero, dicen muchos, está siendo usado para mover la
maquinaria, como si la maquinaria fuese un fin en si mismo. Muchas de
las oportunidades potenciales del futuro tienen que ver con una
reestructuración exitosa de una manera que libere recursos. Está
tarea podría ser uno de los mayores desafíos que enfrentamos al
comienzo del siglo veintiuno.

Objetivo: Espiritualidad

Si yo fuese el diablo, haría que los adventistas le tengan miedo al


Espíritu Santo. Demasiados de nosotros temen al pentecostalismo
cuando pensamos en el tema del Espíritu Santo. Por otro lado,
necesitamos recordar la enseñanza bíblica acerca de la necesidad del
Espíritu en el trabajo cristiano. Elena G. de White enseñó que la
recepción del Espíritu Santo trae todas las otras bendiciones consigo.

Hace algunos años hice una observación en una presentación en la


Asociación General de que los adventistas no creen realmente en las
27 creencias fundamentales. Especialmente la que es acerca de los
dones espirituales. Creemos en el don espiritual más bien que en los
dones , y la mayoría de nosotros restringimos ese don a una persona
que ha estado muy segura en su tumba desde hace 85 años.
¿Que pasaría si de pronto hoy en el pupito yo recibiese un verdadero
don de lenguas? Posiblemente me sacarían de la plataforma. ¿Que si
recibiese un verdadero don de profecía? Casi seguro que se reuniría
un masivo comité para estudiar la situación durante los próximos
diez años. Ahora, tengo que admitir que el solo hablar acerca de esas
cosas me pone nervioso porque el Espíritu es imposible de controlar.

Por otro lado, tenemos la promesa en Joel 2 del derramamiento


espiritual en los últimos días, un derramamiento espiritual que
probablemente dividirá a la iglesia por la mitad. ¿Cuanto realmente
pensamos acerca del Espíritu Santo y el derramamiento de la lluvia
tardía? ¿Estamos tan enfocados en blancos y estructuras y esfuerzos
humanos que hemos olvidado el poder esencial detrás de cada uno de
ellos?. ¿Que pasos pueden ser tomados para permitirle al Espíritu el
lugar que le corresponde dentro del adventismo? ¿O esperamos
completar nuestra obra sin su fastidiosa presencia?

Objetivo: Estadísticas

Si yo fuese el diablo, alentaría a la denominación a continuar


jugando el juego de los números. Lo peor que alguna vez les paso a
los adventistas fue aprender a contar. Contamos números, iglesias,
instituciones, dinero, y todo lo demás. En tanto los números pueden
tener su lugar que les corresponde, tienen muy poco que hacer con la
realidad de una obra terminada.

Un resultado del juego de los números es que tendemos a poner nuestro


dinero donde podemos obtener la mayor cantidad de bautismos por la
mínima cantidad de dinero, donde podamos obtener el máximo de
resultados. Eso ha significado que no hemos puesto la clase de
esfuerzo que se necesita en aquellas partes del mundo que son más
difíciles de alcanzar.

En la División Norteamericana el grupo más difícil de evangelizar son


los caucásicos. Algunos años atrás escribí al presidente de la
división de que si no empezábamos a poner más esfuerzo hacia
evangelizar creativamente ese grupo satisfecho de sí mismo, en 50
años el mayor grupo no alcanzado en el mundo serían los
norteamericanos blancos.

El problema de los números toma diferentes configuraciones en las


distintas partes del mundo, pero necesitamos enfrentarlo
consistentemente en nuestra planificación si esperamos alguna vez
alcanzar a todos los hijos de Dios.
Objetivo: Profecía

Si fuese el diablo, yo haría que los adventistas del séptimo día


olvidaran, o por lo menos minimizaran, su herencia apocalíptica.

El adventismo nunca se ha visto a si mismo sólo como otra


denominación, sino más bien como un movimiento profético, con sus
raíces en Apocalipsis 10-14. Es esa creencia en el adventismo como
pueblo especial llamado a salir con un mensaje urgente lo que ha
empujado a la iglesia a los confines de la tierra. Cuando esa visión
desaparezca, el adventismo llegará a ser solo otra denominación
desdentada que tiende a ser un poco mas peculiar en alguna de sus
creencias que otras.

Nuestro enfoque en lo apocalíptico en la planificación futura


determinará si el adventismo continuará siendo un movimiento o se
transmutará en un monumento del movimiento y eventualmente en un
museo acerca del movimiento.

Mientras estamos en el tema de lo apocalíptico, es importante que


hablemos a la gente de nuestra época. No hace que la gente se excite
respecto de la cercanía del advenimiento el decirles que hubo un gran
terremoto en Lisboa en 1755 y que las estrellas cayeron en 1833.

No tengo ningún problema con esos eventos y su historicidad y su


poder sobre la gente en el siglo diecinueve. Pero necesitamos ayudar
a la gente a que vea los eventos apocalípticos que están sucediendo
en el marco de nuestros días.

Objetivo: Equilibrio

Si yo fuese el diablo, haría que los adventistas sostengan que todas


sus creencias son de igual importancia. Por el contrario, el hecho
simple es que el tener una relación salvadora con Jesús está en el
centro mismo del cristianismo. Esa relación no está al mismo nivel
que el comer unas chuletas de cerdo.

He conocido guardadores del sábado que son más malos que el diablo.
He conocido vegetarianos que son más malos que el diablo. La iglesia
necesita pensar en sus creencias en términos de qué es primario y qué
es secundario, o de qué es central y qué está en el borde.

La imagen bíblica es clara de que todo el cristianismo genuino fluye


de una relación salvadora con Jesucristo. Es muy fácil ser adventista
sin ser cristiano. En la totalidad del programa misionero del
adventismo la centralidad de Cristo tiene que ser clara como el
cristal.

Objetivo: Unidad

Si yo fuese el diablo, haría que los adventistas se peleen entre


ellos. Cualquier tema antiguo serviría ± estilos de adoración,
teología, normas del vestir. Después de todo, si los adventistas
estuviesen ocupados disparándose todas sus balas entre ellos, no les
quedarían muchas para mí.

El diablo ha sido bastante exitoso en esta estrategia. ¿Que puede


hacerse para ayudarnos a encontrar y derrotar al enemigo real?

Yo haría que tantos adventistas como fuese posible piensen tribal,


nacionalista, y racialmente. Haría de la iglesia una gran pugna por
el poder, sin hacer caso de la misión y la eficiencia. Habiendo hecha
esa declaración, me apresuro en agregar que hay injusticias que
necesitan ser rectificadas y situaciones complejas que nunca podrán
ser completamente enderezadas.

Mi súplica es que aun en las situaciones mas difíciles e injustas


necesitamos comportarnos como hermanos y hermanas nacidos de nuevo,
capaces de discutir estas cosas sin perder de vista la misión de la
iglesia, lo que hace que cada asunto sea significativo en primer
lugar.

El adventismo necesita desarrollar mecanismos para enriquecer e


iluminar su multiculturalismo y su internacionalismo.

Objetivo: Estilo de Vida

Y finalmente, si yo fuese el diablo, haría que los adventistas se


vean seres miserables el Sábado.

Permítame preguntar: ¿Cuando se regocijan los adventistas? ¿El


viernes al atardecer o el Sábado al atardecer? Muchos de nosotros
actuamos como si el Sábado fuese el castigo por ser adventista, en
vez de una señal de nuestra salvación y la bendición más grande de la
semana.

Esta actitud desafortunada sucede en muchas de nuestras iglesias. He


ido a iglesias adventistas en donde nadie me ha saludado. No
queriendo hacerlos sentir incómodos, no dije nada tampoco. La única
cosa que no sabían era que yo era el orador ese día. Y después a la
mitad del sermón les pregunté, "si usted no fuese un miembro de la
iglesia adventista y viniese a esta iglesia, ¿regresaría alguna vez?"

Entonces les dije que si yo fuese ese no adventista, nunca


regresaría.

Se necesita más que una doctrina correcta para llenar una iglesia. No
solo necesitamos verdades doctrinales, sino la verdad como esta en
Jesús.

Declarando Lealtad

Estoy cansado de jugar al diablo. ¿Donde entra Dios en todo esto?

Si fuese Dios, alentaría a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a


que empiece a pensar, planificar, y actuar en una manera que derrote
el plan de juego del diablo. Alentaría al adventismo a multiplicar el
poder de sus bendiciones, tratando sus desafíos en una manera
abierta, honesta y cristiana, y a que pongan todas sus energías en
maximizar sus oportunidades misiológicas. El éxito no vendrá por
accidente. Será el producto de pensamiento, planificación, y acción
deliberada.

Para cerrar, agradezco a la administración de la Asociación General


por el llamado a pensar y discutir significativamente. La tarea de
hoy es para cada uno de nosotros: identificar las mayores
oportunidades para la iglesia y los mayores desafíos que enfrentamos
en tanto miramos la misión terminada en el siglo veintiuno.

_________

George Knight es profesor de historia de la iglesia en el Seminario


Teológico Adventista del Séptimo Día en Andrews University, Berrien
Springs, Michigan, Estados Unidos.

Tema central traducido por Daniel Saez V., alumno de Teología en la


Universidad Adventista de Chile

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NOTA DEL MODERADOR:


Este tema fue publicado en la Adventis Review (Revista Adventista en
inglés) en su ejemplar de Enero del 2001. Es factible encontrarlo en
http://adventistreview.com

Debido a la característica del Dr. George Knight de decir las cosas


derechamente, lo que puede traer incomprensiones al lector
desprevenido, es que optamos por traducir además cuatro `reacciones'
que fueron originalmente publicadas insertas en el artículo central.
Estas `reacciones' las encontrará al final de este trabajo.

REACCIONES

Rudy Torres , pastor de la Iglesia Adventista del Septimo día de


Garden Grove, California

La conversación franca, introspectiva, y valiente de George Knight es


un soplo de aire fresco. Sin recortar palabras o zambullir temas, el
describe hábilmente lo que el diablo ya está haciendo para obstruir
la obra de Dios. Como pastor he visto congregaciones dividirse sobre
temas de adoración, teología, normas de vestimenta, ministerios
jóvenes, poder y diversidad cultural. Así que me encuentro
concordando entusiastamente con Knight y concluyendo que cuando nos
enemistamos entre nosotros, pensamos en pequeño, y rechazamos las
ideas y planes de la siguiente generación, etc. estamos en verdad
participando de la obra del diablo.

Sólo mediante la providencia de Dios es que hemos crecido desde unos


100 creyentes en 1848 a casi 11 millones de miembros hoy en día. "Sin
embargo" dice Knight, "el crecimiento nos ha traído sus propias
complicaciones y desafíos" creados por nuestra cultural diversidad
como Adventistas viviendo en más de 200 naciones y hablando más de
700 idiomas. El señala que si nos unimos en la misión, nuestra
diversidad puede empujarnos a un crecimiento sin precedente. Pero si
permitimos que el diablo explote nuestra diversidad y nos divida en
facciones luchando entre sí, nuestra misión será impedida.

Knight nos desafía a "empezar a pensar, planificar y actuar de una


forma tal que derrotemos el plan de juego del diablo". Estoy de
acuerdo y ofrezco una perspectiva pastoral.

En primer lugar, en tanto esta planificación debiera ir en cada nivel


del Adventismo, es en la congregación local que esta batalla debe
pelearse y ganarse. Las congregaciones necesitan apoyo y ayuda de
cada nivel de nuestra iglesia, pero esa ayuda debiera enfocarse en la
congregación local.

Segundo, si vamos a desarrollar planes bajo el Espíritu Santo,


necesitamos distinguir claramente entre nuestros problemas y nuestros
síntomas. Desarrollar nuevos modos de adoración y evangelismo y
descentralización del poder en la iglesia, etc. no nos ayudará a
resolver nuestros problemas. La lucha interna no es nuestro problema.
Es un síntoma del problema.

Nuestro problema es que el Espíritu Santo no está trabajando


optimamente en nosotros como miembros individuales y congregaciones.
Demasiados de nosotros estamos tan llenos del ego y no llenos del
Espíritu Santo. Demasiadas de nuestras congregaciones están dirigidas
por personas , no dirigidas por el Espíritu Santo. El problema que
nos limita es un problema espiritual, no uno de índole administrativa
o sociológica.

Nuestra tarea es buscar el poder de Dios en nuestras vidas. "Si se


humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y
buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces
yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra"
(2 Cron. 7:14)

Cuando nuestras congregaciones estén llenas del Espíritu, ellas


explotarán cualitativamente y cuantitativamente, y el Espíritu Santo
nos guiará en crear e implementar estrategias para que funcione
nuestra expandente obra misionera. Como Adventistas continuaremos
siendo dinámicos, relevantes y continuamente sorprendidos.

_______________________________

REACCION

Cynthia J.Prime vive en Indianápolis, Indiana, y es Vicepresidente de


relaciones públicas y comercialización de Parfums Llewely. Ella
tambien es una oradora motivacional y presidente de la junta de Women
in renewal (Mujeres en renovación) en Berrien Springs, Michigan.

Si el humo está envolviendo un edificio y las llamas danzan en las


ventanas, usted no puede murmurar frases precisamente formuladas en
tonos bien modulados. Usted grita "fuego!" . Sin gracia, sin encanto,
solo una ronca urgencia .
Este es un mundo distinto del cual la mayoría creció, y en el que la
única constante es el electrificante paso del cambio. Esta generación
de juventud techno desea tener una iglesia con una actitud
de "háganlo", que desee abrazar los desafíos, los cambios y las
oportunidades de la vida en el siglo veintiuno. Si la salvación de
sus almas es de menor preocupación que el ritmo de sus canciones y lo
apretado de sus jeans, ellos no tienen problema en sintonizar y
buscar en otra parte por algo real, relevante y lo suficientemente
revolucionario para capacitarlos para trascender sus limitaciones
físicas, espirituales y emocionales.

Los de la Generación X, como también aquellos que han aparecido unas


dos o tres décadas anteriores, desean la excitación que les llega a
poner blancos los nudillos, de experimentar y testimoniar acerca de
un Dios que puede aún enseñarles a caminar sobre el agua y tomar
decisiones buenas pero difíciles en la vida con una confianza cara a
cara.

Los temas que Knight levanta ±de calidad de liderazgo y efectividad,


diversidad de la membresía, comunicaciones (internas y externas) y
priorización de la misión ± pueden ser tratadas con una palabra de
cuatro letras : amor. Eso es lo que articula la misión, el ministerio
y la personalidad de Jesucristo.

Nuestro amor por Dios n os prohibiría graduarnos en cosas menores


(majoring in minors) y construir murallas en vez de puentes. Nos
impulsaría a darles fuerza a nuestros jóvenes para que abracen su
propia salvación y lleguen a ser instrumentos para salvar a sus
pares. El amor nos haría pasar por sobre el trueno de sus tambores y
el rasgueo de sus guitarras, pasar por alto la informalidad de sus
maneras y su conformismo con las modas, hacia una celebración de su
búsqueda de Dios.

El amor es un lenguaje que todos entienden. El pasa por encima de los


límites socioeconómicos, étnicos, de genero y aún religiosos. Esta
fue la forma como un dispar grupo de nacionalidades diversas y de
experiencias de la vida se reunieron y se unieron en el aposento
alto. Esta es la forma como ex prostitutas, satanistas y otras
basuras sociales fueron bienvenidos como parte de esa reunión. El
amor de hoy debiera definir nuestra misión y mantenernos apegados a
ella, para mostrar al mundo cómo es Jesús y ganar al mundo con Su
amor contagioso.

Si Jesús viviese hoy en la tierra, El se enfocaría más en el mensaje


que en el medio. El utilizaría nueva tecnología así como vehículos
probados y verdaderos. El utilizaría la marquesina de los cines y el
escenario como el santuario. El aderezaría la salvación con el
básquetbol y tocaría las vidas de las mamás luchadoras mediante la
atención de niños conectada con la iglesia. El apoyaría y subsidiaría
servicios de aconsejamiento, programas de embarazo adolescente, y
daría un lugar para alojarse a las víctimas de violencia doméstica.
El investiría en ministerios musicales como en ministerios de la
Palabra. Su pueblo sería conocido por su alegría y su amor.

Si yo fuese el diablo, me gustaría que los Adventistas resistiesen el


esfuerzo por crecer, el esfuerzo de dar ± el esfuerzo de ser y llegar
a ser el testimonio que Dios está buscando para vindicar Su carácter
ante el universo.

__________

REACCION

Russell Burrill, director del Instituto de evangelización de la


División Norteamericana, y director del Departamento de Ministerio
Cristiano en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo día,
Universidad Andrews, Berreen Springs, Michigan

George Knight ha tratado como le caracteriza, con cada botón


caliente (papa caliente) existente hoy en día en la iglesia en este
artículo desafiante. Ya que los Adventistas están gastando obviamente
inmensas cantidades de energía en estos temas, pareciera como si los
Adventistas estuviesen gastando más tiempo escuchando al diablo que a
Dios. Esto debe ser cierto, al menos en algunas iglesias.

Sin embargo hay algunos signos esperanzadores en el horizonte.


Mientras estoy de acuerdo con mucho de este desafío, tengo la
esperanza de que aceptaremos el desafío de Dios para llegar a ser una
organización misionera otra vez. Deseo enfatizar esos signos
esperanzadores.

La innovación, especialmente entre los jóvenes, es un tema que


levanta gran controversia. Es lo clásico antiguo en contra de lo
joven. Sin embargo hay signos de que la innovación está comenzando a
suceder en muchas iglesias Adventistas a través de Norteamérica.
Mientras viajo, visitando una iglesia distinta casi cada semana, es
raro ahora encontrar una iglesia que no se haya engranado en algún
tipo de renovación del culto de adoración. En tanto reconocemos que
aún se necesita una mejora, estoy animado de que la innovación en el
culto de adoración está empezando a suceder. Por supuesto, para los
jóvenes no ha llegado lo suficientemente lejos, y para los viejos ha
ido demasiado lejos. El resultado es que nadie está feliz, pero algo
está sucediendo.

Si nuestras innovaciones agradasen totalmente a los jóvenes,


congelaríamos a los viejos. No debemos hacer eso. Sin embargo no
podemos ignorar el desafío de los jóvenes. Esto es porque para los
viejos la mejor solución parece ser apoyar a los jóvenes en tanto dan
comienzo a nuevas congregaciones innovadoras. Los viejos pueden
entonces estar felices con la forma como adoran, y los jóvenes
estarían exuberantes en su alabanza. La División Norteamericana ha
plantado más de 600 nuevas iglesias durante el último quinquenio.

No debemos igualar la innovación con la apostasía. Knight está en lo


correcto : Elena G.de White fue quien más abogó respecto de la
innovación en la historia de la Iglesia Adventista. Cualquiera que
está en oposición a la innovación está fuera de la herencia de Elena
G.de White y del Adventismo. Debemos seguir empujando los límites
para encontrar nuevas formas de alcanzar a la gente con el evangelio
eterno. No podemos comprometer nuestra fe, pero nuestra fe no está
comprometida con la innovación.

Como Knight , yo sugeriría que la iglesia defina los valores


centrales mínimos para todas las iglesias Adventistas. Aparte de de
aquellos muy pocos valores centrales esenciales y las 27 creencias,
una iglesia debiera ser entonces libre para innovar. Nuestro problema
actual brota del hecho de que nunca hemos definido valores
denominacionales esenciales centrales. El resultado es una
congregación que hace innovaciones contrarias a los valores que se
perciben como centrales y pronto está fuera de la denominación. La
gente entonces siente que cualquier innovación los llevará fuera de
la iglesia. Si abogamos por la innovación, debemos definir nuestros
valores centrales esenciales en tanto vamos por ella.

Hay signos reales, esperanzadores, que indican que la iglesia se está


moviendo en la dirección del sacerdocio de todos los creyentes, en
donde los pastores son formadores de equipos y todos los miembros son
ministros. El Seminario Adventista del Séptimo día recientemente ha
reformulado su currículo con un claro énfasis en el rol del pastor
para que sea el de un formador de equipos y un instructor, más bien
que aquel que realiza el ministerio. . En las reuniones de pastores y
laicos, cuando he presentado estos conceptos, he encontrado una
aceptación asombrosa tanto para mi presentación como por los libros
en esta área. Esto me ha dado tremendo ánimo de que Dios desea que
volvamos a la senda del ministerio de los laicos.

George Knight nos ha desafiado una vez más. El es como el profeta que
se lo pasa aguijoneándonos para que nos mantengamos en la senda para
cumplir nuestra misión. Las señales esperanzadoras están en el
horizonte, pero si Yo fuese el diablo, haría que estemos satisfechos
con lo que hemos logrado para así regresemos a Laodicea. Hemos
comenzado, pero no debiéramos estar contentos.

________

REACCION

Michael Tucker es pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo día de


Arlington, Texas, y secretario ministerial asociado para la División
Norteamericana

Después de leer el sermón de George Knight, quedé con la impresión de


que Knight es un hombre que ama a su iglesia demasiado para
permitirle que quede sin cambios. Y en verdad, si esta iglesia
llevará a cabo su misión, debe pasar por una transformación dramática.

Knight sugiere que la transformación debiera empezar con las


actitudes de la iglesia hacia la generación que está apareciendo.
Temo que a menudo no sólo rechazamos las ideas de la generación
siguiente, sino fallamos en escucharlos en primer lugar. Un ejemplo
de esto podría verse en Toronto. Fue difícil encontrar un delegado a
nuestro Congreso Mundial más reciente que tuviese menos de 30 años ±
y este es un movimiento que fue iniciado por jóvenes.

Es importante que entendamos la diferencia entre presencias


personales y ortodoxia. Los estilos del culto de adoración tiene más
que ver con la cultura y nuestros propios gustos y disgustos, que con
lo correcto y lo equivocado. Concuerdo con Knight en que la iglesia
debiera tener 50 formas distintas de adorar. No hay una
forma "correcta" para adorar a Dios. Y la única forma equivocada de
adorar es cualquiera que aburre o muestra poca premeditación o
preparación. Dios merece lo mejor de nosotros.

Los primeros pequeños pasos se están dando por la denominación para


corregir el problema de una creciente burocracia. En las reuniones de
fin de año de la División Norteamericana en Octubre del 2000, se
entregó un plan para reducir el costo de las uniones que aportan, de
la división y de la Asociación General en un 16,7 por ciento durante
los próximos cinco años. Este dinero, eventualmente sumando el 5 por
ciento del diezmo en Norteamérica, quedará en las asociaciones
locales. En tanto este es un buen comienzo, no debiera ser visto como
la solución al problema.

Actualmente nuestro sistema anima a que los pastores exitosos dejen


el pastorado por trabajo administrativo o departamental. Se debe
hacer más para animar a los mejores pastores para que permanezcan
como pastores. Reducir la cantidad de tipos administrativos y
eliminar las diferencias en los salarios entre administración y
pastores ayudaría a llevar a cabo esto.

Doy gracias de que Knight no haya sacado a relucir las fallas de


nuestra iglesia . A cambio, nos ha forzado a echar una dura mirada en
el espejo, y para nuestro asombro encontramos que el diablo ha estado
ocupado en verdad. Aceptemos el completo complemento de dones
ofrecidos por el Espíritu Santo y bravíamente tomemos la tarea de
cambiar la iglesia para llevar a cabo en mejor forma lo que Dios nos
ha llamado a hacer.c

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